ANEXO FINAL
Diferencias anatómicas principales de
los homínidos
1º Postura erecta o bipedestación
Como sabemos, andar
erguidos es la característica más propia de los homínidos (desde los primeros
australopitecos hasta nuestra especie; la excepción es ardipithecus). Todos los
primates son cuadrúpedos o, mejor dicho, cuadrúmanos (ya que tienen manos y no
pies en las extremidades inferiores).
¿Por qué se irguieron los
australopithecus?
Para lograrlo requirieron, en primer
lugar, cambios esqueletales: cambio en la forma de la columna y en el tamaño,
posición y forma de la cadera.
¿Por qué se irguieron? ¿Qué ventaja
adaptativa se consigue por medio de la postura erecta?
Los paleontólogos no se ponen de
acuerdo respecto a esta cuestión: como los primeros homínidos se adaptaron a
vivir en un entorno árido, seco y poco arbolado, es posible que la postura
erguida implicase alguna ventaja extra en una vida que debía desenvolverse a
ras del suelo.
¿Qué ventaja?
Por ejemplo, otear a lo lejos para
así poder detectar con mayor antelación la presencia de depredadores o de
alguna zona húmeda (una charca), o quizá para no sufrir insolaciones en las
largas marchas que realizaban (los homínidos nos caracterizamos por tener una
extraordinaria resistencia para andar; podemos recorrer 50 Km. de un tirón sin
inmutarnos). Lo que sí es evidente es que la bipedestación liberó nuestras
extremidades anteriores, liberó nuestras manos.
2º
Liberación de las manos
El hecho de que las
extremidades anteriores por efecto de la bipedestación no cumpliesen una
función de sujeción del cuerpo y locomotriz posibilitó la liberación de las
manos. Además, las manos tienen un dedo oponible (el pulgar) que hace posible
que puedan cumplir una función prensil y puedan con ello, con gran facilidad,
sujetar, agarrar y, sobre todo, manipular. La posesión de este tipo de manos
hizo posible el uso y, sobre todo, la fabricación de herramientas, prótesis de
nuestro cuerpo que nos dotan de ventajas adaptativas de las que biológicamente
carecemos.
3º Aparato
fonador
Los seres humanos
poseemos una laringe y una faringe que nos permite la producción de toda clase
de sonidos articulados: los fonemas. La posesión de este aparato fonador hará
posible la creación del lenguaje por parte del ser humano.
¿Qué es el lenguaje?
Una herramienta, la herramienta
intangible que hace posible la comunicación.
4º
Ortognatismo
La cara de la mayoría de
los animales es prognata (prognatismo). La de los homínidos, sobre todo la de
los hombres, la de los homo, es ortognata.
¿De qué depende el ortognatismo o
prognatismo de la cara?
De la verticalidad de
ésta. Se dice de los hombres que tenemos una frente “alta y despejada”. En
realidad, lo que se está diciendo es que somos ortognatos (los animales o las
especies prognatas no tienen una frente alta sino una frente oblicua, huidiza).
Del ortognatismo depende la forma de nuestra mandíbula: tenemos una mandíbula
grácil, ligera, con dientes primitivos y poco evolucionados y, sobre todo, no
saliente (como el característico morro de otras especies).
5º
Neotenia o fetalización
La última característica
del ser humano es su falta de especialización (carecemos de garras, de fuertes
mandíbulas, no somos veloces…). Somos seres desvalidos. Este desvalimiento es
efecto de que estamos poco especializados (la especialización en las especies
animales es una muestra de una buena adaptación al entorno; la especialización
propia de los primates es su capacidad para vivir en los árboles)
¿Por qué somos un animal tan poco
especializado?
Porque somos un ser
inmaduro. Esta inmadurez es debida a que hemos nacido antes de tiempo. Se
manifiesta en el hecho de que conservamos rasgos fetales. De ahí lo de
fetalización o neotenia: mantenemos en la edad adulta rasgos que también otras
especies tienen en su periodo fetal pero que pierden tras el nacimiento. ¿Qué
rasgos? La carencia de pelo, el ortognatismo, la sutura craneal, el epicanto …
¿Qué hace posible esta fetalización,
este haber nacido antes de tiempo? ¿Qué ventaja o ventajas implica la neotenia
para el ser humano?
1º Después de nacer,
nuestro cráneo puede seguir creciendo (si nuestro cráneo creciese en nuestro
estado fetal, tal como debería suceder, el parto se volvería imposible).
2º La inmadurez
implicará que carezcamos de instintos. Como consecuencia de ello, los seres
humanos al no saberse valer por sí mismos (por carecer de instintos) tendrán
que vivir una larga infancia bajo la protección de la sociedad (esta es la
razón de por qué somos animales sociales; no somos animales sociales por tener
instintos gregarios sino por requerir del cuidado y de la protección de la
sociedad sin la cual ningún individuo de nuestra especie sobreviviría). Durante
la infancia, un periodo que se prolongará durante muchos años más que en el
resto de las especies (la infancia de los animales dura dos años; la nuestra,
cinco veces más), el individuo crecerá y madurará sometido a la presión e la
educación y la cultura que le impone la sociedad en la que vive. Será la
neotenia, por lo tanto, la base que hará posible que los seres humanos nos
convirtamos en animales culturales (la vida del hombre ya no será meramente
biológica como es en el resto de las especies animales sino fundamentalmente
cultural).
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