Tema: REALIDAD Y CONOCIMIENTO EN
PLATÓN
Dualismo
ontológico platónico
Describamos
seguidamente dichos mundos:
- por un lado, nos encontramos con el
mundo sensible: formado por
las entidades corpóreas, perceptibles a los sentidos, materiales y cambiantes.
Este es el mundo que habita el ser humano.
Las Ideas
Platón llamó Ideas a las causas metafísicas del mundo físico. Son:
A) - la causa ejemplar (el modelo) de las cosas
del mundo sensible, las cuales son sus copias.
B) - la causa formal (el ser de las cosas, su
esencia).
Las Ideas tienen las siguientes
características: son 1º objetivas (autosubsistentes); 2º inteligibles; 3º inmateriales; 4º
inmutables; 5º eternas; 6º únicas.
Tipos y orden de las Ideas
Las Formas están en el mundo de las Ideas. Las Ideas están conectadas lógicamente y jerarquizadas, constituyendo un sistema piramidal cuya cúspide está ocupada por la Idea de Bien, Idea suprema y fundamento primero de todo el mundo inteligible, causa de todo el ser e inteligibilidad (tanto del mundo inteligible como del sensible).
Por debajo de ésta, hallamos, en orden estratificado descendente, el resto de las Ideas:
1º las Ideas de los cinco géneros supremos (ser, identidad ...)
2º Las Ideas ético-políticas.
3º Las Ideas matemáticas.
4º Las Ideas modelo-paradigma de los entes físicos.
La dialéctica ascendente
Las Ideas son
conocidas por el sabio por medio de la ciencia dialéctica. La dialéctica
(dialéctica ascendente) es también la ciencia del ascenso de Idea en Idea. Por
las Ideas, cual escalones, debe subir el sabio hasta alcanzar la cima de la
pirámide donde se encuentra el fundamento del mundo ideal: la Idea de Bien.
La dialéctica descendente
Posteriormente, el
sabio debe ejercitar una dialéctica descendente en la que bajará de Idea en
Idea hasta alcanzar la base de la pirámide. Logrará de este modo comprender la procedencia
de todas las Ideas de la Idea suprema.
Finalidad ético-política de la filosofía platónica
El conocimiento de
la Idea de Bien es la razón por la que los filósofos sean los llamados a
gobernar la Ciudad.
Relación mundo sensible/mundo ideal
¿Qué relación existe entre el mundo sensible y el mundo ideal?
Platón consideraba que el mundo
sensible tiene una relación con el mundo inteligible ya que el ser del mundo
sensible procede del mundo inteligible. Dicha relación de procedencia es entendida por Platón
de dos modos distintos:
2º como participación
(methesis): las cosas participan de
las Ideas.
El Mito del
Demiurgo
Para explicar cómo
se genera el ser de este mundo sensible a partir del inteligible, Platón
recurre en el diálogo “Timeo” a una figura mítica, el Demiurgo. El Demiurgo es quien
ha diseñado/fabricado el mundo sensible.
¿Cómo lo ha hecho?
2º
sabio: conoce las Ideas moldeará la materia bruta teniendo
como modelo a las Ideas.
3º
bondadoso: su intención es fabricar un cosmos más ordenado y bello (lo más
similar posible al perfecto mundo ideal).
Epistemología platónica. Los grados del conocimiento
Expliquemos seguidamente la epistemología platónica, es decir, su reflexión acerca del conocimiento y la verdad, tal como es expuesta alegóricamente en el “MITO DE LA CAVERNA” y en el “SÍMIL DE LA LÍNEA”.
Para Platón existen dos tipos de conocimiento:
A)
CONOCIMIENTO SENSIBLE o DOXA (opinión): el conocimiento del mundo material que obtenemos a
través de los sentidos proporciona, según Platón, opinión o doxa. Este es el tipo de conocimiento
que adquiere el prisionero dentro de la caverna. El conocimiento dóxico es un conocimiento sujeto a error
y por ello relativo.
En
la doxa hay dos grados:
1º
Imaginación: es el conocimiento de imágenes (de las sombras de la
caverna). A este grado corresponden el arte, el mito, los discursos sofísticos
y demagógicos.
2º
Creencia: es el conocimiento perceptivo de las cosas sensibles (de los
objetos que hay dentro de la caverna). Es el conocimiento propio de la física.
Por el contrario,
B)
CONOCIMIENTO INTELECTUAL o EPISTHEME: el conocimiento del mundo
inteligible que obtenemos a través de la inteligencia proporciona ciencia, epistheme. El conocimiento epistémico es
el que alcanza el prisionero cuando sale de la caverna al mundo exterior. Dicho
conocimiento epistémico es el único conocimiento de verdades absolutas (necesariamente verdaderas).
También
dentro de él hay dos grados:
1º
Dianoia o conocimiento discursivo de los entes matemáticos (de las
sombras y reflejos de las cosas del mundo exterior a la caverna). Es el
conocimiento propio de la ciencia matemática.
2º
Nóesis o conocimiento intuitivo de:
a)
las Ideas (de los objetos que el prisionero contempla fuera de la caverna) y,
b)
de la suprema Idea, la Idea de Bien (que el prisionero conoce cuando alza la
mirada al Sol).
El
conocimiento noético es el propio de la ciencia dialéctica, la ciencia de las
Ideas.
El problema que se le plantea ahora a Platón es explicar cómo puede el sabio ascender desde el mundo sensible en el que se encuentra hasta el mundo inteligible de las Ideas. Platón recurre a la teoría de la anamnesis o reminiscencia para dar cuenta de este tránsito. Esta teoría aparece en el diálogo Menón. En dicho diálogo se establece:
1º que nuestra
alma, aun encontrándose en el mundo sensible, puede llegar a conocer las Ideas
porque dicho conocimiento (de las Ideas) ya lo adquirió en una preexistencia anterior
(el alma contempló las Ideas en otra vida).
3º pero el olvido
puede dejar paso al recuerdo. ¿Cómo? Al percibir las cosas sensibles (que son
copia de las Ideas), el alma recuerda las Ideas que había olvidado.
Contextualización de
todos los textos de Platón
Contextualicemos el texto en el marco ideológico de
la época.
1º
Por un lado, la filosofía de Platón recogió el legado ontológico-metafísico de
los pensadores presocráticos:
a) del pitagorismo:
1º su concepción órfica del alma
2º la relevancia ontológica de las
matemáticas.
b) de Parménides:
1º
concepción de las Ideas con los atributos del ser (unicidad, inmutabilidad,
eternidad);
2º
diferenciación entre los dos modos de conocer: el sensible/vía de la opinión y
el inteligible/vía de la verdad
c) de Anaxágoras:
postulación de una Inteligencia
ordenadora del cosmos.
d) de Heráclito
y del atomismo: concepción de un mundo sensible-material sujeto al cambio y al
devenir.
2º
Por otro lado, su condicionante ideológico principal fue la Ilustración sofística
y Sócrates:
a) Toda
la filosofía de Platón combatirá el relativismo epistemológico y moral
característico de la sofística.
b) El
racionalismo socrático puede ser considerado como la fuente e inspiración
última de la filosofía de Platón: 1º de su Teoría de la Ideas y 2º de su utopía
política en la que una casta de sabios y virtuosos filósofos se encargan del
gobierno de la polis.
REPÚBLICA,
LIBRO VII “Mito de la caverna”
PLATÓN,
República libro VII, 514a—517c
“1º —Después de eso –proseguí– compara nuestra
naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una
experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma
de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En
ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que
deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les
impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de
un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un
camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado,
como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar,
por encima del biombo, los muñecos.
—Me lo imagino.
2º—Imagínate ahora que, del otro lado del
tabique, pasan sombras que llevan toda clase de utensilios y figurillas de
hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y
entre los que pasan unos hablan y otros callan.
—Extraña comparación haces, y extraños son esos
prisioneros.
3º—Pero son como nosotros. Pues en primer lugar,
¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las
sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a
sí?
—Claro que no, si toda su vida están forzados a
no mover las cabezas.
4º—¿Y no sucede lo mismo con los objetos que
llevan los que pasan del otro lado del tabique?
—Indudablemente.
5º—Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te
parece que entenderían estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven?
—Necesariamente.
6º—Y si la prisión contara con un eco desde la
pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del otro lado del
tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de la sombra
que pasa delante de ellos?
—¡Por Zeus que sí!
7º—¿Y que los prisioneros no tendrían por real
otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados?
—Es de toda necesidad.
8º—Examina ahora el caso de una liberación de sus
cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les
ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de
repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y, al hacer todo esto,
sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas
cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese
que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio, está más
próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si
se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado de tabique y se
le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá
en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más
verdaderas que las que se le muestran ahora?
—Mucho más verdaderas.
9º—Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma,
¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas
cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que
las que se le muestran?
—Así es.
10º—Y si a la fuerza se lo arrastrara por una
escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol,
¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz,
tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los
objetos que ahora decimos que son los verdaderos?
—Por cierto, al menos inmediatamente.
11º—Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar
a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las
sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados
en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría
de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros
y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.
—Sin duda.
12º—Finalmente, pienso, podría percibir el sol,
no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino
contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio ámbito.
—Necesariamente.
13º—Después de lo cual concluiría, con respecto
al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en
el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían
visto.
—Es evidente que, después de todo esto, arribaría
a tales conclusiones.
14º—Y si se acordara de su primera morada, del
tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio,
¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?
—Por cierto.
15º—Respecto de los honores y elogios que se
tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza
divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el
que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles
después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar,
¿te parece que estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más honrados
y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de
Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o
soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a
aquella vida?
—Así creo también yo, que padecería cualquier
cosa antes que soportar aquella vida.
16º—Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente
y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas,
al llegar repentinamente del sol?
—Sin duda.
17º—Y si tuviera que discriminar de nuevo
aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo
momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a
ese estado, y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al
ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había
estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia
arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían,
si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
—Seguramente.
18º—Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar
íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la
región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz
del fuego que hay en ella con el poder del sol. Compara, por otro lado, el
ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el
ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y
que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso,
lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y
con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse (que
es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha
engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y
productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en
vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.”
Seguidamente contextualizaremos la temática del texto en el marco del pensamiento del autor.
El Mito
de la Caverna (alegoría que aparece en el libro VII del diálogo La República y del que está entresacado
el fragmento que estamos comentando), es un relato a través del cual Platón expone
metafóricamente:
1º su doctrina ontológica dualista de
los dos mundos
2º su doctrina epistemológica de los dos tipos de conocimiento: opinión/doxa y ciencia/epistheme.
Por estos grados, escalonadamente, ascenderá el sabio en su camino desde la
ignorancia hasta el conocimiento.
Pasemos ya a analizar las principales ideas del
Mito de la caverna. Según Platón:
1º INTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO ONTOLÓGICO DEL
MITO:
El mundo material (la caverna y sus sombras) que percibimos con los sentidos es
cambiante, efímero e imperfecto. Pero el mundo de las Ideas (el mundo exterior a la caverna) al que
acceden los filósofos por medio de la razón y en cuya cúspide se encuentra la
Idea de Bien (el Sol) es inmutable,
eterno y perfecto.
2ºINTERPRETACIÓN/SIGNIFICADO EPISTEMOLÓGICO DEL
MITO:
La mayor parte de la humanidad se contenta, lo
mismo que los prisioneros de la caverna
con un mero conocimiento dóxico, prefiriendo vivir en un mundo de
sombras, de apariencias, que en la verdadera realidad. Sólo los filósofos salen
de la caverna y aprenden a percibir las cosas tal como realmente son,
alcanzando un conocimiento verdadero, epistémico. Solo los filósofos
como Sócrates (representado por el
prisionero liberado) recorren este camino que conduce de la ignorancia al
saber. Las etapas de dicho camino (que corresponden con los grados de
conocimiento) son las siguientes:
1º conocimiento conjetural de
imágenes (de las sombras de la caverna)
2º conocimiento
perceptivo de las cosas corpóreas del mundo sensible (de los objetos de la caverna)
3º conocimiento
dianoético de los entes matemáticos (de
los reflejos de los objetos del mundo exterior a la caverna)
4º conocimiento
noético de las Ideas y de la Idea de Bien (de los objetos del mundo exterior y del Sol).
Finalmente, es un deber para los filósofos
retornar a la caverna con la misión de mostrar a aquellos que permanecen dentro
de ella cuál es el camino que conduce a la verdadera realidad.
Platón nos quiere decir que es tarea de los
filósofos, por haber logrado alcanzar el conocimiento de la verdad y del bien,
hacerse cargo del gobierno de la polis (aunque el precio que tengan que pagar
por ello, por retornar a la caverna, sea la incomprensión o incluso la muerte,
en una velada referencia al trágico destino de su maestro Sócrates).
REPÚBLICA
LIBRO VI “El símil de la línea””
PLATÓN,texto2
República libro VI, 509c—511e
“1º- Me
temo que voy a dejar mucho de lado; no obstante, no omitiré lo que en este
momento me sea posible.
- No,
por favor.
2º-
Piensa entonces, como decíamos, cuáles son los dos que reinan: uno, el del
género y ámbito inteligibles; otro, el del visible, y no digo `el del cielo'
para que no creas que hago juego de palabras. ¿Captas estas dos especies, la
visible y la inteligible?
- Las
capto.
3º-
Toma ahora una línea divida en dos partes desiguales; divide nuevamente cada
sección según la misma proporción, la del género de lo que se ve y otra la del
que se intelige, y tendrás distinta oscuridad y claridad relativas; así tenemos
primeramente, en el género de lo que se ve, una sección de imágenes. Llamo
“imágenes” en primer lugar a las
sombras, luego a los reflejos en el agua y en todas las cosas que, por su
constitución, son densas, lisas y brillantes, y a todo lo de esa índole. ¿Te
das cuenta?
- Me
doy cuenta
4º- Pon
ahora la otra sección de la que ésta ofrece imágenes, sección a la que
corresponden las cosas que existen en nuestro derredor, los animales así como
todo lo que crece, y también el género íntegro de cosas fabricadas por el
hombre.
-
Pongámoslo.
5º-
¿Estás dispuesto a declarar que la línea ha quedado divida, en cuanto a su
verdad y no verdad, de modo tal que lo opinable es a lo cognoscible como la
copia es a aquello de los que es copiado?
- Estoy
muy dispuesto.
6º-
Ahora examina si no hay que dividir también la sección de lo inteligible.
- ¿De
qué modo?
7º- De
éste. Por un lado, en la primera parte de ella, el alma, sirviéndose de las
cosas antes imitadas como si fueran imágenes, se ve forzada a indagar a partir
de supuestos, marchando no hasta un principio sino hacia una conclusión.
8º- Por
otro lado, en la segunda parte, avanza hasta un principio no supuesto, partiendo
de un supuesto y sin recurrir a imágenes -a diferencia del otro caso-,
efectuando el camino con Ideas mismas y por medio de Ideas.
- No he
aprehendido suficientemente esto que dices.
9º-
Pues veamos nuevamente; será más fácil que entiendas si te digo esto antes.
Creo que sabes que los que se ocupan de geometría y de cálculo suponen lo impar
y lo par, las figuras y tres clases de ángulos y cosas afines, según lo
investigan en cada caso. Como si las conocieran, las adoptan como supuestos, y
de ahí en adelante no estiman que deban dar cuenta de ellas ni a sí mismos ni a
otros, como si fueran evidentes a cualquiera; antes bien, partiendo de ellas
atraviesan el resto de modo consecuente, para concluir en aquello que
proponían al examen.
- Sí,
esto lo sé.
10º -
Sabes, por consiguiente, que se sirven de figuras visibles y hacen discursos
acerca de ellas, aunque no pensando en éstas sino en aquellas cosas a las
cuales éstas se parecen, discurriendo en vista al Cuadrado en sí y a la
Diagonal en sí, y no en vista de la que dibujan, y así con lo demás. De las
cosas mismas que configuran y dibujan hay sombras e imágenes en el agua, y de
estas cosas que dibujan se sirven como imágenes, buscando divisar aquellas
cosas en sí que no podrían divisar de otro modo que con el pensamiento.
- Dices
verdad.
11º- A
esto me refería como la especie inteligible. Pero en esta su primera sección,
el alma se ve forzada a servirse de supuestos en su búsqueda, sin avanzar
hacia un principio, por no poder remontarse más allá de los supuestos. Y para
eso usa como imágenes a los objetos que abajo eran imitados, y que habían sido
conjeturados y estimados como claros respecto de los que eran sus imitaciones.
-
Comprendo que te refieres a la geometría y a las artes afines.
12º- Comprende entonces la otra
sección de lo inteligible, cuando afirma que en ella la razón misma aprehende,
por medio de la facultad dialéctica, y hace de los supuestos no principios
sino realmente supuestos, que son como peldaños y trampolines hasta el principio
del todo, que es no supuesto, y tras aferrarse a él, ateniéndose a las cosas
que de él dependen, desciende hasta una conclusión, sin servirse para nada de
lo sensible, sino de Ideas, a través de Ideas y en dirección a Ideas hasta
concluir en Ideas.
13º-
Comprendo, aunque no suficientemente, ya que creo que tienes en mente una tarea
enorme: quieres distinguir lo que de lo real e inteligible es estudiado por la
ciencia dialéctica, estableciendo que es más claro que lo estudiado por las
llamadas “artes”, para las cuales los
supuestos son principios. Y los que los estudian se ven forzados a estudiarlos
por medio del pensamiento discursivo, aunque no por los sentidos. Pero a raíz
de no hacer el examen avanzando hacia un principio sino a partir de supuestos,
te parece que no poseen inteligencia acerca de ellos, aunque sean inteligibles
junto a un principio. Y creo que llamas “pensamiento discursivo” al estado
mental de los geómetras y similares, pero no “inteligencia”; como si el
“pensamiento discursivo” fuera algo intermedio entre la opinión y la inteligencia.
14º-
Entendiste perfectamente. Y ahora aplica a las cuatro secciones estas cuatro
afecciones que se generan en el alma; inteligencia, a la suprema; pensamiento
discursivo, a la segunda; a la tercera asigna la creencia y la cuarta la
conjetura; y ordénalas proporcionadamente, considerando que cuanto más
participen de la verdad tanto más participan de la claridad.
-
Entiendo, y estoy de acuerdo en ordenarlas como dices.”
Seguidamente vamos a contextualizar la temática del texto en el pensamiento del autor. En la analogía del Símil de la Línea (analogía que aparece en el libro VI del diálogo La República y del que está entresacado el fragmento que estamos comentando), Platón expone su doctrina epistemológica. A través de un símil, Platón conecta su teoría epistemológica acerca de los distintos tipos de conocimiento (doxa/episteme) con su teoría ontológica que establece la existencia de dos niveles de realidad (mundo sensible/mundo de las Ideas).
Pasemos ya a analizar las principales ideas del
Símil de la línea. Según Platón:
1º
Existen dos tipos (o géneros) de conocimiento:
-
el conocimiento de lo sensible o doxa
-
el conocimiento de lo inteligible o epistheme.
2º
Cada tipo de conocimiento es correlativo a uno de los dos mundos existentes:
-
la doxa corresponde
al mundo sensible
-
la epistheme
corresponde al mundo inteligible.
3º
Cada uno de estos tipos (o géneros) se divide, a su vez, en dos grados (o
especies) de conocimiento. Estos grados también son correlativos a las
diferentes clases de entes que existen en cada uno de los mundos:
A)
al conocimiento de lo sensible pertenecen la Imaginación y la Creencia:
- IMAGINACIÓN o CONJETURA (EIKASÍA): la imaginación es el conocimiento conjetural de imágenes
(a este grado de conocimiento pertenecen: el mithos, las artes plásticas o los discursos retóricos y
demagógicos)
-
CREENCIA o PERCEPCIÓN (PISTIS): la
creencia es el conocimiento perceptivo de las cosas corpóreas (a él pertenece
la física).
B)
el conocimiento de lo inteligible se subdivide en el pensamiento discursivo y
la inteligencia:
-
RAZÓN DISCURSIVA (DIANOIA): la dianoia (el pensamiento discursivo
característico de las matemáticas) es el conocimiento demostrativo de los entes
matemáticos (geometría y aritmética).
-
INTELIGENCIA (NÓESIS): la nóesis es el conocimiento intuitivo
(intuitivo significa directo, es decir, no razonado o demostrado como es el
pensamiento discursivo) de las Ideas (ciencia dialéctica).
EN CONCLUSIÓN: Platón
concibe el conocimiento como un continuo en el que podemos diferenciar cuatro
grados o estados. Dichos estados pueden ser considerados como los escalones por
los que asciende progresivamente el sabio en su recorrido desde la ignorancia
hasta el saber.
MENÓN
TEXTO MENÓN
SÓCRATES.- “(…)Así,
pues, para el alma, siendo inmortal, renaciendo á la vida muchas veces, y
habiendo visto- todo lo que
pasa, tanto en esta como en la otra, no hay nada que ella no haya aprendido.
Por esta razón, no es extraño
que, respecto á la virtud y á todo lo demás, esté en estado de recordar lo que ha sabido. Porque, como todo se liga en la naturaleza y
el alma todo lo ha aprendido,
puede, recordando una sola cosa, a lo cual los hombres llaman aprender, encontrar en sí misma todo lo demás, con tal que tenga valor y que
no se canse en sus indagaciones.
En efecto; todo lo que se llama buscar y
aprender no es otra cosa que recordar. Ninguna fe debe darse al tema, fecundo en cuestiones,
que propusiste antes; porque sólo sirve para engendrar en nosotros la pereza, y
no es cosa agradable dar oídos sólo á hombres cobardes. Mi doctrina, por el contrario, los hace laboriosos e inventivos. Así, pues, la tengo por
verdadera; y quiero en su
consecuencia indagar contigo lo que es la virtud.
MENÓN.- Consiento
en ello, Sócrates. Pero ¿te limitarás á decir simplemente que nosotros nada
aprendemos, y que lo que se llama aprender no es otra cosa que recordar?
¿Podrías enseñarme cómo se verifica esto?
SÓCRATES.- Ya te
dije, Menón, que eres muy astuto. En el acto mismo en que sostengo que no se
aprende nada y que no se hace más que acordarse, me preguntas si puedo
enseñarte una cosa; para hacer que inmediatamente me ponga así en contradicción
conmigo mismo.
MENÓN.- En
verdad, Sócrates, no lo he dicho con esa intención, sino por puro hábito. Sin
embargo, si puedes demostrarme que la cosa es tal como dices, demuéstramela.”
Seguidamente vamos
a contextualizar
la temática del texto en el pensamiento del autor. El diálogo platónico “Menón” trata
acerca de la cuestión de si la virtud puede o no ser enseñada. En esta obra,
Platón expondrá sus nuevas convicciones pitagóricas sobre la inmortalidad y la
transmigración de las almas enlazándolas con una original teoría del
conocimiento entendida como reminiscencia (anamnesis).
Pasemos a continuación a analizar el
texto.
1º El tema del que trata el texto es
la doctrina de la anamnesis según la cual todo conocimiento es
reminiscencia (el recuerdo de algo previamente aprendido por el alma en una
vida anterior)
2º
Para poder justificar esta doctrina, se postulará que el alma es inmortal,
habiendo ésta, en sus múltiples vidas, llegado a conocer todo lo que existe.
3º
El alma está por ello en estado de recordar lo que ya sabía y había aprendido
anteriormente acerca de la virtud, asunto del que trata el diálogo.
Aclaremos
el significado de algunos de los
términos:
- Alma: sustancia
incorpórea de origen celeste unida accidentalmente al cuerpo y que es principio de la vida y del conocimiento.
-
Renaciendo:
el alma es inmortal y por ello renace continuamente a la vida tal como postula
la doctrina de origen órfico-pitagórico de la metempsicosis que Platón hizo
suya.
-
Aprender
no es otra cosa que recordar: todo conocimiento que el alma aprende
no es otra cosa que la anámnesis o recuerdo de un conocimiento que el alma adquirió
en una vida celestial anterior y que luego olvidó al quedar atrapada en un
cuerpo mortal.