miércoles, 27 de abril de 2022

4º ESO - APUNTES LIBRETA VIERNES 29 DE ABRIL

 






 LAS GRANDES IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

La siguiente lectura la vamos a dedicar a explicar dos cosas que están estrechamente relacionadas:

1º Daremos cuenta de las principales ideologías políticas del mundo moderno:

a)      - El liberalismo

b)     -  El socialismo

Estas son las dos principales ideologías políticas, pero hay otras:

c)     -  El conservadurismo o tradicionalismo

d)     -  La democracia cristiana

Además, hay idearios políticos como el nacionalismo que se centran en cuestiones políticas muy concretas y que no se pueden vincular directamente con el pensamiento político de derechas ni de izquierdas. Por otro lado, tenemos que tomar en consideración que algunas de estas ideologías políticas, como ocurre por ejemplo con el socialismo, tienen dentro de sí múltiples variantes como por ejemplo los socialdemócratas, los comunistas, los anarquistas, etc.

2º Profundamente vinculada con la cuestión anterior es qué debemos entender por cada una de las tres grandes ideas (o ideales) políticos del mundo moderno: igualdad, libertad y solidaridad (fraternidad). De lo que se trata es de dilucidar, aclarar, de qué igualdad estamos hablando, de qué libertad y finalmente de qué clase (y en qué grado) de solidaridad. Como veremos en próximas clases, las diferencias entre las distintas ideologías políticas son efecto de una distinta concepción de lo que sea la igualdad, la libertad y la solidaridad.

            Nuestro punto de partida en este recorrido por las grandes ideologías en el mundo moderno será el de una oteada panorámica de todas ellas, dejando para más adelante el análisis más pormenorizado de cada uno. Las tres grandes familias ideológicas en el mundo moderno son:

  1. El conservadurismo.                2º. El liberalismo.                        3. El socialismo.


EL CONSERVADURISMO

¿Qué es el conservadurismo? ¿En qué creen los conservadores? ¿Qué modelo de sociedad defienden?

Ser conservador significa:

1º Creer en el valor de la tradición: para los conservadores todas las instituciones sociales y políticas que hemos heredado de nuestros antepasados son buenas. ¿Por qué? Porque son el resultado de las experiencias exitosas de las generaciones que nos precedieron en el tiempo (dichas instituciones son el precipitado de la historia). Para un conservador, el pasado no es sinónimo de obsolescencia (de que algo está anticuado y ya no sirve para nada) sino de experiencia exitosa ya probada. En esto consiste la lógica conservadora.

2º Tener una concepción organicista de la sociedad. Para los conservadores, la sociedad es como un gran organismo vivo en el que cada una de las distintas clases o estamentos sociales (como si de un órgano del cuerpo social se tratase) cumple una función específica: la función del pueblo llano sería la producción de bienes y servicios económicos y la de las clases dirigentes (la élite o aristocracia social) dirigir y cuidar al conjunto de la comunidad.

Y es que, para los conservadores, la sociedad debe ser como una “gran familia”: no una mera asociación de individuos sin vínculos entre ellos más allá del interés propio (algo así como un gran club), sino una verdadera comunidad (una gran familia), una comunidad orgánica en la que las clases dirigentes cumplen la función de padre solícito (cariñoso, atento, responsable y abnegado si llegase el caso) y las clases subordinadas la de hijos obedientes, esforzados y disciplinados. Por todo ello, es normal que el conservador tenga una concepción de la política paternalista y autoritaria.

El partido conservador más importante de la historia (aunque su ideología hoy en día case poco con lo que acabamos de contar acerca del conservadurismo) es el Partido Conservador británico. Se les denomina oficiosamente “torys”, contraponiéndolos a los “whigs” que son los liberales. Además de ellos, desde finales del siglo XIX, en el Parlamento británico también está presente el Partido Laborista, el partido de los trabajadores (antes de la II Guerra Mundial, el poder se lo disputaban el partido conservador y el partido liberal; desde que terminó la II Guerra Mundial, el poder se lo disputan el partido conservador y el partido laborista).


EL LIBERALISMO (1º APROXIMACIÓN)

¿Y el liberalismo?

El liberalismo es, sin lugar a dudas, la ideología política moderna por excelencia.

¿Qué concepción de la sociedad tienen los liberales? ¿En qué creen?

Los liberales creen en el individuo: un individuo libre y responsable que se siente el único verdadero dueño y señor (propietario) de su vida. El liberalismo es, por lo tanto, individualista.

¿Y la sociedad?

Para los liberales, la sociedad no es una comunidad (una gran familia) sino una simple asociación de individuos (un gran club).

¿Qué tipo de asociación?

Una asociación de hombres libres (ciudadanos) que han decidido vivir juntos para cooperar libremente y defender sus intereses comunes.

Lo más importante que debemos saber sobre los liberales es que para ellos el MERCADO (el mercado es el lugar donde los individuos ejercen su derecho a intercambiar, a comprar y vender, libremente lo que quieran) es la principal institución sobre la que se sustenta una sociedad libre.


EL SOCIALISMO (1º APROXIMACIÓN)

¿Y los socialistas?

Si el liberalismo era la reacción a los males del absolutismo del Antiguo Régimen (fueron las revoluciones liberales del siglo XVIII y XIX quienes llevaron a su fin al Antiguo Régimen), el socialismo será la reacción a los males y problemas sociales que surjan en la nueva sociedad liberal (la nueva sociedad industrial capitalista).

El socialismo considera que el liberalismo político (el liberalismo) y el liberalismo económico (el capitalismo) van siempre de la mano ya que, en realidad, son la misma cosa (las dos caras, la cara política y la cara económica, de una misma moneda: la sociedad capitalista).

            La idea clave para entender el socialismo es la siguiente: la sociedad capitalista es, aparentemente, una sociedad libre y justa. Pero ello es falso, es una mentira: la gran mentira. En realidad, frente a la aparente libertad y prosperidad que genera la sociedad capitalista moderna, ésta es la sociedad más opresiva y depauperante (empobrecedora) de la historia.

¿Cómo es esto posible?

Porque la libertad que existe en el capitalismo (y su gran cuartada ideológica, el liberalismo) es la libertad sin restricción alguna de explotación del hombre por el hombre.

¿Por qué abogan los socialistas?

            Desean el surgimiento de una sociedad más igualitaria (y también más solidaria) que la desigualitaria, injusta, insolidaria sociedad capitalista. Para lograr estos loables fines es inevitable limitar la libertad de los individuos. Hay muchas formas de socialismo, pero podemos, para empezar, agruparlos en dos grandes grupos:

  1. El socialismo reformista (el socialismo democrático, el socialismo que acepta las reglas de juego de la democracia liberal, constitucional y parlamentaria).
  2. El socialismo revolucionario (el socialismo autoritario y antiliberal).

El socialismo surgió en las primeras décadas del siglo XIX (Francia, Inglaterra 1830-1840). En principio, durante todo el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX (hasta la 2º Guerra Mundial), la forma de socialismo predominante fue el socialismo revolucionario (todos los grandes partidos socialistas de aquel entonces defendían de un modo u otro la revolución (sólo había una excepción: el partido socialista inglés, el Partido Laborista, que nunca fue revolucionario). Pero desde finales de la 2º Guerra Mundial hasta la actualidad, la práctica totalidad de los partidos socialistas se han hecho reformistas (reunidos en 1951 en Bad Godesberg, la plana mayor del SPD, el partido socialista alemán, renunció definitivamente a las vías revolucionarias para alcanzar el poder; lo mismo hicieron el resto de partidos socialistas europeos; el último en hacerlo fue en 1977 el PSOE por el retraso que en esta puesta al día del socialismo conllevó el franquismo).

Pasemos ahora a explicar con mayor detalle estas ideologías políticas a los que añadiremos (si nos da tiempo) otro par de credos políticos que han tenido un gran predicamento en el mundo moderno: el nacionalismo y la democracia cristiana.


EL NACIONALISMO POLÍTICO

A)     Con respecto al nacionalismo, hay que saber que, al igual que ocurre con el socialismo, hay diferentes tipos:

-          Un nacionalismo que reivindica derechos territoriales (derecho a independizarse como un nuevo Estado soberano) de regiones integradas en estados ya constituidos y consolidados como tales (un ejemplo de ello, lo tenemos en la independencia de Irlanda del Reino Unido tras la 1º Guerra Mundial u, hoy en día, en la reivindicación de una parte de la población catalana de su derecho a decidir si separarse del resto de España para constituirse como una república independiente). Este nacionalismo es político (porque su reivindicación es política) pero busca una justificación cultural o histórica (étnica o lingüística: los irlandeses no son ingleses por ser católicos etc., o los catalanes no son españoles porque no son castellanos, es decir, castellanoparlantes, etc.; para algunos, la justificación histórica es, en realidad, pseudohistórica).

-          Otro tipo de nacionalismo estatalista que sirve de ideología aglutinadora de la población de un Estado moderno (un ejemplo de ello lo tenemos en el nacionalismo francés)

B)     Dentro del grupo ideológico conservador, debemos hacer una referencia al margen acerca de la democracia cristiana.


LA DEMOCRACIA CRISTIANA

¿Qué es la democracia-cristiana? La principal ideología conservadora surgida tras la II Guerra Mundial.

¿Dónde hizo su aparición?

En aquellos países que habían perdido la guerra como Alemania o Italia, o que se habían aliado con las potencias del Eje (como la República de Vichy, es decir, Francia).

En estos países, la mayoría de las fuerzas conservadoras habían colaborado, incluso simpatizado, con el fascismo y el nazismo, lo cual, después de la guerra, las convertía en sospechosas. Pues bien, los demócrata-cristianos eran conservadores, pero en ningún momento habían manifestado la más mínima simpatía por el fascismo e incluso, en la medida de lo posible, se habían opuesto a él. Eran, por lo tanto, en dichos países, la única fuerza conservadora fiable y que no requería pasar por un proceso de desnazificación. 

Además, en el contexto de la Guerra Fría contra la Unión Soviética, para Estados Unidos era muy importante que Alemania, Francia e Italia no estuviesen gobernados por partidos socialistas o comunistas (ya que un gobierno socialista, no digamos ya comunista, podía simpatizar con la URSS, con el peligro de desequilibrio que ello supondría en el frágil orden mundial posterior al final de la II Guerra Mundial). Pues bien, los demócrata-cristianos eran inequívocamente anticomunistas y, por lo tanto, se convirtieron en el principal muro de contención para que el comunismo prosoviético (incluso la social-democracia antes de abandonar definitivamente el marxismo revolucionario) no alcanzase el gobierno en las jóvenes y aún frágiles nuevas democracias italiana, francesa y, sobre todo, alemana.

¿Quiénes fueron los principales líderes de la democracia-cristiana en los años inmediatamente posteriores al final de la guerra, es decir, entre 1945 y 1965?

-          En Francia: Robert Schuman (no confundirlo con el músico Robert Schumann).

-          En Italia: Alcide De Gasperi

-          En Alemania: Konrad Adenauer (el canciller de la nueva República Federal de Alemania).

¿Por qué es importante que conozcamos sus nombres?

Porque fueron ellos los que idearon y crearon la Unión Europea (la Unión Europea es el gran proyecto político de la democracia-cristiana, proyecto al que luego también se sumaría con entusiasmo la socialdemocracia).

El Día de Europa celebra cada 9 de mayo la paz y la unidad del continente. La fecha es el aniversario de la histórica declaración de Schuman. En un discurso pronunciado en París en 1950, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, expuso su idea de una nueva forma de cooperación política que hiciera impensable un conflicto bélico entre las naciones europeas. Ese fue el punto de arranque de la Unión Europea.

¿Cuál es la ideología política de la democracia-cristiana?

La democracia-cristiana se denomina así porque hace suyo la doctrina social católica y la ética social protestante.

Para ellos, tan importante es la existencia del libre mercado (como defienden los liberales) como el que el Estado se encargue de dispensar una serie de servicios sociales fundamentales (sanidad, educación y protección social) que protejan a los individuos de las adversidades que puedan padecer (crisis económicas, enfermedad, vejez, pandemias) y permita que estos, como las personas que son, puedan vivir siempre con dignidad.

Es decir, defienden un  modelo político-social mixto, la denominada “economía social de mercado”: una economía de mercado libre (economía capitalista liberal) cuyos desequilibrios son compensados por un Estado que provee a los ciudadanos de una serie de servicios sociales básicos, es decir, una economía de mercado eficiente. Esta es la base ideológica sobre el cual se ha construido el Estado del bienestar actual.

¿Cuáles son los partidos demócrata-cristianos más importantes?

El partido demócrata-cristiano más influyente y relevante del mundo es la CDU. La CDU es el partido que en más ocasiones ha gobernado Alemania desde el final de la II Guerra Mundial (con breves paréntesis en que Alemania fue gobernada por el SPD, por el partido socialista alemán o partido socialdemócrata alemán). Este partido es una de las claves de la estabilidad de Alemania (y de la Unión Europea) desde 1945.

En Italia, la Democracia Cristiana italiana gobernó el país hasta la década de los noventa del pasado siglo, hasta que el país cayó en manos de gobernantes populistas (el primero fue el empresario Silvio Berlusconi).

En Francia, la democracia cristiana tuvo una gran relevancia durante la IV República y se integró dentro del gaullismo con el advenimiento de la V República.

En España, la democracia cristiana estuvo integrada dentro de la UCD (el partido de Adolfo Suárez que pilotó la transición de la dictadura franquista a la democracia) hasta 1982, y desde entonces forma parte de la gran constelación ideológica conservadora del Partido Popular (el PP).

EN CONCLUSIÓN: Respecto a la democracia cristiana, nos basta con saber que los partidos demócrata cristianos son aquello cuya ideología está inspirada por la doctrina social (y política) de las grandes iglesias cristianas: fundamentalmente la Iglesia Católica y la Iglesia Evangelista alemana. Los dos países en que estos partidos han tenido mayor relevancia han sido, siempre después de la 2º Guerra Mundial, Italia (donde gobernaron ininterrumpidamente desde 1945 hasta la década de los 90 del pasado siglo) y Alemania (donde gobiernan ininterrumpidamente en Baviera y a los que se puede atribuir la creación de la República Federal de Alemania).


lunes, 25 de abril de 2022

1º BACH - CONOCIMIENTO TEÓRICO IV

 




LOS CRITERIOS DE VERDAD:

Acabamos de explicar que la verdad es la correspondencia entre lo que afirma una proposición (lo que significa) y los hechos.

Pues bien, necesitamos criterios para poder comprobar que dicha correspondencia se da y para medir y evaluar en qué grado se da esta. Vamos por lo tanto a explicar la cuestión de los distintos criterios de verdad, lo cual nos servirá también para explicar la cuestión de la necesidad de justificar la verdad.

¿Cuál es el principal criterio de verdad, es decir, cuál es la forma fundamental de justificar la verdad de una proposición?

LA OBSERVACIÓN EMPÍRICA DIRECTA

La observación empírica, los datos de los sentidos. Y así sabemos que la nieve es blanca porque percibimos directamente tal cosa a través del conocimiento directo o perceptivo de la realidad.

El problema de la experiencia directa (más allá 1º de la cuestión de si podemos o no fiarnos, si podemos o no confiar en los sentidos como fuente de información que nos sirva para justificar la verdad de una proposición, es decir, para justificar la verdad de nuestras creencias; y también  2º independientemente de la cuestión de si los hechos brutos de la experiencia pueden justificar alguna creencia sin requerir previamente ser interpretados, tal como demostró Wilfrid Sellars), el problema de la justificación de la verdad de una proposición a través simplemente de la experiencia ordinaria, es que ésta tiene unas extraordinarias limitaciones.

¿Cuál es la más importante limitación de mi experiencia sensorial?

La más relevante limitación de mi experiencia sensorial es que de la mayoría de los hechos que acontecen en el mundo no he tenido ni puedo llegar a tener experiencia directa de ellos en el presente. En el caso de que sí la hubiese tenido dicha experiencia directa al menos en el pasado tendría que hacer uso de mi memoria y fiarme del funcionamiento de esta.

En otros casos, debemos recurrir al testimonio fiable de otras personas que han tenido dicha experiencia (y así sé, por ejemplo, que Moscú existe aunque nunca estuve allí).

LOS INDICIOS

Pero el criterio más utilizado para justificar la verdad de una proposición cuando no hemos tenido experiencia directa del hecho correspondiente es el de acudir a los indicios directos, esto es, hacer uso de la denominada “prueba indiciaria” o de indicios (a esa se recurre continuamente en los procesos judiciales de carácter penal cuando no hay testigos directos de la comisión del delito: un asesinato, un robo, una violación).

Expliquemos seguidamente la prueba indiciaria, es decir, expliquemos cómo un indicio puede servir de criterio de verdad de una proposición, cómo la prueba indiciaria puede servir para justificar la verdad de lo que afirma una proposición.

¿Qué es un indicio?

Una huella, una señal, la huella que un determinado hecho (un hecho del que no tengo ni he tenido, ni yo ni nadie, experiencia directa) ha dejado en el mundo. La particularidad de esta huella, a diferencia del hecho que la ha producido, es que de la huella, del indicio, sí volvemos a tener experiencia directa, cosa que como sabemos en este caso no podemos tener del hecho correspondiente.

Recordemos que todo hecho (ese hecho del cual habla la proposición cuya verdad estamos comprobando) es un suceso en el mundo, un suceso que produce efectos en el mundo, un suceso que tiene consecuencias, consecuencias que se manifiestan en el mundo. Pues bien, un indicio es simplemente uno de esos efectos o consecuencias que produce en el mundo el hecho o suceso acerca del cual habla la proposición de la que estamos comprobando su verdad (es decir, de la que estamos comprobando su correspondencia con los hechos). Como vemos el indicio es una señal que señala el hecho que lo ha producido (del mismo modo que el humo es una señal, un indicio del fuego, pues señala, indica que algo se quema).

La relación que existe por lo tanto entre un indicio y su hecho correspondiente es una relación causal: el indicio es el efecto (uno de los múltiples efectos) que tiene el hecho, que es su causa. Pues bien, la presencia del indicio requiere ser explicada. Y explicamos el indicio cuando somos capaces de determinar su causa. El indicio, por lo tanto, nos sirve para probar que el hecho que es su causa realmente ha acontecido. Ejemplo: un pelo de Diana Quer que apareció en el maletero del coche del Chicle es un indicio que prueba, que justifica “más allá de toda duda razonable” el siguiente hecho y la verdad de la proposición correspondiente: “Diana Quer fue secuestrada, violada y asesinada por el Chicle”.

Como bien vemos tenemos continuamente que recurrir a la prueba indiciaria para reconstruir todos aquellos hechos de los que no hay ningún testigo directo.

 

COMPROBACIÓN EXPERIMENTAL

Flecha derecha: CONEXIÓNEl pensamiento científico hace un uso muy particular de la prueba indiciaria: la prueba indiciaria de la que hacen uso los científicos recibe el nombre de la confirmación experimental. La confirmación experimental es el siguiente criterio de verdad, la siguiente forma de justificar la verdad de una proposición que vamos a explicar.

Tenemos que tomar en consideración,

-          en primer lugar, que los científicos comprueban la verdad no de proposiciones particulares (acerca de un hecho singular, como fue el asesinato de Diana Quer) sino que comprueban la verdad de proposiciones generales, de leyes que versan no sobre hechos singulares sino sobre regularidades (el ejemplo canónico de lo que es una ley científica es la Ley de la gravedad de Newton).

-          la segunda peculiaridad del pensamiento científico es que en la mayoría de las proposiciones científicas se hace uso de conceptos teóricos (un ejemplo es fuerza de la gravedad, electrón, campo electromagnético…). El problema de los conceptos teóricos es que denotan, se refieren a entidades inobservables (entidades que ni se han percibido ni se percibirán jamás). El problema indudablemente es cómo podemos confirmar la verdad de una proposición que habla de electrones cuando nadie ha visto ni verá jamás tal cosa. Es la tópica contraposición: MUNDO EXPLICACIONES CIENTÍFICAS /  MUNDO OBSERVABLE

-          El tercer problema del pensamiento científico es que además de tener que verificar proposiciones sueltas (leyes) también tiene interés  en comprobar la verdad de una teoría científica en bloque (una teoría científica es un conjunto ordenado de proposiciones, de leyes científicas: un sistema teórico; el ejemplo canónico de teoría científica es la mecánica newtoniana).

Pues bien, los científicos evalúan la verdad de las proposiciones que formulan (esas proposiciones reciben el nombre de hipótesis científicas) recurriendo como criterio de justificación a la confirmación experimental.

¿Cómo se confirma experimentalmente la verdad de una hipótesis científica?

El científico supone que si su hipótesis es correcta, verdadera, se tienen que dar ciertas consecuencias (indicios científicos) en el mundo, consecuencias que son empíricamente observables y que prueban, justifican la verdad de lo que afirma dicha hipótesis. Ejemplo: el astrónomo ingles Halley haciendo uso de la Ley de la gravedad de Newton predijo que el cometa que lleva su nombre reaparecería en el firmamento 70 años después. Cuando tal cosa aconteció dicha reaparición confirmó la validez de la Ley de la gravedad de Newton.

CONSECUENCIAS PRÁCTICAS (CRITERIO PRAGMATISTA DE LA VERDAD)

El último criterio de verdad que vamos a explicar es el criterio pragmatista de verdad. El pragmatismo fue una corriente filosófica que surgió en USA a finales del siglo XIX (los filósofos más importantes fueron Pierce, W. James, de quien ya hemos hablado y Dewey, el padre de todo el sistema educativo norteamericano). Para los pragmatistas la manera de comprobar la verdad de una proposición, esto es, la correspondencia de la proposición con los hechos, es evaluando las consecuencias prácticas de dicha proposición (de dicha creencia). Podemos considerar que es verdadera aquella proposición o creencia que hace posible la resolución de un problema práctico y, por lo tanto, dicha creencia es verdadera por ser útil y beneficiosa (la verdad, la correspondencia de una proposición se evalúa midiendo su utilidad y la ventajas que nos aporta).

Ejemplo: la verdad de las leyes de la física queda justificada ya que gracias a ellas construimos viaductos como el de Catoira y éstos no se vienen abajo. Otro ejemplo: la verdad de la medicina científica (de las vacunas por poner el caso) queda justificada por los efectos benéficos que tiene la vacunación de la población al descender exponencialmente los contagios de una enfermedad.

 

ANEXO – LA VERDAD EN LAS MATEMÁTICAS Y EN LOS SABERES NORMATIVOS (ÉTICA Y POLÍTICA)

Hasta ahora hemos explicado en qué consiste la verdad de las proposiciones empíricas (aquellas que hablan acerca del mundo).

La verdad de las proposiciones matemáticas

Pues bien, ¿en qué puede consistir la verdad de una proposición matemática? (Las proposiciones matemáticas no hablan sobre hechos o sucesos mundanos). La verdad de las proposiciones matemáticas, por ejemplo la verdad del Teorema de Pitágoras, no puede consistir en la correspondencia ya que ello exigiría la existencia de los entes matemáticos (tal cosa, solo lo han defendido los filósofos de la antigüedad y no todos, solo los platónicos: Platón y sus seguidores). En el siglo XX se mantiene que la verdad de una proposición matemática se cifra en la coherencia (compatibilidad) de dicha proposición con el resto de proposiciones del sistema teórico en el que se integra. Y así la verdad del Teorema de Pitágoras consiste en que dicho teorema es coherente con la totalidad de los teoremas que constituyen el sistema teórico denominado Geometría euclidiana.

¿Qué  criterio utilizan los matemáticos para probar, justificar, que dicha coherencia se da?

El criterio es la deducibilidad (la demostración de dicho teorema a partir de los axiomas y teoremas más básicos del sistema).

La verdad de las proposiciones que establecen valores ético-políticos

En el caso de las proposiciones normativas, ¿en qué consiste la verdad de estas? ¿Cómo  justifico que es verdadera la proposición que afirma la igualdad entre hombres y mujeres? ¿Cómo podemos justificar la verdad de la afirmación “la democracia es la forma de gobierno más justa”?

En el caso de los saberes normativos, en el siglo XX, la verdad es entendida como consenso, no como la adecuación entre un sujeto y un objeto (verdad como correspondencia), sino como el acuerdo entre sujetos, el consenso acerca de lo que es bueno y valioso.

El criterio de verdad en este ámbito es que dicho acuerdo se lleve a cabo conforme a las reglas de un diálogo democrático en el que pueden participar en igualdad de condiciones todos los afectados para que así puedan defender sus legítimos intereses.

 

LOS GRADOS DE JUSTIFICACIÓN

Rematemos nuestros apuntes sobre el conocimiento proposicional explicando los grados del conocimiento. Existen tres grados de conocimiento, tres niveles en la justificación de la verdad de una proposición (de una creencia):

- Primer nivel – LA CERTEZA (saber): cuando justifico la verdad de una proposición de un modo concluyente, alcanzo la certeza, la seguridad plena de que dicha proposición es verdadera. Cuando estoy cierto de algo, mi conocimiento se convierte en SABER y en él no existe la posibilidad de error (por eso es imposible que sepa algo y que eso que sé sea falso). Este tipo de conocimiento, la certeza, es el que siempre buscaron los filósofos (ya desde Platón; Descartes lo busco más que ningún otro pues lo buscó metódicamente). Hoy en día, consideramos que el conocimiento cierto o perfecto es una quimera metafísica (un sueño irrealizable, inalcanzable, para la inteligencia humana)

- Segundo nivel – LA CREENCIA (creer): cuando logro justificar una proposición no de un modo concluyente pero sí al menos de un modo suficiente, mi conocimiento alcanza el estado de la creencia. Si cuando sé “p” es imposible que “p” sea falsa, cuando creo “p”, pienso que “p” es verdadera porque he aportado razones que lo justifican (esas razones aportan una buena base que justifican la verdad de “p”) pero cabe la posibilidad de que “p” sea falsa.

- Tercer nivel – LA DUDA O IGNORANCIA (dudar, ignorar, no saber): el último grado o estado en el que se puede encontrar el conocimiento respecto a la verdad es el estado de duda o ignorancia. Dudo cuando no tengo razones para decantarme ni por la verdad de “p” ni por su falsedad. Es un estado muy corriente por el que pasamos y en el que nos encontramos en muchas ocasiones.

¿Cómo se plantea esta cuestión de los grados del conocimiento en la actualidad, es decir, en el siglo XX-XXI?

Para la filosofía del siglo XX-XXI, más que hablar de grados de conocimiento se prefiere hablar de los grados de lo razonable. El punto de partida es considerar que todo pensamiento humano es una creencia. Pero no el mismo tipo de creencias: las creencias pueden ser muy diferentes según lo razonable que sean. Se puede decir que existe una escala de lo razonable de las creencias.

El punto de partida es admitir que todas mis creencias sin excepción pueden estar equivocadas (para el pensamiento del siglo XX no existe la certeza; detrás de una certeza no hay otra cosa que una verdad lógica, una verdad analítica, una tautología, una verdad por definición):

- en la parte superior de la escala de las creencias están las creencias extremadamente razonables: la creencia de que delante de mí tengo un folio en el que estoy escribiendo es una creencia extremadamente razonable.

- el siguiente grado de creencia está ocupado por las creencias muy razonables: por ejemplo, la creencia de que los electrones existen, aunque no los veamos (a este tipo de creencia pertenecen la mayoría de los conocimientos científicos).

- el tercer grado de creencia es el de las creencias bastante razonables: por ejemplo, la creencia de que hay otras formas de vida, incluso de vida inteligente, en algún lugar del universo. No tenemos de que existe ningún tipo de vida ni de vida inteligente extraterrestre pero en virtud de nuestros conocimientos acerca de cómo ha evolucionado la vida en la Tierra y sabedores de que en el universo hay innumerables planetas parecidos al nuestro no es improbable dicha creencia.

- por debajo de este grado de creencias, nos encontramos con las creencias bastante irrazonables: por ejemplo, la creencia de que Elvis vive y todo lo relacionado con su aparente muerte fue en realidad una conspiración (éstas serían las creencias de aquellos que motejamos hoy en día de “terraplanistas”).

- la parte inferior de la escala estaría ocupada por todas aquellas creencias que consideramos extremadamente irracionales: por ejemplo, la creencia de que las hadas, los duendes o las brujas existen.

 

APUNTES  ANTERIORES SOBRE LOS GRADOS DE CONOCIMIENTO

Hasta el siglo XX, se consideraba que la mente se puede encontrar en tres estados dependiendo del grado en que se hubiese logrado justificar la verdad de una proposición.

1º estado – CERTEZA: cuando logramos justificar la verdad de una proposición de un modo suficiente, podemos considerar que estamos seguros, ciertos, de la verdad de dicha proposición y, por lo tanto, que sabemos que es verdad.

Por ello, cuando alguien afirma que sabe algo, es imposible que eso que sabe sea falso (es imposible que diga que sé “p” y luego que “p” sea falso).

Ejemplo: miro por la ventana de mi cuarto y por ello sé que ahora no está lloviendo.

 

2º estado – CREENCIA: cuando logramos justificar la verdad de una proposición aportando razones o pruebas de su verdad, pero dicha justificación no es suficiente para estar seguros completamente de la verdad de dicha proposición, nos encontramos en un estado de creencia.

Por ello, cuando afirmo que creo “p”, consideró que “p” es verdadero pero acepto que podría equivocarme y ser falso.

Ejemplo: después de comprobar que el suelo está mojado, afirmo que esta noche llovió (pudo haber llovido, pero también pudo suceder que los suelos estuviesen mojados por haber sido regados por el servicio de limpieza municipal; es por ello por lo que aunque creo que llovió, me puedo equivocar al respecto)

 

3º estado - DUDA : cuando tengo razones del mismo peso que justifican “p” como su negación, mi mente se encuentra en el estado de duda.

Ejemplo: de repente se apaga la luz en mi cuarto (son altas horas de la madrugada y sólo mi luz está encendida) y dudo acerca de si se habrá fundido la bombilla o habrá saltado el diferencial (la bombilla ya estaba gastada y había parpadeado, pero también creí escuchar un levísimo click en el momento en el que se fue la luz)

Nota - por cierto, los escépticos son aquellos que extienden este estado de duda a toda posible afirmación, incluso a aquellas que nos resultan más evidentes y por ello afirmamos saber. Un escéptico no es el que afirma que nada es verdadero, sino que nada es cierto, que no hay razones para creer más en la verdad de algo que en su negación. ¿Por qué los escépticos razonan así? Porque no podemos fiarnos de nuestras facultades cognoscitivas (ni de los sentidos, ni de la memoria, ni de la inteligencia siquiera) ya que no sabemos cómo funcionan (de esto trata el famoso experimento mental del “genio maligno” cartesiano.

 

 

1º BACH - CONOCIMIENTO TEÓRICO III



 




Pasemos seguidamente a explicar la concepción de la verdad característica de la filosofía del siglo XX. Como sabemos estamos explicando qué es el conocimiento proposicional (en contraposición al conocimiento directo o perceptivo, aquel conocimiento que tenemos directamente de las cosas porque las percibimos directamente). Hablamos de “conocimiento proposicional” porque en este tipo de conocimiento conocemos lo que afirma una proposición ya que estas son las que pueden ser calificadas como verdaderas o falsas (es decir, el conocimiento humano no es 1º conocimiento de las cosas reales tal como defendían los filósofos griegos, ni 2º el conocimiento de representaciones mentales, ideas, tal como mantenían el cartesianismo, sino 3º conocimiento proposicional, conocimiento de lo que significa, afirma una proposición). Ésta es, por lo tanto, la gran diferencia del planteamiento de la filosofía del siglo XX respecto a concepciones pasadas: el conocimiento humano no es conocimiento de formas (griegos), ni de ideas (Descartes, filosofía moderna) sino de proposiciones. La razón de ello es la siguiente: ya sabemos que desde Descartes que la concepción del conocimiento de los griegos es un desatino, una exageración (por aquello de cómo va a ser capaz el entendimiento de asimilar la forma misma de las cosas). Pero el problema de la concepción cartesiana, de la concepción idealista es que nos abocará al subjetivismo (nuestras ideas son subjetivas porque son un producto de nuestra mente), tal como ocurrirá en filósofos como Berkeley, Kant y la filosofía romántica alemana (Fichte, Schelling, Hegel, Schopenhauer e incluso Nietzsche). Es por ello por lo que los filósofos del siglo XX buscarán un ámbito en el que poder alcanzar una representación objetiva de la realidad: ese ámbito lo encontrarán en el LENGUAJE (y de entre todos los lenguajes que representan objetivamente la realidad, el más perfecto es, sin lugar a dudas, el lenguaje…CIENTÍFICO, el lenguaje de la física).

 

Expliquemos seguidamente ahora la teoría de la verdad de la filosofía del siglo XX. Esta concepción de la verdad es fruto de las reflexiones llevadas a cabo por Frege, Russell, Wittgenstein y fue, finalmente, formulada en los años 30 del pasado siglo por el lógico polaco-norteamericano Alfred Tarski. Es la teoría semántica de la verdad. Expliquemos dicha teoría en que la verdad será definida en términos puramente lógicos.

Definición de la verdad:                                            Nota - p=la nieve es blanca

La proposición “p” (lenguaje-objeto) es verdadera (metalenguaje) si y solo si p (lenguaje de objetos).

La proposición “la nieve es blanca” (lenguaje-objeto) es verdadera (metalenguaje) si y solo si la nieve es blanca (lenguaje de objetos).

¿Qué nos indica esta definición acerca de la verdad?:

1.      La verdad es una propiedad metalingüística del lenguaje: esto quiere decir que la verdad solo puede ser predicada de una proposición (esa proposición, la proposición “p” entrecomillada, es su lenguaje-objeto) y pertenece a un nivel lingüístico distinto al del lenguaje ordinario (la proposición p sin entrecomillar es aquella por medio de la cual hablamos acerca de un hecho que se da en el mundo, en este caso, el hecho de que la nieve es blanca; la proposición p sin entrecomillar es el lenguaje de objetos).

Si no se respeta esta consideración, el uso del término verdadero puede generar todo tipo de paradojas y contradicciones (como por ejemplo las que se producen en frases como “Esta frase es falsa” o “Dijo Epiménides el cretense: “Todos los cretenses son mentirosos”” ).

-          Esta frase es falsa”: como todas las proposiciones, esta oración tiene que ser verdadera o falsa; pero si suponemos que  es falsa, entonces es verdadera (porque dice exactamente lo que es, que es falsa); pero si es verdadera, entonces es falsa (porque es lo contrario de lo que dice ser), y así indefinidamente, ad infinitum, hasta el infinito.

-          “Dijo Epiménides el cretense: “todos los cretenses son mentirosos””. Ocurre de nuevo lo mismo que en la frase anterior. Se genera una paradoja o aparente insoluble contradicción.

 

 

2.      La verdad es una propiedad lógica del lenguaje.

¿Qué tipo de propiedad? ¿Sintáctica, semántica o pragmática?

La verdad es una propiedad semántica del lenguaje.

¿Qué quiere decir esto? Que el lenguaje tiene capacidad de representar la realidad objetivamente y tal cosa lo logra porque el lenguaje significa.

La semántica estudia cómo el lenguaje puede significar el mundo extralingüístico:

-          Primero, porque las palabras se refieren a las cosas: las palabras denotan los objetos extralingüísticos.

-          Segundo, porque el lenguaje las puede representar, el lenguaje puede representar a las cosas: y en esto consistiría la función connotativa del lenguaje.

Veamos seguidamente cómo debe ser entendida esta función representativa significativa del lenguaje: una proposición es verdadera porque lo que afirma corresponde con los hechos, los hechos acerca de los cuales dicha proposición habla. Como vemos, no es otra cosa que la vieja teoría de la verdad como correspondencia (tanto para los antiguos como para los modernos, la verdad es la adecuación ya sea de nuestro entendimiento, ya sea de las ideas de nuestro entendimiento, a las cosas, al ser de las cosas), pero reformulada en términos lógicos.

Expliquemos la teoría de la verdad como correspondencia de antiguos y modernos con mayor detalle:

A)     Ya los filósofos griegos comprendieron que la verdad del conocimiento no podía consistir en otra cosa que la correspondencia (la adecuación) entre el entendimiento (la función intelectiva del alma) y la cosa. Pero ya sabemos en qué consistía esa correspondencia para los griegos: en la asimilación de las formas a través del proceso abstractivo.

B)    En el caso de los filósofos modernos, desde Descartes, la correspondencia se da entre las ideas de la mente y el mundo (el problema de las ideas es que son estados mentales, psicológicos subjetivos y tal cosa abocará al idealismo moderno al subjetivismo; de ese subjetivismo no se libró ni siquiera el empirismo británico y la prueba de ello la tenemos en la filosofía de Berkeley: para Berkeley la verdad de mis percepciones es algo puramente subjetivo porque el mundo extramental no existe; este es el antirrealismo berkeliano que ya explicamos en algún apartado anterior hasta el punto de que Berkeley afirmaba que “ser es ser percibido”, “esse est percipi”, que implicaba, ni más ni menos, que las cosas sólo existen cuando las vemos y mientras las vemos; y así, por ejemplo, la mesa que tengo delante deja de existir cuando me levanto de la silla, me doy la vuelta y dejo de verla, y no vuelve a existir hasta que no la vuelvo a ver).

Y así llegamos finalmente a la filosofía del siglo XX que intentara superar el subjetivismo idealista a través de esa nueva objetividad que cree encontrar en el lenguaje. Veamos seguidamente las tres principales teorías acerca de la verdad de la filosofía del siglo XX (no olvidemos que la verdad será entendida, como no, como correspondencia, en este caso, como correspondencia entre el lenguaje y los hechos):

Ø  La primera teoría importante de la verdad fue formulada por Russell y recibe el nombre de doctrina de la verdad del atomismo lógico.

 

Para el atomismo lógico, las proposiciones más básicas son como los átomos lógicos que corresponden a los hechos más elementales que existen en la realidad: los datos de los sentidos (sense-data).

 

Un ejemplo de proposición atómica la tenemos en la proposición deíctica “Esto es blanco” (una expresión deíctica es aquella que nos sirve para referirnos directamente a algo, como si lo estuviésemos señalando con el dedo).

A partir de estos átomos significativos (las proposiciones deícticas), se van construyendo, a través de las reglas de la lógica,

1º palabras (nombres como “nieve” y predicados como “blanco”) que ya no se refieren sólo a los sense-data y

2º proposiciones más complejas o moleculares, como por ejemplo la proposición “La nieve es blanca”, proposiciones que se refieren también a hechos más complejos que pueda haber en el mundo.

 

Ø  La segunda teoría de la verdad, la más influyente de la tres, fue la formulada por L.Wittgenstein en el Tractatus (la única obra que publicó en vida, en concreto, en 1921).

La teoría de la verdad de Wittgenstein se denomina “Teoría figurativa de la verdad”. Según Wittgenstein las proposiciones pueden hablar con verdad acerca de los hechos porque pueden representar figurativamente a estos.

La figuración consiste en:

1º la existencia de una relación biunívoca entre los elementos de la proposición y los objetos que componen el hecho del mundo acerca del cual habla la proposición y

2º el isomorfismo en el modo como se estructuran, como se ordenan, los elementos de la proposición y los objetos componentes del hecho en cuestión).

 

Ø  Finalmente, la tercera y última teoría de la verdad fue la propuesta por Carnap y el Círculo de Viena, es decir, la concepción de la verdad característica del neopositivismo lógico. La verdad es entendida en términos de verificación: la verdad consiste en el conjunto de operaciones a través de las cuales comprobamos que lo que dice la proposición se ajusta a los hechos del mundo. Y así, el significado de la proposición “Esto es una lámina de hierro” es el conjunto de operaciones que realizamos para verificar que lo es (“acercamos la barra a un imán y es imantada por ella”; “la lámina alcanza su punto de fusión a los 1538 grados”, etc.) .

Finalmente, el lógico Tarski formuló en los años 30 la definición canónica de la verdad propia de esta concepción logicista de la filosofía.