viernes, 18 de noviembre de 2022

2º BACH - 5º EXAMEN ARISTÓTELES (2º parte texto sobre la felicidad)

 




Ya que todo conocimiento y elección tienden a un bien, expongamos, para resumir, qué es aquello a lo que decimos que tiende la Política y cuál es el más elevado de todos los bienes que se alcanzan mediante la acción. Pues bien, sobre el nombre hay prácticamente acuerdo por parte de la mayoría: tanto la gente como los hombres cultivados le dan el nombre de “felicidad” y consideran que “bien vivir” y “bien-estar” es idéntico a “ser feliz”. Pero sobre la felicidad —qué cosa es— ya disputan y la gente no lo explica de la misma manera que los sabios. En efecto, unos la consideran una de las cosas visibles y manifiestas, como el placer, la riqueza o el honor; otros, otra cosa —y a menudo una misma persona la tiene por cosas diferentes: la salud, cuando está enfermo, y la riqueza cuando es pobre—. Mas si son conscientes de su propia ignorancia, admiran a los que dan una explicación imponente y superior a ellos: algunos pensaban que, además de todos esos bienes, existe otro por sí mismo, el cual es causa de que todos ellos sean bienes.

En fin, quizá resulte vano investigar todas las opiniones y sea suficiente hacerlo con las más destacadas o las que parecen admitir alguna clase de argumentación. Mas no debe pasarnos inadvertido que hay diferencia entre los argumentos que proceden de los principios y aquellos que conducen a los principios. Ya Platón se cuestionaba esto correctamente y trataba de indagar si el método consiste en partir de los principios o ir hacia los principios —lo mismo que en la carrera del estadio: desde los árbitros hacia el extremo o al revés—.

Desde luego hay que comenzar por las cosas cognoscibles; pero éstas son de dos clases: cognoscibles para nosotros y en sentido absoluto, por lo que quizá debemos comenzar por las cosas conocidas para nosotros. Por eso debe tener una buena educación en sus costumbres aquel que se dispone a oír con suficiencia sobre el bien y lo justo —y, en general, sobre Política—. Porque el principio es el “qué”, y si éste quedara suficientemente claro, no hará ninguna falta el “porqué”. Y una persona así ya tiene, o podría captar fácilmente, los principios. En cambio, aquel que carece de ambas cosas, que escuche las palabras de Hesíodo:

De todos el mejor es éste: quien lo comprende todo por sí mismo; bueno, a su vez, quien obedece al que bien dice. Mas quien no comprende por sí mismo ni, oyéndoselo a otro, lo pone en su interior, éste es, por su parte, un hombre inútil.

ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco

 Análisis del texto

Pasemos a analizar el texto. El texto trata sobre dos cuestiones estrechamente vinculadas, pero de carácter distinto, la primera de índole práctica (referida a un tema de naturaleza ética o política, esto es, cuál es el bien que es objeto de la ciencia y el arte político) y la segunda de tipo epistemológico (relacionada con la determinación del método más adecuado para alcanzar el conocimiento de dicho bien). Veamos seguidamente ambos extremos:

            1º Aristóteles, en el primer párrafo del texto, se pregunta acerca de ese bien común, final y supremo al que se encaminan todos los actos del ser humano y que es el objeto de la política. Considera que hay acuerdo unánime acerca de, al menos, la palabra que lo nombra, “felicidad”. En lo que por el contrario no hay consenso es en determinar el contenido de ésta.

            2º El segundo párrafo trata acerca de la cuestión epistemológica de cuál es el mejor método para conocer en qué consiste dicho bien, si aquel que parte de los principios de la ciencia política (principios que definirían estrictamente cuál es la esencia de la felicidad y que son lo más claro en cuanto al contenido del asunto tratado pues intentan determinar su esencia) o por el contrario el proceder acertado es aquel que, reconociendo nuestra ignorancia al respecto (acerca de qué es la felicidad) se eleva hasta dichos principios partiendo de aquello que es más claro y conocido para nosotros, las opiniones comúnmente aceptadas de lo que es “feliz y hermoso”.

Aristóteles termina decantándose por esta segunda opción, haciendo de dicha opinión común acerca de cuáles son las conductas, las costumbres y los sentimientos dignos y honrosos, el punto de partida de una investigación que se encamina hacia la dilucidación y esclarecimiento de aquello que es su principio y causa, o lo que es lo mismo, de cuál es la esencia de la felicidad.

 

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