lunes, 7 de octubre de 2019

ESTOICISMO - Epícteto, Cicerón, Séneca


APRENDIENDO A DESPREOCUPARSE – Epícteto, Cicerón, Séneca


capítulo 5

Aprendiendo a despreocuparse
Epícteto, Cicerón, Séneca

         Es mala suerte que comience a llover justo cuando estás a
punto de salir de casa. Pero si has de salir, aparte de ponerte
un impermeable, coger un paraguas o cancelar tu cita, no
hay mucho que puedas hacer al respecto. Por mucho que
quieras, no puedes detener la lluvia. ¿Deberías molestarte
por ello? ¿O simplemente tomártelo con filosofía? «Tomárselo
con filosofía» significa aceptar lo que no puedes cambiar.
¿Y qué hay del inevitable proceso de envejecimiento y
la brevedad de la vida? ¿Cómo deberías sentirte respecto a
esta condición del ser humano? ¿Igual?

Cuando la gente dice que se toma con «filosofía» lo que
le sucede, está utilizando la palabra del mismo modo que lo
habría hecho un estoico. El término «estoico» proviene de la
Stóa poikilé, que era un pórtico pintado en Atenas en el que
estos filósofos se solían encontrar. Uno de los primeros fue
Zenón de Citio (334–262 a. C.). Los primeros estoicos griegos
tenían opiniones sobre una amplia gama de problemas
filosóficos relativos a la realidad, la lógica y la ética. Pero se
los conocía sobre todo por sus ideas sobre el control mental.
Su idea básica es que sólo deberíamos preocuparnos por las
cosas que podemos cambiar. No deberíamos inquietarnos
por nada más. Al igual que los escépticos, su objetivo era
alcanzar la serenidad mental. Incluso ante hechos trágicos,
como la muerte de un ser querido, el estoico debía permanecer
impasible. Aunque aquello que suceda no esté bajo nuestro
control, nuestra actitud ante ello sí que lo está.

En el corazón mismo del estoicismo se encuentra la idea
de que somos responsables de lo que sentimos y pensamos.
Podemos elegir cómo reaccionamos ante la buena y la mala
suerte. Para algunas personas, las emociones son como el
tiempo. Los estoicos, en cambio, consideran que lo que sentimos
en una determinada situación o acontecimiento es decisión
nuestra. Las emociones no nos suceden. No tenemos
por qué sentirnos tristes cuando no conseguimos lo que
queremos; tampoco por qué enfadarnos cuando alguien nos
engaña. Creían que las emociones nublan el pensamiento y
perjudican el juicio. No sólo deberíamos controlarlas, sino
también, en la medida de lo posible, prescindir de ellas.

Originariamente, Epícteto (55–135 d. C.), uno de los estoicos
más conocidos, era esclavo. Pasó por muchas penurias
y sabía lo que era el dolor y el hambre (incluso cojeaba
por culpa de una paliza). Cuando declaró que la mente podía
permanecer libre incluso cuando el cuerpo está siendo
esclavizado, partía de su propia experiencia. No era una
mera teoría abstracta. Sus enseñanzas incluían consejos
prácticos sobre cómo soportar el dolor y el sufrimiento. Se
reducían a lo siguiente: «Nuestros pensamientos dependen
de nosotros». Esta filosofía inspiró al piloto de combate
norteamericano James B. Stockdale, que fue derribado en
Vietnam del Norte durante la guerra de Vietnam. Stockdale
fue torturado muchas veces y confinado en una celda incomunicada
durante cuatro años. Consiguió sobrevivir apli
cando lo que recordaba de las enseñanzas de Epícteto de un
curso al que había asistido en la universidad. Mientras descendía
con su paracaídas sobre territorio enemigo, decidió
que, por duro que fuera el trato que recibiera, se mantendría
imperturbable. Si no podía cambiar la situación, no dejaría
que le afectara. El estoicismo le proporcionó la fuerza
para superar un dolor y una soledad que habrían destrozado
a la mayoría de las personas.

Esta dura filosofía comenzó en la Antigua Grecia, pero
floreció durante el Imperio Romano. Dos importantes escritores
que ayudaron a divulgar las enseñanzas estoicas fueron
Marco Tulio Cicerón (106–43 a. C.) y Lucio Anneo Séneca
(1 a. C.–65 d. C.). La brevedad de la vida y el inevitable
envejecimiento eran algunos de los temas que les interesaban
en particular. Admitían que envejecer es un proceso natural,
y no intentaban cambiar lo que no se puede cambiar.
Al mismo tiempo, sin embargo, creían que había que aprovechar
al máximo nuestro breve tiempo aquí.

A Cicerón los días parecían cundirle más que a la mayoría:
además de filósofo era abogado y político. En su libro
Sobre la vejez identifica los cuatro problemas principales del
envejecimiento: cuesta más trabajar, el cuerpo se debilita,
el goce de los placeres físicos disminuye y la muerte está cada
vez más cerca. El envejecimiento es inevitable pero, tal y
como Cicerón sostenía, podemos elegir cómo reaccionamos
ante este proceso. Deberíamos admitir que el declive de la
vejez no tiene por qué hacer la vida insoportable. En primer
lugar, gracias a su experiencia, la efectividad de los ancianos
puede ser a menudo mayor y el esfuerzo que necesitan hacer,
menor. El cuerpo y la mente no tienen por qué deteriorarse
drásticamente si se ejercitan. Y aunque los placeres físicos se
disfruten menos, los ancianos pueden dedicarle más tiempo
a la amistad y la conversación, cosas en sí mismas muy gratificantes.
Finalmente, creía que el alma vivía para siempre,
de modo que los ancianos no debían preocuparse por la
muerte. La actitud de Cicerón era que deberíamos aceptar el
proceso natural del envejecimiento y admitir que la actitud
que adoptamos respecto a este proceso no tiene por qué ser
pesimista.

Séneca, otro gran divulgador de las ideas de los estoicos,
manifestó una opinión similar cuando escribió acerca de la
brevedad de la vida. No se suele oír a nadie quejarse de que
la vida es demasiado larga. La mayoría dice que es muy corta.
Hay muchas cosas que hacer y muy poco tiempo para
hacerlas. En palabras del griego de la Antigüedad Hipócrates:
«La vida es corta; el arte, duradero». Los ancianos que ven
acercarse la muerte a menudo desearían contar con unos pocos
años más para llevar a cabo lo que realmente querían
hacer en la vida. Pero suele ser demasiado tarde y terminan
lamentándose por lo que podrían haber sido. En este sentido
la naturaleza es cruel. Justo cuando empezamos a entender
de qué va la cosa, nos morimos.

Séneca no estaba de acuerdo con este punto de vista. Polifacético
como Cicerón, además de filósofo, encontró tiempo
para ser autor teatral, político y un exitoso hombre de
negocios. Para él, el problema no es lo corta que es nuestra
vida, sino lo mal que la mayoría empleamos el tiempo del
que disponemos. Una vez más, era nuestra actitud respecto
a los aspectos inevitables de la condición humana lo que
más le importaba. No deberíamos enojarnos porque la vida
sea corta, sino intentar aprovecharla al máximo. Señaló que
algunas personas desaprovecharían mil años con la misma
facilidad que la vida que tienen. E incluso entonces, probablemente
todavía se quejarían de que la vida es demasiado
corta. En realidad, la vida suele ser suficientemente larga
para hacer muchas cosas si tomamos las decisiones correctas
y no la malgastamos en tareas inútiles. Algunos van detrás
del dinero con tal energía que no tienen tiempo para
hacer mucho más; otros caen en la trampa de dedicar todo
su tiempo libre a la bebida y el sexo.

Séneca creía que si uno espera a la vejez para descubrir
esto, será demasiado tarde. Tener el pelo blanco y arrugas
no garantiza que un anciano se haya pasado mucho tiempo
haciendo cosas que valgan la pena, aunque algunas perso-
nas actúan erróneamente como si así fuera. Alguien que se
hace a la mar y es empujado de un lado a otro por vientos
tempestuosos no ha viajado. Sólo ha sido zarandeado. Lo
mismo sucede con la vida. Estar fuera de control, pasar de
un acontecimiento a otro sin encontrar tiempo para las experiencias
más valiosas y significativas, no tiene nada que
ver con vivir de verdad.

La parte positiva de vivir bien la vida es que no tienes que
preocuparte de tus recuerdos cuando seas mayor. Si pierdes
el tiempo, no querrás echar la vista atrás y pensar en cómo
has pasado la vida, pues probablemente te resultará demasiado
doloroso darte cuenta de todas las oportunidades que
has desperdiciado. Por eso creía Séneca que hay tanta gente
preocupada por trivialidades; es un modo de evitar la verdad
sobre lo que no han conseguido hacer. Él urge a sus
lectores a alejarse de la multitud y a no esconderse de sí mismos
bajo el pretexto de estar demasiado ocupados.

Así pues, ¿cómo creía Séneca que deberíamos emplear
nuestro tiempo? El ideal estoico es vivir como un recluso,
alejado del mundo. El modo más fructífero de vivir, declaró
–con perspicacia–, es estudiar filosofía. Ésta es una forma de
estar verdaderamente vivo.
Séneca tuvo muchas oportunidades de practicar lo que
predicaba. En el año 41, por ejemplo, fue acusado de tener
una aventura con la hermana del emperador Calígula. No
está claro si efectivamente la tuvo o no, pero el resultado fue
que lo exiliaron y pasó en Córcega los siguientes ocho años.
Luego su suerte volvió a cambiar y lo llamaron de Roma
para que ejerciera de tutor del niño de 12 años que se convertiría
en el siguiente emperador: Nerón. Más adelante,

Séneca sería su asesor político y le escribiría los discursos.
Esta relación, sin embargo, terminó muy mal: otro giro de la
suerte. Nerón acusó a Séneca de formar parte de un complot
para asesinarle. Esta vez, Séneca no tenía escapatoria. Nerón
le ordenó que se suicidara. Negarse a ello estaba fuera
de toda discusión y de todos modos habría conducido a la
ejecución. Resistirse habría sido inútil. Finalmente, Séneca
se quitó la vida y, fiel a su estoicismo, se mostró sereno y
tranquilo hasta el final.

Una forma de ver las principales enseñanzas de los estoicos
es como si fueran una especie de psicoterapia; una serie
de técnicas psicológicas que harán nuestra vida más tranquila.
Líbrate de esas problemáticas emociones que nublan tu
pensamiento y todo te resultará más sencillo. Lamentablemente,
aunque consigas calmar tus emociones, puede que
descubras que has perdido algo importante. El estado de
indiferencia por el que abogaban los estoicos puede que reduzca
la infelicidad ante los hechos que no podemos controlar.
Pero a costa de volvernos fríos, despiadados y quizá incluso
menos humanos. Si ése es el precio de conseguir la
calma, puede que sea demasiado alto.

Si bien estuvo influenciado por la filosofía de la Antigua
Grecia, Agustín, un cristiano cuyas ideas veremos a continuación,
no tenía nada de estoico. Era un hombre de pasiones
fuertes, profundamente preocupado por la maldad que
veía en el mundo y que deseaba desesperadamente comprender
a Dios y sus planes para la humanidad.


CUESTIONARIO


Te invito a que ilustres la cabecera de tu trabajo sobre el estoicismo con el dibujo de una Stoa, de un pórtico clásico. Si no te ves capaz de hacer el dibujo, imprime la siguiente imagen y coloréala (LA IMAGEN LA PUEDES ENCONTRAR EN INTERNET CON MEJOR CALIDAD: BUSCA STOA POIKILÉ ASCSA. NET; IMÁGENES)







1º ¿Qué significa la expresión “Tomarse las cosas con filosofía”?

2º En el libro aparecen varios ejemplos de cosas que debemos tomarnos con filosofía, un ejemplo referido a un suceso natural (el que está lloviendo) y otros dos relacionados con nuestra vida (el proceso de envejecimiento y la brevedad de la vida). Pon tú dos ejemplos de tu propia cosecha de dos cosas relacionadas con la condición humana que debemos tomarnos con filosofía.

3º ¿Qué filósofos en la Antigüedad entendían que la filosofía consistía en “Tomarse las cosas con tranquilidad y entereza”?

4º ¿De dónde procede el término “estoico”?

5º Explica qué es aquello con lo que respondiste la anterior pregunta

6º Busca información en la Wikipedia acerca de la vida y obra de Zenón de Citio (no te olvides indicar el título de sus principales obras filosóficas)? EXTENSIÓN MÍNIMA: 50 palabras.

7º ¿Cuál era el principal asunto filosófico por el que eran conocidos los primeros estoicos griegos?

8º ¿Cuál es su idea básica acerca de cómo conseguir ese control mental?

9º Según los estoicos, ¿cuál es el objetivo de ese control mental por el que abogan?

10º ¿Cómo debe reaccionar un estoico ante un suceso trágico como por ejemplo la muerte de un hijo?

11º Según los estoicos:
a) ¿Qué es lo que no está bajo nuestro control?

b) ¿Qué es lo que queda siempre bajo nuestro control?

12º ¿Qué concepción mantiene el estoicismo respecto a las emociones?

13º Qué dos ejemplos ponen en el libro que demuestran que las emociones están bajo nuestro control? (numera los dos ejemplos)

14º Pon ahora tú dos ejemplos de tu propia cosecha (numera también tus dos ejemplos)

15º ¿Por qué es importante mantener las emociones bajo control?

16º ¿Qué debemos hacer con las emociones según los estoicos?

17º Busca en la wiki información sobre Epícteto (mínimo 50 palabras).

18º Cuál fue la principal doctrina de Epícteto?

19º Según Epícteto, ¿cuál es el mejor consejo práctico para soportar el dolor y el sufrimiento?

20º ¿Quién siguió los consejos prácticos de Epícteto acerca de cómo soportar el dolor y el sufrimiento? ¿Qué hizo exactamente?

21º ¿Dónde surgió el estoicismo? ¿Dónde floreció?

22º Busca información en la wiki sobre la vida y obra de Cicerón y Séneca (50 palabras como mínimo sobre cada uno de ellos).

23º ¿Qué temas les interesaban especialmente a los estoicos romanos?

24º ¿Qué pensaban respecto a estas cuestiones?

25º a) Busca en la wiki el significado de la locución latina “Carpe diem”.

b) ¿Qué poeta latino la acuñó?

c) ¿Crees que expresa adecuadamente la idea estoica de que hay que aprovechar al máximo la brevedad de la vida?

26º Según Cicerón, ¿cuáles son los cuatro problemas principales del envejecimiento y que postura debemos según él tomar ante ellos? (contesta la pregunta numerando los cuatro problemas)

27º ¿Cómo debe reaccionar el sabio estoico ante cada uno de estos cuatro problemas? (contesta también la pregunta numerando las posibles soluciones)

28º Explica el significado de la expresión latina “Ars longa, vita brevis” (en esta pregunta tienes 1º que indicar el significado literal de esta expresión latina; 2º explicar qué mensaje quiere transmitirnos)

29º El título de una de las principales obras de Séneca fue “Acerca de la brevedad de la vida. ¿Por qué para Séneca el problema de la vida no es su brevedad?

30º ¿Qué actitud debemos mantener ante la inevitabilidad de la brevedad de la vida?

31º ¿En qué consiste “vivir de verdad”?

32º Según Séneca, ¿por qué la mayoría de las personas vive preocupada por trivialidades o se esconden de sí mismos en la multitud?

33º Según Séneca, ¿cómo deberíamos vivir y a qué actividad deberíamos dedicar nuestro tiempo?

34º ¿Por qué para Warburton, el escritor de este libro que estás leyendo, no es una buena seguir los consejos o las recetas estoicas para alcanzar la serenidad?


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