I
EJEMPLO DE COMENTARIO DE TEXTO - Texto sobre
Tales de Mileto de Aristóteles. TALES DE MILETO (nac. circa
ARIST., Met. I 3, 983b: "La mayoría de los que filosofaron por
primera vez consideraron que los únicos principios de todas las cosas son de
especie material. Aquello a partir de lo cual existen todas las cosas, lo
primero a partir de lo cual se generan y el término en que se corrompen, permaneciendo
la sustancia mientras cambian los accidentes, dicen que es el elemento y el
principio de las cosas que existen; por esto consideran que nada se genera ni
se corrompe, pues tal naturaleza se conserva siempre... Debe de haber, pues,
alguna naturaleza única o múltiple a partir de la cual se generan las demás
cosas, conservándose ella. No todos dicen lo mismo sobre el número y la especie
de tal principio, sino que Tales, quien inició semejante filosofía, sostiene
que es el agua (y por ello también manifestó que la tierra está sobre agua).
Tal vez llegó a esta concepción tras observar que todas las cosas tienen un
alimento húmedo y que el calor se produce y se mantiene en la humedad (ya
que aquello a partir de lo cual se generan las cosas es el principio de todas
ellas). Por eso llegó a esta concepción y también porque todas las
simientes son de naturaleza húmeda y el agua es el principio natural de las
cosas húmedas. Pero hay quienes consideran que los más antiguos, muy anteriores
a la generación actual y primeros en reflexionar sobre los dioses, pensaron así
sobre la naturaleza e hicieron a Océano y Tetis padres de la generación."
¡ATENCIÓN! Aunque este texto es de Aristóteles, el comentario lo hacemos
como si hubiese sido escrito por el mismo Tales de Mileto (de los filósofos
presocráticos no se conserva ninguna obra, sólo fragmentos que aparecen citados
en obras de otros autores, como sucede en este caso).
CONTEXTUALIZACIÓN
DEL TEXTO
Contextualización
biográfica
Tales vivió aproximadamente entre el 624 y el
Contextualización
histórica
Tales de Mileto vivió a caballo entre los siglos VII y VI
a C. En este periodo de la historia de Grecia, se afianzaron definitivamente
las nuevas estructuras sociales, políticas y económicas que habían comenzado a
surgir en el siglo VIII a C:
1º la consolidación de la polis, es decir, de la
Ciudad-estado (singular forma de organización política en la que por primera
vez en la historia se lograron crear instituciones políticas libres y en la que todo hombre era considerado como
ciudadano),
2º el desarrollo de la industria artesana y del comercio
(que convirtió las polis griegas, principalmente a las ciudades de la Jonia, en florecientes
centros económicos), así como
3º la aparición de una nueva clase de comerciantes y
artesanos que, a diferencia del campesinado, se opuso activamente a la
concentración del poder que, hasta aquel momento, se hallaba en manos de la
nobleza terrateniente.
Contextualización
filosófica
Tales de Mileto es considerado el primer filósofo
presocrático. Denomínanse así a una serie de pensadores que vivieron entre los
siglos VI y V a C. en la antigua Grecia, es decir, entre el final de la época
arcaica y el comienzo de la clásica. Se les consideró los primeros filósofos
porque fueron los primeros que intentaron explicar la realidad no por medio de
mitos (de narraciones legendarias protagonizadas por dioses y héroes) sino a través
de la mera observación y la reflexión. Especulaban acerca de lo qué es la
physis (o naturaleza) e intentaban determinar cuál era el arjé (o principio) de
ésta.
Los filósofos presocráticos se clasifican en dos grandes
grupos: el de aquellos que postulaban la existencia de un solo arjé o monistas
y la de aquellos otros que afirmaban la existencia de más de un arjé o
pluralistas. Los principales filósofos monistas fueron los pensadores
originarios de la ciudad de Mileto (Tales, Anaximandro y Anaxímenes), los
eleatas (Parménides y sus discípulos) y Heráclito. Entre los pluralistas,
debemos destacar a los miembros de la escuela pitagórica, a Empédocles,
Anaxágoras y a atomistas como Demócrito.
ANÁLISIS
DEL TEXTO
Idea
principal
En
este texto, Aristóteles explica qué entendían los primeros filósofos por el
arjé: el principio de las cosas.
Ideas
secundarias
1º
El arjé o principio de las cosas, es:
- aquello a partir de lo cual las cosas existen, es
decir, aquello gracias a lo cual estas son.
- aquello de lo que se generan las cosas.
- aquello en lo que las cosas se disuelven cuando llegan
a su fin.
- aquello que permanece
y se conserva en todo cambio.
2º
Como el arjé se conserva siempre (es lo que permanece cuando se produce algún
cambio como acabamos de ver más arriba), los primeros filósofos llegaron a la
conclusión que en el fondo nada se
genera ni se corrompe (pues su arjé permanece siempre igual).
3º
Los primeros filósofos no se pusieron de acuerdo ni en cuántos arjés había
(para unos, los monistas, uno, mientras que para otros, los pluralistas,
múltiples) ni tampoco en cuál era su naturaleza (material, formal, etc.).
4º
Sin embargo, la mayoría de los pensadores se decantaron por principios de
naturaleza material (de ahí que los denomine también “elementos”). Ejemplo de
ello fue Tales de Mileto que defendió que el arjé de las cosas es el agua
(quizá tras observar que lo que todo lo que se genera y destruye procede de lo
húmedo).
Estructura
El
texto puede ser dividido en dos partes:
1º
En la primera, que comprende el primer párrafo, Aristóteles expone qué era el
arjé para los primeros filósofos.
2º
En la segunda parte, que corresponde al segundo párrafo, después de recapitular
lo dicho en el párrafo anterior, expone el desacuerdo reinante entre los
filósofos acerca de la naturaleza y el número de arjés y termina exponiendo
como ejemplo la doctrina de Tales acerca del agua como principio constitutivo
de la physis.
Glosario
(análisis semántico)
-
“Los que filosofaron por primera vez” - Con esta expresión, Aristóteles designa
a aquellos pensadores que hoy en día denominamos “los pensadores
presocráticos”.
-
Arjé - Arjé es un término griego que solemos traducir por “principio”. Se
refiere a aquello que constituye el origen de las cosas, aquello de lo que
surgen y proceden.
-
Naturaleza (physis) - En este contexto, Aristóteles utiliza el término
“naturaleza” como sinónimo de “arjé”. La razón de ello, es que una de las
acepciones del término naturaleza es la de aquello que permanece constante a lo
largo de las distintas transformaciones que puede sufrir una cosa.
INTERPRETACIÓN
DEL TEXTO
Resumen
del texto
Estamos ante un texto de Aristóteles, texto en el que el
filósofo griego nos cuenta algunas cosas acerca de “los que filosofaron por
primera vez” y, más en concreto, acerca de Tales. Nos indica Aristóteles que
esos primeros filósofos pensaban que todas las cosas tienen unos “únicos
principios” de naturaleza material, y que, a partir de ellos surge todo, del
mismo modo que todo “vuelve” a ellos. Esos principios permanecen siempre
idénticos a sí mismos en medio del proceso de generación y corrupción. Dentro
de ese grupo de pensadores, Aristóteles menciona especialmente a Tales, que
sitúa ese elemento y principio en el agua. Aporta, además, algunas razones que
le hacen suponer por qué llegó Tales a dicha conclusión.
(Hasta aquí, la parte que podemos llamar un “resumen del
contenido”: ¿de qué habla este texto?
Adentrémonos más a fondo en la explicación de su contenido)
Explicación
del texto
Este fragmento nos describe los orígenes del pensar
filosófico: los primeros pensadores quisieron resolver el problema de la “physis”,
desde la perspectiva del “arjé” (origen, principio). Parten de una
suposición rotunda: todo lo que existe puede reducirse a uno o unos pocos
principios, a partir del cual o los cuales surgen todas las cosas, y al cual o
cuales vuelven todas las cosas. Hay, pues, dos elementos: un principio (o
principios) y un ciclo cósmico de generación y corrupción. De una manera muy
elemental todavía, pero muy radical intelectualmente, estos primeros filósofos
son capaces de plantearnos la hipótesis de que toda la rica diversidad de
elementos que encontramos en la realidad se puede explicar recurriendo a un
elemento originario que, además, es de naturaleza material. Este es al gran
paso que da el pensamiento humano y del que Tales constituye el primer ejemplo.
Su aportación es situar este “arjé” en el agua, a partir de
observaciones empíricas del tipo de “todas las cosas se nutren de lo húmedo” o
“todas las simientes son de naturaleza húmeda”.
Comparativa
El
asunto tratado en el texto podemos relacionarlo con dos problemas filosóficos
fundamentales:
1º
el problema de cuál es la causa primera de todo lo que existe y
2º
la cuestión de la necesidad de postular la existencia de un sustrato que
permanece inalterado en todo cambio.
La “causa primera” es el nombre que la tradición
filosófica occidental de raigambre aristotélica dio a aquello que se constituye
como el principio originario del que proceden todos los seres. Fue el
pensamiento cristiano medieval el que tuvo una idea más precisa acerca de en
qué podía consistir dicha causa primera (o última) de donde se origina todo lo
que existe en el universo: es Dios, un ser perfecto e infinito. Su
característica principal era la de existir por sí mismo, la de existir
necesariamente, la de no poder no ser y la de tener una sobreabundancia de ser
(de realidad) de tal calibre que toda el universo podía ser creado por Él en
virtud de un acto libre de su omnipotente voluntad. Diametralmente opuesta es
la concepción que sobre este asunto ha terminado imponiéndose en la Edad
Moderna. En efecto, ya desde el siglo XVIII, a consecuencia del influjo del
pensamiento científico sobre el pensamiento filosófico, empezó a ser dominante
en la modernidad la concepción materialista de la realidad que considera como
una evidencia que la materia físico-química es el principio primero del que
procede todo lo que existe alrededor nuestro.
Por lo que respecta al segundo problema, el del sustrato
que permanece por debajo de todo proceso, fue Aristóteles el que formuló esta
cuestión como el problema de la sustancia. Para el Estagirita, la sustancia es
aquel sujeto que permanece inalterable en toda transformación (y así por
ejemplo, aunque yo haya ido cambiando a lo largo de los años, creciendo,
desarrollándome y en mi cuerpo unas células sustituyendo a otras, sigo siendo
el mismo, sigo siendo “yo”, un mismo individuo, una idéntica sustancia). La
sustancia es, por lo tanto, entre otras cosas, el factor inalterable que dota
de solidez y estabilidad ontológica a todo cambio o transformación y que hace
posible, contra Heráclito, que la realidad no sea un puro devenir, un perpetuo
fluir en el que nada dure.
Juicio
crítico y/o opinión personal
Siempre se ha considerado y así lo hacemos también
nosotros, que el interés de los primeros pensadores de la historia, aquellos a
los cuales denominamos “pensadores presocráticos”, estriba más que en las
opiniones concretas que mantuvieron acerca de la realidad (algunas de las cuales, como por ejemplo la
aquí citada de Tales según la cual “todo es agua”, podemos considerar como
pueriles), en las preguntas que se
hicieron, cuestiones que plantean en toda su radicalidad algunos de los
principales problemas filosóficos, esto es, aquellos interrogantes últimos y
máximos que acerca de la realidad se puede hacer la inteligencia humana (aquí
en concreto el problema de la naturaleza o physis y el del principio o arjé de
todos los seres).
II
EJEMPLO DE COMENTARIO DE TEXTO
“En todas las épocas, personas eminentes intentaron encontrar un grado,
incomparablemente alto y seguro, para acceder a la Sabiduría que consiste en
indagar las primeras causas y los verdaderos principio a partir de los que se
pudiera deducir las razones de todo cuanto se pueda saber. Los que se afanaron
en esto son conocidos como filósofos”
DESCARTES, Principios
de la filosofía, Carta del autor al traductor.
CONTEXTUALIZACIÓN DEL TEXTO
A) C. BIOGRÁFICA
Vida
René Descartes nación en 1596 en Francia. De familia
noble, fue educado en uno de los mejores colegios de la época, el colegio de
los jesuitas de La Fleche. En su juventud, participó en la Guerra de los
Treinta Años como soldado mercenario. Pasó el resto de su vida dedicado al
estudio y la investigación retirado de la vida pública en Holanda (conforme a
su divisa “bene vixit, bene qui latuit”
– “Si quieres vivir de un modo feliz, apártate de la mirada pública” Virgilio),
el país en el que en aquel tiempo convulso se podía disfrutar de mayor libertad
de pensamiento y tolerancia. A los cincuenta años de edad, se trasladó a
Estocolmo para enseñar matemáticas y filosofía a la reina Cristina de Suecia.
Poco después de su llegada, contrajo una pulmonía y falleció.
Obra
Sus primeras obra fueron las “Reglas para la dirección
del espíritu” y “El mundo” (en esta última, defendía el copernicanismo). No
llegó a publicar en vida ninguna de ellas.
En 1637 publicó tres pequeños ensayos titulados
“Dióptrica, Geometría y Meteoros”. Este libro iba acompañado de un prólogo
autobiográfico titulado “Discurso del método”, que con el tiempo llegará a
convertirse en una de las obras más importantes del pensamiento occidental.
En 1641, publica sus “Meditaciones metafísicas”, obra que
le convertirá en el filósofo más grande de la época.
Su última gran obra fue “Los principio de filosofía”,
obra a la que pertenece el fragmento que estamos comentando y en la cual expone
la totalidad de su sistema filosófico.
Poco antes de morir, escribió “Las pasiones del alma”,
una obra de reflexión ética dedicada a la vida buena, a la vida feliz.
B) C. HISTÓRICA
Descartes vivió en la primera mitad del siglo XVII. En
aquellos convulsos años llegaron a su fin las guerras de religión que
desangraron Europa durante más de un siglo. En dicho periodo se desencadenó la
Guerra de los Treinta Años, una
feroz y devastadora conflicto armado que dio comienzo con
C) C.FILOSÓFICA
René Descartes vivió en la época del Barroco. El Barroco o el Siglo
del Barroco es un término utilizado por los historiadores para referirse al
movimiento cultural propio del tormentoso periodo que se extiende entre 1620 y
1680. Dicho periodo, coincidente con la grave crisis bélica, económica,
política y social que desató
El periodo barroco fue desde la
perspectiva de la historia de las ideas también, paradójicamente, el punto de
arranque de la era racionalista, de
Descartes fue el fundador de la
corriente filosófica del siglo XVII que conocemos con el nombre de Racionalismo
y cuyos principales autores fueron Malebranche, Spinoza y Leibniz. Los
racionalistas cartesianos defendían la posibilidad de que la inteligencia
humana (la razón humana) lograse comprender qué es la realidad haciendo uso de
las ideas innatas de la razón y obviando la información sensorial. A dicha
escuela de pensamiento se opuso un movimiento filosófico que conocemos con el
nombre de empirismo británico que mantenía la primacía de la experiencia sobre
la razón en la consecución del conocimiento del mundo.
ANÁLISIS DEL TEXTO
A)
GLOSARIO
-
Sabiduría: grado más alto del conocimiento
-
primeras causas: aquello que se considera como el
fundamento último y origen de todas las cosas
-
verdaderos Principios: primeras proposiciones de una
ciencia
-
razones: aquello que sustenta y justifica la verdad de
algo.
-
filósofos: persona que busca la sabiduría
B)
IDEA PRINCIPAL
Los filósofos son aquellos que intentan conseguir una
clase (o grado) de conocimiento a partir del cual se logra acceder a la
Sabiduría.
C)
IDEAS SECUNDARIAS (numeradas)
1º Dicha clase o grado de conocimiento a partir del cual
podemos alcanzar la Sabiduría es la investigación de las primeras causas y de
los verdaderos principios de todas las ciencias.
2º A partir de dichas primeras causas y verdaderos
principios, podremos dar razón (esto es, deducir, explicar demostrativamente,
argumentativamente) de todo lo que el ser humano puede llegar a saber.
INTERPRETACIÓN DEL TEXTO
A)
RESUMEN
En este breve
texto, Descartes nos explica que han sido denominados filósofos todos aquellos
que indagan sobre las primeras causas de todo lo que existe y sobre los
verdaderos principios de todas las ciencias. Aquel que logra alcanzarlos puede
llegar a descubrir la explicación (las razones) de todo lo que los seres
humanos podemos conocer y acceder a la
verdadera Sabiduría.
B)
EXPLICACIÓN
Descartes quiere hacernos comprender cuál es el objetivo
de las investigaciones (de las indagaciones) de aquellos que llamamos filósofos.
Afirma que buscan alcanzar el conocimiento de las primeras causas y últimos
principios de todo. Dicho conocimiento nos permitiría dar razón (es decir,
demostrar deductivamente, de un modo similar a como hacen los matemáticos) de
todo lo que podemos llegar a conocer sobre el mundo y la realidad. Quien
alcanzase dicho conocimiento de las primeras causas y principios accedería a la
Sabiduría, el grado más alto del conocimiento.
C)
COMPARATIVA
A lo largo de la historia del pensamiento se han
defendido dos posturas acerca de si es posible o no alcanzar el conocimiento a
través de la inteligencia de las primeras causas y principio de todos los
seres. Denominamos “metafísicos” a aquellos que defienden tal posibilidad
siendo Platón en la Antigüedad, el pensamiento escolástico en el Medievo y
Descartes en la era moderna sus más sobresalientes representantes. En oposición
a ellos, ubicamos a todos aquellos filósofos antimetafísicos que niegan la
posibilidad de alcanzar tal conocimiento. Estos pensadores han recibido diversas
denominaciones: empiristas, materialistas, positivistas, fenomenistas,
naturalistas, cientificistas entre otras.
D)
JUICIO CRÍTICO
Es interesante resaltar en este texto que Descartes
considere como la labor más propia del filósofo la búsqueda, la indagación, el
afán por alcanzar el conocimiento de los últimos fundamentos de la realidad más
que su posesión cierta. La búsqueda del saber nos hace filósofos mientras que
la consecución y disfrute del saber, de la Sabiduría, nos convertiría en
sabios, una condición quizá inalcanzable para el ser humano y más propia de
dioses que de hombres.
III EJEMPLO DE COMENTARIO DE
TEXTO
Immanuel Kant: ¿Qué es Ilustración?
“La
ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. Él mismo es culpable
de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio
entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría
de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino
en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la
conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio
entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración.”
INMANUEL KANT. Respuesta
a la pregunta “¿Qué es la Ilustración?”
Contextualización
Contextualización
biográfica
Este texto de Inmanuel Kant ha sido extraído del opúsculo
¿Qué es
Contextualización
histórica
Kant vive durante el reinado de Federico II de Prusia,
Federico el Grande, monarca que cimentará sobre base sólida el Estado prusiano,
un Estado llamado a llevar a cabo, ya en el siglo XIX la tarea histórica de
forjar
Contextualización
filosófica
Kant es el máximo representante en lengua alemana de
Análisis
del texto
Idea
principal
Kant
define
Ideas
secundarias
1º
2º La minoría de edad sólo se supera cuando el hombre se
aventura a servirse de su propio entendimiento dejando a un lado la dirección
de toda autoridad o tutela.
3º Para lograr este objetivo se precisa de una cierta
audacia y valentía personal (la madurez de la razón no se alcanza nunca
automática y necesariamente sino que es fruto de una decisión libre del
individuo).
4º No asumir esta responsabilidad propia hace al hombre
culpable, causa directa de su fracaso en la tarea de automaduración de la
razón.
Estructura
El
texto puede quedar dividido en tres partes:
-
La primera parte va desde la primera oración hasta el
tercer punto y seguido. Kant defiende aquí su concepto de Ilustración y
explicita que entiende por minoría de edad.
-
La segunda parte se extiende desde el tercer punto hasta
el cuarto y en ella determina el autor la causa de dicho estado de minoría de
edad.
-
La tercera parte ocupa las dos últimas oraciones del
texto y sirve de síntesis y recapitulación final. En ella la divisa
"sapere aude" (aprende a pensar por ti mismo) se presenta al mismo
tiempo como el objetivo de
Análisis
semántico
Ilustración:
Para Kant, el término Ilustración designa, más que una época determinada de la
historia o un movimiento cultural, un estado que puede o no ser alcanzado por
el individuo y la humanidad. Se caracterizaría por la realización completa de
la razón, lo que en Kant significa el desarrollo autónomo, libre y pleno del ser
humano.
Minoría de edad:
Definida por Kant literalmente en el texto corno “la incapacidad de servirse
del propio entendimiento sin la dirección de otro". Para Kant, que en esto
sigue los planteamientos protohistoricistas tan en boga en el siglo XVIII, la humanidad
pasa a lo largo de la historia por diversas etapas similares a las que
atraviesa todo individuo: infancia o estado de minoría de edad, caracterizada
por la dependencia de progenitores y educadores y la heteronomía; juventud, en
la que cabe resaltar la consecución de un cierto grado de independencia y
autonomía (a ella correspondería la que Kant denomina "época de
Ilustración”); y de madurez o mayoría de edad, en la cual se alcanza una
libertad plena (a ésta Kant la denomina "época Ilustrada”).
Entendimiento:
Término al que no podemos dar el significado estricto que tiene en
Independencia:
Término sinónimo al de autonomía, concepto usado de un modo más profuso por
Kant. Denota ausencia de constricción externa y connota libertad, al menos tal
corno Kant la entiende: uso de la razón a partir de la legalidad que ella misma
impone.
Interpretación
Resumen
del texto
Explicación
del texto
Kant,
en este escrito, parte de la suposición de que la naturaleza ha puesto en
nuestras manos los instrumentos intelectuales necesarios para no requerir
ningún tipo de tutela ajena. La pereza y la cobardía son las causas
coyunturales que impiden la puesta en funcionamiento de dichas aptitudes y
destrezas intelectuales potenciales. Tal oportunidad será aprovechada por
algunos hombres que se erigirán en tutores de otros sin ninguna resistencia por
parte de éstos. Por consiguiente, en primer lugar, la comodidad que conlleva el
que otro piense y decida por uno mismo, esto es, la falta de esfuerzo y
disciplina mental, y, en segundo lugar, una educación pacata y temerosa en unos
supuestos peligros que acechan al individuo decidido a dar dicho paso en pos de
su emancipación y clarificación de la conciencia, son las razones que aduce
Kant para explicar, que no justificar, el que la mayoría de los hombres no
logren superar el estado de no-ilustración, de minoría de edad o de razón en el
que se encuentran sumidos.
¿Cómo
puede ser trascendido este estado de falta o carencia de ilustración? La respuesta
de Kant, intención última de este opúsculo, es que, aunque parezca paradójico
en virtud de la aparente apatía y falta de voluntad del individuo adocenado e
impedido para llevar a cabo la tarea de cultivar su espíritu, si éste
dispusiese de los márgenes de libertad necesarios, terminaría ilustrándose a sí
mismo. La justificación que trae a colación es la siguiente: siempre entre la
masa de individuos humanos habrá alguien (quizá incluso un tutor establecido
como tal) que se decida a pensar por sí mismo, y este hombre realizará la noble
tarea de expandir, difundir “el espíritu de una estima razonable de la propia
valía y de la vocación de cada hombre a pensar por sí mismo”. Kant mantiene,
por lo tanto, la idea de que es imposible ponerle coto y freno a las
capacidades con las que ha dotado la naturaleza al ser humano. Estas buscan
indefectiblemente, ése es su destino ineludible, su ejercicio y consecución.
Posteriormente, el germen del librepensamiento se iría contagiando al resto de
los miembros de la sociedad. Aún así, la mayor resistencia se seguirá
encontrando en la masa no ilustrada que ha sido educada y formada en el
prejuicio, la superstición y el fanatismo, en suma, en la opinión acrítica y en
un carácter refractario a la razón. Kant, este es su proyecto pedagógico,
llegará a la conclusión de que no es posible, ni siquiera conveniente y
prudente, intentar cambiar a la población de golpe, de un modo drástico,
revolucionario. Es preferible la reforma, la modificación y enmienda parcial y
no traumática, lenta, pues la transformación radical sólo sirve para que nuevos
prejuicios y cadenas sustituyan a las antiguas.
Hablábamos
anteriormente de una libertad que facilitaría el surgimiento, implantación,
despliegue y desarrollo del pensar autónomo. ¿A qué tipo de libertad se refiere
Kant? Él la considera la menos peligrosa de todas para el mantenimiento del
orden y la unidad social (en esta parte
de su escrito, Kant se cura en salud, cubriéndose quizá las espaldas ante una
posible acusación de incitación a la subversión): libertad de expresión
ante la opinión pública del propio pensamiento crítico por parte del intelectual-erudito,
a la que Kant denomina “libertad en el uso público de la razón”. El filósofo
prusiano distingue entre un uso privado y un uso público de la racionalidad.
Por uso privado entiende literalmente “aquel que él puede hacer de su
razón en un determinado puesto o función confiada a él”, el que se ejerce en un
determinado cargo profesional, diríamos hoy día, y por tanto pertenece a la
esfera de las obligaciones contractuales contraídas por un individuo en cuanto
es miembro de un grupo. En dicho ámbito, no tiene derecho a obrar libremente
sino única y exclusivamente a obedecer la autoridad personal o estatutaria
competente. Se considera por ello que las asociaciones particulares y la
sociedad en general son algo así como una enorme maquinaria que se dota a sí
misma de mecanismos de funcionamiento que posibilitan, en primer lugar, la
subordinación del individuo como parte o pieza a un conjunto o totalidad social
más amplio y, en segundo lugar, permite que éste participe a través de su
actuación y oriente su conducta, pasiva y automáticamente, en la búsqueda del
logro de fines no individuales sino colectivos, propios del grupo en el cual se
inserta. Por uso público de la razón entiende “aquel en el que alguien,
en calidad de erudito, hace de ella delante de todo el público del mundo de los
lectores”. Con respecto al uso público de
la razón, Kant realiza las siguientes puntualizaciones:
1º El
intelectual, en tanto que erudito, no forma parte de una comunidad concreta y
por tanto no está sometido al imperativo de la obediencia a la autoridad
competente sino que forma parte de una “comunidad cosmopolita” en el seno de la
cual su único deber es la comunicación, sin constricciones ni límites de ningún
tipo, de sus propias reflexiones.
2º Este
derecho a expresarse libremente supone que la actividad del intelectual y su
compromiso con su público no interferirá ni afectará el cumplimiento de sus
deberes como súbdito de un Estado o como miembro de una asociación particular
en la cual desempeña un papel definido.
3º
Ningún individuo, ni grupo de individuos, ni el príncipe siquiera, tiene
derecho a impedir o coartar la libertad en el uso público de la racionalidad en
todos los ámbitos (religión, artes, ciencias y legislación son los campos a los
que aquí se refiere Kant). Por lo tanto, nada ni nadie y menos aún los poderes
públicos pueden obstaculizar el proceso de ilustración progresiva. Por el
contrario, es su deber defenderlo, protegerlo, promocionarlo e impulsarlo so
pena de ser acusados de abuso de autoridad, despotismo y delito de lesa
humanidad (humanidad dañada) que atenta contra los derechos y la dignidad de
una naturaleza como la humana cuyo destino y vocación no es otro que el
mejoramiento continuo en pos de las mayores cotas de civilización, moralidad y
libertad, esto es, ilustración del género humano.
Comparativa
La reflexión kantiana sobre la
Ilustración nos da pie para establecer una comparación entre los dos posibles
modelos de sociedades humanas desde la perspectiva del pensamiento (del papel
que en cada una de ellas juega el pensamiento racional): hay sociedades
creyentes y hay sociedades pensantes. Las sociedades creyentes son aquellas que
mantienen y defienden una concepción dogmática no sólo del conocimiento sino de
la vida humana en su conjunto. Son aquellas sociedades que creen que el orden
social sólo puede mantenerse si éste se apoya sobre ciertas verdades absolutas
que se asumen acríticamente, haciendo que los garantes de dicho orden social
(los príncipes) junto con los intérpretes y administardores de dichas verdades
absolutas (las iglesias) se constituyan como tutores de la humanidad, de los
individuos y de los pueblos y las naciones.
Frente a esa sociedad creyente, el
tipo de sociedad dominante en la historia de occidente (y de la humanidad)
hasta la Edad Moderna (sobre todo durante el largo periodo de predominio
ideológico del cristianismo que se extendió desde el 300 d.C. hasta el fin de
las guerras de religión en el siglo XVII). El siglo XVIII, el Siglo de las
Luces, alumbró un nuevo tipo de sociedad, una sociedad que quiso llegar a ser
(porque de hecho nunca lo fue) pensante, crítica. Esa sociedad es (o mejor
dicho, debería haber sido) la sociedad moderna. ¿Qué es una sociedad pensante?
Aquella en la que el ser humano fía su destino a su inteligencia.
Opinión
personal y/o juicio crítico
Probablemente ningún filósofo del
siglo XVIII fue capaz de establecer con mayor rigor y profundidad (esto es, de
un modo crítico) cuáles son los fundamentos filosóficos sobre los que se apoyan
los grandes ideales de la Ilustración. En el caso del asunto que nos ocupa,
Kant establece que el factor fundamental para que se pueda dar un progreso en
la ilustración del género humano es que se institucionalicen las condiciones
sociales (culturales, educativas, legales, políticas y religiosas) que ayuden a
disolver el despotismo reinante tradicionalmente en las sociedades humanas a la
par que favorecen el ejercicio del pensamiento autónomo por parte del
individuo.
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