martes, 16 de noviembre de 2021

2º BACH - TEMA ABAU "PLATÓN: ANTROPOLOGÍA Y POLÍTICA"

 






Tema: ANTROPOLOGÍA Y POLÍTICA EN PLATÓN

 

Dualismo antropológico: cuerpo/alma 

La antropología platónica es dualista. Platón concibe al ser humano como una entidad compuesta por dos substancias: el cuerpo y el alma. Este dualismo antropológico quedó establecido en el diálogo “Fedón” y es consecuencia de su dualismo ontológico que afirma la existencia de dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible. 

            En razón del carácter dual del ser humano, Platón considerará que el ser humano es una realidad intermedia entre los dos mundos,  operando como una especie de puente que los conecta.

 ¿Cuáles son las dos sustancias que componen al ser humano?

 

1º el cuerpo:

-          es material, compuesto, corruptible y mortal.

-          pertenece al mundo sensible y Platón, siguiendo en ello a los pitagóricos, lo presentará como una especie de cárcel para el alma.

-          su destino es disolverse tras la muerte.

  

2º el alma:

-       es inmaterial, simple, incorruptible y eterna.

-      pertenece al mundo inteligible y aunque se encuentra atrapada dentro de un cuerpo sensible siente un impulso erótico hacia las Ideas.

-      su destino es purificarse (separarse) del cuerpo y volver a los cielos desde donde contemplará de nuevo las Ideas.

 La estructura tripartita del alma 

En “el Fedro”, Platón distinguió en el alma tres partes o funciones que le hizo replantear en nuevos términos su anterior estricto dualismo alma/cuerpo. Platón recurrió a una alegoría, el Mito del Carro Alado, para explicar la estructura tripartita del alma y el destino de ésta.

 El alma tiene tres partes:

                       

La Razón (función racional): ubicada en la cabeza, es la única parte divina e inmortal del alma. Su tarea es contemplar las Ideas y guiar a las otras dos partes del alma. Su mal es la ignorancia y su bien o virtud la sabiduría/prudencia.

 

El Ánimo (función irascible o volitiva): localizada en el pecho, el ánimo está constituido por un conjunto de pasiones nobles que dotan al alma de la energía y el vigor necesario para imponerse a los apetitos y sobreponerse a las dificultades con las que se tenga que enfrentar. Su función es por lo tanto aliarse con la razón para ayudarla a someter al apetito. Su mal es la cobardía y su bien o virtud es la valentía/fortaleza.

                       

El Apetito (función concupiscible o apetitiva): se encuentra en el vientre y es el conjunto de deseos y pasiones innobles. Su mal es la intemperancia (la incontinencia o desenfreno) y su bien la moderación/templanza.

           

 

La ética platónica: la justicia del alma

 

Las doctrinas antropológicas platónicas están vinculadas estrechamente con sus doctrinas éticas y políticas. Expliquemos seguidamente la ética platónica, su concepción acerca de la areté o virtud del alma que cifra en la justicia.

 

Por efecto de su concepción tripartita del alma, la justicia del alma será concebida no sólo como conocimiento del Bien, del bien del alma (aunque éste es imprescindible), sino como el efectivo ajuste entre las partes del alma. Este encaje se dará cuando:

 

1º cada una de ellas cumple su función específica (alcanzando por ello su virtud propia: la sabiduría de la razón, la fortaleza del ánimo, y la moderación del apetito).

 

2º se dé entre las tres partes del alma un adecuado orden jerárquico: la parte superior, la razón, debe gozar de preeminencia mientras que las dos partes inferiores, el ánimo y el apetito, deben subordinarse a ella. Por ello, la parte racional del alma debe guiar y conducir al alma entera.

 

Este equilibrio o armonía entre las tres partes del alma es la “justicia del alma” (la justicia ética) y tiene como consecuencia la salud de ésta, siendo su falta o carencia causa de su enfermedad y de todos los males que la pueden aquejar.

 

 

La teoría política platónica

 

Expliquemos seguidamente la teoría política platónica. Fue en La República donde describió Platón en qué consistía la mejor organización política de la polis, de la Ciudad. La filosofía política platónica es dependiente de su concepción tripartita y jerarquizada del alma. Las principales tesis de su teoría política son las siguientes:

1º la Ciudad, la polis, debe estar compuesta por tres estamentos: los gobernantes-filósofos, los guerreros-guardianes y los productores.

2º conforme a lo que establece el principio de especialización funcional, cada clase social tiene que cumplir una función específica:

a)      la de los gobernantes es gobernar con prudencia la Ciudad haciendo que el bien común prevalezca siempre por encima del bien particular. Sólo pueden llegar a ser gobernantes los sabios, los que gracias a un largo proceso educativo han alcanzado el conocimiento de las Ideas, del Bien y la Justicia. Los gobernantes han de ser también hombres virtuosos, hombres dotados de un alma máximamente justa, es decir, incorruptibles.

b)      la de los guerreros es la defensa de la Ciudad y el mantenimiento del orden social. Los guerreros son escogidos entre los ciudadanos más valerosos.

c)      la de los productores es encargarse de producir los bienes que necesita la Ciudad. A los productores se les exige trabajar sacrificadamente por el bien del conjunto y vivir frugalmente, con moderación.

3º cuando cada clase social cumple con su función específica se logra alcanzar la justicia de la polis. La justicia política viene determinada por lo tanto por el cumplimiento del principio de especialización funcional.

4º ¿quién determina a que clase social pertenece cada individuo? La naturaleza y el Estado (la Ciudad). El Estado asignará la clase social a la que pertenece cada individuo dependiendo de la naturaleza de su alma (conforme al mito de los metales: al que haya nacido dotado de un alma de oro se le asignará el estamento de los gobernantes filósofos; al dotado de un alma de plata, la de los guardianes; finalmente, a los nacidos con un alma de bronce, se les asignará el estamento de los productores). Será función también del Estado la educación del ciudadano en las virtudes propias de su clase social.

5º de un modo semejante a como ocurre con el alma, finalmente se alcanzará la justicia de la Ciudad cuando los estamentos sociales inferiores (productores y guerreros) obedezcan al estamento de los gobernantes-filósofos, el estamento superior.

6º la teoría política platónica estableció un segundo principio: el principio de correlación estructural entre el alma y el Estado que muestra la imposibilidad, para una mentalidad griega como era la de Platón, de concebir al individuo al margen de la comunidad a la que pertenece, existiendo una interacción continua entre ambos. Esta correlación se manifiesta de dos maneras:

a)      En el alma y en la Ciudad existen el mismo número de partes (con funciones y virtudes similares).

b)      Existe una correlación entre los regímenes políticos (de los que hablaremos seguidamente) y el carácter que predomina entre los ciudadanos: el filosófico (ciudadanos de alma de oro), el ambicioso (de alma de plata) y el avaro (de alama de bronce).

La sucesión de los regímenes políticos

Para Platón existen diferentes regímenes políticos reales (ya que el que acabamos de describir es el ideal). Unos provienen de otros en virtud de un proceso de inevitable corrupción y degeneración: ARISTOCRACIA, TIMOCRACIA, PLUTOCRACIA, DEMOCRACIA Y TIRANÍA.

FIN DEL TEMA..............................................................................

Contextualicemos en primer lugar el texto en el marco ideológico de la época.

1º Por un lado, la filosofía de Platón recogió el legado ontológico-metafísico de los pensadores presocráticos:

a) del pitagorismo:

     1º su concepción órfica del alma

     2º la relevancia ontológica de las matemáticas.

b) de Parménides:

    1º la concepción de las Ideas con los atributos del ser (unicidad, inmutabilidad, eternidad);

    2º la diferenciación entre los dos modos de conocer: el sensible/vía de la opinión y el  inteligible/vía de la verdad

c) de Anaxágoras: la existencia de una  Inteligencia ordenadora del cosmos.

d) de Heráclito y del atomismo: su concepción de un mundo sensible-material sujeto al cambio y al devenir.


2º Por otro lado, su condicionante ideológico principal fue la Ilustración sofística y Sócrates:

a)       Toda la filosofía de Platón combatirá el relativismo epistemológico y moral característico de la sofística.

b)      El racionalismo socrático puede ser considerado como la fuente e inspiración última de la filosofía de Platón: 1º de su Teoría de la Ideas y 2º de su utopía política en la que una casta de sabios y virtuosos filósofos se encargan del gobierno de la polis.

 

 

TEXTO FEDRO

“Sobre la inmortalidad, baste ya con lo dicho. Pero sobre su idea hay que añadir lo siguiente: Cómo es el al­ma, requeriría toda una larga y divina explicación; pero decir a qué se parece, es ya asunto humano y, por supues­to, más breve. Podríamos entonces decir que se parece a una fuerza que, como si hubieran nacido juntos, lleva a una yunta alada y a su auriga. Pues bien, los caballos y los aurigas de los dioses son todos ellos buenos, y buena su casta, la de los otros es mezclada. Por lo que a nos­otros se refiere, hay, en primer lugar, un conductor que guía un tronco de caballos y, después, estos caballos de los cuales uno es bueno y hermoso, y está hecho de esos mismos elementos, y el otro de todo lo contrario, como también su origen. Necesariamente, pues, nos resultará di­fícil y duro su manejo.

Y ahora, precisamente, hay que intentar decir de dón­de le viene al viviente la denominación de mortal e inmor­tal. Todo lo que es alma tiene a su cargo lo inanimado, y recorre el cielo entero, tomando unas veces una forma y otras otra. Si es perfecta y alada, surca las alturas, y gobierna todo el Cosmos. Pero la que ha perdido sus alas va a la deriva, hasta que se agarra a algo sólido, don­de se asienta y se hace con cuerpo terrestre que parece mo­verse a sí mismo en virtud de la fuerza de aquélla. Este compuesto, cristalización de alma y cuerpo, se llama ser vivo, y recibe el sobrenombre de mortal. El nombre de inmortal no puede razonarse con palabra alguna; pero no habiéndolo visto ni intuido satisfactoriamente, nos figu­ramos a la divinidad, como un viviente inmortal, que tiene alma, que tiene cuerpo, unidos ambos, de forma natural, por toda la eternidad. Pero, en fin, que sea como plazca a la divinidad, y que sean estas nuestras palabras.

Consideremos la causa de la pérdida de las alas, y por la que se le desprenden al alma. Es algo así como lo que sigue.

El poder natural del ala es levantar lo pesado, lleván­dolo hacia arriba, hacia donde mora el linaje de los dioses. En cierta manera, de todo lo que tiene que ver con el cuer­po, es lo que más unido se encuentra a lo divino. Y lo divino es bello, sabio, bueno y otras cosas por el estilo. De esto se alimenta y con esto crece, sobre todo, el pluma­je del alma; pero con lo torpe y lo malo y todo lo que le es contrario, se consume y acaba. Por cierto que Zeus, el poderoso señor de los cielos, conduciendo su alado ca­rro, marcha en cabeza, ordenándolo todo y de todo ocu­pándose. Le sigue un tropel de dioses y démones orde­nados en once filas. Pues Hestia se queda en la morada de los dioses, sola, mientras todos los otros, que han sido colocados en número de doce, como dioses jefes, van al frente de los órdenes a cada uno asignados. Son mu­chas, por cierto, las miríficas visiones que ofrece la intimi­dad de las sendas celestes, caminadas por el linaje de los felices dioses, haciendo cada uno lo que tienen que hacer, y seguidos por los que, en cualquier caso, quieran y pue­dan. Está lejos la envidia de los coros divinos. Y, sin em­bargo, cuando van a festejarse a sus banquetes, marchan hacia las empinadas cumbres, por lo más alto del arco que sostiene el cielo, donde precisamente los carros de los dio­ses, con el suave balanceo de sus firmes riendas, avanzan fácilmente, pero a los otros les cuesta trabajo. Porque el caballo entreverado de maldad gravita y tira hacia la tie­rra, forzando al auriga que no lo haya domesticado con esmero. Allí se encuentra el alma con su dura y fatigosa prueba. Pues las que se llaman inmortales, cuando han alcanzado la cima, saliéndose fuera, se alzan sobre la es­palda del cielo, y al alzarse se las lleva el movimiento cir­cular en su órbita, y contemplan lo que está al otro lado del cielo.”

 Seguidamente contextualizaremos  la temática del texto en el pensamiento del autor. En el Fedro, Platón expone algunas tesis acerca del origen, naturaleza, estructura y destino de las almas, todo lo cual le servirá para desenvolver y matizar su principal doctrina antropológica ya expuesta en anteriores diálogos como el Fedón: el dualismo antropológico cuerpo/alma.

Las ideas principales que podemos entresacar de él son las siguientes: 

1º LA ESTRUCTURA TRIPARTITA DEL ALMA:

 El alma humana tiene una estructura tripartita: 

a)       el auriga representa la parte racional destinada al conocimiento y a la dirección de la vida humana.

b)      el caballo bueno representa la parte irascible, los impulsos que se someten a los dictados de la razón y la vigorizan. 

c) el caballo rebelde representa la parte concupiscible formada por todos aquellos deseos y pasiones que nos impulsan al ámbito de lo sensible.

 

2º LA DIFERENCIA ENTRE LAS ALMAS DE LOS DIOSES Y LAS DE LOS HOMBRES: 

El alma de los dioses es perfecta pues todos sus componentes son buenos. El alma de los hombres, por el contrario, es imperfecta porque en ella se mezclan componentes buenos y malos. 

3º LA HIPÓTESIS DE LA RELIGIÓN ASTRAL: 

Los cuerpos celestes están dirigidos y gobernados por las almas inmortales de los dioses. 

4º EL ALMA COMO PRINCIPIO VITAL: 

El alma es el principio vital que anima un cuerpo y le da vida. 

5º EL DUALISMO ANTROPOLÓGICO: 

Se denomina viviente y mortal al conjunto formado por el cuerpo y el alma. 

6º LA PARTE APETITIVA DEL ALMA SIENTE UNA INCLINACIÓN HACIA LO SENSIBLE: 

El alma humana participa de algún modo de la naturaleza divina pero también de un principio opuesto que la pervierte y la hace caer en el mundo sensible. 

7º LA PARTE RACIONAL DEL ALMA SIENTE UNA INCLINACIÓN HACIA LO INTELIGIBLE: 

La parte más excelente del alma humana es semejante a la de los dioses y como la de ellos se nutre  del conocimiento de la Idea, aquella verdadera realidad que está más allá de lo sensible en un ámbito inteligible.

 

LA REPÚBLICA LIBRO IV (Texto sobre la justicia de la polis)


 “1º—Bien, hemos observado ya tres cualidades en la polis (la Ciudad o República de ciudadanos); al menos así creo. En cuanto a la especie que queda para que la Ciudad alcance la excelencia, ¿cuál podría ser? La justicia, evidentemente.

(…)

2º—Lo que desde un comienzo hemos establecido que debía hacerse en toda circunstancia, cuando fundamos la Ciudad, fue la justicia o algo de su especie. Pues establecimos, si mal no recuerdo, y varias veces lo hemos repetido, que cada uno debía ocuparse de una sola cosa de cuantas conciernen a la Ciudad, aquella para la cual la naturaleza lo hubiera dotado mejor.

—Efectivamente, lo dijimos. 

3º—Y que la justicia consistía en hacer lo que es propio de uno,  sin dispersarse en muchas tareas, es también algo que hemos oído a muchos otros, y que nosotros hemos dicho con frecuencia.

—En efecto, lo hemos dicho y repetido. 

4º—En tal caso, mi amigo, parece que la justicia ha de consistir en hacer cada uno lo suyo, del modo adecuado. ¿Sabes de dónde lo deduzco?

—No, dímelo tú.

5º—Opino que lo que resta en la Ciudad, tras haber examinado la moderación, la valentía y la sabiduría, es lo que, con su presencia, confiere a todas esas cualidades la capacidad de nacer y — una vez nacidas— les permite su conservación. Y ya dijimos que, después de que halláramos aquellas tres, la justicia sería lo que faltase a esas tres cualidades.

—Es forzoso, en efecto. 

6º—Ahora, si fuera necesario decidir cuál de esas cuatro cualidades lograría con su presencia hacer a la Ciudad buena al máximo, resultaría difícil juzgar si es que consiste en una coincidencia de opinión entre gobernantes y gobernados, o si es la que trae aparejada entre los militares la conservación de una opinión común acerca de lo que debe temerse o no, o si la existencia de una inteligencia vigilante en los gobernantes; o si lo que con su presencia hace a la Ciudad buena al máximo consiste, tanto en el niño como en la mujer, en el esclavo como en el libre y en el artesano, en el gobernante como en el gobernado, es que cada uno haga sólo lo suyo, sin mezclarse en los asuntos de los demás.

—Ciertamente, resultaría difícil de decidir.

 7º—Pues entonces, y en relación con la excelencia de la Ciudad, la capacidad de que en él cada individuo haga lo suyo puede rivalizar con la sabiduría de la Ciudad, su moderación y su valentía. (…)

 

2º PARTE – PRINCIPIO DE CORRELACIÓN ESTRUCTURAL – DEFINICIÓN DE JUSTICIA DEL ALMA

 

8º—Tampoco un hombre justo diferirá de una Ciudad justa en cuanto a la noción de la justicia misma, sino que será similar.

—Similar, en efecto. 

9º—  Una Ciudad nos pareció justa cuando los tres tipos de naturalezas existentes en ella hacían cada cual lo suyo, y a su vez nos pareció moderada, valiente y sabia en razón de algunas otras afecciones y hábitos propios de esos mismos tipos de naturalezas.

—Es verdad. 

10º—Por consiguiente, amigo mío, estimaremos que el individuo que cuente en su alma con estos mismos tres tipos de naturalezas, con todo derecho se hace acreedor a los mismos calificativos que se confieren a la Ciudad.”

  Contextualicemos seguidamente la temática del texto en el pensamiento del autor. El texto procede de “La República”, principal diálogo de la etapa de madurez de Platón en el que se expone las principales doctrinas platónicas acerca de la realidad (ontología), el conocimiento (epistemología), el ser humano (antropología), la ética y la política.

 Pasemos seguidamente a analizar el texto, un fragmento de un pasaje más extenso del Libro IV de La República en el que Platón formula los dos “principios teóricos” a partir de los cuales articulará su concepción de la justicia política:  el principio de especialización funcional y el principio de correlación estructural alma/Ciudad.

 

A)                          PRINCIPIO DE ESPECIALIZACIÓN FUNCIONAL/DEFINICIÓN DE JUSTICIA POLÍTICA:

 

En la primera parte del pasaje, Platón definirá la justicia política como el ajuste de cada ciudadano a la función social para la que está mejor dotado por naturaleza sin realizar jamás aquellas funciones que no son de su competencia.

 -          De acuerdo con  el principio de especialización funcional, Platón considerará

que la justicia política “consiste en que cada uno haga sólo lo suyo, sin mezclarse en los asuntos de los demás”:

 

-          La justicia será por ello aquella cualidad gracias a la cual la Ciudad conserva sus tres cualidades (moderación, valentía y sabiduría) y alcanza su telos o fin que no es otro que ser buena al máximo.

 

 

B)                          PRINCIPIO DE CORRELACIÓN ESTRUCTURAL ALMA/CIUDAD/DEFINICIÓN DE JUSTICIA DEL ALMA:

 En su segunda parte, establecerá un paralelismo entre la justicia de la Ciudad y la justicia del alma (entre la justicia política y  ética)  de acuerdo con el denominado principio de correlación estructural entre el alma y la Ciudad.

 En virtud de dicho principio, existen en el alma y en la Ciudad tres partes que tienen que cumplir similares funciones: 

1º la razón/clase de los gobernantes: cumple la función racional-gubernativa

 2º el ánimo/clase de los militares: cumple la función volitivo-defensiva 

3º el apetito/clase de los productores: cumple la función apetitivo-productiva 

Platón termina concluyendo que sus tres partes alcanzan la virtud al cumplir cada una con su función contribuyendo de este modo al bien (a la justicia) del conjunto (anímico/político). 

Pasemos seguidamente a aclarar el significado de algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto:

 

-          Naturaleza: según el mito de los metales, los hombres están dotados por naturaleza de un tipo de alma (de bronce, de plata o de oro) que les hace más proclives a cumplir una determinada función social (producción, defensa o gobierno):

·         Los hombres con alma de bronce son aquellos en los que la parte preponderante de su alma es el apetito y por ello están predestinados a convertirse en productores.

·         Los poseedores de un alma de plata son los militares, aquellos en los que sobresale el ánimo lo que les convierte en los más apropiados para desenvolver tareas defensivas.

·         Los gobernantes, dotados de un alma de oro, son aquellos en que el predominio de su parte racional les capacita para gobernar con prudencia la Ciudad.

 

-          Hombre justo/Ciudad justa: Platón distingue la justicia ética (la que corresponde al hombre justo) de la justicia política (la propia de la Ciudad) pero establece entre ellas una identidad básica de estructura ya que tanto en la Ciudad como en el alma existen dos partes: la que gobierna y la que es gobernada.

 

 

 

 

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