viernes, 29 de octubre de 2021

2º BACH - TEMA ABAU "REALIDAD Y CONOCIMIENTO EN PLATÓN"

 




Tema: REALIDAD Y CONOCIMIENTO EN PLATÓN

 

Dualismo ontológico platónico

 En su Teoría de las Ideas, Platón desarrolla una concepción metafísica de carácter dualista de la realidad: el dualismo ontológico platónico. Esta teoría defiende la existencia de dos mundos: el mundo sensible y el mundo de las Ideas.

 Describamos seguidamente dichos mundos: 

- por un lado, nos encontramos con el mundo sensible: formado por las entidades corpóreas, perceptibles a los sentidos, materiales y cambiantes. Este es el mundo que habita el ser humano.

 - por otro lado, está el mundo de las Ideas: constituido por las Ideas o Formas, entidades incorpóreas: perceptibles sólo a la inteligencia (el nous), inmateriales e inmutables. A este mundo sólo puede acceder el sabio a través de su inteligencia.

 

Las Ideas

 ¿Qué son las Ideas? 

Platón llamó Ideas a las causas metafísicas del mundo físico. Son: 

A)       -  la causa ejemplar (el modelo) de las cosas del mundo sensible, las cuales son sus copias.

B)        la causa formal (el ser de las cosas, su esencia).

 

Las Ideas tienen las siguientes características: son 1º objetivas (autosubsistentes); 2º inteligibles; 3º inmateriales; 4º inmutables; 5º eternas; 6º únicas.

 

Tipos y orden de las Ideas 

Las Formas están en el mundo de las Ideas. Las Ideas están conectadas lógicamente y jerarquizadas, constituyendo un sistema piramidal cuya cúspide está ocupada por la Idea de Bien, Idea suprema y fundamento primero de todo el mundo inteligible, causa de todo el ser e inteligibilidad (tanto del mundo inteligible como del sensible). 

Por debajo de ésta, hallamos, en orden estratificado descendente, el resto de las Ideas: 

    1º las Ideas de los cinco géneros supremos (ser, identidad ...) 

    2º Las Ideas ético-políticas. 

    3º Las Ideas matemáticas. 

    4º Las Ideas modelo-paradigma de los entes físicos.

 

La dialéctica ascendente 

Las Ideas son conocidas por el sabio por medio de la ciencia dialéctica. La dialéctica (dialéctica ascendente) es también la ciencia del ascenso de Idea en Idea. Por las Ideas, cual escalones, debe subir el sabio hasta alcanzar la cima de la pirámide donde se encuentra el fundamento del mundo ideal: la Idea de Bien.

 

La dialéctica descendente 

Posteriormente, el sabio debe ejercitar una dialéctica descendente en la que bajará de Idea en Idea hasta alcanzar la base de la pirámide. Logrará de este modo comprender la procedencia de todas las Ideas de la Idea suprema.

 

Finalidad ético-política de la filosofía platónica 

El conocimiento de la Idea de Bien es la razón por la que los filósofos sean los llamados a gobernar la Ciudad.

 

Relación mundo sensible/mundo ideal           

¿Qué relación existe entre el mundo sensible y el mundo ideal? 

Platón consideraba que el mundo sensible tiene una relación con el mundo inteligible ya que el ser del mundo sensible procede del mundo inteligible. Dicha relación de procedencia es entendida por Platón de dos modos distintos: 

 1º como imitación (mímesis): las cosas son copias de las Ideas 

2º como participación (methesis): las cosas participan de las Ideas.

 

El Mito del Demiurgo 

Para explicar cómo se genera el ser de este mundo sensible a partir del inteligible, Platón recurre en el diálogo “Timeo” a una figura mítica, el Demiurgo. El Demiurgo es quien ha diseñado/fabricado el mundo sensible.

 ¿Cómo lo ha hecho?

 El Demiurgo es un dios:

     1º poderoso: crea el mundo sensible a partir de la materia caótica.

 

    2º sabio: conoce las Ideas moldeará la materia bruta teniendo como modelo a las Ideas.

 

    3º bondadoso: su intención es fabricar un cosmos más ordenado y bello (lo más similar                 posible al perfecto mundo ideal).

 

Epistemología platónica. Los grados del conocimiento 

            Expliquemos seguidamente la epistemología platónica, es decir, su reflexión acerca del conocimiento y la verdad, tal como es expuesta alegóricamente en el “MITO DE LA CAVERNA” y en el “SÍMIL DE LA LÍNEA”. 

            Para Platón existen dos tipos de conocimiento:

 

A)     CONOCIMIENTO SENSIBLE o DOXA (opinión): el conocimiento del mundo material que obtenemos a través de los sentidos proporciona, según Platón, opinión o doxa. Este es el tipo de conocimiento que adquiere el prisionero dentro de la caverna. El conocimiento dóxico es un conocimiento sujeto a error y por ello relativo.

 

En la doxa hay dos grados:

 

Imaginación: es el conocimiento de imágenes (de las sombras de la caverna). A este grado corresponden el arte, el mito, los discursos sofísticos y demagógicos.

 

Creencia: es el conocimiento perceptivo de las cosas sensibles (de los objetos que hay dentro de la caverna). Es el conocimiento propio de la física.

Por el contrario,

 

B)     CONOCIMIENTO INTELECTUAL o EPISTHEME: el conocimiento del mundo inteligible que obtenemos a través de la inteligencia proporciona ciencia, epistheme. El conocimiento epistémico es el que alcanza el prisionero cuando sale de la caverna al mundo exterior. Dicho conocimiento epistémico es el único conocimiento de verdades absolutas (necesariamente verdaderas).

 

También dentro de él hay dos grados:

 

Dianoia o conocimiento discursivo de los entes matemáticos (de las sombras y reflejos de las cosas del mundo exterior a la caverna). Es el conocimiento propio de la ciencia matemática.

 

Nóesis o conocimiento intuitivo de:

 

        a) las Ideas (de los objetos que el prisionero contempla fuera de la caverna) y,

 

        b) de la suprema Idea, la Idea de Bien (que el prisionero conoce cuando alza la mirada al             Sol).

 

El conocimiento noético es el propio de la ciencia dialéctica, la ciencia de las Ideas.

 

 La doctrina de la anamnesis           

            El problema que se le plantea ahora a Platón es explicar cómo puede el sabio ascender desde el mundo sensible en el que se encuentra hasta el mundo inteligible de las Ideas. Platón recurre a la teoría de la anamnesis o reminiscencia para dar cuenta de este tránsito. Esta teoría aparece en el diálogo Menón. En dicho diálogo se establece: 

    1º que nuestra alma, aun encontrándose en el mundo sensible, puede llegar a conocer las Ideas                 porque dicho conocimiento (de las Ideas) ya lo adquirió en una preexistencia anterior (el alma                 contempló las Ideas en otra vida).

     2º luego, después de encarnarse en un cuerpo, olvidó dicho conocimiento (de las Ideas). 

    3º pero el olvido puede dejar paso al recuerdo. ¿Cómo? Al percibir las cosas sensibles (que son copia     de las Ideas), el alma recuerda las Ideas que había olvidado.

     4º Por todo ello, el conocimiento de las Ideas que podemos alcanzar en nuestra vida mortal no es otra     cosa que el recuerdo de las Ideas que ya conocimos en una vida anterior.

 

 

Contextualización de todos los textos de Platón

Contextualicemos el texto en el marco ideológico de la época.

1º Por un lado, la filosofía de Platón recogió el legado ontológico-metafísico de los pensadores presocráticos:

a) del pitagorismo:

     1º su concepción órfica del alma

     2º la relevancia ontológica de las matemáticas.

b) de Parménides:

    1º concepción de las Ideas con los atributos del ser (unicidad, inmutabilidad, eternidad);

    2º diferenciación entre los dos modos de conocer: el sensible/vía de la opinión y el                        inteligible/vía de la verdad

c) de Anaxágoras: postulación de una  Inteligencia ordenadora del cosmos.

d) de Heráclito y del atomismo: concepción de un mundo sensible-material sujeto al cambio y al devenir.


2º Por otro lado, su condicionante ideológico principal fue la Ilustración sofística y Sócrates:

a)       Toda la filosofía de Platón combatirá el relativismo epistemológico y moral característico de la sofística.

b)      El racionalismo socrático puede ser considerado como la fuente e inspiración última de la filosofía de Platón: 1º de su Teoría de la Ideas y 2º de su utopía política en la que una casta de sabios y virtuosos filósofos se encargan del gobierno de la polis.

 

 

REPÚBLICA, LIBRO VII “Mito de la caverna”


PLATÓN,
República libro VII, 514a—517c

 

“1º —Después de eso –proseguí– compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.

—Me lo imagino.

 

2º—Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan sombras que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan.

—Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.

 

3º—Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?

—Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.

 

4º—¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro lado del tabique?

—Indudablemente.

 

5º—Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven?

—Necesariamente.

 

6º—Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de la sombra que pasa delante de ellos?

—¡Por Zeus que sí!

 

7º—¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados?

—Es de toda necesidad.

 

8º—Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y, al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio, está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado de tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora?

—Mucho más verdaderas.

 

9º—Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que las que se le muestran?

—Así es.

 

10º—Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos?

—Por cierto, al menos inmediatamente.

 

11º—Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.

—Sin duda.

 

12º—Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio ámbito.

—Necesariamente.

 

13º—Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto.

—Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.

 

14º—Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?

—Por cierto.

 

15º—Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida?

—Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida.

 

16º—Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?

—Sin duda.

 

17º—Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado, y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?

—Seguramente.

 

18º—Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol. Compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse (que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.”

 

     Seguidamente contextualizaremos la temática del texto en el marco del pensamiento del autor.

  El Mito de la Caverna (alegoría que aparece en el libro VII del diálogo La República y del que está entresacado el fragmento que estamos comentando), es un relato a través del cual Platón expone metafóricamente:


1º su doctrina ontológica dualista de los dos mundos

2º su doctrina epistemológica de los dos tipos de conocimiento: opinión/doxa y ciencia/epistheme.


Por estos grados, escalonadamente, ascenderá el sabio en su camino desde la ignorancia hasta el conocimiento.

 

Pasemos ya a analizar las principales ideas del Mito de la caverna. Según Platón:

 

1º INTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO ONTOLÓGICO DEL MITO:

 

El mundo material (la caverna y sus sombras) que percibimos con los sentidos es cambiante, efímero e imperfecto. Pero el mundo de las Ideas (el mundo exterior a la caverna) al que acceden los filósofos por medio de la razón y en cuya cúspide se encuentra la Idea de Bien (el Sol) es inmutable, eterno y perfecto.

 

2ºINTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO EPISTEMOLÓGICO DEL MITO:

 

La mayor parte de la humanidad se contenta, lo mismo que los prisioneros de la caverna con un mero conocimiento dóxico, prefiriendo vivir en un mundo de sombras, de apariencias, que en la verdadera realidad. Sólo los filósofos salen de la caverna y aprenden a percibir las cosas tal como realmente son, alcanzando un conocimiento verdadero, epistémico. Solo los filósofos como Sócrates (representado por el prisionero liberado) recorren este camino que conduce de la ignorancia al saber. Las etapas de dicho camino (que corresponden con los grados de conocimiento) son las siguientes:

 

conocimiento conjetural de imágenes (de las sombras de la caverna)

 

conocimiento perceptivo de las cosas corpóreas del mundo sensible (de los objetos de la caverna)

 

conocimiento dianoético de los entes matemáticos (de los reflejos de los objetos del mundo exterior a la caverna)

 

conocimiento noético de las Ideas y de la Idea de Bien (de los objetos del mundo exterior y del Sol).

 

 3º SIGNIFICADO ÉTICO-POLÍTICO DEL MITO:

 

Finalmente, es un deber para los filósofos retornar a la caverna con la misión de mostrar a aquellos que permanecen dentro de ella cuál es el camino que conduce a la verdadera realidad.

 

Platón nos quiere decir que es tarea de los filósofos, por haber logrado alcanzar el conocimiento de la verdad y del bien, hacerse cargo del gobierno de la polis (aunque el precio que tengan que pagar por ello, por retornar a la caverna, sea la incomprensión o incluso la muerte, en una velada referencia al trágico destino de su maestro Sócrates).

 

 

REPÚBLICA LIBRO VI “El símil de la línea””


PLATÓN,texto2
República libro VI, 509c—511e

 

“1º- Me temo que voy a dejar mucho de lado; no obstante, no omitiré lo que en este momento me sea posible.

- No, por favor.

 

2º- Piensa entonces, como decíamos, cuáles son los dos que reinan: uno, el del género y ám­bito inteligibles; otro, el del visible, y no digo `el del cielo' para que no creas que hago jue­go de palabras. ¿Captas estas dos especies, la visible y la inteligible?

- Las capto.

 

3º- Toma ahora una línea divida en dos partes desiguales; divide nuevamente cada sección según la misma proporción, la del género de lo que se ve y otra la del que se intelige, y tendrás distinta oscuridad y claridad relativas; así tenemos primeramente, en el género de lo que se ve, una sección de imágenes. Llamo “imágenes” en primer lugar  a las sombras, luego a los reflejos en el agua y en todas las cosas que, por su constitución, son densas, lisas y brillantes, y a todo lo de esa índole. ¿Te das cuenta?

- Me doy cuenta

 

4º- Pon ahora la otra sección de la que ésta ofrece imágenes, sección a la que corresponden las cosas que existen en nuestro derredor, los animales así como todo lo que crece, y también el género ínte­gro de cosas fabricadas por el hombre.

- Pongámoslo.

 

5º- ¿Estás dispuesto a declarar que la línea ha quedado divida, en cuanto a su verdad y no verdad, de modo tal que lo opinable es a lo cognoscible como la copia es a aquello de los que es copiado?

- Estoy muy dispuesto.

 

6º- Ahora examina si no hay que dividir tam­bién la sección de lo inteligible.

- ¿De qué modo?

 

7º- De éste. Por un lado, en la primera parte de ella, el alma, sirviéndose de las cosas antes imitadas como si fueran imágenes, se ve forzada a indagar a partir de su­puestos, marchan­do no hasta un principio sino hacia una conclusión.

 

8º- Por otro lado, en la segunda parte, avanza hasta un principio no supuesto, partiendo de un supuesto y sin recurrir a imá­genes -a diferencia del otro caso-, efectuando el camino con Ideas mismas y por medio de Ideas.

- No he aprehendido suficientemente esto que dices.

 

9º- Pues veamos nuevamente; será más fácil que entiendas si te digo esto antes. Creo que sabes que los que se ocupan de geometría y de cálculo suponen lo impar y lo par, las figu­ras y tres clases de ángulos y cosas afines, según lo investigan en cada caso. Como si las conocieran, las adoptan como supuestos, y de ahí en adelante no estiman que deban dar cuenta de ellas ni a sí mismos ni a otros, como si fueran evidentes a cualquiera; antes bien, partiendo de ellas atraviesan el resto de modo consecuente, para concluir en aque­llo que proponían al examen.

- Sí, esto lo sé.

 

10º - Sabes, por consiguiente, que se sirven de figuras visibles y hacen discursos acer­ca de e­llas, aunque no pensando en éstas sino en aquellas cosas a las cuales éstas se parecen, dis­curriendo en vista al Cuadrado en sí y a la Diagonal en sí, y no en vista de la que dibujan, y así con lo demás. De las cosas mismas que configuran y dibujan hay sombras e imágenes en el agua, y de estas cosas que dibujan se sirven como imágenes, buscando divisar aque­llas cosas en sí que no podrían divisar de otro modo que con el pensamiento.

- Dices verdad.

 

11º- A esto me refería como la especie inteligible. Pero en esta su primera sección, el alma se ve forzada a servirse de su­puestos en su búsqueda, sin avanzar hacia un principio, por no poder remontarse más allá de los supuestos. Y para eso usa como imágenes a los objetos que abajo eran imitados, y que habían sido conjeturados y estimados como claros respecto de los que eran sus imitaciones.

- Comprendo que te refieres a la geometría y a las artes afines.

 

12º- Comprende entonces la otra sección de lo inteligible, cuando afirma que en ella la razón misma aprehende, por medio de la facultad dialéctica, y hace de los supuestos no princi­pios sino realmente supuestos, que son como peldaños y trampolines hasta el principio del todo, que es no supuesto, y tras aferrarse a él, ateniéndose a las cosas que de él dependen, desciende hasta una conclusión, sin servirse para nada de lo sensible, sino de Ideas, a tra­vés de Ideas y en dirección a Ideas hasta concluir en Ideas.

 

13º- Comprendo, aunque no suficientemente, ya que creo que tienes en mente una tarea enor­me: quieres distinguir lo que de lo real e inteligible es estudiado por la ciencia dialéctica, estableciendo que es más claro que lo estudiado por las llamadas “artes”,  para las cuales los supuestos son principios. Y los que los estudian se ven forzados a estudiarlos por me­dio del pensamiento discursivo, aunque no por los sentidos. Pero a raíz de no hacer el exa­men avanzando hacia un principio sino a partir de supuestos, te parece que no poseen inte­ligencia acerca de ellos, aunque sean inteligibles junto a un principio. Y creo que llamas “pensamiento discursivo” al estado mental de los geómetras y similares, pero no “inteligen­cia”; como si el “pensamiento discursivo” fuera algo intermedio entre la opinión y la inteli­gencia.

 

14º- Entendiste perfectamente. Y ahora aplica a las cuatro secciones estas cuatro afec­ciones que se generan en el alma; inteligencia, a la suprema; pensamiento discursivo, a la segun­da; a la tercera asigna la creencia y la cuarta la conjetura; y ordénalas proporcionadamen­te, considerando que cuanto más participen de la verdad tanto más participan de la clari­dad.

- Entiendo, y estoy de acuerdo en ordenarlas como dices.”

 

 Seguidamente vamos a contextualizar la temática del texto en el pensamiento del autor. En la analogía del Símil de la Línea (analogía que aparece en el libro VI del diálogo La República y del que está entresacado el fragmento que estamos comentando), Platón expone su doctrina epistemológica. A través de un símil, Platón conecta su teoría epistemológica acerca de los distintos tipos de conocimiento (doxa/episteme) con su teoría ontológica que establece la existencia de dos niveles de realidad (mundo sensible/mundo de las Ideas).

Pasemos ya a analizar las principales ideas del Símil de la línea. Según Platón:

 

1º Existen dos tipos (o géneros) de conocimiento:

-          el conocimiento de lo sensible o doxa

-          el conocimiento de lo inteligible o epistheme.

2º Cada tipo de conocimiento es correlativo a uno de los dos mundos existentes:

-          la doxa corresponde al mundo sensible

-          la epistheme corresponde al mundo inteligible.

3º Cada uno de estos tipos (o géneros) se divide, a su vez, en dos grados (o especies) de conocimiento. Estos grados también son correlativos a las diferentes clases de entes que existen en cada uno de los mundos:

A) al conocimiento de lo sensible pertenecen la Imaginación y la Creencia:

-  IMAGINACIÓN o CONJETURA (EIKASÍA): la imaginación es el conocimiento conjetural de imágenes (a este grado de conocimiento pertenecen: el mithos, las artes plásticas o los discursos retóricos y demagógicos)

- CREENCIA o PERCEPCIÓN (PISTIS): la creencia es el conocimiento perceptivo de las cosas corpóreas (a él pertenece la física).

B) el conocimiento de lo inteligible se subdivide en el pensamiento discursivo y la inteligencia:

- RAZÓN DISCURSIVA (DIANOIA): la dianoia (el pensamiento discursivo característico de las matemáticas) es el conocimiento demostrativo de los entes matemáticos (geometría y aritmética).

- INTELIGENCIA (NÓESIS): la nóesis es el conocimiento intuitivo (intuitivo significa directo, es decir, no razonado o demostrado como es el pensamiento discursivo) de las Ideas (ciencia dialéctica).

EN CONCLUSIÓN: Platón concibe el conocimiento como un continuo en el que podemos diferenciar cuatro grados o estados. Dichos estados pueden ser considerados como los escalones por los que asciende progresivamente el sabio en su recorrido desde la ignorancia hasta el saber.

 

 

MENÓN

TEXTO MENÓN 

SÓCRATES.- “(…)Así, pues, para el alma, siendo inmortal, renaciendo á la vida muchas veces, y habiendo visto- todo lo que pasa, tanto en esta como en la otra, no hay nada que ella no haya aprendido. Por esta razón, no es extraño que, respecto á la virtud y á todo lo demás, esté en estado de recordar lo que ha sabido. Porque, como todo se liga en la naturaleza y el alma todo lo ha aprendido, puede, recordando una sola cosa, a lo cual los hombres llaman aprender, encontrar en sí misma todo lo demás, con tal que tenga valor y que no se canse en sus indagaciones. En efecto; todo lo que se llama buscar y aprender no es otra cosa que recordar. Ninguna fe debe darse al tema, fecundo en cuestiones, que propusiste antes; porque sólo sirve para engendrar en nosotros la pereza, y no es cosa agradable dar oídos sólo á hombres cobardes. Mi doctrina, por el contrario, los hace laboriosos e inventivos. Así, pues, la tengo por verdadera; y quiero en su consecuencia indagar contigo lo que es la virtud.

MENÓN.- Consiento en ello, Sócrates. Pero ¿te limitarás á decir simplemente que nosotros nada aprendemos, y que lo que se llama aprender no es otra cosa que recordar? ¿Podrías enseñarme cómo se verifica esto?

SÓCRATES.- Ya te dije, Menón, que eres muy astuto. En el acto mismo en que sostengo que no se aprende nada y que no se hace más que acordarse, me preguntas si puedo enseñarte una cosa; para hacer que inmediatamente me ponga así en contradicción conmigo mismo.

MENÓN.- En verdad, Sócrates, no lo he dicho con esa intención, sino por puro hábito. Sin embargo, si puedes demostrarme que la cosa es tal como dices, demuéstramela.”

 

Seguidamente vamos a  contextualizar la temática del texto en el pensamiento del autor. El diálogo platónico “Menón” trata acerca de la cuestión de si la virtud puede o no ser enseñada. En esta obra, Platón expondrá sus nuevas convicciones pitagóricas sobre la inmortalidad y la transmigración de las almas enlazándolas con una original teoría del conocimiento entendida como reminiscencia (anamnesis).

Pasemos a continuación a analizar el texto.

1º El tema del que trata el texto es la doctrina de la anamnesis según la cual todo conocimiento es reminiscencia (el recuerdo de algo previamente aprendido por el alma en una vida anterior)

2º Para poder justificar esta doctrina, se postulará que el alma es inmortal, habiendo ésta, en sus múltiples vidas, llegado a conocer todo lo que existe.

3º El alma está por ello en estado de recordar lo que ya sabía y había aprendido anteriormente acerca de la virtud, asunto del que trata el diálogo.

Aclaremos  el significado de algunos de los términos:

-       Alma: sustancia incorpórea de origen celeste unida accidentalmente al cuerpo y que es  principio de la vida y del conocimiento.

-          Renaciendo: el alma es inmortal y por ello renace continuamente a la vida tal como postula la doctrina de origen órfico-pitagórico de la metempsicosis que Platón hizo suya.

-          Aprender no es otra cosa que recordar: todo conocimiento que el alma aprende no es otra cosa que la anámnesis  o recuerdo de un conocimiento que el alma       adquirió en una vida celestial anterior y que luego olvidó al quedar atrapada en un cuerpo mortal.