“1º —Después de eso –proseguí– compara nuestra
naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una
experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma
de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella
están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben
permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden
girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego
que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino
más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el
biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por
encima del biombo, los muñecos.
—Me lo imagino.
2º—Imagínate ahora que, del otro lado del
tabique, pasan sombras que llevan toda clase de utensilios y figurillas de
hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y
entre los que pasan unos hablan y otros callan.
—Extraña comparación haces, y extraños son esos
prisioneros.
3º—Pero son como nosotros. Pues en primer lugar,
¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las
sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a
sí?
—Claro que no, si toda su vida están forzados a
no mover las cabezas.
4º—¿Y no sucede lo mismo con los objetos que
llevan los que pasan del otro lado del tabique?
—Indudablemente.
5º—Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te
parece que entenderían estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven?
—Necesariamente.
6º—Y si la prisión contara con un eco desde la
pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del otro lado del
tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de la sombra
que pasa delante de ellos?
—¡Por Zeus que sí!
7º—¿Y que los prisioneros no tendrían por real
otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados?
—Es de toda necesidad.
8º—Examina ahora el caso de una liberación de sus
cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les
ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de
repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y, al hacer todo esto,
sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas
cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese
que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio, está más
próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si
se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado de tabique y se
le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá
en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más
verdaderas que las que se le muestran ahora?
—Mucho más verdaderas.
9º—Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma,
¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas
cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que
las que se le muestran?
—Así es.
10º—Y si a la fuerza se lo arrastrara por una
escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol,
¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz,
tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los
objetos que ahora decimos que son los verdaderos?
—Por cierto, al menos inmediatamente.
11º—Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar
a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las
sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados
en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría
de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros
y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.
—Sin duda.
12º—Finalmente, pienso, podría percibir el sol,
no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino
contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio ámbito.
—Necesariamente.
13º—Después de lo cual concluiría, con respecto
al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en
el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían
visto.
—Es evidente que, después de todo esto, arribaría
a tales conclusiones.
14º—Y si se acordara de su primera morada, del
tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio,
¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?
—Por cierto.
15º—Respecto de los honores y elogios que se
tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza
divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el
que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles
después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar,
¿te parece que estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más honrados
y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de
Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o
soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a
aquella vida?
—Así creo también yo, que padecería cualquier
cosa antes que soportar aquella vida.
16º—Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente
y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas,
al llegar repentinamente del sol?
—Sin duda.
17º—Y si tuviera que discriminar de nuevo
aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo
momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a
ese estado, y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al
ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había
estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia
arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían,
si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
—Seguramente.
18º—Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar
íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la
región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz
del fuego que hay en ella con el poder del sol. Compara, por otro lado, el
ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el
ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y
que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso,
lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y
con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse (que
es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha
engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora
y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en
vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.”
INSTRUCCIONES PARA HACER EL COMENTARIO
CONTEXTUALIZACIÓN
1º Contextualización bio-bibliográfica:
- Vida de Platón (tienen que aparecer los siguientes hechos de su vida: 1º origen aristocrático; 2º discípulo de Sócrates; 3º tres viajes a Sicilia; 4º fundación de la Academia)
- Obra de Platón: 1º Explicar qué son los diálogos platónicos; 2º tres etapas en las que se divide la obra (nombre de cada etapa; características de cada etapa; título de tres diálogos de cada etapa); 3º contenido del diálogo La república)
TODAS ESTAS CUESTIONES CONTEXTUALES APARECEN EN EL TRABAJO QUE HICISTEIS EL CURSO PASADO SOBRE SÓCRATES-PLATÓN.
2º Contextualización histórica: características de Grecia en la era clásica (mirar en la libreta)
3º Contextualización filosófica: la era de los sofistas (la sofística como principal corriente filosófica y cultural del periodo clásico) y Sócrates (en tanto maestro de Platón). Indicar brevemente las características principales de dichos filósofos.
ANÁLISIS DEL TEXTO
1º En el listado de ideas secundarias ateneros a la literalidad del texto (no lo interpretéis en ningún momento). Indicar por lo tanto sólo los distintos episodios que se van narrando en el mito.
2º Glosario: aquí sí tenéis que indicar el significado alegórico de los objetos a los que dichos términos se refieren.
¿Dónde podéis encontrar el referente (el significado alegórico) de cada uno de los objetos que aparecen en el relato? En el dibujo que aparece como encabezamiento de esta entrada del blog.
INTERPRETACIÓN DEL TEXTO
1º Explicación del mito de la caverna desde la perspectiva de su ontología (de su doctrina de los dos mundos). No expliquéis el mito desde la perspectiva de la epistemología platónica (su teoría sobre los tipos y grados del conocimiento humano) pues aún no hemos tenido oportunidad de darla en clase.
Y RECORDAD, ¿Dónde podéis encontrar el referente (el significado alegórico) de cada uno de los objetos que aparecen en el relato? En el dibujo que aparece como encabezamiento de esta entrada del blog.
2º El juicio crítico puede tratar sobre el problema de la tópica dualidad apariencia/realidad, la contraposición entre lo que las cosas parecen ser y lo que realmente son (ejemplo: contraposición entre un aparente amigo y un amigo verdadero; contraposición entre un sucedáneo del café como la malta y una taza de café de verdad; contraposición entre nuestra imagen en Instagram y nuestra vida real, etc.)
Resumen
del mito de la caverna (tomado de la
wiki)
Platón describió,4 en su
alegoría de la caverna, un espacio cavernoso en el que se encuentran un grupo
de hombres prisioneros desde su nacimiento, con cadenas que les sujetan el
cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del
fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos se
encuentra un muro con un pasillo y seguidamente, y por orden de cercanía
respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al
exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de
objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en
la pared que los prisioneros pueden ver.
Estos hombres encadenados consideran como verdad las
sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan
condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras
proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos
hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera,
contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa
ya que ésta es causa y fundamento de la primera que está compuesta solo de
apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva situación,
es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una
áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (hombres,
árboles, lagos, astros, etc.) fundamento de las anteriores realidades, para que
a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que
le es propio".
La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al
interior de la caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de
cadenas, lo que haría que estos se rieran de él. El motivo de la burla sería
afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la
claridad del sol a la oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta
desatar y hacer subir a sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice
que estos son capaces de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la
oportunidad.
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