domingo, 31 de mayo de 2020

1º BACH ADULTOS 3/6/20

!Hola a todo el mundo!

LOS APUNTES QUE OS HE SUBIDO PARA ESTAS DOS ÚLTIMAS SEMANAS DE CLASE LOS VAMOS A CONSIDERAR UNA CONTINUACIÓN/AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD DE ANTROPOLOGÍA FÍSICA QUE DIMOS EN EL MES DE ENERO. HAY UNA PRIMERA PARTE QUE SÓLO OS VOY A PEDIR QUE LEÁIS, Y UNA SEGUNDA QUE SÍ OS PIDE QUE PASÉIS A VUESTRA LIBRETA

Ya sé que son muchos apuntes, pero a cambio os he perdonado el último trabajo y la última recensión.

Hoy si que os he subido unos vídeos de lógica:
- tablas de verdad: negador, conjuntor
- tablas de verdad: disyuntor, condicional, bicondicional
- condición suficiente y necesaria I y II

APUNTES DE CLASE

LECTURA (esta parte no tenéis que pasarla a la libreta)


Lo innato y lo adquirido

            El estudio del ser humano desde un punto de vista biológico, zoológico, es decir, como una especie animal más, nos lleva ineludiblemente a preguntarnos por aquellas conductas que no son aprendidas, es decir, que no son adquiridas del medio social que nos rodea (esas conductas, como por ejemplo comer con cubiertos, son culturales, no naturales ni congénitas). Nos preguntamos por lo tanto por aquellos comportamientos que dependen de factores genéticos y que por lo tanto están programados de un modo innato. Las cuestiones principales que se deben tratar al socaire de este asunto son los siguientes:

1º ¿Qué capacidades psicológicas, que actitudes (predisposiciones a obrar de un determinado modo) y que conductas pueden ser consideradas congénitas (y por ende universales, comunes a todos los miembros de la especie)? La investigación estrictamente científica en los campos de la  biología molecular, neurología y sobre todo etología (la etología es la rama de la zoología que estudia el comportamiento animal) puede dilucidar esta cuestión.

a)      Capacidades psicológicas innatas: las más estudiadas han sido la capacidad lingüística y lógica. Con respecto a la primera, Steven Pinker (profesor de ciencias cognitivas del MIT) ha zanjado el debate que enfrentaba a Skinner y a Chomsky (para Skinner la adquisición de las habilidad lingüística es aprendida mientras que Chomski afirma que nacemos con una especie de gramática universal grabada en nuestro cerebro) dando la razón a éste último: la mayor parte de la capacidad lingüística es hereditaria. Por lo que respecta a nuestras capacidades lógicas, nuestra capacidad para la conceptualización abstracta y sobre todo para el razonamiento formal son de sumo interés las investigaciones del neurólogo soviético Alexander Luria. Para responder a la pregunta de si existe un razonamiento lógico universal llevó a cabo la siguiente investigación. Se dirigió a una población remota de un territorio del Asia central de la URSS y a sus moradores les planteó la siguiente pregunta. “En cierto pueblo de Siberia todos los osos son blancos. Tu vecino fue a ese pueblo y vio un oso. ¿De qué color era ese oso?”. La respuesta habitual de los encuestados fue: “¿Cómo voy a saberlo? ¿Por qué no se lo pregunta usted mismo a mi vecino?”. La conclusión a la que llegó es que aprendemos el lenguaje porque tenemos estructuras cerebrales predispuestas para ello, pero no parece igual para la lógica abstracta (y así, frente a quienes defienden que los humanos poseemos una racionalidad innata, Luria defendió que quizá la adquisición de las herramientas formales del razonamiento son producto del aprendizaje y la educación).

b)      Actitudes y comportamientos: este ha sido el campo en el que la etología ha hecho sus mayores contribuciones (se han estudiado desde el lenguaje corporal, los gestos faciales como la sonrisa, la necesidad del contacto corporal cuando tenemos miedo, etc. y comportamientos más complejos como son las conductas sexuales y sobre todo la agresividad y sus mecanismos inhibidores)

c)      El estudio de la sociabilidad humana también ha sido el campo de una nueva rama de la etología: la sociobiología. La sociobiología (cuyos principales exponentes son el zoólogo de Harvard Edward O. Wilson y el biólogo de Oxford Richard Dawkins) defiende la teoría de que el comportamiento social de todos los animales, incluido el hombre, está gobernado por la biología. La tesis central de la sociobiología es que el sujeto, el actor o protagonista central de la evolución natural no son los organismos (los individuos) sino los genes que portan (los individuos no son sino máquinas al servicio de sus genes, son marionetas cuyo comportamiento es teledirigido por su genotipo; debemos comprender que los intereses de los genes no siempre son coincidentes con los del individuo que los porta). Para la sociobiología toda la conducta social (cooperación social, comportamiento altruista, las relaciones entre grupos no consanguíneos) puede ser explicada a través de este esquema o patrón explicativo que hace del gen la unidad central de la evolución y la selección natural (brevemente, la doctrina sociobiológica afirma que la vida en sociedad no es otra cosa que una estrategia evolutiva seguida por ciertos genes (los genes de las especies gregarias) para preservar su supervivencia y así ayudar a un familiar próximo e incluso a morir por él se explica en tanto comparto con él parte de su patrimonio genético. Y así, a la pregunta de si se daría la vida por un hermano, los sociobiólogos responden “Por uno no, pero sí por tres”. En efecto, un individuo que perece por salvar a su hermano sacrifica el 100% de sus genes para salvar el 50% (máxima cantidad de sus genes presentes en el hermano). En cambio, morir para salvar a tres hermanos (o a nueve primos carnales) es conveniente, no para el individuo que realiza el sacrificio pero sí para sus genes que verían aumentada su supervivencia en un 50%. Por ello, ayudar o salvar a sus consanguíneos es el deber primero que los genes confían al organismo, al individuo que los porta. Esto explicaría la disposición gradualmente decreciente a sacrificarse por los hijos, parientes, clan, tribu, nación, raza).

También ha sido importante los estudios de campo realizados sobre el terreno por afamados primatólogos (los más conocidos son dos mujeres: Jane Goodall que estudio el comportamiento social de los chimpancés del Gombe y Dian Fossey que estudió la vida social de los gorilas en Ruanda. Ambas fueron asesinadas)

2º ¿En qué medida estos factores innatos son inmodificables o pueden ser alterados, modificados por el aprendizaje cultural que llevamos a cabo en nuestro entorno social? Aquí tratamos si es posible una dialéctica, una interacción entre la naturaleza y la cultura, es decir, nos preguntamos si aún naciendo con una programación innata para determinados rasgos psicológicos y comportamentales, es posible llevar a cabo una reprogramación (una modificación total o al menos parcial) de dichos elementos. En la actualidad, la mayoría de los especialistas consideran que en el ser humano lo natural y lo cultural van indisociablemente unidos, que ambos factores no se pueden separar nítidamente pues a lo largo de la larga historia de la evolución natural y cultural de la humanidad (que dura ya más de 100.000 años) se han ido retroalimentando (condicionando) mutuamente. La conclusión a la que han llegado estos especialistas es que en el ser humano la biología sostiene a la cultura (y por lo tanto la hace posible) pero que ésta, la cultura, tiñe nuestra naturaleza  logrando si no modificarla, encauzarla en una determinada dirección (ejemplo: sexualidad, agresividad). EN CONCLUSIÓN: los seres humanos somos el resultado de la interacción biología/cultura, fruto tanto de nuestra dotación genética (la semilla de nuestro ser) como del ambiente (el medio social y cultural) en el que crecemos.

3º Finalmente debemos plantearnos cuáles son las implicaciones sociales y políticas de nuestros hallazgos en este campo. Es evidente que si una conducta está genéticamente programada, ningún aprendizaje podrá hacer nada para modificarla. Esto tendrá implicaciones de primer orden en nuestros sistemas educativos y médicos, en nuestras instituciones judiciales y penales, en nuestras ideas morales y políticas. Sin embargo, esta cuestión sigue sin aclararse porque, como decíamos más arriba, lo natural, lo innato no se da nunca en el ser humano separado (y por lo tanto no alterado, no condicionado) de lo cultural.

FIN DE LA LECTURA
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APUNTES QUE SÍ HAY QUE PASAR A LA LIBRETA  


LA DIMENSIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE LA VIDA HUMANA

            Pasemos seguidamente a tratar la dimensión social y cultural de la vida humana, una estructura artificial que se levanta por encima de la estructura biológica (natural y no artificial) del hombre. 

Sobre esta dimensión de nuestro ser vamos a explicar distintas cuestiones: 

1º Daremos cuenta de qué es la sociedad y qué es la cultura. 

2º Explicaremos por qué desde la perspectiva de la teoría de la evolución los seres humanos tenemos cultura (es la estrategia de  supervivencia seguida por nuestra especie). 

3º Mostraremos la relación existente entre la dimensión biológica y la cultural: la dotación genética hace posible una forma de vida, la vida cultural, que sin embargo no se puede explicar por esa dotación genética pues la trasciende, la rebasa. Por otro lado, las leyes sociales pueden ser transgredidas a diferencia de lo que ocurre con las leyes de la naturaleza 

4º Demostraremos cómo la cultura es mucho más que una estrategia de supervivencia ya que la cultura busca liberarse de la lucha por la supervivencia, trascender la lógica de la supervivencia. 

5º Daremos cuenta del proceso de socialización 

6º Analizaremos la importancia de la tradición. 

7º Estableceremos la relación entre los procesos de socialización e individuación. 

8º Desenvolveremos una crítica acerca de las actitudes etnocéntricas.

Qué es la sociedad y la cultura:

Los seres humanos no vivimos aislados los unos de los otros encontrándonos sólo en los periodos de apareamiento o cría (como le ocurre a las especies no sociales) sino que vivimos juntos. Vivimos juntos por la misma razón que lo hacen otras especies sociales como la de las hormigas (la forma de vida social más perfecta del mundo animal; una colonia de hormigas funciona como un superorganismo: todos los individuos que lo forman actúan como si fuesen una entidad única) o la de los lobos: actuamos coordinadamente y así nuestras posibilidades de supervivencia aumentan en relación a sí actuásemos cada uno por su cuenta. La actividad que realizamos conjuntamente tiene un carácter cooperativo, es decir, la actividad que cada uno desarrolla contribuye a la consecución de un objetivo que es beneficioso para todo el conjunto (por ejemplo, la obtención de alimento o la defensa ante un ataque externo; los animales sociales son aquellos que subvienen sus necesidades biológicas como comer o defenderse no por sí solos sino cooperando con otros; esta forma de vida social establece entre ellos una relación de interdependencia). En esta actividad basada en la colaboración y el auxilio mutuo cada individuo se especializa en una función ya que ello contribuye a optimizar el resultado obtenido (en toda sociedad existe la división del trabajo y de las tareas: y así unas hormigas son hormigas-obreras, otras hormigas-soldado, otras hormiga-reina, etc.). Por ello, los animales sociales se integran en su colectividad como partes en un todo, totalidad dentro de la cual cumplen además una función. La razón de vivir en sociedad es estrictamente evolutiva como vimos más arriba: 
1º en estas especies, los individuos disfrutan de mayores oportunidades para sobrevivir y reproducirse viviendo con otros y cooperando con ellos que no haciéndolo; 

2º la naturaleza ha ido eliminando a los especímenes que no se prestaban a la cooperación social y seleccionando a aquellos que sí lo hacían.


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