miércoles, 30 de noviembre de 2022

2º BACH - EL RENACIMIENTO

 



RENACIMIENTO

Ocupa el siglo XV y XVI. Es un periodo de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna.

¿Cuáles son los acontecimientos principales de la época?

Además de la invención de la imprenta, del descubrimiento de América, de la apertura de todas las rutas marítimas mundiales por los portugueses y la conquista de Constantinopla por los turcos, el hecho histórico más importante fue la Reforma protestante. Otros hechos de la época muy relevantes fueron:

1. La creación del Estado moderno por los monarcas (centralización del poder político frente a la fragmentación del poder característico de la poliarquía medieval).

1. El desarrollo del capitalismo comercial (comienza la implantación definitiva de una economía de mercado).

3. El arranque de la Revolución Científica.

 

REFORMA PROTESTANTE

¿Qué fue la Reforma?

Con la Reforma llegó a su fin la unidad religiosa del cristianismo occidental. Es decir, ya no habrá una sola Iglesia (la católica romana) sino múltiples iglesias cristianas. Las iglesias protestantes más importantes son la luterana y la calvinista, pero hay muchas más. En Estados Unidos hay miles de iglesias.

¿Quiénes son los principales reformadores?

Lutero (alemán; él fue el que puso en marcha la Reforma) y Calvino (francés; es el reformador más influyente y el teólogo más importante del cristianismo de los últimos cinco siglos; fundó un estado teocrático en la ciudad de Ginebra; las naciones calvinistas por excelencia son Suiza, Holanda y USA, nación fundada por calvinistas, los puritanos ingleses).

La Reforma es efecto de disputas teológicas, fundamentalmente relativas a cómo alcanzar la salvación: para los católicos la salvación se consigue formando parte de la Iglesia católica romana (“extra ecclesiam nulla salus”); para los protestantes a través de la fe en Cristo.

Con el fin de la unidad religiosa, llega a su fin la unidad cultural de la cristiandad propia de la Edad Media. Comienza el pluralismo característico del mundo moderno. Ese pluralismo fue primero religioso (múltiples iglesias cristianas) y después, hoy en día, ideológico y moral (múltiples partidos políticos y formas de vida). Una de las características fundamentales de la sociedad moderna es que ni es ni quiere ser homogénea. Es y quiere ser heterogénea, plural, pluralista.

 

HUMANISMO

¿Qué fue el Humanismo renacentista?

La más importante corriente cultural del Renacimiento (los humanistas fueron los primeros hombres modernos).

¿Quiénes son los humanistas?

Hombres de la época que tienen una adecuada formación del latín y griego (incluso hebreo), lo cual les permite leer los textos de los clásicos en su lengua original y, sobre todo, leer los evangelios y la Biblia en griego (el griego es la lengua principal de la Biblia, la lengua en que está redactado el Nuevo Testamento). De ahí que fuese un hito la publicación por Nebrija de la Biblia políglota complutense (cuatrilingüe: hebreo, arameo, griego y latín).

¿Por qué abogan?

-          Tienen una nueva concepción de cómo debe ser la sociedad y cómo debe vivir el ser humano, totalmente diferente a la de los hombres de la Edad Media. Justamente esto, el rechazo de todo lo medieval es la primera característica del Humanismo.

 

-           Los humanistas eran además como todos los hombres de aquel entonces, cristianos hasta la médula. Los humanistas querían vivir su cristianismo del modo más perfecto y auténtico posible: para ellos el verdadero cristianismo no está en la teología medieval, que rechazarán, sino en los evangelios (que el humanista lee en griego, en su lengua original, no en el latín macarrónico de su traducción). Para los hombres comunes que no sabían griego, los humanistas harán las primeras versiones a las lenguas vernáculas (Nebrija al español, Lutero al alemán…).

 

-           Los humanistas también consideran que es una gran ayuda para la formación espiritual y moral de los individuos la lectura de los clásicos grecolatinos en sus lenguas originales (Horacio, Ovidio).

¿Quiénes fueron los humanistas más importantes?

El Humanismo nace en Italia en el arranque del siglo XV (quattrocento). En este siglo el Humanismo es principalmente italiano y Florencia su capital. El Humanismo tiene a Petrarca (poeta del siglo XIV) como su precursor. Los principales autores son Ficino, Pico de la Mirandolla y Maquiavelo. En el siglo XVI (cinquecento) el Humanismo se extenderá por toda Europa. El humanista europeo más importante fue Erasmo de Rotterdam. En España, lo fue el cardenal Nebrija. En Inglaterra, Tomás Moro. También todos los reformadores protestantes eran humanistas, tienen un dominio del latín y el griego: Calvino, Lutero, Melachton.

¿Por qué se les denomina humanistas?

Porque proponen un nuevo ideal educativo en sustitución de la educación escolástica universitaria medieval: los “studia humanitatis”.

¿En qué consistía?

1. En el conocimiento de las lenguas clásicas (griego, latín, incluso hebreo).

2. De los autores clásicos, desde Platón a Cicerón.

3. Pero lo más importante, la lectura directa de los Evangelios (en el original griego).

Lo más característico del Humanismo es su antropocentrismo: se considera al ser humano el centro de su interés. Esto no significa que los humanistas dejasen de ser cristianos y que la salvación dejase de ser el centro de su vida. Su antropocentrismo consiste en una revalorización, desde la perspectiva cristiana, de la vida humana: se supera el pesimismo antropológico (de raíz agustiniana) característico del cristianismo medieval. Los humanistas (y de ahí su antropocentrismo y revalorización de la vida humana) tienen una concepción cristiana optimista acerca del ser humano (y no una concepción cristiana pesimista medievalizante): el ser humano es siempre un ser valioso, digno a los ojos de Dios, aunque haya pecado.

 


NICOLAS MAQUIAVELO

Humanista florentino, vivió a caballo entre el quattrocento y el cinquecento (siglo XV-XVI). Cuando, tras la expulsión de los Medici por los franceses y la posterior ejecución del fraile domino Savanarolla, se instauró en Florencia una república, Maquiavelo fue nombrado secretario del Consejo que la gobernaba, cargo que ocupó desde 1498 hasta 1512, año en la que Carlos V impuso la restauración medicea. Vivió el resto de su vida retirado en su heredad de Sant’Andrea alejado definitivamente de la política activa y dedicándose a escribir sus principales obras: los “Discursos” (“Discursos de la primera década de Tito Livio”) y “El Príncipe”.


Lo fundamental de la doctrina política de Maquiavelo está recogido en estas dos obras. El problema es que defienden cosas contradictorias:

-          “El Príncipe” es un manual de estrategia política en el que Maquiavelo da consejos a aquel “príncipe nuovo” (estadista o hacedor de estados) que quiera escucharle, acerca de cuáles son las técnicas más eficaces para fundar un Estado, para hacerse con el poder, conservarlo o aumentarlo. En estos consejos prácticos acerca de cómo ejercer el poder, prescinde de toda consideración moral o religiosa (de aquí procede su principal doctrina, “el realismo político”, y el calificativo de “maquiavélico”, término que referimos de aquel gobernante que actúa implacablemente sin que ningún escrúpulo moral frene sus actos).

 

-          En los “Discursos” defiende una república de ciudadanos libres e iguales.

 

Pues bien, la única forma de conciliar las tesis de ambas obras es suponer que el ideal político de Maquiavelo es el que aparece recogido en los “Discursos”, el ideal republicano. “El Príncipe” estaría pensado para aquellas situaciones extremas en la que impera la anarquía y la corrupción política (tal como sucedía, por ejemplo, en la Florencia y la Italia de su tiempo). En tales situaciones no existe siquiera una comunidad política (un cuerpo político) sino un grupo informe (desunido políticamente) de individuos. No hay allí ciudadanos, sólo vulgo. Por eso lo prioritario es establecer la comunidad política o regenerarla (“mantenere o estato”) dándole un orden y estabilidad. Pero tal labor no puede ser llevada a cabo por el vulgo pues se halla sometido a la corrupción. Por ello, tendrá que ser llevada a cabo por una fuerza externa, por un príncipe nuevo, poseedor de una gran virtud y fortuna.

El método y la definición de lo político

La aportación más novedosa de Maquiavelo es su modo de analizar la realidad política. Maquiavelo se enfrenta a los fenómenos políticos como un científico, no como un moralista o un teólogo, es decir, como un ideólogo. Esta actitud científica viene caracterizada por dos rasgos:

1.       El realismo político: Maquiavelo reflexiona acerca de los fenómenos políticos (y los comportamientos humanos que están en su base) tal como son y no como deberían ser.

 

2.        Búsqueda de regularidades: toda ciencia aspira a explicar la realidad y a predecir acontecimientos futuros con objeto de poder dominarlos y manipularlos. Pero tal cosa sólo es posible si los fenómenos analizados responden a ciertas regularidades, a ciertas leyes. Se trata por tanto de descubrir las regularidades que se dan y rigen el comportamiento de los individuos y de los Estados.

 

Respecto a la definición o acotación de lo político, el realismo de Maquiavelo le hará encararse con un rigor y crudeza hasta entonces desconocido con los fenómenos políticos que le permitirá diferenciar lo específico del campo político y deslindarlo a de otros campos con los que es fácil confundirlo (el campo de la moral o de la religión).

¿Cuál es su campo específico?

El campo del poder y del Estado. La política trata acerca de cómo se logra instaurar una comunidad política, un Estado, de cómo dotarlo de estabilidad y permanencia. A todo ello va unido inexorablemente la conquista del poder y su ejercicio.

La concepción maquiaveliana del Estado

1.       El animal político: el ser humano sólo se realiza en el seno de la comunidad política (república o reino). Es en el seno de la comunidad política donde los miembros del vulgo (plebe) alcanzan a ser ciudadanos, donde nace el sentido de la justicia y el orden moral.

2.       La religión y el Estado: para el pensamiento ético-político escolástico (Aquino), la vida humana tiene una dimensión trascendente (está orientada a la salvación), y por ello el Estado no agota el sentido de la vida humana (no es el bien y el fin supremo.). Por ello, el Estado debe someterse a la Iglesia. Para Maquiavelo, la vida del hombre se agota en el orden natural, es inmanente al mundo. Pero no por ello Maquiavelo rechaza la religión. La religión es necesaria y útil para el hombre. ¿Cómo? Siempre que esté subordinada a fines políticos como una institución del Estado (tal como sucedía en Grecia y Roma que tenían religiones estatales).

3.       El Estado: Maquiavelo es testigo del surgimiento del Estado-nación moderno (el Estado es la expresión política institucional de la comunidad nacional). Maquiavelo cree que Italia no saldrá de su decadencia hasta que se constituya como un Estado-nación (tal como la España, Francia, Portugal o la Inglaterra de la época). Para que tal cosa sea posible, cree necesario:

 

a. Combatir el poder de la nobleza: los intereses de la nobleza son intereses de casta y no coinciden con el bien común; además de parciales, son transnacionales (ya que sus intereses tienden a coincidir más con los de sus iguales de otras naciones que con los de sus conciudadanos).

 

b. Instaurar un ejército nacional (una milicia de ciudadanos) verdaderamente comprometido con la comunidad política (los ejércitos de la época eran ejércitos mercenarios lo que los hacía poco fiables).

 

4.       Soberanía: El Estado es soberano cuando no está subordinada a nada fuera de sí mismo. A tal fin debe procurarse los medios (militares y económicos fundamentalmente) que le haga autónomo. Esta soberanía queda justificada porque no hay nada por encima del Estado (ya que el Estado es el lugar de realización del ser humano).

 

Tipos de gobierno y ley de desarrollo de los estados

 

Principado                   Tiranía                         Aristocracia                  Oligarquía                Democracia                     Anarquía                      Principado

 

Para dirigir al Estado, la mejor forma de gobierno es un gobierno mixto de principado, aristocracia y democracia por ser la más estable (la más sólida y duradera) como lo fue la República romana (cónsules, senado, tribunos de la plebe).

El príncipe nuevo

“El Príncipe” es una obra dirigida a un “príncipe nuovo” en la que se le muestran las mejores técnicas para conquistar el poder y mantenerse en él:

a.       El poder se convierte en un fin en sí mismo. Todo es válido para alcanzarlo (no hay límites morales ni religiosos).

 

b.       Tales enseñanzas están sacadas del comportamiento de gobernantes de la Antigüedad y del presente (César Borgia y Fernando el Católico) y expuestas con toda crudeza.

 

c.       Estas estrategias son válidas en cualquier época porque hay regularidad en el comportamiento humano (los hombres de todas las épocas han sido movidos por la ambición, el deseo de gloria, el temor, etc.)

La fortuna y la virtú

Dos son las cualidades que le permitirán al príncipe hacerse con el poder: la fortuna y la virtú:

 

a.       La fortuna (la suerte, el azar, el destino) es un factor que rige en gran medida las acciones humanas y la historia. Es obligación del príncipe tenerla en cuenta siempre para el ejercicio de sus empeños.

 

b.       La virtú: en la vida humana no todo depende de la fortuna. Maquiavelo cree que en parte nuestro destino nos lo labramos nosotros (el ser humano es libre). Y es aquí donde interviene la virtú. Un príncipe que quiere conquistar el poder o gobernar un Estado requiere de una gran dosis de virtú. ¿Qué es la virtú? No el concepto tradicional de virtud (ni el griego clásico ni el cristiano). Sí tiene cierta semejanza con el concepto griego arcaico (no clásico) de areté. Por virtud entiende algo así como vigor, potencia, energía, impulso a la acción (pero impulso controlado, no mero furor, acompañado de habilidad y destreza).

En el príncipe no sólo hay virtú (que es una cualidad exclusivamente humana), sino también una parte de su naturaleza es bestial (animal). Haciendo uso de su naturaleza bestial, el príncipe debe ser tanto león (diestro en el manejo de la fuerza, cruel si es necesario) como zorro (astuto, experto en el arte de la simulación).

 

REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

El hecho cultural más importante del Renacimiento fue que arrancó la Revolución Científica. Comenzó siendo una revolución astronómica (Copérnico y su heliocentrismo) para luego dar paso a una revolución total (en el campo del saber), alcanzando a la física (Galileo Galilei).

La ciencia moderna va a cambiar:

1. Nuestra concepción del mundo: el mundo es un sistema material mecánico.

2. Nuestra concepción del saber: el saber es una construcción matemática de mente humana (ya que el conocimiento científico lo es no de las formas, sino de las leyes que expresan las regularidades matemáticas que se dan en el ámbito de lo fenoménico; fenoménico=la realidad tal como se nos muestra en la experiencia sensorial).

La física ya no es concebida como lo hacía Aristóteles (la ciencia de las formas) sino que es concebida como mecánica (como ciencia de las fuerzas y el movimiento). Desde la perspectiva de la mecánica, se defenderá una concepción de la realidad del cosmos según la cual éste se reduce a partículas materiales en movimiento (mecanismo). Dichas partículas en movimiento están además sometidas a rígidas leyes matemáticas.

Los primeros científicos modernos fueron en el ámbito de la astronomía Kepler (no Copérnico; Copérnico no fue un astrónomo moderno sino antiguo, que simplemente puso en marcha la revolución astronómica, con la que comenzó la revolución científica), que formuló las tres grandes leyes del movimiento planetario, y Galileo Galilei, el verdadero fundador de la ciencia moderna, el que puso las bases de la matematización de la mecánica:

-          Según Galileo, sólo lo que puede ser medido y matematizado (las magnitudes físicas) es real (Galilei distinguió entre cualidades primarias y secundarias: sólo las cualidades primarias, las matematizables, son reales, objetivas, mientras que las secundarias, las no matematizables, no son reales, son meramente subjetivas. Ejemplo: el volumen de una tiza es una cualidad primaria y por ello es real; sin embargo, el color blanco de una tiza no es matematizable y por ello no es real, es decir, las tizas no son blancas en sí mismas, sino que sólo son blancas para aquellos que las ven).

 

-          El método científico también lo inventó Galileo (lo denominaba, “método resolutivo-compositivo”; hoy en día lo denominamos “hipotético-deductivo”).

 

-          La contribución más importante de Galileo (más allá de la determinación de las leyes del movimiento de los proyectiles y la caída de los cuerpos) es su manera de entender lo que es el movimiento. La concepción de la ciencia moderna acerca del movimiento procede de Galileo: el movimiento es exclusivamente el cambio de lugar de partículas materiales y no un cambio de formas (como defendía Aristóteles; no existe por ello el cambio substancial, ni cualitativo, ni cuantitativo, pues sólo hay un cambio: el cambio local). Los dos principios fundamentales acerca del movimiento también fueron establecidos por Galileo: 1º relatividad del movimiento y 2º el principio de inercia, éste último sólo implícitamente. Galileo estableció que la ciencia no investiga la naturaleza o esencia de los seres, las causas, sino que consiste en descubrir las leyes matemáticas que lo rigen (además, una ley matemática es simplemente una función matemática que relaciona dos variables sin necesidad de establecer estrictamente cuál es la causa y cuál es el efecto).

 


 

1º BACHARELATO - UD 3 (O COÑECEMENTO)

 




UD 3

O coñecemento


O pensamento é a actividade propia da mente humana. Grazas ó pensamento, os seres humanos somos quen de coñecer o mundo que nos rodea. Non obstante, esta non é a única actividade mental que realizamos. Podemos distinguir tres tipos de procesos: cognitivos (de cognición: aqueles que nos permiten coñecer o noso entorno), apetitivos (de apetito: aqueles que nos levan a desexar ou rexeitar algo) e hedónicos e emotivos (aqueles que configuran as respostas ós estímulos, sexan físicas ou emocionais, respectivamente). Nestas páxinas centrarémonos nos primeiros.

Dentro do coñecemento podemos distinguir dúas dimensións básicas: teórico (o que nos permite coñecer como as cousas son) e práctico (o que nos permite saber como facer as cousas, como actuar). Podemos afirmar que un coñecemento teórico das cousas, aínda que sexa mínimo, é necesario para poder achegarse a elas nun sentido práctico. Dentro desta segunda dimensión, hai que diferenciar entre coñecemento práctico-produtivo (técnico) e coñecemento práctico-prudencial (ético-político).


1. O coñecemento humano: definición.

O coñecemento pode ser definido coma unha relación entre un suxeito e un obxecto. Que significan estes termos? O suxeito é o elemento activo, o que fai a acción de coñecer, e o obxecto é o elemento pasivo, o que se coñece ou é coñecido. As nosas percepcións subxectivas (as que temos en tanto que suxeitos) son individuais, nunca serán idénticas ás doutro suxeito. Pola contra, tendemos a pensar que as cousas obxectivas (os obxectos) son comúns ou iguais para todxs. Non é difícil ver que isto supón unha conciliación moi complexa, ou imposible: se percibimos todo de xeito distinto en tanto que suxeitos, que sentido ten dicir que os obxectos son comúns ou colectivos? Hai dúas posturas básicas a este respecto, que veremos a continuación.

Para que a relación entre suxeito e obxecto sexa efectiva, o obxecto debe estar presente na mente do suxeito. Esta forma de presentarse (de facerse presente) pode darse de diversas formas, pero que en todo caso podemos englobar en dous enfoques, realismo e idealismo.

O realismo, asociado ó pensamento clásico grego (e, en menor medida, ó medieval) afirma que a través da abstracción1 podemos extraer a forma ou esencia2 mesma do obxecto e aprehendela3 (e, polo tanto, tamén o propio obxecto) de maneira directa. Neste suposto, si podemos coñecer completamente os obxectos, e estes son efectivamente comúns para todo ser humano.

O idealismo, asociado ó pensamento moderno (o que xurde a finais do século XVI e que culmina no seguinte), afirma que a través da representación aparece unha imaxe mental do obxecto (que non é o propio obxecto) que nos permite coñecelo de modo indirecto. Neste suposto, que é o comunmente aceptado pola práctica totalidade da academia actualmente, non podemos coñecer completamente os obxectos, e estes non son comúns para todo ser humano (ou, como mínimo, non podemos asegurar que o sexan): o obxecto chega á nosa mente mediante un representante (a imaxe mental ou representación), non de modo directo como ocorre para o realismo. Polo tanto, nunca teremos seguridade de se a representación ou imaxe mental que cada suxeito ten do obxecto coincide co obxecto en si (entendido como substancia4), nin tampouco se as diversas representa-cións son iguais entre si ou seguen un patrón común. Por iso, sempre que falemos de obxecto na área da epistemoloxía, estaremos a referir o obxecto que percibimos, non o obxecto real.


2. As fontes do coñecemento humano.

O coñecemento humano vén de dúas fontes fontes básicas: o entendemento (a razón) e a sensibilidade (as facultades sensitivas, os sentidos).

Os sentidos son un conxunto de órganos (ollos, orellas, lingua, etc.) que permiten desenvolver unha serie de funcións (ver, escoitar, saborear, etc.), aquelas que nos permiten recibir información sobre o mundo físico que nos rodea. Dalgunha maneira, podemos considerar os senti-dos coma ventás a través das cales podemos observar a realidade, ou coma sensores que nos infor-man sobre a realidade máis inmediata. Esta información é enviada ó cerebro, onde se codifica en forma de cores, formas, sons, sabores, olores... Pódese sintetizar a definición de sensibilidade como aquela facultade que nos permite saber como as cousas se aparecen ante nós, como as percibimos.

A razón, pola súa banda, permítenos elaborar esquemas mentais que son fundamentais para coñecer a realidade: interpreta e dá sentido á información enviada polos órganos sensoriais ó cerebro. Pódese sintetizar a definición de entendemento como aquela facultade que nos permite saber como as cousas son en si mesmas, como as comprendemos. Este modo de comprender a realidade ten como base a linguaxe. A linguaxe permite conceptualizar os datos dispersos dos sentidos a través de palabras ou, de xeito redundante, conceptos. Tanto os conceptos coma as palabras funcionan como “etiquetas” das cousas, os primeiros no plano mental (do pensamento) e as segundas no plano comunicativo (da linguaxe). De aí que na Grecia clásica se empregase a mesma verba, logos, para designar tanto ás palabras galegas de pensamento (razón, no plano puramente mental) como de linguaxe (palabra, no plano puramente comunicativo).

Non obstante, os conceptos, por si mesmos, non producen coñecemento, só permiten identificar (ou etiquetar) as cousas que percibimos: por exemplo, as diferentes informacións que me chegan sobre a forma, a cor, a textura, etc. da roupa que levo posta quedan sintetizadas como “chaqueta”, “verde”, “pantalón”... Os conceptos son esquemas mentais para interpretar a realidade (unidades básicas de interpretación), pero non para coñecela no sentido estrito da palabra. Esta operación só é posible se somos quen de ligar dous ou máis conceptos a través dun xuízo ou proposición (o que na linguaxe cotiá chamamos “oración”), que funciona como unidade básica de coñecemento: permiten adquirir e dar información sobre as cousas e os feitos que suceden no mundo, non só etiquetalas. Por exemplo, ligando os conceptos “chaqueta” e “verde”, ou “pantalón” e “negro”, podo dicir algo sobre eses obxectos que indique algunha relación entre os termos, que por si sós non teñen sentido: “a chaqueta é verde”, “o pantalón é negro”. As proposicións caracterízanse por poder ser só oracións enunciativas (que din algo, e necesariamente son ou verdadeiras ou falsas), e precisamente por iso son os vehículos do coñecemento: os conceptos non teñen valor de verdade (“chaqueta”, “verde”, etc., tomados illadamente, non son nin verdadeiros nin falsos), pero unha proposición necesariamente si (“a chaqueta é verde” é verdadeiro se a chaqueta é verde, pero falso se a chaqueta é azul ou amarela: indica un estado de cousas no mundo que pode ser comprobado ou desmentido). Finalmente, varias proposición ligadas entre si dan lugar a un razoamento, argumentación ou discurso: “a chaqueta é verde e o pantalón é negro, logo a roupa que levo é verde e negra”.


2.1. A orixe das facultades cognoscitivas.

As facultades cognoscitivas refírense a aquelas capacidades (facultades) que nos permiten coñecer o mundo (cognoscitivas). Rastrexar a súa orixe significa buscar a fonte da que emanan, e hai dúas posturas básicas ó respecto: construtivismo e innatismo.


2.1.1. Construtivismo.

As teorías construtivistas afirman que as facultades mentais que nos permiten coñecer a realidade vanse creando (construíndo) grazas á interacción da mente (suxeito) e o mundo (obxecto). Noutras palabras, para o construtivismo, as cousas que percibimos ímolas construíndo no noso entorno. Dous importantes defensores deste enfoque son Lev Vygotsky (1896 – 1934), coa súa teoría socio-cultural, e Jean Piaget (1896 – 1980), ambos destacados psicólogos e pedagogos. Centrarémonos a continuación neste último e na súa teoría da psicoloxía xenética.

A psicoloxía xenética é unha rama da psicoloxía que explica a xénese (de aí a súa deno-minación), ou orixe, de todas as nosas facultades mentais, dende as máis básicas como a percepción (poder ver unha unha chaqueta e non só unha agrupación informe de cores, por exemplo) ata aquelas máis complexas coma o cálculo matemático ou o razoamento lóxico. A través do traballo con nenxs de curta idade, Piaget tivo ocasión de comprobar que todas estas capacidades (de percibir, de razoar) vanse construíndo a medida que interaccionamos co mundo, a medida que entramos en contacto co noso entorno. Por exemplo, non podo ter a facultade para coñecer o que é unha chaqueta ata que entro en contacto con ela; mais tras este contacto, adquiro o coñecemento do que é unha chaqueta e son quen de identificala.


2.1.2. Innatismo.

As teorías innatistas afirman que as facultades mentais que nos permiten coñecer a realidade transmítense a través dos xenes (témolas dende que nacemos, e son as mesmas e iguais para toda a especie humana) e actívanse ó establecerse a interacción entre a mente (suxeito) e o mundo (obxecto).

Un exemplo deste enfoque é moi visible na teoría da gramática xenerativa do lingüista estadounidense Noam Chomsky (nacido no 1928), para quen as capacidades lingüísticas do ser humano non son aprendidas, senón innatas. Segundo Chomsky, aprendemos a nosa lingua materna dentro do marco da linguaxe humana, e esta (a linguaxe humana) é universal (e, polo tanto, común) a toda a nosa especie. Isto é o que denomina “estrutura profunda” da linguaxe, que consiste nun dispositivo, herdado por vía xenética e inscrito nas nosas neuronas, que permite xerar (de aí o nome de gramática xenerativa) un número infinito de linguas ou idiomas (o que podemos considerar como a “estrutura superficial”, os casos particulares desa linguaxe ou gramática universal). A gramática ou linguaxe universal, a estrutura profunda, non é outra cousa diferente da capacidade lingüística universal dos seres humanos.


2.2. A orixe do coñecemento humano.

A pregunta básica de gran parte da historia da filosofía é pola cuestión de se é a razón ou son os sentidos a fonte principal, ou mesmo a única, da que obtemos o noso coñecemento. Hai dúas posturas básicas ó respecto: racionalismo e empirismo.


2.2.1. Racionalismo.

A idea básica do racionalismo é que a intelixencia humana (a razón) pode por si mesma (sen ser axudada polos sentidos) acadar un coñecemento substancial do mundo. Esta idea pode semellar contraria á nosa primeira intuición, mais se pensamos nas probas que precisa un teorema matemático, por exemplo, veremos que non é preciso acudir ós sentidos en ningún momento, só á nosa capacidade racional. O racionalismo entende o coñecemento racional coma o único verdadeiro, sendo a información sensorial só útil para a vida ordinaria (por exemplo, para non tropezar coas cousas cando nos movemos).

Se ben na Antigüidade non existía unha distinción explícita entre racionalismo e empirismo, si que había correntes e autorxs que se “fiaban” máis dos datos que aporta a razón, e outrxs que confiaban plenamente naquela información achegada polos sentidos. No primeiro grupo, son dignos de mención Parménides (que viviu a cabalo entre os séculos VI e V a. C.) e o seu discípulo Zenón de Elea (que viviu arredor do 490 e o 430 a. C.), que a través de numerosos paradoxos tentou demostrar a idea básica do seu mestre: racionalmente non hai maneira de demostrar o movemento. Inspirándose nesta idea, Platón elaborou o primeiro gran sistema filosófico occidental. Nel, distingue entre

a) a dimensión ou o mundo verdadeiro das Ideas (tamén chamadas Formas, Esencias, etc.)5, aquel que contén os modelos orixinais (únicos) e abstractos, eternos (atemporais: fóra do tempo), inmateriais (o que implica que non poden cambiar ou degradarse, nin desaparecer) e só accesibles mediante a razón e a través do plano mental (do pensamento);

b) a dimensión ou mundo falso das cousas sensibles, aquel que contén as copias (múltiples) e concretas, temporais (sometidas ó paso do tempo), materiais (o que implica que cambien, se degraden e en última instancia desaparezan) e que chegan a nós mediante os sentidos e a través do plano corporal ou físico. Platón explica o paso do mundo sensible ó mundo das Ideas a través de diversos mitos, dos cales o máis famoso é o mito da caverna.

Agora ben, a finais do século XVI e, especialmente, no XVII, o racionalismo establéce-se como unha corrente filosófica importante a través de importantes filósofos coma Francisco Sánchez (1550 – 1623), René Descartes (1596 – 1650), Baruch Spinoza (1632 – 1677) ou Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 – 1716). O máis coñecido, e tradicionalmente considerado o “fundador” do racionalismo, é posiblemente Descartes. A súa orixinalidade reside en facer xirar o coñecemento en torno ó suxeito, e non arredor do obxecto. É dicir, cambia do paradigma realista (que di que percibimos as cousas obxectivamente) ó paradigma da representación, ou idealismo (que di que a percepción que temos das cousas é unha representación, ou idea propia de cada un, subxectiva). Estas representacións son un produto da intelixencia ou razón, que pode producilas de forma exclusiva, sen ningunha intervención dos sentidos.

Hai que observar que Descartes enfróntase ó empirismo por este último aspecto (a orixe do noso coñecemento: el di que é a razón e xs filósoxs empiristas os sentidos), mais toda a filosofía posterior (tamén o empirismo) ségueo no seu xiro cara o suxeito, no cambio de paradigma que establece. O racionalismo foi o paradigma dominante ata o século XVII, a partir do cal comezou a tomar forza o empirismo anglosaxón e os intentos de conciliación entre ambas posturas (principal-mente levados a cabo por Isaac Newton e Inmanuel Kant).


2.2.2. Empirismo.

A idea básica do empirismo é que todo o coñecemento humano procede da experiencia (de aí o seu nome: en grego, ἐμπειρία, empeiría, que significa “experiencia”), dos datos que nos aportan os sentidos. Pode semellar incorrecto, mais se pensamos nas cousas que cremos coñecer por medios alleos ós sentidos, veremos que moitas son realmente improbables (no sentido de que non se poden probar), como por exemplo a existencia de Deus ou da alma. O empirismo afirma que só se somos quen de demostrar que algo existe grazas ós nosos sentidos podemos afirmar que o coñecemos.

Un dos primeiros filósofos da Antigüidade que deu valor ó coñecemento empírico foi Aristóteles (384 – 322 a. C.), que considerou a experiencia a base de todo o coñecemento teórico. Un esquema da súa teoría do coñecemento pode verse na seguinte táboa:


SABER ARISTOTÉLICO:

TIPOS

GRAOS

DENOMINACIÓN

COÑECEMENTO INTELECTUAL

SABER

QUE-SE-BUSCA

SABEDORÍA

(Nous + Episteme)

SABER TEÓRICO

ENTENDEMENTO

(Nous)

CIENCIA

(Episteme)

SABER PRÁCTICO

PRUDENCIA

(Phrónesis)

SABER PRODUTIVO

ARTE OU TÉCNICA

(Tékhne)

BASE

COÑECEMENTO SENSIBLE

SABER EMPÍRICO

EXPERIENCIA

(Empeiría)


A distinción aristotélica entre coñecemento sensible e intelectual desenvolverase na súa ética a través das virtudes éticas e dianoéticas. As primeiras, que se adquiren só coa práctica (é dicir, a experiencia), non poden ensinarse como tal: hai que adquirir un hábito para detectar no momento oportuno, en cada situación concreta (kairós), cal é o termo medio (mesotés) entre o exceso e a falta para deste xeito actuar correctamente. As segundas corresponden ós cinco graos do coñecemento intelectual, e a maneira de adquirilas é a través do estudo teórico, do uso do intelecto ou razón. Analogamente a como ocorre no proceso de coñecemento, só ten sentido traballar nelas se antes se adquiriron as virtudes éticas a través da práctica.

Na Modernidade o empirismo anglosaxón aparece como resposta ó racionalismo continental con personaxes como John Locke (1632 – 1704), George Berkeley (1685 – 1753) e David Hume (1711 – 1776). Estes empiristas concordan con Descartes na cuestión do idealismo (tamén consideran que o coñecemento son representacións da mente), mais discrepan radicalmente ó responder á pregunta sobre a maneira na que se constrúen estas representacións: os conceptos mentais constrúense a través de impresións sensibles ou sensacións (é dicir, mediante a experiencia), que son as que orixinan as ideas. Aquí, idea (con minúscula) ten un significado radicalmente oposto ó de Idea (con maiúscula) platónica: para Platón as Ideas son a orixe do percibido polos sentidos (a dimensión das Ideas é o único autenticamente real e verdadeiro), para o empirismo ocorre o exacto contrario (a dimensión mental ou conceptual das ideas aparece froito dos datos que achegan os sentidos).



2.2.3. A síntese kantiana.

A síntese (solución do debate) entre racionalismo (chámeselle “tese”) e empirismo (chámeselle “antítese”) é finalmente achegada por Immanuel Kant (1724 – 1894): para construír o coñecemento humano precísase do elemento sensorial (experiencia), tal e como defende o empiris-mo, e dunha serie de elementos lóxicos que proceden da propia razón, tal e como defende o raciona-lismo. Ademais, Kant é o máis evidente continuador do xiro cara o suxeito que bosquexara Descartes: o xiro copernicano6.

A filosofía kantiana pode entenderse a través do símil do ordenador, no que os sentidos serían o hardware (as partes físicas que permiten ó ordenador recibir información a través dun disco, dunha memoria USB ou simplemente a través do rato e o teclado; ou emitila mediante unha pantalla ou un proxector) e a razón o software (as partes puramente virtuais do ordenador, coma os programas informáticos). Ningún ten sentido nin pode funcionar sen o outro, de feito un software sen hardware non se pode dicir que propiamente exista (igual que unha mente sen corpo non pode existir) e un hardware sen software é facilmente equiparable a un cadáver (un corpo sen mente).

Para Kant, as impresións sensoriais fan posible o coñecemento, mais non o son propiamente (son condición necesaria pero non suficiente). O coñecemento é para Kant algo que se produce a partir dos datos dos sentidos cando a intelixencia os divide e encadra en cada unha das posibles doce categorías7. Podemos comparar este proceso a un xogo infantil no que haxa que encadrar nunha caixa con ocos (cada un dunha forma determinada) diferentes figuras con formas diversas (esfera, estrela, triángulo, cadrado, círculo, etc.), habendo só unha figura para cada oco.



2.2.4. O punto de vista da ciencia.

Pode semellar que o problema do coñecemento afecta notablemente ó desenvolvemento científico ó longo da historia e que polo tanto é obxecto de atención para os seus protagonistas, mais non é así: o problema sobre a orixe do coñecemento humano é un problema filosófico (epistemoló-xico) e non científico, polo que en moitas ocasións só se trata dun xeito parcial ou tanxencial dende este punto de vista (o da ciencia). Para xs científicxs, está claro que obtemos información do mundo (veña da razón ou dos sentidos) e a función da ciencia é procesala e interpretala, non buscar a súa orixe. A maneira de interpretar esta información e administrala dentro dun grupo humano ou na sociedade é o que estuda a filosofía da ciencia.

Non obstante, Galileo Galilei (1564 – 1642) ou Isaac Newton (1642 – 1643) fixeron importantes achegas á síntese entre empirismo e racionalismo ó propoñer unha serie de hipóteses racionais probadas mediante experimentación empírica (caso de Galileo, precursor do que hoxe chamamos método científico) ou mediante a observación dos fenómenos (caso de Newton). Para a ciencia o debate sobre as fontes do coñecemento humano xa está esgotado dende hai séculos: asúmese que as teorías científicas son froito do pensamento puro (a razón) e que dita especulación teórica segue os camiños que lle marca a experiencia (impresións sensibles dos sentidos).


3. Os límites do coñecemento.

Con respecto á cuestión dos límites do coñecemento, para o racionalismo é posible coñecer todos aqueles elementos dos que non temos ningunha experiencia, como poden ser Deus, a alma, a esencia das cousas... É dicir, a intelixencia humana pode coñecer a realidade na súa totalidade (isto é, non ten límite coñecido) e polo tanto pode dicirse que a razón ten unha capacidade infinita para coñecer, ou que pode coñecelo todo.

Pola contra, para o empirismo, todas aquelas cousas que están máis alá do que poidan percibir os sentidos, do plano fenoménico, non pode ser coñecido nun sentido estrito (dende un punto de vista como o de Hume, correspondente ó empirismo radical, non se pode probar a existencia da alma, ou simplemente dun eu que pense, por exemplo). Para o empirismo, os sentidos son a un tempo a orixe o límite necesario do coñecemento humano.




1“Considerar [unha cousa] na súa esencia ou noción” [dicionario da Real Academia Galega, DRAG]. Para o propósito destas páxinas, consideraremos abstraer un sinónimo de extraer (e, polo tanto, abstracción un sinónimo de extracción).

2“Aquilo que define a natureza propia dunha cousa ou dun ser, que é o que constitúe o seu fundamento e o que o diferencia dos demais” [DRAG]. Para o propósito destas páxinas, consideraremos esencia un sinónimo de definición.

3“Captar ou asimilar [algo] coa mente” [DRAG]. Para o propósito destas páxinas, consideraremos aprehender un sinónimo de comprender.

4“Realidade que existe por si mesma” [DRAG]. Para o propósito destas páxinas, consideraremos substancia coma o que refire á cousa en si mesma, e obxecto como aquilo que refire á cousa percibida (que non ten que ser necesariamente a mesma que a cousa en si)

5Cómpre sinalar que as Ideas (con maiúscula) de Platón non teñen nada que ver co concepto que hoxe en día podemos ter de idea (con minúscula), senón que constitúen unha realidade independente que ten prioridade (vai antes) que a realidade sensible: as cousas que vemos existen en virtude a que antes existe unha idea na que se basean (p. ex., non podemos concibir unha mesa, unha casa ou un ser humano sen antes coñecer a Idea de Mesa, a Idea de Casa ou a Idea de Ser humano).

6Cortés Morató, Jordi e Martínez Riu, Antoni, Diccionario de filosofía Herder (Barcelona, 1991):

Metáfora con que se alude al cambio radical de perspectiva que supone, respecto de la filosofía tradicional, el planteamiento general de la filosofía de Kant, y al cual él mismo alude en el Prefacio de la Segunda edición de la Crítica de la razón pura. El «giro» -término que proviene de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador- que Kant es consciente de llevar a cabo es similar al que hizo Copérnico, quien supone que es el espectador el que gira en lugar de las estrellas. El giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que él cree que la filosofía, para entrar en el camino seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: si éste, para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador quien giraba, de manera parecida Kant cree que sólo podemos tener un verdadero conocimiento de las cosas -un conocimiento universal y necesario- si el objeto depende del pensamiento, para ser conocido, y no a la inversa.

7A palabra provén do grego κατηγορία (katēgoria), que refire ó que se pode dicir ou predicar sobre algo. Unha categoría é un atributo, unha propiedade ou característica que se pode dicir de, atribuír a ou predicar sobre unha cousa. Kant distingue 12 categorías: sobre a cantidade dun obxecto podemos dicir que é único, plural ou total; sobre a súa cualidade podemos predicar a realidade, a negación ou a limitación; sobre a súa relación con outros obxectos pode ser substancia inherente ou accidente, a relación pode ser de causa e efecto ou pode ser recíproca; sobre o modo de dito obxecto podemos falar de posibilidade e imposibilidade, de existencia ou inexistencia ou de necesidade e continxencia.