jueves, 19 de enero de 2023

4º EXAMEN DE DESCARTES - TEXTO DE DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS

 



TEXTO DISCURSO DEL MÉTODO II (Demostración existencia Dios)

Después de lo cual, hube de reflexionar que, puesto que yo dudaba, no era mi ser enteramente perfecto, pues veía claramente que hay más perfección en conocer que en dudar; y se me ocurrió entonces indagar por dónde había yo aprendido a pensar en algo más perfecto que yo; y conocí evidentemente que debía de ser por alguna naturaleza que fuese efectivamente más perfecta. En lo que se refiere a los pensamientos, que en mí estaban, de varias cosas exteriores a mí, como son el cielo, la tierra, la luz, el calor y otros muchos, no me preocupaba mucho el saber de dónde procedían, porque, no viendo en esos pensamientos nada que me pareciese hacerlos superiores a mí, podía creer que, si eran verdaderos, eran unas dependencias de mi naturaleza, en cuanto que ésta posee alguna perfección, y si no lo eran, procedían de la nada, es decir, estaban en mí, porque hay defecto en mí. Pero no podía suceder otro tanto con la idea de un ser más perfecto que mi ser, pues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procediese de la nada; y como no hay menor repugnancia en pensar que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos perfecto que en pensar que de nada provenga algo, no podía tampoco proceder de mí mismo; de suerte que sólo quedaba que hubiese sido puesta en mí por una naturaleza verdaderamente más perfecta que soy yo, y poseedora inclusive de todas las perfecciones de que yo pudiera tener idea; esto es, para explicarlo en una palabra, por Dios. A esto añadí que, supuesto que yo conocía algunas perfecciones que me faltaban, no era yo el único ser que existiese (aquí, si lo permitís, haré uso libremente de los términos de la escuela), sino que era absolutamente necesario que hubiese algún otro ser más perfecto de quien yo dependiese y de quien hubiese adquirido todo cuanto yo poseía; pues si yo fuera solo e independiente de cualquier otro ser, de tal suerte que de mí mismo procediese lo poco en que participaba del Ser perfecto, hubiera podido tener por mí mismo también, por idéntica razón, todo lo demás que yo sabía faltarme, y ser, por lo tanto, yo infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente y, en fin, poseer todas las perfecciones que podía advertir en Dios.

R. DESCARTES; Discurso del Método

 

Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento del “Discurso del método”. Comenzaremos nuestro comentario contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. El “Discurso del método” es una obra que Descartes escribió cuando contaba 40 años de edad. En ella, expone sus nuevas ideas acerca del saber verdadero (tanto filosófico como científico) y la metodología conducente a alcanzarlo. Con su nueva metodología, Descartes rompía definitivamente con el método escolástico que se enseñaba en las universidades (caracterizado por sus interminables razonamientos silogísticos), proponiendo un nuevo método que sobresalía por su simplicidad (consta sólo de 4 reglas) y por tomar como modelo al razonamiento matemático. También en dicha obra, comenzó a formular algunas de las principales ideas de su sistema filosófico:

-    la búsqueda de una primera certeza sobre la que asentar el saber,

-    la demostración de la existencia de la sustancia divina

-    la demostración de la naturaleza espiritual del alma humana,

-    la naturaleza extensa de la sustancia corpórea,

-    el dualismo cuerpo/alma característico del ser humano.

Las ideas fundamentales del texto son las siguientes:

1º Del hecho de dudar y del principio implícito “Es superior y más perfecto conocer que dudar” se infiere, afirma Descartes, su imperfección como cosa pensante.

2º Descartes se pregunta por la causa de su idea de “una cosa pensante que conoce y no sólo duda” y por lo tanto de la idea de un ser más perfecto que él, es decir, la idea de una mente perfecta.

3º La causa de esa idea (la de un ser, de una mente más perfecta) no puede ser sino una realidad (una “naturaleza”) más perfecta que él mismo. ¿Por qué? Porque la idea de un ser más perfecto no puede ser causada por un ser imperfecto como él es. En conclusión: su propio pensamiento no puede haber causado esa idea.

4º ¿Cuál puede ser, entonces, la causa de esa idea? Necesariamente un ser más perfecto que él, es quien ha puesto en su mente esa idea. A su vez, debe poseer todas las perfecciones que Descartes pudiese llegar a pensar.

Por lo tanto:

-    en primer lugar, esa naturaleza existe y,

-    en segundo lugar, esa naturaleza es divina.

EN CONCLUSIÓN, podemos indubitablemente afirmar que la proposición “Dios existe” es verdadera.

5º Toda perfección que hay en Descartes (por ejemplo, el hecho de existir) procede de dicho ser perfecto del cual en pequeña medida participa.


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