UNIDAD IV - EL CONOCIMIENTO
Ya hemos explicado el
problema de qué es la mente. Pasemos a explicar qué es el pensamiento (el
conocimiento).
¿Qué es el pensamiento?
Una actividad que hacen
las mentes (las piedras caen, los geranios florecen, las mentes… piensan,
conocen).
¿Es el pensamiento la
única actividad de la mente?
No, en la mente se
realizan tres tipos de procesos:
1º PROCESOS COGNITIVOS: en virtud de
ellos, la mente piensa, conoce. Ej.: Sé que vas a venir a casa.
2º PROCESOS APETITIVOS: en virtud de
ellos, la mente no conoce sino desea. Ej.: deseo que no vengas a mi casa, no me
apetece.
3º PROCESOS HEDÓNICO-EMOTIVOS: en
virtud de ellos, la mente responde emocionalmente a una situación, sintiendo a
la vez placer o dolor. Ej.: me enfada el que vengas a casa (lo cual me provoca
además malestar, dolor).
Nosotros nos vamos a centrar en los
procesos cognitivos, en el problema del conocimiento.
LOS DOS TIPOS DE CONOCIMIENTO:
CONOCIMIENTO TEÓRICO Y CONOCIMIENTO PRÁCTICO
¿Qué tipos de conocimientos
hay?
El ser humano hace
fundamentalmente dos cosas: piensa y actúa. Es por ello por lo que existen dos
tipos de conocimiento.
1º EL CONOCIMIENTO TEÓRICO: es el
conocimiento que nos sirve para conocer cómo son las cosas. Ej: sé que los
cuchillos cortan o que el agua moja.
2º EL CONOCIMIENTO PRÁCTICO: es el
que nos sirve para saber cómo actuar. Hay dos subclases de conocimiento
práctico que debemos diferenciar:
a)
EL CONOCIMIENTO TÉCNICO (PRÁCTICO-PRODUCTIVO): gracias al
cual sabemos manipular objetos y producir resultados. Ej.: sé fabricar un
cuchillo o utilizarlo.
b)
EL CONOCIMIENTO ÉTICO-POLÍTICO (PRÁCTICO-PRUDENCIAL): es el
conocimiento necesario para poder convivir pacíficamente, comunicarse y
cooperar con otros seres humanos. Ej.: todos sabemos por qué los cuchillos
están prohibidos en las escuelas y permitidos en el ámbito doméstico.
EL CONOCIMIENTO TEÓRICO
Pues bien, vamos a dejar
de lado los conocimientos prácticos y vamos a centrarnos en el conocimiento
teórico.
¿Qué
debemos saber del conocimiento teórico?
1º Que en él se da una relación: la
relación entre un sujeto y un objeto.
2º Que requiere la intervención de
dos facultades: los sentidos y la inteligencia.
3º Que el conocimiento humano tiene
límites: no puede conocerlo todo ya que hay cosas que se sustraen a la
capacidad humana de comprensión.
4º Que el conocimiento humano tiene
que adecuarse a la realidad que tiene que conocer: es el problema de la verdad.
5º Que necesitamos criterios extra
para saber cuándo un conocimiento es verdadero.
6º Que en el conocimiento hay grados:
a)
Ya sea porque la comprensión de las cosas puede ser más o
menos profunda (conocimiento de hechos/conocimiento de leyes; conocimiento de
apariencias/conocimiento del ser de las cosas)
b)
Ya sea porque hay tres actitudes ante lo que afirma una
proposición: certeza, creencia y duda (y así, ante la afirmación de que ayer
estuviste en casa puedo decir que lo sé, que sólo lo creo o que dudo de ello.
EL SUJETO Y EL OBJETO
Aquí el término “objeto” no significa
genéricamente “cosa” (“substancia”). Una “cosa” es toda aquella entidad que
goza de una autonomía e independencia de pleno derecho (como una silla o una
mesa), a diferencia de lo que les ocurre a las propiedades (la propiedad “estar
coja” de la silla) o a los sucesos (el romperse la silla al sentarme en ella).
Aquí el término objeto hace referencia a aquello sobre lo que recae la
actividad de conocer: el objeto es, por lo tanto, “lo conocido” (por ej.,
cuando pienso que esta silla está rota, la silla es el objeto de la actividad
cognoscitiva porque es sobre él que estoy pensando que está roto).
El conocimiento es una
relación, la relación cognoscitiva. Esta relación se da entre un sujeto y un
objeto.
Aquel que realiza la
actividad de conocer. Como sabemos, quien lleva a cabo esta actividad es una
mente. La mente es, por lo tanto, el sujeto del conocimiento.
¿Cuál es el objeto del
conocimiento?
En principio, aquello
que es conocido, la cosa real, exterior a nuestra mente, que queremos llegar a
conocer. Por ejemplo, una silla rota.
¿Cómo el sujeto puede
llegar a conocer al objeto?
En el mundo físico, dos
cosas se relacionan chocando, atrayéndose o repeliéndose, fundiéndose o
diluyéndose la una en la otra, reaccionando químicamente, penetrándose o
copulando sexualmente, etc. Todas estas relaciones se dan en el ámbito físico,
corpóreo, material.
Pues bien, en la relación
cognoscitiva:
1º Toda la actividad
cognoscitiva que se lleva a cabo queda del lado del sujeto. Al objeto no le
pasa nada por ser conocido. El objeto no hace nada, se deja, simplemente,
pasivamente, conocer.
2º La relación
cognoscitiva es una forma de PRESENCIA del objeto en el sujeto. El objeto
extramental, para ser conocido, tiene que hallarse presente, de alguna manera,
dentro de la mente. Ej.: la silla tiene que estar de alguna forma presente
dentro de mi mente para que pueda conocer de ella que está rota.
3º El sujeto es capaz de
aprehender (de coger, de captar) el ser del objeto. Ej.: no sólo es que la
silla coja que conozco tiene que estar dentro de mí de alguna manera, sino que
tengo que captar de ella 1º que es una silla (y no una mesa) y 2º que está
coja.
Expliquemos cómo se da
dicha presencia del objeto en el sujeto.
¿Cómo se puede meter la
realidad, el objeto, dentro de la mente del sujeto que conoce?
A lo largo de la historia, ha habido dos
grandes explicaciones acerca de esta cuestión: la de los antiguos y la de los
modernos.
A)
Para los antiguos (desde los griegos hasta el Renacimiento),
el objeto puede estar presente en el alma porque la “forma” (la naturaleza
esencial) del objeto puede quedar impresa en el alma. Ej.: conozco que lo que
tengo delante es una flor porque la naturaleza “ser flor” se encuentra presente
dentro de mi alma.
¿Cómo se denomina a la
operación a través de la cual mi alma aprehende la forma o naturaleza esencial
“flor”?
ABSTRACCIÓN: a través de
la abstracción, de la operación abstractiva, se extrae (se abstrae) la “forma”
flor del objeto real (sin su materia) para que así dicha forma se pueda
encontrar presente en el alma. Aristóteles explicaba la abstracción con el
siguiente símil: del mismo modo que un sello deja grabada su marca en la cera,
la flor extramental deja grabada su forma en mi alma.
B)
Para los modernos, desde Descartes, la presencia del objeto
en la mente no se produce directamente (tal como defendían los griegos, que
afirmaban que era la misma forma de la flor la que se encontraba presente en el
alma del que la conocía) sino a través de un intermediario, a través de un
representante, de una REPRESENTACIÓN.
¿Qué es una
representación?
Es una especie de
fotografía, de dibujo, de cuadro que la mente hace del objeto real extramental.
El problema de esta concepción es que, a partir de ahora, ya no conocemos
directamente el objeto real sino su representación mental.
La representación se
convierte en el nuevo objeto de la relación cognoscitiva, en el verdadero
objeto de conocimiento (conocemos directamente las representaciones, e
indirectamente, a través de las representaciones, las cosas reales que representan)
EN CONCLUSIÓN: la
filosofía moderna es IDEALISTA mientras que los filósofos griegos son
REALISTAS.
¿Por qué idealistas?
Porque son
REPRESENTATIVISTAS: no conozco las cosas sino mi representación de ellas, mi
idea acerca de ellas (y de ahí, lo de “idealistas”).
¿Por qué realistas?
Los filósofos griegos
creían que conocíamos las cosas mismas porque estaban convencidos de que
llegamos a conocer, gracias a la abstracción, la forma misma de las cosas, su
esencia o naturaleza.
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