viernes, 25 de mayo de 2012

Instrucciones para el examen de selectividad


INSTRUCCIONES PARA EJECUTAR EL EXAMEN DE SELECTIVIDAD EN LA ASIGNATURA DE FILOSOFÍA 

  Antes de la prueba:

a)                           Comprar un tipo de bolígrafo que facilite el escribir lo más rápido posible (tipo “pilot”). Llevar al examen dos unidades.
b)                          No olvidar llevar un reloj de pulsera para saber exactamente de cuánto tiempo dispongo en cualquier momento del examen (y también para no cometer ningún error a la hora de llegar a los distintos exámenes a la hora)

Ante la prueba. Delante vais a tener dos opciones de examen: opción A y opción B. Si una de ellas corresponde a los bloques 3º, 6º o 7º (es decir, a los bloques san Agustín/ santo Tomás, Marx o Nietzsche), elegimos necesariamente la otra opción, aquella que corresponde a los autores que hemos preparado a lo largo del curso.
En caso de que las dos opciones correspondan a los autores que llevamos estudiados, ¿qué opción es más inteligente elegir? A mi entender, elegiré la opción que a uno le resulte más cómodo desarrollar:
- ya sea porque el examen es objetivamente más fácil. Por ejemplo, si tengo que elegir entre un examen de Platón o de Kant, optaré por la opción de Platón (ya que me piden que desarrolle la teoría de las Ideas) que la opción alternativa de Kant (en la que tengo que explicar la síntesis kantiana entre el racionalismo y el empirismo),
- ya sea porque la he estudiado más y/o recuerdo mejor en el momento del examen (por ejemplo, ante el mismo caso anterior, a la hora de elegir entre Platón o Kant, elijo a Kant ya que, aunque es objetivamente más complicado, recuerdo mucho mejor la cuestión temática que tengo que desarrollar ya que al ser el último autor que preparé durante el curso, lo tengo más fresco y vivo en la memoria (amén de que como tuve que presentarme a un examen de recuperación, lo estudié a fondo en dos ocasiones).

Ejecución de la prueba.

a)                          No olvidéis que tenéis que redactar una “Composición filosófica” en la que se va a valorar no sólo vuestro grado de conocimiento de un autor y de una época (es decir, los folios chapados) sino también 1º la calidad de vuestra expresión escrita y 2º el que todo lo que uno vaya contando siga un hilo discursivo que sea fácilmente reconocible por el corrector de la prueba (uno debe intentar conseguir que todo lo que explica en su composición este bien trabado, es decir, que no sea una mera acumulación de datos, de información que uno ha memorizado a machamartillo sino que lo que uno está contando en cada momento sea la consecuencia lógica de lo que anteriormente acaba de explicar amén de que dé siempre la sensación que he logrado entender aquello de lo que estoy hablando). Por ello, es sumamente importante que cuidéis especialmente no sólo lo qué decís sino el cómo lo decís y el cómo exponéis lo que decís.
b)                         Os van a entregar un cuadernillo en blanco en el que vais a tener que desarrollar vuestra composición. Os recomiendo que dejéis la primera hoja en blanco por las dos caras y  comencéis vuestro examen por la segunda hoja del cuadernillo desarrollando la cuestión temática que os piden que desenvolváis (por ejemplo, en un examen de Aristóteles, comienzo el examen desarrollando la cuestión temática de la ética aristotélica. ¿Por qué comenzar por ella y no por el principio de la composición? Porque ésta es la parte 1º más amplia y extensa que tengo que elaborar y 2º es la que más puntos vale del examen (6 puntos). Por lo tanto, es a la que más tiempo uno debe dedicar sin que en ningún momento la limitación del tiempo (por ejemplo, encontrarme que sólo me quedan 25 minutos y que aún estoy por la mitad del desarrollo de la larguísima explicación de la ética aristotélica) se pueda convertir en un obstáculo de su ejecución. ¿Cuánto tiempo debo dedicar a esta segunda parte? Una media de 50 minutos (los otros 40 minutos los dedicaré a las otras dos partes del examen: entre 20 y 30 minutos a la primera parte, la contextualización, y los entre 10 y 20 minutos restantes, para cumplimentar la tercera parte, esto es, la comparativa y el juicio crítico).

No olvidéis a la hora de llevar a cabo esta segunda parte dos cosas:
1º comenzar siempre con una introducción retórica que le indique claramente al corrector que vais a desarrollar seguidamente dicha segunda parte (no olvidéis que tenéis que facilitar todo lo posible a los correctores la tarea que están realizando, poniéndolos siempre a vuestro favor; quizá en el momento en que les toque corregir vuestro examen lleven ya más de cien exámenes corregidos y por lo tanto están agotados y sus capacidades para corregir estén mermadas).
2º no dejéis nunca de hacer alguna referencia al texto, ya sea a lo largo del desarrollo de vuestras explicaciones (que sería la forma ideal de referirse al texto), ya sea al principio o al final de esta segunda parte (estoy convencido de qué decir algo sobre el texto, lo cual implica supuestamente que durante el examen lo has leído y que has llegado a entenderlo y a relacionarlo con la cuestión que te exigen que desenvuelvas, es valorado con uno o dos puntos de los seis en total que vale esta parte). Indicar siempre claramente que os estáis refiriendo a algún aspecto en concreto del texto que está relacionado con algo que estáis explicando en la cuestión temática. Para facilitaros la tarea del comentario de los textos, he remarcado en negrita las ideas fundamentales de todos los textos que pueden caeros en selectividad. Están a vuestra disposición en el blog del departamento de filosofía “axitaciónfilosófica.blogspot.com”, en la última entrada, “la composición filosófica”.
                            
Una vez  rematada la segunda parte, pasad a redactar la primera parte en la primera hoja del cuadernillo. Tiene dos partes: la contextualización histórica y filosófica del autor que os ruego encarecidamente que nunca dejéis de preparar (es 1´5 que uno se asegura siempre en todos los exámenes) y la cuestión contextual. No olvidéis de diferenciar claramente estas tres partes (contextualización socio-histórica, contextualización filosófica y cuestión contextual con los pertinentes puntos y aparte e introducciones retóricas del tipo “paso seguidamente a dar cuenta de la cuestión contextual por la que se me inquiere”. Al ejecutar esta primera parte sólo tengo que tener cuidado con dos cosas:
1º no pasarme de tiempo y dejar como mínimo entre 10 y 20 minutos para la tercera parte del examen (es posible pasarse del tiempo porque algunas cuestiones contextuales son muy largas) y
2º darme cuenta que tengo un espacio limitado para desarrollar mis explicaciones, lo cual me obliga desde el principio a adecuar el tamaño de mi letra al espacio del que dispongo (os recomiendo que desarrolléis en la cara anterior las contextualizaciones y en la posterior la cuestión contextual).
                         
Finalmente, tras los puntos y aparte y las introducciones retóricas correspondientes, en los últimos 20-10 minutos de la prueba, paso a realizar la tercera parte: comparativa y juicio crítico. Mi recomendación es que preparéis siempre el juicio crítico (son sólo seis, uno por autor) y se os puntuará entre un 0´5-0´75 más vuestra composición. Para facilitaros el estudio de esta parte, también podéis encontrar en el blog los juicios críticos con la parte más reseñable subrayada en negrilla.

c)                          Una vez rematada la prueba, si me quedase tiempo, tengo dos opciones: la más fácil es la que todos normalmente hemos elegido a lo largo de nuestra trayectoria académica, levantarnos, entregar el examen y abandonar el aula como quien huye de una cámara de los horrores. Con lo que nos estamos jugando, no es una elección muy prudente. Siquiera por una vez en la vida, no está de más elegir la opción alternativa que ya os podréis imaginar cual es: aunque no me apetezca lo más mínimo, releo mi examen intentando localizar errores y, en la medida de lo posible, subsanarlos:
1º faltas de ortografía (bajan la nota)
2º incorrecciones sintácticas, anacolutos, etc. (bajan la nota)
3º crasos errores (errores graves) como afirmar que Descartes fue un filósofo empirista (bajan un montón la nota ya que convencen al corrector que no te enteras de nada y que lo único que has hecho ha sido chapar)
4º errores de bulto (errores veniales) como indicar que Kant nación en Rusia y no en Prusia (bajan la nota)
Es mucho lo que está en juego (en ocasiones, la selectividad se aprueba o se suspende por una décima; en otros casos, entro en una carrera o me quedo fuera también por una décima) por lo que no está demás poner todo de nuestra parte para arañar hasta la última décima y obtener el mejor resultado posible.
d)                         Exclusivamente para aquellos que tienen una letra pésima o adolecen de mala presentación de sus exámenes. Haced el mayor esfuerzo posible por que vuestra letra sea legible y por que el examen esté lo menos emborronado posible.
e)                          Una última recomendación. Si a lo largo del curso he dejado algún autor (se me viene a la mente, Locke. ¿Por qué será?) o alguna cuestión temática sin preparar (pienso por ejemplo en “Kant y la Ilustración”), estoy jugando a la ruleta rusa y puedo salir escaldado. En el examen de selectividad sólo soy un código de barras y el profesor que corrige mi examen nada sabe de mí ni de lo que he ido haciendo, con mayor o menor acierto, a lo largo del curso. Por ello, para todos aquellos que están en esta situación (que sois unos cuantos, como bien sabéis) os ruego encarecidamente que os preparéis estos días que restan a la celebración de la prueba (disponéis de un par de semanas) esas partes que aún no habéis estudiado.

Después de la prueba. Una vez conozcamos la nota que me han puesto en el examen de filosofía, tengo tres opciones: 1º Estar de acuerdo con dicha nota. 2º No estar de acuerdo con ella, pero conformarme con la nota que me han puesto. 3º No estar de acuerdo con ella y reclamar.

En este último caso, tengo que tener en cuenta lo siguiente. Si reclamo, me van a corregir de nuevo el examen y me pueden tanto subir la nota como bajarla (por lo tanto, sólo reclamaré si la nota final está por debajo muy claramente de las expectativas de nota que “realistamente” me hago; es decir, no merece la pena reclamar si me han puesto un 5´5 y considero que me merezco un 6). El riesgo de que me bajen la nota debo tenerlo siempre presente y por ello tengo que ponderar bien las consecuencias que puede implicar para mi nota final de selectividad (y para entrar en determinadas carreras en las que exigen notas de corte) el que no me suban la nota de filosofía sino que me la bajen.

 Si decido reclamar y me suben la nota (por ejemplo, paso de un 6 a un 6´75) debo llegar al final del proceso, esto es, debe presentar una segunda reclamación. ¿Por qué? Porque si en la primera reclamación me han subido la nota es porque en la segunda corrección me han puesto un 7´5 (y por ello, haciendo la media con el 6 que obtuve como primer resultado, la nota de la primera reclamación es un 675). En la segunda reclamación, el examen es corregido por el presidente del grupo de trabajo que se encarga de la elaborar la prueba de selectividad,  y su planteamiento, tal como me aseguró telefónicamente hace un par de años, es mantener la nota de la segunda corrección (es decir, la nota puesta por los correctores del examen tras haber interpuesto la primera reclamación, esto es, un 7´5).

                                   

Apuntes Selectividad

En el siguiente enlace:
 Libro Apuntes Selectividad
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