lunes, 16 de abril de 2018

MARX

capítulo 27 - Trabajadores del mundo, uníos. 

Karl Marx

En el siglo xix había miles de fábricas de algodón en el norte de Inglaterra. De sus largas chimeneas salía un humo oscuro que contaminaba las calles y lo cubría todo de hollín. En su interior, hombres, mujeres y niños trabajaban largas jor- nadas –con frecuencia de hasta 14 horas– para mantener las máquinas en marcha. No eran esclavos, pero sus salarios eran muy bajos, y las condiciones duras y a menudo peligrosas. Si se distraían podían engancharse en la máquina  y perder alguna extremidad o incluso morir. Cuando esto sucedía, el tratamiento médico era básico. Sus opciones, sin embargo, eran escasas: si no trabajaban se morirían de hambre. Si dejaban el trabajo, quizá no podrían encontrar otro. La gente que trabajaba en estas condiciones no vivía mucho, y disponía de muy pocos momentos en sus vidas que puieran considerar propios.

Mientras tanto, los propietarios de las fábricas se hacían cada vez más ricos. Su principal preocupación era obtener beneficios. Poseían capital (dinero que podían utilizar para hacer más dinero); poseían los edificios y la maquinaria; y, en cierto modo, también poseían a los trabajadores. Éstos no tenían prácticamente nada. Lo único que podían hacer era vender su capacidad de trabajar y ayudar a los propietarios de las fábricas a enriquecerse. Mediante su trabajo añadían valor al material en bruto que los dueños de las fábricas compraban. Cuando el algodón llegaba a la fábrica, valía mucho menos que cuando salía. Ese valor añadido, sin embargo, se lo llevaban en su mayor parte los propietarios que vendían el producto. En cuanto a los trabajadores, los propietarios de las fábricas les pagaban lo menos posible; a menudo lo justo para vivir. Los trabajadores no tenían ningún tipo de seguridad laboral. Si la demanda de lo que fabricaran descendía, los echaban a la calle y los abandonaban a su suerte, aunque pudieran morir si no encontraban otro trabajo. Cuando el filósofo alemán Karl Marx (1818–1883) comenzó a escribir en la década de 1830, éstas eran las penosas condiciones que había acarreado la Revolución Industrial no sólo en Inglaterra, sino en toda Europa. Y esto le enojaba.

Marx era un igualitario: creía que los seres humanos debían ser tratados todos por igual. Sin embargo, en el sistema capitalista, quienes tenían dinero –a menudo heredado– se hacían cada vez más ricos y aquéllos que no tenían nada que vender salvo su mano de obra eran explotados y vivían en unas condiciones misérrimas. Para Marx, toda la historia de la humanidad se podía explicar como una lucha de clases: la lucha entre los ricos capitalistas (la burguesía) y los trabajadores o proletariado. Esta relación impedía a los seres humanos alcanzar su potencial y convertía el trabajo en algo doloroso en lugar de una actividad satisfactoria.

Marx, un hombre de inmensa energía y con reputación de causar problemas, pasó la mayor parte de su vida en la pobreza, trasladándose de Alemania a París, y de ahí a Bruselas, para huir de las persecuciones. Finalmente, se instaló en Londres, donde vivió con sus siete hijos, su esposa Jenny y una criada, Helene Demuth, con la que tuvo un hijo ilegítimo. Su amigo Friedrich Engels le ayudó a encontrar trabajo de colaborador en periódicos e incluso adoptó al hijo ilegítimo de Marx para guardar las apariencias. Pero la familia Marx rara vez tenía dinero. Solían estar enfermos, hambrientos y muertos de frío. Desgraciadamente, tres de sus hijos murieron antes de llegar a la edad adulta.

La mayoría de los días, Marx iba andando a la sala de lectura del Museo Británico de Londres a estudiar y escribir, o si no se quedaba en su atestado apartamento del Soho y le dictaba a su esposa, pues su letra era tan mala que a veces ni siquiera él podía entenderla. En estas difíciles condiciones, escribió una gran cantidad de libros y artículos (en total llenan más de cincuenta gruesos volúmenes). Sus ideas han cambiado las vidas de millones de personas, algunas para mejor, y muchas, indudablemente, para peor. En aquella época, sin embargo, debía de parecer un personaje excéntrico, quizá algo loco. Poca gente podía prever lo influyente que iba a llegar a ser.

Marx se identificaba con los trabajadores. Toda la estructura de la sociedad les oprimía. No podían tener vidas plenas como auténticos seres humanos. Los propietarios de las fábricas pronto se dieron cuenta de que podían fabricar más artículos si dividían el proceso de producción en pequeñas tareas. Cada trabajador se especializaba en un trabajo particular de la cadena de producción. Sin embargo, esto hacía las vidas de los trabajadores todavía más tediosas, pues les obligaba a realizar tareas aburridas y repetitivas una y otra vez. No veían todo el proceso de producción y apenas ganaban suficiente para alimentarse. En vez de estimular su creatividad, los desgastaban y convertían en un mero engranaje de una enorme maquinaria que estaba ahí sólo para hacer más ricos a los propietarios de las fábricas. Era como si no fueran seres humanos; sólo estómagos a los que había que dar de comer para mantener la cadena de producción en marcha y a los capitalistas ganando más dinero: lo que Marx llamó la plusvalía generada por la mano de obra del trabajador.

El efecto de todo esto en los trabajadores era lo que Marx llamó alienación. Con esta palabra quería decir varias cosas. Los trabajadores estaban alienados o distanciados de su auténtica esencia como seres humanos. Las cosas que hacían también les alienaban. Cuanto más duro trabajaban y más producían, más beneficios obtenían los capitalistas. Los objetos mismos parecían vengarse de los trabajadores.

A pesar de que las vidas de estas personas eran deprimentes y estaban completamente determinadas por las circunstancias económicas, Marx creía que aún había cierta esperanza para esa gente, pues al final el capitalismo se destruiría a sí mismo. El proletariado estaba destinado a hacerse con el poder mediante una revolución violenta. Tras ese baño de sangre, emergería un mundo mejor en la que las personas ya no serían explotadas, podrían ser creativas y cooperarían entre sí. Cada cual contribuiría a la sociedad con lo que pudiera, y la sociedad a su vez cubriría sus necesidades: «De cada cual, según su capacidad, a cada cual, según su necesidad», era la visión de Marx. Tomando el control de las fábricas, los trabajadores se asegurarían de que hubiera suficiente para cubrir las necesidades de todo el mundo. Nadie tendría que morirse de hambre o carecer de ropa adecuada o refugio. Este futuro era el comunismo, un mundo basado en el reparto de los beneficios de esa cooperación.

Marx creía que su estudio del modo en que la sociedad se desarrolla revelaba que este futuro era inevitable. Formaba parte de la estructura de la historia. Pero se podía echar una mano y, en el Manifiesto comunista de 1848, que escribió con Engels, hizo un llamamiento a los trabajadores del mundo para que se unieran y derrocaran el capitalismo. Haciéndose eco de las líneas iniciales de El contrato social de JeanJacques Rousseau (ver el capítulo 18), declararon que los trabajadores no tenían nada que perder salvo sus cadenas.

Las ideas de Marx sobre la historia estaban influenciadas por Hegel (el protagonista del capítulo 22). Éste, como hemos visto, había declarado que hay una estructura subyacente en todo, y que poco a poco avanzamos hacia un mundo que será de algún modo consciente de sí mismo. Marx tomó de Hegel la noción de que el progreso es inevitable, y que la historia tiene un patrón y no se trata únicamente de una sucesión de hechos. En la versión de Marx, sin embargo, el progreso tiene lugar a causa de las fuerzas económicas subyacentes.

 En lugar de la lucha de clases, Marx y Engels prometieron un mundo en el que nadie poseería tierras, no habría herencias, la educación sería libre y las fábricas públicas abastecerían a todos. No haría falta ni religión ni moral. Es bien conocida su afirmación de que «la religión es el opio del pueblo»: para él era como una droga que mantenía a la sociedad en un estado somnoliento para que no que advirtiera la opresión que sufría. En el nuevo mundo tras la revolución, los seres humanos podrían alcanzar su humanidad. Su trabajo tendría sentido y cooperarían en formas que beneficiaran a todos. La revolución era el modo de lograr todo esto; y esto implicaba violencia, pues era improbable que los ricos renunciaran a su riqueza sin oponer resistencia.

Marx pensaba que los filósofos del pasado se habían limitado a describir el mundo, mientras que él se proponía cambiarlo. Esto quizá es algo injusto para con los filósofos anteriores, muchos de los cuales habían provocado reformas morales y políticas. Sí es cierto, sin embargo, que sus ideas tuvieron más efecto que las de la mayoría. Eran contagiosas e inspiraron revoluciones reales en Rusia en 1917 y en otros lugares. Lamentablemente, la Unión Soviética –el enorme estado resultante, que incluía Rusia y algunos de sus países vecinos–, así como la mayoría de los otros estados comunistas creados en el siglo xx siguiendo las ideas marxistas, resultaron ser estados opresivos, ineficientes y corruptos. Organizar los procesos de producción a escala nacional resultó mucho más difícil de lo previsto. Los marxistas aseguran que esto no ha perjudicado a sus ideas; algunos todavía creen que, fundamentalmente, Marx tenía razón acerca de la sociedad, el problema fue que quienes dirigían los estados comunistas no lo hicieron siguiendo unas directrices verdaderamente comunistas. Otros señalan que la naturaleza humana nos hace más competitivos y avariciosos de lo que Marx estaba dispuesto a admitir: para éstos, no hay posibilidad de que los seres humanos cooperemos en un estado comunista; simplemente, somos incapaces de ello.

Cuando murió de tuberculosis en 1883, poca gente podía prever el impacto que tendría Marx en la historia venidera. Parecía que sus ideas iban a quedar enterradas con él en el cementerio Highgate de Londres. La declaración que hizo Engels ante su tumba de que «¡Su nombre perdurará en el tiempo, y con él su obra!» parecía más bien la expresión de un deseo.

El principal interés de Marx consistía en las relaciones económicas, puesto que, desde su punto de vista, éstas conforman todo lo que somos y lo que podemos ser. William James, un filósofo pragmático, quería decir algo distinto cuando escribió acerca del «valor efectivo» de una idea; para él, consistía simplemente en la acción a la que esa idea había conducido, en la influencia que había tenido en el mundo.

CUESTIONARIO

KARL MARX – Trabajadores del mundo, uníos (Warburton, capítulo 27)

Si lo deseas, puedes dibujar como portada de tu trabajo cualquier motivo relacionado con Marx y el marxismo. Yo te invito a que dibujes una bandera roja (o una estrella roja de cinco puntas) que porte como escudo la hoz y el martillo y en la que se lea la consigna !Proletarios del mundo, uníos!

1º Hace dos años, el 5 de mayo se conmemoró el segundo centenario del nacimiento en Treveris (Trier, en alemán) de Carlos Marx, del que en el libro nos dicen: “Sus ideas han cambiado la vida de millones de personas, algunas para mejor, y muchas indudablemente, para peor”. Busca en la wiki información acerca de la vida y obra de este filósofo alemán (extensión mínima, la cara de un folio).

2º El primer párrafo del capítulo están dedicados a describir las condiciones de vida de la clase trabajadora en la sociedad industrial capitalista. Responde a la siguiente batería de preguntas:

a)          ¿Quiénes trabajaban en el interior de las fábricas de tejidos de algodón?

b)          ¿Cuánto solían durar sus jornadas de trabajo?

c)          ¿Eran esclavos?

d)          ¿Cómo eran sus salarios?

e)          ¿Cómo eran sus condiciones de trabajo?

f)          ¿Qué ocurría si sufrían un accidente laboral manipulando una máquina?

g)         ¿Qué opciones de vida tenían los trabajadores?

h)        ¿Disfrutaban de tiempo de ocio, de momentos en que pudiesen hacer lo que les apeteciese?

3º En el segundo párrafo del capítulo, Warburton nos explica las “relaciones de producción” (así las denominaba Marx) entre los empresarios (los capitalistas dueños de las fábricas) y los trabajadores. Responde a la siguiente batería de preguntas:

a)          ¿En qué convertían las fábricas a sus propietarios?

b)         ¿Cuál era la principal preocupación de los propietarios de las fábricas?

c)          ¿Qué poseían los propietarios de las fábricas? (poseían dos cosas)

d)        ¿Qué es el capital?

e)        ¿Qué poseían también “en cierta medida” los dueños de las fábricas?

f)    ¿Por qué los trabajadores se dejaban poseer de esa manera, vendiéndose a sí mismos como si fuesen “en cierta medida” esclavos?

g)       ¿A qué ayudaban a los dueños de las fábricas al venderles su trabajo?

h)       ¿Qué hacían los trabajadores para contribuir al enriquecimiento de los dueños de las fábricas?

i)        ¿Quién se llevaba la mayor parte del  valor añadido en las manufacturas por el trabajador? ¿El trabajador que lo producía?

j)      ¿Con qué parte del valor añadido se quedaba el trabajador?

k)      ¿Qué cantidad se le pagaba?

l)      ¿Por qué los trabajadores no tenían ninguna clase de seguridad laboral?

m)   ¿Qué opinión te merecen a ti las penosas condiciones de vida que había acarreado la Revolución Industrial a los obreros de las fábricas? ¿Te sientes, como decimos hoy en día, “indignado” (enojado, dicen en el libro) por todo ello como el joven Marx? Respuesta personal

4º ¿Por qué Marx era un igualitarista?

5º En el sistema capitalista, ¿se trata a todos los hombres igualitariamente?

6º a) ¿Cómo puede explicarse, según Marx, la historia de la humanidad?

b) ¿Qué es la lucha de clases?

c) ¿Qué consecuencia negativa tiene para los trabajadores el tipo de relación de sumisión y subordinación que mantienen con los dueños de las fábricas?

7º Nos cuenta Warburton que Marx empatizaba con las duras condiciones de vida de los trabajadores que les impedía “tener vidas plenas como auténticos seres humanos”. ¿Qué se lo impedía?

8º ¿Por qué razones el proceso productivo capitalista (que tiende a dividir cada vez más el trabajo para aumentar la producción y así las ganancias) deshumaniza a los trabajadores? (son cuatro razones)

9º ¿Qué son los trabajadores para el capitalismo? ¿Seres humanos?

10º ¿Cómo llamó Marx el valor añadido por la mano de obra del trabajador?

11º La consecuencia que tenía para los obreros  el sistema capitalista es que éste les convertía en trabajadores alienados. ¿Qué es la alienación? (es cuatro cosas)

12º - ¿Qué esperanza pueden albergar los trabajadores acerca del futuro?

13º ¿A qué está destinado el proletariado?

14º ¿Qué sociedad emergerá tras la revolución del proletariado?

15º ¿Qué significa la famosa frase de Marx “De cada cual, según su capacidad. A cada cual, según su necesidad”?

16º ¿Qué lograrán los trabajadores cuando controlen la propiedad de los medios de producción (las fábricas, los campos de labranza, los recursos naturales, etc.)?

17º ¿Qué es el comunismo?

18º ¿A qué conclusión llegó Marx tras estudiar el modo como se desarrolla la sociedad capitalista?

19º ¿Por qué es inevitable el advenimiento del comunismo?

20º ¿Qué llamamiento hicieron en 1848 Marx y Engels en su “Manifiesto comunista”?

21º ¿Qué podían perder los trabajadores en su levantamiento revolucionario contra el sistema capitalista que los explotaba?

22º ¿Qué tomó Marx de Hegel?

23º ¿Cuál es la causa del progreso histórico en la concepción marxista de la historia, el esfuerzo del mundo por llegar a ser consciente de sí mismo como mantenía Hegel?

24º ¿Por qué la religión es para Marx “el opio del pueblo”?

25º ¿Cómo será, tras la revolución, la sociedad del mañana?

26º ¿Por qué la revolución que precipitará el advenimiento de la sociedad utópica comunista futura tiene que ser violenta?

27º Según Marx, a) ¿qué habían hecho hasta entonces los filósofos?

b) ¿qué se proponía Marx hacer con su filosofía?

c) ¿qué inspiraron sus ideas?

28º ¿Cómo fueron de facto (de hecho) los estados comunistas creados en el siglo XX siguiendo las ideas marxistas?

29º ¿Cuáles fueron las razones del fracaso del experimento comunista? (hay tres explicaciones posibles?








miércoles, 4 de abril de 2018

HEGEL

capítulo 22
El búho de Minerva  
Georg W. F. Hegel

«El búho de Minerva sólo vuela en la oscuridad.» Ésta era la opinión de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770–1831). Pero, ¿qué quiere decir? De hecho, los lectores de Hegel se hacen muchas veces esta pregunta, «¿qué quiere decir?». Su prosa es endiabladamente difícil, en parte porque, al igual que Kant, se expresa en un lenguaje muy abstracto y a menudo con términos inventados. Nadie, puede que ni siquiera él mismo, lo entiende del todo. Lo del búho es una de las partes más fáciles de descifrar. Es su modo de decirnos que, en el curso de la historia de la humanidad, la sabiduría y el entendimiento sólo se alcanzarán del todo más adelante, al evocar lo que ya ha pasado, como alguien que al caer la noche rememora los acontecimientos del día.

Minerva era la diosa romana de la sabiduría, y se la solía asociar al búho sabio. Se ha debatido mucho si Hegel era sabio o estúpido, pero sin duda fue alguien muy influyente. Su opinión de que la historia se desarrollaba de un modo particular inspiró a Karl Marx (ver el capítulo 22) y con ello ciertamente cambió el curso de las cosas, puesto que las ideas de Marx provocarían las revoluciones europeas de principios del siglo xx. Pero Hegel también irritó a muchos filósofos. Algunos mencionaron su obra como ejemplo del peligro de utilizar términos de forma imprecisa. Bertrand Russell (ver el capítulo 31) la despreciaba, y A. J. Ayer (ver el capítulo 32) declaró que la mayoría de las frases de Hegel no querían decir absolutamente nada. Para Ayer, la prosa de Hegel no era más informativa que una colección de versos disparatados y considerablemente menos atractiva. Otros, entre ellos Peter Singer (ver el capítulo 40), han encontrado en cambio una gran profundidad en su pensamiento y afirman que su prosa es difícil porque las ideas que trata son muy originales y difíciles de comprender.

Hegel nació en Stuttgart, en lo que ahora es Alemania,  en 1770, y se crió en la época de la Revolución Francesa, cuando en Francia derrocaron la monarquía y establecieron una nueva república. Él lo llamó «glorioso amanecer» y junto a otros estudiantes plantó un árbol para conmemorar los acontecimientos. Esta época de inestabilidad política y transformación radical le influenciaría para el resto de su vida. Existía la sensación de que se podían echar por tierra presunciones fundamentales, de que aquello que parecía inamovible no tenía por qué serlo. Esto condujo a la idea de que las ideas que tenemos están directamente relacionadas con la época en la que vivimos y no pueden ser comprendidas del todo fuera de su contexto histórico. Hegel creía que en su época se había llegado a una etapa crucial de la historia. A nivel personal, pasó de la oscuridad a la fama. Comenzó su vida laboral como tutor privado de una familia rica y luego fue director de una escuela. Finalmente, le nombraron profesor universitario en Berlín. Originalmente, algunos de sus libros eran apuntes de clase escritos para ayudar a sus estudiantes a comprender su filosofía. Cuando murió, era el filósofo más conocido y admirado de su tiempo. Esto puede resultar sorprendente si tenemos en cuenta lo difíciles que pueden ser sus textos, pero un grupo de alumnos entusiastas se dedicó a estudiar y discutir sus enseñanzas y a sacar a la luz sus implicaciones tanto políticas como metafísicas.

A pesar de estar fuertemente influenciado por la metafísica de Immanuel Kant (ver el capítulo 19), Hegel rechazó su idea de que la realidad nouménica yace bajo el mundo fenoménico. En vez de aceptar que noumena más allá de nuestra percepción causan nuestra experiencia, concluyó que esta realidad que conforma nuestra mente sólo es realidad. No hay nada más allá. Lo cual no quiere decir que permanezca inmutable. Para Hegel, todo está en proceso de cambio, y este cambio toma la forma de un progresivo incremento del conocimiento de uno mismo, un conocimiento determinado por el periodo en el cual vivimos.

 Piensa en la historia como en un largo trozo de papel doblado sobre sí mismo. No podemos saber lo que hay dentro hasta que lo desdoblamos. Tampoco sabemos qué hay escrito al final del papel hasta que lo hemos abierto del todo. Hay una estructura subyacente al modo en que se desdo- bla. Para Hegel, la realidad avanza constantemente hacia el objetivo de comprenderse a sí misma. La historia no es en absoluto azarosa. Tiene un fin. Cuando volvamos la vista atrás, advertiremos que tenía que desarrollarse así. Esta idea resulta extraña la primera vez que uno la oye. Sospecho que muchos de los que estén leyendo esto no compartirán la opinión de Hegel. Para la mayoría de nosotros, la historia es algo más cercano a la descripción de Henry Ford: «una maldita cosa después de otra». Es decir, una serie de cosas que suceden sin ningún plan global. Podemos estudiar historia, descubrir causas probables de determinados eventos y predecir algo de lo que sucederá en el futuro. Eso no quiere decir, sin embargo, que tenga un patrón inevitable tal y como pensaba Hegel. No quiere decir que tenga un fin. Y desde luego no quiere decir que progresivamente sea más consciente de sí misma.

El estudio de la historia de Hegel no era una actividad separada de su filosofía, sino que formaba parte de ella: la principal, de hecho. Para él, la historia y la filosofía estaban entrelazadas. Y todo avanzaba hacia algo mejor. Esta idea no era original. Las religiones suelen explicar que la historia se dirige a un fin, como el Segundo Advenimiento de Cristo. Hegel era cristiano, pero su propuesta no tenía nada de ortodoxa. El resultado final no era el Segundo Advenimiento. Para Hegel, la historia tenía un objetivo último que antes nadie había apreciado realmente: la progresiva e inevitable toma de conciencia de sí mismo del Espíritu gracias al avance de la razón.

Pero, ¿qué es el Espíritu? ¿Y qué significa que se vuelva consciente de sí mismo? La palabra alemana para Espíritu es Geist. Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre su significado exacto; algunos prefieren traducirla como «Mente». Hegel parece referirse con ella a algo como la mente única de toda la humanidad. Era un idealista; pensaba que el Espíritu o Mente era fundamental y que encuentra su expresión en el mundo físico (los materialistas, en cambio, creen que el mundo físico es básico). Hegel reformuló la historia del mundo en términos de incremento progresivo de la libertad individual. Avanzamos desde la libertad individual, a través de la libertad de algunas personas pero no de otras, hacia un mundo en el que todos sean libres en un estado político que les permita contribuir a esa sociedad.

Él creía que nuestro pensamiento progresaba mediante el choque entre una idea y su opuesto. Hegel creía que nos podemos acercar más a la verdad si seguimos su método dialéctico. Primero alguien expone una idea: una tesis. Ésta encuentra entonces oposición, una opinión que la desafía: su antítesis. De este choque de dos posiciones, surge una tercera idea más compleja que tiene en cuenta las dos anteriores, una síntesis. Luego, la mayoría de las veces, el proceso vuelve a comenzar. La nueva síntesis pasa a ser una tesis, y se encuentra con una antítesis. Esto sigue sucediendo hasta que el Espíritu toma completamente conciencia de sí mismo.

El principal impulso de la historia, pues, resulta ser el Espíritu tomando conciencia de su propia libertad. Hegel rastreó este progreso desde los pueblos que vivían bajo tiránicos gobernantes en la antigua China y la India y no sabían que eran libres hasta nuestros días. En el caso de esos «orientales», sólo el gobernante sumamente poderoso experimentaba libertad. Según Hegel, la gente común no era siquiera consciente de la idea de libertad. Los antiguos persas eran un poco más sofisticados en su apreciación de la libertad. A éstos los derrotaron los griegos, lo cual trajo progreso. Los griegos y luego los romanos eran más conscientes de la libertad que las culturas precedentes. Y, sin embargo, tenían esclavos. Esto demuestra que no apreciaban del todo la idea de que la humanidad entera debía de ser libre, no sólo los ricos y poderosos. En un famoso pasaje de su libro Fenomenología del espíritu (1807), Hegel habla de la lucha entre el amo y el esclavo. El amo quiere ser reconocido como un individuo autoconsciente y necesita al esclavo para conseguirlo, sin admitir que este esclavo también merece reconocimiento. Esta relación desigual conduce a una lucha en la que uno ha de morir. Esto es contraproducente y, finalmente, el amo y el esclavo terminan reconociendo que se necesitan mutuamente y que han de respetar la libertad del otro.

Según Hegel, sólo con el cristianismo, que despertó la conciencia del valor espiritual, llega la auténtica libertad. Es entonces cuando el espíritu pasa a ser consciente de su propia libertad y, como resultado, la sociedad se organiza mediante los principios de la razón. Esto era muy importante para él: la verdadera libertad sólo surge en una sociedad debidamente organizada. Lo que preocupa a muchos lectores de Hegel es que, en el tipo de sociedad que él imagina, quienes no encajen con el ideal de sociedad de los poderosos organizadores serán obligados a aceptar –en nombre de la libertad– esta forma de vida «racional». Serán, según la paradójica frase de Rousseau, «obligados a ser libres» (ver el capítulo 18).

Según Hegel, el resultado final de toda la historia era el momento en el que él mismo, es decir Hegel, tomaba conciencia de la estructura de la realidad. Creía haberlo conseguido en las páginas finales de uno de sus libros. Para él, ése era el momento en el que el Espíritu tomaba conciencia de sí mismo por primera vez. Así pues, Hegel, al igual que Platón (ver el ca- pítulo 1), colocaba a los filósofos en una posición especial. Como recordarás, Platón creía que su república ideal la debían gobernar los reyes-filósofos. Hegel, en cambio, pensaba que los filósofos podían alcanzar un cierto tipo de comprensión sobre sí mismos que también lo era sobre la realidad y sobre toda la historia; otra forma de representar las palabras grabadas en el Templo de Apolo en Delfos: «Conócete a ti mismo». Eran los filósofos, creía él, quienes llegaban a descubrir el patrón mediante el que se se desarrollaban los acontecimientos humanos; quienes podían apreciar cómo la dialéctica había provocado un despertar paulatino. De repente, todo estaba claro y el objetivo de la historia de la humanidad resultaba obvio. El Espíritu entraba entonces en una nueva fase de autocomprensión. Al menos ésta era la teoría.

Hegel tuvo muchos admiradores, pero Arthur Schopenhauer no fue uno de ellos. Éste pensaba que Hegel no era realmente un filósofo porque su modo de tratar los temas carecía de seriedad y honestidad. Para él, la filosofía de Hegel era una sarta de tonterías. Hegel, por su parte, describió a Schopenhauer como «odioso e ignorante».

CUESTIONARIO EL BUHO DE MINERVA – Georg W. F. Hegel (Cap. 22 Warburton)


Dibuja, si te place, en la portada de tu trabajo la lechuza de Minerva

1º Busca en la wiki información acerca de la vida y la obra de Hegel (extensión mínima: la cara de un folio).

2º a) ¿Quién era Minerva?

b) ¿Qué significa la frase de Hegel “La lechuza de Minerva sólo vuela al atardecer”?

3º ¿Por qué la filosofía de Hegel ha sido tan influyente?

4º a) ¿Qué opinión guardaban de Hegel filósofos como Bertrand Russell o su discípulo A.J. Ayer?

b) Y a Peter Singer, ¿qué opinión le merece el pensamiento hegeliano?

5º a) ¿A qué denomino Hegel “glorioso amanecer”?

b) ¿Por qué describió la violenta Revolución francesa, sin embargo, en esos términos?

c) Busca en la wiki con que otros dos compañeros del seminario de Tubinga planto un árbol para conmemorar la Revolución francesa. Una vez hayas indicado el nombre de esos dos compañeros de estudios, busca en la wiki información acerca de ellos (uno de ellos fue un importante filósofo romántico; el otro es considerado como el más grande poeta moderno en lengua alemana; la extensión mínima de la reseña bio-bibliográfica debe ser de cinco líneas por cada uno de los biografiados).

6º ¿Qué conclusión filosófica extrajo de la fuerte inestabilidad política que le toco vivir (el fin del Antiguo Régimen efecto de la Revolución francesa y las Guerras Napoleónicas)?

7º ¿Qué idea filosófica de Kant rechazó? (la respuesta a esta pregunta no puedes entenderla porque aún no hemos hecho el trabajo dedicado a Kant; aún así, contesta esta pregunta a partir de tu lectura del libro).

8º Para Hegel, la realidad es la mente (pues no hay nada más allá de ella, tal como dicen en el libro). Sin embargo, eso no significa que la realidad (la mente) permanezca inmutable. ¿Por qué?

9º El gran descubrimiento de la filosofía de Hegel es la historia. Para Hegel, la realidad es histórica. Responde la siguiente batería de preguntas sobre esta cuestión:

a)       ¿Cómo describió Henry Ford la historia?

b)      Explica la definición de la historia de Henry Ford. Por cierto, ¿quién fue Henry Ford?

c)       ¿Con qué imagen metafórica compara la historia Hegel? Explica dicha metáfora

d)      Explica ahora la concepción de la historia de Hegel

10º a) ¿Qué idea filosófica tiene Hegel acerca de la historia, del sucederse histórico?

b) Según la religión cristiana, ¿hacia qué fin se dirige la historia? (una vez hayas contestado dicha pregunta, busca en la wiki qué es tal cosa y explica qué es la parusía y el milenarismo - 20 palabras mínimo para explicar qué es la parusía y otras 20 para el milenarismo)

c) ¿Cuál era, según Hegel, el fin de la historia?

11º ¿Qué es para Hegel el Espíritu o “Geist”?

12º ¿Por qué Hegel es un “idealista” y no un “materialista”?

13º ¿En qué términos explicaba Hegel la historia de la humanidad?

14º a) Explica cómo avanza el pensamiento hacia la verdad

b) ¿Cómo se denomina el método en el que el pensamiento progresa o avanza de ese modo hacia la verdad?

c) Explica los términos (pasos) en los que se desarrolla dicho método

e)      ¿Cuándo el proceso dialéctico (tesis-antítesis-síntesis que se convierte en una nueva tesis etc.) llega a su fin?

15º a) ¿Cuál es para Hegel el motor (el principal impulso) de la Historia?

b) ¿Dónde rastreó Hegel ese impulso?

c) ¿Por qué en los griegos y romanos, aún siendo superiores a los persas y al resto de civilizaciones orientales, según Hegel la humanidad no ha alcanzado plenamente la conciencia de sí misma?

d) ¿En qué términos describe Hegel en su Fenomenología del Espíritu la dialéctica (la lucha) entre el amo y el esclavo?

e) ¿Qué aporto el cristianismo a la historia de la humanidad?

16º Según Hegel, ¿dónde sólo puede surgir la verdadera libertad?

17º Según Hegel, ¿cuándo se ha producido el fin de la historia?

18º ¿Cuál es según Hegel la función de la filosofía, la tarea de los filósofos?