martes, 26 de enero de 2021

2º BACH NOCTURNO - COMENTARIO SAN AGUSTÍN

 COMENTARIO DE SAN AGUSTIN - LA CIUDAD DE DIOS



Comenta el siguiente texto de san Agustín de Hipona, el principal Padre de la Iglesia latina u occidental.

LIBRO UNDECIMO - PRINCIPIO DE LAS DOS CIUDADES ENTRE LOS ÁNGELES - CAPITULO PRIMERO

 Parte de la obra donde se empiezan a demostrar los principios y fines de las dos Ciudades, esto es, de la celestial y de la terrena. 

    Llamamos Ciudad de Dios aquella de quien nos testifica y acredita la Sagrada Escritura que no por movimientos fortuitos de átomos, sino realmente por disposición de la alta Providencia sobre los escritos de todas las gentes rindió a su obediencia, con la prerrogativa de la autoridad divina, la variedad de todos los ingenios y entendimientos humanos. Porque de ella está escrito: “Cosas admirables y grandiosas están profetizadas de ti, ¡oh Ciudad de Dios!”: y en otro lugar: “Grande es, dice el Señor, y sumamente digno de que se celebre y alabe en la Ciudad de nuestro Dios y en su montesanto, que dilata los contentos y alegría de toda la tierra”; y poco más abajo: “Así como lo oímos, así hemos visto cumplido todo en la Ciudad del Señor de los ejércitos, en la Ciudad de nuestro Dios; Dios la fundó eterna para siempre; y asimismo en otro salmo: “el ímpetu y avenida de las gentes, como unos ríos caudalosos han de alegrar y acrecentar la Ciudad de Dios, donde el soberano omnipotente Señor puso y santificó su Tabernáculo y asiento; y puesto que Dios está y habita en medio de ella, no se moverá ni faltará para siempre jamás” Por estos y otros testimonios semejantes, que sería demasiado prolijo referir, sabemos que hay una Ciudad de Dios, cuyos ciudadanos deseamos ser con aquella ansia y amor que nos inspiró su divino Autor. 

    Al Autor y Fundador de esta Ciudad Santa quieren anteponer sus dioses los ciudadanos de la Ciudad terrena, sin advertir que es Dios de los dioses, no de los dioses falsos, esto es, de los impíos y soberbios, que estando desterrados y privados de su inmutable luz, común y extensiva a toda clase de personas, y hallándose por este motivo reducidos a una indigente potestad, pretenden en cierto modo sus particulares señoríos y dominio, y quieren que sus engañados e ilusos súbditos los reverencien con el mismo culto que se debe a Dios, sino que es Dios de los dioses piadosos y santos, que gustan más de sujetarse a sí mismos a un solo Dios que sujetar a muchos a sí propios; adorar y venerar a Dios más que, ser adorados y reverenciados por dioses. 

Pero ya hemos respondido a los enemigos de la Ciudad Santa cuanto nos ha sido posible, auxiliados, del poderoso favor de nuestro Señor y nuestro Rey en los diez libros pasados, y sabiendo al presente lo que se espera de mí, y acordándome de lo que prometí, principiaré a tratar del nacimiento, progresos y debidos fines de las dos Ciudades, celestial y terrena, de las que dijimos que andaban confundidas en este siglo de algún modo, y mezcladas la una con la otra; y en cuanto a lo primero, diré cómo procedieron los principios de ambas Ciudades en el reencuentro y diferencia que tuvieron entre sí los ángeles. 

Lo interesante de este comentario, sería que lo hicieseis a partir de la información que principalmente encontráis en el libro de la asignatura.

Respecto a la comparativa, podéis comparar (tendréis que buscar información al respecto en internet) las concepción lineal del tiempo (propia del cristianismo y de san Agustín) y la concepción cíclica del tiempo propia de los filósofos griegos (cuya mayor ejemplo es la concepción cíclica del estoicismo).

Es muy interesante también hacer bien la contextualización: la biografía de san Agustín es fascinante (en este apartado, la contextualización bio-bibliográfica puedo aprovechar y explicar el conteniudo de sus dos principales obras: las "Confesiones" y "La Ciudad de Dios"; le tocó vivir uno de los periodos más importantes de la historia de la humanidad: el derrumbamiento definitivo del Imperio Romano Occidental y el fin de la Antigüedad (contextualización histórica); finalmente, es importante saber y conocer quienes fueron los Padres de la Iglesia (contextualización  filosófica: en el libro de clase encontraréis información suficiente acerca de quienes fueron los Padres de la Iglesia).

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