viernes, 20 de marzo de 2020

1º BACH ADULTOS 23/3/20

!Hola a todo el mundo! A partir de la clase de hoy, os voy a pedir que vayáis pasando a la libreta los apuntes de antropología filosófica que corresponden al cristianismo y a la era moderna (las explicaciones de dichos apuntes las daremos a la vuelta a clase).


LA CONCEPCIÓN CRISTIANA DEL SER HUMANO
            Lo primero que tenemos que saber es que la nueva concepción del ser humano corresponde no a una doctrina filosófica sino a un credo religioso: el cristianismo.
            ¿Qué debemos saber del cristianismo?
1º que es una rama de la religión judía
2º que es una religión que surge en el mundo antiguo (en un momento en el que la cultura hegemónica de la época era la griega: el helenismo; también los judíos se habían helenizado hasta el punto de que el griego era la lengua en que leían el texto bíblico).
3º el cristianismo terminó extendiéndose por todo el Imperio Romano llegando a convertirse en el siglo IV d. C. en la única religión lícita quedando proscrito el paganismo (“Cristo había vencido”, tal como proclamó el último emperador pagano, Juliano el Apóstata).
4º con la llegada de las invasiones bárbaras, el Imperio Romano y toda la cultura antigua (la griega) llegó a su fin. Comienza una nueva época: la Edad Media, en la que de la Antigüedad sólo perdurará el cristianismo. Durante los cinco primeros siglos (Alta Edad Media, desde el 500 hasta el 1100 d.C.), la civilización desaparece prácticamente de Europa. Pero a partir del siglo XII, la civilización resurgirá en Europa con fuerza. Esta nueva civilización, muy distinta a la civilización grecolatina de la Antigüedad, es la civilización cristiana medieval. En menos de dos siglos habrá superado a la otra gran civilización de la época (la civilización islámica). Tres siglos después, tras un periodo de transición que conocemos con el nombre de Renacimiento (en el que se produce además la Reforma protestante por efecto de la cual llega a su fin la unidad del cristianismo latino occidental, el cristianismo católico romano), esta civilización cristiana pondrá en marcha y se transmutará gradualmente en la civilización moderna, una civilización que paradójicamente hará de su carácter secularizado (el hecho de ser una civilización post-cristiana, la primera sociedad no religiosa de la historia) su seña de identidad principal.
¿Qué concepción tiene el cristianismo del ser humano?

1º la excepcionalidad del ser humano es efecto de que el hombre ha sido creado por Dios a su imagen y semejanza. ¿Y qué es Dios? El Dios en el que creen los judíos y los cristianos es un ser personal, es una persona. ¿Qué significa, qué implica, que sea una persona? Que Dios no es sólo una conciencia, una inteligencia (como habían mantenido ya los filósofos griegos) sino que es sobre todo una voluntad, una voluntad libre, omnipotente y santa. ¿Y qué significa eso?
-          Dios es una voluntad: todo lo que hace Dios tiene un propósito (frente al fatalismo griego)
-          Es una voluntad libre: no está condicionada por nada
-          Es una voluntad omnipotente: una voluntad que lo puede todo
-          Es una voluntad santa: esa voluntad sólo quiere el bien, mejor dicho, el bien es aquello que esta voluntad quiere.

 Además, para los cristianos la lejanía de Dios con respecto al hombre se mitiga porque Dios mismo ha decidido hacerse humano. Este es el mayor misterio del cristianismo: el misterio de la Encarnación de Dios en Jesús de Nazaret (los otros dos grandes misterios del cristianismo son el de la Trinidad y el de la Resurrección).

2º para el cristianismo, el alma del ser humano es una entidad inmortal pero no eterna (como defendían los filósofos griegos como los pitagóricos o Platón) ¿Por qué? Porque las almas no preexisten al acto de creación divina. El cristianismo tampoco aceptaba la doctrina de la transmigración de las almas (no creían en la reencarnación de las almas). Por efecto de ello, los cristianos mantendrán la firme convicción del carácter individual (personal) de las almas (aquí tiene su origen la concepción de que somos seres únicos e irrepetibles, es decir, que somos verdaderos individuos, que tenemos una auténtica “identidad personal”).

3º si para los griegos, la virtud, la areté, es excelencia (es decir, sobresalir, ser el mejor) para el cristiano la virtud principal es la humildad (reconocerse como el último, como el peor). Para el cristianismo, en su particular revolución de los valores, los últimos serán los primeros en el Reino de Dios (que es el reino de la justicia): para los cristianos, la ética de la areté de los griegos es sólo manifestación de la soberbia humana y de la injusticia del mundo (ejemplo, en una carrera entre Aquiles y un cojo ¿Quién ganará? Para el cristianismo, en este mundo todas las carreras están amañadas porque en este mundo siempre ganan los fuertes.

4º el cristianismo tiene una extraordinaria sensibilidad ante el mal y el sufrimiento humano. Según el cristianismo, el mundo está regido por una lógica diabólica en la que el fuerte aplasta, oprime y domina al débil. Esta situación es efecto de lo que los cristianos denominan el pecado. ¿Y quién es el responsable del pecado del mundo, del mal en el mundo (de la violencia y el sufrimiento humano)? Los mismos seres humanos. Nosotros somos los responsables del mal en el mundo. Esa es nuestra culpa o pecado original (los filósofos griegos, racionalistas todos ellos, jamás plantearon el problema del mal en estos términos: para Sócrates, por ejemplo, el mal era sólo un error de cálculo, la ignorancia acerca de en dónde reside el bien, no verdadera maldad). En conclusión, el cristianismo hizo consciente al ser humano de su responsabilidad ante el mal, la injusticia y el sufrimiento en el mundo.

5º para el cristianismo, el ser humano, que ha sido creado por Dios libre para hacer el bien, ha decidido pecar, ha decidido libremente hacer el mal, ha decidido alejarse de Dios. El pecado original de la humanidad es un pecado de soberbia: el hombre sólo podía autoafirmarse ante Dios rebelándose contra Él, desobedeciéndolo. ¿Y qué manda Dios? Dios manda amar, es decir, hacer el bien sin límites y sin condiciones. Pero el hombre eligió, para autoafirmarse, pecar, hacer el mal. Por ello, el hombre fue expulsado del Edén y desde entonces vaga errabundo por un mundo que se ha convertido en un valle de lágrimas sintiendo, para más inri, una inclinación irresistible hacia el mal. Por ello, el hombre pecador es un ser malvado y desdichado. De dicho estado de pecado no puede salir por sí mismo, sino que requiere ser salvado, salvado por Dios mismo. ¿Cómo se produce dicha salvación? A través de la encarnación de Dios en un hombre, en un hombre humilde y del montón, Jesús de Nazaret. Tras la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo se produce la redención de la humanidad del pecado (Dios se convierte en el objeto sacrificial de la humanidad: Jesús es el cordero de Dios).

6º ¿Cuál es el modelo de ser humano para el cristianismo? Jesús de Nazaret, el hombre, no el Dios, o mejor dicho, aquel ser en el que se hallan inextricablemente unidos la naturaleza humana y la naturaleza divina (misterio y dogma de la doble naturaleza de Cristo). ¿Por qué? Porque Jesús se ha abandonado a la voluntad del Padre, es decir, la voluntad de Jesucristo es y sólo es ya cumplir la voluntad divina. ¿Y cuál es la voluntad divina? Que amemos a nuestros semejantes del mismo modo como ama el a sus hijos (a la humanidad) hasta el punto de haber entregado a su hijo como objeto sacrificial por la redención del pecado. Y de ahí que el mandamiento principal del cristianismo (el que resume toda la Ley de Dios, toda la voluntad de Dios) es aquel que nos manda amar a todos nuestros semejantes (incluso a los que nos son indiferentes, incluso a los que son nuestros enemigos) sin límites y sin condiciones.

Hablemos finalmente del amor cristiano. Ya los filósofos griegos habían reflexionado sobre el fenómeno del amor, sobre la experiencia y vivencia amorosa. Pero lo habían hecho acerca de otras especies de amor. ¿Cuáles? Seguidamente las explicaremos pero primero debemos saber lo que es el amor genéricamente: aquella fuerza que nos impulsa hacia nuestros semejantes, que nos impele a unirnos a un tú, a sentirnos unidos con aquellos que reconozco como otros yoes (esa unión puede llegar a ser en el caso del amor hacia el ser divino, el Yo divino, comunión; éste es el amor místico del que aquí no vamos a hablar).

¿Qué formas específicas de amor conocían los griegos? Son dos: el eros (el amor erótico) y la philia (la amistad).

A)       EROS - Hablemos en primer lugar de eros. Aunque es la forma de amor más vinculado con la sexualidad, el amor erótico va más allá del mero “erotismo” (el eros es genéricamente el amor pasional, aquello que hoy en día denominamos “amor romántico”). El eros es un amor que se caracteriza por experimentar la carencia del otro y necesitar por ello su posesión. El eros es un tipo de amor que se place en poseer. Su paradoja es que cuando esta posesión se cumple, se alcanza, se colma, esta forma de amor se disuelve, se desvanece cayéndose en el hastío o en la indiferencia (este es el amor de las parejas).

B)       PHILIA - Hablemos ahora de la philia. Philia significa amistad (aunque el término español de amistad no tiene la riqueza semántica del término griego). Este es el tipo de amor que se da entre aquellos que se consideran compañeros e iguales. Es el amor que existe entre los amigos, pero también entre padres e hijos. Es sobre todo el amor que mantiene unidos a los conciudadanos de una polis. Incluso algunas escuelas filosóficas griegas (como el estoicismo) hablaron de la posibilidad de una amistad por todo el género humano (philantropía). ¿Qué tipo de amor es la philia? Si decíamos que eros es un amor que se place en la apropiación, philia es aquel tipo de amor que se place en compartir. Este tipo de amor nos impulsa a dar. Pero no a dar a todos sino a unos pocos, a aquellos que hemos elegido como amigos. ¿Y por qué los hemos elegido a ellos como amigos? Porque de algún modo ellos nos dan, nos potencian, refuerzan nuestro yo, nos sirven para autoafirmarnos mejor.

C)       ÁGAPE - Hablemos finalmente del amor cristiano. Para comprender mejor su especificidad, nos referiremos a él con el término griego que sirvió para designarlo (el griego es la lengua del cristianismo, no el hebreo o el latín; sin embargo, Jesucristo no hablaba griego sino arameo, sirio, porque era un judío humilde, no helenizado). Pues bien, el amor cristiano se designa con el término “ágape” (término que se traducirá al latín con la palabra “caritas”, caridad). ¿Qué es el ágape? Ágape es una forma de amor sobrenatural, divino (eros y philia son amores naturales, ordinarios, convencionales). Es el amor de Dios, es el modo como Dios ama a la humanidad (Dios ama a la humanidad hasta el punto de que aunque en justicia debería haber aniquilado a la humanidad pecadora, le plugo, le plació, salvarla). Jesucristo, la vida y pasión de Jesucristo, es la máxima muestra de amor divino. Pues bien, a todo cristiano se le exige que ame como ama Dios: amor sin límites y sin condiciones, el amor que se place en dar, en hacer el bien a cambio de … nada. Esta es la forma suprema y la única verdadera de amor para el cristianismo. Para ser cristiano, el individuo tiene que sentir esta forma de amar en su interior y ésta es la máxima virtud, una virtud sobrenatural que sólo se alcanza por mediación de la gracia divina: el ágape, la caridad hacia el semejante.

















LA CONCEPCIÓN MODERNA DEL SER HUMANO

¿Qué tenemos que saber acerca de la nueva concepción que del ser humano se va a tener en la era moderna, en la modernidad?

El hombre moderno se va a caracterizar por los siguientes grandes rasgos:

1º Por una extraordinaria AUTOCONFIANZA EN SÍ MISMO, una fe en su propia capacidad para alcanzar su salvación (la solución de los problemas que le aquejan) haciendo uso de sus facultades naturales, es decir, de su racionalidad (de su inteligencia y de su voluntad libre). Como podemos ver, la fe en Cristo es sustituida por la fe en el hombre, y la búsqueda de la salvación no estará orientada hacia el “Más Allá”, sino que se buscará alcanzar aquí, en la Tierra (es el “mito del progreso”, la convicción moderna de que es posible una continua mejora del ser humano tanto a nivel material como espiritual, pues se cree en la posibilidad de que por medio de nuestro trabajo, esfuerzo e inteligencia, las sociedades humanas serán cada vez más prósperas, y también, más libres e igualitarias).

2º Por un extraordinario DESEO Y BÚSQUEDA DE AUTOAFIRMACIÓN: el hombre moderno se siente seguro de sí mismo y busca afirmarse ante una realidad (tanto la realidad natural como la realidad social) que, aunque en un principio se le presente como desordenada y hostil, está convencido que puede llegar a dominar, a controlar, a mejorar. Este afán de autoafirmación es lo que hace que el hombre moderno busque ante todo aumentar su poder. Este acrecentamiento de su poder se logra mediante la técnica (mediante la ciencia y las plasmaciones tecnológicas del conocimiento científico). Esta confianza en que la técnica nos hará dioses (nos hará señores de la naturaleza y ´´únicos dueños de nuestro destino) es a lo que se denomina el impulso faústico del mundo moderno (Fausto es junto con Hamlet o el Quijote uno de los personajes literarios que mejor representan el espíritu que mueve el alma del hombre moderno; “Fausto” es el título de la más importante obra literaria alemana de la era moderna, obra escrita por Göethe)

3º Si los filósofos griegos consideraron que la identidad del ser humano dependía del lugar que el hombre ocupaba en el orden de la naturaleza (el lugar que le corresponde en el orden universal es aquel que se encuentra entre el que ocupan las esferas celestes y los dioses, y el que ocupan los animales),
y si para el cristianismo, la identidad del ser humano depende del lugar que Dios le ha asignado en el orden de la creación,
en la era moderna se considerará que la identidad del ser humano no depende del lugar que ocupe en un orden preestablecido sino que el ser humano ocupará el lugar que le corresponde (el más alto) en un orden creado por él mismo.


1º ¿Por qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la naturaleza?
2º ¿Por qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la creación?
3º ¿Por qué el hombre moderno sólo se reconoce en el orden que el mismo crea?
4º ¿En qué consiste ese orden que es obra y hechura del hombre moderno?
Respondamos por orden estas cuatro preguntas.
 1º ¿Por qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la naturaleza?
El responsable de que en el mundo moderno no busquemos nuestro lugar en el orden de la naturaleza es el nuevo pensamiento científico moderno (la nueva física-matemática con su concepción materialista y mecanicista de la naturaleza). El hombre moderno no se puede someter a dicho orden natural (como hacían los griegos; “vivir conforme a la naturaleza” era el ideal de vida humana para la práctica totalidad de escuelas filosóficas griegas) porque ha descubierto que el ser humano (la forma de vida propia del ser humano) no tiene nada que ver con el resto del universo (el primer filósofo moderno en ser completamente consciente de ello fue Descartes; de ahí su dualismo, el dualismo mente-materia que no es otra cosa que la división de la realidad en dos regiones diferenciadas: por un lado los seres humanos, las mentes, y por otra el universo físico, la materia). El ser humano necesita vivir en un mundo en el que su acción (su vida) siga teniendo sentido, es decir, un fin, una meta, un propósito (el orden al que pertenece el ser humano seguirá siendo teleológico mientras que el orden de la naturaleza, tal como establece la física moderna, será un orden mecánico, un orden carente de teleología).
2º ¿Por qué el hombre moderno no se reconoce en el orden de la creación?
Por lo que hace referencia al orden de la creación (es decir, el orden de la realidad tal como lo establece la religión cristiana), tras las guerras de religión que se desencadenaron en Europa al producirse la Reforma (la reforma religiosa protestante), éste será rechazado por efecto de la profunda desconfianza que el mundo moderno tendrá hacia la religión cristiana, mejor dicho, hacia las iglesias que administran las creencias cristianas. ¿Cuál es la causa de esta desconfianza? Porque se las considera responsables de las terribles guerras civiles de carácter religioso  que asolaron Europa desde 1517 (fecha del comienzo de la Reforma luterana) hasta 1648 (fecha en la que se firma la Paz de Westfalia que pone no sólo fin a la Guerra de los 30 años sino a las guerras religiosas que asolaron Europa durante más de un siglo; en algunos países, las guerras civiles duraron cincuenta años más como por ejemplo ocurrió en Inglaterra donde no llegaron a su fin hasta 1688 con la Gloriosa Revolución No Sangrienta gracias a la cual una Inglaterra totalmente protestante de la cual había sido extirpado definitivamente el catolicismo se convirtió en el primer país del mundo con un monarca constitucional y con tolerancia religiosa (tolerancia entre las distintas iglesias protestantes, no con los intolerantes papistas).


3º ¿Por qué el hombre moderno sólo se reconoce en el orden que el mismo crea?
El nuevo orden que el hombre moderno va a forjar consiste en crear una nueva sociedad (un nuevo orden social, una nueva civilización), la sociedad moderna, que se va a caracterizar por:
a)      Su prosperidad material.
b)      Su alto grado de desarrollo cultural: fundamentalmente científico-tecnológico pero también artístico.
c)      Su igualdad: por primera vez en la historia de la humanidad, la sociedad será igualitaria (en ella todos los hombres son considerados iguales en dignidad y derechos)
d)      Su libertad: en esta sociedad, se considerará que todos sus miembros son seres autónomos (seres racionales capaces de guiarse por sí mismos; en eso consiste la autonomía). Por ello se les considerará libres y dignos.
e)      Su democracia y libertad política: el gobierno existente en las sociedades modernas se considerará que debe ser el resultado de un contrato que libremente establecen entre sí todos esos individuos autónomos, iguales y libres. Ese pacto se convertirá en la ley suprema a la que también deberán someterse los gobernantes: la constitución (el primer gobernante constitucional será el rey de Inglaterra en 1688).
Para entender este extraordinario cambio en la concepción del ser humano que se produce en el mundo moderno, debemos partir de la concepción dominante en el periodo anterior, la Edad Media. Es decir, nuestro punto de partida tiene que ser la concepción cristiana del ser humano. Recordemos los puntos más importantes de la antropología cristiana: el ser humano se encuentra en pecado (por ello es malvado y desdichado) y requiere ser salvado. Ahora bien, el individuo no puede salvarse a sí mismo requiriendo la ayuda de Dios, de la gracia divina. Para la humanidad, la puerta de la salvación, la posibilidad de salvación (que hasta entonces permanecía clausurada) se abrió tras el sacrificio de Cristo. Pero esto no significa que la humanidad esté ya, de hecho, salvada, sino que se abre la posibilidad de la salvación. Por lo tanto, para el cristianismo aún queda la tarea de que cada individuo, uno a uno, tenga que salvarse. ¿Y cómo logra el individuo alcanzar finalmente la salvación? Gracias a las iglesias. ¿Por qué? En principio sólo se salvan aquellos en los que recae la gracia divina. Pero, ¿Quién administra de facto dicha gracia? Las iglesias (hasta la Reforma protestante, la única existente hasta entonces, la Iglesia romana, la Iglesia católica; desde la Reforma, las múltiples iglesias reformadas: la luterana, la calvinista, la anglicana… en los USA se cuentan por miles). Para el cristianismo, el creyente sólo se salva gracias a su iglesia ya que la iglesia es quien guía y conduce al creyente hacia la salvación. La consecuencia de plantear la salvación en estos términos es que las iglesias cristianas han llegado a tener un extraordinario poder sobre la conciencia de los individuos: para el cristianismo, el cristiano no es autónomo, no puede guiarse a sí mismo y sólo la iglesia puede guiarle hacia la salvación.
Pues bien, el mundo moderno va a rechazar categóricamente que el ser humano necesite ser guiado tanto moral como espiritualmente por las iglesias. En el mundo moderno consideramos que el ser humano está capacitado para guiarse a sí mismo. A esta capacidad de guiarse a sí mismo y de no requerir la tutela de las iglesias se la denomina autonomía, la autonomía moral del ser humano (la libertad de conciencia que tiene todo individuo). ¿Por qué podemos guiar autónomamente nuestras vidas? Porque somos seres de razón (porque somos seres racionales) ya que estamos dotados de razón, de inteligencia y esa inteligencia nos hace dueños de nosotros mismos y nos capacita para vivir autónomamente (sin requerir ser tutelados por las iglesias). La lucha por la autonomía del individuo, la defensa de la independencia del individuo de todo poder religioso (que conocemos con el nombre de libertad de conciencia) es una de las causas principales de la secularización del hombre moderno y del mundo moderno. Esta defensa de la autonomía del individuo (que es la fuente última de nuestra dignidad, de la dignidad humana) comenzó en el Renacimiento (sus primeros defensores fueron los humanistas renacentistas; aún eran los humanistas del Renacimiento completamente cristianos pero defendían un cristianismo de carácter individual en el que el creyente debía de gozar de una cierta independencia de criterio respecto a la continua tutela de las iglesias; el más importante humanista del renacimiento fue Erasmo de Rotterdam, humanista que da nombre a la corriente de renovación espiritual cristiana más importante del siglo XVI: el erasmismo).
Hablemos ahora del Estado moderno, de la organización política característica del mundo moderno. El Estado moderno hizo su aparición en el siglo XVI. Los creadores del Estado moderno fueron los monarcas de la época: los Reyes Católicos en España, los Valois y los borbones en Francia, los Tudor en Inglaterra, los Avis en Portugal). Gracias al Estado moderno se va a lograr la concentración de todo el poder político de un territorio (de lo que en aquella época denominaban reinos) en una Administración centralizada. Dicha única Administración central está en las manos del rey, del monarca absoluto (frente a la fragmentación del poder característico de la Edad Media, la poliarquía feudal). Sin Estado moderno, sin esa nueva forma de organización política, la modernidad no habría advenido. ¿Por qué? El Estado moderno dotó a nuestras sociedades de una estabilidad política que no se conocía desde los tiempos del Imperio Romano. Esa estabilidad política era una condición ineludible para que se pudiese producir ese extraordinario desenvolvimiento en todos los ámbitos (económico, cultural, social) característico de la era moderna. El problema del Estado moderno es que dejó en manos de los reyes un extraordinario poder, un poder absoluto sobre sus súbditos. Pues bien, para que el individuo moderno pudiese desenvolver su autonomía (su libertad e independencia de todo poder) era necesario no sólo neutralizar a las iglesias (como vimos antes) sino limitar y controlar el poder de los reyes, es decir democratizar el Estado (el primero en lograrlo fue Inglaterra en 1688; el segundo, Estados Unidos al constituirse como una república independiente de Inglaterra en 1776; el tercero, Francia en 1789 por medio de la revolución , de la Revolución francesa; luego vendrían todos los demás).
En conclusión, la autonomía del hombre moderno (su libertad e independencia de todo poder) se va a construir confrontándola con el poder de las iglesias y el poder de los Estados absolutos. La sociedad moderna surgirá definitivamente (y dentro de ella hará su aparición el individuo autónomo, el individuo moderno) cuando:
1º se logre neutralizar definitivamente a las iglesias (ésta es la causa principal de la secularización o descristianización de la sociedad europea moderna).
2º se logre la democratización de los Estados modernos) pues sólo en un Estado democrático los hombres pueden vivir como individuos autónomos).
4º ¿En qué consiste ese orden que es obra y hechura del hombre moderno?
Finalmente, hablemos brevemente de en qué consiste ese nuevo orden que va a crear el individuo moderno haciendo un uso autónomo de u razón, de su inteligencia:
a)      Un orden económico eficiente y productivo que hará de nuestras sociedades sociedades prosperas y que acabará para siempre con la lacra de la pobreza y la escasez. En el mundo moderno se logrará ordenar racionalmente el trabajo, la producción y distribución de los bienes y servicios que necesita dicha sociedad. Dicha economía ordenada racionalmente será la economía de mercado, es decir, la economía liberal, el capitalismo. Este nuevo modelo económico basado en el desarrollo del comercio, la especialización laboral, la organización racional del trabajo y el maquinismo (Adam Smith) hará que lleguen a su fin definitivamente todos los restantes modelos económicos caracterizados por ser infraproductivos como el modelo esclavista o el feudal.
b)      Por lo que hace referencia al conocimiento, en el mundo modernos e va a crear una nueva forma de saber que acabará con las estériles disputas y discusiones características de la filosofía de los antiguos o de los teólogos medievales. Esa nueva forma de conocimiento es la ciencia moderna que se caracteriza por:
-          Tras una libre elaboración y discusión crítica de las teorías científicas, en ella es posible llegar a un acuerdo (cosa que no ocurría con las bizantinas discusiones filosóficas y teológicas del pasado)
-          Además, el saber científico moderno tiene un valor práctico, es productivo. A través de su aplicación y plasmación técnica, tecnológica, la ciencia ha acrecentado exponencialmente el dominio del ser humano sobre la naturaleza, así como la productividad de nuestras economías (Revolución industrial).
c)      Hablemos finalmente de la modernización de nuestras sociedades y de su organización política. Una sociedad moderna (aquella en la que quiere habitar el hombre moderno y por ello está decidido a crearla) es aquella que:
-          Es una sociedad igualitaria, no estamental. En ella, todos los individuos son miembros iguales de dicha sociedad (ciudadanos) y todas las diferencias estamentales (desde la esclavitud a los estamentos feudales que dividen a la sociedad en señores y siervos) quedan abolidas.
-          El poder político del Estado tiene que estar democratizado. Un Estado es democrático cuando se dan las siguientes condiciones:
. la autoridad suprema está en las leyes (en la Constitución), leyes a las que se someten incluso los gobernantes. A este tipo de Estado se le denomina Estado de derecho (o Estado liberal parlamentario). Un Estado moderno es un Estado de derecho.
. la función última del Estado, del poder político, es reconocer y sobre todo, garantizar y proteger la autonomía de sus ciudadanos. ¿Cómo? Reconociendo y salvaguardando sus derechos. ¿Y cómo logra esto? Reconociendo sus derechos como derechos constitucionales y salvaguardando sus derechos a través de la administración de justicia (los jueces y los tribunales).
. los gobernantes del Estado tienen que ser libremente elegidos por los ciudadanos, por todos los ciudadanos (la democracia censitaria no es un modelo válido de democratización).
. finalmente, una sociedad democrática es aquella que protege a sus miembros de las siguientes adversidades: el paro, accidentes laborales, vejez y enfermedad, y provee de educación gratuita a todos sus miembros para igualar las posibilidades de ascenso social entre éstos (todas estas medidas de protección social son conocidas hoy en día como “derechos sociales”: derecho a la educación, a la sanidad y a la protección social; es característico del Estado social de derecho al que conocemos con el nombre de “Estado del bienestar”).


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