martes, 24 de octubre de 2017

TURING-SEARLE



capítulo 39
¿Pueden pensar los ordenadores? Alan Turing y John Searle

Estás sentado en una habitación. Hay una puerta con una ranura por la que, de vez en cuando, aparece una tarjeta con un garabato. Tu tarea es buscar el garabato en un libro que hay sobre una mesa. Cada garabato está emparejado con un símbolo del libro. Has de encontrar el garabato en el libro, ver el símbolo con el que está emparejado y luego encontrar una tarjeta con ese símbolo en una pila que hay en la habitación. Entonces introduces con cuidado esta tarjeta en la ranura. Eso es todo. Haces esto durante un rato y te preguntas qué está pasando.

 Se trata del experimento mental de la Habitación China, una invención del filósofo norteamericano John Sear- le (1932). Es una situación imaginaria diseñada para demostrar que, aunque parezca que lo hacen, los ordenadores no pueden pensar. Para comprender qué es lo que sucede en esta situación, necesitas conocer la Prueba de Turing.

Alan Turing (1912–1954) fue un destacado matemático de Cambridge que contribuyó a la invención del ordenador moderno. Sus máquinas de cálculo numérico construidas durante la Segunda Guerra Mundial en Bletchley Park, Inglaterra, descifraron los códigos de la máquina «Enigma» que utilizaban los capitanes de los submarinos alemanes. A partir de entonces, los aliados pudieron interceptar los mensajes nazis y saber qué estaban planeando.

Intrigado por la idea de que algún día los ordenadores harían más que descifrar códigos y podrían ser verdaderamente inteligentes, en 1950 sugirió una prueba que un ordenador de este tipo tendría que superar. Es lo que se conoce como Prueba de Turing para la inteligencia artificial, aunque originalmente él lo llamó Juego de Imitación. Surgió de su creencia de que lo realmente interesante del cerebro no es que tenga la consistencia de una papilla fría. Para él, importaba más su función que cómo se bambolea cuando se extrae de la cabeza o que el hecho de que sea gris. Los ordenadores pueden ser duros y estar hechos de componentes electrónicos, pero aun así son capaces de hacer muchas de las cosas que hacen los cerebros.

Cuando juzgamos si una persona es inteligente o no, lo hacemos basándonos en sus respuestas a determinadas preguntas, no abriéndole el cerebro para ver cómo están conectadas sus neuronas. Lo justo, pues, es que cuando juzguemos un ordenador nos centremos en las evidencias externas más que en cómo está construido. Deberíamos fijarnos en las entradas y salidas de datos, no en la sangre y los nervios o el cableado y los transistores internos. Esto es lo que sugirió Turing: el examinador permanece en una habitación y mantiene una conversación a través de una pantalla. No sabe si habla con otra persona que se encuentra en otra habitación o con un ordenador que genera sus propias respuestas. Si durante la conversación el examinador es incapaz de determinar si su interlocutor es una persona o un ordenador, este último habrá superado la Prueba de Turing. Si un ordenador supera la prueba es razonable decir que es inteligente, y no sólo en un sentido metafórico, sino en los mismos términos que un ser humano.

Lo que pretende demostrar el ejemplo de la Habitación China de Searle –la situación de las tarjetas con garabatos– es que haber superado la prueba de Turing para la inteligencia artifical no demuestra que el ordenador realmente haya entendido nada. Recuerda que estás en una habitación en la que a través de una ranura te llegan una serie de extraños símbolos y tú devuelves otros guiándote por unas reglas. Para ti es una tarea sin sentido, y no tienes ni idea de por qué la estás haciendo, pero, sin darte cuenta, estás respondiendo preguntas en chino. Tú sólo hablas inglés y no tienes ni idea de chino, pero los signos que te llegan son preguntas en ese idioma, y los que devuelves son respuestas plausibles a esas preguntas. La Habitación China contigo dentro superaría el Juego de Imitación. Das respuestas que podrían hacer pensar a quien estuviera fuera que realmente entiendes lo que estás diciendo. Así pues, sugiere Searle, un ordenador que supere la Prueba de Turing no es necesariamente inteligente, puesto que dentro de la habitación tú no tienes por qué tener idea alguna de qué es lo que se está discutiendo.

 Searle opina que los ordenadores son como alguien encerrado en la Habitación China: carecen de inteligencia real y no pueden pensar. Lo único que hacen es procesar símbolos siguiendo unas directrices programadas por sus creadores. Los procesos que utilizan están incorporados en su software. Esto es algo muy distinto a comprender realmente algo o poseer auténtica inteligencia. Dicho de otro modo, la gente que programa el ordenador le proporciona a éste una sintaxis (esto es, unas reglas sobre el orden mediante el que procesar los símbolos), pero no una semántica (el significado  de esos símbolos). Cuando hablan, los seres humanos quieren decir algo; sus pensamientos se relacionan de distintas maneras con el mundo. Los ordenadores que parecen querer decir algo sólo están imitando el pensamiento humano, un poco como un loro. Si bien este animal puede imitar la voz humana, en realidad no comprende lo que está diciendo. De igual modo, según Searle, los ordenadores no comprenden ni piensan: de la sintaxis no se desprende la semántica.

 Una posible crítica al experimento mental de Searle es que no contempla la cuestión de si la persona que está en la habitación comprende lo que está pasando o no. Pero eso es un error. La persona no es más que una parte de todo un sistema. Aunque la persona no entienda lo que está pasando, el sistema (la habitación, el libro de códigos, los símbolos, etcétera) sí lo hace. La respuesta de Searle a esta objeción fue modificar el experimento. En vez de imaginar que la persona está encerrada en una habitación con tarjetas, supongamos que ha memorizado todo el manual y se encuentra en medio de un campo. Esta persona seguiría sin comprender las preguntas individuales por más que respondiera correctamente en chino. Comprender implica más cosas que contestar correctamente.

Algunos filósofos, sin embargo, siguen convencidos de que la mente humana es exactamente igual que un programa informático. Creen que los ordenadores realmente pueden pensar. Si tienen razon, algún día será posible transferir mentes de cerebros humanos a ordenadores. Si tu mente es un programa, el hecho de que ahora funcione en la masa de tejido cerebral de tu cabeza no quiere decir que en algún momento del futuro no pueda hacerlo en un ordenador grande y reluciente. Si, con la ayuda de ordenadores superinteligentes, alguien consigue trazar el mapa de los miles de millones de conexiones funcionales que constituyen la mente, puede que algún día sea posible sobrevivir a la muerte. Tu mente podría ser cargada en un ordenador para que siguiera funcionando mucho después de que tu cuerpo fuera enterrado o incinerado. Que esa existencia merezca la pena o no es otra cuestión. Ahora bien, si Searle tiene razón, no hay garantía alguna de que la mente cargada en el ordenador pueda ser consciente del mismo modo que lo es ahora, aunque diera respuestas que parecieran indicar que sí lo es.

Hace sesenta años, Turing ya estaba convencido de que los ordenadores podían pensar. Si tenía razón, puede que no tardemos mucho en verlos filosofando. Es más probable esto que lo de que permitan a nuestras mentes sobrevivir a la muerte. Puede que algún día los ordenadores tengan cosas interesantes que decir sobre cuestiones fundamentales acerca de cómo deberíamos vivir y la naturaleza de la realidad; el tipo de cuestiones que los filósofos han tratado de resolver durante miles de años. Mientras tanto, dependemos de los filósofos de carne y hueso para aclarar nuestras ideas sobre esos temas. Uno de los más influyentes y controvertidos es Peter Singer.

6º TRABAJO DE FILOSOFÍA – PUEDEN SENSAR LOS ORDENADORES (Alan Turing y John Searle)

1º Busca información en la wiki sobre los siguientes puntos:
-         - Charles Babbage y los computadores
-          -“Colossus” y Thomas Flowers
-          -“EDVAC” y John Von Neumann
-          -Alan Turing (aquí tienes 1º que explicar quién fue Alan Turing, 2ºcopiar el dibujo esquemático que aparece en la página de la wiki del Test de Turing 3º explicar su procesamiento por homosexualidad y su muerte y 4º su indulto postmortem)
-          -John Searle

2º ¿Qué es “La Habitación China”?

3º ¿Cuál es la finalidad de este experimento?

4º ¿Qué máquina construyó durante la II Guerra Mundial Alan Turing? ¿Para qué fue utilizada dicha máquina?

5º ¿Qué es el Test de Turing? (en el libro al Test de Turing lo denominan Prueba de Turing)

6º ¿Cómo podemos según Turing juzgar si un sistema (sea una persona o un ordenador) es inteligente o no?

7º ¿En qué consiste la prueba que denominamos Test de Turing?

8º ¿Cuándo un ordenador ha superado dicho Test de Turing?

9º ¿Qué pretende Searle con su experimento mental “La Habitación China”?

10º La persona que se encuentra dentro de la habitación china habla chino (pues responde en chino lo que alguien también en chino le pregunta). Pero, ¿realmente entiende el chino? Razona tu respuesta

11º Según Searle, ¿piensan los ordenadores? Explica por qué.

12º ¿Por qué podemos decir que los ordenadores dominan la sintaxis del lenguaje pero no su semántica?

13º Según Searle como vimos en la pregunta anterior, los ordenadores dominan la sintaxis de la lengua pero no la semántica. ¿Qué podemos concluir de ello?

14º Los ordenadores al igual que los loros, imitan la actividad humana. Pero, ¿es lo mismo imitar que ser (es lo mismo “imitar que hablo” que “hablar”; es lo mismo “imitar que pienso” que “pensar”; imitar que me alegro de algo que alegrarme de veras)? ¿Por qué? (la respuesta a esta pregunta es personal, no extraída del libro)

15º ¿Cómo, según los defensores de la existencia de la Inteligencia Artificial, será posible sobrevivir a la muerte?

16º Según Searle, explica por qué la mente no puede sobrevivir a la muerte siendo transplantado a un ordenador.

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