viernes, 14 de octubre de 2022

2º BACH - 3º EXAMEN PLATÓN (texto Fedro+1/2 tema antropología y ética)

 




TEMA 4: ANTROPOLOGÍA Y POLÍTICA EN PLATÓN

 

TEXTO “FEDRO”

“Sobre la inmortalidad, baste ya con lo dicho. Pero sobre su idea hay que añadir lo siguiente: Cómo es el al­ma, requeriría toda una larga y divina explicación; pero decir a qué se parece, es ya asunto humano y, por supues­to, más breve. Podríamos entonces decir que se parece a una fuerza que, como si hubieran nacido juntos, lleva a una yunta alada y a su auriga. Pues bien, los caballos y los aurigas de los dioses son todos ellos buenos, y buena su casta, la de los otros es mezclada. Por lo que a nos­otros se refiere, hay, en primer lugar, un conductor que guía un tronco de caballos y, después, estos caballos de los cuales uno es bueno y hermoso, y está hecho de esos mismos elementos, y el otro de todo lo contrario, como también su origen. Necesariamente, pues, nos resultará di­fícil y duro su manejo.

Y ahora, precisamente, hay que intentar decir de dón­de le viene al viviente la denominación de mortal e inmor­tal. Todo lo que es alma tiene a su cargo lo inanimado, y recorre el cielo entero, tomando unas veces una forma y otras otra. Si es perfecta y alada, surca las alturas, y gobierna todo el Cosmos. Pero la que ha perdido sus alas va a la deriva, hasta que se agarra a algo sólido, don­de se asienta y se hace con cuerpo terrestre que parece mo­verse a sí mismo en virtud de la fuerza de aquélla. Este compuesto, cristalización de alma y cuerpo, se llama ser vivo, y recibe el sobrenombre de mortal. El nombre de inmortal no puede razonarse con palabra alguna; pero no habiéndolo visto ni intuido satisfactoriamente, nos figu­ramos a la divinidad, como un viviente inmortal, que tiene alma, que tiene cuerpo, unidos ambos, de forma natural, por toda la eternidad. Pero, en fin, que sea como plazca a la divinidad, y que sean estas nuestras palabras.

Consideremos la causa de la pérdida de las alas, y por la que se le desprenden al alma. Es algo así como lo que sigue.

El poder natural del ala es levantar lo pesado, lleván­dolo hacia arriba, hacia donde mora el linaje de los dioses. En cierta manera, de todo lo que tiene que ver con el cuer­po, es lo que más unido se encuentra a lo divino. Y lo divino es bello, sabio, bueno y otras cosas por el estilo. De esto se alimenta y con esto crece, sobre todo, el pluma­je del alma; pero con lo torpe y lo malo y todo lo que le es contrario, se consume y acaba. Por cierto que Zeus, el poderoso señor de los cielos, conduciendo su alado ca­rro, marcha en cabeza, ordenándolo todo y de todo ocu­pándose. Le sigue un tropel de dioses y démones orde­nados en once filas. Pues Hestia se queda en la morada de los dioses, sola, mientras todos los otros, que han sido colocados en número de doce, como dioses jefes, van al frente de los órdenes a cada uno asignados. Son mu­chas, por cierto, las miríficas visiones que ofrece la intimi­dad de las sendas celestes, caminadas por el linaje de los felices dioses, haciendo cada uno lo que tienen que hacer, y seguidos por los que, en cualquier caso, quieran y pue­dan. Está lejos la envidia de los coros divinos. Y, sin em­bargo, cuando van a festejarse a sus banquetes, marchan hacia las empinadas cumbres, por lo más alto del arco que sostiene el cielo, donde precisamente los carros de los dio­ses, con el suave balanceo de sus firmes riendas, avanzan fácilmente, pero a los otros les cuesta trabajo. Porque el caballo entreverado de maldad gravita y tira hacia la tie­rra, forzando al auriga que no lo haya domesticado con esmero. Allí se encuentra el alma con su dura y fatigosa prueba. Pues las que se llaman inmortales, cuando han alcanzado la cima, saliéndose fuera, se alzan sobre la es­palda del cielo, y al alzarse se las lleva el movimiento cir­cular en su órbita, y contemplan lo que está al otro lado del cielo.”

 

Análisis del texto

 

Seguidamente, vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento del diálogo Fedro en el que se relata el Mito del Carro Alado, pero antes contextualizaremos  la temática del texto en el pensamiento del autor. En el Fedro, Platón expone algunas tesis acerca del origen, naturaleza, estructura y destino de las almas, todo lo cual le servirá para desenvolver y matizar su principal doctrina antropológica, ya expuesta anteriormente en el diálogo Fedón: el dualismo antropológico cuerpo/alma.

Pasemos seguidamente a analizar el texto. Las ideas principales que podemos entresacar de él son las siguientes:

 

1º LA ESTRUCTURA TRIPARTITA DEL ALMA: El alma humana tiene una estructura tripartita (“se parece a una fuerza que … lleva a una yunta alada y su auriga”):

 

a) el auriga representa la parte racional destinada al conocimiento y a la dirección de la vida humana, siendo dicha parte lo más divino que hay en nosotros (“hay, en primer lugar, un conductor que guía un tronco de caballos”).

 

b) el caballo bueno (“de los cuales uno es bueno y hermoso”) representa la parte irascible, los impulsos que se someten a los dictados de la razón y la vigorizan.

 

c) el caballo rebelde representa la parte concupiscible, parte formada por todos aquellos deseos y pasiones que nos impulsan al ámbito de lo sensible (“el otro de todo lo contrario, como también su origen. Necesariamente, pues, nos resultará di­fícil y duro su manejo”).

 

2º LA DIFERENCIA ENTRE LAS ALMAS DE LOS DIOSES Y LAS DE LOS HOMBRES: El alma de los dioses es perfecta pues todos sus componentes son buenos. El alma de los hombres, por el contrario, es imperfecta porque en ella se mezclan componentes buenos y malos (“los caballos y los aurigas de los dioses son todos ellos buenos, y buena su casta, la de los otros es mezclada”).

 

3º LA HIPÓTESIS DE LA RELIGIÓN ASTRAL: Los cuerpos celestes (los astros y las esferas) están dirigidos y gobernados por las almas inmortales de los dioses (“si es perfecta y alada, surca las alturas y gobierna en el Cosmos”)

 

4º EL ALMA COMO PRINCIPIO VITAL: El alma es el principio vital que anima un cuerpo, le da vida y permite que siendo inerte pueda moverse por sí mismo (“Pero la que ha perdido sus alas va a la deriva, hasta que se agarra a algo sólido, don­de se asienta y se hace con cuerpo terrestre que parece mo­verse a sí mismo en virtud de la fuerza de aquélla”).

 

5º EL DUALISMO ANTROPOLÓGICO: Se denomina viviente y mortal al conjunto formado por el cuerpo y el alma (“este compuesto, mezcla de alma y cuerpo, recibe el nombre de ser vivo y es por definición mortal”).

 

6º LA PARTE APETITIVA DEL ALMA SIENTE UNA INCLINACIÓN HACIA LO SENSIBLE: El alma humana participa de algún modo de la naturaleza divina pero también de un principio opuesto que la pervierte y la hace caer en el mundo sensible, un mundo en perpetuo devenir donde nada permanece idéntico a sí mismo (“porque el caballo malo hace fuerza cara a la tierra”).

 

7º LA PARTE RACIONAL DEL ALMA SIENTE UNA INCLINACIÓN HACIA LO INTELIGIBLE: La parte más excelente del alma humana es semejante a la de los dioses y como ellos se nutre de lo verdadero, bueno y bello, esto es, del conocimiento de la Idea, aquella verdadera realidad que está más allá de lo sensible en un ámbito inteligible (“Es lo divino y hermoso, sabio, bueno y otras cosas por el estilo. El plumaje se alimenta y crece con esto”).

 

Pasemos seguidamente a clarificar algunos de los términos más relevantes:

-        Una yunta alada y su auriga: representación alegórica de la estructura tripartita del alma.

-        Viviente mortal/viviente inmortal: el primero se refiere a las almas imperfectas de los hombres y el segundo a las almas perfectas de los dioses.

-        Lo que está al otro lado del cielo: referencia a la dimensión metafísica de la realidad, esto es, al mundo supraceleste de las Ideas.

 


Tema A.B.A.U.: ANTROPOLOGÍA Y POLÍTICA EN PLATÓN

 

Dualismo antropológico: cuerpo/alma

 La antropología platónica es dualista. Platón concibe al ser humano como una entidad compuesta por dos substancias: el cuerpo y el alma. Este dualismo antropológico quedó establecido en el diálogo “Fedón” y es consecuencia de su dualismo ontológico que afirma la existencia de dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible. 

            En razón del carácter dual del ser humano, Platón considerará que el ser humano es una realidad intermedia entre los dos mundos operando como una especie de puente que los conecta. 

¿Cuáles son las dos sustancias que componen al ser humano? 

1º el cuerpo:

-        es material, compuesto, corruptible y mortal.

-        pertenece al mundo sensible y Platón, siguiendo en ello a los pitagóricos, lo presentará como una especie de cárcel para el alma.

-        su destino es disolverse tras la muerte.

 

2º el alma:

-        es inmaterial, simple, incorruptible y eterna.

-        pertenece al mundo inteligible y aunque se encuentra atrapada dentro de un cuerpo sensible siente un impulso erótico hacia las Ideas.

-        su destino es purificarse (separarse) del cuerpo y volver a los cielos desde donde contemplará de nuevo las Ideas.

 

La purificación 

Como la unión del alma y del cuerpo no es sólo transitoria sino antinatural, el destino del alma es separarse del cuerpo. A la separación del alma del cuerpo la denomina Platón, siguiendo en ello a los pitagóricos, katharsis o purificación. Si un alma no logra su purificación, deberá reencarnarse en otro cuerpo. Esta doctrina, también procedente del pitagorismo, recibe el nombre de metempsicosis. Por el contrario, las almas de aquellos que han logrado la purificación, las almas de los sabios y virtuosos, podrán retornar a los cielos (en donde volverán a contemplar las Ideas). 

 ¿Cómo se logra dicha purificación? El Mito de la Caverna ejemplifica adecuadamente el proceso de purificación/educación que debe seguir toda alma:

 

1º renunciando el alma al conocimiento sensible, orientándose progresivamente hacia la contemplación las Ideas.

 

2º viviendo de un modo virtuoso, es decir, ordenando las partes del alma y sus actividades de acuerdo con la razón, lo cual implicará la renuncia o al menos la moderación en el deseo de bienes sensibles.

 

La estructura tripartita del alma 

En “el Fedro”, Platón distinguió en el alma tres partes o funciones que le hizo replantear en nuevos términos su anterior estricto dualismo alma/cuerpo. Platón recurrió a una alegoría, el Mito del Carro Alado, para explicar la estructura tripartita del alma y el destino de ésta. 

Platón representó simbólicamente el alma humana como el conjunto formado por un carro alado tirado por dos caballos, uno dócil y obediente y el otro díscolo, y conducido por un auriga. Las almas giran por toda la eternidad en las esferas celestes desde donde contemplan, junto a las almas de los dioses, las Ideas. Debido a la naturaleza impulsiva del caballo innoble, el alma termina cayendo en el mundo sensible y encarnándose en un cuerpo al que da vida. Tras la muerte del cuerpo, las almas deben reencarnarse en otro cuerpo a no ser que hayan alcanzado su purificación o separación del cuerpo lo cual les posibilitaría su retorno a las alturas celestes. 

El alma tiene por lo tanto tres partes:

                       

La Razón (función racional): ubicada en la cabeza, es la única parte divina e inmortal del alma. Su tarea es contemplar las Ideas y guiar a las otras dos partes del alma. Su mal es la ignorancia y su bien o virtud la sabiduría/prudencia.

 

El Ánimo (función irascible o volitiva): localizada en el pecho, el ánimo está constituido por un conjunto de pasiones nobles que dotan al alma de la energía y el vigor necesario para imponerse a los apetitos y sobreponerse a las dificultades con las que se tenga que enfrentar. Su función es por lo tanto aliarse con la razón para ayudarla a someter al apetito. Su mal es la cobardía y su bien o virtud es la valentía/fortaleza.

                       

El Apetito (función concupiscible o apetitiva): se encuentra en el vientre y es el conjunto de deseos y pasiones innobles. Su mal es la intemperancia (la incontinencia o desenfreno) y su bien la moderación/templanza.

 

La ética platónica: la justicia del alma 

Las doctrinas antropológicas platónicas están vinculadas estrechamente con sus doctrinas éticas y políticas. Expliquemos seguidamente la ética platónica, su concepción acerca de la areté del alma, virtud que cifra en la justicia. 

 La justicia del alma es para Platón, del mismo modo que el Bien, una Idea, la Idea de Justicia (o Idea del Alma humana). Por ello, para Platón es necesario su conocimiento (como para Sócrates). Pero no basta con su mero conocimiento (como sí le bastaba a Sócrates). Expliquemos la razón de ello. Por efecto de su concepción tripartita del alma, la justicia del alma será concebida no sólo como conocimiento del Bien, del bien del alma (aunque éste es imprescindible), sino como el efectivo ajuste entre las partes del alma. Este encaje se dará cuando:

 

1º cada una de las partes del alma cumple su función específica (alcanzando por ello su virtud propia: la sabiduría de la razón, la fortaleza del ánimo, y la moderación del apetito).

 

2º se dé entre ellas un adecuado orden jerárquico: la parte superior, la razón, debe gozar de preeminencia mientras que las dos partes inferiores, el ánimo y el apetito, deben subordinarse a ella. Por ello, la parte racional del alma debe guiar y conducir al alma entera.

 

Este equilibrio o armonía entre las tres partes del alma es la “justicia del alma” (la justicia ética) y tiene como consecuencia la salud de ésta, siendo su falta o carencia causa de su enfermedad y de todos los males que la pueden aquejar.

 

 

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