viernes, 13 de enero de 2023

3º EXAMEN DE DESCARTES - TEXTO SOBRE LA EVIDENCIA DEL COGITO ("cogito, ergo sum")

 


"Supongo, pues, que todas las cosas que veo son falsas; estoy persuadido de que nada de lo que mi memoria, llena de mentiras, me representa, ha existido jamás; pienso que no tengo sentidos; creo que el cuerpo, la figura, la extensión, el movimiento y el lugar son ficciones de mi espíritu. ¿Qué, pues, podrá estimarse verdadero? Acaso nada más sino esto: que nada hay cierto en el mundo. Pero ¿qué sé yo si no habrá otra cosa diferente de las que acabo de juzgar inciertas y de la que no pueda caber duda alguna? ¿No habrá algún Dios o alguna otra potencia que ponga estos pensamientos en mi espíritu? No es necesario; pues quizá soy yo capaz de producirlos por mí mismo. Y yo, al menos, ¿no soy algo? Pero ya he negado que tenga yo sentido ni cuerpo alguno. Vacilo, sin embargo; pues ¿qué se sigue de aquí? ¿Soy yo tan dependiente del cuerpo y de los sentidos que, sin ellos, no pueda ser? Pero ya estoy persuadido de que no hay nada en el mundo: ni cielos, ni tierra, ni espíritu, ni cuerpos; ¿estaré, pues, persuadido también de que yo no soy? Ni mucho menos; si he llegado a persuadirme de algo o solamente si he pensado alguna cosa, es sin duda porque yo era. Pero hay cierto burlador muy poderoso y astuto que dedica su industria toda a engañarme siempre. No cabe, pues, duda alguna de que yo soy, puesto que me engaña y, por mucho que me engañe, nunca conseguirá hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo. De suerte que, habiéndolo pensado bien y habiendo examinado cuidadosamente todo, hay que concluir por último y tener por constante que la proposición siguiente: “yo soy, yo existo”, es necesariamente verdadera, mientras la estoy pronunciando o concibiendo en mi espíritu.

R. DESCARTES; Meditaciones metafísicas

Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de las “Meditaciones metafísicas”. Comenzaremos nuestro comentario contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. Las “Meditaciones metafísicas” es una obra que Descartes escribió cuando contaba unos 45 años de edad (un conjunto de seis reflexiones sobre temas de “filosofía primera”) en la que aplica su nueva metodología a algunos problemas filosóficos y desarrolla algunos ideas ya esbozadas en su “Discurso del método”:

-    la búsqueda de una primera certeza sobre la que asentar el saber,

-    la demostración de la existencia de la sustancia divina,

-    la demostración de la inmortalidad de la sustancia espiritual humana (y de ahí el título de la obra, Meditationes de prima philosophia, in qua Dei existentia et animæ immortalitas demonstrantur),

-    la naturaleza extensa de la sustancia corpórea o el dualismo cuerpo/alma característico del ser humano.

Las ideas fundamentales del texto son las siguientes:

1º Nos encontramos ante la exposición de las consecuencias de plantear una duda radical, la duda hiperbólica o metódica. Dicha duda nos hará concluir que no puedo estar seguro de la existencia real y objetiva de nada en el mundo.

2º La consecuencia que aparentemente se infiere de este proceso de duda es que, tal como defiende la tradición escéptica, la única verdad de la que podemos estar seguros es que nuestro espíritu no puede alcanzar ninguna verdad.

3º Sin embargo, si hacemos uso de la duda metódica nos podemos percatar de que existe una entidad de la que no puedo dudar que existe: yo mismo.

¿Por qué? Porque por el mero hecho de dudar pienso, y si pienso ya soy indubitablemente algo. Incluso, aunque existiera un genio maligno que desease engañarme no podría hacerlo, yo seguiría siendo algo y por ello estaría seguro de que soy y existo.

4º La conclusión es la siguiente: la proposición “Yo soy, yo existo” es necesariamente verdadera (es decir, es imposible dudar que sea falsa).

Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

- hay un cierto burlador, muy poderoso y astuto que emplea toda su industria en engañarme siempre: se refiere aquí al “genio maligno”, protagonista de un experimento mental que lleva a Descartes a dudar hasta de la validez de las verdades matemáticas.

- esta proposición: “yo soy, yo existo”, es necesariamente verdadera: Formulación de la primera evidencia y certeza. Dicha verdad afirma que indubitablemente mi yo, mi pensamiento, es real.

 

 

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