viernes, 13 de marzo de 2020

2º BACH DIURNO APUNTES SELECTIVIDAD

KANT, texto 5 Fundamentación de la metafísica de las costumbres I
 Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad. (…) La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma. Considerada por sí misma, es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho o gracia de alguna inclinación y, si se quiere, de la suma de todas las inclinaciones. (…) Para desenvolver el concepto de una voluntad digna de ser estimada por sí misma, de una voluntad buena sin ningún propósito ulterior, tal como ya se encuentra en el sano entendimiento natural, sin que necesite ser enseñado, sino más bien explicado, (…) vamos a considerar el concepto del deber (…) El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. (…) Así, pues, el valor moral de la acción no reside en el efecto que de ella se espera, ni tampoco, por consiguiente, en ningún principio de la acción que necesite tomar su fundamento determinante en ese efecto esperado. Pues todos esos efectos —el agrado del estado propio, o incluso el fomento de la felicidad ajena— pudieron realizarse por medio de otras causas, y no hacía falta para ello la voluntad de un ser racional, que es lo único en donde puede, sin embargo, encontrarse el bien supremo y absoluto. Por lo tanto, no otra cosa, sino sólo la representación de la ley en sí misma —la cual desde luego no se encuentra más que en el ser racional—, en cuanto que ella y no el efecto esperado es el fundamento determinante de la voluntad, puede constituir ese bien tan excelente que llamamos bien moral, el cual está presente ya en la persona misma que obra según esa ley, y que no es lícito esperar de ningún efecto de la acción. Pero ¿cuál puede ser esa ley cuya representación, aun sin referirnos al efecto que se espera de ella, tiene que determinar la voluntad, para que ésta pueda llamarse buena en absoluto y sin restricción alguna? Como he sustraído la voluntad a todos los afanes que pudieran apartarla del cumplimiento de una ley, no queda nada más que la universal legalidad de las acciones en general —que debe ser el único principio de la voluntad—; es decir, yo no debo obrar nunca más que de modo que pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal. Aquí es la mera legalidad en general —sin poner por fundamento ninguna ley determinada a ciertas acciones— la que sirve de principio a la voluntad, y tiene que servirle de principio si el deber no ha de ser por doquiera una vana ilusión y un concepto quimérico; y con todo esto concuerda perfectamente la razón vulgar de los hombres en sus juicios prácticos, y el principio citado no se aparta nunca de sus ojos.
 KANT; Fundamentación de la metafísica de las costumbres, trad. de M. García Morente, México, Porrúa, 1977, Cap. I (Tránsito del conocimiento vulgar de la razón al conocimiento filosófico), pp. 21-27
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Kant se divide en tres periodos: precrítico, crítico y postcrítico. La obra que aquí nos ocupa pertenece a su periodo crítico y es la más importante de todas las que escribió en el ámbito de la reflexión moral. En ella, Kant expuso los principios fundamentales de la moralidad desde la perspectiva de su original y novedosa concepción formalista de la ética.

1º Lo único que hay en el mundo que puede ser considerado bueno en sí mismo (“digno de la más alta estimación”), de un modo absoluto e incondicionado, es la voluntad propia de un ser racional, esto es, una buena voluntad.

2º ¿Qué es lo que hace buena a la voluntad? Una voluntad es buena por su modo de querer (querer algo por deber, por respeto a la ley moral que me dicta mi condición de ser racional), no por la acción en el mundo que la voluntad realiza y despliega, ni por la utilidad de las consecuencias de dicha acción desencadena, ni por que satisfaga estos o aquellos deseos, incluso la totalidad de deseos que siente el individuo y en cuya satisfacción se puede cifrar su felicidad.

3º El deber moral, la forma de querer propia de una buena voluntad, es definido literalmente por Kant como “la necesidad de una acción por respeto a la ley”
.
4º El valor moral de una acción reside exclusivamente en que ésta se realice por deber, es decir, que sea una acción decidida y ejecutada por una buena voluntad, por una voluntad racional.

5º Una voluntad se torna en una buena voluntad cuando es determinada exclusivamente por la representación de la ley moral.

6º ¿Qué es la ley moral? Un principio formal (una ley general) que no me dice cómo tengo que comportarme en concreto aquí y ahora (lo cual la convertiría en una ley particular, por ejemplo, “no matarás”) sino que sólo me exige que las máximas morales que dirigen de facto mi comportamiento sean universalizables (es decir, la ley moral sólo me reclama que mis máximas morales subjetivas puedan tornarse en principios morales intersubjetivos, dignos de la consideración y del placet de cualquier ser racional).

Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

-          Buena voluntad – Kant califica como bueno sólo a aquel ser humano que actúa movido por el respeto a lo que le dicta su conciencia (la ley moral).

-          deber –el acto que llevamos a cabo porque es nuestra obligación moral el ejecutarlo ya que nos lo manda nuestra conciencia moral (la ley moral)

-          el bien supremo e incondicionado – es el bien moral es ¿Qué es el bien moral? el bien moral es la determinación de mi voluntad por la ley moral, es decir, una buena voluntad, una voluntad racional.

-          leyla ley moral es la ley que rige la conducta de todo ser racional

-          máxima cualquier norma con la que el individuo regula su comportamiento propio

KANT, texto 6 Fundamentación de la metafísica de las costumbres II
Pues bien, todos los imperativos mandan, ya hipotética, ya categóricamente. Aquéllos representan la necesidad práctica de una acción posible, como medio de conseguir otra cosa que se quiere (o que es posible que se quiera). El imperativo categórico sería el que representase una acción por sí misma, sin referencia a ningún otro fin, como objetivamente necesaria. (…) Un imperativo que, sin poner como condición ningún propósito a obtener por medio de cierta conducta, manda esa conducta inmediatamente. Tal imperativo es categórico. No se refiere a la materia de la acción y a lo que de ésta ha de suceder, sino a la forma y al principio de donde ella sucede, y lo esencialmente bueno de la acción consiste en el ánimo que a ella se lleva, sea el éxito el que fuere. Este imperativo puede llamarse el de la moralidad.
 KANT; Fundamentación de la metafísica de las costumbres, trad. de M. García Morente, México, Porrúa, 1977, Cap. 2º (Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres), pp. 35-36  
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Kant se divide en tres periodos: precrítico, crítico y postcrítico. La obra que aquí nos ocupa pertenece a su periodo crítico y es la más importante de todas las que escribió en el ámbito de la reflexión moral. En ella, Kant expuso los principios fundamentales de la moralidad desde la perspectiva de su original y novedosa concepción formalista de la ética.

1º Existen dos tipos de imperativos: los imperativos hipotéticos y el imperativo categórico.

2º Los imperativos hipotéticos son aquellos en los que se manda actuar de un determinado modo para alcanzar un fin buscado (se considera que ese comportamiento es un medio adecuado y efectivo para la consecución de una meta).

3º El imperativo categórico es aquel que determina una acción como necesaria por sí misma sin tener que remitirla a ningún fin y por tanto ordena dicha acción incondicionalmente.

4º El imperativo moral no concierne ni al contenido de la acción (la “materia” de ésta) ni a sus consecuencias sino a la “forma” de la acción (la “disposición del ánimo” de aquel que actúa por deber, es decir, por respeto a la ley).

5º El imperativo categórico puede denominarse el imperativo de la moralidad.


 Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

-          imperativos – una orden del tipo “Actúa de tal modo”

-          imperativo hipotético – aquel tipo de imperativo que da una orden pero sometida a una condición; un imperativo del tipo “Si quieres Y (la condición), entonces debes hacer X (la orden)

-           imperativo categórico –aquel que expresa un mandato absoluto, sin condiciones; un imperativo del tipo “Debes hacer X”

-          imperativo de la moralidad – el imperativo que expresa la orden que dicta la ley moral

KANT, texto 7 Crítica de la razón práctica
La autonomía de la voluntad es el único principio de todas las leyes morales y de los deberes conformes a ellas; toda heteronomía del albedrío, en cambio, no sólo no funda obligación alguna, sino que más bien es contraria al principio de la misma y de la moralidad de la voluntad. En la independencia de toda materia de la ley (a saber, de un objeto deseado) y al mismo tiempo, sin embargo, en la determinación del albedrío por medio de la mera forma legisladora universal, de que una máxima tiene que ser capaz, consiste el principio único de la moralidad. Aquella independencia, empero, es libertad en el sentido negativo; esta propia legislación de la razón pura y, como tal, práctica es libertad en el sentido positivo. Así, pues, la ley moral no expresa nada más que la autonomía de la razón pura práctica, es decir, la libertad, y ésta es incluso la condición formal de todas las máximas, bajo cuya condición solamente pueden éstas coincidir con la ley práctica suprema.
 KANT; Crítica de la razón práctica, trad. de E. Miñana y M. García Morente, México, Porrúa, 197, Parte 1ª (Teoría elemental de la razón pura práctica), Libro I (Analítica de la razón pura práctica), Cap. I (De los principios de la razón pura práctica), § 8, Teorema IV, p. 114  
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de la “Crítica de la Razón Práctica”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Kant se divide en tres periodos: precrítico, crítico y postcrítico. La obra que aquí nos ocupa pertenece a su periodo crítico y es, junto con la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”,  la más importante de todas las que escribió en el ámbito de la reflexión moral. En ella, Kant expuso los principios fundamentales de la moralidad desde la perspectiva de su original y novedosa concepción formalista de la ética.

1º El único fundamento de la ley moral y de la obligatoriedad moral es la autonomía de la voluntad.

2º La heteronomía del libre arbitrio no fundamenta la obligatoriedad moral y es contraria a la moralidad de la voluntad.

3º El principio de la moralidad consiste en:

a)      la independencia de la ley de todo fin o materia (de todo objeto del deseo humano subjetivo);

b) la determinación de la voluntad por la mera forma de la ley universal.

4º La libertad en sentido negativo es la independencia de la voluntad de todo deseo particular.

5º La libertad en sentido positivo es la determinación de la voluntad por la mera ley moral.

6º La ley moral es la manifestación de la libertad y de la autonomía de la voluntad (su capacidad de regirse por principios formales universales).

7º Todas las máximas que rigen nuestra acción deben acomodarse al principio formal de la universalidad de la ley moral. Sólo bajo dicha condición, dichas máximas son moralmente legítimas.


Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

-           autonomía de la voluntad – mi voluntad es autónoma porque puede determinarse a sí misma.
-          heteronomía del libre arbitrio – la determinación de la voluntad a obrar por factores exteriores a la voluntad: premios y castigos, promesas de felicidad,


-          libertad en sentido negativo – la capacidad de mi voluntad de resistir a cualquier clase de inclinación natural.

-          libertad en sentido positivo – la capacidad de la voluntad de autodeterminarse a través de la ley moral,

KANT, texto 8 Fundamentación de la metafísica de las costumbres III
Pues todos los seres racionales están sujetos a la ley de que cada uno de ellos debe tratarse a sí mismo y tratar a todos los demás, nunca como simple medio, sino siempre al mismo tiempo como fin en sí mismo. Mas de aquí nace un enlace sistemático de los seres racionales por leyes objetivas comunes; esto es, un reino que, como esas leyes se proponen referir esos seres unos a otros como fines y medios, puede llamarse muy bien un reino de los fines (desde luego que sólo un ideal). (…) En el reino de los fines todo tiene o un precio o una dignidad. Aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo equivalente; en cambio, lo que se halla por encima de todo precio y, por tanto, no admite nada equivalente, eso tiene una dignidad. Lo que se refiere a las inclinaciones y necesidades del hombre tiene un precio comercial; lo que, sin suponer una necesidad, se conforma a cierto gusto, es decir, a una satisfacción producida por el simple juego, sin fin alguno, de nuestras facultades, tiene un precio de afecto; pero aquello que constituye la condición para que algo sea fin en sí mismo, eso no tiene meramente valor relativo o precio, sino un valor interno, esto es, dignidad. La moralidad es la condición bajo la cual un ser racional puede ser fin en sí mismo; porque sólo por ella es posible ser miembro legislador en el reino de los fines. Así, pues, la moralidad y la humanidad, en cuanto que ésta es capaz de moralidad, es lo único que posee dignidad.
 KANT; Fundamentación de la metafísica de las costumbres, trad. de M. García Morente, México, Porrúa, 1977, Cap. 2 (Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres), pp. 47-48
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Kant se divide en tres periodos: precrítico, crítico y postcrítico. La obra que aquí nos ocupa pertenece a su periodo crítico y es la más importante de todas las que escribió en el ámbito de la reflexión moral. En ella, Kant expuso los principios fundamentales de la moralidad desde la perspectiva de su original y novedosa concepción formalista de la ética.

1º Todos los seres racionales deben comportarse según la ley que manda tratar a todo ser racional como un fin en sí mismo (como una persona) y no como un mero medio (como una cosa).

2º La sociedad que constituirían esos seres racionales unidos  por el vínculo de leyes que regulan su relación como medios y como fines puede ser denominado el “reino de los fines”.

3º En el reino de los fines tiene precio todo aquello que es sustituible por algo equivalente (todo bien que satisface una necesidad particular tiene un valor relativo). Por el contrario, tiene dignidad aquello que tiene un valor intrínseco pues es la condición para que algo se constituya en un fin en sí mismo.

4º Un ser racional se constituye como un fin en sí mismo cuando actúa moralmente (la moralidad le dignifica) convirtiéndose en un miembro legislador en el reino de los fines.

5º Lo único digno en el mundo es la moralidad y la humanidad en cuanto capaz de actuar moralmente.

Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.
-          reino de los fines – hace referencia a aquella comunidad humana  en la que todos sus miembros son considerados como personas
-          precio – tiene precio aquello cuyo valor sólo puede ser económico por ser algo meramente intercambiable e instrumental
-          dignidad – valor absoluto e incondicionado, es decir, el valor no económico sino moral
-          miembro legislador en el reino de los fines – todo ser humano debe actuar conforme a reglas morales que el mismo promulgaría si fuese diputado (legislador) en el parlamento de la humanidad.

TEMA 7: LA LEY MORAL EN KANT

Pasemos seguidamente a desarrollar pormenorizadamente el tema “La ley moral en Kant”.
En la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” y en la “Crítica de la razón práctica”, Kant desenvuelve su original concepción de la ética (probablemente la parte de su pensamiento que tiene hoy en día más vigencia; el jurista francés Pierre Cassin se inspiró en ella cuando redactó la “Declaración Universal de los Derechos Humanos).
¿Por qué? Fue el primer filósofo que defendió (y que logró elaborar una doctrina ética mejor fundamentada al respecto) que toda la ética pivota sobre un gran valor: el reconocimiento de la igual dignidad de todos los seres humanos sin excepción, esto es, la afirmación categórica de que todo ser humano es, desde una perspectiva moral, una persona.
 ¿Qué es una persona según Kant?
1º Un ser capaz de autodesarrollo o autónomo (y por lo tanto alguien que puede dirigir su propia vida haciendo uso de su propia razón sin necesidad de ser tutelado por el Estado o por las iglesias) y
2º dotado de una valor absoluto, de dignidad (al tener el ser humano dignidad y no precio, no debe ser nunca instrumentalizado, convertido en medio, ya que es un fin en-sí mismo).
Expliquemos más detalladamente, paso a paso, la ética kantiana.
1. EL SER Y EL DEBER SER: Según Kant, la razón humana tiene dos usos, el uso teórico y el uso práctico. Por el uso teórico, la razón nos sirve para conocer
El uso práctico, por el contrario sirve para dirigir la conducta. Este uso práctico de la razón se vincula no a cómo las cosas son, sino a cómo las cosas deberían ser.

En conclusión, la realidad tiene dos planos: el ámbito del ser (del conocer, de la ciencia) y el ámbito del debe ser (de la ética).

2. LA ÉTICA: El deber ser no puede expresarse en juicios, sino que lo hace mediante imperativos. ¿Qué es un imperativo? Un mandato, una orden, que establece que hay que ejecutar una acción “X debe hacer Y”.

3. EL IMPERATIVO MORAL: No todo imperativo, todo mandado, es moral.
¿Por qué? Existen dos tipos de imperativos: categóricos e hipotéticos. El imperativo hipotético no es moral, el categórico sí lo es. ¿Qué es un imperativo hipotético? Aquellos que ordenan algo como medio para conseguir un fin. Por ejemplo:
¿Por qué el imperativo hipotético no es un imperativo moral?

1. Porque es condicionado:. ¿Condicionado a qué? A la consecución de un fin.
 2. Porque es contingente (ni universal, ni necesario). ¿Por qué? Porque se fundamenta en la experiencia.
3. Porque un imperativo hipotético no es una norma moral sino una regla de habilidad, una simple instrucción que nos indica cómo debemos actuar para conseguir determinadas metas.

4. EL IMPERATIVO CATEGÓRICO
¿Qué es el imperativo categórico? Aquel que ordenada algo como un fin absoluto, es decir, sin condiciones.
¿Por qué el imperativo categórico puede ser el imperativo moral?

1. Porque su validez es absoluta: no está condicionada a su utilidad para conseguir sus fines
2. Es un tipo de imperativo cuya validez es universal y necesaria ¿Por qué?

a. Como vimos antes, su validez no depende de un fin (es incondicionada).
b. No se fundamente en nada a posteriori, en ninguna experiencia contingente, sino en algo a priori, en la misma razón práctica: los imperativos categóricos son una orden de la razón práctica.

5. EL DEBER Y LA BUENA VOLUNTAD
¿Cuál es el problema de los imperativos categóricos?

El imperativo moral (el categórico) es condición necesaria pero no suficiente de la acción moral, es decir, obrar con forma de imperativo moral no basta para que la acción sea moral.
¿Por qué? Porque hay que tomar en consideración el factor subjetivo de la acción moral (el factor objetivo es el imperativo categórico, la orden que cumplo). ¿En qué consiste ese factor subjetivo? En la motivación subjetiva o intención que hay detrás de la acción. Según Kant, la acción sólo es moral cuando está motivada por el cumplimiento del deber.
Según Kant, las acciones que se ajustan al imperativo categórico pueden ser:

1. Acciones conforme al deber (legales, pero no morales).
2. Acciones por deber (morales).

Las acciones conforme al deber se ajustan a la norma, al imperativo categórico, pero sólo por las consecuencias, no por la norma misma, es decir, por los efectos que puede acarrear su incumplimiento.

Las acciones por deber son las únicas que son morales.  ¿Qué es el deber? Aquella acción que el individuo ejecuta impulsado, motivado, exclusivamente por “el respeto a la ley moral”. Sólo el individuo que actúa por deber tiene una buena voluntad y ésta es lo único absolutamente, incondicionalmente bueno en el universo (esto es lo que convierte al ser humano en una persona, en un ser dotado de dignidad).



6. EL IMPERATIVO CATEGÓRICO FORMAL (LA ÉTICA FORMAL)
¿Qué es una máxima?: las máximas son las reglas de comportamiento que cada individuo utiliza en su vida ordinaria para orientarse y saber cómo tiene que actuar. Son reglas de comportamiento subjetivas, no objetivas, ya que cada individuo particular, no su razón, se la da a sí mismo. Son reglas con contenido que indican cómo hay que obrar.

Kant afirmaba que su ética era formal y no material (como por el contrario habrían sido todos los sistemas éticos anteriores al suyo). ¿Qué es una ética material? ¿Qué es una ética formal? Según Kant, en toda ley moral hay que distinguir entre su materia y su forma. ¿Qué es la materia de la ley? Su contenido, la acción concreta que prescribe (no robar) ¿Qué es su forma? Su carácter de ley, el que establezca una obligación (universal y necesaria) y que dicha obligación ha de ser respetada por deber (no por cálculo o utilidad o miedo). Pues bien, según Kant, el IMPERATIVO CATEGÓRICO MORAL, el imperativo categórico de la moralidad, tiene que ser puramente formal porque los imperativos categóricos materiales (no robar, no mentir) tienen contenido y están ligados de un modo u otro a la experiencia (y por lo tanto a sus contingencias) y a la facultad de apetecer (al mundo subjetivo de los deseos y las emociones del individuo).

Por ello, el imperativo categórico kantiana no nos va a indicar qué tenemos que hacer  sino que va a establecer las dos condiciones (las condiciones trascendentales de la moral, el a priori de la moralidad) que se tienen que dar siempre para que mis máximas de acción (las reglas ya sí con contenido que de hecho orientan al individuo en su vida) puedan considerarse como aceptables desde una perspectiva moral (es decir, que sea moralmente legítimas). Estas dos condiciones son:

a. La exigencia del deber: significa que sólo el deber puede motivar mi acción
b. La exigencia de universalidad: significa que mis máximas tienen que poder ser universalizables.

La ética kantiana es una ética procedimental porque no nos da ningún tipo de instrucción acerca de cómo debemos vivir (algo que por otro lado sería contrario a nuestra dignidad de seres autónomos) sino que establece sólo un procedimiento para que podamos evaluar la moralidad de nuestras máximas.

7. LAS FORMULACIONES DEL IMPERATIVO CATEGÓRICO FORMAL

Veamos las distintas formulaciones dadas por Kant del imperativo categórico formal,
1) “Obra de tal modo que puedas querer que la máxima que dirige tu conducta se convierta en una ley universal”.

¿Qué afirma dicha formulación? Dos cosas:

1.Que si puedo pensar en la universalización de mi máxima sin contradicción, entonces ésta es moral.

2. Que si por el contrario no puedo hacerlo (esto es, si me contradigo cuando intento universalizar mi máxima) entonces no lo es (mi máxima no es moralmente válida, legítima).

2) “Obra de tal modo que trates  tu humanidad y la humanidad que hay en tus semejantes siempre con un fin en sí mismo, y no sólo como un medio”.

En esta formulación del imperativo categórico, se establece a la persona humana, irreductible a cualquier instrumentalización (ningún ser humano puede ser sólo un medio), como valor moral supremo (como un fin, un fin absoluto), como un ser “con dignidad y no precio”.

3) “Obra como si fueses un legislador en el reino de los fines”.

¿Qué es el reino de los fines? Una sociedad de personas, una sociedad en la que todos los seres humanos son tratados y considerados como personas. Aquí se establece que las normas morales son aquellas que permitirían la instauración de una comunidad humana, donde los hombres son considerados fines en sí mismos (reino de los fines = sociedad de las personas).

8. LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD

Finalmente, Kant afirmó que solo su ética puede ser considerada una ética autónoma y no heterónoma.

¿Qué es una ética autónoma? Aquella cuyos principios son independientes de la experiencia (del mundo de la naturaleza, de sus leyes y sus mecanismos; a este mundo es al que pertenecen los deseos y emociones humanas) y provienen exclusivamente de una voluntad autónoma, una voluntad libre.

Una voluntad autónoma es aquella que es independiente para hacer sus propias leyes (ajena a las leyes naturales que rigen en el mundo) y, por ello, aquella voluntad que se da a sí misma sus propios fines (unos fines que ya no vendrán del orden de la naturaleza o de Dios, como defendían las éticas heterónomas). Es por esa capacidad para darse sus propios fines, sus propias leyes, por lo que la voluntad humana es autónoma y el ser humano es libre.

El que la ética sea autónoma quiere decir, en definitiva, que individuo debe guiarse exclusivamente por la razón para así lograr emanciparse de todas las instancias externas (la tradición, la autoridad civil y religiosa, la fe, etc.) e internas (las pasiones) que le tutelan y le oprimen. Es el ideal máxima del pensamiento ilustrado: lograr la definitiva emancipación de la humanidad a través de la razón.

9. LOS POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA
Una vez hecho esto, Kant se pregunta cómo es posible que haya en el mundo un ser que se comporte moralmente. Para que exista un ser que actúe moralmente en el seno de una naturaleza amoral tienen que darse unas condiciones. ¿Qué condiciones son éstas? Aquí vamos a dar comienzo a la explicación de los “postulados de la razón práctica”, el apéndice de la moral kantiana. Para que la acción moral sea posible:

1º condición (1º postulado de la razón práctica);
Tiene que existir un sujeto moral, dotado de una voluntad libre: El hombre es libre, pero lo es en el ámbito nouménico, no en el fenoménico. la libertad es el primer postulado de la razón práctica.

2º condición (2º postulado):
Esta voluntad libre tiene que ser la voluntad de un alma.
Esa alma, además, ha de ser inmortal. ¿Por qué? Si la razón nos manda la virtud, entonces, como no es posible en nuestra corta vida obrar sólo por deber (la virtud), entonces, para que la razón no nos exija un imposible, es necesario que la razón nos conceda toda la eternidad para alcanzar la virtud. Conclusión: segundo postulado de la razón práctica, la inmortalidad del alma.

3º condición (3º postulado):
Finalmente, la naturaleza humana es contradictoria, Como ser fenoménico (como ser con deseos y pasiones), el hombre busca la felicidad, pero como ser nouménico, busca la virtud. Felicidad y virtud no son incompatibles, pero tampoco se coimplican Esa especie de contradicción que se produce en la naturaleza humana, sólo se podría superar si se armonizasen ambos planos, el de la naturaleza y el de la moral, el del ser y el del deber ser, para que estuviesen orientados al mismo fin. ¿Quién puede garantizar esto? Responde Kant, sólo un Dios todopoderoso. Por eso, si queremos que el supremo bien (el supremo bien es la armonía de la moral y la felicidad) sea posible, tenemos que postular que Dios existe. El tercer postulado es la existencia de Dios.

En conclusión: los objetos de la metafísica (el mundo, el alma y Dios) que no podían ser conocidos por la razón teórica, pueden ser investigador a través de la experiencia moral.


MARX: ALIENACIÓN E IDEOLOGÍA
OBRAS: El Capital, El manifiesto comunista (otras obras: Contribución a la crítica de la economía política, Manuscritos económico-filosóficos, La ideología alemana, Once tesis sobre Feuerbach).
CONTEXTUALIZACIÓN DEL AUTOR
El texto que tenemos que comentar fue escrito por Marx. Lo primero que vamos a hacer es contextualizar el texto en el marco de la época en que fue escrito.
Marx fue un teórico social y un organizador de la clase trabajadora cuyo pensamiento es considerado como la principal inspiración de las más influyentes formas de radicalismo social moderno. En Berlín estudió la filosofía de Hegel y entró a formar parte del círculo de jovenes filósofos que conocemos con el nombre de “Izquierda Hegeliana” cuyo principal representante fue Ludwig Feuerbach. A los 24 años, se trasladó a París donde conoció a Engels que se convirtió en su más estrecho colaborador. En 1847 ingresó en la Liga Comunista. En 1848 redactó junto a Engels el “Manifiesto del Partido Comunista”. Expulsado de Bélgica, volvió a París en plena efervescencia revolucionaria, trasladándose poco después a Colonia con la intención de colaborar en la organización del movimiento obrero alemán. Expulsado primero de Alemania y después de Francias,. En 1849 se trasladó a Londres donde vivirá el resto de sus días dedicado al estudio del sistema capitalista y a la redacción de su principal obra, “El Capital”, la cual quedará inacabada a su muerte. Fue fundador de la 1º Internacional.
Tres grandes corrientes están presentes en la formación del pensamiento de Marx con las cuales polemiza abiertamente, aunque también asume algunas de sus tesis:
-          De la economía-política clásica inglesa, (Adam Smith, David Ricardo)

(+) Marx asumirá que lo que crea el valor (económico) de una mercancía es el trabajo.

(-) Sin embargo, los economistas clásicos creen estar haciendo ciencia cuando en realidad hacen “ideología”. Marx va más allá, intentando explicar que el origen de la propiedad privada (base del sistema capitalista) está en la alienación del trabajo.

-          Del socialismo utópico, (Fourier, Owen o Saint-Simon)

(+) Marx valorará positivamente que haya captado las contradicciones del capitalismo (la explotación del obrero).

(-) Sin embargo, Marx lo criticará por su pretensión de meramente reformar la sociedad capitalista
- Respecto a la filosofía alemana (Hegel y la izquierda hegeliana)

(+) Marx adoptará de Hegel si bien invirtiendo su significado: 1º la concepción dinámico-dialéctica de la realidad y 2º el concepto de alienación
(-) Marx rechazará de Hegel la pretensión de que la auténtica realidad es el Espíritu, Este planteamiento hegeliano lleva a la conclusión de que “Todo lo real es racional y todo lo racional es real”.¿Por qué el punto de vista de Hegel es falso? La miseria que produce el capitalismo en el proletariado contradice esa pretensión de racionalidad. ¿Cómo puede combatirse esa miseria? Revolucionando la realidad social

-          Respecto a la izquierda hegeliana, aunque en sus inicios Marx se había identificado con la filosofía de Feuerbach (F. 1º había sustituido el idealismo por el materialismo, 2º llevado a cabo una crítica de la alienación religiosa reduciendo a teología a antropología y 3º defendido la implantación de un Estado democrático), criticó de éste:

a) su concepción no dialéctica) del materialismo que le incapacitaba para explicar el dinamismo de la historia y

b) su concepción del ser humano como un mero sujeto contemplativo y no activo


ANÁLISIS DE LOS TEXTOS

A continuación, después de esta introducción contextualizadora acerca del autor, pasemos a analizar el texto al tiempo que aclaramos el significado de algunos de los términos o expresiones más importantes que en él aparecen.

K. MARX, texto 1 Manuscritos económico-filosóficos de 1844
¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente, en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. Así como en la religión la actividad propia de la fantasía humana, de la mente y del corazón humanos, actúa sobre el individuo independientemente de él, es decir, como una actividad extraña, divina o diabólica, así también la actividad del trabajador no es su propia actividad. Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo.
K. MARX, Manuscritos económico-filosóficos de 1844, trad. de F. Rubio Llorente, Madrid, Alianza Editorial, 1968, Primer Manuscrito, XXIII (El trabajo enajenado), pp. 108-109
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de los “Manuscritos de economía y filosofía”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Marx se divide en dos periodos: el Marx I, el Marx precientífico (en el sentido de no suficientemente económicista), filosófico y humanista, periodo en el que analiza filosóficamente los fenómenos de la alienación y de la ideología, y el Marx II o Marx científico, etapa en la que expuso los principios de una concepción materialista de la historia y en la que sometió a una implacable crítica el modo de producción capitalista en su inacabada obra “El Capital”. Los “Manuscritos de Paris” fueron escritos en 1844 y pertenecen, del mismo modo que “La ideología alemana”, a la primera etapa su pensamiento.
1º La enajenación (o alienación) del trabajo consiste, en primer lugar, en el carácter externo del trabajo. El trabajo no pertenece ya al trabajador. ¿Por qué? Porque el trabajo ya no forma parte de su ser. El trabajo pertenece al ser del trabajador cuando el trabajo es voluntario, un fin en sí mismo por medio del cual el trabajador logra su autorrealización como ser humano, es decir, el libre desenvolvimiento de sus capacidades naturales (tanto mentales como físicas). Por el contrario, no pertenece a su ser cuando es un trabajo forzado, convirtiéndose en un mero medio para satisfacer necesidades.
2º Para el trabajador, la exterioridad del trabajo se le manifiesta (toma conciencia de la exterioridad del trabajo) en el hecho de que su propio trabajo no le pertenece a él sino a otro (a aquel que a cambio le paga un salario: el patrón capitalista).
3º De un modo similar a lo que ocurre en el ámbito de la religión (en el que, tal como había teorizado Feuerbach, un producto de la actividad humana se desvincula de su creador y le termina subyugando), la actividad del trabajador ya no le pertenece a él sino a aquel que la compra. Esta pérdida de su actividad puede ser estimada como una pérdida de sí mismo.
GLOSARIO
#trabajo el trabajo es, genéricamente, cualquier acción productiva llevada a cabo por un ser humano. Primariamente, trabajo es aquella acción por medio de la cual el ser humano produce sus medios materiales de subsistencia.
#enajenación del trabajo – el significado jurídico y económico de alienación es el transferir o transmitir una propiedad, esto es, hacer ajeno lo que es propio (por ejemplo, enajenar una propiedad o un derecho). Su significado filosófico (por ejemplo, en Hegel o Feuerbach) es el de que algo ponga su ser fuera de sí, quedando proyectado en una realidad divina que le es ajena, con la que no se identifica y que finalmente le subyuga Para Marx, la enajenación describe la condición del proletario en la sociedad capitalista. La enajenación es primariamente enajenación del trabajo.
#en-sí/fuera de sí Marx constata la contradicción de que el trabajador se encuentre en-sí fuera del trabajo y fuera de sí en el trabajo cuando debería suceder lo contrario: que se hallase “en síen el trabajo y “fuera de sífuera del trabajo.
#trabajo forzado/trabajo voluntario la dicotomía trabajo alienado/trabajo no alienado se puede reformular como la dicotomía trabajo forzado (no voluntario/trabajo voluntario)

K. MARX, texto 2 La ideología alemana
Por completo en contraposición a la filosofía alemana, que baja del cielo a la tierra, aquí se sube al cielo a partir de la tierra misma. Esto es, no se parte de lo que los hombres dicen, se imaginan, se representan, ni tampoco del hombre dicho, pensado, imaginado, representado, para desde ahí acceder al hombre de carne y hueso; se toma pie en el hombre realmente activo y a partir de su proceso vital real se expone la evolución de los reflejos y ecos ideológicos, de este proceso vital. También las formaciones nebulosas en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias del proceso material de su vida, empíricamente constatable y vinculado a premisas materiales. Con ello, la moral, la religión, la metafísica y demás ideologías, así como los contenidos de consciencia a ellos correspondientes, pierden bien pronto su apariencia de autonomía. Carecen de historia, carecen de evolución; son los hombres que evolucionan con su producción y su tráfico materiales los que, con esta realidad suya, cambian también su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la consciencia lo que determina la vida, sino la vida lo que determina la consciencia. De acuerdo con el primer enfoque, se parte de la consciencia como si se tratara del individuo viviente; de acuerdo con el segundo, que es el que corresponde a la vida real, se parte del individuo vivo, del individuo real, y la consciencia no es asumida sino como su consciencia.
K. MARX / F. ENGELS; La ideología alemana, en Marx. Antología, ed. de J. Muñoz, Barcelona, Península, 2002, p. 127  
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de su obra“La ideología alemana”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Marx se divide en dos periodos: el Marx I, el Marx precientífico (en el sentido de no suficientemente económicista), filosófico y humanista, periodo en el que analiza filosóficamente los fenómenos de la alienación y de la ideología, y el Marx II o Marx científico, etapa en la que expuso los principios de una concepción materialista de la historia y en la que sometió a una implacable crítica el modo de producción capitalista en su inacabada obra “El Capital”. “La ideología alemana” fue escrita en colaboración con Engels en 1845-46 y pertenece, del mismo modo que los “Manuscritos de economía y filosofía”, a la primera etapa su pensamiento. En esta obra, se encuentra la primera exposición de muchas de las principales tesis del materialismo histórico.
1º Marx expone su intención de tomar como punto de partida de su filosofía lo que realmente hace el hombre y cómo vive (es decir, partir del hombre activo y su proceso vital y no del hombre contemplativo) para, desde ahí, comprender lo que piensa y cree, y no, como hace la filosofía alemana de su tiempo, partir de lo que el hombre piensa (o del hombre pensado, del hombre abstracto) para acceder desde ello al hombre concreto.
2º Las ideas y creencias de los hombres (su moral, religión o metafísica) no son sino sublimaciones (“reflejos y ecos ideológicos”) del proceso material de sus vidas (de la actividad productiva y social que de hecho los individuos desenvuelven). Por ello, dichas ideas carecen de autonomía y evolucionan a la par que la actividad material de la cual son representación.
3º En conclusión, no es lo que piensan los hombres lo que determina cómo viven (aquí confundimos al individuo real con lo que piensa dicho individuo) sino, a la inversa, la manera cómo viven la que determina cómo piensan (aquí sí que tomamos en consideración al individuo real y asumimos que su pensamiento sólo es su pensamiento).
GLOSARIO
#reflejos y ecos ideológicos para Marx, los pensamientos y creencias de los seres humanos (sus ideologías) reflejan (o expresan) las condiciones en las que se desarrolla el proceso material de su existencia
#sublimaciones- la ideología es una sublimación en el sentido de que es una elevación al ámbito del pensamiento de las condiciones materiales de vida de los hombres (pasamos del estado o nivel material de la vida de los hombres al estado mental o ideológico de la vida de éstos)
#proceso material de su vida el conjunto de actividades productivas que tiene que desenvolver el ser humano para satisfacer sus necesidades básicas.
#no es la conciencia lo que determina la vida, sino la vida lo que determina la conciencia Frase lapidaria con la que Marx establece que lo que los hombres piensan y creen (su conciencia) es un epifenómeno de la actividad material y el proceso social en que se desarrolla su existencia.

K. MARX, texto 3 Contribución a la crítica de la economía política
El resultado general que obtuve y, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor de mis estudios puede formularse brevemente de la siguiente manera. En la producción social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un determinado estadio evolutivo de sus fuerzas productivas materiales. La totalidad de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio jurídico y político, y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina el proceso social, político e intelectual de la vida en general. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social lo que determina su conciencia. En un estadio determinado de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o —lo cual sólo constituye una expresión jurídica de lo mismo— con las relaciones de producción dentro de las cuales se habían estado moviendo hasta ese momento. Esas relaciones se transforman de formas de desarrollo de las fuerzas productivas en ataduras de las mismas. Se inicia entonces una época de revolución social.
 K. MARX; Contribución a la crítica de la economía política (1859), trad. de J. Tula y otros, México, Siglo XXI, 1986, Prólogo, pp. 4-5
Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de su obra “Contribución a la crítica de la economía política”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Marx se divide en dos periodos: el Marx I, el Marx precientífico (en el sentido de no suficientemente económicista), filosófico y humanista, periodo en el que analiza filosóficamente los fenómenos de la alienación y de la ideología, y el Marx II o Marx científico, etapa en la que expuso los principios de una concepción materialista de la historia y en la que sometió a una implacable crítica el modo de producción capitalista en su inacabada obra “El Capital”. La obra que estamos comentando fue escrita en 1859 y pertenece, del mismo modo que los “El Capital”, a la segunda etapa su pensamiento. Esta obra es importante porque en su prólogo se exponen con gran claridad las principales tesis del materialismo histórico, así como la dicotomía infraestructura/superestructura.
ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD: INFRAESTRUCTURA/SOBREESTRUCTURA
1º Las relaciones socio-económicas (las relaciones de producción) que los individuos establecen entre sí cuando viven en sociedad (“en la producción social de su existencia”) son no fruto de su voluntad sino el resultado necesario del estadio evolutivo en el que se encuentran las fuerzas productivas materiales de dicha sociedad.
2º La estructura económica de la sociedad es la totalidad de sus relaciones de producción (de sus relaciones socio-económicas).
3º La estructura jurídico-política de la sociedad se levanta sobre su estructura económica.
4º A su vez, a dicha estructura jurídico-política de la sociedad le corresponden distintas formas de conciencia.
5º Por todo ello, podemos concluir que la estructura económica de la sociedad (o modo de producción) es quien determina la estructura político-ideológica de ésta y no a la inversa (pues no es la conciencia de los hombres la que determina cómo viven en sociedad sino cómo de hecho viven lo que determina cómo piensan).
Finalmente, TESIS DEL MATERIALISMO HISTÓRICO
6º Las fuerzas materiales de toda sociedad se desarrollan (evolucionan perfeccionándose) a lo largo del tiempo.
7º En su desarrollo evolutivo, las fuerzas materiales terminan entrando en contradicción con las relaciones de producción existentes en una determinada sociedad.
8º ¿A qué es debida esa contradicción? A que en un momento determinado de su desarrollo, esas relaciones de producción terminan frenando (en lugar de impulsando) el desarrollo de las fuerzas productivas.
GLOSARIO
#no es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social lo que determina su concienciaeste axioma del materialismo histórico establece la prioridad (y el condicionamiento causal) en la vida de los hombres de su actividad económica sobre el resto de actividades que desenvuelve (praxis política y actividad teórica)
#contradicciónse produce cuando las relaciones de producción no se adecúan a las fuerzas productivas convirtiéndose en un freno (“ataduras”) de su desarrollo.
#revolución social proceso de cambio cualitativo en la estructura de la sociedad en virtud del cual un modo de producción llega a su fin dando paso al advenimiento de nuevas relaciones de producción (acordes con el estado de evolución de las fuerzas productivas e impulsoras de su desarrollo).

K. MARX, texto 4 El Capital
De otra parte, el concepto de trabajo productivo se restringe. La producción capitalista no es ya producción de mercancías, sino que es, sustancialmente, producción de plusvalía. El obrero no produce para sí mismo, sino para el capital. Por eso, ahora, no basta con que produzca en términos generales, sino que ha de producir concretamente plusvalía. Dentro del capitalismo, sólo es productivo el obrero que produce plusvalía para el capitalista o que trabaja para hacer rentable el capital. (…) Por tanto, el concepto del trabajo productivo no entraña simplemente una relación entre la actividad y el efecto útil de ésta, entre el obrero y el producto de su trabajo, sino que lleva además implícita una relación específicamente social e históricamente dada de producción, que convierte al obrero en instrumento directo de valorización del capital. (…) La producción de plusvalía absoluta se consigue prolongando la jornada de trabajo más allá del punto en que el obrero se limita a producir un equivalente del valor de su fuerza de trabajo y haciendo que este plustrabajo se lo apropie el capital. La producción de plusvalía absoluta es la base general sobre que descansa el sistema capitalista y el punto de arranque para la producción de plusvalía relativa. En ésta, la jornada de trabajo aparece desdoblada de antemano en dos segmentos: trabajo necesario y trabajo excedente. Para prolongar el segundo se acorta el primero mediante una serie de métodos, con ayuda de los cuales se consigue producir en menos tiempo el equivalente del salario. La producción de plusvalía absoluta gira toda ella en torno a la duración de la jornada de trabajo; la producción de plusvalía relativa revoluciona desde los cimientos hasta el remate los procesos técnicos del trabajo y las agrupaciones sociales.
K. MARX; El capital, trad. de W. Roces, México, F.C.E., 1991, Tomo I (Crítica de la economía política), Libro I, Sección V, Cap. XIV (Plusvalía absoluta y relativa), pp. 425-426
 Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de su obra “El Capital”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Marx se divide en dos periodos: el Marx I, el Marx precientífico (en el sentido de no suficientemente económicista), filosófico y humanista, periodo en el que analiza filosóficamente los fenómenos de la alienación y de la ideología, y el Marx II o Marx científico, etapa en la que expuso los principios de una concepción materialista de la historia y en la que sometió a una implacable crítica el modo de producción capitalista.
“El Capital”, la obra que estamos comentando, pertenece, del mismo modo que su “Contribución para una crítica de la economía política”, a la segunda etapa su pensamiento. Está dividido en tres libros: el Libro I, del que ha sido extraído el fragmento que vamos a analizar, fue publicado en 1867; los Libros II y III fueron editados por Engels tras la muerte de su autor. En esta obra, la principal del autor, se exponen los resultados del penetrante análisis dialéctico llevado a cabo por Marx del sistema de economía de mercado libre.
1º En el sistema capitalista, el trabajo productivo no tiene como objetivo último la producción de una mercancía sino la producción de un beneficio, de una plusvalía.
2º Por ello, sólo es productivo aquel obrero que produce plusvalía, pero no para sí mismo sino para el capitalista para el que trabaja.
3º El trabajo del obrero no es trabajo sin más (producción de mercancías) sino que está condicionada por las relaciones de producción (relaciones sociales que son un producto histórico) que se establecen entre el obrero y el empresario que convierten al obrero en un mero instrumento de producción de plusvalías al servicio del capitalista.
4º Si se prolonga la jornada laboral más allá del tiempo de trabajo que necesita el obrero para satisfacer sus necesidades (y las de su familia) con la finalidad de que el trabajo excedente se lo apropie el empresario, se obtiene la plusvalía absoluta.
5º El sistema capitalista descansa sobre la plusvalía absoluta
6º La plusvalía absoluta es el punto de arranque de la plusvalía relativa.
7º En la plusvalía relativa, el trabajo está desdoblado en dos segmentos: el trabajo necesario y el trabajo excedente.
8º La economía capitalista se caracteriza por una innovación tecnológica constante y una mayor especialización que aumenta exponencialmente la productividad del trabajo. La finalidad no es otra que lograr menguar el trabajo necesario y, correlativamente, acrecentar el trabajo excedente para, de este modo, incrementar el beneficio.
GLOSARIO
#producción capitalista aquel modo de producción en el que la producción se orienta no a la producción de mercancías sino de plusvalías que incrementen el capital
#mercancías todo aquello que además de un valor de uso tiene un valor de cambio
# plusvalía el valor de cambio de una mercancía es equivalente al valor del tiempo de trabajo necesario para producirla. La plusvalía es el resultado de restar al valor de cambio final de una mercancía el valor del salario que se le paga al trabajador por producirla (un salario que siempre es salario de hambre, un salario igual al valor de su fuerza de trabajo, al valor de todas aquellas mercancías necesarias para re-producir la fuerza de trabajo del trabajador, o lo que es lo mismo, al valor de todos los bienes necesarios para mantener con vida al trabajador y a su familia)
TEMA 8: ALIENACIÓN E IDEOLOGÍA EN MARX
En el siglo XIX, la concepción del ser humano está condicionada por dos factores que pasan a primer plano: el trabajo y la historia. Marx reformulará la concepción del ser humano teniendo en cuenta la nueva situación del ser humano en la sociedad industrial moderna (en la que se han producido una serie de acontecimientos decisivos como son el despegue de la actividad industrial, las revoluciones liberales burguesas, el nacimiento del socialismo, el protagonismo socio-político de los movimientos obreros).
Vamos a explicar en primer lugar la principal doctrina filosófica de Marx, el materialismo histórico, para luego dar paso a un análisis del fenómeno de la alienación y del concepto de ideología.
EL MATERIALISMO HISTÓRICO
EL HOMBRE COMO SER TRABAJADOR: EL TRABAJO
Para Marx, la característica específica del ser humano no es la razón. El ser humano se diferencia del animal a partir del momento en que produce sus medios de subsistencia a través del trabajo. El trabajo es la diferencia específica que define al ser humano. El ser humano no es tanto un pensador, un ser pensante, sino un trabajador, un productor.
El trabajo humano es colectivo, social. ¿Por qué? El trabajo crea vínculos y relaciones entre los productores. En la historia se dan dos formas de relaciones sociales:
1º Relación explotador/explotado: los propietarios de los medios de producción (campos, minas, industrias…) viven del trabajo de los no-propietarios. Esta relación se da en las sociedades clasistas. Son relaciones de esclavitud (esclavismo), servidumbre (feudalismo) o contratación (capitalismo).
2º Relación de cooperación: ningún sector de la sociedad vive de la explotación de otro pues la propiedad de los medios de producción no es privada sino colectiva (sociedades primitivas y sociedad comunista futura).
MODOS DE PRODUCCIÓN
            A lo largo de la historia se dieron estas dos relaciones sociales. ¿Qué significa esto? El ser humano es un ser histórico a diferencia de los animales que no lo son. La historia no es la simple narración de los sucesos políticos (del ascenso y caída de los imperios) acontecidos en el pasado. La historia es la sucesión de los distintos modos de producción: primitivo, esclavista, feudal, capitalista y socialista.
Cada modo de producción se compone de una infraestructura y una superestructura.
INFRAESTRUCTURA: La infraestructura económica está formada por dos elementos:
A)    Fuerzas productivas: son 1º los medios de producción (instrumentos, máquinas, materias primas, etc.) y 2º los productores (los trabajadores).
B)     Relaciones de producción: son las relaciones que se establecen en el proceso de producción entre los propietarios de los medios de producción y los productores (no propietarios de esos medios). Son del tipo explotadores/explotados en todas las sociedades clasistas.
SUPERESTRUCTURA: Tiene dos niveles:
a)        Sobreestructura jurídico-política: son las instituciones políticas y las normas jurídicas (el Derecho) que regulan la sociedad. La institución más importante es el Estado.
b)        Sobreestructura ideológica: es el conjunto de ideas, representaciones y valores morales que deforman o falsean la realidad en virtud de los intereses de clase. El arte, la religión, la ciencia positiva, la filosofía y la moral son la superestructura ideológica de la sociedad.
PRODUCCIÓN: En cada época histórica, la infraestructura económica condiciona la superestructura ideológica: “la producción material condiciona la producción espiritual, el ser social determina la conciencia”.
El factor determinante del cambio histórico es la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción: dado que las fuerzas productivas avanzan más y más rápido, llega un momento en que las relaciones de producción son un obstáculo al progreso de las fuerzas productivas. Esta contradicción sólo puede ser resuelta mediante una revolución social que da paso a una nueva formación social que ya no frena sino impulsa el desarrollo de las fuerzas productivas.
LA LUCHA DE CLASES Y EL MOTOR DE LA HISTORIA: La contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción se traducen en la historia como lucha de clases. ¿Qué son las clases sociales? Grupos sociales antagónicos definidos por el lugar que ocupan en el proceso de producción en función de la propiedad de los medios de producción (libres/esclavos; señores/siervos; burgueses/proletarios). La historia es el conjunto de las luchas entre explotadores y explotados. Sólo el comunismo pondrá el fin a las clases, abolidas por la revolución socialista, alcanzándose por ello el fin de la historia.
EL CAPITALISMO
Marx dedicó su más voluminosa y elaborada obra “El Capital” al estudio del funcionamiento de la economía capitalista. El Capital comienza analizando qué es una mercancía: mercancía es todo aquello que es producido con vistas a su intercambio.

Toda mercancía tiene un valor de uso y un valor de cambio:
-          el valor de uso es el que permite que satisfaga ciertas necesidades humanas en virtud de sus cualidades intrínsecas
-          El valor de cambio es el valor común (monetario) de varias mercancías que permite intercambiar unas por otras
¿Cómo se mide el valor de cambio? El valor de cambio es expresión del valor social de un producto, es decir, de las horas de trabajo que ha costado producirlo

Dado que en la sociedad capitalista todo tiende a convertirse en mercancía, la fuerza de trabajo de cada trabajador también acaba convertida en mercancía (si bien una mercancía muy especial ya que es la que permite la producción de mercancías). El valor de cambio de la fuerza del trabajador se termina midiendo al igual que cualquier otra mercancía: por el valor de horas de trabajo necesarias para producirla

El valor de la fuerza de trabajo es el salario. Pero como el valor que produce el trabajador para el capitalista es mayor que el que éste, el capitalista, le paga (el salario que recibe a cambio), se produce una “plusvalía”, una diferencia de valor en la que consiste la ganancia del capitalista.

Hay dos tipos de plusvalía: la absoluta y la relativa.
1º Plusvalía absoluta: es la obtenida mediante la prolongación de la jornada de trabajo, uno de los procedimientos de que se valen los capitalistas para intensificar la explotación de los obreros (la producción de plusvalía relativa es el otro medio de aumentar el grado de esta explotación). La creación de plusvalía absoluta constituye la base general del sistema de explotación capitalista, dado que es condición ineludible de dicho sistema el prolongar la jornada laboral más allá del tiempo de trabajo necesario.
2º Plusvalía relativa:  plusvalía que surge a consecuencia de disminuir el tiempo de trabajo necesario y de aumentar correspondientemente el tiempo de trabajo excedente como resultado del crecimiento de la productividad del trabajo. La plusvalía relativa se obtiene a costa del crecimiento de la productividad del trabajo en las ramas que producen medios de subsistencia para los obreros.
            La propia lógica del desarrollo del capitalismo (el desarrollo tecnológico y la concentración monopolística) será la que produzca las condiciones para su superación:
1º el capitalista tiene que vender sus mercancías en el mercado y para lograrlo se ve obligado a competir.

2º para competir en condiciones ventajosas necesita desarrollar la producción: con una mayor inversión en tecnología y una mejor organización del trabajo.

3º El desarrollo de la producción produce los siguientes efectos:
a)                     por un lado, la concentración del capital en cada vez menos manos (los pequeños empresarios incapaces de competir terminarán arruinándose y pasando a ingresar en las filas del proletariado): la concentración monopolística
b)                    por otro lado, una sociedad cada vez más organizada y centralizada.

4º Llegará un momento en que esa sociedad ya perfectamente organizada podrá prescindir de la minoría dueña del capital con una simple revolución. Esta última revolución será la batalla definitiva de la lucha de y no habrá lugar para otra nueva división entre poseedores y desposeídos.

ALIENACIÓN E IDEOLOGÍA SEGÚN MARX
            Pasemos seguidamente a explicar los conceptos de alienación e ideología en Marx.
En el siglo XIX, como ya dijimos más arriba, la vida social cambia de sentido y, por efecto de ello, el ser humano comienza a comprenderse a sí mismo de otro modo. Marx apunta que el ser humano se caracteriza por ser productor. ¿Productor de qué? De cosas, de relaciones sociales, de ideas, de sí mismo. ¿El ser humano es consciente de esto o vive ajeno a su propia condición de “productor”? ¿Sabe quién es o desconoce su esencia? ¿Qué consecuencias tiene este desconocimiento para su vida social y política?
PRODUCTOR DE COSAS: El ser humano mantiene con la naturaleza una relación activa y transformadora, no pasiva y contemplativa: el trabajo. El trabajo es el medio por el que humaniza la naturaleza y se distingue de los animales. Los animales toman de la naturaleza lo que necesitan presionados por la necesidad física y de modo inconsciente. El ser humano produce de modo consciente, libre, pudiendo llegar a ser dicha actividad incluso satisfactoria.
PRODUCTOR DE RELACIONES SOCIALES: El trabajo también implica una relación con la sociedad. El ser humano aislado. es una abstracción. Cualquier ser humano es un nudo en una red de relaciones sociales. Marx llegará a afirmar que la esencia del ser humano es el conjunto de sus relaciones sociales.
PRODUCTOR DE SÍ MISMO: El ser humano tiene historia. Los animales no. El ser humano es capaz de crearse, de producirse a sí mismo: se transforma a sí mismo a lo largo de la historia. Esta autocreación se realiza, sobre todo, en el plano material, no intelectual como defendía Hegel.
ALIENACIÓN
Para Marx, como acabamos de ver, la esencia del ser humano reside en ser productor de ideas, cosas, relaciones sociales y de sí mismo. Pero el ser humano está separado de su esencia, alienado de ésta. Con la finalidad de analizar este fenómeno, Marx retomará el concepto de alienación de Hegel y de Feuerbach pero dándole una nueva interpretación.
            El fenómeno de la alienación significa que los productos de la actividad humana, sea material o intelectual, se convierten en fuerzas superiores e independientes que dominan al ser humano. El ser humano, libre y creador, pasa a ser dominado y esclavizado por los productos creados por él. La alienación tiene como efecto la deshumanización, esclavitud, perdida de la libertad, atrofia de las capacidades de creación.
TIPOS DE ALIENACIÓN: Marx distingue tres tipos de alienación: religiosa, socio-política, económica.
a)      ALIENACIÓN RELIGIOSA: Marx se inspiró en Feuerbach. En su antropología, Feuerbach afirmó que el ser humano es el creador de Dios. Los seres humanos proyectan en un más allá ficticio las mejores cualidades, elevadas a un grado infinito, de la especie humana encarnándolas en dios. Este fenómeno recibe el nombre de “alienación religiosa”. La superación de esta alienación consistirá en la toma de conciencia de que el ser humano es el verdadero y único ser supremo.
Para Marx, la religión es un fenómeno reflejo de la miseria económica y social. Si la religión es la realización fantástica de la esencia humana en el más allá es porque se busca un consuelo imaginario a las miserias y opresión económica del más acá. Marx afirmará por ello que “la religión es el opio del pueblo”.
B)      ALIENACIÓN SOCIO-POLÍTICA: En la sociedad burguesa, el ser humano está alienado porque lleva una vida falsa, una doble vida: la vida privada, dominada por intereses egoístas, y la vida pública como ciudadano miembro de un Estado.
El Estado tiene la misma función que Dios en la religión: es un invento humano que se convierte en un poder autónomo con vida propia y enemigo del ser humano.
C)      ALIENACIÓN ECONÓMICA: Las alienaciones religiosa y socio-política se enraízan en la económica. En la sociedad capitalista acontece en el trabajo. Tiene cuatro expresiones:
1º alienación respecto al producto: el trabajador no es dueño de lo que produce, es expropiado del producto de su trabajo por el capitalista.
2º alienación respecto a la actividad productiva: el trabajo es forzado, un medio para subsistir. El trabajador no es dueño del tiempo de trabajo ni de los procesos productivos.
3º alienación respecto de la esencia humana: el trabajo no realiza la esencia de las personas, ni las personas se realizan a través del trabajo. El trabajador queda reducido a la condición de animal: produce de un modo no-libre, no-consciente.
4º alienación respecto a otros productores: cada ser humano es un enemigo que compite con otros por un trabajo y sigue compitiendo dentro del trabajo. Las relaciones se mercantilizan:
b)        Toda posible relación con un ser humano se formula desde el mercado
c)        Los otros productores son también mercancías
En conclusión, el fenómeno de la alienación es el fundamento explicativo de los fenómenos económicos y socio-políticos de la sociedad capitalista.
NUEVA HUMANIDAD
            ¿Cómo acabar con la alienación que desposee, esclaviza, animaliza y mercantiliza al ser humano? A través de la creación de una sociedad que lo reconcilie con la naturaleza, con los demás seres humanos y consigo mismo: la sociedad comunista.
            La sociedad comunista es el espacio donde el nuevo ser humano no-alienado reconstruirá sus relaciones con la naturaleza, reestablecerá sus relaciones con los demás seres humanos y se reencontrará a sí mismo. Pero para lograr alcanzarla hay un obstáculo: la ideología de la sociedad burguesa
IDEOLOGÍA
Marx afirmaba en un famoso texto de “La ideología alemana” que “no es la consciencia lo que determina la vida, sino la vida lo que determina la consciencia”. Con esta frase lapidaria, Marx quería decir que lo que los hombres piensan y creen (su conciencia) es un epifenómeno de la actividad material y el proceso social en que se desarrolla su existencia. Por ello, la conciencia que toda sociedad tiene de sí misma (su ideología: sus representaciones, normas y valores) expresa en forma de ideas las relaciones materiales y sociales de producción que le son propias.
            En los modos de producción clasistas, la ideología es el conjunto de ideas y representaciones que deforman o falsean la realidad social en función de los intereses de la clase dominante. Es una alienación de la conciencia que afecta tanto a la clase dominante como a la clase dominada. Su causa es la oscuridad del funcionamiento de los procesos económicos.
            En toda sociedad clasista, las ideas imperantes son las ideas (las creencias y valores) de la clase dominante. Lo que caracteriza a la ideología es expresar como valores universales y necesarios (como naturales) los intereses de la clase dominante. Por ejemplo, es ideológico considerar al capitalismo como un sistema basado en leyes económicas naturales (como la competencia, la libertad de consumo, etc.).
            A la ideología se opone una ciencia: el socialismo científico. Su misión es desenmascarar las falsedades de la ideología dominante.
En resumen, para Marx, el término “ideología” es sinónimo de “falsa conciencia”, de imagen falseada de la realidad. Para Marx, por medio de discursos “ideológicos”, los grupos sociales dominantes enmascaran sus intereses de clase presentándolos como intereses de la sociedad en su conjunto consiguiendo de este modo justificarlos.
La materialización más elaborada de la ideología en la sociedad burguesa es el Derecho (el ordenamiento jurídico de la sociedad, sus leyes) y su fuerza material, el Estado clasista.
FIN DEL TEMA…………………………………………………..

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