viernes, 4 de febrero de 2022

2º BACH DIURNO - TEMA Y TEXTOS DESCARTES ABAU

 




TEMA 8: DESCARTES - EL PROBLEMA DEL MÉTODO Y LA

EVIDENCIA DEL COGITO

TEXTOS DESCARTES

Contextualización de todos los textos

El texto que seguidamente comentaremos fue escrito por Descartes. Lo primero que haremos escontextualizar el texto en el marco de la época en el que fue escrito.En el siglo XVII se asiste al nacimiento del mundo moderno, cuyas bases se habían ido estableciendo a lo largo del siglo XVI. El mundo moderno trae consigo:

1º nuevas formas de organización política y económica: los estados y el capitalismo comercial.

2º una nueva ciencia: fruto de la revolución científica puesta en marcha por Copérnico, Kepler y Galileo y culminada por Newton, revolución que arrumbará definitivamente la física aristotélico-escolástica completando una nueva imagen mecánico-corpuscular de una naturaleza cuyas leyes se escriben en lenguaje matemático.

3º una nueva manera de hacer filosofía. En lo que respecta a ésta, se produce de manos de Descartes un giro subjetivista, idealista. El mundo, la realidad en sí misma, no se conoce directamente ya que el hombre sólo puede conocer directamente aquello que encuentra en su propio entendimiento, en la conciencia, es decir, las ideas. Descartes fue el fundador del Racionalismo.

Tópicamente, el Racionalismo se suele oponer al Empirismo británico. ¿En qué se oponían ambas corrientes? Fundamentalmente en las cuestiones acerca del origen y los límites del conocimiento:

- El origen del conocimiento:

. El Empirismo sostendrá que todos nuestros conocimientos proceden de los sentidos, de la experiencia sensible.

. Por su parte, el Racionalismo establece que nuestros conocimientos válidos y verdaderos acerca de la realidad no proceden de los sentidos sino de la razón, del entendimiento mismo. Esta teoría racionalista acerca del origen de las ideas se denomina Innatismo, ya que sostiene que hay ideasinnatas, connaturales al entendimiento, que no son generalizaciones a partir de la experiencia sensible.

- El límite del conocimiento:

. Para el Empirismo, la experiencia no es sólo el origen del conocimiento sino también su límite irrebasable. Por efecto de ello, el Empirismo negará la posibilidad de alcanzar un conocimiento metafísico de la realidad, considerando que sólo podemos alcanzar un conocimiento científico, siempre revisable y falible, de los fenómenos.

. Para el Racionalismo, la experiencia no el límite del conocimiento humano ya que la razón posee en sí misma unas ideas, las ideas innatas, a partir de las cuales puede llegar a alcanzar un conocimiento cierto no sólo científico (en las cuestiones particulares), sino también metafísico de la realidad entera.


TEXTO REGLAS PARA LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU

Así que es mucho más acertado no pensar jamás en buscar la verdad de las cosas que hacerlo sin método: pues es segurísimo que esos estudios desordenados y esas meditaciones oscuras turban la luz natural y ciegan el espíritu; y todos los que así acostumbran a andar en las tinieblas, de tal modo debilitan la penetración de su mirada que después no pueden soportar la plena luz: lo cual también lo confirma la experiencia, pues muchísimas veces vemos que aquellos que nunca se han dedicado al cultivo de las letras, juzgan mucho más firme y claramente sobre cuanto les sale al paso que los que continuamente han residido en las escuelas. Así pues, entiendo por método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello de que es capaz.


R. DESCARTES; Reglas para la dirección del espíritu


Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de las “Reglas para la dirección del espíritu”. Comenzaremos nuestro comentario contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. Las “Reglas para la dirección del espíritu” es un tratado inconcluso que escribió Descartes cuando contaba treinta años de edad. Pretendía constar de 36 reglas aunque finalmente sólo quedaron redactadas 21. En esta obra, Descartes comenzó a esbozar su método filosófico y científico, método que quedará definitivamente expuesto diez años después en su principal obra epistemológica, el “Discurso del método”. Con su nueva metodología, Descartes rompía definitivamente con el método escolástico que se enseñaba en las universidades (caracterizado por sus interminables razonamientos silogísticos), proponiendo un nuevo método que sobresalía por su simplicidad (consta sólo de 4 reglas) y por tomar como modelo al razonamiento matemático.

Las ideas fundamentales del texto son las siguientes:

1º Necesidad de un método para poder desenvolver una investigación que alcance su objetivo: el descubrimiento de nuevas verdades.

2º La educación de las escuelas, esto es, la metodología escolástica (caracterizada por el uso de un método erróneo, no ajustado a las verdaderas operaciones del entendimiento humano) apaga la luz natural de la razón y ciega el ingenio.

3º El método no es otra cosa que el conjunto de reglas “ciertas y fáciles” que dirigen el entendimiento y que lo orientan hacia la verdad y lo apartan del error.

Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

- método: por método entiende Descartes el camino seguro que nos lleva hasta el conocimiento de la verdad.

- reglas ciertas y fáciles: las “reglas ciertas y fáciles” de las que nos habla Descartes son las reglas del método. Para Descartes, el método consiste en un conjunto de normas que nos indican cómo debemos proceder con nuestra inteligencia para pensar bien y así avanzar sin extraviarnos por un recto camino que nos conduce hacia la verdad.

- verdadero conocimiento: objetivo último de la razón humana y por lo tanto de la filosofía y la ciencia.


TEXTO DISCURSO DEL MÉTODO I (4 reglas)

Por todo lo cual, pensé que había que buscar algún otro método que juntase las ventajas de esos tres, excluyendo sus defectos. Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpa a los vicios, siendo un Estado mucho mejor regido cuando hay pocas, pero muy estrictamente observadas, así también, en lugar del gran número de preceptos que encierra la lógica, creí que me bastarían los cuatro siguientes, supuesto que tomase una firme y constante resolución de no dejar de observarlos una vez siquiera. Fue el primero, no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda. El segundo, dividir cada una de las dificultades que examinare, en cuantas partes fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución. El tercero, conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente. Y el último, hacer en todos unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada. Esas largas series de trabadas razones muy plausibles y fáciles, que los geómetras acostumbran emplear, para llegar a sus más difíciles demostraciones, habíanme dado ocasión de imaginar que todas las cosas, de que el hombre puede adquirir conocimiento, se siguen unas de otras en igual manera, y que, con sólo abstenerse de admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre el orden necesario para deducirlas unas de otras, no puede haber ninguna, por lejos que se halle situada o por oculta que esté, que no se llegue a alcanzar y descubrir. Y no me cansé mucho en buscar por cuáles era preciso comenzar, pues ya sabía que por las más simples y fáciles de conocer; y considerando que, entre todos los que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias, sólo los matemáticos han podido encontrar algunas demostraciones, esto es, algunas razones ciertas y evidentes, no dudaba de que había que empezar por las mismas que ellos han examinado (…).


R. DESCARTES; Discurso del método


Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento del “Discurso del método”.                                                                                                                                  Comenzaremos nuestro comentario contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. El “Discurso del método” es una obra que Descartes escribió cuando contaba 40 años de edad y es su principal obra epistemológica. En ella, expone sus nuevas ideas acerca del saber verdadero (tanto filosófico como científico) y la metodología conducente a alcanzarlo. Con su nueva metodología, Descartes rompía definitivamente con el método escolástico que se enseñaba en las universidades (caracterizado por sus interminables razonamientos silogísticos), proponiendo un nuevo método que sobresalía por su simplicidad (consta sólo de 4 reglas) y por tomar como modelo al razonamiento matemático. También en dicha obra, comenzó a formular algunas de las principales ideas de su sistema filosófico: la búsqueda de una primera certeza sobre la que asentar el saber, la demostración de la existencia de la sustancia divina o de la naturaleza espiritual del alma humana, la naturaleza extensa de la sustancia corpórea, el dualismo cuerpo/alma característico del ser humano.

Las ideas fundamentales del texto son las siguientes:

1º Necesidad de hacer uso de un método caracterizado por su sencillez, esto es, por estar constituido por unas pocas y simples reglas.                                                                                                                       2º Enumeración de las cuatro reglas del método cartesiano: criterio de evidencia como claridad y distinción, análisis, síntesis y enumeración.                                                                                               3º Descartes reconoce la no originalidad de su método pues éste es el que usan los matemáticos desde antiguo. Descartes simplemente se propone aplicar este método en todos los campos del saber, distintos al de las matemáticas, que puedan estar al alcance del intelecto humano.

Pasemos seguidamente a aclarar, regla por regla, algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

1º REGLA: EVIDENCIA

- “no aceptar jamás ninguna cosa como verdadera que no conociese evidentemente ser tal”: formulación de la primera regla del método o “regla de la evidencia” que nos exige considerar sólo como verdadero aquello que nuestra razón capta intuitivamente como evidente. - “aquello que se presenta tan clara y distintamente”: la claridad y distinción son las notas que caracterizan lo que se me presenta como evidente:

a) un conocimiento claro es aquel en que mi inteligencia comprende perfecta y totalmente aquello que está conociendo (como cuando comprendo que 1+1=2).

b) un conocimiento distinto es aquel que no se confunde y mezcla con el conocimiento de ninguna otra cosa (como cuando comprendo por qué un triángulo no es un cuadrado).

- “ponerlo en duda”: se duda de aquello que no se sabe con certeza, con seguridad que es verdadero. En la primera regla se afirma que sólo aquello que es evidente (es decir, claro y distinto) es indubitable (la duda cartesiana no exige como en los escépticos la negación de todo conocimiento, sino que es un requisito imprescindible para librarnos de las falsas creencias y alcanzar el camino que nos conduce hacia la verdad; por ello dicha duda es metódica y no escéptica, es decir, nos ayuda a buscar lo evidente).

2º REGLA: ANÁLISIS

- dividir: operación de la inteligencia que queda enunciada en la segunda regla del método o “regla del análisis”. Consiste en que, por medio del análisis, la razón reduzca una totalidad compuesta (que no le resulta evidente debido a su complejidad) en los elementos simples que lo componen (y que ya son sí por su simplicidad claros y distintos para la razón).

3º REGLA: SÍNTESIS

- “objetos más simples/ de los más compuestos”: se refieren a los elementos simples y la totalidad compuesta de los que acabamos de hablar más arriba. Estos términos aparecen en la formulación de la tercera regla del método o “regla de la síntesis” por medio de la cual reconstruimos lo compuesto a partir de lo simple.

4º REGLA: ENUMERACIÓN

- “hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales”: formulación de la cuarta regla del método o “regla de la enumeración”. Dicha regla tiene como finalidad comprobar que las otras tres reglas han sido aplicadas correctamente.


TEXTO MEDITACIONES METAFÍSICAS

Supongo, pues, que todas las cosas que veo son falsas; estoy persuadido de que nada de lo que mi memoria, llena de mentiras, me representa, ha existido jamás; pienso que no tengo sentidos; creo que el cuerpo, la figura, la extensión, el movimiento y el lugar son ficciones de mi espíritu. ¿Qué, pues, podrá estimarse verdadero? Acaso nada más sino esto: que nada hay cierto en el mundo. Pero ¿qué sé yo si no habrá otra cosa diferente de las que acabo de juzgar inciertas y de la que no pueda caber duda alguna? ¿No habrá algún Dios o alguna otra potencia que ponga estos pensamientos en mi espíritu? No es necesario; pues quizá soy yo capaz de producirlos por mí mismo. Y yo, al menos, ¿no soy algo? Pero ya he negado que tenga yo sentido ni cuerpo alguno. Vacilo, sin embargo; pues ¿qué se sigue de aquí? ¿Soy yo tan dependiente del cuerpo y de los sentidos que, sin ellos, no pueda ser? Pero ya estoy persuadido de que no hay nada en el mundo: ni cielos, ni tierra, ni espíritu, ni cuerpos; ¿estaré, pues, persuadido también de que yo no soy? Ni mucho menos; si he llegado a persuadirme de algo o solamente si he pensado alguna cosa, es sin duda porque yo era. Pero hay cierto burlador muy poderoso y astuto que dedica su industria toda a engañarme siempre. No cabe, pues, duda alguna de que yo soy, puesto que me engaña y, por mucho que me engañe, nunca conseguirá hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo. De suerte que, habiéndolo pensado bien y habiendo examinado cuidadosamente todo, hay que concluir por último y tener por constante que la proposición siguiente: “yo soy, yo existo”, es necesariamente verdadera, mientras la estoy pronunciando o concibiendo en mi espíritu.

R. DESCARTES; Meditaciones metafísicas

Análisis del texto

.TEXTO DISCURSO DEL MÉTODO II (demostración existencia Dios)

Después de lo cual, hube de reflexionar que, puesto que yo dudaba, no era mi ser enteramente perfecto  pues veía claramente que hay más perfección en conocer que en dudar; y se me ocurrió entonces indagar por dónde había yo aprendido a pensar en algo más perfecto que yo; y conocí evidentemente que debía de ser por alguna naturaleza que fuese efectivamente más perfecta. En lo que se refiere a los pensamientos, que en mí estaban, de varias cosas exteriores a mí, como son el cielo, la tierra, la luz, el calor y otros muchos, no me preocupaba mucho el saber de dónde procedían, porque, no viendo en esos pensamientos nada que me pareciese hacerlos superiores a mí, podía creer que, si eran verdaderos, eran unas dependencias de mi naturaleza, en cuanto que ésta posee alguna perfección, y si no lo eran, procedían de la nada, es decir, estaban en mí, porque hay defecto en mí. Pero no podía suceder otro tanto con la idea de un ser más perfecto que mi ser, pues era cosa manifiestamente imposible que la tal idea procediese de la nada; y como no hay menor repugnancia en pensar que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos perfecto que en pensar que de nada provenga algo, no podía tampoco proceder de mí mismo; de suerte que sólo quedaba que hubiese sido puesta en mí por una naturaleza verdaderamente más perfecta que soy yo, y poseedora inclusive de todas las perfecciones de que yo pudiera tener idea; esto es, para explicarlo en una palabra, por Dios. A esto añadí que, supuesto que yo conocía algunas perfecciones que me faltaban, no era yo el único ser que existiese (aquí, si lo permitís, haré uso libremente de los términos de la escuela), sino que era absolutamente necesario que hubiese algún otro ser más perfecto de quien yo dependiese y de quien hubiese adquirido todo cuanto yo poseía; pues si yo fuera solo e independiente de cualquier otro ser, de tal suerte que de mí mismo procediese lo poco en que participaba del Ser perfecto, hubiera podido tener por mí mismo también, por idéntica razón, todo lo demás que yo sabía faltarme, y ser, por lo tanto, yo infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente y, en fin, poseer todas las perfecciones que podía advertir en Dios.

R. DESCARTES; Discurso del Método

Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento del “Discurso del método”.                                                                                                                                  Comenzaremos nuestro comentario contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. El “Discurso del método” es una obra que Descartes escribió cuando contaba 40 años de edad. En ella, expone sus nuevas ideas acerca del saber verdadero (tanto filosófico como científico) y la metodología conducente a alcanzarlo. Con su nueva metodología, Descartes rompía definitivamente con el método escolástico que se enseñaba en las universidades (caracterizado por sus interminables razonamientos silogísticos), proponiendo un nuevo método que sobresalía por su simplicidad (consta sólo de 4 reglas) y por tomar como modelo al razonamiento matemático. También en dicha obra, comenzó a formular algunas de las principales ideas de su sistema filosófico: la búsqueda de una primera certeza sobre la que asentar el saber, la demostración de la existencia de la sustancia divina o de la naturaleza espiritual del alma humana, la naturaleza extensa de la sustancia corpórea, el dualismo cuerpo/alma característico del ser humano.                                                                                                                                        Las ideas fundamentales del texto son las siguientes:

1º Del hecho de dudar y del principio implícito “Es superior y más perfecto conocer que dudar” se infiere, afirma Descartes, su imperfección como cosa pensante.

2º Descartes se pregunta por la causa de su idea de “una cosa pensante que conoce y no sólo duda” y por lo tanto de la idea de un ser más perfecto que él, es decir, la idea de una mente perfecta.

3º La causa de esa idea (la de un ser, de una mente más perfecta) no puede ser sino una realidad (una “naturaleza”) más perfecta que él mismo. ¿Por qué? Porque la idea de un ser más perfecto no puede ser causada por un ser imperfecto como él es. En conclusión: su propio pensamiento no puede haber causado esa idea.

4º ¿Cuál puede ser, entonces, la causa de esa idea? Necesariamente un ser más perfecto que él, es quien ha puesto en su mente esa idea. A su vez, debe poseer todas las perfecciones que Descartes pudiese llegar a pensar.                                                                                                                                          Por lo tanto:                                                                                                                                                  - en primer lugar, esa naturaleza existe y,

- en segundo lugar, esa naturaleza es divina.

EN CONCLUSIÓN, podemos indubitablemente afirmar que la proposición “Dios existe” es verdadera.


5º Toda perfección que hay en Descartes (por ejemplo, el hecho de existir) procede de dicho ser perfecto del cual en pequeña medida participa.

Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

- perfección –cualquier atributo que pueda ser predicado de un ser.

- en algo más perfecto que yo/ idea de un ser más perfecto que mi ser: para Descartes, la idea de un ser perfecto es la de un ser infinito, la de un ser que posee todas las perfecciones posibles.                Debemos llamar la atención sobre que el hecho de que Descartes no afirma aún la existencia de dicho ser sino solo de su idea.

- no hay menor repugnancia en pensar que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos perfecto: Descartes constata como evidente que del mismo modo que el ser no puede proceder de la nada, lo más perfecto tampoco puede provenir de lo menos perfecto.


Tema: EL PROBLEMA DEL MÉTODO Y LA EVIDENCIA DEL COGITO

La unidad del saber y de la razón según Descartes

Para D., las distintas ciencias son las ramas del árbol del saber. La unidad del saber humano es efecto de que la razón humana es también única (una y la misma para todos los hombres).

La estructura de la razón y el método

Puesto que la razón es única, interesa conocer cuál es su estructura y su su funcionamiento, a fin de que sea posible aplicarla correctamente y de este modo alcanzar conocimientos verdaderos.                      Dos son las operaciones de la razón de la razón: intuir y deducir.

1º la intuición: la intuición es la capacidad de la razón de captar las ideas claras y distintas que emanan de ella misma (ideas innatas).

2º la deducción: la deducción es la capacidad de, a partir de las ideas simples que intuitivamente capta la inteligencia, construir ideas más complejas.                                                                                        Por ello, el único método para alcanzar el conocimiento científico de la realidad tiene que respetar las siguientes cuatro reglas:

Primera regla: EVIDENCIA - Aceptar sólo como verdadero aquello que la razón capta intuitivamente porque se le muestra como “claro y distinto” (como evidente).

Segunda regla: ANÁLISIS – Reducir cualquier cuestión compleja a las ideas simples que la constituyen.

Tercera regla: SÍNTESIS – Reconstruir lo complejo a partir de las ideas simples que la componen.

Cuarta regla: ENUMERACIÓN – Repasar el proceso de deducción (de análisis/síntesis) llevado a cabo para comprobar que no se ha saltado ningún paso.

La duda metódica

El proyecto filosófico cartesiano establece que el entendimiento ha de encontrar (regla 2º: aplicación del análisis) una verdad fundamental para, a partir de ella como cimiento, deducir (regla 3º: síntesis) el edificio entero del conocimiento. Este punto de partida ha de ser una verdad absolutamente cierta (regla 1º: evidencia).                                                                                                                                  Descartes comienza por ello con la duda. Esta duda es metódica porque es una exigencia del método en su momento analítico.

1º El primer motivo para dudar de nuestros conocimientos se halla en las falacias (engaños) de los sentidos (los sentidos nos inducen a veces a error). Podemos dudar de la veracidad del contenido de nuestra experiencia perceptual del mundo

2º El segundo en la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño. Podemos también dudar de que el mundo que percibimos es real.

3º Añade D. un tercer y más radical motivo de duda: tal vez exista algún tipo de espíritu maligno que desea que yo me engañe cuando crea estar en lo cierto: afecta a las verdades matemáticas como 1+1=2 a las cuales también podré, gracias a este experimento mental, poner en duda a partir de ahora.

La primera verdad

La duda llevada hasta este extremo de radicalidad parece abocar irremisiblemente al escepticismo. Esto pensó Descartes durante algún tiempo hasta que por fin encontró una verdad absoluta, inmune a toda duda por muy radical que sea ésta: la existencia del propio sujeto que piensa. Mi existencia como sujeto que piensa (ya que quien duda, piensa) está exenta de toda dudad t de todo error posible. Descartes lo expresa con su célebre “Pienso, luego existo” (Cogito ergo sum).

CONCLUSIÓN: Mi existencia como sujeto pensante es la primera verdad.                                            El criterio de certeza como claridad y distinción

Pero no sólo es eso pues es también el modelo de toda verdad y de toda certeza. ¿Por qué, se pregunta Descartes, mi existencia como sujeto pensante es absolutamente indubitable? Porque la percibo con toda claridad y distinción.                                                                                                                         De aquí deduce su criterio de certeza (1º regla también del método): todo cuanto piense con claridad y distinción es verdadero y por lo tanto podré afirmarlo con inquebrantable certeza.

 CONCLUSIÓN: Mi existencia como sujeto pensante sirve también como modelo o criterio de certeza. Las ideas como objeto del pensamiento                                                                                                    La existencia indubitable del yo, sin embargo, no implica la existencia de ninguna otra realidad.              A Descartes no le quedará por ello más remedio que deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Hay pues que partir de las ideas.

Clases de ideas

D. distingue tres clases de ideas:                                                                                                                1º Adventicias: aquellas que parecen provenir (no que provienen) de nuestra experiencia externa            2º Facticias: aquellas ideas que construye la imaginación a partir de otras ideas                                        3º Innatas: ideas que el pensamiento posee en sí mismo (que es capaz de concebirlas por sí mismo)

La existencia de Dios y del mundo                                                                                                        Entre las ideas innatas, D. descubre la idea de un ser infinito, idea que identificó con la idea de Dios (Dios=ser infinito). A partir de la idea de Dios, demostrará la existencia de Dios. Entre los argumentos utilizados merecen destacarse dos:

1º el argumento ontológico (tomado de san Anselmo): de la definición de Dios (como ser infinito y perfecto) se infiere su existencia.                                                                                                                2º un argumento basado en el “principio de causalidad” aplicado a la idea de Dios.

Según dicho principio de causalidad:                                                                                                          1. toda idea requiere una causa real proporcionada;                                                                                    2. luego la idea de Dios requiere una causa infinita;                                                                                    3. luego dicha idea ha sido causada en mí por Dios mismo (no por mi propia mente finita);                      4. En conclusión: el ser infinito (Dios), existe

La veracidad divina como garantía de la validez objetivas de mis ideas innatas

La existencia del mundo es demostrada a partir de la existencia de Dios: puesto que Dios                      1º existe y                                                                                                                                                    2º es infinitamente bueno y veraz, entonces                                                                                                3º no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe; luego,                                                  4º el mundo existe.

Dios es la garantía de que a mis ideas le corresponde el mundo extramental. Pero eso sí, Dios sólo garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por la extensión y el movimiento (las cualidades primarias).                                                                                                                                  A partir de estas ideas de extensión y movimiento puede deducirse la física (las leyes generales del movimiento).

La estructura de la realidad: las tres sustancias

De lo anteriormente expuesto se comprende que D. distingue tres sustancias:                                            1 º Dios o sustancia pensante infinita (res cogitans infinita)                                                                      2º el yo o sustancia pensante finita (res cogitans finita)                                                                              3º los cuerpos o sustancia extensa (res extensa) (la esencia de los cuerpos es la extensión; D. niega la realidad de las cualidades secundarias).

Descartes definirá la sustancia como todo aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Tomada literalmente, sólo podría existir una sustancia, la sustancia infinita, Dios, ya que los seres finitos, pensantes o extensos, son creados y conservados por Él. Pero según D, la definición de sustancia puede seguir aplicándose a las mentes de los hombres y a los cuerpos extensos por la independencia mutua que se da entre la mente y la materia pues no se necesitan la una de la otra para existir.

CONCLUSIONES METAFÍSICAS FINALES

Las conclusiones metafísicas de esta teoría dualista acerca de la substancia son las siguientes:

1º MATERIALISMO Y MECANICISMO DE LA NATURALEZA FÍSICA:                                Descartes considera fundamentada metafísicamente su propia física mecanicista, una mecánica en la que el universo (un universo que substituirá al cosmos orgánico, teleológico y estrictamente jerarquizado de Aristóteles) se presenta como:                                                                                            - una enorme máquina                                                                                                                                  - compuesta de partículas materiales                                                                                                            - que se mueven conforme a un pequeño listado de simples y evidentes leyes.

2º DUALISMO ANTROPOLÓGICO CARTESIANO (separación mente/cuerpo material):                    El hombre se presentará como un ser dual compuesto por dos substancias distintas, un almay un cuerpo (substancia pensante y substancia extensa). ¿Cómo se comunican dichas sustancias absolutamente heterogéneas? A través de la glándula pineal.


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