jueves, 10 de noviembre de 2022

2º BACH - 3º EXAMEN ARISTÓTELES (texto sobre la virtud+ 1/2 tema ética)

 


A.B.A.U. - TEMA 6: ÉTICA Y POLÍTICA EN ARISTÓTELES


TEXTO DE “ÉTICA A NICÓMACO”: SOBRE LA VIRTUD

1.       Y, claro, dado que la virtud es doble —una intelectual [dianoética] y otra moral [ética]—, la intelectual toma su origen e incremento del aprendizaje en su mayor parte, por lo que necesita experiencia y tiempo; la moral, en cambio, se origina a partir de la costumbre, por lo que incluso de la costumbre ha tomado el nombre con una pequeña variación. De aquí resulta también evidente que ninguna de las virtudes morales se origina en nosotros por naturaleza: en efecto, ninguna de las cosas que son por naturaleza se acostumbran a otro comportamiento. Por ejemplo, la piedra, que se dirige por naturaleza hacia abajo, nunca podría acostumbrarse a dirigirse hacia arriba ni aunque uno tratara de acostumbrarla tirándola miles de veces hacia arriba; ni el fuego hacia abajo, nin ningún otro de los elementos que se originan de una manera podría acostumbrarse a un comportamiento diferente. Por consiguiente, las virtudes no se originan ni por naturaleza ni contra naturaleza, sino que lo hacen en nosotros que, de un lado, estamos capacitados naturalmente para recibirlas y, de otro, las perfeccionamos a través de la costumbre.

Más aún: de cuanto se origina en nosotros por naturaleza primero recibimos las facultades y después ejercitamos sus actividades. (Ello es evidente con los sentidos, pues no por ver muchas veces o por oír muchas veces hemos recibido esos sentidos, sino al revés: los utilizamos porque los tenemos, no los hemos adquirido por utilizarlos.) Las virtudes, en cambio, las recibimos después de haberlas ejercitado primero. Lo mismo que, por lo demás, en las artes: lo que hay que hacer después de aprenderlo, eso lo aprendemos haciéndolo: por ejemplo, los hombres se hacen constructores construyendo y citaristas tocando la cítara. Pues bien, de esta manera nos hacemos justos realizando acciones justas y valientes. Esto lo corrobora lo que sucede en las ciudades: los legisladores hacen buenos a los ciudadanos con la costumbre. Ésta es la voluntad de todo legislador y cuantos no lo hacen bien, fracasan; y en esto reside la diferencia entre una buena y una mala constitución.

 Más aún: toda virtud se origina como consecuencia y a través de las mismas acciones. Y el arte, igual: de tocar la cítara se originan los buenos y los malos citaristas. Y de manera similar los constructores y todos los demás: de construir bien se harán buenos constructores y de construir mal, malos. Porque de no ser así, ninguna necesidad habría de que alguien enseñara, sino que todos habrían nacido buenos o malos.

Pues bien, así sucede también con las virtudes: es realizando las acciones relativas a las transacciones con los hombres como unos nos hacemos justos y otros injustos; y realizando las acciones relativas a las situaciones de peligro, y acostumbrándonos a temer o a tener valor unos nos hacemos valientes y otros cobardes. E igualmente sucede con los aptetitos y la ira: unos se hacen templados y mansos y otros intemperantes e irascibles —unos por desenvolverse de una manera y otros de otra en las mismas circunstancias—. Bien, en una palabra: los hábitos se originan a partir de actividades correspondientes. Por ello hay que realizar actividades de una cierta clase, pues de acuerdo con las diferencias entre ellas se siguen los hábitos. En consecuencia, no es pequeña la diferencia entre habituarse en un sentido o en otro ya desde jóvenes; es de gran importancia o, mejor, de la máxima importancia.

2.       Por tanto, puesto que el presente tratado no tiene por objeto la teoría, como los demás (pues no estamos examinando qué es la virtud por saberlo, sino para ser buenos, ya que su provecho sería nulo), se impone necesariamente examinar, en lo que concierne a las acciones, cómo hay que realizarlas, dado que son éstas las responsables de que los hábitos sean también de una cierta clase, tal como hemos dicho.

 Pues bien, el obrar conforme a la recta razón es un principio común y debe quedar asentado — más tarde se hablará sobre ello y sobre qué cosa es “la recta razón” y en qué relación está con las demás virtudes—. (…)

Pues bien, antes que nada debemos considerar que estas tales [las virtudes éticas o morales] se pierden naturalmente por defecto o exceso, como vemos con el vigor y la salud (ya que hay que servirse de testimonios visibles en ayuda de lo invisible): los ejercicios gimnásticos excesivos o deficientes hacen que se pierda el vigor. E igualmente las bebidas y los alimentos acaban con la salud, si se producen en exceso o defecto, mientras que si son equilibrados la crean, la aumentan y la conservan. Pues bien, de esta manera sucede también con la templanza, la valentía y las demás virtudes. El que lo rehúye todo y es temeroso y no aguanta nada se hace un cobarde; y el que no teme nada en absoluto, sino que se enfrenta a todo, temerario. Igualmente, el que disfruta todo placer y no se abstiene de ninguno, se hace intemperante, pero el que rehúye todo, como los hombres toscos, es insensible. Por consiguiente, se pierden la templanza y la fortaleza por el exceso y el defecto, mientras que se conservan por la mesura.

ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco,

Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de la Ética, pero antes  contextualizaremos la temática del texto en el marco del pensamiento del autor. Los escritos conservados de Aristóteles se pueden dividir en cuatro grandes categorías:

1º los escritos sobre el lenguaje o escritos lógicos.

2º los escritos físicos o sobre la naturaleza

3º los escritos metafísicos

4º los escritos ético-políticos: los escritos sobre la vida del ser humano.

“Ética a Nicómaco” es una de las principales obras escritas por Aristóteles sobre la vida y condición humana. En ella reflexiona sobre la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad. Su otro principal escrito sobre la vida de los hombres, sobre la sociabilidad natural del ser humano y sobre el gobierno, es su “Política”.

El fragmento del libro segundo de la “Ética a Nicómaco” que se nos pide que comentemos trata sobre la virtud moral o ética. Sobre ella, Aristóteles hace las siguientes precisiones:

1º Las virtudes pueden ser de dos tipos, o bien intelectuales (dianoéticas) o bien morales (éticas).

2º Las virtudes morales son el resultado del hábito y la costumbre (la repetición constante de una manera de obrar que fija en la personalidad o carácter del individuo una cualidad moral) a diferencia de las virtudes intelectuales que son fruto del aprendizaje, la experiencia y la reflexión.

3º El hombre no nace poseyendo las virtudes morales como si fuesen una propiedad natural más, sino que las adquiere a lo largo de su vida. Dicha adquisición se lleva a cabo por medio de la práctica.

Las virtudes morales no son como ocurre con las facultades naturales (como por ejemplo los sentidos) capacidades de las que esté dotado el hombre por naturaleza y que meramente deben ser actualizadas con su uso, sino posibilidades a las que la naturaleza nos ha hecho susceptibles y que pueden ser o no ser adquiridas a través de su ejercicio. Así, al igual que sucede con las artes, no nacemos ni justos ni injustos, ni médicos ni no médicos, sino que nos hacemos lo uno u lo otro dependiendo de nuestro obrar. Por el contrario, todos nacemos dotados del sentido de la vista y por lo tanto videntes no siendo dicha facultad el resultado del ejercicio de la visión sino su condición. En resumidas cuentas, las cualidades morales o virtudes son el resultado, el efecto de la repetición de un acto y no (al menos en principio) su causa, mientras que, en las cualidades naturales, éstas son la causa de la acción y no su consecuencia.

5º Los corolarios que extrae de todo ello Aristóteles son los siguientes:

a)      El deber de practicar sólo los actos de aquellos géneros que la prudencia considere buenos pues de ellos y de su constante repetición depende que adquiramos la cualidad moral o virtud que de ellos se deriva

b)      La enorme importancia de inculcar dichos hábitos cuanto antes en el individuo, incluso antes de adquirir plena conciencia de sí y poder hacerse responsable de su propia vida, esto es, en su infancia, para así facilitar la adquisición de las virtudes correspondientes.

6º La reflexión moral tiene un objetivo eminentemente práctico y no teórico no buscando tanto enseñarnos qué es la virtud sino hacernos virtuosos. Es por ello por lo que está interesada en dilucidar todo lo que tiene que ver con la acción y la adquisición de las virtudes. En el texto, Aristóteles señala los dos siguientes extremos:

a)      La necesidad de obrar conforme a la recta razón (siguiendo en ello la inveterada tradición racionalista de raigambre socrática), es decir, guiados por la virtud dianoética de la phronesis o prudencia

b)        La importancia de obrar con moderación, huyendo de todo comportamiento extremado, ya sea por exceso ya sea por defecto (siguiendo también aquí la inveterada tradición apolínea griega que hace de la medida, el equilibrio, la armonía condición indispensable de la buena vida y la felicidad humana). Aquí, el Estagirita acude a la experiencia corriente aportando una serie de ejemplos, que sería ocioso repetir, para probar la validez de su concepción.



Tema ABAU: ÉTICA Y POLÍTICA EN ARISTÓTELES

A)  LA ÉTICA ARISTOTÉLICA

 

1º SABER PRÁCTICO Y NO TEÓRICO.

 

La ética es para A. un saber práctico, no en el sentido de un saber útil para la vida, sino de un saber no teórico o contemplativo, como es la Física o la Metafísica, pues su fin es la reflexión no acerca de cómo es la realidad sino de cómo puede vivir y actuar el hombre, algo que puede ser siempre de otro modo de cómo de hecho es.

 

2º TELEOLOGÍA DE LA ACCIÓN HUMANA.

 

Toda conducta humana tiene una finalidad (una teleología, una meta o dirección):

a)        Nos proponemos fines; a dichos fines los denominamos y los consideramos un “bien”.

b)      La mayoría de los fines que nos proponemos (por ej., aprobar el bachillerato) son también medios para conseguir otros fines (ir a la Universidad).

 

 3º ÉTICA EUDEMONISTA O DE LA FELICIDAD.

a)       Sólo hay un fin último (un fin final) y supremo al que se subordinan todos los demás (como meros medios).

 

b)      Ese fin final de la vida humana es la felicidad (eudemonía en griego).

 

4º ¿EN QUÉ CONSISTE LA VIDA FELIZ?

a)       No hay acuerdo entre los hombres en dónde se encuentra la verdadera felicidad: si en la salud, o en la tranquilidad, o en el reconocimiento de los demás, o en la riqueza, el placer, el poder, etc.

 

b)      La felicidad y la respuesta a la pregunta acerca de en qué se cifra sólo la podemos encontrar, según A., si

1º nos decidimos a vivir virtuosamente (conforme a la virtud: no de cualquier manera sino del mejor modo en que nos sea posible, de la forma más excelente; la felicidad sólo se puede alcanzar si nos esforzamos en vivir excelentemente, virtuosamente) y si

2º analizamos la naturaleza humana: ¿Cuál es la actividad intrínseca al ser humano? Vivir inteligentemente (haciendo uso de su razón en todas las dimensiones de su compleja vida).

Por todo ello, una vida feliz es aquella en la que guiándonos por la razón buscamos alcanzar la virtud (vivir virtuosamente es vivir lo mejor posible).

 

 

5º ¿QUÉ TIPOS DE VIRTUDES EXISTEN?

 

Hay 2 clases de virtudes (pues la razón humana sirve fundamentalmente para dos cosas: 1º para conocer la realidad y 2º para gobernar la conducta humana): las virtudes dianoéticas y las virtudes éticas.

 

Las VIRTUDES DIANOÉTICAS (o intelectuales):

§   son aquellas actividades que perfeccionan nuestra capacidad de conocer.

§  son cinco: la ciencia, el nous, la sabiduría, el arte y la prudencia; especialmente importante es la virtud de la prudencia porque sirve de puente entre las virtudes dianoética y las virtudes éticas al pertenecer a ambos campos (consiste en la capacidad de elegir con acierto).

§  como la contemplación (el conocimiento por el conocimiento, vivir una vida dedicada a la reflexión) es la actividad más noble que puede llevar a cabo un hombre (asemejándose cuando lo hace a un dios), en ella, en la actividad contemplativa o especulación, reside la más alta felicidad a la que puede aspirar el ser humano.

6º CODICIONAMIENTOS DE LA VIDA HUMANA

 

Sin embargo, los hombres no son divinos, sino humanos: en su vida, se dan otros aspectos que ellos no pueden obviar y de los que los dioses nada saben. ¿Cuáles son esos aspectos? El individuo tiene:

§  necesidades biológicas y sociales: necesidad de salud, bienes económicos y estatus social.

§   pasiones: que debe controlar a través de las virtudes éticas.

§   relaciones políticas: que debe regular a través de la virtud de la justicia y del saber político.

 

Analicemos estos dos últimos extremos relacionados con las pasiones y las relaciones políticas:

 

7º VIRTUDES ÉTICAS (o del carácter)

Consisten en que el individuo aprenda a controlar y dominar sus impulsos y pasiones (y a no ser dominado por ellos). No se trata de suprimir las pasiones (como proponían los cínicos) sino que éstas cumplan la función que les corresponde dentro de la vida del individuo. Para ello, es necesario que se presenten siempre en su justa medida evitando toda clase de desmesura (ya sea por defecto ya sea por exceso).

 

a)       DEFINICIÓN DE VIRTUD ÉTICA: “hábito de elegir un término medio relativo a nosotros el cual está determinado por una regla recta tal como la determinaría el hombre prudente”

 

b)      DOCTRINA DEL JUSTO MEDIO: las virtudes éticas son hábitos, una disposición permanente a actuar de un determinado modo (por ejemplo, el hábito o costumbre de estudiar todos los días es la virtud del estudio). ¿Qué tipo de hábitos? El hábito de elegir una forma de sentir y de actuar moderada y prudente. ¿En qué consiste la moderación y la prudencia cuando estamos hablando de los sentimientos, emociones y deseos y de las acciones que éstos impulsan? En alcanzar una manera de vivir equilibrada que consiste en un “justo medio” (un punto óptimo de equilibrio) entre dos polos extremos viciosos: uno por exceso y el otro por defecto. Ejemplo: la virtud ética cardinal de la valentía como justo medio entre la cobardía y la temeridad; la virtud de la templanza como justo medio entre la insensibilidad y la adicción.

 

c)       LA JUSTICIA: Entre las virtudes éticas, destaca la virtud de la justicia, cuya peculiaridad consiste en que está vinculada con la regulación de las relaciones sociales y no con la regulación de las pasiones como el resto de las virtudes éticas. Según A., hay tres tipos de justicia:

1º Justicia legal: el cumplimiento de las leyes de la Ciudad (es la virtud característica del buen ciudadano).

2º Justicia conmutativa: la que regula los intercambios (se basa en criterios de estricta reciprocidad o igualdad aritmética).

3º Justicia distributiva: la que regula el reparto de cargos y honores (se basa en criterios de proporcionalidad o igualdad geométrica).


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