LA CONCEPCIÓN MODERNA DEL SER HUMANO
1º ¿Por qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la naturaleza?
2º ¿Por
qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la creación?
3º ¿Por
qué el hombre moderno sólo se reconoce en el orden que el mismo crea?
4º ¿En
qué consiste ese orden que es obra y hechura del hombre moderno?
Respondamos
por orden estas cuatro preguntas.
1º ¿Por qué el hombre moderno no se reconoce
en el orden de la naturaleza?
El responsable de que en el mundo moderno no busquemos nuestro lugar
en el orden de la naturaleza es el nuevo pensamiento científico moderno (la
nueva física-matemática con su concepción materialista y mecanicista de la
naturaleza). El hombre moderno no se puede someter a dicho orden natural (como
hacían los griegos; “vivir conforme a la naturaleza” era el ideal de vida
humana para la práctica totalidad de escuelas filosóficas griegas) porque ha
descubierto que el ser humano (la forma de vida propia del ser humano) no tiene
nada que ver con el resto del universo (el primer filósofo moderno en ser
completamente consciente de ello fue Descartes; de ahí su dualismo, el dualismo
mente-materia que no es otra cosa que la división de la realidad en dos
regiones diferenciadas: por un lado los seres humanos, las mentes, y por otra
el universo físico, la materia). El ser humano necesita vivir en un mundo en el
que su acción (su vida) siga teniendo sentido, es decir, un fin, una meta, un
propósito (el orden al que pertenece el ser humano seguirá siendo teleológico
mientras que el orden de la naturaleza, tal como establece la física moderna,
será un orden mecánico, un orden carente de teleología).
2º ¿Por
qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la creación?
Por lo que hace referencia al orden de la creación (es decir, el orden de la realidad tal como lo establece la religión cristiana), tras las guerras de religión que se desencadenaron en Europa al producirse la Reforma (la reforma religiosa protestante), éste será rechazado por efecto de la profunda desconfianza que el mundo moderno tendrá hacia la religión cristiana, mejor dicho, hacia las iglesias que administran las creencias cristianas.
¿Cuál es la causa de esta desconfianza?
Porque se las considera responsables de las
terribles guerras civiles de carácter religioso
que asolaron Europa desde 1517 (fecha del comienzo de la Reforma
luterana) hasta 1648 (fecha en la que se firma la Paz de Westfalia que pone no
sólo fin a la Guerra de los 30 años sino a las guerras religiosas que asolaron
Europa durante más de un siglo; en algunos países, las guerras civiles duraron
cincuenta años más como por ejemplo ocurrió en Inglaterra donde no llegaron a
su fin hasta 1688 con la Gloriosa Revolución No Sangrienta gracias a la cual
una Inglaterra totalmente protestante de la cual había sido extirpado
definitivamente el catolicismo se convirtió en el primer país del mundo con un
monarca constitucional y con tolerancia religiosa (tolerancia entre las
distintas iglesias protestantes, no con los intolerantes papistas).
3º ¿Por
qué el hombre moderno sólo se reconoce en el orden que el mismo crea?
El nuevo orden que el hombre moderno va a forjar consiste en crear una
nueva sociedad (un nuevo orden social, una nueva civilización), la sociedad
moderna, que se va a caracterizar por:
a)
Su prosperidad material.
b)
Su alto grado de desarrollo
cultural: fundamentalmente científico-tecnológico pero también artístico.
c)
Su igualdad: por primera vez en
la historia de la humanidad, la sociedad será igualitaria (en ella todos los
hombres son considerados iguales en dignidad y derechos)
d)
Su libertad: en esta sociedad,
se considerará que todos sus miembros son seres autónomos (seres racionales
capaces de guiarse por sí mismos; en eso consiste la autonomía). Por ello se
les considerará libres y dignos.
e)
Su democracia y libertad
política: el gobierno existente en las sociedades modernas se considerará que
debe ser el resultado de un contrato que libremente establecen entre sí todos
esos individuos autónomos, iguales y libres. Ese pacto se convertirá en la ley
suprema a la que también deberán someterse los gobernantes: la constitución (el
primer gobernante constitucional será el rey de Inglaterra en 1688).
Para entender este extraordinario cambio en la concepción del ser humano que se produce en el mundo moderno, debemos partir de la concepción dominante en el periodo anterior, la Edad Media. Es decir, nuestro punto de partida tiene que ser la concepción cristiana del ser humano. Recordemos los puntos más importantes de la antropología cristiana: el ser humano se encuentra en pecado (por ello es malvado y desdichado) y requiere ser salvado. Ahora bien, el individuo no puede salvarse a sí mismo requiriendo la ayuda de Dios, de la gracia divina. Para la humanidad, la puerta de la salvación, la posibilidad de salvación (que hasta entonces permanecía clausurada) se abrió tras el sacrificio de Cristo. Pero esto no significa que la humanidad esté ya, de hecho, salvada, sino que se abre la posibilidad de la salvación. Por lo tanto, para el cristianismo aún queda la tarea de que cada individuo, uno a uno, tenga que salvarse.
¿Y cómo logra el individuo alcanzar finalmente la salvación?
Gracias a las iglesias.
¿Por qué?
En principio sólo se salvan aquellos en los que recae la gracia divina.
Pero,¿Quién administra de facto dicha gracia?
Las
iglesias (hasta la Reforma protestante, la única existente hasta entonces, la
Iglesia romana, la Iglesia católica; desde la Reforma, las múltiples iglesias
reformadas: la luterana, la calvinista, la anglicana… en los USA se cuentan por
miles). Para el cristianismo, el creyente sólo se salva gracias a su iglesia ya
que la iglesia es quien guía y conduce al creyente hacia la salvación. La
consecuencia de plantear la salvación en estos términos es que las iglesias
cristianas han llegado a tener un extraordinario poder sobre la conciencia de
los individuos: para el cristianismo, el cristiano no es autónomo, no puede
guiarse a sí mismo y sólo la iglesia puede guiarle hacia la salvación.
Pues bien, el mundo moderno va a rechazar categóricamente que el ser
humano necesite ser guiado tanto moral como espiritualmente por las iglesias.
En el mundo moderno consideramos que el ser humano está capacitado para guiarse
a sí mismo. A esta capacidad de guiarse a sí mismo y de no requerir la tutela
de las iglesias se la denomina autonomía, la autonomía moral del ser
humano (en un principio, la libertad de conciencia, de creencia religiosa, que
debe reconocérsele a todo individuo).
¿Por qué podemos guiar autónomamente nuestras vidas?
Porque somos seres de razón (porque somos seres racionales) ya que
estamos dotados de razón, de inteligencia y esa inteligencia nos hace dueños de
nosotros mismos y nos capacita para vivir autónomamente (sin requerir ser
tutelados por las iglesias).
La lucha por la autonomía del individuo, la defensa de la
independencia del individuo de todo poder religioso (que conocemos con el
nombre de libertad de conciencia) es una de las causas principales de la
secularización del hombre moderno y del mundo moderno. Esta defensa de la
autonomía del individuo (que es la fuente última de nuestra dignidad, de la
dignidad humana) comenzó en el Renacimiento (sus primeros defensores fueron los
humanistas renacentistas; aún eran los humanistas del Renacimiento
completamente cristianos pero defendían un cristianismo de carácter individual
en el que el creyente debía de gozar de una cierta independencia de criterio
respecto a la continua tutela de las iglesias; el más importante humanista del
renacimiento fue Erasmo de Rotterdam, humanista que da nombre a la corriente de
renovación espiritual cristiana más importante del siglo XVI: el erasmismo).
Y es por efecto de este reconocimiento de la autonomía, de la
autonomía moral del individuo (efecto de su condición de ser racional, de ser
dotado de razón moral, de una razón autónoma que lo convierte en el único
verdadero agente moral en el mundo) será por lo que en la modernidad, ya desde
el siglo XVIII, el Siglo de la Ilustración, se proclame la dignidad, la
dignidad moral, del ser humano, de todo ser humano sin excepción. Este
reconocimiento de la dignidad humana, del valor absoluto de la vida y la
libertad de cualquier individuo independientemente de sus condicionamientos y
circunstancias sociales y personales, quedará solemnemente establecido en el
Preámbulo y en los artículos 1º y 2º de la DUDH (Declaración Universal de los
Derechos Humanos de la ONU) cuando se afirme:
Preámbulo
Considerando que la libertad,
la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana;
Considerando que los pueblos
de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos
fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana
y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado
resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de
un concepto más amplio de la libertad;
Artículo 1.
Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2.
Toda persona tiene todos los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición.
EL ESTADO MODERNO
Hablemos ahora del Estado moderno, de la organización política
característica del mundo moderno. El Estado moderno hizo su aparición en el
siglo XVI. Los creadores del Estado moderno fueron los monarcas de la época:
los Reyes Católicos en España, los Valois y los Borbones en Francia, los Tudor
en Inglaterra, los Avis en Portugal). Gracias al Estado moderno se va a lograr
la concentración de todo el poder político de un territorio (de lo que en
aquella época denominaban reinos) en una Administración centralizada. Dicha
única Administración central está en las manos del rey, del monarca absoluto
(frente a la fragmentación del poder característico de la Edad Media, la
poliarquía feudal). Sin Estado moderno, sin esa nueva forma de organización
política, la modernidad no habría advenido. ¿Por qué? El Estado moderno dotó a
nuestras sociedades de una estabilidad política que no se conocía desde los
tiempos del Imperio Romano. Esa estabilidad política era una condición
ineludible para que se pudiese producir ese extraordinario desenvolvimiento en
todos los ámbitos (económico, cultural, social) característico de la era
moderna. El problema del Estado moderno es que dejó en manos de los reyes un
extraordinario poder, un poder absoluto sobre sus súbditos. Pues bien, para que
el individuo moderno pudiese desenvolver su autonomía (su libertad e
independencia de todo poder) era necesario no sólo neutralizar a las iglesias
(como vimos antes) sino limitar y controlar el poder de los reyes, es decir
democratizar el Estado (el primero en lograrlo fue Inglaterra en 1688; el
segundo, Estados Unidos al constituirse como una república independiente de
Inglaterra en 1776; el tercero, Francia en 1789 por medio de la revolución , de
la Revolución francesa; luego vendrían todos los demás).
En
conclusión, la autonomía del hombre moderno (su libertad e independencia de
todo poder) se va a construir confrontándola con el poder de las iglesias y el
poder de los Estados absolutos. La sociedad moderna surgirá definitivamente (y
dentro de ella hará su aparición el individuo autónomo, el individuo moderno)
cuando:
1º se logre neutralizar definitivamente a las iglesias (ésta es la
causa principal de la secularización o descristianización de la sociedad
europea moderna).
2º se logre la democratización de los Estados modernos) pues sólo en
un Estado democrático los hombres pueden vivir como individuos autónomos).
4º ¿En
qué consiste ese orden que es obra y hechura del hombre moderno?
Finalmente,
hablemos brevemente de en qué consiste ese nuevo orden que va a crear el
individuo moderno haciendo un uso autónomo de u razón, de su inteligencia:
a)
Un orden económico eficiente y
productivo que hará de nuestras sociedades, sociedades prosperas y que acabará
para siempre con la lacra de la pobreza y la escasez. En el mundo moderno se
logrará ordenar racionalmente el trabajo, la producción y distribución de los
bienes y servicios que necesita dicha sociedad. Dicha economía ordenada
racionalmente será la economía de mercado, es decir, la economía liberal, el
capitalismo. Este nuevo modelo económico basado en el desarrollo del comercio,
la especialización laboral, la organización racional del trabajo y el
maquinismo (Adam Smith) hará que lleguen a su fin definitivamente todos los
restantes modelos económicos caracterizados por ser infraproductivos como el
modelo esclavista o el feudal.
* Una sociedad moderna es una sociedad capitalista (una sociedad dotada de una economía de mercado)
b)
Por lo que hace referencia al conocimiento,
en el mundo moderno se va a crear una nueva forma de saber que acabará con las
estériles disputas y discusiones características de la filosofía de los
antiguos o de los teólogos medievales. Esa nueva forma de conocimiento es la
ciencia moderna que se caracteriza por:
-
Tras una libre elaboración y
discusión crítica de las teorías científicas, en ella es posible llegar a un
acuerdo (cosa que no ocurría con las bizantinas discusiones filosóficas y
teológicas del pasado)
-
Además, el saber científico
moderno tiene un valor práctico, es productivo. A través de su aplicación y
plasmación técnica, tecnológica, la ciencia ha acrecentado exponencialmente el
dominio del ser humano sobre la naturaleza, así como la productividad de
nuestras economías (Revolución industrial).
* Una sociedad moderna es una sociedad tecnológica e industrializada
c)
Hablemos finalmente de la
modernización de nuestras sociedades y de su organización política. Una
sociedad moderna (aquella en la que quiere habitar el hombre moderno y por ello
está decidido a crearla) es aquella que:
-
Es una sociedad igualitaria, no
estamental. En ella, todos los individuos son miembros iguales de dicha
sociedad (ciudadanos) y todas las diferencias estamentales (desde la esclavitud
a los estamentos feudales que dividen a la sociedad en señores y siervos)
quedan abolidas.
* Una sociedad moderna es una sociedad igualitaria (reconoce a todos sus miembros su condición de personas iguales en dignidad moral)
-
El poder político del Estado
tiene que estar democratizado. Un Estado es democrático cuando se dan las
siguientes condiciones:
. la autoridad suprema está en las leyes, leyes a las que se someten incluso los gobernantes. A este tipo de Estado se le denomina Estado de derecho (o Estado liberal parlamentario).
* Un Estado moderno
es un Estado de derecho.
. la función última del Estado, del poder político, es reconocer y sobre todo, garantizar y proteger la autonomía de sus ciudadanos. ¿Cómo? Reconociendo y salvaguardando sus derechos. ¿Y cómo logra esto? Reconociendo sus derechos como derechos constitucionales y salvaguardando sus derechos a través de la administración de justicia (los jueces y los tribunales).
* Un Estado moderno es un Estado constitucional
. los representantes de los ciudadanos (y en último término, los gobernantes del Estado) tienen que ser libremente elegidos por los ciudadanos, por todos los ciudadanos (la democracia censitaria no es un modelo válido de democratización).
* Un Estado moderno es una democracia parlamentaria (y no asamblearia por el peligro de manipulación demagógica inherente a ésta)
. finalmente, una sociedad democrática es aquella que protege a sus miembros de las siguientes adversidades: el paro, accidentes laborales, vejez y enfermedad, y provee de educación gratuita a todos sus miembros para igualar las posibilidades de ascenso social entre éstos (todas estas medidas de protección social son conocidas hoy en día como “derechos sociales”: derecho a la educación, a la sanidad y a la protección social; es característico del Estado social de derecho al que conocemos con el nombre de “Estado del bienestar”).
* Un Estado moderno es un Estado social.
Y de ahi que nuestro país de defina a sí mismo en la Constitución española en los siguientes términos:
Artículo 1
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
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