El trabajo de esta semana consistirá en hacer una disertación de la lectura del capítulo 7º del libro ¿Y tú que piensas? de S. Law. Las fotos del capítulo las mando al grupo de guasap.
¿Cuál es la extensión mínima de la disertación?
La disertación hay que hacerla con el ordenador y la extensión mínima (no hay extensión máxima) es la cara de un folio (con letra Times new roman de tamaño 11 y separación ordinaria entre líneas)
Id haciendo la disertación a la par que vais indicando con el epígrafe correspondiente las distintas partes de ésta: 1º Delimitación del problema; 2º Tesis; 3º Antítesis; 4º Síntesis; 5º Conclusión. Hacerlo de este modo os facilitará la tarea.
He añadido una lectura extra (la encontraréis después de las instrucciones acerca de cómo hacer la disertación), tambien de S. Law, que os puede ayudar, os puede dar ideas, para hacer la disertación. No dudéis en leerla antes de poneros a escribir. Os resultara mucho más fácil entender el asunto del que trata el capítulo 7º del libro fotografiado y consecuentemente hacer la disertación correspondiente sobre dicho tema.
¿QUÉ ES Y CÓMO SE HACE UNA DISERTACIÓN?
Puedes leer para informarte de ambas cosas la siguiente explicación extraída del libro de Gabriel Infante "Filosofía en la calle".
Cómo exponer tu pensamiento: la disertación.
En filosofía existe un procedimiento para exponer de manera ordenada y razonada nues-tro pensamiento sobre un determinado problema: la disertación. En Francia, ésta es una de las prue-bas más importantes para acceder a la universidad, pero en realidad es mucho más que eso; se puede decir que es una cuestión de interés nacional. Es una tradición que los medios de nuestro país veci-no lleven a sus titulares el problema filosófico al que se tuvieron que enfrentar los estudiantes de bachillerato: ¿La cultura nos hace más humanos?; ¿Toda verdad es definitiva? o ¿Todo lo que tengo derecho a hacer es justo?
Éstos son los pasos que debes seguir si quieres realizar una buena disertación:
1) Delimitar el problema.
Lo primero que debes hacer es restringir y explicar el problema del que vas a hablar; para ello puedes elaborar una serie de preguntas que te permitan organizarlo y detallarlo. Por ejem-plo, imagina que abordas el clásico problema de la libertad; las preguntas que podrías formular podrían ser éstas: ¿es libre el ser humano? Es decir, ¿posee realmente esa «capacidad de actuar según su propia voluntad a lo largo de su vida»? ¿Son nuestras elecciones un ejercicio libre o nuestra voluntad ha sido previamente «programada» para escoger de una determinada manera? Si fuese así, ¿qué o quién programa nuestras elecciones? También te ayudará definir los conceptos que se encuentran en la pregunta (recuerda que la mayoría de las palabras tienen varios significados, por tanto, debes delimitar su sentido). Siguiendo con el ejemplo anterior, deberías definir libertad, voluntad, elección, etcétera.
2) Tesis.
En esta parte debes ir exponiendo y explicando los argumentos a favor de una de las posturas. Para pasar de un argumento a otro puedes formular una pregunta, de manera que la argu-mentación sea su respuesta.
Puedes acompañar tus argumentos con ejemplos y pruebas. Estas últimas respaldan tus argumentos: un dato estadístico, una noticia, la opinión de alguna autoridad en la materia, un hecho histórico, una investigación científica, etcétera. Usamos las pruebas para que nuestro interlocutor tenga que aceptar nuestro argumento, es decir, para que termine diciendo «pues es verdad». Un ejemplo es una ilustración, una comparación o una referencia a un caso similar que le sea más fami-liar a la persona con la que estás debatiendo. Los ejemplos hacen que tu argumento quede más claro en la mente de los demás. Aunque éstos suelen ayudar, recuerda que puedes hacer una perfecta ar-gumentación sin recurrir a ellos y que exponer simplemente un catálogo de ejemplos no es argu-mentar.
3) Antítesis.
Ahora toca exponer y explicar los argumentos de la opción contraria.
4) Síntesis.
Éste es el momento en el que debes tomar partido por una de las dos opciones para, pos-teriormente, dar las razones de tu elección. No olvides refutar los argumentos de la otra parte; para ello puedes usar pruebas y contraejemplos. Puede darse el caso de que tu conclusión opte por una postura conciliadora entre la tesis y la antítesis, haciendo ver que ambas no son contradictorias, sino que en realidad se complementan.
5) Conclusión.
En este último paso debes exponer los resultados obtenidos en el curso de tu ejercicio: haz un breve y claro resumen del recorrido general del trabajo y de las certezas a las que has llegado. Recuerda solucionar el problema y responder claramente a la pregunta planteada.
ESTE 6º PUNTO NO ES OBLIGATORIO HACERLO
6) Escribir la entrada o introducción.
Sólo cuando hayas escrito todos los pasos anteriores podrás preparar una buena intro-ducción. No puedes hacerlo antes porque sería cómo hacer un tráiler de una película sin haber escri-to ni tan siquiera el guion. En la introducción debes: explicar el problema del que vas a hablar, enunciar brevemente las posturas y captar la atención con algún recurso retórico. Para que tu ejerci-cio quede redondo, intenta conectar el principio con el final; por ejemplo, si comenzaste contando una historia, vuelve a hacer referencia a ella o termínala en la conclusión.
LECTURA
FILOSOFÍA DE LA MENTE (Stephen Law)
¿Qué
es la mente?
Esta
pregunta es el centro de la filosofía de la mente, pero, a pesar de los
esfuerzos de los filósofos y científicos que la estudian, la mente sigue siendo
un gran enigma.
Son
muchos los problemas que plantea la mente. Éstos son algunos de ellos:
·
El enigma de la naturaleza de
la conciencia.
·
La enigmática relación entre
la mente y el mundo no mental (el mundo físico)
·
El enigma de la
intencionalidad: ¿cómo pueden nuestros pensamientos referirse/representar otras
cosas?, ¿qué es lo que les da el poder de representar?
·
El enigma de la percepción:
¿hasta qué punto nuestra mente condiciona lo que experimentamos?
·
El enigma de la identidad
personal: ¿qué es lo que hace, cuando miramos un álbum de fotos y vemos las
distintas etapas de nuestra vida, que todos esos individuos tan distintos sean
la misma persona, es decir, un mismo yo?
·
El enigma de la memoria: ¿qué
es la memoria y cómo se relaciona con la continuidad de nuestra identidad
personal?
Hay
que distinguir la filosofía de la mente de disciplinas científicas como la
psicología, la neurociencia o las ciencias cognitivas (que estudian la mente
como si fuese una computadora). Mientras la investigación científica implica
una investigación empírica (basada en la observación y la experimentación) de
los fenómenos mentales, la reflexión filosófica consiste en una aproximación
lógica y conceptual:
·
al preguntar qué es la mente,
no se busca conocer los hechos sobre la mente (hechos que se pueden descubrir a
través de una investigación científica), sino lo que implica el concepto de
mente.
·
su método incluye la
exploración de las conexiones lógicas y conceptuales que existen entre la
mente, la conducta y las distintas facultades mentales.
Los
descubrimientos de la filosofía de la mente pueden llegar a tener consecuencias
de gran alcance en otras ramas de la filosofía como por ejemplo en la ética:
dependiendo de cómo se responda a la pregunta por la identidad personal, se
puede plantear el problema de la eutanasia (o del aborto) de formas
contrapuestas (como un homicidio o como un acto de piedad o un derecho).
EL
ENIGMA DE LA MENTE
Todos
somos conscientes de nuestra rica vida interior: sensaciones, percepciones,
recuerdos, fantasías, pensamientos, emociones y deseos. Pero:
·
¿cómo se relacionan todos
ellos con el mundo físico?
·
¿es mi mente consciente algo
que está por encima de lo que ocurre físicamente o es también algo físico?
La
privacidad de la conciencia
Si
mordemos una manzana, disfrutaremos de una gran variedad de sensaciones, de
experiencias mentales conscientes:
·
la visión del color de su
cáscara
·
la textura cerosa de su piel
·
su olor ácido
·
el sabor dulce de su carne
Una de
las características interesantes de estas experiencias es su PRIVACIDAD: Cuando
miro una manzana roja, tengo una experiencia sobre el color. Sé cómo es para mí
esa experiencia y no dudo que tú tengas una experiencia similar, pero no puedo
saber cómo es para ti. No podemos acceder a la mente de los demás para saber
qué tipo de experiencias están teniendo. Parece que nuestra vida interior es
privada, en el sentido más estricto de la palabra. Nuestro cerebro y nuestro
sistema nervioso también son privados, pero en un sentido mucho menos estricto:
aunque mi cerebro está oculto dentro del cráneo, es posible en principio llegar
a contemplar lo que está pasando en su interior (por ejemplo, con un TAC se
puede explorar su funcionamiento)). Por el contrario, cuando se trata de la
mente, es imposible acceder a ella. Aunque tengas una experiencia consciente
igual a la mía, nunca podrás experimentar la que yo tengo. Se podría preguntar,
¿y si mi sistema nervioso estuviera conectado con el tuyo para que mi cerebro
recibiese exactamente la misma estimulación sensorial que el tuyo? Incluso
entonces, sólo podrás tener una experiencia igual a la mía, pero no la misma
experiencia que yo tengo. Parece que mi experiencia es inaccesible para ti.
En
1974, el filósofo estadounidense Thomas Nagel exploró la idea de la privacidad
de lo mental en su ensayo “¿Cómo se
siente siendo un murciélago?” (“What Is It Like to
Be a Bat?"), en el que se preguntaba cómo podríamos
saber lo que es experimentar el mundo desde el punto de vista de otro ser.
Concluía que, aunque lo sepamos todo sobre el cerebro de un murciélago, no
podemos saber qué experimenta un murciélago. Los murciélagos ven de noche
mediante la ecolocalización: al emitir un chillido agudo inaudible para el ser
humano y oír su eco, pueden percibir el ambiente que los rodea con todo
detalle. ¿Qué tipo de experiencia tiene el murciélago cuando puede ver gracias
al sonido? Nagel señala que, aunque conociéramos todos los hechos físicos
acerca de lo que le ocurre a un murciélago cuando emplea la ecolocalización,
seguiríamos sin saber cómo es esa experiencia para él. Nagel sugiere que el
carácter SUBJETIVO de la experiencia de otro ser (ser el punto de vista exclusivo
de un organismo) hace que quede oculta irremediablemente para nosotros.
El
dualismo mente/cuerpo
¿Es la mente algo físico?
¿Qué
relación hay entre mi mente y el mundo físico?
¿Cuál
es la relación entre nuestra mente consciente y nuestro cuerpo físico?
Respecto
a la cuestión de qué es la mente hay dos posibles planteamientos:
1.
DUALISMO: la mente y lo físico
son dos tipos de cosas distintas (la mente no es algo físico).
2.
MONISMO MATERIALISTA: la mente
es algo físico.
Comenzaremos
explicando el planteamiento dualista:
·
El dualista más famoso de la
historia ha sido Descartes en el mundo moderno. Platón lo fue de la Antigüedad.
·
También la mayoría de las
religiones mantienen de algún modo planteamientos que podríamos calificar de
dualistas. La creencia religiosa de que todos tenemos, independientemente de
nuestro cuerpo físico, un alma:
1º
no física e inmortal,
2º
que abandona el cuerpo en el momento de la muerte de éste, para
3º
trasladarse a algún tipo de región o dimensión no física de la realidad,
es
una doctrina que podemos calificar de dualista.
·
Para los dualistas, la mente y
el cuerpo son sustancias separadas.
¿Qué es una sustancia?
Aquello
que, a diferencia de las propiedades, puede existir por sí sólo,
independientemente de las demás cosas o sustancias. Un libro, por ejemplo, es
una sustancia porque existe por sí mismo. El peso del libro, por el contrario,
no es una sustancia (porque el peso no puede existir por sí mismo; requiere del
libro para existir). El peso es sólo una simple propiedad de la sustancia a la
que pertenece.
Pues
bien, para los dualistas, lo mental no es una propiedad de una sustancia física
como defienden los materialistas (esa sustancia sería nuestro cuerpo, más en
concreto, nuestro cerebro), sino que es una verdadera sustancia por sí misma:
la sustancia mente, la sustancia pensante, una sustancia que no está hecha de
materia sino de pensamiento.
Expliquemos
ahora el planteamiento monista. Los materialistas creen que sólo existe un tipo
de sustancia: la materia (de ahí, lo de monistas; monismo=una sustancia). Hay
distintas concepciones materialistas sobre la mente y lo mental:
1.
La mente es un objeto material
y es evidente que ese objeto tiene que ser el cerebro (la neurocientífica Susan
Greenfield, de la Universidad de Oxford, ha afirmado: “Tú eres tu cerebro”).
2.
Las propiedades y los procesos
mentales se tienen que poder identificar con propiedades y procesos físicos (y
así, si el agua no es otra cosa que H2O, el dolor es idéntico a ciertos estados
neuronales del cerebro).
3.
Otros materialistas, llamados conductistas lógicos, creen que la mente
no es más que un conjunto de disposiciones conductuales de una sustancia
material, el cuerpo. Y así, sentir dolor no es otra cosa que un conjunto de
conductas (retorcerse, gritar…). Fueron los conductistas lógicos los que
afirmaron que defender que hay una mente más allá de un cuerpo material y sus
disposiciones conductuales es introducir un fantasma
en la máquina totalmente mítico y superfluo.
4.
La forma más radical de
materialismo, el eliminativismo, niega que la mente exista. Quizá que la mente
existe es algo evidente para nosotros, pero, conforme la ciencia avance, según
los eliminativistas, se descubrirá que la mente es tan real como las brujas o
los demonios. La explicación de la conducta de los organismos humanos no
requerirá de la existencia de ninguna mente, o de lo que supuestamente hay en
ella, como las ideas y sentimientos. La explicación correcta de nuestra
conducta implicará sucesos neuronales y nada más, no sucesos mentales.
5.
Hay una forma sutil de
materialismo que es al mismo tiempo monista y dualista: es el dualismo de la
propiedad. Los dualistas de la propiedad son materialistas porque defienden que
no hay más sustancia que la materia, que el cuerpo, que el cerebro, pero
afirman también que esa única sustancia física puede tener tanto propiedades
físicas como mentales (y que dichas propiedades mentales son distintas a las
físicas e irreductibles a éstas). El cerebro posee dos tipos de propiedades
(propiedades ordinarias como tienen todos los objetos físicos, y propiedades
extra que no tienen la mayoría de los objetos físicos): propiedades físicas
como el peso y propiedades mentales como sentir dolor. En conclusión: el
cerebro tiene una doble identidad (al tener propiedades físicas y propiedades
no físicas sino metales).
¿Qué
teoría está en lo cierto:? ¿el dualismo, que defiende que la mente es una
sustancia diferenciada del cuerpo, o el monismo materialista, que afirma que no
puede haber otra sustancia que el cerebro?
Hasta
el siglo XX, se impuso la concepción dualista cartesiana. A partir del siglo
XX, en virtud del desarrollo de la neurociencia, es dominante de un modo
abrumador el monismo materialista. Veamos cuáles han sido las principales
objeciones que se le han puesto al dualismo, pero también algún argumento a
favor de él.
·
La objeción más conocida al
dualismo es el problema de cómo pueden interactuar la mente y el cuerpo (cuando
me pincho en los dedos, siento inmediatamente un dolor; y cuando mi mente
siente ese dolor, manda una orden a mi mano para que evite seguir cogiendo ese
objeto punzante).
El
problema es explicar como una mente no física puede causar un efecto en un
cuerpo físico (y a la inversa):
-
la mente, en principio, tiene que ser causalmente inactiva, no puede producir
ningún efecto en mi cuerpo (los monistas no tienen este problema porque para
ellos todo lo que sucede es físico: desde el movimiento de los músculos de la
mano a las señales neuronales que llegan o envía el cerebro).
-
lo mismo ocurre con el cuerpo, ya que es inexplicable cómo pude dejar algún
tipo de huella o marca en la mente, ya que la mente no es algo físico.
La
solución propuesta por Descartes fue postular que la glándula pineal (la
epífisis, una glándula que se encuentra en el centro del cerebro) estaba lleno
de “espíritus animales”, unas partículas líquidas ligerísimas que se movían a
gran velocidad por todo el cuerpo, y que eran capaces de 1º controlar
mecánicamente el cuerpo y 2º producir en el alma percepciones del cuerpo. Esta
explicación no convenció a nadie y se convirtió en el gran problema filosófico
del siglo XVII.
·
El principal argumento a favor
del dualismo es el siguiente: además de todos los hechos físicos, existen
hechos no físicos, los hechos mentales (la experiencia consciente subjetiva).
¿Cómo podernos demostrar que los hechos mentales no son hechos físicos? El filósofo australiano Frank Jackson propuso
el experimento hipotético “Mary y la sala en blanco y negro” para probarlo.
Supongamos que unos científicos crean y crían a Mary en una sala en blanco y
negro. Sus experiencias se controlan para que nunca experimente el color.
Cuando Mary llega a la edad adulta se convierte en un neurocientífica
extraordinaria. Descubre todo lo que sucede dentro del cerebro humano cuando
experimenta el color rojo, hasta la conexión de la última neurona. En el tema
de los hechos físicos sobre la percepción del color, no hay nada que Mary no
sepa. Entonces, uno de los científicos que está fuera de la sala lanza un
tomate maduro al mundo en blanco y negro de Mary. Esta experimenta algo que
nunca antes había vivido. Aprende algo nuevo: lo que es experimentar el color
rojo desde un punto de vista subjetivo. Aprende un nuevo hecho: el hecho de
percibir el color rojo. Pero Mary conocía ya los hechos físicos, por lo que
este nuevo hecho no es físico. Jackson concluye que existen más hechos además
de los físicos.
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