lunes, 13 de diciembre de 2021

2º BACH B - APUNTES ARISTÓTELES

 


ARISTÓTELES

Junto con Platón, los dos pilares de la tradición filosófica occidental. Aristóteles fue testigo:

1.      Del fin de una época, la era clásica: tal cosa acontece cuando se produce el fin de las polis, el derrumbe del modelo de organización sociopolítico (las repúblicas independientes o polis) de la Grecia clásica. ¿Cuál fue la causa de dicho fin? Filipo II de Macedonia se las anexiona, dejando de ser ciudades libres.

2.      De la expansión de la cultura griega por el Oriente (por efecto de las conquistas de Alejandro Magno). Da comienzo así una nueva época: la era helenística, el helenismo (en la que se produce la helenización del mundo).

Vida y obra

Aristóteles (a partir de ahora, A.) nació en el 384 a.C. en Estagira (una colonia jonia en la Calcidica; la Calcidica es una región del norte de Grecia donde  se encuentra también Abdera, lugar de nacimiento de Demócrito y Protágoras, muy cercana al reino de Macedonia; por este motivo, se le conocerá también con el sobrenombre de “el Estagirita”). Era el hijo del médico del rey de Macedonia, razón por la que desde su nacimiento A. estuvo siempre estrechamente vinculado con la corte macedónica. Quedó huérfano a muy temprana edad y cuando cumplió 17 años, su tío y tutor decidió enviarlo a Atenas para formarse, ingresando a la sazón en la Academia platónica, en la cual permanecerá como un discípulo más de Platón durante veinte años (hasta los 37 años), hasta el momento del fallecimiento del maestro.

            Cuando abandona la Academia, deja Atenas y se traslada a Asso, en la costa septentrional de Asia Menor, donde se reunirá con unos antiguos discípulos y donde conocerá a Teofrasto. Teofrasto con el tiempo terminará convirtiéndose en su principal discípulo. En este momento (A. cuenta con 40 años de edad), será cuando:

1º A. abandona el platonismo (a partir de este momento, rechazará la existencia de un mundo de Ideas o Formas autosubsistentes y separadas; para A., las Ideas están en las cosas mismas, en las sustancias, verdadera y principal realidad para A. desde entonces).

2º A. comienza a desenvolver estudios empíricos, fundamentalmente relativos a temas biológicos (la biología, el estudio de la diversidad de seres vivos, fue el principal objeto de investigación empírica llevado a cabo por A.; A. fue el gran naturalista de la Antigüedad; a diferencia de Platón, a A. no le interesaron tanto las matemáticas, aunque sí la astronomía).

Cuando contaba con 42 años, y encontrándose a la sazón en Mitilene (en la isla de Lesbos) junto a su discípulo Teofrasto, fue requerido por Filipo II de Macedonia para que se hiciese cargo de la educación de su primogénito Alejandro, el futuro Alejandro Magno, el mayor conquistador de la Antigüedad (por lo tanto, durante dos años se encontraron cara a cara uno de los mayores genios teóricos de toda la historia y uno de los mayores genios políticos de todos los tiempos; sin embargo, la relación fue infructuosa, no produjo ningún fruto).

Una vez terminada la instrucción de Alejandro, A. volvió a Atenas donde alquiló un edificio en las proximidades del templo dedicado a Apolo Licio (Apolo matador de lobos): ahí es donde establecerá su escuela filosófica (en directa rivalidad con la Academia platónica): el Liceo. En el Liceo, junto con sus discípulos, pasará A. la práctica totalidad del resto de su vida. La escuela de A. se la denomina también “el Peripato” o escuela peripatética (y a los discípulos de A., los peripatéticos). La razón de este nombre es que en las cercanías de la escuela había un paseo, un peripato, por el que caminaba A. junto con sus discípulos filosofando. De este periodo procede la obra escrita que de A. se conserva, sus escritos “esotéricos”, apuntes privados que utilizaba para dar sus clases (aquellos escritos que escribió para ser publicados, sus escritos “exotéricos”, principalmente diálogos en el estilo de Platón, se perdieron en su totalidad).

En el año 323, en Babilonia, muere Alejandro. Inmediatamente se produce un levantamiento antimacedónico en todas las polis griegas. A., siempre muy vinculado con la corte macedónica, será procesado por impiedad. Pero para que la ciudad de Atenas no cometiese un segundo crimen contra la filosofía (en palabras del propio A.), A. huyó y se refugió en Calcis, en la isla de Eubea, donde falleció a los pocos meses cuando contaba 60 años de edad (Sócrates murió a los 70 y Platón a los 80).

A la muerte de A., su discípulo Teofrasto le sucedió en la dirección del Liceo (fue el primer escolarca; escolarca=director de la escuela). La obra escrita de A. pasó a sus herederos primero, y de unas manos a otras hasta que se perdió. Pues bien, allá por el año 100 a.C., esos escritos se redescubrieron y fueron comprados en Atenas por el general romano Sila, quien se los llevó a Roma. Estos escritos, ya en Roma, fueron revisados y ordenados por Andrónico de Rodas (el último escolarca), quien se encargó de su publicación.

¿Por qué A. es un filósofo tan importante?

Porque fue el Newton de la Antigüedad. El pensamiento aristotélico estuvo vigente durante 2000 años, hasta que en el siglo XVII la ciencia moderna acabó con él.

 

OBRAS DE ARISTÓTELES

Todos los escritos de A. (eran apuntes dispersos, notas para dar clase) fueron reunidos y ordenados en el siglo I a.C. por Andrónico de Rodas.

¿Cómo ordeno dichos escritos?

Por temas:

1º LÓGICA

 En primer lugar, recopiló y ordenó todos los escritos de lógica (todos los escritos sobre el lenguaje y la argumentación). Son en total, 5 libros y, desde la Edad Media, son conocidos con el nombre genérico de “Organum” (significa “instrumento”, el instrumento del pensamiento).

2º FÍSICA

Después, recopiló todos los escritos científicos, aquellos en los que se recogían las investigaciones y reflexiones de A. acerca del universo físico, sobre la naturaleza: son los libros físicos, la “física” (physis=naturaleza), y los libros cosmológicos (“De caelo”, acerca de los cielos).

 

3º METAFÍSICA

Tras los libros físicos, Andrónico agrupó una serie de escritos que tratan dos temas:

a)      El problema del ser (el principal problema de la filosofía desde Parménides).

b)      El ente divino, el theos (dios).

Aristóteles denominó “filosofía primera” a la reflexión sobre estas cuestiones: el ser y Dios (la “filosofía segunda” sería la física). Sin embargo, el nombre que finalmente se impuso para estos escritos fue el de “escritos metafísicos” (“metafísica” = los escritos que vienen después de los escritos físicos).

4º BIOLOGÍA Y PSICOLOGÍA

Después de los escritos metafísicos, vienen aquellos dedicados al estudio del fenómeno de la vida y al estudio de la mente (ambas cuestiones están estrechamente relacionadas para los griegos), es decir, al estudio del alma.

5º ÉTICA

Los escritos éticos, acerca de la virtud y la felicidad: “ética a Nicómaco”.

6º POLÍTICA

Los escritos políticos, acerca de la justicia y el buen gobierno: “Política”.

7º RETÓRICA Y POÉTICA

Finalmente, recopiló los escritos acerca del arte de hablar persuasivamente (retórica) y del arte poético (productivo) componer tragedias (poética). De la “poética” de A., sólo queda un pequeño fragmento en el que A. reflexiona sobre la belleza artística, más en concreto, sobre la tragedia.

 

La filosofía natural o física (denominada por A., “filosofía segunda”)

Aristóteles va a introducir una nueva concepción de “naturaleza”, de physis:

-          para los presocráticos, la physis es la substancia de la que proceden todas las cosas (su arjé).

-          para los sofistas y Sócrates, physis se contrapone al nomos (para los presocráticos todo era physis).

-          para Platón, la naturaleza (el mundo sensible) aparece subordinado al mundo de las Ideas (de ellas reciben las cosas su ser).

Para Aristóteles el concepto de physis tiene un nuevo y original significado: la physis es todo aquello que tiene en sí mismo el principio de su movimiento. Para Aristóteles physis se contrapone a tejné, a lo que es por tejné, por arte. Por ejemplo: es la physis del árbol lo que explica que de sus ramas broten hojas y flores.

En conclusión, ¿Qué es la physis? ¿Qué es la naturaleza de los seres? ¿Qué es, en nuestro ejemplo, la naturaleza del árbol que hace que este florezca en primavera? El principio activo interno, intrínseco a los seres que produce, que es causa, de su movimiento. Por el contrario, lo que es por tejné, lo que es por arte, es obra artificial y no tiene en sí mismo la causa de su movimiento. Por ejemplo, la causa del llegar a ser de una mesa no está en los leños con los que se fabrica, sino en el carpintero que la produce.

A)    EL HILEMORFISMO

Significa literalmente materia-forma (hylé=materia / morphé = forma). La teoría hilemórfica es a A. lo que la teoría de las Ideas a Platón: su ontología, su teoría de la realidad, su teoría acerca del ser (Parménides).

¿Qué debemos entender de la filosofía de A.?, ¿Por qué A. es un filósofo tan importante?

Aristóteles elaboró una serie de esquemas teóricos (materia/forma, potencia/acto, sustancia/accidente, los cuatro tipos de causa…), a través de los cuales se comprendió la realidad durante 2.000 años.

¿Cuándo dejó de hacerse uso de ellos?

Desde el siglo XVII.

¿Qué ocurrió entonces?

La revolución científica, el advenimiento del pensamiento político moderno: la ciencia moderna considerará que todos los esquemas teóricos del aristotelismo son inservibles para alcanzar la comprensión de la realidad, y los sustituirá por unas nuevas categorías, las categorías propias del pensamiento científico moderno (masa, fuerza, energía…). Es por esto por lo que decíamos que A. fue Newton antes de Newton.

Veamos ahora cuáles son alguno de esos esquemas teóricos. Toda la filosofía de A. es fruto y resultado de su crítica al platonismo: A. negó la existencia de las Ideas separadas, de Ideas autosubsistentes (que existen por sí mismas) que constituyen una realidad aparte y superior (el mundo de las Ideas). La negación por parte de A. de la existencia separada de las Formas autosubsistentes no implicaba la negación de la existencia de las formas. Para A., las formas (en minúscula) existen, pero no en otro mundo (el mundo de las Formas), sino que están en las cosas mismas, en las realidades individuales y particulares que hay en torno nuestro (por ejemplo, existe la forma “árbol”, pero esa forma no es la Idea o Forma Árbol, sino que dicha forma se encuentra en los árboles particulares que hallamos a nuestro alrededor: este pino, aquel roble, ese castaño…).

¿Cuál es la consecuencia de esto?

Para Parménides, el único objeto digno de conocimiento (el único objeto en el que es posible alcanzar el conocimiento y la verdad) es el ser. Para Platón, sólo lo serán las Ideas (debido a su inmutabilidad). Pues bien, para A. ya que las formas están en las cosas mismas, al fin las cosas (sensibles, corpóreas, materiales, múltiples y en devenir) pueden ser objeto del conocimiento.

¿Cómo denominará A. a eses cosas que ya son objeto de conocimiento y de verdad?

Sustancias. Las cosas son verdaderas y auténticas sustancias. Las cosas son al fin lo real, el ser.

Para explicar qué son las sustancias, A. utilizó la pareja de conceptos, la dupla, materia/forma. Estos dos términos dan nombre a la teoría aristotélica de la sustancia: la teoría hilemórfica (hilemorfismo=materia-forma; hylé-morphé).

Toda sustancia está compuesta de una materia y una forma. Por ejemplo, este árbol que tengo ante mí es una sustancia (un individuo particular concreto, una realidad individual particular; este árbol). Pues bien, esta sustancia está compuesta por una materia y una forma.

MATERIA (HYLÉ)

¿Qué es la materia?

1º PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN: la materia es aquello que constituye a este individuo como tal individuo particular y concreto, diferente del resto de individuos, de sustancias individuales (de otros árboles y del resto de las cosas); por ejemplo, la materia de este árbol es aquello que hace que este árbol sea éste y no aquel árbol).

La materia es, por lo tanto, un principio de individuación: aquello que hace al individuo, aquello que constituye a una sustancia como una realidad individual concreta (por ejemplo, esta camelia que está en el patio).

2º SUSTRATO/SOPORTE/SUJETO: la materia es también el sustrato (lo que está por debajo), el soporte (el sujeto: lo que sujeta) de las formas. En nuestro ejemplo, la materia de este árbol es aquello que está por debajo permanentemente y que soporta o sujeta las formas (las propiedades) de este árbol (principalmente, su esencia o naturaleza “árbol”, pero también propiedades como el que tenga tal o cual altura, o que haya o no florecido).

Y es que según A., las formas no existen como realidades separadas y autosubsistentes (como Ideas; no existe la Forma “Árbol”, como una realidad  disociada de los árboles particulares), sino que las formas están en las cosas mismas.

3º PRINCIPIO DE MULTIPLICIDAD

¿Cómo es posible que la forma “árbol” que es única se encuentre a la vez en “este” y también en “aquel” árbol?

Porque en cada árbol individual hay una materia por debajo de la forma (de la forma o naturaleza “ser árbol”) que le sirve de sustrato, de soporte de la forma “árbol”. Es así como A. resuelve el problema metafísico de la multiplicidad (como múltiples individuos distintos pueden compartir una misma, igual e idéntica estructura): hay múltiples árboles y todos ellos son igualmente y en el mismo sentido verdaderos árboles porque cada uno de ellos está constituido por una materia distinta y diferente: la materia es por lo tanto también un principio de multiplicidad(frente a Parménides y Platón que defendían que sólo uno, sólo un árbol, podía ser real, y tal árbol no podía ser otro que la Idea de Árbol misma; en el caso de Parménides, negaba incluso la variedad de lo existente y afirmaba que sólo podía existir una cosa: el ser).

Como bien podemos comprobar, el concepto de materia de A. es un concepto metafísico que sirve 1º para explicar la multiplicidad (no hay un árbol, sino múltiples árboles) y 2º cómo las formas pueden estar en las cosas mismas (la materia es el sujeto, el soporte de las formas). Como bien vemos aquí, el concepto de materia no se contrapone al de espíritu (esta contraposición existe en otras corrientes filosóficas, como el pitagorismo o el platonismo, e religiosas, como el cristianismo). El concepto de materia tampoco es el concepto científico de materia de la ciencia moderna, para la cual materia se opone a energía. ¿Qué es para la física moderna la materia? No el sustrato de las formas, sino aquello que tiene masa y por ende se resiste inercialmente a cambiar de estado de movimiento.

FORMA (MORPHÉ)

Pasemos ahora a explicar qué es la forma.

Para A. existen dos tipos de formas:

-          FORMA SUSTANCIAL: las formas sustanciales, la esencia o naturaleza de un ser (la forma “árbol”, por ejemplo)

-          FORMA ACCIDENTAL: las formas accidentales, es decir, el resto de cualidades y propiedades no esenciales que puede tener un ser (por ejemplo, la altura del árbol, o el hecho de si tiene o no flores).

·         FORMA SUSTANCIAL

Expliquemos en primer lugar qué es la forma sustancial. A. la denomina también “sustancia segunda” (la “sustancia primera” es el individuo particular concreto que está ahí en el mundo, por ejemplo, la camelia del patio del instituto).

1º PRINCIPIO DE IDENTIDAD o ESPECIFICACIÓN

Pues bien, la característica principal de todas las sustancias individuales es que tienen que tener una forma sustancial, una esencia o naturaleza que las hace ser lo que son, que las dota de una determinada identidad. Es por ello, que la forma es el principio de identidad de los seres, aquello que hace que éstos sean lo que son y que pertenezcan a una determinada especie o clase natural. Por ejemplo, la forma sustancial de este árbol es su “ser árbol” y no animal o piedra (mi forma sustancial, mi especie, es ser hombre, ser humano, y no perro o caballo, etc.).

2º PRINCIPIO INTERNO DE ACTIVIDAD (O NATURALEZA DE UN SER)

Esa forma sustancial es concebida por A. como la naturaleza de un ser.

¿Qué es la naturaleza de un ser?

Su principio interno de actividad, aquello que explica todo su dinamismo espontáneo, todos los cambios y transformaciones que es capaz de llevar a cabo por sí mismo sin ser forzado a ello. Por ejemplo, ¿qué es la naturaleza de un árbol? Aquel principio interno que hace que los árboles por sí mismos florezcan y fructifiquen.

Gracias, por lo tanto, a las formas sustanciales, a que todo ser tiene una naturaleza intrínseca, será posible según A. comprender el dinamismo del universo (frente a Parménides y Platón, que consideraban que sólo lo inmutable y estático puede ser comprendido). Para A., también el cambio (el devenir; Heráclito) es inteligible.

 

·         FORMA ACCIDENTAL

Expliquemos seguidamente lo que son las formas accidentales. Las formas accidentales son todas las propiedades que tiene una cosa pero que podría perder sin dejar de ser lo que es (son las propiedades no esenciales de algo, las propiedades circunstanciales, extra, casuales; un árbol no deja de serlo si pierde sus hojas, o si cambia de tamaño; por el contrario, si un rayo lo quema y lo convierte en ceniza, deja de ser lo que es porque ha perdido la forma sustancial “árbol” y ha adquirido una nueva forma sustancial, la forma sustancial “ser ceniza”).

Utilicemos como ejemplo para entender la diferencia entre forma sustancial y accidental el puesto por el mismo A.: Sócrates tiene como forma sustancial el ser hombre (el ser humano), pero tiene toda una ristra de propiedades accidentales (que podría perder sin dejar de ser Sócrates): es gordinflón, bajito, feo, de setenta años de edad y se encuentra en este momento de pie en el ágora debatiendo con Hipias el sofista.

Pues bien, A. clasificó todas las formas accidentales posibles y elaboró con ellas, y junto con la forma sustancial, la primera tabla de categorías de la historia. ¿Qué son las categorías? Los distintos significados del ser, los distintos modos en que una cosa puede ser. Hay dos tipos de categorías: 1º la categoría referida a la forma sustancial o esencia, y 2º las categorías restantes, las categorías referidas a las formas accidentales.

Veamos seguidamente el listado de las categorías, dicha tabla categorial:

1º la esencia o sustancia (la forma sustancial): Esto (Sócrates) es un hombre.

2º las categorías accidentales:

a)      La cualidad: Sócrates es gordo.

b)      La cantidad: Sócrates pesa ochenta kilos.

c)      La relación: Sócrates es mejor en las disputas que Hipias.

d)      La acción: Sócrates bebe la cicuta.

e)      La pasión: Sócrates muere por efecto de beber la cicuta.

f)       El tiempo: Sócrates tiene setenta años de edad.

g)      El lugar: Sócrates está en el ágora.

Estos son los múltiples significados del ser conforme a la doctrina aristotélica de que “el ser se dice de muchas maneras”.

 

B)     EL CAMBIO

Para A., el cambio, el devenir, el dinamismo del universo, deja de ser un problema: el cambio es inteligible, racional (para que algo pueda ser conocido con verdad no es necesario ya que sea inmutable como eran por ejemplo las Ideas de Platón).

Para A., existen cuatro tipos de cambio:                   

1º CAMBIO SUSTANCIAL: el nacer y destruirse de los seres, de las sustancias (por ejemplo, una semilla que germina y se convierte en una planta que al desarrollarse llega a ser un árbol; o ese mismo árbol que tras arder se convierte en ceniza). Éste es el tipo de cambio principal que hay en el universo (y el que más “asombro” y admiración provoca).

2º CAMBIO CUALITATIVO: es la adquisición o pérdida de una nueva propiedad cualitativa por parte de un ser como, por ejemplo, un árbol que florece.

3º CAMBIO CUANTITATIVO: es el fenómeno del crecimiento y mengua de los seres, del cambio de tamaño, como por ejemplo el de un roble que crece en altura.

4º MOVIMIENTO LOCAL: es el cambio de lugar, de posición, el que algo pase de estar allí a estar aquí.

Para A., estos cambios son inconmensurables, no se pueden explicar ninguno de ellos en términos de ningún otro (para el pensamiento científico moderno, todos los cambios se reducen, pueden ser explicados, en términos de cambio local; de ahí que la física, la mecánica, se convierta en la ciencia fundamental para explicar el universo, y ya no la metafísica, la ciencia de la sustancia).

 

FACTORES DEL CAMBIO

                                                                                                                           


                                                                                

                                                                    

Los factores  (un factor es algo que es condición necesaria para que otra cosa de pueda dar; por ejemplo, el ser polígono es un factor necesario para que algo pueda ser un triángulo) del movimiento son tres:

1.      Un sustrato (o sujeto) que permanece a lo largo del proceso de cambio (para que algo cambie, tiene que haber un “algo” que no cambie; en caso contrario la realidad se disolvería en un “puro devenir”)

Como cambiar consiste en adquirir (o perder) una nueva propiedad, los otros dos factores del cambio son:

2.      La privación o carencia de una propiedad.

3.      La adquisición de una nueva propiedad.

 

¿Cuál es el sustrato del cambio?

-          En el cambio cualitativo, cuantitativo y local, el sustrato es siempre una sustancia primera (por ejemplo, “este” árbol).

 

-          En el caso del cambio sustancial (por ejemplo, una semilla que se convierte en un árbol), lo que se adquiere es una nueva forma sustancial. El problema en este cambio es que es la sustancia misma lo que va y viene. Sabemos que para que haya cambio tiene que existir un sustrato permanente que no cambie, pero aquí el sujeto del cambio no puede ser la sustancia (ya que es la sustancia misma lo que va y viene, nace y perece).

 

¿Qué es entonces lo que permanece constante en dicho proceso? ¿Cuál es el sustrato de dicho cambio?

La materia

 

¿Cómo la materia puede ejercer esta función de sustrato permanente del cambio de formas sustanciales?

Recordemos que según la teoría hilemórfica, toda sustancia primera está compuesta de una materia y de una forma sustancial. Pues bien, cuando se produce un cambio en la forma sustancial de un ser, la materia es 1º el sustrato constante a todo el proceso del cambio y 2º el sujeto o soporte de las formas que van y vienen. Por ejemplo, cuando una semilla germina y se convierte en una planta (se cambia la forma sustancial semilla por la forma sustancial planta), la materia de la semilla se reestructura y se convierte en la materia de la planta (la materia de una semilla que es potencialmente un árbol, actualiza esa forma y se convierte en la materia de un árbol; las formas semilla/árbol van y vienen, cambian, pero la materia de la semilla y de la planta es una y la misma).

 

LA POTENCIA Y EL ACTO

Aristóteles explicó el cambio también con otro esquema conceptual, el binomio potencia/acto. Para A., el movimiento es “el paso del ser en potencia al ser en acto” (es decir, la realización por parte de una sustancia de una capacidad que tiene para cambiar; la semilla tiene la capacidad (la potencialidad) de germinar, de convertirse de hecho (en acto) en una planta).

Para A., hay dos modos de ser (conforme a la doctrina, “el ser se dice de muchas maneras”; es decir, el término “ser” tiene varios significados):

1.      El ser en potencia

2.      El ser en acto

Por ejemplo, una semilla es en potencia un árbol (y en acto una semilla), mientras que un árbol es en acto un árbol (y en potencia una semilla; tiene la capacidad de producir frutos en cuyo seno se albergan la semilla).

El cambio consiste en el cambio de estado, de modo se ser: el movimiento es pasar del estado “ser en potencia” al estado “ser en acto”. Ejemplo: cuando una semilla germina y se convierte en una planta, se está dando dicho tránsito del ser en potencia al ser en acto. Veamos cómo. Una semilla es en acto, es decir, realmente de hecho, una semilla, pero es, potencialmente, una planta. Cuando la semilla germina, deja de ser en acto una semilla y se convierte en acto en una planta. Una piedra también es en acto una piedra y no una planta, pero, a diferencia de la semilla, tampoco lo es (una planta) potencialmente. Es por eso por lo que una piedra no se convertirá nunca, naturalmente, en una planta.

 

TEORÍA DE LAS CUATRO CAUSAS

En la actualidad, el término “causa” significa principalmente aquello que produce un efecto (por ejemplo, la lluvia es la causa de que me moje). Para A., ese significado es el específico de un tipo de causa que él denominaba “causa eficiente” (eficiente es un adjetivo que significa que algo puede producir, fabricar, un efecto; la lluvia produce la mojadura), mientras que el término “causa” a secas, tenía según él un significado más genérico.

¿Qué es la causa para A.?

Causa es todo aquello que es condición en el “llegar a ser” (en el cambiar) de algo.

Y es que A. no sólo quería comprender el movimiento (en general), sino que quería explicarlo (en concreto; comprender en particular qué es lo que hace que una semilla germine). Lo hará a través de su teoría de las cuatro causas. Para A., las causas son las explicaciones del porqué del cambio (lo chocante para nuestro punto de vista moderno, como acabamos de ver, es que no hay una causa, sino cuatro).

¿Cuáles son esas cuatro causas?

1.      CAUSA MATERIAL: es la materia o sustrato del movimiento (por ejemplo, la arcilla, el barro, con el que un alfarero fabrica una tinaja, una crátera).

2.      CAUSA FORMAL: es la forma que se adquiere en el movimiento (por ejemplo, la forma sustancial “tinaja” que el alfarero imprime en la arcilla.

3.      CAUSA EFICIENTE: es el principio activo del movimiento, el agente que lo produce (el alfarero).

4.      CAUSA FINAL: es el fin del cambio, del movimiento (se fabrica la tinaja para almacenar agua).

 

En el caso de los artefactos (como la tinaja), se pueden diferenciar claramente las cuatro causas. En el caso de los seres vivientes (de los seres naturales, no artificiales), la causa formal, eficiente y final coinciden, pues es siempre la misma: la naturaleza de un ser. Por ejemplo, un árbol que florece y fructifica en primavera y verano:

1.      Causa material del fruto: la materia de la flor.

2.      Causa formal de la flor y del fruto: la naturaleza (la forma sustancial) del árbol.

3.      Causa eficiente: la misma naturaleza del árbol (es esa misma naturaleza la que hace que espontáneamente, “naturalmente”, por sí mismo y no de forma forzada, provocada por un agente exterior, el árbol florezca y fructifique).

4.      Causa final: la naturaleza del árbol (la finalidad de que el árbol florezca y fructifique es que el árbol produzca las semillas de los árboles futuros y así, la naturaleza del árbol pueda perdurar … eternamente).

 

 

 

C)     COSMOLOGÍA ARISTOTÉLICA

En su cosmología, A. es más platónico de lo que podíamos suponer.

¿Por qué?

Porque en su concepción del universo es dualista (existen dos planos de la realidad). A. no habla de la existencia de un mundo sensible y de un mundo de las Ideas, pero para él existen en el cosmos dos planos, dos regiones, dos mundos de perfección ascendente:

1.      la Tierra: el mundo sublunar, el plano físico terrestre.

2.      los cielos: el mundo supralunar, el plano físico celeste.

El cosmos físico no es, por lo tanto, homogéneo, sino heterogéneo.

¿Por qué?

El cosmos está dividido en un plano inferior, el plano terrestre, y otro superior, el plano celeste.

El cosmos es:

-          esférico

-          finito (el cosmos está circunscrito a la esfera de las estrellas  fijas, que es su límite)

-          eterno

-          en el centro del cosmos se ubica la Tierra que es una esfera inmóvil (geocentrismo)

-          está estructurado como una sucesión de esferas homocéntricas

EL MUNDO SUBLUNAR

-          Corresponde a toda la realidad que está por debajo de la esfera lunar (de ahí lo del nombre de mundo sub-lunar).

-          Está organizado en cuatro capas o esferas que corresponden a los cuatro elementos: la capa de tierra, de agua, de aire y, finalmente, de fuego.

-          Todas las sustancias del mundo sublunar están compuestas por los cuatro elementos (por eso se las denomina sustancias mixtas, de mixtura o mezcla).

-          En este mundo es en el que se dan los cuatro cambios: lo más importante es que en él se da el cambio sustancial, es decir, la generación y la corrupción; los movimientos locales son siempre lineales, hacia abajo en el caso de los elementos graves (tierra y agua) y hacia arriba en el caso de los ligeros (aire y fuego).

EL MUNDO SUPRALUNAR

-          De caelo” (acerca de los cielos, en latín) es la obra en la que A. expone su cosmología.

-          El mundo supralunar abarca desde la esfera de la Luna hasta la esfera de las estrellas fijas.

-          Las sustancias de este plano celeste son esferas y astros.

-          Su único movimiento es el local, que además es uniforme y circular, perfecto (en los cielos no hay corrupción ni generación, ni cambios cualitativos ni cuantitativos): los cuerpos celestes se mueven, por lo tanto, en círculos y de un modo regular (sin aceleraciones ni deceleraciones).

-          Como no poseen otro movimiento que el circular y uniforme, los cielos son ingenerables e incorruptibles, eternos, divinos.

-          No están compuestos de los cuatro elementos, sino de un quinto elemento o quintaesencia: el éter.

-          Las esferas están encajadas las unas dentro de las otras. Son ocho esferas (en realidad, son 55), y giran en torno a la Tierra. Hay rozamiento, pero no fricción.

-          Del movimiento de los astros dependen todos los movimientos del mundo sublunar. ¿Por qué? Porque es el movimiento de los cielos el que genera el día y la noche, así como las estaciones.

 

EL PRIMER MOTOR INMÓVIL: DIOS O EL THEOS

Para A., la realidad se reduce al universo físico (al mundo sensible de Platón): para A., en principio, no hay un plano trascendente a la realidad física, pues negaba la existencia del mundo de las Ideas. Sin embargo, A. terminó postulando y defendiendo la existencia de una dimensión metafísica y trascendente de la realidad. ¿Qué es lo que en ella hay? Sólo una cosa, una sustancia, pero la sustancia perfecta: el theos, es decir, dios.

¿Por qué A. terminó postulando dicha entidad suprafísica y trascendente?

Aristóteles postula la existencia del theos (al que denomina “Primer Motor Inmóvil”) por la necesidad de buscar la causa última (la causa final) del movimiento de los cielos. La causa del movimiento es dios, el Primer Motor Inmóvil. Dios es, por lo tanto, el motor del universo, el último motor del universo, la causa última, la causa final del dinamismo universal.

¿Cómo mueve dios el universo?

El theos mueve el mundo no por tracción (como causa eficiente de dicho movimiento), sino por atracción (como objeto del deseo, del amor que el universo siente por dios).

¿Por qué el cosmos entero ama a dios?

Porque siente una inclinación o tendencia, una teleología irresistible, hacia la plenitud y perfección que es dios.

¿Cómo expresa esa tendencia, ese amor, el universo hacia dios?

Con el movimiento circular y uniforme de las esferas celestes: las esferas se mueven así, circular y uniformemente, para imitar la perfección divina (A., al final, es hiperplatónico: hay un plano superior, dios/mundo de las Ideas, al que imita el plano inferior, cosmos/mundo sensible).

En conclusión, para A. el universo funciona teleológicamente, finalisticamente: el cosmos no funciona al azar, ni gobernado por fuerzas ciegas (éste es el punto de vista defendido por el atomismo griego y, también, con matices, por la ciencia moderna), sino que en él se cumple un plan. Ese plan para A. es inmanente al universo (no trascendente como mantenía Platón, quien postulaba la existencia de un demiurgo; para A., la existencia de un plan no implica la existencia de una inteligencia ordenadora trascendente al universo, pues dicho plan es para A. inherente al universo mismo).

¿Qué plan? ¿En qué consiste según A. la teleología universal?

El paso de la potencia al acto: todo lo que existe tiende teleológicamente a actualizar las capacidades, las potencialidades de su naturaleza, de su ser (es por eso por lo que una semilla germina, por lo que la planta y el árbol crece, florece y fructifica, por lo que los animales se aparean y se reproducen, por lo que los hombres viven en polis, dedicándose también a la contemplación del orden universal…). Todos los movimientos de la naturaleza, todo el dinamismo universal, todo el devenir, tiene un sentido: el que cada ser por sí mismo llegue a ser lo que es (alcance el cumplimiento de su naturaleza).

¿Cómo es para A. el theos?

Para A., dios es vida, es actividad, un acto puro, un acto que no supone potencialidad, es decir, “energeia”.

¿Y en qué consiste esa vida, esa actividad divina (pues también hasta una planta vive, pero para una planta vivir significa nutrirse, crecer, reproducirse)?

En pensar, en el pensamiento. Dios es una inteligencia, una inteligencia pura, un pensamiento que para ser puro no puede estar ligado a lo corpóreo (por eso, dios es la única sustancia incorpórea que existe; las inteligencias celestes tienen cuerpo: su cuerpo son las esferas y los astros hechos de éter que mueven).

Si el dios es pensamiento, ¿en qué piensa dios?

Los hombres piensan en las formas sustanciales y accidentales, y también en los primeros principios de la ciencia (como, por ejemplo, el de principio de no contradicción). Dios no puede pensar eso porque pensaría el mundo, y tal cosa es contraria a su dignidad (lo superior no puede rebajarse a pensar lo inferior).

¿En qué piensa entonces?

El theos no piensa en ninguna forma concreta (caballo, planta, roca…), sino que se piensa a sí mismo. Dios es el pensamiento del pensamiento (“noesis noeseos”). Y como dios es una forma pura (dios es la única sustancia sin materia, sin cuerpo, no hilemórfica), dios, al pensarse a sí mismo, no piensa una forma particular, sino piensa en la forma pura, sin más.

 

“DE ANIMA” (ACERCA DEL ALMA): LA BIOLOGÍA ARISTOTELICA

Para A., toda la materia es inerte (carece de por sí de actividad).

¿Qué hace que haya seres vivos?

No la sustancia de un tipo de materia especial, la materia viva, sino la presencia de un principio vital. Ese principio vital que da vida a los cuerpos, a la materia, es el alma.

¿Cómo concibe el alma A.?

A diferencia de Platón, para A. el alma no es una realidad sustancial diferenciada del cuerpo (dualismo platónico: el hombre está compuesto por dos sustancias, el cuerpo y el alma). Para A., el alma no es una sustancia, sino la forma (recordemos la teoría hilemórfica) de un tipo de sustancias: las sustancias vivas, los seres vivos.

Sabemos que, para A., la “naturaleza” (la forma sustancial) es el principio no sólo de las propiedades de un ser, sino de todas las operaciones, actividades y movimientos que son propios de ese ser. El fenómeno de la vida es un conjunto de operaciones específicas que pueden llevar a cabo, por sí mismos, los seres vivos: nutrición, crecimiento, reproducción. Como hay distintos tipos de seres vivos (plantas, animales y seres humanos), también hay tres tipos de almas:

1.      El alma vegetativa (el alma propia de las plantas) que es un principio de nutrición, crecimiento y reproducción.

2.      El alma sensitiva (el alma de los animales), que es un principio de sensación, de locomoción y también de apetición: los animales sienten, se mueven de un lugar a otro por sí mismos y tienen apetitos, es decir, deseos y emociones.

3.      El alma racional (el alma de los hombres, y de las esferas celestes) que es un principio de conocimiento de lo inteligible (las formas) y también, en el caso de los hombres, de voluntad libre.

 

-          Las plantas sólo tienen alma vegetativa.

-          Los animales vegetativa y sensitiva.

-          Los seres humanos, vegetativa, sensitiva y racional.

-          Las esferas celestes, por el contrario, sólo tienen alma racional: y es que los cuerpos celestes también tienen un alma que las mueve y les da vida (y de ahí lo del “organicismo” griego), sólo que las esferas y los astros únicamente tienen alma racional: son las inteligencias celestes, pues las esferas celestes son movidas por inteligencias.

 

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Lo primero que tenemos que saber del alma es que, como es la forma del cuerpo, no puede separarse de éste tras la muerte (tal como defendía Platón). Por lo tanto, A. rechazará, en principio, la inmortalidad del alma.

Hablemos ahora de proceso del conocimiento. El ser humano tiene un alma vegetal gracias a la cual está vivo, y un alma animal que hace posible que los seres humanos tengan capacidad de tener sensaciones, de sentir. Al conocimiento sensitivo, A. lo denominó experiencia, empireia (es doxa, el conocimiento dóxico de Platón). El conocimiento humano requiere necesariamente del conocimiento sensible: frente a lo que defendía Platón, para A. el conocimiento sensible es imprescindible para alcanzar el conocimiento científico, epistémico; no es que para A. e conocimiento sensible consista en el conocimiento sensible, sino que para alcanzar el conocimiento epistémico es necesario como condición previa el conocimiento sensible.

-          Hay cinco sentidos externos: vista, oído…; por medio de ellos, captamos las formas sensibles como los colores, sonidos…; algunas formas sensibles se referirán a formas accidentales, pero otras a características propias de las formas sustanciales como por ejemplo el carácter incoloro, insípido e inodoro del agua.

-          Los sentidos internos. Son cuatro en total:

1.      Sentido común: hay ciertas cualidades sensibles que se pueden captar a la vez por varios sentidos (el número, la figura, el tamaño y el movimiento; las famosas cualidades primarias de la ciencia moderna). El sentido común reconoce que esa cualidad captada por distintos sentidos es una y la misma cualidad. Sin embargo, su función más importante es unir sensaciones, agruparlas para que así podamos percibir objetos (para que pueda ver no sea este color verde o aquella forma redondeada, sino que lo que vea sea una manzana). Al objeto percibido, lo denomina “imagen” (en latin, phantasma; lo denominará fantasma porque es un producto de la fantasía, de la imaginación; en realidad, es un producto más del sentido común).

2.      Memoria/Imaginación: almacenan y reproducen las sensaciones para poder construir luego en nuestra mente imágenes esquemáticas de los objetos, imágenes a las que también se denominará phantasma.

3.      Facultad estimativa: es la capacidad por medio de la cual saben los animales instintivamente lo que les conviene y lo que les es nocivo.

Nos interesa comprender la teoría del conocimiento de A. para poder entender más adelante la concepción moderna del conocimiento, es decir, de Descartes en adelante.

 

TEORÍA DE LA ABSTRACCIÓN

Descartes y con él toda la filosofía moderna (el idealismo), defendió un punto de vista “representacionista” (de “representación” = idea o imagen mental de algo) respecto al fenómeno del conocimiento: la mente conoce la realidad porque fabrica imágenes mentales que son como cuadros o fotografías que copian o reflejan (representan) la realidad.

El punto de vista de los antiguos es diametralmente opuesto al de los modernos. Para A., el conocimiento consiste en la “presencia” misma en el alma de las formas que determinan el ser de las cosas. Por ello, podemos decir que A. defiende una concepción del conocimiento no “represntacionista”, sino “presentacionista”, presentista: el conocimiento no consiste en una imagen mental que como si fuese un cuadro o una fotografía representa las cosas, sino en la “presencia en la mente”, en el alma, de las cosas mismas que queremos conocer (no de la cosa en sí misma, con su materia, sino exclusivamente de la forma de las cosas, sin su materia).

Ejemplo comparativo:

-          Para los filósofos modernos, yo conozco la manzana que tengo delante de mis ojos porque, en primer lugar, mis sentidos fabrican una representación sensible (un cuadro o dibujo, en sentido cuasi literal) de esa manzana. En un segundo momento, la inteligencia se representa la manzana, pero no la manzana individual que estoy viendo ante mí, sino la manzana en abstracto, a través de un concepto, el concepto “manzana”.

-          Para los antiguos, para A., el proceso es muy diferente: en primer lugar, no debemos olvidar que según la teoría hilemórfica la manzana está formada por una materia y una forma, mejor dicho, por una materia y múltiples formas: una única forma sustancial (ser manzana) y múltiples formas accidentales (por ej., color rojo, tamaño grande, sabor dulce, superficie lisa, encima de la mesa…).

Expliquemos cómo se produce el fenómeno del conocimiento. Lo primero que tenemos que saber es que se divide en dos fases: la fase sensible y la fase inteligible.

Comencemos por la fase sensible:

1.      Los cinco sentidos externos se apropian de las formas accidentales del objeto real (color, olor, sabor, etc.). Esta apropiación no consiste en que los sentidos fabriquen una imagen mental de las formas accidentales (tal como defenderán los modernos), sino que las formas accidentales mismas se den en los sentidos. Por ejemplo: si estoy viendo una manzana de color rojo, el color rojo mismo, la forma accidental “ser rojo”, se encuentra presente en mi mismo ojo cuando lo veo). Cuando una forma accidental se da en los sentidos (el color rojo que está en el ojo) y no en la cosa misma (el color rojo que está en la manzana), recibe el nombre de “forma sensible”.

¿Cómo es esto posible?

Para explicar la presencia de las formas en el alma, A. hace la siguiente analogía: los sentidos pueden captar, apropiarse de las formas accidentales de las cosas mismas del mismo modo que la cera puede recibir la forma del sello de un anillo, dejando exclusivamente la forma del sello, sin la materia.

 

2.      La totalidad de las formas sensibles captadas a través de los cinco sentidos son retenidas y almacenadas por la memoria. Pues bien, la imaginación y el sentido común van a agrupar esa totalidad de formas sensibles agregando unas a otras haciendo posible la aparición de un phantasma, de una imagen (no en sentido moderno) del objeto individual que he percibido por los cinco sentidos. Ese phantasma no es una representación construida por la imaginación, sino una mera acumulación o suma de formas sensibles reunidas por la imaginación. En este punto, con la aparición del phantasma, termina la parte del conocimiento sensible de la realidad, la experiencia o empireia. 

 

Pasemos ahora a explicar la fase inteligible, la fase del conocimiento intelectual, el conocimiento de la forma sustancial o inteligible de las cosas (lo que Platón denominaba fase epistémica o noética):

1.      Sobre el fantasma va a actuar el entendimiento agente. El entendimiento agente va a llevar a cabo la operación de la abstracción.

¿Qué es abstraer?

El entendimiento agente va a extraer,  va a sacar o arrancar, la forma sustancial del phantasma (por ej., va a extraer del phantasma de esta manzana la forma sustancial “ser manzana”).

¿Cómo lo hace?

La forma sustancial “ser manzana” se encuentra potencialmente dentro del phantasma. Lo que va a hacer el entendimiento agente es actualizar dicha potencialidad. La actualización de dicha potencialidad es la abstracción. Por medio de la abstracción, el entendimiento agente extrae la forma inteligible (la forma sustancial) que de un modo latente se hallaba en el phantasma.

 

2.      ¿Qué sucede después? El entendimiento agente proyecta, imprime, la forma inteligible abstraída del phantasma en el entendimiento paciente (en el entendimiento posible o en potencia de conocer).

 

3.      Cuando la forma inteligible (la forma inteligible es la misma forma sustancial de las cosas, sólo que cuando se da dicha forma no en las cosas sino en el entendimiento) se imprime en el entendimiento posible, éste es llevado al acto, produciéndose en ese momento el fenómeno de la intelección, es decir, el acto de la comprensión, del conocimiento.

 

 

EN CONCLUSIÓN:

- para los antiguos, para A., el conocimiento es un proceso consistente en la asimilación de las formas (en este proceso tiene especial relevancia la operación de la abstracción, que es un proceso de extracción y de impresión de formas, porque es en él donde se da el salto de lo sensible a lo inteligible).

- por el contario, para los modernos, para la filosofía moderna desde Descartes, el fenómeno del conocimiento es un fenómeno representativo: mi alma (mi mente) conoce no porque asimile formas (lo que las cosas objetiva y realmente son), sino porque fabrica, produce, representaciones. En la filosofía anglosajona del siglo XX, se intentará superar el idealismo cartesiano por medio del giro lingüístico: la mente se representa la realidad a través del lenguaje y por ello todos los problemas filosóficos irresolubles son confusiones lingüísticas (Wittgenstein II), y la única forma de lenguaje enunciativo correcta es el lenguaje científico (tal como defendieron Russell, Wittgenstein I y el Círculo de Viena).

 

La ética

La ética es la reflexión más importante que llevó a cabo el Estagirita acerca de qué es o qué sea el ser humano (antropología) y acerca de cómo debe vivir (ética).

El fin de la vida humana es para A. la felicidad, la eudaimonía, y de ahí que la ética de A. sea una ética eudemonista o una ética de la felicidad (y no una ética de la justicia, como será, por ejemplo, la ética kantiana).

¿En qué consiste o dónde reside la felicidad para el ser humano?

Para la mayoría de las personas, la felicidad reside en las siguientes cuatro cosas (o bienes; bien=cosa valiosa porque procura la felicidad):

-          El placer (los placeres de la carne)

-          El poder (la posibilidad de imponer nuestra voluntad a la de otros)

-          La riqueza (la posesión de bienes económicos).

-          La fama (el prestigio o reconocimiento social).

Para A., éstas son concepciones erróneas, falsas, acerca de la felicidad humana. Entonces, ¿cómo podemos saber dónde reside la verdadera felicidad?

Para A. es fácil responder a esta cuestión. Basta con analizar la naturaleza, la esencia (la forma sustancial) del ser humano para encontrar la clave que nos indique dónde reside la verdadera felicidad.

Como sabemos, para A. la naturaleza de un ser es el principio (la fuente) de las actividades que le son propias. Por lo tanto, ¿cuál es la naturaleza del ser humano?, ¿cuáles son las actividades inherentes a la naturaleza, esencia o condición humana?

La actividad más propia del ser humano es vivir, pero no vivir la vida de una planta o de un animal, sino la vida propia de un ser racional, de un ser dotado de inteligencia. Es por ello que la actividad de la inteligencia es la más natural, la más intrínseca al ser humano, y así la verdadera felicidad del hombre residirá en la actividad de la razón.

La actividad racional, la vida de la inteligencia, es una facultad natural que tiene el ser humano. Esa facultad natural capacita al ser humano para hacer tres cosas principalmente:

1.      La contemplación, la teoría: conocer y comprender la realidad (aprehender las formas sustanciales de las cosas).

2.      La praxis (la acción política y moral):

a)      La acción ética: elegir la conducta más apropiada a las necesidades de la vida.

b)      La acción política: hacer posible la vida en sociedad (la convivencia pacífica y la cooperación social).

Estas tres capacidades naturales que tiene la inteligencia humana, la de pensar, elegir y convivir, pueden y deben ser perfeccionadas, es decir, desarrolladas.

¿Cómo pueden desarrollarse estas facultades?

A través de la adquisición de las virtudes.

¿Qué es la virtud? ¿Qué es una virtud para A.?

Una capacidad que no poseemos de un modo innato (no es una facultad natural, consustancial a nuestra naturaleza; nadie nace sabio, sino que nos hacemos sabios; nadie nace valiente, sino que nos hacemos valientes; nadie nace justo, sino que aprendemos a obrar con justicia), sino que adquirimos a través de un aprendizaje.

¿Cómo adquirimos estas nuevas capacidades que son las virtudes? ¿Cómo las aprendemos?

A través del ejercicio y de la práctica (ejercitando el pensamiento nos hacemos sabios; actuando con justicia nos volvemos justos; diciendo la verdad nos volvemos veraces… y también, diciendo mentiras, nos volvemos mentirosos, etc.).

En conclusión, las virtudes no las tenemos por naturaleza, sino que debemos adquirirlas a través de la práctica.

¿Cuál es la función de las virtudes, su fin?

Perfeccionar y desarrollar, desenvolver hasta alcanzar su plenitud, las facultades naturales de las que estamos dotados, principalmente nuestras facultades racionales de conocer, elegir y vivir civilizadamente en sociedad. Como vemos, también en A. el término virtud (areté) sigue teniendo su significado original griego de “excelencia”.

Veamos ahora qué tipos de virtudes hay. Para A., hay que distinguir entre tres tipos de virtudes vinculadas con las tres funciones de la actividad de la razón (conocer, elegir y convivir):

1.      Las virtudes dianoéticas o virtudes del conocimiento.

2.      Las virtudes éticas o virtudes del carácter (nos ayudan a acertar en nuestras elecciones).

3.      La virtud política: la virtud de la justicia (hacen posible convivir civilizadamente, es decir, vivir en polis).

 

VIRTUDES DIANOÉTICAS

Por un lado están las virtudes dianoéticas, las virtudes que perfeccionan nuestra razón cuando conocemos, cuando contemplamos. Son aquellas que capacitan para la realización de operaciones intelectuales (cognoscitivas) que van más allá del mero conocimiento sensorial animal. Las virtudes dianoéticas son cinco y coinciden con los cinco grados del saber:

-          El arte o tejné (los saberes técnicos o productivos, aquellos que nos enseñan a producir cosas; es el saber del médico que hace posible que sepa cómo producir salud).

-          La prudencia o phrónesis (el saber ético: el saber cómo aplicar un principio moral a las circunstancias del caso).

-          La ciencia o epistheme (A. definirá la ciencia como la comprensión de algo a través de sus causas).

-          La intuición o noús (el conocimiento de los primeros principios).

-          La sabiduría o sophía (el conocimiento del ente divino).

Según A., en el ejercicio del pensamiento, en la búsqueda del conocimiento y la verdad, reside la suprema felicidad para el ser humano. ¿Por qué? Porque un humano piensa es como un dios, no necesita de nada ni de nadie, es autárquico. La felicidad propia de los dioses se caracteriza por su absoluta autarquía: los dioses se bastan a sí mismos y, por eso, la felicidad del theos consiste en ser un pensamiento autopensante, para así ser absolutamente autárquico.

 

VIRTUDES ÉTICAS

Sin embargo, el ser humano no puede aspirar a alcanzar la felicidad de un dios porque la vida de un hombre tiene muchos otros aspectos de los que éste debe ocuparse:

1.      En primer lugar, el ser humano tiene un cuerpo y por ello la felicidad humana requiere de bienes como la salud, la integridad física, o de bienes económicos y sociales, como un patrimonio o la buena fama (veremos cuando expliquemos la política que la búsqueda de estos bienes es lo que empuja al ser humano a asociarse con otros hombres y vivir en sociedad).

 

2.      En segundo lugar, el hombre además tiene que desplegar su acción en el mundo. Por ello, la gran función de la inteligencia humana, además del pensamiento, es la de ayudar al individuo a elegir correctamente cómo debe actuar. Esta es la función no teórica, sino práctica o ética de la inteligencia, la función de elegir la conducta adecuada (acertada).

 

Pues bien, las virtudes éticas son aquellas que ayudarán a la razón a elegir la conducta acertada (a elegir correctamente y así poder cumplir adecuadamente la razón con su función). A. estaba de acuerdo con que la clave de la elección correcta está en el conocimiento, en saber dónde reside el bien para el hombre (este planteamiento procedía de Sócrates, de su concepción intelectualista de la  moral). Sin embargo, para A., a diferencia de Sócrates, no basta con conocer qué es el bien para elegir y realizar el bien (A. utilizaba siempre  como ejemplo al “acrático incontinente”, el bebedor compulsivo que aún sabiendo hasta que punto le daña su vicio, es incapaz de resistirse a él). Es necesario algo más que el ejercicio del pensamiento.

 

¿En qué consiste ese algo más?

En la posesión por parte del individuo de las virtudes éticas que van a permitir o facilitar que éste elija correctamente y, sobre todo, que actúe adecuadamente.

¿Por qué se denominan virtudes “éticas”?

Porque son las virtudes del carácter (del carácter o personalidad moral), y carácter se dice en griego ethos.

¿En qué consisten las virtudes éticas?

En disposiciones emocionales permanentes (a esta estructura emocional permanente la denominamos personalidad o carácter moral) que impulsan al individuo a obrar de modo correcto. A. se dio cuenta de que la principal causa del comportamiento humano son las pasiones (lo que la psicología actual denomina “motivación”). Comprendió también que la energía de las pasiones se puede poner al servicio de la felicidad humana, al servicio de la correcta elección, pero para ello es necesario que las pasiones fuesen reguladas por la razón.

¿En qué consiste dicha regulación?

En que la inteligencia ordene, equilibre, armonice y modere las pasiones. No se trata ni de eliminar las pasiones ni de potenciarlas al máximo (estos dos extremos son perniciosos para el individuo: tanto el exceso pasional como la falta de pasión), sino en encontrar un justo medio, el justo medio pasional: un término medio entre dos extremos que hace posible que la pasión se torne virtud (virtud ética), es decir, que se convierta en el impulso emocional adecuado que empuje al individuo a elegir y a actuar correctamente. Expliquemos seguidamente la doctrina del justo medio.

¿Qué es la virtud moral o ética?

En palabras de A., “el hábito de elegir un justo medio relativo a nosotros tal como quedaría determinado por una regla de la que hiciese uso un hombre prudente”. Expliquemos punto por punto dicha definición:

1.      Hábito: significa “predisposición a actuar de un determinado modo”. Por ejemplo, si alguien tiene la virtud del trabajo, estará siempre predispuesto a trabajar, es decir, la virtud (del trabajo en este caso) le impulsa desde dentro de su ser (de su carácter o personalidad) a, sin esfuerzo, actuar de un determinado modo (ser laborioso).

 

2.      De elegir: la función principal de las virtudes es ayudarnos a elegir bien. Por ejemplo, la virtud de la justicia nos ayuda en la situación concreta que estamos viviendo a actuar con justicia, a elegir el acto justo (un profesor justo no es, según A., aquel que aplica inflexiblemente las normas evaluadoras que son sólo justas en abstracto, sino aquel que ajusta la regla a las particularidades del caso, y así por ejemplo está dispuesto a aprobar a un alumno porque las circunstancias del caso lo justifican).

 

3.      Un justo medio: la virtud se encuentra siempre en un punto medio, un punto de equilibrio entre dos extremos perjudiciales. Esos extremos lo son en ocasiones por defecto y en otras por exceso. Por ejemplo, la virtud de la generosidad es el justo medio entre dos extremos viciosos, uno por defecto como es la tacañería (la falta de generosidad), y otra por exceso como es la prodigalidad (prodigo es aquel que comparte y derrocha sin medida todos sus bienes; recordemos la parábola evangélica del hijo prodigo que dilapida la herencia de su padre en francachelas con sus amigos).

 

4.      Para nosotros: el justo medio es siempre relativo al individuo del caso que esta eligiendo. Para A. no hay fórmulas magistrales aplicables por igual a todos los individuos y mismas situaciones por igual: el saber ético, el saber acerca del bien, no es un saber exacto como los saberes teóricos.

 

5.      Por una regla de la que hiciese uso un hombre prudente: finalmente, ¿quién establece dónde se encuentra el justo medio? Lo hace la razón, la inteligencia humana cuando reflexiona sobre esta cuestión con prudencia. Es decir, es la virtud intelectual (dianoética) de la prudencia la que debe guiar y regular las pasiones. Pero, ¿la prudencia de quién? La prudencia del sabio, del hombre prudente.

 

La política

La teoría política de A. es, sin duda, la parte más fácil de entender de su filosofía. Se puede resumir en cuatro grandes afirmaciones:

1.      El ser humano es social por naturaleza.

2.      La sociabilidad humana no es una sociabilidad gregaria o animal, sino cívica o política.

3.      La sociedad humana no es el reino del nomos, sino de la physis.

4.      La ciudad es anterior y superior al individuo.

 

 

1.      EL SER HUMANO ES UN ANIMAL SOCIAL

La definición más famosa de A. del ser humano es, junto a la de “animal racional”, la de “animal social” o “zoón politikón”. El hombre es social por naturaleza (A. estaba en contra de aquellas escuelas filosóficas como el cinismo que defendían que el estado natural del ser humano es presocial).

¿Por qué el ser humano es social por naturaleza?

Porque es la misma naturaleza del ser humano la que lo empuja a vivir en sociedad.

¿Cuál es la naturaleza del ser humano?

-          En primer lugar, el ser humano no es un dios y, por ello, no es autárquico. Esta carencia empuja al hombre a asociarse con otros hombres y fundar la sociedad con miras a la satisfacción de las necesidades de la vida (vivimos en sociedad para sobrevivir).

-          El segundo motivo por el que nuestra naturaleza nos empuja a vivir en sociedad es que somos seres racionales.

¿Qué implica ser racional?

La naturaleza nos ha dotado de lenguaje (de logos) y de una inteligencia con sentido de la justicia. Pues bien, como según A., la naturaleza no hace nada en vano, si la naturaleza nos ha hecho seres lingüísticos es porque quiere que vivamos en sociedad. Sólo dentro de la sociedad es posible la comunicación lingüística. Pero lo más importante aquí es el estar dotado de una inteligencia con capacidad para entender qué es lo justo.

 

2.      EL SER HUMANO NO ES UN ANIMAL GREGARIO

Decíamos en el apartado anterior que el ser humano tenía sentido de la justicia.

¿De qué le sirve esta capacidad?

Hace posible que el ser humano viva en una sociedad regida no por el instinto (como ocurre en las sociedades animales gregarias; gregario viene de “grey” que significa rebaño) ni por la fuerza o la violencia (como sucede en una sociedad de piratas o en cualquier forma aberrante o contranatura de sociedad humana, como por ejemplo acontece en imperios como el persa), sino por la capacidad del ser humano de cooperar pacíficamente haciendo uso de su sentido de la justicia.

Y es que para A., la gran diferencia que existe entre la sociabilidad gregaria animal y la sociabilidad cívica o política característica del ser humano es que esta última no es resultado del instinto, sino el más extraordinario producto de la razón humana.

 

3.      LA SOCIEDAD ES UN ORGANISMO NATURAL

La sociedad no es el resultado de una convención artificial como defendían los sofistas (no es el reino del nomos), sino que la sociedad humana es la máxima expresión de la naturaleza racional del ser humano. El ser humano lleva impreso en su naturaleza su sociabilidad y, por ello, la sociedad es un producto de la naturaleza: un organismo natural más (es decir, una realidad que se ajusta a la naturaleza del ser humano).

Existen tres tipos de sociedades naturales:

a.       La familia: una familia es una sociedad humana formada por un grupo de personas cuya unión se basa en lazos de sangre. La finalidad (el telos) u objetivo de la sociedad familiar es la asistencia mutua y la reproducción.

b.      La aldea: esta sociedad es el resultado de la unión de varias familias que se unen para socorrerse mutuamente. Las sociedades simples, sociedades de agricultores y pastores, como eran aún todas las sociedades humanas en el neolítico, serían sociedades de este tipo.

c.       La polis: ésta es la forma más perfecta de sociedad humana. La polis es la sociedad civilizada, la que más se ajusta a la naturaleza humana porque es en ella y sólo en ella donde el ser humano puede, como ciudadano, alcanzar el pleno despliegue de su naturaleza racional.

Todas los restantes tipos de sociedades son antinaturales, aberrantes (aberrante significa en griego desviado), contranatura. El ejemplo máximo de ello es un gran imperio como el persa.

 

 

4.      LA ANTERIORIDAD DE LA CIUDAD CON RESPECTO AL INDIVIDUO

El bien del individuo se tiene que subordinar al bien de la comunidad, al bien común, porque la ciudad (el todo) es anterior y superior al individuo (la parte). Esta anterioridad y superioridad es efecto de que sólo la ciudad y no el individuo es autárquico. Esta autarquía de la ciudad no es solamente económica, sino fundamentalmente ética. Sólo dentro de la ciudad y gracias a ella puede desenvolver el individuo su humanidad, sus capacidades racionales.

¿Cómo la ciudad posibilita tal cosa?

Porque sólo en la ciudad, o por mor de la ciudad, el individuo puede convertirse en ciudadano y vivir como tal.

 

LA CONCEPCIÓN ARISTOTÉLICA DE LA JUSTICIA

Hablemos ahora del concepto de justicia.

-          JUSTICIA LEGAL

Desde una perspectiva política (justicia política), la justicia es para A. fundamentalmente la justicia legal, la justicia de las leyes y de las instituciones de gobierno de la ciudad: las leyes son justas porque manifiestan y expresan el bien común de la ciudad entera. La justicia legal regula la relación (los deberes) de cada individuo con su comunidad.

La virtud de la justicia consistiría en que el ciudadano tuviese el hábito de cumplir de buena gana, y no forzadamente, las leyes de la ciudad, así como de asumir como propios sus deberes cívicos, sus obligaciones  para con sus conciudadanos.

Además de la justicia legal, existen otras dos formas de justicia:

-          JUSTICIA CONMUTATIVA

La justicia conmutativa es aquella que regula la relación de un individuo para con otro individuo y, por lo tanto, regula los intercambios económicos (“conmutare” significa en latín intercambio). También determina cuál es el castigo justo a la infracción de las leyes (justicia retributiva). Se basa en un criterio de igualdad aritmético: se debe dar (o castigar) en la misma cantidad en la que se recibe (o se ha dañado).

Una persona tiene la virtud de la justicia, desde la perspectiva de la justicia conmutativa, cuando da al otro lo que le debe.

 

-          JUSTICIA DISTRIBUTIVA

La justicia distributiva es la que regula la relación de la comunidad con cada uno de sus miembros pues es la que regula cómo y en qué medida se reparten en el seno de la polis los siguientes bienes comunitarios: los cargos públicos (las magistraturas), los honores y los beneficios. Aquí la regla de justicia es una forma de igualdad, pero no aritmética sino geométrica (proporcional): se debe dar a cada cual no por igual sino en proporción a su mérito.

 

 LOS REGÍMENES POLÍTICOS

Finalmente, A. llevó a cabo una clasificación de los regímenes políticos atendiendo a un criterio cuantitativo y a otro cualitativo:

-          CRITERIO CUANTITATIVO: hay tres tipos de regímenes políticos dependiendo de cuantos gobiernen (uno, unos pocos o la mayoría).

-          CRITERIO CUALITATIVO: hay dos tipos de regímenes políticos dependiendo de si están orientados o no a la consecución del bien común (y dependiendo también de si el gobernante es imparcial, es decir, justo). Por ello, los regímenes pueden ser correctos, orientados al bien común y con gobernantes imparciales o incorrectos (lo contrario).

 

A través de la aplicación de estos dos criterios, se pueden dar los siguientes regímenes políticos:

GOBIERNAN                                                                                               CORRECTOS                                                             INCORRECTOS

Uno                                                    Monarquía                                          Tiranía

Unos pocos                                        Aristocracia                                        Oligarquía

La mayoría                                         República                                           Democracia

  

EL HELENISMO

El hecho fundamental es que llega a su fin la era clásica, la forma de organización política que conocemos con el nombre de polis en la que una casta de hombres libres, los ciudadanos, gobiernan. Su lugar es ocupado por los reinos helenísticos, gobernados por un déspota (los reinos helenísticos surgieron tras la división del enorme imperio de Alejandro Magno llevada a cabo por sus generales o diádocos, y sus sucesores o epígonos). Los reinos helenísticos más importantes fueron:

-          El Imperio seléucida (Siria+Mesopotamia; capital: Antioquía).

-          El Egipto de los ptolomeos (o lágidas).

-          Pérgamo (gobernada por los atálidas).

-          El reino de Macedonia (Grecia continental) gobernada por los antigónidas.

Surgiría así una nueva civilización (la civilización helenística o helenismo) en la que se produce un mestizaje de lo griego y lo oriental (lo persa, mesopotámico y egipcio). Los reinos helenísticos prevalecieron a lo largo de los siglos III, II y I a.C., hasta que fueron absorbidos finalmente por Roma e integrados en su imperio.

En el ámbito del pensamiento lo más relevante es:

1.      El avance extraordinario del pensamiento científico: la ciencia helenística.

2.      El surgimiento de nuevas escuelas filosóficas: las escuelas filosóficas helenísticas (estoicismo, epicureísmo…). Son escuelas más que de pensamiento especulativo, metafísico, escuelas morales: están más interesadas en la búsqueda de la felicidad que en el conocimiento del mundo.

CIENCIA ANTIGUA - CIENCIA HELENÍSTICA

La ciencia helenística es el periodo más extraordinario de la ciencia antigua (hay otros periodos: ciencia en la era clásica y ciencia en el periodo romano; no confundir la ciencia antigua con la ciencia moderna). Aunque los científicos de la Antigüedad hicieron distintos descubrimientos, no fueron capaces de inventar lo más importante: el método científico moderno.

En el periodo helenístico es el pensamiento metafísico el que llega a su fin. Ya no se van a crear grandes sistemas metafísicos ni se van a llevar a cabo grandes reflexiones metafísicas sobre la naturaleza como las de Platón o Aristóteles. Sin embargo, se produce un avance extraordinario en el pensamiento científico. El centro de la ciencia helenística fue Alejandría: el rey helenístico-faraón Ptolomeo II fundó el Museo (el templo de las musas), primer centro de investigación científica de toda la historia de la humanidad: tenía laboratorios, jardín botánico, zoológico, un observatorio astronómico y una gran biblioteca, la Biblioteca de Alejandría.

Los principales científicos del helenismo fueron los siguientes:

MATEMÁTICAS:

-          Euclides escribe los “Elementos de geometría”, el libro científico más importante de la historia. ¿Por qué? Porque logra el cumplimiento del ideal del saber científico: la axiomatización de dicho saber.

-          Apolonio de Pérgamo estudia las secciones cónicas.

-          Diofanto comienza el estudio de las ecuaciones.

MECÁNICA:

-          Arquímedes: primer científico que aplica la matemática para resolver problemas mecánicos, es el padre de la hidroestática.

GEOGRAFÍA:

-          Eratóstenes: demostró geométricamente la esfericidad de la Tierra y calculó su diámetro.

ASTRONOMÍA:

-          Si Eudoxo fue el gran astrónomo del periodo clásico (es el padre de la concepción del universo como una sucesión de esferas celestes con la Tierra en el centro del sistema, Hiparco fue el más célebre astrónomo helenístico: elaboró un complejo sistema de esferas (llamados epiciclos y deferentes) que daba cuenta mejor que el sistema de Eudoxo o de Aristóteles de las posiciones de los astros. Este sistema fue perfeccionado, pero ya en el periodo romano, por Ptolomeo.

-          Aristarco de Samos plantea un modelo astronómico de carácter heliocéntrico (y no geocéntrico, es decir, con el Sol ocupando el centro del universo). También calculó la distancia y tamaño del Sol.

-           

LAS ESCUELAS FILOSÓFICAS HELENÍSTICAS

Si para las escuelas filosóficas del periodo clásico, el platonismo y el aristotelismo, las principales cuestiones de reflexión eran de carácter metafísico (¿qué es la realidad?, ¿qué es lo máximamente real?, ¿qué es el ser?), para las escuelas helenísticas la reflexión se centra en la ética (pero no, tampoco, en la política).

¿Por qué?

El periodo helenístico se caracterizó porque en él desaparecieron las polis y, por lo tanto, los individuos perdieron su condición de ciudadanos. Fue además un periodo de crisis e inestabilidad, de continuas guerras entre distintos imperios, conjuras palaciegas, etc., que tuvieron como consecuencia que el individuo se viese obligado a replegarse sobre sí mismo. El individuo ya no proyectará su vida sobre la polis y, además, se verá obligado a protegerse de un contexto político hostil (todo rey helenístico era dueño y señor de la vida de sus súbditos y, por lo tanto, el destino final de los individuos estaba en manos del déspota de turno). Pues bien, en esa situación, las escuelas filosóficas helenísticas van a considerar:

1.      Que el individuo sólo debe preocuparse de su felicidad personal.

2.      Que dicha felicidad se encuentra en su vida privada o intimidad, en su interioridad y no en la ciudad.

3.      Que dicha felicidad se cifra fundamentalmente en la impasibilidad, en la ausencia de perturbación, en la ataraxia.

4.      El individuo se sentirá, además, ciudadano del mundo, no ciudadano de unas polis que ya no existen. Los filósofos helenistas fueron los primeros en la historia en alumbrar la idea de la existencia de la humanidad (de la comunidad formada por todos los seres humanos). Por ello defendieron que todos los seres humanos son iguales y que forman parte de una misma y última comunidad o polis universal: la humanidad (a la que ellos llamaron “cosmópolis”).

Hablemos ahora, brevemente, de las tres principales escuelas filosóficas helenísticas:

-          ESCEPTICISMO

Escuela fundada por Pirrón de Elis (un soldado de Alejandro). La ataraxia se consigue mediante la negación de la posibilidad de alcanzar ninguna clase de conocimiento.

-          EPICUREÍSMO

Escuela fundada por Epicuro. Recibe también el sobrenombre de Escuela del Jardín porque la sede de dicha escuela se encontraba en la misma casa de Epicuro (en ella había un jardín en el que se reunía Epicuro con sus discípulos y donde debatía con ellos).

Para el epicureísmo, la felicidad consiste en el placer (por eso el epicureísmo mantiene una concepción ética hedonista ya que identifica la felicidad con el placer). Sin embargo, el placer no se identifica con ningún goce positivo (el placer en movimiento o cinestésico; como por ejemplo el orgasmo sexual, o la satisfacción de saber que uno ha ganado mucho dinero), sino con la ausencia de dolor. Entiende esta ausencia de dolor como ataraxia.

En conclusión, frente a la caricatura que nos presenta a Epicuro (al “cerdo Epicuro”) como compendio de un hedonismo que identifica la felicidad con la satisfacción de los bajos instintos (sexo, alcohol, orgías, etc.), para Epicuro la felicidad consiste en la sabiduría que nos permite disfrutar de las pequeñas cosas verdaderamente valiosas de la vida (por ejemplo, departir a la sombra de un árbol con los amigos).

-          ESTOICISMO

Escuela fundada por Zenón de Citio (no confundir este Zenón con Zenón de Elea, discípulo de Parménides y famoso por sus paradojas acerca del movimiento y el infinito). Zenón se reunía con sus discípulos bajo un pórtico (Stoa), y de ahí el nombre de la escuela: la Stoa o Escuela del Pórtico.

El estoicismo fue la escuela filosófica de mayor prestigio y éxito tanto en el periodo helenístico como en el romano (cuando los romanos conquisten Grecia y se helenicen, el estoicismo será la ideología que un mayor número de romanos profesará; fueron estoicos, generales romanos como los escipiones, consejeros de emperadores como Séneca, e incluso, un emperador mismo como Marco Aurelio).

Para el estoicismo, la felicidad reside también en la imperturbabilidad, en el total autodominio de las pasiones que hace posible que el individuo se sienta siempre libre (incluso en las más adversas circunstancias). Para los estoicos, había que vivir conforme a la ley de la naturaleza. Quien vive conforme a dicha ley, vive bien y logra la verdadera felicidad.

Finalmente, para el estoicismo el cosmos está regido por una inteligencia, por un espíritu (pneuma), un logos cósmico que da vida, rige y regula todo lo que acontece en el universo (es una nueva versión del “anima mundi” del que ya hablamos en Platón).

 

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