ARISTÓTELES
Junto con Platón, los dos pilares
de la tradición filosófica occidental. Aristóteles fue testigo:
1.
del
fin de una época, la era clásica: tal cosa acontece cuando se produce el fin de
las polis, el derrumbe del modelo de organización sociopolítico (las repúblicas
independientes o polis) característico de la Grecia clásica.
¿Cuál fue la causa de dicho fin?
Filipo II de Macedonia se las anexiona, dejando de ser
ciudades libres.
2.
de
la expansión de la cultura griega por el Oriente (por efecto de las conquistas
de Alejandro Magno). Da comienzo así una nueva época: la era helenística, el
helenismo (en la que se produce la helenización del mundo o, mejor dicho, una
mixtura de la civilización griega y las civilizaciones del Medio Oriente:
Egipto, Mesopotamia, Siria, Asia).
Vida
y obra
Aristóteles (a partir
de ahora, A.) nació en el 384 a.C. en Estagira (una colonia jonia en la
Calcídica; la Calcídica es una región del norte de Grecia donde se encuentra
también Abdera, lugar de nacimiento de Demócrito y Protágoras, muy cercana al
reino de Macedonia; por este motivo, se le conocerá también con el sobrenombre
de “el Estagirita”). Era el hijo del médico del rey de Macedonia, razón por la
que desde su nacimiento A. estuvo siempre estrechamente vinculado con la corte
macedónica. Quedó huérfano a muy temprana edad y cuando cumplió 17 años, su tío
y tutor decidió enviarlo a Atenas para formarse, ingresando a la sazón en la
Academia platónica, en la cual permanecerá como un discípulo más de Platón
durante veinte años (hasta los 37 años), hasta el momento del fallecimiento del
maestro.
Cuando
abandona la Academia, deja Atenas y se traslada a Asso, en la costa
septentrional de Asia Menor, donde se reunirá con unos antiguos discípulos y
donde conocerá a Teofrasto. Teofrasto con el tiempo terminará convirtiéndose en
su principal discípulo. En este momento (A. cuenta con 40 años de edad), será
cuando:
1º A. abandona el
platonismo (a partir de este momento, rechazará la existencia de un mundo de
Ideas o Formas autosubsistentes y separadas; para A., las Ideas están en las
cosas mismas, en las realidades individuales particulares a las que denominará “sustancias”,
verdadera y principal realidad para A. desde entonces).
2º A. comienza a
desenvolver estudios empíricos, fundamentalmente relativos a temas biológicos
(la biología, el estudio de la diversidad de seres vivos, fue el principal
objeto de investigación empírica llevado a cabo por A.; A. fue el gran
naturalista de la Antigüedad; a diferencia de Platón, a A. no le interesaron
tanto las matemáticas, aunque sí la astronomía).
Cuando contaba con 42
años, y encontrándose a la sazón en Mitilene (en la isla de Lesbos) junto a su
discípulo Teofrasto, fue requerido por Filipo II de Macedonia para que se
hiciese cargo de la educación de su primogénito Alejandro, el futuro Alejandro
Magno, el mayor conquistador de la Antigüedad (por lo tanto, durante dos años
se encontraron cara a cara uno de los mayores genios teóricos de toda la
historia y uno de los mayores genios políticos de todos los tiempos; sin
embargo, la relación fue infructuosa, no produjo ningún fruto).
Una vez terminada la
instrucción de Alejandro, A. volvió a Atenas donde alquiló un edificio en las
proximidades del templo dedicado a Apolo Licio (Apolo matador de lobos): ahí es
donde establecerá su escuela filosófica (en directa rivalidad con la Academia
platónica): el Liceo. En el Liceo, junto con sus discípulos, pasará A. la
práctica totalidad del resto de su vida. La escuela de A. se la denomina
también “el Peripato” o escuela peripatética (y a los discípulos de A., los
peripatéticos). La razón de este nombre es que en las cercanías de la escuela
había un paseo, un peripato, por el
que caminaba A. junto con sus discípulos filosofando. De este periodo procede
la obra escrita que de A. se conserva, sus escritos “esotéricos”, apuntes
privados que utilizaba para dar sus clases (aquellos escritos que escribió para
ser publicados, sus escritos “exotéricos”, principalmente diálogos en el estilo
de Platón, se perdieron en su totalidad).
En el año 323, en
Babilonia, muere Alejandro. Inmediatamente se produce un levantamiento
antimacedónico en todas las polis griegas. A., siempre muy vinculado con la
corte macedónica, será procesado por impiedad. Pero para que la ciudad de
Atenas no cometiese un segundo crimen contra la filosofía (en palabras del
propio A.), A. huyó y se refugió en Calcis, en la isla de Eubea, donde falleció
a los pocos meses cuando contaba 60 años de edad (Sócrates murió a los 70 y
Platón a los 80).
A la muerte de A., su
discípulo Teofrasto le sucedió en la dirección del Liceo (fue el primer
escolarca; escolarca=director de la escuela). La obra escrita de A. pasó a sus
herederos primero, y de unas manos a otras hasta que se perdió. Pues bien, allá
por el año 100 a.C., esos escritos se redescubrieron y fueron comprados en
Atenas por el general romano Sila, quien se los llevó a Roma. Estos escritos,
ya en Roma, fueron revisados y ordenados por Andrónico de Rodas (el último
escolarca), quien se encargó de su publicación.
¿Por qué A. es un
filósofo tan importante?
Porque fue el Newton
de la Antigüedad. El pensamiento aristotélico estuvo vigente durante 2000 años,
hasta que en el siglo XVII la ciencia moderna acabó con él.
OBRAS DE ARISTÓTELES
Todos los escritos de A. (eran
apuntes dispersos, notas para dar clase) fueron reunidos y ordenados en el
siglo I a.C. por Andrónico de Rodas.
¿Cómo ordeno dichos escritos?
Por temas:
1º LÓGICA
En primer lugar, recopiló y ordenó todos los escritos
de lógica (todos los escritos sobre el lenguaje y la argumentación). Son en
total, 5 libros y, desde la Edad Media, son conocidos con el nombre genérico de
“Organum” (significa “instrumento”,
el instrumento del pensamiento).
2º FÍSICA
Después, recopiló todos los escritos
científicos, aquellos en los que se recogían las investigaciones y reflexiones
de A. acerca del universo físico, sobre la naturaleza: son los libros físicos,
la “Física” (physis=naturaleza), y los libros cosmológicos (“De caelo”, acerca de los cielos).
3º METAFÍSICA
Tras los libros físicos, Andrónico
agrupó una serie de escritos que tratan dos temas:
a)
El
problema del ser (el principal problema de la filosofía desde Parménides).
b)
El
ente divino, el theos (dios).
Aristóteles denominó “filosofía
primera” a la reflexión sobre estas cuestiones: el ser y Dios (la “filosofía
segunda” sería la física). Sin embargo, el nombre que finalmente se impuso para
estos escritos fue el de “escritos metafísicos” (“metafísica” = los escritos
que vienen después de los escritos físicos).
4º BIOLOGÍA Y PSICOLOGÍA
Después de los escritos
metafísicos, vienen aquellos dedicados al estudio del fenómeno de la vida y al
estudio de la mente (ambas cuestiones están estrechamente relacionadas para los
griegos), es decir, al estudio del alma.
5º ÉTICA
Después vienen los escritos éticos,
los escritos acerca de la virtud y la felicidad: “Etica a Nicómaco”.
6º POLÍTICA
Los escritos políticos, acerca de
la justicia y el buen gobierno, serán recogidos bajo el título de “Política”.
7º RETÓRICA Y POÉTICA
Finalmente, recopiló los escritos
acerca del arte de hablar persuasivamente (retórica) y del arte poético
(productivo) de componer tragedias (poética). De la “Poética” de A., sólo queda
un pequeño fragmento en el que A. reflexiona sobre la belleza artística, más en
concreto, sobre la tragedia.
ARISTÓTELES
I - ONTOLOGÍA Y EPISTEMOLOGÍA
La
filosofía natural o física (denominada por A.,
“filosofía segunda”)
Aristóteles va a introducir una
nueva concepción de “naturaleza”, de physis:
-
para
los presocráticos, la physis es la substancia primera de la que proceden
todas las cosas (su arjé).
-
para
los sofistas y Sócrates, la physis se contrapone al nomos (para
los presocráticos todo era physis).
-
para
Platón, la naturaleza (el mundo sensible) aparece subordinado al mundo de las
Ideas (de ellas reciben las cosas su ser).
Para Aristóteles el concepto de physis
tiene un nuevo y original significado: la physis es todo aquello que
tiene en sí mismo el principio de su movimiento. Para Aristóteles physis se contrapone a tejné, a lo que es por tejné, por
arte. Por ejemplo: es la physis del árbol lo que explica que de sus
ramas broten hojas y flores; por el contrario, lo que explica que la madera del
árbol se convierta en una cama es la tejné del carpintero, la acción
productiva del carpintero que la fabrica.
En conclusión, ¿Qué es la physis?
¿Qué es “la naturaleza de un ser”? ¿Qué es, en nuestro ejemplo, la naturaleza
del árbol, esa naturaleza que hace que florezca en primavera? La physis es el principio
activo interno, intrínseco a los seres que produce, que es causa, de su
movimiento. Por el contrario, lo que es por tejné, lo que es por arte, es obra
artificial y no tiene en sí mismo la causa de su movimiento. Por ejemplo, la
causa del llegar a ser de una cama no está en los leños con los que se fabrica,
sino en el carpintero que la produce.
A)
EL
HILEMORFISMO
Significa literalmente
materia-forma (hylé=materia / morphé = forma). La teoría hilemórfica
es a A. lo que la teoría de las Ideas a Platón: su ontología, su teoría de la
realidad, su teoría acerca del ser (Parménides).
¿Qué debemos entender de la
filosofía de A.?, ¿Por qué A. es un filósofo tan importante?
Aristóteles elaboró una serie de
esquemas teóricos (materia/forma, potencia/acto, sustancia/accidente, los
cuatro tipos de causa…), a través de los cuales se comprendió la realidad
durante 2.000 años.
¿Cuándo dejó de hacerse uso de
ellos?
Desde el siglo XVII.
¿Qué ocurrió entonces?
La revolución científica, el
advenimiento del pensamiento político moderno: la ciencia moderna considerará
que todos los esquemas teóricos del aristotelismo son inservibles para alcanzar
la comprensión de la realidad, y los sustituirá por unas nuevas categorías, las
categorías propias del pensamiento científico moderno (masa, fuerza, energía…).
Es por esto por lo que decíamos que A. fue Newton antes de Newton.
Veamos ahora cuáles son alguno de
esos esquemas teóricos. Toda la filosofía de A. es fruto y resultado de su
crítica al platonismo: A. negó la existencia de las Ideas separadas, de Ideas
autosubsistentes (que existen por sí mismas) que constituyen una realidad
aparte y superior (el mundo de las Ideas). La negación por parte de A. de la
existencia separada de las Formas autosubsistentes no implicaba la negación de
la existencia de las formas. Para A., las formas (en minúscula) existen, pero
no en otro mundo (el mundo de las Formas), sino que están en las cosas mismas,
en las realidades individuales y particulares que hay en torno nuestro (por
ejemplo, existe la forma “árbol”, pero esa forma no es la Idea o Forma Árbol,
sino que dicha forma se encuentra en los árboles particulares que hallamos a
nuestro alrededor: este pino, aquel roble, ese castaño…).
¿Cuál es la consecuencia de esto?
Para Parménides, el único objeto
digno de conocimiento (el único objeto en el que es posible alcanzar el
conocimiento y la verdad) es el ser. Para Platón, sólo lo serán las Ideas
(debido a su inmutabilidad). Pues bien, para A. ya que las formas están en las
cosas mismas, al fin las cosas (sensibles, corpóreas, materiales, múltiples y
en devenir) pueden ser objeto del conocimiento.
¿Cómo denominará A. a esas cosas
que ya son objeto de conocimiento y de verdad?
Sustancias.
Las cosas son verdaderas y
auténticas sustancias. Las cosas son al fin lo real, el ser.
Para explicar qué son las
sustancias, A. utilizó la pareja de conceptos, la dupla, materia/forma. Estos
dos términos dan nombre a la teoría aristotélica de la sustancia: la teoría
hilemórfica (hilemorfismo=materia-forma; hylé-morphé).
Toda sustancia está compuesta de
una materia y una forma. Por ejemplo, este árbol que tengo ante mí es una
sustancia (un individuo particular concreto, una realidad individual
particular; este árbol). Pues bien, esta sustancia, este árbol particular está
compuesta por una materia y una forma.
MATERIA (HYLÉ)
¿Qué es la materia?
1º UN PRINCIPIO DE
INDIVIDUACIÓN: la materia es aquello que constituye a este individuo como tal
individuo particular y concreto, diferente del resto de individuos, de
sustancias individuales (de otros árboles y del resto de las cosas); por
ejemplo, la materia de este árbol es aquello que hace que este árbol sea éste y
no aquel árbol).
La materia es, por lo
tanto, un principio de individuación: aquello que hace al individuo,
aquello que constituye a una sustancia como una realidad individual concreta
(por ejemplo, esa camelia que está en el patio).
2º UN SUSTRATO/SOPORTE/SUJETO:
la materia es también el sustrato (lo que está por debajo), el soporte (el
sujeto: lo que sujeta) de las formas. En nuestro ejemplo, la materia de este
árbol es aquello que está por debajo permanentemente y que soporta o sujeta las
formas (las propiedades) de este árbol (principalmente, su esencia o naturaleza
“árbol”, pero también propiedades como el que tenga tal o cual altura, o que
haya o no florecido).
Y es que, según A.,
las formas no existen como realidades separadas y autosubsistentes (como Ideas;
no existe la Forma “Árbol”, como una realidad disociada de los árboles
particulares), sino que las formas están en las cosas mismas.
3º UN PRINCIPIO DE
MULTIPLICIDAD
¿Cómo es posible que
la forma “árbol” que es única se encuentre a la vez en “este” árbol y también
en “aquel otro” árbol?
Porque en cada árbol
individual hay una materia por debajo de la forma (de la forma o naturaleza
“ser árbol”) que le sirve de sustrato, de soporte de la forma “árbol”. Es así
como A. resuelve el problema metafísico de la multiplicidad (como
múltiples individuos distintos pueden compartir una misma, igual e idéntica
estructura): hay múltiples árboles y todos ellos son igualmente y en el mismo
sentido verdaderos árboles porque cada uno de ellos está constituido por una
materia distinta y diferente: la materia es, por lo tanto, también un principio
de multiplicidad (frente a Parménides y Platón que defendían que sólo uno,
sólo un árbol, podía ser real, y tal árbol no podía ser otro que la Idea de
Árbol misma; en el caso de Parménides, negaba incluso la variedad de lo
existente y afirmaba que sólo podía existir una cosa: el ser).
Como bien podemos comprobar, el
concepto de materia de A. es un concepto metafísico que sirve 1º para explicar
la multiplicidad (no hay un árbol, sino múltiples árboles) y 2º cómo las formas
pueden estar en las cosas mismas (la materia es el sujeto, el soporte de las
formas). Como bien vemos aquí, el concepto de materia no se contrapone al de
espíritu (esta contraposición existe en otras corrientes filosóficas, como el
pitagorismo o el platonismo, e religiosas, como el cristianismo). El concepto
de materia tampoco es el concepto científico de materia de la ciencia moderna,
para la cual materia se opone a energía. ¿Qué es para la física moderna la
materia? No el sustrato de las formas, sino aquello que tiene masa y por ende
se resiste inercialmente a cambiar de estado de movimiento.
FORMA (MORPHÉ)
Pasemos ahora a explicar qué es la
forma.
Para A. existen dos tipos de
formas:
-
FORMA
SUSTANCIAL: las formas sustanciales, la esencia o naturaleza de un ser (la
forma “árbol”, por ejemplo)
-
FORMA
ACCIDENTAL: las formas accidentales, es decir, el resto de cualidades y
propiedades no esenciales que puede tener un ser (por ejemplo, la altura del
árbol, o el hecho de si tiene o no flores).
·
FORMA
SUSTANCIAL
Expliquemos en primer
lugar qué es la forma sustancial. A. la denomina también “sustancia segunda”
(la “sustancia primera” es el individuo particular concreto que está ahí en el
mundo, por ejemplo, la camelia del patio del instituto).
1º PRINCIPIO DE
IDENTIDAD o ESPECIFICACIÓN
Pues bien, la
característica principal de todas las sustancias individuales es que tienen que
tener una forma sustancial, una esencia o naturaleza que las hace ser lo que
son, que las dota de una determinada identidad. Es por ello, que la
forma es el principio de identidad de los seres, aquello que hace que
éstos sean lo que son y que pertenezcan a una determinada especie o clase
natural. Por ejemplo, la forma sustancial de este árbol es su “ser árbol” y no
animal o piedra (mi forma sustancial, mi especie, es ser hombre, ser humano, y
no perro o caballo, etc.).
2º PRINCIPIO INTERNO
DE ACTIVIDAD (O NATURALEZA DE UN SER)
Esa forma sustancial
es concebida por A. como la naturaleza de un ser.
¿Qué es la naturaleza
de un ser?
Su principio interno
de actividad, aquello que explica todo su dinamismo espontáneo, todos los
cambios y transformaciones que es capaz de llevar a cabo por sí mismo sin ser
forzado a ello. Por ejemplo, ¿qué es la naturaleza de un árbol? Aquel principio
interno que hace que los árboles por sí mismos florezcan y fructifiquen.
Gracias, por lo tanto,
a las formas sustanciales, a que todo ser tiene una naturaleza intrínseca, será
posible según A. comprender el dinamismo del universo (frente a Parménides y
Platón, que consideraban que sólo lo inmutable y estático puede ser
comprendido). Para A., también el cambio (el devenir de Heráclito) es
inteligible.
·
FORMA
ACCIDENTAL
Expliquemos
seguidamente lo que son las formas accidentales. Las formas accidentales son
todas las propiedades que tiene una cosa pero que podría perder sin dejar de
ser lo que es (son las propiedades no esenciales de algo, las propiedades
circunstanciales, extra, casuales; un árbol no deja de serlo si pierde sus
hojas, o si cambia de tamaño; por el contrario, si un rayo lo quema y lo
convierte en ceniza, deja de ser lo que es porque ha perdido la forma sustancial
“árbol” y ha adquirido una nueva forma sustancial, la forma sustancial “ser
ceniza”).
Utilicemos como
ejemplo para entender la diferencia entre forma sustancial y accidental el
puesto por el mismo A.: Sócrates tiene como forma sustancial el ser hombre (el
ser humano), pero tiene toda una ristra de propiedades accidentales (que podría
perder sin dejar de ser Sócrates): es gordinflón, bajito, feo, de setenta años
de edad y se encuentra en este momento de pie en el ágora debatiendo con Hipias
el sofista.
LAS CATEGORÍAS
Pues bien, A. clasificó todas las
formas accidentales posibles y elaboró con ellas, y junto con la forma
sustancial, la primera tabla de categorías de la historia.
¿Qué son las categorías?
Los distintos significados del término
“ser”, los distintos modos en que una cosa puede ser.
Hay dos tipos de categorías: 1º la
categoría referida a la forma sustancial o esencia, y 2º las categorías
restantes, las categorías referidas a las formas accidentales.
Veamos seguidamente el listado de las
categorías, dicha tabla categorial:
TABLA CATEGORIAL ARISTOTÉLICA
1º la esencia o sustancia (la forma
sustancial): Esto (Sócrates) es un hombre.
2º las categorías accidentales:
a)
La
cualidad: Sócrates es gordo.
b)
La
cantidad: Sócrates pesa ochenta kilos.
c)
La
relación: Sócrates es mejor en las disputas que Hipias.
d)
La
acción: Sócrates bebe la cicuta.
e)
La
pasión: Sócrates muere por efecto de beber la cicuta.
f)
El
tiempo: Sócrates tiene setenta años de edad.
g)
El
lugar: Sócrates está en el ágora.
Estos son los múltiples
significados del ser conforme a la doctrina aristotélica de que “el ser se dice de muchas maneras”.
B)
EL
MOVIMIENTO (EL
CAMBIO DE LOS SERES)
Para A., el cambio, el devenir, el
dinamismo del universo, deja de ser un problema: el cambio es inteligible, racional
(para que algo pueda ser conocido con verdad no es necesario ya que sea
inmutable como eran por ejemplo las Ideas de Platón).
Para A., existen cuatro tipos de
cambio:
1º CAMBIO SUSTANCIAL:
el nacer y destruirse de los seres, de las sustancias; por ejemplo, una semilla
que germina y se convierte en una planta que al desarrollarse llega a ser un
árbol; o ese mismo árbol que tras arder se convierte en ceniza. Éste es el tipo
de cambio principal que hay en el universo (y el que más “asombro” y admiración
provoca).
2º CAMBIO CUALITATIVO:
es la adquisición o pérdida de una nueva propiedad cualitativa por parte de un
ser; como, por ejemplo, un árbol que florece.
3º CAMBIO
CUANTITATIVO: es el fenómeno del crecimiento y mengua de los seres, del cambio
de tamaño; como por ejemplo el de un roble que crece en altura.
4º MOVIMIENTO LOCAL:
es el cambio de lugar, de posición; el que algo pase de estar allí a estar
aquí.
Para A., estos cambios son inconmensurables,
no se pueden explicar ninguno de ellos en términos de ningún otro (para el
pensamiento científico moderno, todos los cambios se reducen, pueden ser
explicados, en términos de cambio local; de ahí que la física, la mecánica, se
convierta en la ciencia fundamental para explicar el universo, y ya no la metafísica,
la ciencia de la sustancia).
FACTORES DEL CAMBIO
1º 2º 3º
|
|
|
||||||
Los factores (un factor es algo que
es condición necesaria para que otra cosa de pueda dar; por ejemplo, el ser
polígono es un factor necesario para que algo pueda ser un triángulo) del
movimiento son tres:
1.
Un
sustrato (o sujeto) que permanece a lo largo del proceso de cambio (para que
algo cambie, tiene que haber un “algo” que no cambie; en caso contrario la
realidad se disolvería en un “puro devenir”)
Como cambiar consiste en adquirir
(o perder) una nueva propiedad, los otros dos factores del cambio son:
2.
La
privación o carencia de una propiedad.
3.
La
adquisición de una nueva propiedad.
¿Cuál es el sustrato del cambio?
-
En
el cambio cualitativo, cuantitativo y local, el sustrato es siempre una
sustancia primera (por ejemplo, “este” árbol).
-
En
el caso del cambio sustancial (por ejemplo, una semilla que se convierte en un
árbol), lo que se adquiere es una nueva forma sustancial. El problema en este
cambio es que es la sustancia misma lo que va y viene. Sabemos que para que
haya cambio tiene que existir un sustrato permanente que no cambie, pero aquí
el sujeto del cambio no puede ser la sustancia primera (ya que es la sustancia
individual misma lo que va y viene, nace y perece).
¿Qué es entonces lo que permanece
constante en dicho proceso? ¿Cuál es el sustrato de dicho cambio?
La materia
¿Cómo la materia puede ejercer esta
función de sustrato permanente del cambio de formas sustanciales?
Recordemos que según la teoría
hilemórfica, toda sustancia primera está compuesta de una materia y de una
forma sustancial. Pues bien, cuando se produce un cambio en la forma sustancial
de un ser, la materia es 1º el sustrato constante a todo el proceso del cambio
y 2º el sujeto o soporte de las formas que van y vienen. Por ejemplo, cuando
una semilla germina y se convierte en una planta (se cambia la forma sustancial
semilla por la forma sustancial planta), la materia de la semilla se
reestructura y se convierte en la materia de la planta (la materia de una
semilla que es potencialmente un árbol, actualiza esa forma y se convierte en
la materia de un árbol; las formas semilla/árbol van y vienen, cambian, pero la
materia de la semilla y de la planta es una y la misma).
LA POTENCIA Y EL ACTO
Aristóteles explicó el cambio
también con otro esquema conceptual, el binomio potencia/acto. Para A.,
el movimiento es “el paso del ser en potencia al ser en acto” (es decir, la
realización (o actualización) por parte de una sustancia de una capacidad (o
potencialidad) que tiene; la semilla tiene la capacidad (la potencialidad) de
germinar, de convertirse de hecho (en acto) en una planta).
Para A., hay dos modos de ser
(conforme a la doctrina, “el ser se dice
de muchas maneras”; es decir, el término “ser” tiene varios significados):
1.
El
ser en potencia
2.
El
ser en acto
Por ejemplo, una semilla es en
potencia un árbol (y en acto una semilla), mientras que un árbol es en acto un
árbol (y en potencia una semilla; tiene la capacidad de producir frutos en cuyo
seno se albergan la semilla).
El cambio consiste en el cambio de
estado, de modo de ser: el movimiento es pasar del estado “ser en potencia” al
estado “ser en acto”. Ejemplo: cuando una semilla germina y se convierte en una
planta, se está dando dicho tránsito del ser en potencia al ser en acto. Veamos
cómo. Una semilla es en acto, es decir, realmente de hecho, una semilla,
pero es, potencialmente, una planta. Cuando la semilla germina, deja de
ser en acto una semilla y se convierte en acto en una planta, es decir, se
convierte en aquello que era potencialmente. Por el contrario, una piedra
también es en acto una piedra y no una planta, pero, a diferencia de la
semilla, tampoco lo es (una planta) potencialmente. Es por eso por lo que una
piedra no se convertirá nunca, naturalmente, en una planta.
TEORÍA DE LAS CUATRO CAUSAS
En la actualidad, el término
“causa” significa principalmente aquello que produce un efecto (por ejemplo, la
lluvia es la causa de que me moje). Para A., ese significado es el específico
de un tipo de causa que él denominaba “causa eficiente” (eficiente es un
adjetivo que significa que algo puede producir, fabricar, un efecto; la lluvia
produce la mojadura), mientras que el término “causa” a secas, tenía según él
un significado más genérico.
¿Qué es la causa para A.?
Causa es todo aquello que es
condición en el “llegar a ser” (en el cambiar) de algo.
Y es que A. no sólo quería
comprender el movimiento (en general), sino que quería explicarlo (en concreto;
comprender en particular qué es lo que hace que una semilla germine). Lo hará a
través de su teoría de las cuatro causas. Para A., las causas son las
explicaciones del porqué del cambio (lo chocante para nuestro punto de vista
moderno, como acabamos de ver, es que no hay una causa, sino cuatro).
¿Cuáles son esas cuatro causas?
1.
CAUSA
MATERIAL: es la materia o sustrato del movimiento (por ejemplo, la arcilla, el
barro, con el que un alfarero fabrica una tinaja, una crátera).
2.
CAUSA
FORMAL: es la forma que se adquiere en el movimiento (por ejemplo, la forma
sustancial “tinaja” que el alfarero imprime en la arcilla.
3.
CAUSA
EFICIENTE: es el principio activo del movimiento, el agente que lo
produce (el alfarero).
4.
CAUSA
FINAL: es el fin del cambio, del movimiento (se fabrica la tinaja para
almacenar agua).
En el caso de los
artefactos (como la tinaja), se pueden diferenciar claramente las cuatro
causas. En el caso de los seres vivientes (de los seres naturales, no
artificiales), la causa formal, eficiente y final coinciden, pues es siempre la
misma: la naturaleza de un ser. Por ejemplo, un árbol que florece y
fructifica en primavera y verano:
1.
Causa
material del fruto: la materia de la flor.
2.
Causa
formal de la flor y del fruto: la naturaleza (la forma sustancial) del árbol.
3.
Causa
eficiente: la misma naturaleza del árbol (es esa misma naturaleza la que hace
que espontáneamente, “naturalmente”, por sí mismo y no de forma forzada,
provocada por un agente exterior, el árbol florezca y fructifique).
4.
Causa
final: la naturaleza del árbol (la finalidad de que el árbol florezca y
fructifique es que el árbol produzca las semillas de los árboles futuros y así,
la naturaleza del árbol pueda perdurar … eternamente).
C)
LA
COSMOLOGÍA ARISTOTÉLICA
En su cosmología, A. es más
platónico de lo que podíamos suponer.
¿Por qué?
Porque en su concepción del
universo es dualista (existen dos planos de la realidad). A. no habla de la
existencia de un mundo sensible y de un mundo de las Ideas, pero para él
existen en el cosmos dos planos, dos regiones, dos mundos de perfección
ascendente:
1.
la
Tierra: el mundo sublunar, el plano físico terrestre.
2.
los
cielos: el mundo supralunar, el plano físico celeste.
El cosmos físico no es, por lo
tanto, homogéneo, sino heterogéneo.
¿Por qué?
El cosmos está dividido en un plano
inferior, el plano terrestre, y otro superior, el plano celeste.
El cosmos es:
-
esférico
-
finito
(el cosmos está circunscrito por la esfera de las estrellas fijas, que es su
límite)
-
eterno
(no fue creado por ningún demiurgo)
-
en
el centro del cosmos se ubica la Tierra que es una esfera inmóvil
(geocentrismo)
-
está
estructurado como una sucesión de esferas homocéntricas
EL MUNDO SUBLUNAR
-
Corresponde
a toda la realidad que está por debajo de la esfera lunar (de ahí lo del nombre
de mundo sub-lunar).
-
Está
organizado en cuatro capas o esferas que corresponden a los cuatro elementos:
la capa de tierra, de agua, de aire y, finalmente, de fuego.
-
Todas
las sustancias del mundo sublunar están compuestas por los cuatro elementos
(por eso se las denomina sustancias mixtas, de mixtura o mezcla).
-
En
este mundo es en el que se dan los cuatro cambios: lo más importante es que en
él se da el cambio sustancial, es decir, la generación y la corrupción; los
movimientos locales son siempre lineales, hacia abajo en el caso de los
elementos graves (tierra y agua) y hacia arriba en el caso de los ligeros (aire
y fuego).
EL MUNDO SUPRALUNAR
-
“De caelo” (acerca de los cielos, en
latín) es la obra en la que A. expone su cosmología.
-
El
mundo supralunar abarca desde la esfera de la Luna hasta la esfera de las
estrellas fijas.
-
Las
sustancias de este plano celeste son esferas y astros.
-
Su
único movimiento es el local, que además es uniforme y circular, perfecto (en
los cielos no hay corrupción ni generación, ni cambios cualitativos ni
cuantitativos): los cuerpos celestes se mueven, por lo tanto, en círculos y de
un modo regular (sin aceleraciones ni deceleraciones).
-
Como
no poseen otro movimiento que el circular y uniforme, los cielos son
ingenerables e incorruptibles, eternos, divinos.
-
No
están compuestos de los cuatro elementos, sino de un quinto elemento o
quintaesencia: el éter.
-
Las
esferas están encajadas las unas dentro de las otras. Son ocho esferas (en
realidad, son 55), y giran en torno a la Tierra. Hay rozamiento, pero no
fricción.
-
Del
movimiento de los astros dependen todos los movimientos del mundo sublunar.
¿Por qué? Porque es el movimiento de los cielos el que genera el día y la
noche, así como las estaciones.
D)
LA
TEOLOGÍA - EL
PRIMER MOTOR INMÓVIL: EL THEÓS
Para A., la realidad se reduce al
universo físico (al mundo sensible de Platón): para A., en principio, no hay un
plano trascendente a la realidad física, pues negaba la existencia del mundo de
las Ideas. Sin embargo, A. terminó postulando y defendiendo la existencia de
una dimensión metafísica y trascendente de la realidad. ¿Qué es lo que en ella
hay? Sólo una cosa, una sustancia, pero una sustancia perfecta, la sustancia
perfecta, la única sustancia perfecta: el theós,
es decir, dios.
¿Por qué A. terminó postulando
dicha entidad suprafísica y trascendente?
Aristóteles postula la existencia
del theós (al que denomina “Primer Motor Inmóvil”) por la necesidad de
buscar la causa última (la causa final) del movimiento de los cielos. La causa
del movimiento es dios, el Primer Motor Inmóvil. Dios es, por lo tanto, el
motor del universo, el último motor del universo, la causa última, la causa
final del dinamismo universal.
¿Cómo mueve dios el universo?
El theós mueve el mundo no
por tracción (como causa eficiente de dicho movimiento), sino por atracción
(como objeto del deseo, del amor que el universo siente por dios). En palabras
del Dante, “…ya mi voluntad y mi deseo / giraban con la fuerza del amor / que
mueve el sol y las demás estrellas” (Paradiso, XXXIII, 143-145)
¿Por qué el cosmos entero ama a
dios?
Porque siente una inclinación o
tendencia, una teleología irresistible, hacia la plenitud y perfección que es
dios.
¿Cómo expresa esa tendencia, ese
amor, el universo hacia dios?
Con el movimiento circular y uniforme
de las esferas celestes: las esferas se mueven así, circular y uniformemente,
para imitar la perfección divina. Como podemos comprobar, A., al final,
es hiperplatónico: hay un plano superior (dios en A./mundo de las Ideas en
Platón), al que imita el plano inferior (cosmos/mundo sensible).
En conclusión, para A. el universo
funciona teleológicamente, propositivamente, finalísticamente: el cosmos no
funciona al azar, ni gobernado por fuerzas ciegas (éste es el punto de vista
defendido por el atomismo griego y, también, con matices, por la ciencia
moderna), sino que en él se cumple un plan. Ese plan para A. es inmanente al
universo (no trascendente como mantenía Platón, quien postulaba la existencia
de un demiurgo; para A., la existencia de un plan no implica la existencia de
una inteligencia ordenadora trascendente al universo, pues dicho plan es para
A. inherente al universo mismo).
¿Qué plan? ¿En qué consiste según
A. la teleología universal?
El paso de la potencia al acto: todo lo que existe
tiende teleológicamente a actualizar las capacidades, las potencialidades de su
naturaleza, de su ser (es por eso por lo que una semilla germina, por lo que la
planta y el árbol crece, florece y fructifica, por lo que los animales se
aparean y se reproducen, por lo que los hombres viven en polis, dedicándose
también a la contemplación del orden universal…). Todos los movimientos de la
naturaleza, todo el dinamismo universal, todo el devenir, tiene un sentido: el
que cada ser, por sí mismo, llegue a ser lo que es (alcance el cumplimiento
de su naturaleza).
¿Cómo es para A. el theós?
Para A., dios es vida, es
actividad, un acto puro, un acto que no supone potencialidad, es decir, es “energeia”.
¿Y en qué consiste esa vida, esa
actividad divina (pues también hasta una planta vive, pero para una planta
vivir significa nutrirse, crecer, reproducirse)?
En pensar, en el pensamiento. El theós
es una inteligencia, una inteligencia pura, un pensamiento que para ser puro no
puede estar ligado a lo corpóreo (por eso, dios es la única sustancia
incorpórea que existe; las inteligencias celestes tienen cuerpo: su cuerpo son
las esferas y los astros hechos de éter que mueven).
Si el dios es pensamiento, ¿en qué
piensa dios?
Los hombres piensan en las formas
sustanciales y accidentales, y también en los primeros principios de la ciencia
(como, por ejemplo, en el principio de no contradicción). Dios no puede pensar
eso porque pensaría el mundo, y tal cosa es contraria a su dignidad (lo
superior no puede rebajarse a pensar lo inferior).
¿En qué piensa entonces?
El theós no piensa en
ninguna forma concreta (caballo, planta, roca…), sino que se piensa a sí mismo.
Dios es el pensamiento del pensamiento (“nóesis
noéseos”), algo así como un ojo cuyo ver consiste en verse a sí mismo, ver
su mirar, ver su acto de contemplar. Y como dios es una forma pura (dios es la
única sustancia sin materia, sin cuerpo, no hilemórfica), dios, al pensarse a
sí mismo, no piensa en la instanciación o ejemplificación particular de una
forma (este caballo, esta flor, esta piedra…), sino piensa en la forma pura,
sin más.
E)
LA
BIOLOGÍA - “DE
ANIMA” (ACERCA
DEL ALMA)
Para A., toda la materia es inanimada
(carece de por sí de vida, de actividad vital: nutrición, crecimiento y
reproducción).
¿Qué hace que haya seres vivos?
No la sustancia de un tipo de
materia especial, la materia viva, sino la presencia de un principio vital. Ese
principio vital que da vida a los cuerpos, a la materia inerte, es el alma.
¿Cómo concibe el alma A.?
A diferencia de Platón, para A. el
alma no es una realidad sustancial diferenciada de la materia, del cuerpo
(dualismo bio-antropológico platónico: el hombre, y los animales, están
compuestos por dos sustancias: el cuerpo y el alma). Para A., el alma no es una
sustancia, sino la forma (recordemos la teoría hilemórfica) de un tipo de
sustancias: las sustancias vivas, los seres vivos.
Sabemos que, para A., la
“naturaleza” (la forma sustancial) es el principio no sólo de las propiedades
de un ser, sino de todas las operaciones, actividades y movimientos que un ser
es capaz de realizar por sí mismo espontáneamente, no de un modo forzado o
violento. El fenómeno de la vida es el conjunto de operaciones específicas que
pueden llevar a cabo, por sí mismos, los seres vivos: nutrición, crecimiento,
reproducción. Como hay distintos tipos de seres vivos (plantas, animales y
seres humanos), también hay tres tipos de almas:
1.
El
alma vegetativa (el alma propia de las plantas) que es un principio de
nutrición, crecimiento y reproducción.
2.
El
alma sensitiva (el alma de los animales), que es un principio de sensación (los
animales conocen su entorno a través de sus órganos sensoriales), de locomoción
(los animales, a diferencia de las plantas que están enraizadas en el suelo,
pueden trasladarse a voluntad de un lugar a otro) y también de apetición (tienen
apetitos, es decir, deseos y emociones: sienten hambre o miedo).
3.
El
alma racional (el alma de los hombres, y de las esferas celestes) que es un
principio de conocimiento de lo inteligible (las formas) y también, en el caso
de los hombres, de voluntad libre (la conducta humana no está determinada por
el deseo, como ocurre con los animales o los niños que actúan por impulso, sino
que es fruto de una deliberación y una elección consciente y racional).
-
Las
plantas sólo tienen alma vegetativa.
-
Los
animales vegetativa y sensitiva.
-
Los
seres humanos, vegetativa, sensitiva y racional.
-
Las
esferas celestes, por el contrario, sólo tienen alma racional: y es que los
cuerpos celestes también tienen un alma que las mueve y les da vida (y de ahí
lo del “organicismo” griego), sólo que las esferas y los astros únicamente
tienen alma racional: son las inteligencias celestes, pues las esferas celestes
son movidas por inteligencias.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Lo primero que tenemos que saber
del alma es que, como es la forma del cuerpo, no puede separarse de éste, del
cuerpo, tras la muerte (tal como defendía Platón). Por lo tanto, A. rechazará,
en principio, la inmortalidad del alma.
Hablemos ahora de proceso del
conocimiento. El ser humano tiene un alma vegetal gracias a la cual está vivo,
y un alma animal que hace posible que los seres humanos tengan capacidad de
tener sensaciones, de sentir. Al conocimiento sensitivo, A. lo denominó
experiencia, empireia (es la doxa,
el conocimiento dóxico de Platón).
El conocimiento humano requiere
necesariamente del conocimiento sensible. Frente a lo que defendía Platón, para
A. el conocimiento sensible es imprescindible para alcanzar el conocimiento
superior, el conocimiento científico, epistémico: no es que para A. el
conocimiento epistémico consista en el conocimiento sensible, sino que para
alcanzar el conocimiento epistémico es necesario como condición previa el
conocimiento sensible.
-
Hay
cinco sentidos externos: vista, oído, olfato, tacto y gusto; por
medio de ellos, captamos las formas sensibles como los colores, sonidos…;
algunas formas sensibles se referirán a formas accidentales, pero otras a
características propias de las formas sustanciales como por ejemplo el carácter
incoloro, insípido e inodoro del agua.
-
Los
sentidos internos. Son cuatro en total:
1.
Sentido
común:
§ hay ciertas cualidades
sensibles que se pueden captar a la vez por varios sentidos (el número, la
figura, el tamaño y el movimiento; las famosas cualidades primarias de la
ciencia moderna). El sentido común reconoce que esa cualidad captada por
distintos sentidos es una y la misma cualidad.
§ Sin embargo, su
función más importante es unir sensaciones, agruparlas para que así podamos
percibir objetos (para que pueda ver no sea este color verde y aquella forma
redondeada, sino que lo que vea sea una manzana). Al objeto percibido, lo
denomina “imagen” (en latin, phantasma;
lo denominará fantasma porque es un producto de la fantasía, de la imaginación;
en realidad, es un producto más del sentido común).
2.
Memoria/Imaginación: almacenan y
reproducen las sensaciones para poder construir luego en nuestra mente imágenes
esquemáticas de los objetos, imágenes a las que también se denominará phantasma.
3.
Facultad
estimativa:
es la capacidad por medio de la cual saben los animales instintivamente lo que
les conviene y lo que les es nocivo.
TEORÍA DE LA ABSTRACCIÓN
Nos interesa
comprender la teoría del conocimiento de A. para poder entender más adelante la
concepción moderna del conocimiento, es decir, de Descartes en adelante.
Descartes y con él
toda la filosofía moderna (el idealismo), defendió un punto de vista
“representacionista” (de “representación” = idea o imagen mental de algo)
respecto al fenómeno del conocimiento: la mente conoce la realidad porque
fabrica imágenes mentales que son como cuadros o fotografías que copian o
reflejan (representan) la realidad.
El punto de vista de
los antiguos es diametralmente opuesto al de los modernos. Para A., el
conocimiento consiste en la “presencia” misma en el alma de las formas
que determinan el ser de las cosas. Por ello, podemos decir que A. defiende una
concepción del conocimiento no “representacionista”, sino “presentacionista”,
presentista: el conocimiento no consiste en una imagen mental que, como si
fuese un cuadro o una fotografía, representa las cosas, sino en la “presencia
en la mente”, en el alma, de las cosas mismas que queremos conocer (no de la
cosa en sí misma, con su materia, sino exclusivamente de la forma de las cosas,
sin su materia).
Ejemplo comparativo:
-
Para
los filósofos modernos, yo conozco la manzana que tengo delante de mis ojos
porque, en primer lugar, mis sentidos fabrican una representación sensible (un
cuadro o dibujo, en sentido cuasi literal) de esa manzana. En un segundo
momento, la inteligencia se representa la manzana, pero no la manzana individual
que estoy viendo ante mí, sino la manzana en abstracto, a través de un
concepto, el concepto “manzana”.
-
Para
los antiguos, para A., el proceso es muy diferente: en primer lugar, no debemos
olvidar que según la teoría hilemórfica la manzana está formada por una materia
y una forma, mejor dicho, por una materia y múltiples formas: una única forma
sustancial (ser manzana) y múltiples formas accidentales (por ej., color rojo,
tamaño grande, sabor dulce, superficie lisa, encima de la mesa…). Pues bien,
las formas accidentales se pueden encontrar presentes en los sentidos como
formas sensibles (y así, el color rojo de la manzana está presente en el ojo
como forma sensible). Y lo mismo sucede con la forma sustancial, la esencia o
naturaleza “ser manzana”, que se puede encontrar presente en el entendimiento
como forma inteligible “manzana” y que como tal es aprehendida por el
intelecto.
Expliquemos cómo se produce el
fenómeno del conocimiento. Lo primero que tenemos que saber es que se divide en
dos fases: la fase sensible y la fase inteligible.
Comencemos por la fase sensible:
1.
Los
cinco sentidos externos se apropian de las formas accidentales del
objeto real (color, olor, sabor, etc.). Esta apropiación no consiste en que los
sentidos fabriquen una imagen mental de las formas accidentales (tal como
defenderán los modernos), sino que las formas accidentales mismas se den en los
sentidos. Por ejemplo: si estoy viendo una manzana de color rojo, el color rojo
mismo, la forma accidental “ser rojo”, se encuentra presente en mí mismo ojo
cuando lo veo). Cuando una forma accidental se da en los sentidos (el color
rojo que está en el ojo) y no en la cosa misma (el color rojo que está en la
manzana), recibe el nombre de “forma sensible”.
¿Cómo
es esto posible?
Para
explicar la presencia de las formas en el alma, A. hace la siguiente analogía:
los sentidos pueden captar, apropiarse de las formas accidentales de las cosas
mismas del mismo modo que la cera puede recibir la forma del sello de un
anillo, dejando éste exclusivamente la forma del sello, sin la materia, sin el
metal del que el sello está fabricado.
2.
La
totalidad de las formas sensibles captadas a través de los cinco sentidos son
retenidas y almacenadas por la memoria. Pues bien, la imaginación
y el sentido común van a agrupar esa totalidad de formas sensibles
agregando unas a otras haciendo posible la aparición de un phantasma, de
una imagen (no en sentido moderno) del objeto individual que he percibido por
los cinco sentidos. Ese phantasma no es una representación construida
por la imaginación, sino una mera acumulación o suma de formas sensibles
reunidas por la imaginación. En este punto, con la aparición del phantasma,
termina la parte del conocimiento sensible de la realidad, la experiencia o empireia.
Pasemos ahora a
explicar la fase inteligible, la fase del conocimiento intelectual, el
conocimiento de la forma sustancial o inteligible de las cosas (lo que Platón
denominaba fase epistémica o noética):
1.
Sobre
el fantasma va a actuar el entendimiento agente. El entendimiento agente
va a llevar a cabo la operación de la abstracción.
¿Qué
es abstraer?
El
entendimiento agente va a extraer, va a sacar o arrancar, la forma sustancial
del phantasma (por ej., va a extraer del phantasma de esta
manzana la forma sustancial “ser manzana”).
¿Cómo
lo hace?
La
forma sustancial “ser manzana” se encuentra potencialmente dentro del phantasma.
Lo que va a hacer el entendimiento agente es actualizar dicha
potencialidad (es por eso, porque actualiza una potencialidad latente por lo
que se llama “agente”; esa actualización es comparada con una luz que hace
posible “ver” la esencia o forma que se encuentra latente en el phantasma).
La actualización de dicha potencialidad es la abstracción. Por medio de
la abstracción, el entendimiento agente extrae la forma inteligible (la forma
sustancial) que de un modo larvado se hallaba en el phantasma.
2.
¿Qué
sucede después? El entendimiento agente proyecta, imprime, la forma inteligible
abstraída del phantasma en el entendimiento paciente (en el
entendimiento posible o en potencia de conocer).
3.
Cuando
la forma inteligible (la forma inteligible es la misma forma sustancial de las
cosas, sólo que cuando se da no en las cosas sino en el entendimiento) se
imprime en el entendimiento posible, éste es llevado al acto, produciéndose en
ese momento el fenómeno de la intelección, es decir, el acto de la comprensión,
del conocimiento.
EN CONCLUSIÓN:
- para los antiguos,
para A., el conocimiento es un proceso asimilativo, un proceso
consistente en la asimilación de las formas (en este proceso tiene especial
relevancia la operación de la abstracción, que es un proceso de extracción y de
impresión de formas, porque es en él donde se da el salto de lo sensible a lo
inteligible).
- por el contrario,
para los modernos, para la filosofía moderna desde Descartes, el fenómeno del
conocimiento es un fenómeno representativo: mi alma (mi mente) conoce no
porque asimile formas (lo que las cosas objetiva y realmente son), sino porque
fabrica, produce, representaciones. En la filosofía anglosajona del siglo XX,
se intentará superar el idealismo cartesiano por medio del giro lingüístico: la
mente se representa la realidad a través del lenguaje y por ello todos los
problemas filosóficos irresolubles son confusiones lingüísticas (Wittgenstein
II), y la única forma de lenguaje enunciativo correcta es el lenguaje
científico (tal como defendieron Russell, Wittgenstein I y el Círculo de
Viena).
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