El
giro antropológico del pensamiento griego: la sofística y Sócrates
La
formación de la polis griega
La polis griega, el modelo de organización sociopolítico
que conocemos con el sobrenombre de polis griegas, es la mayor contribución de
Grecia a la historia de la civilización (el término polis significa ciudad, pero no se refiere a una aglomeración
urbana, sino a un modelo de organización sociopolítico; por ello, deberíamos
denominarla “república”, Ciudad-Estado).
¿Qué es una polis?
Una comunidad de ciudadanos (los estados modernos, las
repúblicas de hoy en día, por efecto de su gran tamaño, no son comunidades
de ciudadanos sino sociedades de ciudadanos):
·
Sociedad: mero agregado de individuos asociados por
vínculos externos de carácter legal.
·
Comunidad: grupo de individuos unidos por estrechos lazos
(políticos, religiosos, culturales, sentimentales) que hace que se sientan
miembros de un mismo cuerpo, de un mismo cuerpo social que se experimenta como
si se tratase de un cuerpo vivo. El individuo se identifica tanto con su
comunidad que no puede concebirse a sí mismo como un átomo aislado, fuera de la
comunidad y contrapuesto a ella.
-
COMUNIDAD - Las polis griegas eran comunidades porque sus
miembros se sentían unidos por lazos de vida y muerte, compartiendo un mismo
destino. Las consecuencias de que la polis sea una comunidad son las
siguientes:
·
El bien de la comunidad (el bien común) está por encima
del bien individual.
·
Dentro de la comunidad no puede haber intereses
particulares.
·
Todos los miembros de la polis tienen que vivir de un
mismo modo, compartir una misma forma de vida, un mismo ethos (tener las mismas costumbres, creencias religiosas, etc.).
-
DE CIUDADANOS
¿Qué es la
ciudadanía?
La
consideración de que todos los miembros de la comunidad son iguales,
políticamente iguales (se decide poner entre paréntesis, sin eliminarse, las
desigualdades económicas y sociales, y sobreponer a ellas la igualdad política
de la ciudadanía).
¿Qué implica
la ciudadanía?
Implica dos
cosas:
·
Isonomía: todos somos iguales ante la ley (mismos
derechos y deberes).
·
Isegoría y parresía: todos los ciudadanos están llamados
a participar en el autogobierno de la ciudad. ¿Cuáles son los canales o vías de
participación?
-
El desempeño de las magistraturas (se sorteaban y se
rotaban; las más importantes, como la del “estrategos”,
se elegían por votación en la Asamblea de ciudadanos).
-
La participación en los tribunales populares de justicia.
-
La participación directa en la Asamblea de ciudadanos: allí
es donde se llevan a cabo las deliberaciones y donde se decidirá entre todos
cuál es el bien común de la polis (al derecho del ciudadano a intervenir en la
Asamblea con libertad de palabra se la denominaba isegoría, y a que pudiese hacerlo con total franqueza, es decir,
sin censura de ningún tipo, lo denominaron parresía).
CONCLUSIÓN: ¿Qué es lo que hace tan importantes a las
polis griegas?
Los griegos descubrieron:
1º que sólo los hombres que viven en repúblicas (en
polis) son libres y
2º que la libertad política (la ciudadanía, el derecho a
la participación en el gobierno de la ciudad) es la libertad humana suprema.
Y es que el más bello ideal legado por Grecia a la
posteridad fue éste: la idea de que es posible vivir en una comunidad política
en la que ciudadanos iguales ante la ley hacen uso de su razón para determinar
en qué consiste el bien común.
LA
SOFÍSTICA
Fue el movimiento cultural característico del s. V a.C.
También es conocido con el sobrenombre de “Ilustración sofística” (por su
parecido con el movimiento ilustrado del s. XVIII).
Los sofistas eran profesores, maestros ambulantes que
iban de una polis a otra enseñando a hablar persuasivamente (retórica) y a
argumentar correctamente (dialéctica y erística) a todos aquellos jóvenes que
podían pagarles (cobraban por su magisterio) y que querían triunfar en la vida
pública, en la política. ¿Cómo? Convirtiéndose en líderes en la Asamblea. Por
eso se dice que los sofistas eran “maestros de virtud”: el término “virtud”
aquí no tiene connotaciones morales, sino que se refiere a aquellas habilidades
y destrezas que tenían que tener aquellos que querían no sólo participar en
política, sino alcanzar el éxito (es decir, convertirse en líderes de los
ciudadanos).
¿Qué “virtudes” enseñaban los sofistas?
·
Retórica: hablar persuasivamente
·
Dialéctica: arte de dialogar
·
Erística: arte de disputar, discutir y triunfar en las
disputas
¿Cuál es el contenido de la enseñanza de los sofistas?
1º GIRO ANTROPOLÓGICO DEL PENSAMIENTO GRIEGO
Con los sofistas, se produce lo que se denomina “el giro
antropológico del pensamiento griego”: si los filósofos presocráticos
especulaban sobre el cosmos y la physis, los sofistas reflexionarán
sobre la vida en la polis, sobre la vida en sociedad (y por extensión, sobre el
ser humano en general).
2º PHYSIS/NOMOS
Los sofistas contrapusieron la physis al nomos,
estableciendo una distinción entre:
·
el campo de la physis (ámbito de la naturaleza, de
todo aquello que es como es independientemente de la voluntad humana; por ej.,
la caída de una piedra o la tendencia de los animales y los hombres de buscar
el placer y huir del dolor) y
·
el campo del nomos (aquello que existe por
convención, que es obra humana artificial; todo aquello que no es obra de la
naturaleza sino de la cultura y cuya manifestación más sobresaliente para los
griegos eran las leyes, las normas, las costumbres y las instituciones de la
polis).
Si para los presocráticos, todo era physis, para
los sofistas hay que distinguir entre lo que es por physis y lo que es
por nomos. Ej.: las vacas sagradas de la India son por physis
vacas, y por nomos sagradas; los Pirineos son por physis una
cordillera de montañas, y por nomos la frontera entre Francia y España;
la búsqueda del placer y la evitación del dolor es una comportamiento natural
del ser humano, mientras que el arrojo y la valentía del ciudadano en el campo
de batalla es fruto del nomos, de la convención, de la arraigada
creencia y costumbre de que no hay mayor honor y gloria que morir por la patria
en el campo de batalla (“dulce et decorum
est pro patria mori”).
Para los sofistas, el nomos (las leyes y
costumbres sociales) es fruto de un acuerdo, de un pacto entre los hombres. Por
ello, las leyes son convencionales, el resultado de una convención (y no
sagradas, mandatos divinos, como se creía en aquel entonces). Las leyes por nomos
se contraponen a las leyes por physis, las leyes y normas ajenas a todo
acuerdo y convención (los dictámenes de la naturaleza o instintos: la búsqueda
del placer, el dominio del más fuerte).
EN CONCLUSIÓN:
Si para los presocráticos la physis era la
realidad primigenia de la que se generan y a la que vuelven, cíclicamente,
todas las cosas que existen en el universo, para los sofistas, physis se
contrapone a nomos:
1º la physis se
refiere, en general, al universo físico, a todo aquello que es natural
y no artificial, que existe necesariamente ahí en el mundo y que no es el
resultado del trabajo u obrar humano (de todo aquello que, por el
contrario, forma parte del nomos, del universo humano, de todo lo que
es cultura).
2º Physis se refiere también, en
particular, a aquellas leyes y normas que rigen la vida
humana, como por ejemplo la búsqueda del placer, el dominio del más
fuerte, que son ajenas a todo acuerdo o
convención y que no se pueden cambiar, ya que
pertenecen al orden necesario de la naturaleza
pues tienen su
origen en la propia naturaleza humana. A estas
leyes o dictámenes de la naturaleza, hoy en día, no del todo correctamente, los
denominamos "instintos": de ahí que se hable de una persona dominada
por su instinto de poder, de dominar a los demás (esta es la physis de
la que hablaba Calicles, la physis como el derecho del más fuerte), o
por el instinto de placer, de supervivencia, etc.
Estas leyes
por physis se contraponen a las leyes por nomos, a las leyes
y normas convencionales. ¿Qué leyes son por nomos?
- todas aquellas leyes establecidas por acuerdo o
decisión humana y que expresan "el parecer de la colectividad", es
decir, el interés colectivo.
- todas aquellas leyes que, al no ser
naturales, podrían ser siempre de otro modo. ¿Cuál es la razón por la que
podrían ser cambiadas y sustituidas por otras? El que tal cosa se estimase
conveniente y beneficioso para aquellos que crean dichas leyes convencionales y
a ellas se someten (este "aquellos" se refiere a todos los ciudadanos
de una polis, de una comunidad humana organizada políticamente, una comunidad
de hombres que viven civilizadamente porque lo hacen bajo leyes que ellos
mismos han creado por la utilidad y beneficio que tales normas les reportan).
3º PAIDEIA O EDUCACIÓN
Los sofistas defendían que la virtud es enseñable, y que,
por lo tanto, no es sólo patrimonio exclusivo de los nobles.
Recordemos que la virtud o areté era el conjunto de destrezas y habilidades que debía poseer
el buen ciudadano (había que ser un
buen ciudadano, un ciudadano bien formado políticamente porque todos los
ciudadanos estaban llamados a participar activamente en el autogobierno de la
ciudad), sobre todo aquellos que aspiraban al ejercicio del liderazgo político. Y
es que tenemos que comprender que, para los griegos, poseer virtud no es tener
“bondad” (esté es el concepto judeo-cristiano de virtud), sino el conjunto de
cualidades que era indispensable que tuviese el buen ciudadano, el ciudadano
que interviene en política.
Por lo tanto, a diferencia de lo que se creía en la
Grecia de la Era Arcaica, no sólo los aristócratas de cuna poseen determinadas
virtudes imprescindibles para la vida pública (prudencia, justicia, valor y
coraje guerrero; retórica, erística…), sino que cualquier ciudadano las podía
adquirir a través de una adecuada paideia
o educación. Los sofistas eran quienes, a cambio de un estipendio, impartían
esa educación.
4º RELATIVISMO EPISTEMOLÓGICO/MORAL
Abandono de la búsqueda de la verdad, tanto en el ámbito
del conocimiento (relativismo epistemológico), como en el ámbito de la moral y
de las leyes (relativismo moral).
·
Relativismo epistemológico: no existe una verdad objetiva
acerca de las cosas y, por lo tanto, no hay una verdad común (universal) a
todos los hombres. Cada individuo tendrá su propia visión de las cosas (la
verdad no es ya objetiva, sino subjetiva) y de ahí la importancia que tendrá
para los sofistas la retórica y la erística: de lo que se trata no es de
alcanzar la verdad, sino de convencer a otro hombre de tu visión de las cosas.
·
Relativismo moral: tampoco hay ningún fundamento objetivo
que determine qué leyes o costumbres son mejores que otras (no habría
posibilidad de decidir, por ejemplo, que costumbre es mejor: si la de enterrar
a los padres como hacemos nosotros, quemarlos en una pira como hacían los
griegos, o devorarlos en un ritual caníbal necrófilo como hacían los escitas).
El relativismo moral es una consecuencia ineludible del descubrimiento del
carácter convencional del nomos.
¿Quiénes fueron los sofistas más sobresalientes?
Hay dos generaciones de sofistas:
1)
De la primera generación: Protágoras y Gorgias (vivieron
en los tiempos de Pericles).
·
PROTÁGORAS: natural de Abdera, la patria de Demócrito,
formó parte del círculo de Pericles, y sufrió un proceso por impiedad por
efecto del cual fue expulsado de la ciudad.
Creador de la “doctrina del hombre-medida” (es,
por lo tanto, el padre del relativismo epistemológico), fue él, el que dijo, “el hombre es la medida de todas las cosas,
de las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son”
(es la primera y más famosa formulación del relativismo epistemológico: las
cosas no son en sí mismas ni frías ni calientes, ni dulces o amargas, sino que
son lo que son dependiendo de cómo son para mí, no de cómo sean en sí).
Respecto al nomos, defendió que, aunque las leyes de la
ciudad sean convencionales, se justifican o legitiman por su utilidad para los
hombres (ya que hacen posible la paz y la cooperación social).
·
GORGIAS: natural de Sicilia, fue considerado por los
griegos como el padre de la retórica, como el defensor del poder de la palabra.
Su doctrina se resume en tres tesis:
1º TESIS: Nada es
2º TESIS: Si algo fuese, sería incognoscible
3º TESIS: Si fuera cognoscible, sería incomunicable
2)
De la segunda generación: Hipias, Trasímaco, Pródico y
Calicles.
De ellos
tenemos que saber dos cosas:
I.
Radicalizaron el relativismo epistemológico de
Protágoras, llevándolo hasta el escepticismo: el conocimiento es imposible (no
hay ninguna verdad, ni verdades relativas).
II.
Radicalizaron también el relativismo moral y defendieron
el nihilismo o cinismo moral: no existen los valores morales (ni los relativos
y convencionales, los propios de una comunidad humana y que son resultado de un
pacto al que llegan sus integrantes y que están justificados por su utilidad,
tal como defendía la sofística de la primera generación) y por ello al
individuo todo le está permitido (ergo, a los más fuertes, todo les debe ser
consentido)
SÓCRATES
Nace en Atenas
en el año 470 a.C. Muere a los 71 años, en el año 399, ejecutado por la
democracia ateniense. No interviene en política (no asistía a la Asamblea), no
escribe nada. Practica una enseñanza directa por medio del diálogo. Parece un
sofista pero, a diferencia de éstos, no cobra por sus enseñanzas. Sólo le
interesa la reflexión filosófica sobre cuestiones morales y políticas
(reflexionó en su juventud sobre el cosmos, siendo seguidor de Anaxágoras, pero
abandonó estas reflexiones en la edad adulta por considerarlas fútiles; este
Sócrates cosmólogo fue ácidamente retratado por el comediógrafo Aristófanes en
su comedia “Las nubes”). Se le considera, por ello, el inventor de la moralidad
en Occidente. Condenado a muerte por impiedad, se negó a huir por respeto a las
leyes de la polis (había dedicado toda su vida a enseñar ese respeto a la ley).
PUNTO DE PARTIDA: para Sócrates, la causa de la crisis de
Atenas (la pérdida de la Guerra del Peloponeso, la Tiranía de los Treinta, la
corrupción de los demagogos) es que ya no hay buenos ciudadanos, ciudadanos que
cumplan y respeten las leyes de la polis, que asuman como propio el bien de la
ciudad y cumplan por ello con sus deberes cívicos.
¿Quién es el principal responsable, a juicio de Sócrates,
de todo ello?
Los sofistas. ¿Por qué? La sofística ha inoculado el
veneno del relativismo moral, una doctrina disolvente que terminará
justificando como natural el que los individuos antepongan sus intereses
privados al bien de la polis y al cumplimiento de las leyes.
Por ello, la filosofía de Sócrates tiene como punto de
partida la crítica del relativismo sofístico.
CRÍTICA DEL RELATIVISMO SOFÍSTICO
Sócrates muestra que la postura relativista de los
sofistas respecto a los conceptos morales conduce a una paradoja.
¿Qué paradoja?
1.
Los sofistas defendían que cada individuo entiende una
cosa distinta por:
-
el bien (aquello que nos hace felices),
-
lo justo (las leyes que hacen posible la convivencia
civilizada),
-
lo preceptivo (los deberes del ciudadano respecto de su
comunidad),
-
lo valioso (lo que es digno de aprecio), o
-
la virtud (en qué dónde reside la excelencia del ser
humano).
2.
Si lo antedicho es cierto, la comunicación entre los
humanos es imposible y la posibilidad de entenderse nula.
3.
Sin embargo, y hete aquí la paradoja, hay hechos que
contradicen lo establecido en el punto anterior:
-
En la asamblea de una polis, se decide cuál es el deber
de los ciudadanos.
-
En los tribunales de justicia, se acuerda si un acusado
quebrantó las leyes (la justicia).
-
Un grupo de amigos es tal porque comparten un concepto de
bondad.
-
Una polis es una comunidad y no un mero agregado de
individuos porque sus miembros comparten un concepto de lo que es valioso para
todos sus integrantes.
Por todo ello, Sócrates concluye: si estos hechos se
producen, entonces los conceptos morales no pueden ser relativos (tal como mantenían
los sofistas), pues los individuos demuestran en distintos contextos que logran
entenderse con significados más o menos comunes. Los equívocos, las
ambigüedades y las opiniones dispares nacen del hecho de que no han sido bien
definidos. La misión de Sócrates, la misión del filósofo consistirá en intentar
definirlos.
EL MÉTODO DIALÉCTICO SOCRÁTICO
¿Cómo se puede lograr definir los conceptos morales?
Para Sócrates, la tarea principal del filósofo es definir
correctamente los conceptos morales y, gracias a ello, acceder al saber moral
(un saber que, como veremos más adelante, es imprescindible para alcanzar la
virtud, para que el ciudadano pueda actuar con rectitud y cumplir las leyes)
Para lograr definir los conceptos morales, Sócrates
propone un método.
¿Qué método?
El método dialéctico, es decir, la reflexión filosófica
llevada a cabo a través del diálogo.
El método dialéctico de Sócrates se despliega en tres
momentos: ironía, mayéutica y definición.
I.
LA IRONÍA SOCRÁTICA
El punto de partida del método socrático es la ironía.
¿En qué consiste
la ironía?
Sócrates pregunta a su interlocutor acerca de qué es la
virtud, la belleza, la justicia, la piedad… y finge ignorancia, un no
saber la respuesta (ese fingimiento de ignorancia es la ironía). A través de
sus preguntas, muestra que el ignorante es su interlocutor (normalmente un
sofista).
II.
LA MAYÉUTICA
La mayéutica es la obstetricia, el arte de las comadronas
de ayudar a dar a luz (la madre de Sócrates era partera).
Una vez reconocida la ignorancia por parte de su
interlocutor, Sócrates intenta conducirlo hacia la verdad. Sócrates no enseña
la verdad (como hacían los sofistas con sus discursos), porque afirma no
tenerla (“sólo sé que no sé nada”,
afirmaba), sino que por medio de su hábil interrogar ayuda a su interlocutor a
dar a luz la verdad que reside dentro de él (dar a luz ideas, y de ahí lo de
mayéutica).
En conclusión, Sócrates ayuda a aquellos con quienes
dialoga a encontrar la verdad por sí mismos, esto es, a pensar autónomamente,
críticamente.
III.
LA DEFINICIÓN
La verdad para Sócrates consiste en la definición
universal:
- una definición que sea válida para todos los casos (que
sea una significación objetiva),
- y que sea válida para todas las personas que hacen uso
de ese término (que sea una significación común).
Ejemplo: “lo justo
es cumplir las leyes de la polis”
Sócrates busca la definición universal de lo que es la
virtud, la belleza, la justicia, la piedad… Sin embargo, esta tarea queda
siempre inacabada al no poder alcanzar nunca Sócrates y sus interlocutores una
definición definitiva de los conceptos morales (“¿es justo el cumplimiento de las leyes de la polis cuando éstas han
sido promulgadas por un tirano o por una asamblea de ciudadanos manipulados por
demagogos?”.
Sócrates justifica esta paradójica situación 1º
reconociendo de nuevo los límites del conocimiento humano (que busca el saber
de las cosas pero que nunca lo alcanza), y 2º proclamando que sólo “el dios es sabio”.
Más, a pesar de estos inconvenientes, en el ejercicio del
diálogo nos ejercitamos en la virtud, porque la mera búsqueda de la verdad a
través del diálogo hace mejor al ser humano:
-
sea porque le hace consciente de su ignorancia (“sólo sé
que no sé nada”).
-
sea porque le libera de las falsas creencias, de los
prejuicios y de la opinión común, acercándole a la verdad.
-
sea porque el individuo, buscando la verdad dentro de sí,
alcanza el autoconocimiento (conforme al precepto délfico “conócete a ti
mismo”).
-
sea porque le descubre su libertad interior al empujarle
a pensar autónoma y críticamente
Por esta búsqueda de la verdad objetiva, de la definición
universal, se considera a Sócrates el padre del racionalismo occidental,
el primero que defendió conscientemente la objetividad del conocimiento humano
(aunque fuese un ideal inalcanzable). Y porque esta búsqueda lo fuese de la
definición de los conceptos morales, se le considera el padre de la ética en
Occidente, el primero en empezar a comprender en qué consiste la verdadera
esencia de la moralidad (de la acción moral).
EL INTELECTUALISMO MORAL
El intelectualismo moral es la principal doctrina
filosófico-moral de Sócrates.
¿Qué es el intelectualismo moral?
Aquella concepción de la moralidad que identifica la
virtud con el saber.
Esta doctrina moral identifica la virtud con el saber por
dos razones:
1º porque sólo el que sabe lo que es el bien (lo que es
justo, bueno, preceptivo y valioso), actuará virtuosamente (es decir, como un
buen ciudadano, con justicia, bondad, y responsabilidad).
2º porque el saber es la virtud o excelencia suprema del
alma (cuando el alma alcanza el saber, logra su máximo grado de desarrollo y su
perfección).
Esta identificación llega hasta el punto de considerar
que el saber es condición no sólo necesaria sino también suficiente de la
virtud, es decir, que el saber es la única causa de la virtud, la única fuente
de la acción correcta (a la vez condición suficiente y necesaria).
El conocimiento
del bien es:
-
condición necesaria de la virtud: sólo si se sabe lo
que es lo justo, se puede obrar con justicia.
+
-
condición suficiente de la virtud: basta con saber lo
que es lo justo para actuar inexorablemente de un modo justo.
En conclusión, el saber es condición necesaria y
suficiente de la virtud ya que sólo el que sabe qué es la justicia puede obrar
con rectitud:
-
No: “sólo si sabes que es lo justo, obrarás
rectamente” (condición necesaria).
-
Tampoco: “si sabes que es lo justo, obrarás con
rectitud” (condición suficiente).
-
Sino: “sólo el que sabe lo que es justo, obrará
con rectitud” (condición suficiente y necesaria: si y sólo si).
Consecuencias de esta doctrina:
1.
Sólo los sabios (los conocedores del bien) podrán ser
virtuosos (buenos ciudadanos).
(Platón explorará está tesis, extrayendo las
conclusiones pertinentes: sólo los sabios, por ser los únicos ciudadanos
verdaderamente virtuosos, deben acceder al gobierno de la polis)
2.
El que obra mal lo hace por ignorancia, por desconocer el
bien. Los criminales no pueden ser acusados de nada, excepto de ser ignorantes
(las cárceles deberían ser cerradas y reconvertidas en escuelas donde se les
enseñase lo que es el bien). No existe por lo tanto ni el pecado ni la culpa.
Según
Sócrates, nadie es malo por dejarse arrastrar por sus bajas pasiones, sino sólo
por ignorancia. El individuo no es malo de por sí ya que nadie, en su sano
juicio, podría no querer obrar bien: nadie quiere renunciar a la felicidad que
significa vivir una vida verdadera.
Es por todo ello por lo que Sócrates afirmó: “sólo hay un
bien: el conocimiento; sólo hay un mal: la ignorancia”.
Tema A.B.A.U.: DIALÉCTICA
SOCRÁTICA Y RELATIVISMO DE LOS SOFISTAS
GIRO
ANTROPOLÓGICO DEL PENSAMIENTO GRIEGO
En el
siglo V a.C., tras las Guerras Médicas, se produce lo que tradicionalmente ha
venido llamándose “el giro antropológico del pensamiento griego”. La reflexión sobre la naturaleza se
retira a un segundo término, pasando las cuestiones directamente relacionadas
con la vida humana a ocupar un lugar preponderante en el panorama intelectual
de la época. ¿Por qué? La razón es que ha surgido un nuevo contexto
socio-político: la democracia ateniense.
¿QUIÉNES ERAN LOS SOFISTAS?
Los sofistas eran profesores
ambulantes que recibían dinero de sus alumnos. Transmitían una enseñanza que
tenía por finalidad la formación del individuo o paideia. Los sofistas
enseñaban principalmente a sus discípulos retórica y dialéctica, es decir, las
técnicas y habilidades (“virtudes”; de
ahí que se les denomine “maestros de virtud”) que les permitían hablar con
elocuencia ante la Asamblea y vencer en las disputas públicas.
CLASIFICACIÓN
DE LOS SOFISTAS
Agrupamos a los sofistas en dos
generaciones. Pertenecen a la primera los más interesantes, Protágoras y
Gorgias (Protágoras formó parte del círculo de allegados de Pericles, el
gobernador de Atenas en su periodo más glorioso, y defendió una doctrina de
profundo calado humanista que afirma que “el hombre es la medida de todas las
cosas”). En la segunda generación incluimos a Hipias, Antifonte, Pródico y
Calicles.
PRINCIPALES
DOCTRINAS
La sofística postuló dos doctrinas, una en la que defendía el carácter relativo de todo conocimiento y otra en la que afirmaba el carácter convencional (es decir, cultural, artificial y no natural) de las leyes e instituciones sociales.
RELATIVISMO EPISTEMOLÓGICO
1º Carácter relativo del
conocimiento: los sofistas consideraban que no hay conocimiento objetivo
posible ya que todo conocimiento es subjetivo (conforme a la afirmación de
Protágoras de que “el hombre es la medida de todas las cosas”) y está sometido
a las vicisitudes de la historia y las circunstancias. Por todo ello, para la
sofística el saber se diluye en una perpetua discusión o erística, en la que
triunfa no la opinión más verdadera, sino la más fuerte, convincente y
persuasiva, aunque sea falsa y contradictoria.
CONVENCIONALIDAD DEL NOMOS (contraposición physis/nomos)
2º Descubrimiento del carácter
convencional de las leyes e instituciones sociales y políticas, esto es,
descubrimiento de un ámbito distinto y ajeno a la naturaleza (al reino de la
physis), al que la sofística denominará el reino del nomos: para los sofistas en general, los valores ético-políticos
(las ideas acerca de qué es lo justo y bueno) al igual que las leyes e
instituciones que sobre ellos se sustentan no pertenecen al reino de la physis, no son realidades naturales,
absolutas e inmutables y por lo tanto incuestionables, sino meras convenciones
sociales, acuerdos que establecen entre sí los ciudadanos y que responden
siempre a un interés de éstos:
I - para los sofistas de la
primera generación entre los que cabe destacar a Protágoras, los pactos que los
miembros de la ciudad logran alcanzar acerca de lo que es justo y bueno tienen
como finalidad el beneficio de la comunidad entera ya que las leyes e
instituciones sociales y políticas hacen posible la convivencia pacífica y la
cooperación social.
II - para los sofistas de la segunda generación, el nomos de la Ciudad no sólo es convencional, sino también antinatural. Entendían que, en el ser humano, aun viviendo dentro de la sociedad y por lo tanto sometido a las convenciones y artificialidades del nomos, seguía existiendo una dimensión no convencional, no cultural ni artificial, sino estrictamente natural y por ello perteneciente al reino de la physis: sus impulsos e instintos naturales. Al conjunto de esos instintos lo denominaron la naturaleza o physis humana. Para ellos, lo único absoluto e inmutable era esa naturaleza o physis humana, naturaleza que se caracteriza por dos grandes impulsos: la irrefrenable búsqueda del placer y del dominio. Pues bien, el nomos es una traba y freno indeseable de dichos impulsos y por ello, en la confrontación (que dentro de sí experimenta el individuo) que se produce entre los dictados de la naturaleza (la ley de la physis) y las convenciones sociales (la ley del nomos), esta segunda generación de sofistas se inclina por la prevalencia de la primera, esto es, que el interés egoísta individual se anteponga siempre al interés de la colectividad, de la polis.
SÓCRATES
PUNTO DE PARTIDA
Para Sócrates, la causa de la crisis de Atenas (la
pérdida de la Guerra del Peloponeso, la Tiranía de los Treinta, la corrupción
de los demagogos) es que ya no hay buenos ciudadanos, ciudadanos que cumplan y
respeten las leyes de la polis, que asuman como propio el bien de la ciudad y
cumplan por ello con sus deberes cívicos.
¿Quién es el principal responsable, a juicio de Sócrates,
de todo ello?
Los sofistas. La sofística ha inoculado el veneno del
relativismo moral. Por ello, la filosofía de Sócrates tiene como punto de
partida la crítica del relativismo sofístico.
CRÍTICA DEL RELATIVISMO SOFÍSTICO
Para Sócrates, los conceptos morales no pueden ser
relativos (tal como mantenían los sofistas). Los equívocos, las ambigüedades y
las opiniones dispares nacen del hecho de que no han sido bien definidos. La
misión de Sócrates, la misión del filósofo consistirá en intentar definirlos.
EL MÉTODO DIALÉCTICO SOCRÁTICO
Para lograr
definir los conceptos morales, Sócrates propone un método: el método
dialéctico, es decir, la reflexión filosófica llevada a cabo a través del
diálogo.
El método dialéctico de Sócrates se despliega en tres
momentos: ironía, mayéutica y definición.
I.
LA IRONÍA SOCRÁTICA
Sócrates pregunta a su interlocutor acerca de qué es la
virtud, la belleza, la justicia, la piedad… y finge ignorancia, un no
saber la respuesta (ese fingimiento de ignorancia es la ironía). A través de
sus preguntas, muestra que el ignorante es su interlocutor (normalmente un
sofista).
II.
LA MAYÉUTICA
Una vez reconocida la ignorancia por parte de su
interlocutor, Sócrates intenta conducirlo hacia la verdad. Sócrates no enseña
la verdad (como hacían los sofistas con sus discursos), porque afirma no
tenerla (“sólo sé que no sé nada”,
afirmaba), sino que por medio de su hábil interrogar ayuda a su interlocutor a
dar a luz la verdad que reside dentro de él (dar a luz ideas, y de ahí lo de
mayéutica).
III.
LA DEFINICIÓN
La verdad para Sócrates consiste en la definición
universal:
- una definición que sea válida para todos los casos
- y que sea válida para todas las personas que hacen uso
de ese término
Ejemplo: “lo justo
es cumplir las leyes de la polis”
Sócrates busca la definición universal de lo que es la
virtud, la belleza … Sin embargo, esta tarea queda siempre inacabada al no
poder alcanzar nunca Sócrates y sus interlocutores una definición definitiva de
los conceptos morales.
EL INTELECTUALISMO MORAL
El intelectualismo moral es la principal doctrina
filosófico-moral de Sócrates, la concepción de la moralidad que identifica la
virtud con el saber. Esta doctrina moral identifica la virtud con el saber por
dos razones:
1º porque sólo el que sabe lo que es el bien (lo que es
justo, bueno, preceptivo y valioso), actuará virtuosamente (es decir, como un
buen ciudadano, con justicia, bondad, y responsabilidad).
2º porque el saber es la virtud o excelencia suprema del
alma (cuando el alma alcanza el saber, logra su máximo grado de desarrollo y su
perfección).
Esta identificación llega hasta el punto de considerar
que el saber es condición no sólo necesaria sino también suficiente de la
virtud, es decir, que el saber es la única causa de la virtud, la única fuente
de la acción correcta (a la vez condición suficiente y necesaria).
Consecuencias de esta doctrina:
1.
Sólo los sabios (los conocedores del bien) podrán ser
virtuosos (buenos ciudadanos).
2.
El que obra mal lo hace por ignorancia, por desconocer el
bien.
Es por todo ello por lo que Sócrates afirmó: “sólo hay un
bien: el conocimiento; sólo hay un mal: la ignorancia”.
FIN DEL TEMA ABAU
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