martes, 11 de enero de 2022

1º BACH - TRABAJOS ANTROPOLOGIA CRISTIANA

 




Esta semana vamos a hacer dos actividades complementarias:

1. Vamos a leer el capítulo de Warburton sobre san Agustín y vamos a responder el correspondiente cuestionario.  (en esta ocasión, os perdono el tener que hacer la recensión correspondiente).

2. Vamos a ver la película sobre Agustín de nuestro director preferido, Roberto Rossellini (la encontraréis como siempre en youtube en su lengua original subtitulada al español). De la película responderéis un cuestionario el día del examen.


capítulo 6
¿Quién maneja nuestros hilos?
Agustín

Agustín (354–430) estaba desesperado por conocer la verdad.
Como cristiano, creía en Dios. Pero su fe le dejaba con 

muchas preguntas sin respuesta. ¿Qué quería Dios que hiciera?

¿Cómo debería vivir? ¿Qué debía creer? Se pasó la
mayor parte de su vida adulta escribiendo sobre estas cuestiones.
Había mucho en juego. Para aquéllos que creen en la
posibilidad de pasar la eternidad en el infierno, cometer un
error filosófico puede tener terribles consecuencias. Agustín
creía que terminaría ardiendo en azufre para toda la eternidad
si se equivocaba. Un problema que le atormentaba era
por qué Dios permitía la maldad en el mundo. La respuesta
que dio es popular aún hoy entre muchos creyentes.

En la época medieval, aproximadamente del siglo v al xv,
la filosofía y la religión estaban estrechamente unidas. Los filósofos
de la Antigua Grecia como Platón y Aristóteles influyeron sobre los
filósofos medievales, pero éstos adaptaron sus
ideas, aplicándolas a sus propias religiones. Muchos de estos
filósofos eran cristianos, pero también hubo importantes filósofos
judíos y árabes como Maimónides o Avicena. Agustín,
que más adelante sería santificado, destaca como uno de los
mejores.

Agustín nació en Tagaste, en el norte de África, en lo que
ahora es Argelia pero que entonces todavía formaba parte
del Imperio Romano. Su verdadero nombre era Aurelius
Augustinus, aunque ahora casi siempre se le conoce como
san Agustín o Agustín de Hipona (por la ciudad en la que
viviría más adelante).

La madre de Agustín era cristiana; su padre, en cambio,
seguía una religión local. Tras una juventud y primeros años
de adulto salvajes en las cuales tuvo un hijo con una amante,
Agustín se convirtió al cristianismo al llegar a la treintena y
llegó a ser obispo de Hipona. Es bien conocida la ocasión en
que le pidió a Dios que le impidiera seguir sintiendo deseos
sexuales, «pero todavía no», pues estaba disfrutando mucho
de los placeres mundanos. Más adelante escribió muchos
libros, entre ellos sus Confesiones, La ciudad de Dios y casi
cien más, todos fuertemente influenciados por la sabiduría
de Platón, pero dándole un toque cristiano.

La mayoría de los cristianos creen que Dios tiene poderes
especiales: él o ella representa el bien supremo, lo sabe todo
y puede hacerlo todo. Todo esto forma parte de la definición
de «Dios». No sería Dios si no tuviera estas cualidades.
En muchas otras religiones, se le describe de un modo similar,
pero Agustín sólo estaba interesado en una perspectiva
cristiana.

Aun así, todo aquél que crea en este Dios no tiene más
remedio que admitir que hay mucho sufrimiento en el mundo.
Eso sería muy difícil de negar. En parte se debe a males
naturales como terremotos o enfermedades. Pero también al
mal moral: el que causan los seres humanos. El asesinato y
la tortura son dos ejemplos claros de mal moral. Mucho
antes de que Agustín escribiera sus libros, el filósofo griego
Epicuro (ver el capítulo 4) había admitido que esto suponía
un problema. ¿Cómo podía un Dios bueno y todopoderoso
permitir el mal? Si no puede impedirlo, es que en realidad no
es todopoderoso. Su poder tiene límites. O, si es todopoderoso
y no detiene el mal, ¿cómo puede ser realmente bueno?
No parece tener sentido. Y es algo que hoy en día todavía
desconcierta a mucha gente. Agustín se centró en el mal moral.
Era consciente de que la idea de un Dios bueno que sabe
que este tipo de mal sucede y no hace nada para impedirlo es
difícil de comprender. No estaba satisfecho con la idea de
que los caminos del Señor son inescrutables y están más allá
de la comprensión humana. Agustín quería respuestas.

Imaginemos a un asesino que está a punto de matar a su
víctima. Se encuentra sobre ella con un cuchillo afilado. Un
acto veraderamente maligno está a punto de tener lugar. Y
sabemos que Dios es suficientemente poderoso para impedirlo.
Sólo haría falta una pequeña alteración en las neuronas del
cerebro del asesino. O podría hacer que los cuchillos se volvieran
blandos y de goma cada vez que alguien intentara utilizarlos
como arma mortal. De este modo rebotarían y nadie
saldría herido. Dios debe saber que el asesinato está a punto
de tener lugar puesto que lo sabe todo. Nada se le escapa. Y
no debe querer que un acto maligno tenga lugar, pues en eso
consiste ser sumamente bueno. Y, sin embargo, el asesino
mata a su víctima de todos modos. Los cuchillos de acero no
se vuelven de goma. No hay relámpagos ni truenos, al asesino
no se le cae milagrosamente el arma al suelo. Ni tampoco
cambia de parecer en el último minuto. ¿Qué sucede entonces?
Éste es el clásico Problema del Mal, el problema de explicar
por qué Dios permite que pasen cosas así. Es de suponer
que, si todo proviene de Dios, el mal también debe provenir
de él. En cierto modo, debe querer que suceda.

De joven, Agustín había encontrado un medio de evitar
creer que Dios permitía el mal. Era maniqueo. El maniqueísmo
era una religión procedente de Persia (hoy en día Irán).
Los maniqueos no creían que Dios tuviera un poder supremo.
Para ellos, en cambio, en el mundo tenía lugar una lucha interminable
 entre dos fuerzas iguales: el bien y el mal.
Desde su punto de vista, Dios y Satán estaban inmersos en
una batalla por el control del mundo. Ambos eran inmensamente
fuertes, pero ninguno lo suficiente para derrotar al
otro. En lugares concretos y en momentos concretos, el mal se
imponía a su rival. Pero nunca durante demasiado tiempo.
El bien regresaba y vencía al mal una vez más. Esto explicaría
por qué suceden cosas tan terribles. El mal proviene de
fuerzas oscuras y el bien de las fuerzas de la luz.

Los maniqueos creían que, en las personas, el bien proviene
del alma y el mal del cuerpo, con todas sus debilidades,
sus deseos y su tendencia a descarriarse. Esto explicaría
por qué a veces la gente comete maldades. La cuestión del
mal no suponía un auténtico problema para los maniqueos,
ya que no aceptaban la idea de que Dios fuera suficientemente
poderoso para controlar todos los aspectos de la realidad.
Si Dios no tenía poder sobre todas las cosas, no podía
ser responsable de la existencia del mal, ni podía nadie culparle
por no impedirlo. Los maniqueos explicaban las acciones
de un asesino culpando a los poderes de la oscuridad. En
un individuo podían ser tan fuertes que las fuerzas de la luz
no pudieran derrotarlos.

Más adelante, Agustín rechazaría el planteamiento maniqueo.
No entendía por qué la lucha entre el bien y el mal tenía
que ser interminable. ¿Por qué no vencía Dios la batalla?
¿No eran las fuerzas del bien más fuertes que las del mal? Aunque
los cristianos aceptaran la existencia de éstas, no podía
ser que fuesen tan poderosas como Dios. Por otro lado, si
Dios era verdaderamente todopoderoso, tal y como creía
Agustín, seguía existiendo el problema del mal. ¿Por qué lo
permitía? ¿Por qué había tanto? No existe una explicación
sencilla. Agustín le dio muchas vueltas a estos problemas.
Finalmente, basó su principal solución en la existencia del
libre albedrío: la capacidad humana de escoger qué hacer a
continuación; es lo que a menudo se conoce como la Defensa
del Libre Albedrío. Y esto es teodicea: el intento de explicar y
defender que un Dios bueno permita el sufrimiento.

Dios nos ha dado libre albedrío. Puedes, por ejemplo, elegir
si lees o no la siguiente frase. Es elección tuya. Si nadie te
obliga a seguir leyendo, eres libre de no hacerlo. Agustín pensaba
que el libre albedrío es bueno. Nos permite actuar moralmente.
Podemos decidir ser buenos, lo cual para él significaba
seguir los mandamientos de Dios, en particular los Diez
Mandamientos, así como el mandamiento de Jesús de «amarás
al prójimo». Sin embargo, una consecuencia del libre albedrío
es que también podemos decidir hacer el mal. Podemos
descarriarnos y hacer cosas malas como mentir, robar,
hacer daño o incluso matar a alguien. Esto suele suceder
cuando las emociones nos nublan la razón. Desarrollamos un
fuerte deseo de objetos materiales y dinero. Nos entregamos a
la lujuria y nos alejamos de Dios y sus mandamientos. Agustín
creía que nuestro lado racional debía mantener las pasiones
bajo control, una opinión que compartía con Platón. A
diferencia de los animales, los seres humanos cuentan con el
poder de la razón y deben utilizarla. Si Dios nos hubiera programado
para escoger siempre el bien por encima del mal no
causaríamos daño alguno, pero tampoco seríamos realmente
libres, y no podríamos utilizar la razón para decidir qué hacer.
Dios nos podría haber hecho así. Agustín sostenía que era
mucho mejor que nos permitiera elegir. De otro modo seríamos
como marionetas y Dios manejaría nuestros hilos para
que nos portáramos bien. No tendría sentido pensar en nuestra
conducta puesto que automáticamente escogeríamos
siempre la opción del bien.

Así pues, Dios es suficientemente poderoso para evitar el
mal, pero el hecho de que éste exista no se debe directamente
a él. El mal moral es el resultado de nuestras decisiones.
Y en parte también, creía Agustín, el resultado de las decisiones
de Adán y Eva. Al igual que muchos cristianos de su
época, estaba convencido de que las cosas habían ido terriblemente
mal en el Jardín del Edén, tal y como lo describe el
primer libro de la Biblia, el Génesis. Cuando Eva y luego
Adán comieron del Árbol del Conocimiento, traicionando
con ello a Dios, trajeron el pecado al mundo. Este pecado,
llamado Pecado Original, no fue algo que afectara únicamente
a sus vidas. Absolutamente todos los seres humanos
siguen pagando el precio. Agustín creía que pasa de generación
en generación mediante la reproducción sexual. Incluso
en un recién nacido se pueden observar indicios de este pecado.
El Pecado Original nos predispone a cometer pecados.

Para muchos lectores actuales, esta idea de que cargamos
con una culpa ancestral y que estamos siendo castigados por
las acciones que cometió otra persona resulta algo difícil de
aceptar. Parece injusto. Pero la idea de que el mal es el resultado
de nuestro libre albedrío y de que no se debe directamente
a Dios todavía convence a muchos creyentes; les permite creer
en un Dios omnisciente, todopoderoso y benévolo.

Boecio, uno de los escritores más populares de la Edad
Media, creía en este Dios, pero le costaba comprender un
aspecto del libre albedrío: la cuestión de cómo puede ser
nuestra una decisión si Dios ya sabe cuál será.

CUESTIONARIO: ¿QUIÉN MANEJA NUESTROS HILOS? – SAN AGUSTÍN DE HIPONA

CUESTIONES DE CONTEXTUALIZACIÓN

1º Busca en la wiki información sobre la vida y obra de san Agustín (1º el resumen tiene que recoger los cinco hitos más importantes de la vida de san Agustín; 2º tienes también que indicar el título de cuatro obras, así como explicar el contenido de dos de ellas: “Confesiones” y “La Ciudad de Dios”).

2º San Agustín combatió las herejías que dividían y desgarraban a la iglesia cristiana de la época. Busca información sobre la herejía de la que más se habla en la película de Rossellini, la herejía donatista (mínimo, cinco líneas).

3º San Agustín vivó en el Bajo Imperio Romano. Busca información en la wiki de esta última etapa de la historia del Imperio Romano Occidental (mínimo cinco líneas).

4º Busca información en la wiki de los siguientes puntos (mínimo, dos líneas por ítem):

- el edicto de Milán

- el edicto de Tesalónica

-los grandes concilios ecuménicos: Nicea, Calcedonia, Constantinopla …

5º Busca información en la wiki sobre Alaríco, los visigodos y el saqueo de Roma (mínimo, cinco líneas)

6º Busca también información sobre Genserico, los vándalos y el cerco de Hipona (mínimo, tres líneas)

 




Como San Agustín fue uno de los grandes filósofos cristianos se tiende a pensar que fue un hombre de la Edad Media cuando en realidad era un romano del Bajo Imperio que vivió un siglo antes de la desaparición definitiva del Imperio Romano y del mundo antiguo y que asistió y fue testigo directo de la descomposición del Imperio por efecto de las migraciones bárbaras. Por ello, te invito a que ilustres tu trabajo dibujando (o coloreando) a San Agustín en el Foro romano vestido con túnica romana y con el Coliseo y el Arco de Constantino de fondo.



1º ¿Por qué Agustín estaba desesperado por conocer la verdad?

2º Según nos cuenta Warburton, en contestar todas esas preguntas “había mucho en juego”:
a)    ¿Por qué?

b)      ¿Qué estaba en juego?

3º ¿Cuál era el problema que más le atormentaba?

4º ¿Qué filósofos/teólogos del Bajo Imperio Romano y medievales adaptaron las ideas de los filósofos griegos a sus respectivas religiones? (indica el nombre de dichos filósofos y la religión que profesaban)

5º Después de leer los dos párrafos del capítulo dedicados a contarnos la vida y obra de San Agustín, busca información en la wiki sobre San Agustín y haz una reseña sobre su vida y su obra (la reseña de su vida debe tener una extensión mínima de 50 palabras y en ella deben aparecer todos los principales acontecimientos de su vida desde su nacimiento a su muerte).

6º Busca en la wiki información sobre las dos principales obras escritas por San Agustín: “Confesiones” y “La Ciudad de Dios” (extensión mínima de 20 palabras por obra).

7º Para el cristianismo, Dios es el bien supremo (la realidad suprema y perfecta) y por ello tiene “superpoderes” (Dios es omnipotente o “Potencia absoluta e infinita”). ¿Cuáles son esos “poderes especiales” de los que se nos habla en el libro?

8º La causa principal de la existencia del sufrimiento en el mundo es la existencia del mal. Existen dos tipos de mal. ¿Cuáles son estos dos tipos y en qué consiste cada uno de ellos?

9º Según Epicuro, ¿por qué es un problema para aquel que cree en Dios admitir la existencia del mal en el mundo?

10º A San Agustín no le convencía la respuesta tradicional del cristianismo paulino (tal como queda establecido en la Carta a los romanos de San Pablo) a la pregunta de por qué un Dios de bondad permite el triunfo de la maldad humana. ¿Cuál era esta respuesta?

11º San Agustín no le satisfizo esta respuesta. Él buscaba una explicación del mal en el mundo y encontró la respuesta en la teodicea.
a)        Busca en la wiki el significado de la expresión “teodicea agustiniana”.

b)      Formula ahora el asunto del que trata el principal problema de la teodicea, el Problema del Mal.

12º BATERÍA DE PREGUNTAS SOBRE EL MANIQUEÍSMO
 Agustín profesó en su juventud, antes de hacerse cristiano, el maniqueísmo. Busca información en la wiki sobre Mani, el fundador de esta secta (extensión mínima, 50 palabras)
a)       ¿Qué es el maniqueísmo?

b)      Explica la concepción maniquea de la divinidad

c)       ¿De dónde procede según el maniqueísmo el bien y el mal?

d)      Explica por extenso tal como nos lo explica Warburton cómo resuelve el maniqueísmo el problema de la existencia del mal en el mundo (mínimo 50 palabras).

e)      En los seres humanos y siempre según el maniqueísmo, ¿de dónde procede el bien y de dónde el mal?

f)        ¿Cómo explicaban los maniqueos la maldad humana?

g)       ¿Por qué San Agustín termino rechazando en maniqueísmo?

13º Una vez que se convirtió al cristianismo, ¿cómo resolvió San Agustín el problema del mal?

14º ¿Qué es el libre albedrío?

15º ¿Qué es la teodicea, tal como nos lo explican en el libro?

16º Lee el párrafo dedicado a explicar qué es el libre albedrío. Una vez lo hayas leído, responde del modo mejor posible las siguientes preguntas acerca de por qué Dios decidió, según San Agustín, no programarnos para escoger siempre el bien:

a)       ¿Por qué el libre albedrío es bueno?

b)      Como cristiano que era, ¿cuándo somos buenos según San Agustín?

c)       ¿Cuál es el daño colateral, el precio que tiene que pagar la humanidad por tener libre albedrío?

d)      ¿En razón de qué los seres humanos desobedecen las ordenes de Dios, descarriándose y haciendo el mal?

e)      Según el platónico San Agustín, ¿cuál es la función de la razón (de la voluntad humana)?

f)        ¿Por qué Dios ha preferido dotarnos de razón en lugar de programarnos para hacer el bien?

g)       ¿Qué te parece la idea de San Agustín (y del cristianismo) que apuestan por una concepción del ser humano según la cual éste no es una marioneta en manos de Dios (o del Destino, del Hado o Fatum, como pensaban los “fatalistas” filósofos griegos y romanos paganos) sino que tiene en sus manos la última palabra acerca de cómo vivir?

 17º La doctrina del libre albedrío de San Agustín permite mantener al mismo tiempo que Dios es todopoderoso y bueno, y que a su vez no es el responsable del mal moral ya que éste, el mal moral, es un efecto colateral ineludible del libre albedrío humano. ¿Es la voluntad dotada del libre albedrío del individuo que actúa malignamente la única causa del mal moral? (Justifica tu respuesta).

18º 
      á) ¿Qué es el “Pecado Original”?

      b)¿Cómo llegó al mundo el Pecado Original?

c)       ¿Afectó sólo a Adán y Eva las consecuencias de su desobediencia?

d)      ¿Cómo se transmite el Pecado Original de padres a hijos según Agustín?

e)      Para comprender cómo es posible que se transmita el Pecado Original a través del acto sexual, busca en la wiki qué concepción defiende el “Traducianismo” respecto a la cuestión de dónde procede el alma de los hombres (y la culpa con la que cargan y que heredan de sus padres)

f)        ¿Cuál es la consecuencia para el individuo el que su alma nazca manchada por el Pecado Original?

19º ¿Te convence la idea medular de la antropología cristiana según la cual:

a) la causa de las acciones malvadas que llevamos a cabo los seres humanos es que todos nacemos en pecado (y por lo tanto con predisposición a actuar malvadamente), un pecado que nosotros no cometimos, sino que cometieron Adán y Eva.

b) que el mal que hay en el mundo y cuyas consecuencias todos padecemos (ese mal es 
fundamentalmente: 1º que todos sufrimos en distinto grado alguna forma de violencia, opresión, humillación, exclusión, explotación, etc.; 2º que todos padecemos el sufrimiento físico, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte) es el justo castigo divino por la falta cometida por nuestros primeros padres? (Justifica tu respuesta de cada apartado por separado)



20º ¿Crees que todo creyente cristiano necesita apelar al libre albedrío para conciliar sus ideas acerca del origen no divino del mal y su concepción de que el Dios en el que ellos creen es un Dios omnisciente, omnipotente y bueno? (Justifica tu respuesta y recuerda la respuesta paulina a esta cuestión)







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