A.B.A.U.
- TEMA 6: ÉTICA Y POLÍTICA EN ARISTÓTELES
TEXTO DE “ÉTICA A
NICÓMACO”: SOBRE LA VIRTUD
1. Y,
claro, dado que la virtud es doble —una intelectual [dianoética] y otra moral
[ética]—, la intelectual toma su origen e incremento del aprendizaje en su
mayor parte, por lo que necesita experiencia y tiempo; la moral, en cambio, se
origina a partir de la costumbre, por lo que incluso de la costumbre ha tomado
el nombre con una pequeña variación. De aquí resulta también evidente que
ninguna de las virtudes morales se origina en nosotros por naturaleza: en
efecto, ninguna de las cosas que son por naturaleza se acostumbran a otro
comportamiento. Por ejemplo, la piedra, que se dirige por naturaleza hacia
abajo, nunca podría acostumbrarse a dirigirse hacia arriba ni aunque uno
tratara de acostumbrarla tirándola miles de veces hacia arriba; ni el fuego
hacia abajo, nin ningún otro de los elementos que se originan de una manera
podría acostumbrarse a un comportamiento diferente. Por consiguiente, las
virtudes no se originan ni por naturaleza ni contra naturaleza, sino que lo
hacen en nosotros que, de un lado, estamos capacitados naturalmente para
recibirlas y, de otro, las perfeccionamos a través de la costumbre.
Más aún:
de cuanto se origina en nosotros por naturaleza primero recibimos las facultades
y después ejercitamos sus actividades. (Ello es evidente con los sentidos, pues
no por ver muchas veces o por oír muchas veces hemos recibido esos sentidos,
sino al revés: los utilizamos porque los tenemos, no los hemos adquirido por
utilizarlos.) Las virtudes, en cambio, las recibimos después de haberlas
ejercitado primero. Lo mismo que, por lo demás, en las artes: lo que hay que
hacer después de aprenderlo, eso lo aprendemos haciéndolo: por ejemplo, los
hombres se hacen constructores construyendo y citaristas tocando la cítara.
Pues bien, de esta manera nos hacemos justos realizando acciones justas y
valientes. Esto lo corrobora lo que sucede en las ciudades: los legisladores
hacen buenos a los ciudadanos con la costumbre. Ésta es la voluntad de todo legislador
y cuantos no lo hacen bien, fracasan; y en esto reside la diferencia entre una
buena y una mala constitución.
Más aún: toda virtud se origina como
consecuencia y a través de las mismas acciones. Y el arte, igual: de tocar la
cítara se originan los buenos y los malos citaristas. Y de manera similar los
constructores y todos los demás: de construir bien se harán buenos
constructores y de construir mal, malos. Porque de no ser así, ninguna
necesidad habría de que alguien enseñara, sino que todos habrían nacido buenos
o malos.
Pues
bien, así sucede también con las virtudes: es realizando las acciones relativas
a las transacciones con los hombres como unos nos hacemos justos y otros
injustos; y realizando las acciones relativas a las situaciones de peligro, y
acostumbrándonos a temer o a tener valor unos nos hacemos valientes y otros
cobardes. E igualmente sucede con los aptetitos y la ira: unos se hacen
templados y mansos y otros intemperantes e irascibles —unos por desenvolverse
de una manera y otros de otra en las mismas circunstancias—. Bien, en una
palabra: los hábitos se originan a partir de actividades correspondientes. Por
ello hay que realizar actividades de una cierta clase, pues de acuerdo con las
diferencias entre ellas se siguen los hábitos. En consecuencia, no es pequeña
la diferencia entre habituarse en un sentido o en otro ya desde jóvenes; es de
gran importancia o, mejor, de la máxima importancia.
2. Por
tanto, puesto que el presente tratado no tiene por objeto la teoría, como los
demás (pues no estamos examinando qué es la virtud por saberlo, sino para ser
buenos, ya que su provecho sería nulo), se impone necesariamente examinar, en
lo que concierne a las acciones, cómo hay que realizarlas, dado que son éstas
las responsables de que los hábitos sean también de una cierta clase, tal como
hemos dicho.
Pues bien, el obrar conforme a la recta razón
es un principio común y debe quedar asentado — más tarde se hablará sobre ello
y sobre qué cosa es “la recta razón” y en qué relación está con las demás
virtudes—. (…)
Pues
bien, antes que nada debemos considerar que estas tales [las virtudes éticas o
morales] se pierden naturalmente por defecto o exceso, como vemos con el vigor
y la salud (ya que hay que servirse de testimonios visibles en ayuda de lo
invisible): los ejercicios gimnásticos excesivos o deficientes hacen que se
pierda el vigor. E igualmente las bebidas y los alimentos acaban con la salud,
si se producen en exceso o defecto, mientras que si son equilibrados la crean,
la aumentan y la conservan. Pues bien, de esta manera sucede también con la
templanza, la valentía y las demás virtudes. El que lo rehúye todo y es
temeroso y no aguanta nada se hace un cobarde; y el que no teme nada en
absoluto, sino que se enfrenta a todo, temerario. Igualmente, el que disfruta
todo placer y no se abstiene de ninguno, se hace intemperante, pero el que
rehúye todo, como los hombres toscos, es insensible. Por consiguiente, se
pierden la templanza y la fortaleza por el exceso y el defecto, mientras que se
conservan por la mesura.
ARISTÓTELES,
Ética a Nicómaco,
Análisis
del texto
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del
texto propuesto, un fragmento de la Ética, pero antes contextualizaremos la temática del texto
en el marco del pensamiento del autor. Los escritos conservados de
Aristóteles se pueden dividir en cuatro grandes categorías:
1º los escritos sobre el
lenguaje o escritos lógicos.
2º los escritos físicos o sobre
la naturaleza
3º los escritos metafísicos
4º los escritos
ético-políticos: los escritos sobre la vida del ser humano.
“Ética a Nicómaco” es una de las principales
obras escritas por Aristóteles sobre la vida y condición humana. En ella
reflexiona sobre la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad.
Su otro principal escrito sobre la vida de los hombres, sobre la sociabilidad
natural del ser humano y sobre el gobierno, es su “Política”.
El
fragmento del libro segundo de la “Ética a Nicómaco” que se nos pide que
comentemos trata sobre la virtud moral o ética. Sobre ella, Aristóteles hace
las siguientes precisiones:
1º
Las virtudes pueden ser de dos tipos, o bien intelectuales (dianoéticas) o bien
morales (éticas).
2º
Las virtudes morales son el resultado del hábito y la costumbre (la repetición
constante de una manera de obrar que fija en la personalidad o carácter del
individuo una cualidad moral) a diferencia de las virtudes intelectuales que
son fruto del aprendizaje, la experiencia y la reflexión.
3º
El hombre no nace poseyendo las virtudes morales como si fuesen una propiedad
natural más, sino que las adquiere a lo largo de su vida. Dicha adquisición se
lleva a cabo por medio de la práctica.
4º
Las
virtudes morales no son como ocurre con las facultades naturales (como por
ejemplo los sentidos) capacidades de las que esté dotado el hombre por
naturaleza y que meramente deben ser actualizadas con su uso, sino
posibilidades a las que la naturaleza nos ha hecho susceptibles y que pueden
ser o no ser adquiridas a través de su ejercicio. Así, al igual que sucede con
las artes, no nacemos ni justos ni injustos, ni médicos ni no médicos, sino que
nos hacemos lo uno u lo otro dependiendo de nuestro obrar. Por el contrario,
todos nacemos dotados del sentido de la vista y por lo tanto videntes no siendo
dicha facultad el resultado del ejercicio de la visión sino su condición. En
resumidas cuentas, las
cualidades morales o virtudes son el resultado, el efecto de la repetición de
un acto y no (al menos en principio) su causa, mientras que, en las cualidades
naturales, éstas son la causa de la acción y no su consecuencia.
5º
Los corolarios que extrae de todo ello Aristóteles son los siguientes:
a)
El
deber de practicar sólo los actos de aquellos géneros que la prudencia
considere buenos pues de ellos y de su constante repetición depende que
adquiramos la cualidad moral o virtud que de ellos se deriva
b)
La
enorme importancia de inculcar dichos hábitos cuanto antes en el individuo,
incluso antes de adquirir plena conciencia de sí y poder hacerse responsable de
su propia vida, esto es, en su infancia, para así facilitar la adquisición de
las virtudes correspondientes.
6º
La reflexión moral tiene un objetivo eminentemente práctico y no teórico no
buscando tanto enseñarnos qué es la virtud sino hacernos virtuosos. Es por ello
por lo que está interesada en dilucidar todo lo que tiene que ver con la acción
y la adquisición de las virtudes. En el texto, Aristóteles señala los dos
siguientes extremos:
a)
La
necesidad de obrar conforme a la recta razón (siguiendo en ello la inveterada
tradición racionalista de raigambre socrática), es decir, guiados por la virtud
dianoética de la phronesis o
prudencia
b)
La importancia de obrar con moderación,
huyendo de todo comportamiento extremado, ya sea por exceso ya sea por defecto (siguiendo
también aquí la inveterada tradición apolínea griega que hace de la medida, el
equilibrio, la armonía condición indispensable de la buena vida y la felicidad
humana). Aquí, el Estagirita acude a la experiencia corriente aportando una
serie de ejemplos, que sería ocioso repetir, para probar la validez de su
concepción.
Tema ABAU: ÉTICA Y POLÍTICA
EN ARISTÓTELES
A)
LA ÉTICA ARISTOTÉLICA
1º SABER PRÁCTICO Y NO TEÓRICO.
La ética es para A. un saber práctico, no en el sentido
de un saber útil para la vida, sino de un saber no teórico o contemplativo,
como es la Física o la Metafísica, pues su fin es la reflexión no acerca de
cómo es la realidad sino de cómo puede vivir y actuar el hombre, algo que puede
ser siempre de otro modo de cómo de hecho es.
2º TELEOLOGÍA DE LA ACCIÓN HUMANA.
Toda conducta humana tiene una finalidad (una teleología,
una meta o dirección):
a)
Nos proponemos fines; a dichos fines los
denominamos y los consideramos un “bien”.
b)
La
mayoría de los fines que nos proponemos (por ej., aprobar el bachillerato) son
también medios para conseguir otros fines (ir a la Universidad).
3º ÉTICA
EUDEMONISTA O DE LA FELICIDAD.
a)
Sólo
hay un fin último (un fin final) y supremo al que se subordinan todos los demás
(como meros medios).
b)
Ese
fin final de la vida humana es la felicidad (eudemonía en griego).
4º ¿EN QUÉ CONSISTE LA VIDA FELIZ?
a)
No
hay acuerdo entre los hombres en dónde se encuentra la verdadera felicidad: si en
la salud, o en la tranquilidad, o en el reconocimiento de los demás, o en la
riqueza, el placer, el poder, etc.
b)
La
felicidad y la respuesta a la pregunta acerca de en qué se cifra sólo la
podemos encontrar, según A., si
1º
nos decidimos a vivir virtuosamente (conforme a la virtud: no de cualquier
manera sino del mejor modo en que nos sea posible, de la forma más excelente;
la felicidad sólo se puede alcanzar si nos esforzamos en vivir excelentemente,
virtuosamente) y si
2º analizamos la naturaleza humana: ¿Cuál es la
actividad intrínseca al ser humano? Vivir inteligentemente (haciendo uso de su razón
en todas las dimensiones de su compleja vida).
Por
todo ello, una vida feliz es aquella en la que guiándonos por la razón buscamos
alcanzar la virtud (vivir virtuosamente es vivir lo mejor posible).
5º
¿QUÉ TIPOS DE VIRTUDES EXISTEN?
Hay 2 clases de virtudes (pues la razón humana sirve
fundamentalmente para dos cosas: 1º para conocer la realidad y 2º para gobernar
la conducta humana): las virtudes dianoéticas y las virtudes éticas.
Las
VIRTUDES DIANOÉTICAS (o intelectuales):
§ son aquellas actividades que perfeccionan
nuestra capacidad de conocer.
§ son cinco: la ciencia,
el nous, la sabiduría, el arte y la prudencia; especialmente importante
es la virtud de la prudencia porque sirve de puente entre las virtudes
dianoética y las virtudes éticas al pertenecer a ambos campos (consiste en la
capacidad de elegir con acierto).
§ como la
contemplación (el conocimiento por el conocimiento, vivir una vida dedicada
a la reflexión) es la actividad más noble que puede llevar a cabo un hombre
(asemejándose cuando lo hace a un dios), en ella, en la actividad contemplativa
o especulación, reside la más alta felicidad a la que puede aspirar el ser
humano.
6º
CODICIONAMIENTOS DE LA VIDA HUMANA
Sin
embargo, los hombres no son divinos, sino humanos: en su vida, se dan otros
aspectos que ellos no pueden obviar y de los que los dioses nada saben. ¿Cuáles
son esos aspectos? El individuo tiene:
§ necesidades biológicas
y sociales: necesidad de salud, bienes económicos y estatus social.
§ pasiones: que debe controlar a través de las
virtudes éticas.
§ relaciones políticas: que debe regular a
través de la virtud de la justicia y del saber político.
Analicemos estos dos últimos extremos relacionados con
las pasiones y las relaciones políticas:
7º VIRTUDES ÉTICAS (o del carácter)
Consisten
en que el individuo aprenda a controlar y dominar sus impulsos y pasiones (y a
no ser dominado por ellos). No se trata de suprimir las pasiones (como
proponían los cínicos) sino que éstas cumplan la función que les corresponde
dentro de la vida del individuo. Para ello, es necesario que se presenten
siempre en su justa medida evitando toda clase de desmesura (ya sea por defecto
ya sea por exceso).
a)
DEFINICIÓN
DE VIRTUD ÉTICA: “hábito de elegir un término medio relativo a nosotros el cual
está determinado por una regla recta tal como la determinaría el hombre
prudente”
b)
DOCTRINA
DEL JUSTO MEDIO: las virtudes éticas son hábitos, una disposición permanente a
actuar de un determinado modo (por ejemplo, el hábito o costumbre de estudiar
todos los días es la virtud del estudio). ¿Qué tipo de hábitos? El hábito de
elegir una forma de sentir y de actuar moderada y prudente. ¿En qué consiste la
moderación y la prudencia cuando estamos hablando de los sentimientos,
emociones y deseos y de las acciones que éstos impulsan? En alcanzar una manera
de vivir equilibrada que consiste en un “justo medio” (un punto óptimo de
equilibrio) entre dos polos extremos viciosos: uno por exceso y el otro por
defecto. Ejemplo: la virtud ética cardinal de la valentía como justo medio
entre la cobardía y la temeridad; la virtud de la templanza como justo medio
entre la insensibilidad y la adicción.
c)
LA
JUSTICIA: Entre las virtudes éticas, destaca la virtud de la justicia, cuya
peculiaridad consiste en que está vinculada con la regulación de las relaciones
sociales y no con la regulación de las pasiones como el resto de las virtudes
éticas. Según A., hay tres tipos de justicia:
1º
Justicia legal: el cumplimiento de las leyes de la Ciudad (es la virtud
característica del buen ciudadano).
2º
Justicia conmutativa: la que regula los intercambios (se basa en criterios de
estricta reciprocidad o igualdad aritmética).
3º
Justicia distributiva: la que regula el reparto de cargos y honores (se basa en
criterios de proporcionalidad o igualdad geométrica).
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