lunes, 16 de marzo de 2020

2º BACH ADULTOS SELECTIVIDAD KANT TEXTO 3


KANT, texto 3 Crítica de la razón pura I
No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia. Pues ¿cómo podría ser despertada a actuar la facultad de conocer sino mediante objetos que afectan a nuestros sentidos y que ora producen por sí mismos representaciones, ora ponen en movimiento la capacidad del entendimiento para comparar estas representaciones, para enlazarlas o separarlas y para elaborar de este modo la materia bruta de las impresiones sensibles con vistas a un conocimiento de los objetos denominado experiencia? Por consiguiente, en el orden temporal, ningún conocimiento precede a la experiencia y todo conocimiento comienza con ella. Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro mismo conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer produce (simplemente motivada por las impresiones) a partir de sí misma. En tal supuesto, no distinguiríamos esta adición respecto de dicha materia fundamental hasta tanto que un prolongado ejercicio nos hubiese hecho fijar en ella y nos hubiese adiestrado para separarla. Consiguientemente, al menos una de las cuestiones que se hallan más necesitadas de un detenido examen y que no pueden despacharse de un plumazo es la de saber si existe semejante conocimiento independiente de la experiencia e, incluso, de las impresiones de los sentidos. Tal conocimiento se llama a priori y se distingue del empírico, que tiene fuentes a posteriori, es decir, en la experiencia.
KANT, Crítica de la razón pura (1787), trad. de P. Ribas, Madrid, Alfaguara, 1978, Introducción, I (Distinción entre el conocimiento puro y el empírico), pp. 41-42  
Análisis del texto

Seguidamente vamos a dar paso al análisis del texto propuesto, un fragmento de la “Crítica de la Razón Pura”. Comenzaremos nuestro análisis contextualizando la temática del texto en el pensamiento del autor. La obra de Kant se divide en tres periodos: precrítico, crítico y postcrítico. La obra que aquí nos ocupa es la más importante de todas las que escribió no sólo en su periodo crítico sino a lo largo de su vida. En ella, Kant expuso los principios y principales consecuencias filosóficas de su “Idealismo trascendental”, es decir, de su novedosa forma de entender la filosofía teórica y la ontología como crítica de la razón.

1º En este texto, Kant parte de la negación de la existencia de ningún conocimiento a priori, anterior a la experiencia (en el sentido de ningún conocimiento procedente de ideas innatas a la mente como defendía la corriente racionalista cartesiana del siglo XVII).

2º Todo conocimiento comienza por la experiencia. La experiencia, la representación sensible de los objetos, es, por lo tanto, la forma más básica y primaria de conocimiento de lo real por parte del ser humano. ¿Por qué? Porque cuando los objetos afectan nuestros sentidos:
 1º se producen automáticamente las impresiones sensibles y sólo así
 2º se pone en marcha la actividad intelectiva.
 

 El resultado de la aplicación de dicha actividad intelectiva a la materia bruta de las impresiones sensibles (consistente en comparar impresiones, uniéndolas o separándolas) es el conocimiento empírico o experiencia.

3º Ahora bien, el que todo conocimiento comience con la experiencia (las impresiones sensibles y la actividad del entendimiento) no significa que todo el conocimiento proceda de la experiencia. ¿Por qué? El que dicha actividad del entendimiento sea activada por las impresiones sensibles no significa que su contenido (el contenido de dicha actividad) consista en impresiones sensibles (el contenido de dicha actividad consiste no en “impresiones sensibles” sino en los “nexos” que permiten relacionar impresiones conectándolas o desvinculándolas).

4º La cuestión que, para Kant, debe ser objeto de un minucioso análisis crítico es la de si existe o no dicho contenido puro, un conocimiento que sería por ello fruto de la espontánea actividad del entendimiento.

5º En conclusión, en este texto Kant se propone analizar si el contenido de dicha actividad intelectiva (los “nexos” o categorías del entendimiento de los que antes hablábamos) puede ser considerado como un conocimiento producido por ella misma, al margen de la experiencia, es decir, un conocimiento a priori (aunque en un sentido muy distinto al que tenía para los racionalistas cartesiano que, como vimos en la 1º idea de nuestro análisis, defendían también la existencia de ideas innatas a la mente). Al contrario, las impresiones sensibles producidas por la experiencia (en el sentido de que son el resultado de que nuestros sentidos sean afectados por los objetos), son a posteriori.

Pasemos seguidamente a aclarar algunos de los términos más relevantes que aparecen en el texto.

-          la materia bruta de las impresiones sensibles: las impresiones sensibles antes de ser espacio-temporalizadas, es decir, antes de presentarse como “fenómenos”.

-          conocimiento de los objetos que llamamos experiencia: las impresiones sensibles después de haber sido espacio-temporalizadas, es decir, las impresiones sensibles tras ser convertidas en “fenómenos”.


-          de lo que nuestra propia facultad cognoscitiva produce por sí misma: Kant se refiere a las intuiciones puras de la sensibilidad, es decir, a las formas a priori espacio/ tiempo y a las categorías

-          a priori: locución latina (“con anterioridad”) referida a aquello que es anterior e independiente de la experiencia.

-          a posteriori: locución latina (“con posterioridad”) por medio de la cual nos referimos a todo aquello que procede de la experiencia.






No hay comentarios:

Publicar un comentario