APUNTES DE LA LIBRETA
LA ILUSTRACIÓN
¿Qué es la Ilustración?
Denominamos
así al movimiento de ideas dominante en el siglo XVIII. Se caracterizó por su
confianza, por su fe, en el ser humano para:
1. resolver por sí
mismo, sin la ayuda de Dios (o sea, de los príncipes y las Iglesias), los
problemas sociales y políticos que lo aquejaban.
2. para avanzar en
el desarrollo del conocimiento científico (Newton) y técnico (los oficios de
los que tanto se hablaba en la Enciclopedia) en los cuales se fija, a la
postre, el progreso humano.
¿A
qué se debe dicha capacidad? A la posesión por parte del ser humano de la razón
(de la inteligencia). Sin embargo, la idea de qué sea la razón para los
ilustrados difiere de pensadores anteriores (sobre todo del Racionalismo
cartesiano dominante en el siglo XVII).
La razón ilustrada
Para
los ilustrados, la razón, la razón ilustrada, queda definida por los siguientes
rasgos:
1.
Es autónoma, es decir, independiente de cualquier instancia ajena a sí
misma (fundamentalmente la religión, el poder político y la tradición). Ser
autónoma significa que la razón tiene su propia legalidad que la rige. La razón
ilustrada sólo se siente dependiente parcialmente de la experiencia (la razón
ilustrada proviene de la razón empirista, no de la cartesiana). Esta
dependencia de la experiencia es efecto de que la razón ilustrada, a diferencia
de la cartesiana, no es autosuficiente, no es infinita, no puede saberlo todo
ya que es limitada y falible.
2.
Es crítica. Su función será poner en cuestión lo que considera la causa
de todos los males que padecen los hombres y las sociedades: la ignorancia y el
despotismo político. Por ello, los grandes enemigos de la Ilustración serán: 1º
la superstición religiosa y los que la promueven (las Iglesias); de ahí el “ecrasez
l’infame de Voltaire y 2º el absolutismo de los príncipes.
Para
los ilustrados, si los males de la sociedad se deben a la ignorancia y los
prejuicios, el aumento del saber (gracias al continuo ejercicio de la razón),
fundamentalmente el saber científico-técnico, pero también el moral y político,
conducirá directamente al progreso de la sociedad y al mejoramiento de
los hombres.
Principales ideas de la Ilustración
¿Cuáles fueron las
principales nuevas ideas de la Ilustración?
1. Naturaleza:
Los ilustrados estaban convencidos de que la armonía y el orden de la
naturaleza es el resultado de unas pocas leyes que desenvuelven en el mundo un
plan racional:
- Ese plan es para
los deístas, el producto de una divinidad impersonal (¿qué es el deísmo?
¿quiénes son los deístas? la mayoría de los filósofos ilustrados aún no eran
ateos pero profesaban el deísmo, no el teísmo cristiano: creían en la
existencia de una inteligencia divina, pero a diferencia de los teístas
cristianos, que creen en una divinidad del carácter personal, esa divinidad era
impersonal). Para los ateos de la época, los libertinos, ese plan es inmanente
a la misma naturaleza.
- ¿En qué consiste
dicho plan? En que cada ser de la naturaleza contribuya al beneficio de la
totalidad (al bienestar, armonía y equilibrio del conjunto, del cosmos entero) ateniéndose
a su interés propio (como podemos ver, una concepción muy similar a la que va a
defender el liberalismo político y económico acerca del funcionamiento de la
sociedad y de la economía: el individuo, atendiendo sólo a su interés egoísta
es como mejor contribuye al bien colectivo; tal como aseveraba Adam Smith
cuando afirmaba “No es por la
benevolencia del carnicero por lo que podemos contar con nuestra cena sino por
su propio interés”).
Por
otra parte, los naturalistas ilustrados (los biólogos de la época) van a
superar el mecanicismo cartesiano e incluso el newtoniano, en su visión de la
naturaleza para abrirse a una concepción transformista de ésta (el Transformismo
del siglo XVIII, cuyo principal representante fue el conde de Buffon, el mayor
naturalista junto a Linneo del siglo XVIII; es el germen de aquello que en el
siglo XIX se va a convertir en el Evolucionismo darwiniano). El Evolucionismo
esto es, la aparición de formas de vida nuevas a partir de otras más
primitivas, fue defendido en primer lugar como doctrina filosófica por Diderot.
2. Ser humano:
Superación definitiva de la concepción antropológica cristiana del ser humano
como la de un ser en pecado (malvado y desdichado) que requiere ser redimido
por Cristo (no se puede redimir a sí mismo). Para los ilustrados, el destino
del hombre ya no es la salvación sobrenatural alcanzada en el otro mundo. Por
el contrario, el destino del ser humano se encuentra aquí, en este mundo. Y
para alcanzar junto a los demás hombres (junto a los que constituye una
sociedad) la felicidad en la Tierra es por lo que ha sido dotado por la
naturaleza (no por el Dios teísta cristiano) de
razón.
Es
también reseñable que los ilustrados defendieron por primera vez en la historia
la igualdad y dignidad de todos los hombres (también de los miembros del 3er
Estado, incluso de los esclavos), efecto y consecuencia de tomar en
consideración que la razón (y la dignidad que le es intrínseca) es patrimonio
de todo individuo en cuanto ser humano.
3. Progreso:
La idea de un mejoramiento incesante de la sociedad a lo largo del tiempo, de
la historia, aún con sus momentos de estancamiento o retroceso (frente a las
concepciones de la historia cíclicas de los griegos, o abocada a un juicio
final escatológico característica del pensamiento cristiano), es otra de las
ideas principales de la Ilustración y la que en mayor medida expresa el
optimismo de la época. Por efecto de ella, ante la humanidad se abrirá un
espacio abierto e infinito para el avance y la mejora constante: la historia.
4. Civilización:
La idea de civilización hace referencia al conjunto de creaciones de la razón
humana, es decir, a la obra que la razón humana ha desplegado en el mundo. De
ella forman parte, las ciencias, las técnicas, las artes (entre ellas cabe
destacar y diferenciar a las que a partir del siglo XVIII conocemos con el
nombre de bellas artes: puntura, arquitectura, música, etc.). Pero por
civilización entienden fundamentalmente todo aquel conjunto de instituciones
sociales y políticas que hacen posible que el ser humano viva conforme a la
racionalidad que le es propia.
Como
decíamos, la civilización es el resultado de la acción que el ser humano como
ser racional desarrolla en el mundo y cuya máxima cristalización es la
constitución de una sociedad en la que los hombres emancipados de todos los
despotismos que hasta entonces les oprimían, puedan vivir como seres iguales y
libres, esto es, en el seno de una sociedad justa (es decir, acorde con las
exigencias de la racionalidad humana). La civilización es, por ello, el fin y
el motor del progreso histórico.
5. Educación:
La educación es otra de las grandes ideas de la Ilustración, porque ésta creía
en el progresivo mejoramiento de la humanidad, del individuo en particular y de
la sociedad en su conjunto. La gran herramienta de transformación social y
personal es la educación, que no es otra cosa que la activación de la
racionalidad que potencialmente anida en todo individuo y en la sociedad humana
en su conjunto (educación de la humanidad).
La educación fue por ello otra de las grandes metas
del proyecto ilustrado:
-
“educación” será el
nombre que Lessing le dará al proceso de constante mejoramiento que la
humanidad desenvuelve en la historia.
-
“educación” será la nueva
función que para Cesare Beccaria tendrá el derecho penal y las instituciones
penitenciarias conducentes ya, no a castigar al reo exclusivamente, sino a
reeducarle, a redimirle.
-
“la educación del niño”
es el tema central de una de las principales obras del genio intelectual del
siglo, Rousseau, quién en el “Emilio”, defendió el derecho de los niños a ser
tratados y educados como tales y no como adultos (por ello se considera a
Rousseau el padre de la pedagogía moderna).
-
finalmente, “educación” (al fin y al cabo,
“ilustración”) es el fin de la mayor empresa cultural de la época, “La
Enciclopedia” de Diderot Y DÁlambert, cuyo objetivo era dar a conocer y
extender críticamente todos los conocimientos, todos los saberes y todas las
ideas que habían sido alumbradas por el Iluminismo, por el Siglo de las Luces.
Enlightenment – La Ilustración británica
La
Ilustración apareció en primer lugar en Gran Bretaña, tanto en Inglaterra como
en Escocia, justamente cuando esos dos países se unen (al unirse sus dos
parlamentos). La capital de la Ilustración británica fue Edimburgo, la Atenas
del norte. Los principales ilustrados británicos fueron los filósofos
empiristas. Por ello, podemos afirmar que:
Ilustración Británica = Empirismo Filosófico = Liberalismo Político =
Liberalismo Económico
Las
figuras señeras de la Ilustración británica fueron: David Hume, Adam Smith,
Edward Gibbon y Samuel Johnson
Les Lumieres – La Ilustración francesa
Desde
Gran Bretaña, la Ilustración pasó a Francia. El encargado de llevar las ideas
ilustradas de Inglaterra a Francia fue Voltaire. Lo hizo al publicar sus
“Cartas inglesas”, obra donde exponía al público culto de Francia las nuevas
ideas: filosóficas (empirismo, frente al cartesianismo aún imperante en
Francia); políticas (liberalismo frente al absolutismo aún imperante en Francia);
económicas (mercado libre frente al mercantilismo); y científicas (la mecánica
newtoniana frente la cartesiana). Otro representante muy importante de la
Ilustración francesa fue Montesquieu. Su principal obra fue “El espíritu de las
leyes” donde abogaba por la división de poderes. La principal empresa de la
ilustración francesa fue la Enciclopedia. Fue un proyecto dirigido por Diderot
y D’Alambert. Intentó reunir y exponer de modo crítico y sistemático todo el
saber de la época (fundamentalmente el científico y el técnico, pero también
las nuevas ideas filosóficas, económicas, políticas, etc). A través de la
Enciclopedia fue como el espíritu de la Ilustración se extendió por toda
Europa.
Es
importante también reseñar la aparición de una nueva figura que va a sustituir
(mejor dicho, a complementar) al filósofo, a la figura del sabio tradicional
(de los que son preclaros ejemplos Descartes y Spinoza). Esa nueva figura es el
intelectual (en Francia a los intelectuales se los denomina “philosophes” y en Inglaterra “freethinkers”).
¿Qué
es un intelectual? Es un pensador que sin estar al servicio de ningún poder (ni
del Estado ni de las iglesias) tiene capacidad para influir en la opinión pública.
La opinión pública es otra de las nuevas realidades de la época, efecto del
surgimiento de un público, de un nuevo sector social, culto y formado, en la
sociedad: la burguesía (formada por comerciantes, empresarios y personas que
ejercen profesiones liberales).
¿Cuáles
son los lugares donde se expresa la opinión pública? En los periódicos, los
cafés y los salones (los salones de París estarán regentados por las mujeres ilustradas, todas ellas grandes
damas; con ellas dará comienzo la historia de la emancipación femenina).
Jean Jacques
Rousseau
El
ilustrado francés más importante, el filósofo del siglo y quizás el pensador
más influyente de toda la historia de la humanidad fue Rousseau. Escribió el
“Emilio” y “El Contrato Social”. En esta última expone sus ideas políticas tras
llevar a cabo una reelaboración de las teorías contractualistas de Hobbes y de
Locke. Frente al contractualismo absolutista de Hobbes y frente a la concepción
liberal de Locke, Rousseau propone un contractualismo democrático. Rousseau es
la figura más importante en la consideración de que el único régimen político
legítimo es la democracia.
Su pensamiento
democrático se resume en estas dos afirmaciones:
1. La soberanía
reside en el pueblo (no en el monarca como defiende Hobbes, no en el
Parlamento, una cámara aún elitista, como defiende Locke).
2. Un gobierno
sólo es democrático si en él la voluntad general (el interés común de todo el
pueblo) prevalece por encima del interés individual (frente al liberalismo de
Locke para el que el interés del individuo, su derecho, es sagrado).
¿Por qué es tan
importante Rousseau?
1. Todos los
líderes de la Revolución Francesa y Americana van a ser rousseaunianos, de
Robespierre a Jefferson.
2. Rousseau fue el
primer defensor de la existencia de lo que él llamaba “los derechos sagrados de
la humanidad”, germen de los derechos humanos actuales.
3. Su defensa del
sentimiento y la imaginación frente a la fría razón lo convirtió en el padre
del Romanticismo.
4. Su
contractualismo democrático lo convierte en padre de la democracia moderna.
5. Su afirmación
de que la voluntad general está por encima de la individual le convirtió en el
inspirador, en el padre del socialismo del siglo XIX (todo izquierdista es
rousseauniano por definición). También algunos han considerado que Rousseau es
el padre del totalitarismo moderno (del comunismo y del fascismo) por aquello
de que la voluntad general (cuyo propósito es interpretado, salvaguardado y
ejecutado por el Estado) debe prevalecer siempre sobre los derecho del
individuo.
L´illuminismo – La Ilustración italiana
Pasemos
a hablar de la Ilustración italiana. Aaunque éste es el siglo en el que Italia deja
de ser el centro del mundo, la Ilustración italiana es también importante por
Cesare Beccaria. Escribió a los 24 años una obra titulada “De los delitos y las
penas”. Gracias a esta obra, que convenció a los espíritus ilustrados y a la
opinión pública de la época, se humanizó el derecho penal: desde entonces y
sólo desde entonces, 1º no practicamos la tortura; 2º el único castigo es la
privación de libertad; 3º se considera que los presos no pierden sus derechos
en la cárcel; finalmente, 4º también defendió que las cárceles dejaran de ser
lugares sórdidos e inhóspitos y que tuviesen una función reeducadora.
Aufklärung – La Ilustración alemana
Hablemos
ahora de la Ilustración alemana. En el siglo XVIII Alemania (el mundo de habla
alemana de Centroeuropa) estaba a punto de eclosionar, pero aún era un país
atrasado en lo cultural y económico y social. Estaba dividida en 300 mini estados,
el único importante era Prusia (y Austria). Los principales ilustrados alemanes
fueron Lessing, Moses Mendelssohn (abuelo de Felix Mendelssohn) y Kant.
Gotthold Ephraim Lessing
Lessing fue el padre del teatro alemán
moderno. Su principal obra, “Nathan, el sabio” en la que aboga por la
tolerancia religiosa. También escribió obras teóricas: la más importante de
ellas fue “La educación del género humano”. Lessing es muy relevante
desde finales del siglo XVIII porque a partir de él todos los grandes filósofos
(filósofos metafísicos) van a ser alemanes (el Idealismo alemán: Fichte,
Schelling y Hegel) y se van a inspirar en su pensamiento (también en el de
Kant). Según Lessing, en la Ilustración la humanidad ha entrado en una nueva
era: la Edad del Espíritu (la edad de la razón y la libertad) el momento en el
que los hombres podrán vivir conforme a lo que les dicta su razón, su
conciencia (no sus iglesias o sus príncipes) en libertad y fraternidad. Lessing
vivía en un país profundamente religioso. Animó a los alemanes a abandonar la
religión tradicional, el cristianismo creacionista y a sustituirlo por una
nueva filosofía, una nueva religión en realidad: esa nueva religión/filosofía
no va a poner a Dios fuera del mundo, sino que afirma que el mundo, es decir,
la naturaleza primero y la humanidad después, no son sino el despliegue, la
epifanía de Dios. Su filosofía, su metafísica, se inspira en Spinoza y es un
panteísmo. Todos los grandes idealistas alemanes posteriores (con la excepción
de Kant), Fichte, Schelling, Hegel se convirtieron al spinozismo a través de
Lessing.
En
esta obra Lessing explica que la humanidad se ha ido educando a sí misma (es
Dios autoeducándose) a lo largo de la historia, y en esa educación las
religiones positivas (como el judaísmo, el cristianismo y el islam) han sido
fundamentales: en un primer momento, la primera era del mundo, la Era del Padre
que corresponde con el Antiguo Testamento, con el judaísmo, los hombres obraban
virtuosamente a la búsqueda de premios y castigos terrenales (la promesa de la
tierra prometida de los judíos); en la segunda era (esta segunda era se
denomina la Era del Hijo) que corresponde con el Nuevo Testamento, con el
cristianismo, los seres humanos obran virtuosamente a la espera de un premio,
de una recompensa ultraterrena (el cielo). Finalmente, según Lessing, en su
época, el Siglo de la Ilustración, la humanidad entra en la Edad del Espíritu, edad
en la que el hombre obra virtuosamente no en la procura de premios o castigos
sino por amor a la virtud misma (por amor
al verdadero Dios, esto es por amor a la Humanidad; Humanidad=Dios; el “Deus
sive natura” de Spinoza podrá ser sustituido por el “Deus sive homine”, “Dios o
sea la Humanidad”).
Inmanuel Kant
LA IDEA KANTIANA
DE LA ILUSTRACIÓN
Kant
escribió un artículo en una revista de Berlín titulado “¿Qué es la Ilustración?”. En dicho artículo Kant expone su
concepción de la Ilustración. En él explica que la Ilustración no es sólo el
nombre de su época (del siglo XVIII) sino el estado final de la historia de la
humanidad. ¿Qué estado? Aquel en el que la humanidad alcanza al fin su mayoría
de edad porque ya es capaz de hacer uso por sí misma (uso autónomo) de la razón
(de una inteligencia que la naturaleza ha depositado en sus manos). Hasta ese
momento, los hombres habían vivido según Kant en una minoría de edad (la
infancia de la humanidad) en la que, incapaces de hacer uso de su inteligencia
a la par que temerosos y desconfiados de dirigir por sí mismos su propia vida,
se entregaban a una autoridad ajena: a la la autoridad ideológica y moral de
las iglesias, y al despotismo de los príncipes (los individuos se sometían a
estos dos tipos de “tutores”: a las iglesias que han tutelado la conciencia de
los hombres como si fuesen débiles mentales, y al despotismo de los príncipes a
los que, a cambio de su protección, se veían obligados a soportar su tiranía y
sus abusos de poder). Pero a juicio de Kant, ese tiempo de minoría de edad de
la humanidad ha llegado a su fin. El paso, el salto a la mayoría de edad, ya se
ha dado. ¿Cuándo? Responde Kant: en su época, en el siglo de la Ilustración,
que en Prusia era el Siglo de Federico (de Federico II El Grande, el más
importante monarca ilustrado del siglo).
¿De
qué manera según Kant, ahora que la humanidad ya ha alcanzado la mayoría de
edad, se puede contribuir al avance continuo en la Ilustración del género
humano? ¿Cuál es el motor de la
Ilustración?
Para
Kant la ilustración no es un estado cerrado, final, acabado, que puede ser
alcanzando en algún de la historia y conquista para siempre, sino un estado
abierto, progresivo, en avance y marcha continua, en el que cada vez la
humanidad va alcanzando y conquistando cotas más altas de vida civilizada: mayor
conocimiento y mayor bienestar, pero por encima de todo, mayor igualdad,
justicia y libertad. ¿Cuál es el motor de la Ilustración, el motor del progreso
cívico, del avance en la humanización de las sociedades? Kant responde: la
reivindicación y el ejercicio en todos los ámbitos de la vida social, también
en el religioso y en el político, de la libertad de crítica, esto es, del
continuo ejercicio del derecho a la libertad de pensamiento y expresión. A este
ejercicio del derecho a la crítica (del derecho a la libertad de pensamiento y
expresión pública de las propias opiniones) Kant lo denomina “uso público de la
razón”. Este derecho a la crítica pertenece a todo individuo, pero debe ser
fundamentalmente reclamado y ejercido por la élite pensante de la sociedad: por
los intelectuales (los filósofos ilustrados de la época: “philosophes” o
“freethinkers”) y por los científicos. Kant remata afirmando que ningún poder
político ni religioso (ningún príncipe ni ninguna iglesia) tiene derecho a
coartar el ejercicio del uso público de la razón, porque tal cosa atenta no
sólo contra los derechos e intereses de los individuos, sino contra el progreso
histórico de la humanidad: su avance continuo en la Ilustración.
LA FILOSOFÍA
POLÍTICA KANTIANA
A
nivel político, Kant fue un fervoroso defensor de la Revolución Francesa (un
acontecimiento que incluso después del Terror jacobino, a su juicio, seguía
provocando la admiración del mundo. ¿Por qué? Porque la Revolución Francesa es
la señal, el signo de la posibilidad del progreso humano) y profesó el
republicanismo. ¿En qué consistía su republicanismo? En que consideraba que el
régimen republicano constitucional (a semejanza del que se estaba diseñando en
aquel entonces en EEUU) era el único sistema de gobierno acorde con la dignidad
y la autonomía moral de los individuos. ¿Por qué? Todo régimen no republicano
es despótico, y por ello paternalista (manteniendo al individuo en un perpetuo
estado de minoría de edad); por el contrario, un régimen constitucional (fruto
y resultado de un contrato, el contrato constitucional) hace compatible el
respeto por la autonomía individual con el mantenimiento del orden, la paz social,
y la gobernabilidad del conjunto de la sociedad (reconciliándose así la
aspiración humana a la libertad y la necesidad de preservar el orden social). ¿Cómo
logra esto? A través de la instauración del Estado de Derecho, aquel Estado en
el que los gobernantes están limitados por el derecho (por la Constitución, por
las leyes constitucionales de las que procede su poder) y en el que la
ciudadanía se somete sólo a la autoridad de unas leyes que se da a sí misma
(ejercicio de la autonomía política).
Finalmente,
Kant estaba convencido (ésta era toda la confianza que estaba dispuesto a
depositar en la humanidad y en el curso de la historia; Kant era optimista,
estaba esperanzado respecto a la posibilidad de un mundo mejor para el género
humano en su conjunto, pero no era un iluso) que si todos los países se dotasen
de constituciones republicanas, se pondría fin a la lacra de las guerras entre
estados (las repúblicas constitucionales, hoy en día diríamos las democracias,
no guerrean entre sí), a la par que se promovería la cooperación entre los
pueblos y las naciones. ¿Cómo se lograría esto? Creando una federación
internacional de estados libres (una sociedad o asociación de naciones, “una
sociedad cosmopolita” o trasnacional que favoreciese y fomentase la cooperación
entre las naciones y que sobre todo impidiese los enfrentamiento bélicos,
haciendo real el ideal moral de una “paz perpetua” entre los hombres.
A MODO DE
CONCLUSIÓN
La
reflexión kantiana sobre la Ilustración nos da pie, finalmente y para concluir,
para establecer una comparación entre dos posibles tipos de sociedades humanas
desde la perspectiva del conocimiento y la cultura, así como del ideal moral
que las anima: las sociedades creyentes
(las sociedades tradicionales) y la sociedad pensante (la sociedad moderna):
-
Las sociedades creyentes
son aquellas que mantienen y tienen una concepción dogmática no sólo del
conocimiento sino de la vida humana en su conjunto. Son aquellas sociedades que
creen que el orden social solo puede mantenerse si éste se apoya sobre ciertas
verdades absolutas que se asumen acríticamente. En dichas sociedades, los
garantes del orden social (los príncipes) y los intérpretes y administradores
de dichas verdades absolutas (las iglesias) se constituyen en los tutores de la
humanidad, de los individuos y de las naciones.
-
Frente a esta sociedad
creyente (el tipo de sociedad dominante en Occidente hasta la Era Moderna, sobre
todo durante el largo periodo de dominio ideológico del cristianismo que duró
desde el 300 d.C. hasta el siglo XVIII), se presenta, como opción alternativa
para los seres humanos, la sociedad pensante. El siglo XVIII, el siglo de la
Ilustración, alumbró un nuevo tipo de sociedad, una sociedad que quiso llegar a
ser (porque de hecho, nunca lo fue) pensante, crítica. Esa sociedad debería
haber sido la sociedad moderna. ¿Qué es una sociedad pensante? Aquella formada
por individuos autónomos (libres, no tutelados) que confían su destino a su
inteligencia crítica, a su razón moral autónoma de todo poder secular (el
Estado) y religioso (las iglesias).
KANT
Nace, vive y muere en la ciudad prusiana de
Konigsberg (hoy en día Kaleningrado forma parte de Rusia y ya no hay población
de habla alemana. Nació en 1724 y murió en 1804. Fue soltero y tuvo una vida
dedicada al estudio y a la reflexión sumamente ordenada. Trabajó toda la vida
como profesor universitario. En su juventud profesó el racionalismo cartesiano
en su versión alemana (Leibriz-Wölff) pero la lectura de Hume le desperté del
“sueño dogmático” del racionalismo y le ayudó a alumbrar su propia filosofía:
la filosofía crítica, el criticismo o idealismo trascendental. El pensador que
más le influyó fue Rousseau. La lectura de su obra lo ganó para la defensa de
la dignidad e igualdad de todos los hombres y para la causa de los derechos
sagrados de la humanidad.
SU OBRA
Su pensamiento se divide en dos grandes
etapas: el periodo precrítico y el crítico. En el primero, Kant es un filósofo
racionalista cartesiano al uso. Al periodo crítico le corresponde su etapa de
madurez y su pensamiento propio. Principales obras: sus tres grandes críticas.
1. “Crítica de la razón pura”.
2. “Crítica de la razón práctica” (es una obra
ética; sin embargo, su principal obra ética fue “Fundamentación de la
metafísica de las costumbres”).
3. “Crítica del juicio”.
Escribió muchas otras obras y entre ellas cabe
destacar el pequeño ensayo. “¿Qué es la Ilustración?”
¿Por qué Kant es tan importante en la historia
del pensamiento?
1. Kant es la culminación filosófica del
pensamiento ilustrado. Fue capaz de elaborar un sistema filosófico original en
el que (en sintonía con el espíritu ilustrado de la época) sintetizó las
aportaciones fundamentales del empirismo y del racionalismo. Es su filosofía
crítica que abre un nuevo capítulo en la historia del pensamiento filosófico
occidental.
2. Su pensamiento sienta las bases de lo que
será el idealismo alemán (Fichte, Shelling y Hegel).
LA
CRÍTICA DE KANT AL RACIONALISMO Y AL EMPIRISMO
Kant en su juventud profesó el racionalismo en
el que se había formado en su época. Kant estaba sumido en lo que luego él
denominó el “sueño dogmático de la razón”, esto es, una concepción errónea de
la inteligencia humana, la propia del racionalismo cartesiano, para el cual la
razón humana es infinita y no finita. ¿Qué significa que la razón es infinita?
Que no tiene límites y, por lo tanto, que puede llegar a saberlo todo. En
definitiva, que es una razón divina (esta concepción de la inteligencia humana
procedía de los griegos, que estaban convencidos de que la inteligencia es la
manifestación de lo divino en el hombre, la inteligencia humana es una chispa
del logos cósmico; después el cristianismo reforzará esta idea cuando afirme
que la razón humana ha sido creada por Dios a imagen y semejanza de la razón divina).
Kant va a mantener una concepción totalmente distinta de lo que es la
inteligencia humana y esa es la motivación última de su filosofía. Por ello, va
a llevar a cabo la definitiva crítica de la razón que le permitirá al género
humano hacerse una idea cabal de ésta para así saber con seguridad lo que puede
esperar de ella. Es por todo ello por lo que la filosofía de Kant es un
criticismo: el objetivo último de la filosofía es la crítica de la razón (ya no
el conocimiento metafísico del mundo), que en realidad es una autocrítica que
la razón hace de sí misma. A esta autocrítica o metacrítica (metacrítica, no
metafísica) la denominará Kant como Filosofía Trascendental. En ella, la razón
tendrá que dilucidar cuál es su naturaleza para así determinar cuáles son sus
capacidades y sus límites. Para Kant esa razón no es infinita sino que tiene
límites ya que esa razón no es divina sino humana.
Las conclusiones a las que llegó Kant fueron
las siguientes:
1. El ser humano tiene dos razones, o mejor
dicho, la razón humana única tiene dos usos o funciones diferenciadas: el uso
teórico o cognoscitivo (razón teoría), y el uso práctico o moral (razón
práctica). La primera, la razón teórica, la estudiará en la “Crítica de la
razón pura”; y la segunda, en la “Crítica de la razón práctica” (aunque sea
difícil de entender, la existencia de estas dos razones es la última
manifestación del dualismo platónico).
2. Como decimos más arriba, la razón tiene
límites irrebasables. El límite
principal es la experiencia. Por efecto de ello, Kant (con Hume) concluirá que
es imposible el conocimiento metafísico de la realidad pero, contra Hume,
estará convencido de que es posible n auténtico conocimiento científico, un
conocimiento de leyes, un conocimiento verdadero, cierto, seguro (y no sólo
probable, como defendía Hume) de lo
empírico. Ésta es la gran conclusión a la que llega Kant en el ámbito teórico
(que la ciencia en general y la newtoniana en particular es conocimiento
seguro, no meramente hipotético, como defendía Hume). En el ámbito práctico, la
conclusión que alcanza es que el ser humano es una excepción en el universo (en
sintonía con la tradición humanista occidental); porque es verdaderamente
libre, porque es y debe ser dueño y señor de su destino. En ello radica su
dignidad.
3. Una buena concepción de la verdad que en
cierta medida estaba ya latente en el racionalismo cartesiano y en el empirismo
británico, pero que sólo en Kant alcanzó su definitiva razón, madurez: el conocimiento
humano, la verdad accesible a la razón humana, es una construcción de la mente,
de la razón. Esto implicará que el objetivismo tradicional, que el realismo
objetivista procedente de los griegos, va a ser sustituido por el subjetivismo
(la verdad es una construcción de la subjetividad) pero por un subjetivismo
trascendental, el subjetivismo crítico, el idealismo. En esto consistirá el
giro copernicano de la filosofía kantiana. Si en la concepción objetivista o
realista el objeto se haya en el centro del sistema y es el sujeto quien orbita
en torno a él, es la concepción subjetivista o idealista será el sujeto quien
se ubique en el centro, y el objeto quien, orbitando en su torno, se someta a
su ley.
Todas estas cuestiones las planteó Kant a la
par que contestaba las que él consideraba las tres grandes preguntas de la
filosofía:
1. ¿Qué puedo conocer? Contestada en la
“Crítica de la razón pura”.
2. ¿Qué debo hacer? Contestada en la “Crítica
de la razón práctica”.
3. ¿Qué me cabe esperar? Contestada en la
“Crítica del juicio” y en sus escritos de filosofía de la historia y filosofía
de la religión.
Finalmente, estas tres preguntas se resumen en
una: ¿Qué es el hombre? Como podemos ver, si para la filosofía griega la gran
pregunta es qué es la realidad, qué es el cosmos; si para la filosofía
cristiana lo será qué es Dios; para la filosofía moderna lo es qué es el ser
humano. Por ello, la filosofía griega era cosmología, la cristiana, teología; y
la moderna será antropológica.
LA
CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
En su filosofía
teórica, en su explicación sobre el conocimiento humano sobre cómo es posible
para el ser humano alcanzar la verdad, Kant elaboró un nuevo y original sistema
filosófico en el que llevará a cabo una genial síntesis del racionalismo cartesiano
y del empirismo británico. ¿Cómo fue esto posible? ¿Cómo pudo conciliar Kant lo
que era incompatible? Lo hizo llevando a cabo una síntesis de elementos de
ambas filosofías, haciendo suyos los que le parecían más aprovechables y
prescindiendo de otros, pero sin caer nunca en el error de elaborar con todo
ello una mera doctrina sincrética, un pastiche.
Veamos ahora cuáles
son estos elementos: del racionalismo cartesiano, Kant tomará la concepción de
que la mente elabora por sí misma espontáneamente, activamente, unos conceptos
o ideas a los que Kant denominará categorías. Kant rechazará, por lo tanto, el
punto de vista empirista para el que la mente humana, en el momento del
nacimiento, es una tabula rasa. Según Kant la mente humana, la razón, posee en sí
misma una especie de programa lógico, que no proviene de la experiencia sino
que es inherente a ella misma. Sin embargo, Kant rechazará del racionalismo que
con estos conceptos o ideas innatas, a priori (a priori significa lo
independiente de la experiencia; así denominó Kant a lo innato de la mente; a
posteriori significa lo procedente de la experiencia), la razón pueda
alcanzar el conocimiento metafísico de la realidad, el conocimiento
metaempírico de ésta. Para Kant las ideas y conceptos que la razón humana halla
en sí misma sólo pueden ser usados legítimamente si se aplican a la
experiencia, a las impresiones sensibles, con la intención de comprender y
ordenar éstas.
En conclusión: del
cartesianismo Kant tomará la consideración de que existen contenidos mentales
innatos, a priori, que de ningún modo proceden de la experiencia; pero
rechazará que con estos contenidos se pueda alcanzar un conocimiento metafísico
de la realidad, pues sólo sirven para ordenar la experiencia, las impresiones
sensibles.
Veamos ahora qué
acepta y qué rechaza del empirismo británico. Está de acuerdo con los
empiristas en que la experiencia es el límite del conocimiento humano. Pero
para él, esto no significa que la experiencia sea la única fuente del
conocimiento humano (como defendían los empiristas; por ejemplo, Hume). Para
Kant, no todo el conocimiento humano procede de la experiencia: para Kant, la
razón humana es activa y espontáneamente, por sí misma, produce unos
contenidos, las categorías, que no proceden de la experiencia y que son
necesarios para que se pueda dar el conocimiento humano.
EL
PROBLEMA DE LA METÁFÍSICA
Vamos a explicar
cómo Kant desenvuelve su crítica de la razón (teórica). Esta crítica de la
razón pura va a consistir en un análisis crítico del conocimiento humano. Sin
embargo, Kant no va a plantearse genéricamente el problema del conocimiento (no
se va a preguntar “¿qué es el conocimiento?”), sino que va a plantearse un
problema muy específico. ¿Cuál? La cuestión de si es o no posible el
conocimiento metafísico. Pues bien, para responder a la pregunta de si es o no
posible la metafísica como ciencia, de si es o no posible un conocimiento de la
razón pura (de ahí el título de la obra de Kant), de la razón por sí misma, es
por lo que Kant se tendrá que preguntar acerca de qué es lo que hace posible el
conocimiento en general (la pregunta específica por el conocimiento metafísico
le ha conducido a la pregunta genérica acerca del conocimiento humano). Es por
esto por lo que Kant se ve obligado a realizar una crítica, un análisis de la
razón, de las facultades cognoscitivas humanas.
Veamos cómo lo lleva a cabo.
PUNTO
DE PARTIDA
Kant parte de la
consideración (que no cuestiona) de que la inteligencia humana puede alcanzar
el verdadero conocimiento, conocimiento de verdades absolutas, de verdades
universales y necesarias (es decir, conocimiento de leyes, leyes generales y
que necesariamente tiene que cumplirse). ¿En dónde, según Kant, se dan este
tipo de verdades? Se dan en las matemáticas y en la física newtoniana. Dicho de
otro modo, sólo las matemáticas (ya desde los griegos) y la física moderna
(desde Galileo Galilei y desde Isaac Newton) han alcanzado el “recto y seguro
camino de la ciencia”, se han constituido en verdadero saberes científicos,
esto es, en conocimiento de verdades universales y necesarias. Por ejemplo, el
teorema de Pitágoras o la ley de la gravedad. ¿Por qué está tan seguro Kant de
que las matemáticas y sobre todo la física newtoniana han alcanzado el recto y
seguro camino de la ciencia?
1. Porque ambos
saberes avanzan, descubren cosas nuevas.
2. Porque en ambos
saberes hay acuerdos entre los sabios.
Por el contrario, Kant constató que la
situación en la que se encontraba la metafísica era lamentable. ¿Por qué?
1. No avanza (los
metafísicos discuten desde Platón los mismos problemas)
2. No hay acuerdo
entre los metafísicos.
Es por ello por lo
que Kant constatará que la metafísica no ha alcanzado aún el recto camino de la
ciencia. Y su pregunta será ¿podrá en alguna ocasión alcanzar la metafísica
(del mismo modo que lo logró la física con Galileo Galilei) alcanzar dicho
camino? Para responder a esta pregunta Kant escribirá la “Crítica de la razón
pura” (10 años meditando y en 3 meses la escribió; hubo una segunda edición
revisada). Esta es la cuestión: de lo que se trata es de llevar a cabo la
evaluación final de cuáles son las condiciones que hacen posible el
conocimiento científico, unas condiciones que sí se dan en las matemáticas y en
física newtoniana. Posteriormente tendremos que comprobar si dichas condiciones
se pueden dar en la metafísica. En caso de que así fuese, la metafísica
alcanzaría el recto y seguro camino de la ciencia. En caso de que esas
condiciones no se cumpliesen, podríamos abandonar para siempre el pensamiento
metafísico como una empresa vana y fútil.
Planteado el
problema, ¿cómo planteó Kant la investigación de las condiciones que hacen
posible el conocimiento científico, esas condiciones que cumplen la matemática
y la física pero no la metafísica? Kant lo hizo del siguiente modo. Según él,
la ciencia es un conjunto de afirmaciones sobre la realidad, es decir, un
conjunto de juicios, de proposiciones y oraciones enunciativas susceptibles de
ser verdaderas o falsas. Pues bien, ¿en qué consisten los juicios científicos?
Los axiomas y teoremas de la matemática, las leyes de la física. ¿Qué
condiciones hacen posible la formulación de juicios científicos?
Aquí Kant pasa a realizar un análisis de los
distintos tipos de juicios.
TIPOS
DE JUICIOS
Según la tradición hay 4 tipos de juicios:
1. Analíticos 2.
Sintéticos 3. A priori 4. A posteriori
Estos 4 tipos de juicios están conectados y
relacionados entre sí dando como resultado final dos tipos de juicios: los
“juicios analíticos a priori” y “juicios sintéticos a posteriori”.
-
¿Qué es un juicio analítico? Una
definición, una tautología, lo que Hume denominaba una “relación entre ideas”.
Es todo aquel juicio en el que el predicado se infiere del sujeto porque está
ya contenido en él. Por ejemplo: todo soltero es un no casado; un triángulo es
un polígono. En definitiva, A es A (en este tipo de juicios no aprendemos nada
nuevo, nada que previamente no supiésemos).
-
¿Qué es un juicio sintético? Son
aquellos en los que el predicado no puede deducirse del sujeto. Por ejemplo: el
fuego quema; el Sol sale todas las mañanas por el Este). Estos juicios los
denominaba Hume “verdades de hecho” (aprendemos cosas nuevas).
Los juicios
analíticos se denominan así porque basta con analizar el sujeto para poder
inferir el predicado. En los juicios sintéticos enlazamos, unimos, sintetizamos
cosas diversas, por eso se llaman sintéticos. Pues bien, los juicios analíticos
no amplían nuestro conocimiento, no son extensivos. Por el contrario, los
sintéticos sí lo amplían, son extensivos.
Los juicios también
pueden ser clasificados de otra manera: dependiendo si su verdad puede ser
conocida a través de la experiencia (a posteriori) o independientemente de la
experiencia (a priori). Ejemplo de juicio a posteriori: el fuego quema (sólo
sabemos tal cosa por medio de la experiencia sensible); ejemplo de juicio a
priori: el todo es mayor que la parte (la verdad de este juicio es conocida
aunque no tengamos experiencia de ningún tipo de todo ni de sus partes.
Todos los juicios a
posteriori, los basados en la experiencia, son contingentes (nos referimos a su
verdad ya que son verdaderos, pero podrían ser falsos; por ejemplo: en una
galaxia remota podría ser que el fuego no quemase). Por el contrario los
juicios a priori son universales y necesarios. Los juicios a priori pueden ser
con fundamente juicios generales, es decir, universales, y juicios que no
pueden ser puestos en duda de ningún modo. Lo que afirman que acontecen sí o
sí.
En conclusión, si
todos los juicios analíticos y a priori son universales y necesarios, y si
todos los juicios sintéticos y a posteriori son extensivos, pero no universales
ni necesarios, es decir, sólo verdades probables, entonces, dirá Kant, Hume
tiene razón. ¿En qué? Tiene razón en que todo conocimiento empírico (el no lógico) es falible, hipotético, sólo
probable, mera creencia, no ciencia (una mera conjetura verosímil; tal como en
la antigüedad defendía Platón). Ningún conocimiento humano universal, con la
excepción de ese conocimiento inútil (por no extensivo de los juicios analíticos
a priori), es conocimiento epistémico, científico. Pues bien, si las cosas se
plantean en estos términos, según Kant la posibilidad del conocimiento
científico requeriría la existencia de algún nuevo tipo de juicios, juicios de
los que la tradición filosófica occidental jamás se había planteado de su
existencia: los juicios sintéticos a priori. Estos juicios, de haberlos,
cumplirían las dos condiciones que Kant exige al conocimiento científico:
1. Ser extensivos,
ampliar nuestro conocimiento (cumplir esta condición porque son sintéticos, no
analíticos).
2. Ser universales
y necesarios, es decir, ser auténticas leyes (esta condición se cumple porque
son juicios a priori, independientes de la experiencia y sus contingencias).
Pues bien, la gran apuesta de Kant es:
1. Existen los
juicios sintéticos a priori.
2. Los juicios de
la matemática y de la física newtoniana son juicios sintéticos a priori:
a) Todos los axiomas y teoremas de la matemática son juicios sintéticos a
priori (ejemplo: el teorema de Pitágoras).
b) Las leyes de la ciencia moderna, es decir, de la física newtoniana son
juicios sintéticos a priori (ejemplo: las tres leyes de Newton).
¿Qué diría Hume al respecto? “Disiento”. ¿Por
qué? Para Hume todas las leyes de la física, también de la física newtoniana,
son juicios sintéticos a posteriori y todas las verdades matemáticas,
tautologías lógicas, juicios analíticos a priori.
En conclusión, la pregunta acerca de cuáles
son las condiciones que hacen posible el conocimiento científico, puede ser
reformulada en forma de una nueva pregunta. ¿Cuál? La pregunta de cuáles son
las condiciones que hacen posible los juicios sintéticos a priori.
TIPOS
DE JUICIOS
JUICIOS ANALÍTICOS < “Todo
cuerpo es extenso” > JUICIOS A PRIORI
JUICIOS SINTÉTICOS < “Todo
cuerpo es pesado” > JUICIOS A POSTERIORI
JUICIOS SINTÉTICOS < “La
materia de todo cuerpo se conserva inalterable a través de todas sus
transformaciones” (principio de conservación de la materia). > JUICIOS A PRIORI
PARTES
DE LA CRP
La primera parte es
la “Estética trascendental”: en ella estudia el funcionamiento de la
sensibilidad.
La segunda parte es
“Analítica trascendental”: estudia el funcionamiento del entendimiento, de la
inteligencia, es decir, de la razón cuando ésta se aplica al conocimiento de lo
dado en la experiencia.
La tercera y última
parte es la “Dialéctica trascendental”: en ella estudia la razón pura, el uso
especulativo, metafísico, de la inteligencia al margen de la experiencia. Ésta
última parte es la más importante, porque en ella Kant va a darle la puntilla definitiva
al pensamiento metafísico occidental, pero desde una perspectiva completamente
distinta a la de Hume y al empirismo británico (más adelante esta perspectiva
alumbrará el pensamiento metafísico moderno: el idealismo alemán).
EL
IDEALISMO TRASCENDENTAL KANTIANO
¿Qué es el idealismo?
Es comprender que el fundamento último del
conocimiento humano y de toda verdad está en la misma inteligencia, en las
leyes que rigen el funcionamiento de la inteligencia humana.
Por eso el idealismo moderno no puede ser
confundido con su vulgar subjetivismo (un relativismo): el idealismo es el
nuevo objetivismo (no el objetivismo realista ingenuo de los griegos).
El idealismo
kantiano, además, a diferencia del de Descartes, no es solo epistemológico,
sino ontológico. ¿Por qué? Para Descartes, el fundamento de la verdad es el
cogito, la mente humana, pero el fundamento de la realidad (también de la
propia mente) es Dios. Para Kant, la misma constitución de los objetos depende
de lo que en ellos pone el sujeto. Es el giro copernicano de la filosofía
Kantiana. Con él comienza la definitiva primacía del sujeto sobre el objeto, de
la conciencia sobre el ser. Y de ahí saldrá el idealismo alemán.
¿Qué significa el término “Trascendental” en
Kant? Significa dos cosas:
a) Por un lado, hace referencia a las condiciones que hacen posible el
conocimiento, tanto el sensible como el inteligible. ¿Cuáles son las
condiciones trascendentales del conocimiento sensible? El espacio y el tiempo.
¿Cuáles son las condiciones trascendentales del conocimiento inteligible? Las
categorías (de sustancia, causa, clase lógica, etc, todas aquellas ideas que,
como sabemos, cuestionó Hume).
b) Por otro lado el término trascendental hace referencia al conocimiento
que poseemos de dichas condiciones: el conocimiento de cómo conocemos es el
conocimiento trascendental, el conocimiento crítico (en Kant la filosofía deja
de ser metafísica para convertirse en filosofía crítica).
FACULTADES
DEL CONOCIMIENTO
Para Kant,
siguiendo la tradición que va desde Platón a Hume, el conocimiento humano se
obtiene a través de dos facultades: los sentidos y la razón (la inteligencia).
Vamos a comenzar
estudiando la sensibilidad.
ESTÉTICA
TRASCENDENTAL
La estética es la
parte de la CRP dedicada a analizar el funcionamiento de la sensibilidad
(estética = sensibilidad en griego). Kant va a descubrir que en la
sensibilidad, además de impresiones sensibles (colores, olores, figuras,
sentidos…) hay elementos que no proceden de la experiencia (que no son
impresiones sensibles y que además son condiciones de toda experiencia
sensible). ¿Cuáles son éstas? Son el
espacio y el tiempo. No son intuiciones empíricas (como los colores, los
sonidos, etc) sino intuiciones puras y a priori. ¿Por qué puras? Porque no
tienen contenido. ¿Por qué a priori? Porque son anteriores a la experiencia y
condiciones de ella.
La filosofía
anterior a Kant (de Aristóteles a Newton) no se ponía de acuerdo en la
naturaleza del espacio y del tiempo. Para Kant, y de ahí su “idealismo”, el
espacio y el tiempo no son propiedades objetivas de las cosas, sino una
construcción subjetiva.
¿Qué es el espacio
y el tiempo?
Son como dos
coordenadas que el sujeto proyecta sobre las impresiones sensibles (colores,
formas, tamaños, movimientos, etc.) ¿Por qué o para qué lo hace? Lo hace para
ordenar las caóticas impresiones sensibles en dicho marco espacio-temporal, es
decir, bajo leyes espacio-temporales (que como veremos más adelante son leyes
matemáticas). El resultado de este proceso de estructuración llevado a cabo por
la sensibilidad aplicándole a las impresiones sensibles las intuiciones puras
del espacio y del tiempo es doble:
a) Por un lado, las impresiones sensibles ya espacio-temporalizadas, ya
ordenadas en el espacio y en el tiempo, son fenómenos, los fenómenos.
b) En virtud de este proceso de espacio-temporalización, los objetos nos
son dados (por objeto hay que entender el objeto del conocimiento, las cosas
que van a ser conocidas, no las cosas en sí mismas): la experiencia es posible.
Hablemos del
fenómeno. Para Kant, el fenómeno es aquello que puede ser llegado a conocer por
el ser humano. Para Kant no podemos comprender las impresiones sensibles en
bruto: son un caos y son ininteligibles (no son el objeto del conocimiento;
contra Hume).
¿Cuándo el ser
humano puede comprender lo dado en la experiencia? Sólo cuando la sensibilidad,
aplicando las intuiciones puras del espacio y el tiempo, ordena y estructura
las impresiones sensibles como fenómenos, produciendo los objetos (los objetos
del conocimiento, no los objetos en sí mismos).
Para Kant hay que
distinguir en el fenómeno una materia y una forma: la materia, el contenido del
fenómeno, son las impresiones sensibles (colores, olores…). Su forma es el
orden, la estructura espacio-temporal que podemos encontrar en dichas
impresiones. Por ejemplo, con respecto al tiempo, todas las impresiones se dan
en un orden temporal: toda impresiones se da ante de, simultáneamente a,
después de, otra impresión (entre las impresiones existe por lo tanto un orden
simultáneo o sucesivo). Con respecto al espacio, toda impresión se da a la
derecha de, a la izquierda de, detrás de, etc, otra impresión sensible.
¿Cómo son posibles
los juicios sintéticos a priori en las matemáticas?
Según Kant, la
geometría es el estudio del espacio puro, y la aritmética del tiempo puro.
En conclusión, las
leyes espacio-temporales (estudiadas por la matemática) no proceden de la
experiencia, son a priori y se aplican a las impresiones sensibles para
organizarlas. Sin esta organización espacio-temporal, llevada a cabo por la
sensibilidad, no habría siquiera experiencia, fenómenos, objetos (del
conocimiento), sino sólo un caos sensorial.
ANALÍTICA
TRASCENDENTAL
En la analítica
trascendental se va a estudiar el funcionamiento del entendimiento para
descubrir cuáles son las condiciones trascendentales que hace posible los
juicios sintéticos a priori en el campo de la física (newtoniana). Esas
condiciones trascendentales son las categorías del entendimiento y son 12.
¿Qué es el
entendimiento?
Si la sensibilidad
era la facultad en la que nos son dadas las impresiones sensibles y
estructuradas por las formas espacio-temporales, dando como resultado el objeto
del conocimiento, el entendimiento es la facultad que, aplicando las
categorías, las formas a priori del entendimiento, a los objetos de la experiencia,
da lugar al conocimiento.
La función del
entendimiento es, por lo tanto, comprender, conocer, los objetos de la
experiencia, los fenómenos. ¿Cómo conoce el entendimiento? ¿Cuándo comprende el
entendimiento? El entendimiento comprende cuando logra asignar un concepto a un
conjunto de impresiones sensibles, a un fenómeno. ¿Dónde lleva a cabo el
entendimiento esa función de conceptualizar los fenómenos? Esa función se lleva
a cabo en el juicio (“S es P”) cuya forma básica es, por ejemplo, “este conjunto
de impresiones sensibles es una puerta”. Por ello, para Kant el entendimiento
es:
1. La facultad de los conceptos: para Kant conocer es conceptualizar,
asignar un concepto a un conjunto de impresiones sensibles.
2. La facultad de los juicios: conocer es enjuiciar, construir juicios, ya
que el juicio es el lugar donde asignamos los conceptos a las impresiones
sensibles.
Pues bien, Kant
afirma que existen dos tipos de conceptos: los conceptos empíricos y los
conceptos puros o categorías (de una forma análoga, lo que ocurre en la
sensibilidad, donde diferenciaba entre intuiciones empíricas (las impresiones
sensibles; la materia o contenido de la experiencia) y las intuiciones puras
(el espacio y el tiempo; la forma de la experiencia):
1. Conceptos empíricos: Son aquellos elaborados a partir de la
experiencia, es decir, los conceptos a posteriori (ejemplo: conceptos de árbol,
color…)
2.
Conceptos puros o categorías: aquí
se cifra la originalidad de Kant. Éste afirmaba la existencia de conceptos
independientes de la experiencia, a priori. ¿Qué son los conceptos puros o
categorías? ¿Qué función cumplen? Son los esquemas mentales a través de los
cuales el entendimiento une los fenómenos (las impresiones sensibles), gracias
a lo cual (una vez conectados los fenómenos entre sí por las categorías) estos
pueden ser conocidos a través de los conceptos empíricos. Es por ello por lo
que las categorías son las condiciones trascendentales del conocimiento: las
categorías van a establecer las distintas formas en que los fenómenos pueden
ser unidos, ordenados, estructurados. Este orden y estructura es el que va a
hacer posible el que los fenómenos se constituyan como objetos sobre los cuales
recae la comprensión científica.
¿Qué categorías hay? ¿Cuántas son?
Hay 12 categorías, de cuatro tipos distintos, tres
categorías de cada tipo.
Categorías de cantidad:
Ø Unidad (Todo X es Y) –
Todos los hombres son animales.
Ø Pluralidad (Algunos X
son Y) – Algunos hombres son rubios.
Ø Totalidad (El
individuo X es Y)
Categorías de cualidad:
Ø Realidad (X es Y)
Ø Negación (X no es Y)
Ø Limitación (X es no Y)
Categorías de relación
Ø Substancia y accidente
(X es Y) – La puerta es verde.
Ø Causa y efecto (si X
entonces Y) - Si mi dedo se acerca a la
llama, entonces se quema.
Ø Acción recíproca (X es
y o Q)
Categorías de modalidad:
Ø Posibilidad (X puede
ser Y) – Podría estar lloviendo
Ø Existencia (X es Y)
- No llueve.
Ø Necesidad (X es
necesariamente Y) – El Sol saldrá necesariamente por el Este.
EL IDEALISMO TRASCENDENTAL II
Vamos a explicar cómo el entendimiento aplica las
categorías para alcanzar el conocimiento de la realidad. Lo primero que tenemos
que saber al respecto es que las categorías sólo se aplican a los fenómenos.
Según Kant, hay que diferenciar entre los fenómenos (la realidad tal como la
percibimos por la sensibilidad) y la cosa en-sí o noúmeno (lo inteligible) (la
realidad tal y como es en sí misma). Es por ello por lo que para Kant las
categorías sólo sirven para conocer los fenómenos, no son aplicables al
conocimiento de la cosa en-sí mismas. Esta es la razón de por qué la metafísica
es imposible como ciencia: la metafísica es la búsqueda del conocimiento de lo
que son las cosas en sí mismas (el conocimiento de su esencia, de su forma, de
su EIDOS, de su NOÚMENO).
Podemos concluír, por todo ello, que no es posible el
conocimiento metafísico, porque también para Kant la experiencia es el límite
del conocimiento humano (la experiencia es el límite del conocimiento porque
las categorías sólo se pueden aplicar a los fenómenos). Por todo ello, podemos
afirmar que todas las filosofías anteriores a Kant, esas que creían posible el
conocimiento de la realidad tal cual es, el conocimiento de la cosa en-sí, de
la substancia son realistas (un realismo que desde Hume-Kant podemos calificar
de ingenuo, pueríl). Por el contrario, la filosofía de Kant, como toda
filosofía moderna, es idealista. Para Kant el idealismo es darse cuenta de que
la estructura de la mente define y determina la estructura del mundo, de Mi
mundo (del mundo tal como éste se presenta en la experiencia).
La conclusión de la analítica trascendental es que las
leyes de la física newtoniana son juicios sintéticos a priori y tienen su
fundamento último en la aplicación de las categorías del entendimiento a los
fenómenos.
DIALÉCTICA TRASCENDENTAL
La naturaleza de la
mente humana es, según Kant, sintetizar, unir, relacionar, lo cual hace posible
llevar lo múltiple a la unidad (y así sintetizamos unos colores, olores y
fragancias en mi idea de rosa). Es así como la mente humana trabaja y de este
modo logra conocer la experiencia:
1. La sensibilidad
sintetiza (ordena más que unifica) las impresiones enlazándolas bajo las
condiciones del espacio y el tiempo.
2. El entendimiento
sintetiza la diversidad de los fenómenos bajo un concepto: organiza los fenómenos
mediante las categorías, es decir, subsumiendo los fenómenos bajo conceptos.
Esta operación la lleva a cabo el entendimiento en los juicios.
3. ¿Y la razón? La
razón lo que hace es sintetizar, unir, varios juicios. ¿Cómo los une? A través
de los razonamientos. ¿Qué busca? Alcanzar juicios cada vez más generales.
Ejemplo:
1º Razonamiento
1ª
premisa – Todos los hombres son mortales.
2ª
premisa – Sócrates es hombre.
3ª
premisa – Sócrates es mortal.
Este razonamiento que liga tres juicios se
puede enlazar con un 4º y 5º juicio, a través de un 2º razonamiento.
2º Razonamiento
1ª
premisa – Todos los animales son mortales.
2ª
premisa – Todos los hombres son animales.
3ª
premisa – Todos los hombres son mortales.
A través de este 2º razonamiento ya he unido 5
juicios. El proceso puede continuar con nuevos razonamientos (todos los
vivientes son mortales, todos los animales son vivientes, todos los animales
son mortales).
Este proceso de
unificación de los juicios a través de los razonamientos tiene el objetivo de
la búsqueda de juicios cada vez más omniabarcantes. Este proceso seguiría hasta
que la razón consiguiese agrupar la totalidad del conocimiento humano en uno o
unos pocos juicios, que serían capaces de dar cuenta de toda la experiencia.
Pero este proceso de búsqueda es inacabable, no tiene fin, porque mientras nos
mantengamos vinculados a la experiencia, nunca podremos llegar al conocimiento
final de la realidad, al conocimiento de la causa última, del principio
absoluto de todo (el conocimiento de la cosa en-sí). Y es entonces (como por la
naturaleza misma de la razón le es esencial la búsqueda de la unidad de todo el
conocimiento humano) por lo que la razón se siente tentada a dar un salto
ilegítimo y agrupar todo el conocimiento humano bajo tres Ideas, las tres Ideas
de la razón:
- Mundo (substancia
corpórea y universo físico; la res extensa cartesiana)
- Alma (substancia
mental, la res cogitans finita)
- Dios (res
cogitans infinita cartesiana).
1. La razón agrupa toda la experiencia sensorial externa, todo el
conocimiento de los fenómenos físicos, bajo la idea de Materia o Universo
físico.
2. Agrupa toda la experiencia sensorial interna, el conocimiento de todos
los fenómenos mentales bajo la idea de Alma (Idea de substancia mental, el
“yo”).
3. Agrupa toda la totalidad de la experiencia, interna y externa, bajo la
idea de Dios (Dios como principio creador de la materia y de las mentes).
Al Alma, al Mundo y
a Dios, Kant las denominó Ideas de la razón pura. El problema de estas Ideas (a
diferencia del resto de los conceptos) es que no corresponden a ningún objeto
de la experiencia, a nada fenoménico. Por ello, no proporcionan conocimiento.
Pero para Kant, en contra de la opinión de Hume, estas Ideas no son “quimeras
de mentes enfermas”, sino que cumplen una función. La función de ser el motor
(el motor inmóvil), una especie de faro e imán para el entendimiento humano:
faro que orienta e imán que atrae al entendimiento hacia la unidad (del
conocimiento). Por ello, afirmará Kant que la función de las Ideas de la razón
es completamente distinta al de las categorías del entendimiento. Las
categorías tienen un uso o función constitutiva del conocimiento, pues son
imprescindibles para construir el conocimiento humano (para Kant, sin las
categorías de substancia, causa y efecto no podríamos entender la realidad).
Las Ideas de la razón no tienen un uso constitutivo: las ideas de Mundo, Alma o
Dios no se aplican a los fenómenos para ordenarlos. Sin embargo, sí tienen un
uso regulativo, pues orientan al conocimiento hacia la unidad (y sí, por
ejemplo, ese afán de unidad que tiene la razón, es lo que le impulsó a la
ciencia moderna a unificar la dinámica terrestre galileniana y la dinámica
celeste keplerniana en la mecánica universal newtoniana). Lo malo es que la
razón se empeña en utilizar no sólo regulativamente, sino también
constitutivamente las ideas. Y el resultado de este error es el pensamiento
metafísico. Y por ello los metafísicos cuando reflexionan sobre el Mundo, el
Alma y Dios emiten juicios contradictorios e indemostrables acerca de aquellos
objetos a los que se refieren estas ideas.
PARALOGISMOS
DE LA RAZÓN PURA
Aquí Kant
reflexiona sobre un posible conocimiento sobre la substancia mental, aquella a
la que se referiría la idea de Alma. Su punto de vista afirma lo siguiente:
1. De lo único que estamos seguros es de la existencia del “yo pienso” (el
cogito cartesiano)
2. El “yo pienso” es solo la unidad sintética de la apercepción, la
conciencia que debe acompañar a toda experiencia para unificarlas y para que
así nuestra mente no acaba siendo una sucesión dispersa de estados mentales
(tal como defendía Hume, para el que no hay mente, no hay substancia mental,
sólo existe el flujo de la conciencia).
Sin embargo, una
vez dicho esto y establecida la función unificadora final de la conciencia,
Kant afirma que no se pueden aplicar las categorías al “yo pienso”. El
pensamiento metafísico sí lo hace. ¿Cuándo lo hace?
1. Cuando lo concibe, el “Yo pienso”, como una substancia y por ello
afirma que tenemos un alma.
2. Cuando afirma que, en virtud de su simplicidad, este alma es inmortal.
La aplicación de las categorías a la idea de Alma da lugar a toda clase de
paralogismos.
ANTINOMIAS
DE LA RAZÓN PURA (contradicciones)
Al no distinguir
entre lo fenoménico y lo nouménico, la razón emite una serie de afirmaciones
contradictorias sobre el universo físico, sobre la idea de Mundo. Hablamos de
antinomias porque se puede demostrar A y no A, una cosa su contraria. Y así,
afirmará:
1ª Antinomia:
a) El mundo es finito en el espacio y en el tiempo (Griegos, Cristianos)
b) El universo es infinito en el tiempo y el espacio (Aristóteles, Ciencia
moderna)
2ª Antinomia:
a) La materia es infinitamente divisible (Descartes y Leibniz)
b) La divisibilidad de la materia tiene fin (atomismo de Gassendi y
Newton)
3ª Antinomia:
a) Todo lo que sucede en el mundo está sometido a la férrea causalidad de
las leyes de la naturaleza (determinismo, Spinoza)
b) Existe la libertad, es decir, los seres humanos son seres libres,
personas.
4ª Antinomia:
a) Existe algo necesario por sí mismo (Dios).
b) Todo es contingente.
La solución de las
antinomias pasa por diferenciar entre el fenómeno y el noúmeno. Y así, en la 3ª
antinomia la opción a) es válida en el ámbito fenoménico (fenoménicamente,
incluso el ser humano está totalmente determinado por las leyes de la
naturaleza: las leyes biológicas, genéticas, psicológicas…) y la opción b) es
válida en el ámbito nouménico (en la acción moral, el ser humano se demuestra
que es libre).
EL
IDEAL DE LA RAZÓN PURA
¿Por qué ideal?
Porque la idea de Dios es la idea del infinito ontológico, aquel ser que
integra en sí mismo toda la realidad, el absoluto. Para Kant, al igual que
Hume, todas las demostraciones de la existencia de Dios se reducen a tres:
1. Prueba ontológica: Del concepto de Dios se infiere su existencia.
2. Prueba cosmológica: De la contingencia del mundo se infiere la
existencia de un ser necesario, Dios.
3. Prueba físico-teleológica: De la existencia de un orden en el mundo se
concluye con la existencia de una inteligencia ordenadora.
¿Por qué según Kant
estas tres pruebas no tienen validez? Porque no demuestran la existencia de
Dios.
En la 1ª y en la
2ª, porque aplicamos categorías del entendimiento (modalidad) fuera del campo
de la experiencia y esta aplicación no es legítima (la regla de uso de las
categorías sólo nos permite utilizarlas si las aplicamos a la experiencia) de
ahí que estas pruebas no tengan validez.
En la 3ª se podría
terminar concluyendo con la existencia de un Demiurgo ordenador, pero no de un
Dios creador.
ÉTICA
KANTIANA
En la “Fundamentación de la metafísica de las
costumbres” y en la “Crítica de la razón práctica”, Kant desenvuelve su
original concepción de la ética (probablemente la parte de su pensamiento que
tiene hoy en día más vigencia; el jurista francés Pierre Cassin se inspiró en
ella cuando redactó la “Declaración universal de los derechos humanos).
¿Por qué? Fue el primer filósofo que defendió
(y que logró elaborar una doctrina ética mejor fundamentada al respecto) que
toda la ética pivota sobre un gran valor: el reconocimiento de la igual
dignidad de todos los seres humanos sin excepción, esto es, la afirmación
categórica de que todo ser humano es, desde una perspectiva mora, una persona.
¿Qué es una persona según Kant? Un ser capaz de autodesarrollo o autónomo (y
por lo tanto alguien que puede dirigir su propia vida haciendo uso de su propia
razón sin necesidad de ser tutelado por el Estado o por las iglesias) y dotado
de una valor absoluto, de dignidad (al tener el ser humano dignidad y no
precio, no debe ser nunca instrumentalizado, convertido en medio, ya que es un
fin en-sí mismo).
La argumentación que desenvuelve Kant para
justificar su original concepción de la moral es un poco alambicada y como
veremos más adelante, también se le ha acusado a Kant de defender una ética
rigorista y abstracta.
¿Por qué rigorista? Porque su obra parece que
cumple el adagio latino “fiat iustitia, pereat mundus” (“hágase la justicia
aunque parezca el mundo”), el desentenderse la ética kantiana de varios
factores que intervienen en la acción humana y que condicionan la acción moral
como son:
1. El carácter teleológico de la acción humana, el que ésta se estructure
como una secuencia continua de medios y fines (la mayoría de cosas que hacemos,
las hacemos con vistas a conseguir un fin).
2. El hecho de que toda acción humana es un suceso físico que acontece en
el mundo y que como tal tiene múltiples consecuencias y efectos.
¿Por qué abstracta? Porque el principio moral
Kantiano, el imperativo categórico, no indica lo que tenemos que hacer (no
robar, no mentir, cumplir las promesas) sino sólo cómo debemos proceder para
actuar moralmente.
Expliquemos más detalladamente, paso a paso,
la ética kantiana.
1. EL SER Y EL DEBER SER: Según Kant, la razón humana tiene dos usos, el uso teórico y el uso práctico.
Por el uso teórico, la razón nos sirve para conocer y por su uso práctico, la
razón dirige la conducta. Por el uso teórico, conocemos cómo es el mundo, cómo
son las cosas. El uso teórico está vinculado al ámbito de lo necesario, de
aquello que no puede ser de otra manera de cómo es (las leyes de la
naturaleza). Este ámbito necesario se da en la dimensión fenoménica de la
realidad, en la experiencia.
El uso práctico, por el contrario, no sirve para conocer, sino para dirigir la conducta, para orientar a la voluntad. Este uso práctico de la razón se vincula no a cómo las cosas son, sino a cómo las cosas deberían ser.
En conclusión, la realidad tiene dos planos (dualismo kantiano): el ámbito del ser (del conocer, de la ciencia) y el ámbito del debe ser de (de la ética). Ejemplo: pertenece al campo del ser, el hecho de que en el mundo haya guerras; pertenece al campo del deber ser, la obligación del ser humano de contribuir a la extinción de dicha lacra.
El uso práctico, por el contrario, no sirve para conocer, sino para dirigir la conducta, para orientar a la voluntad. Este uso práctico de la razón se vincula no a cómo las cosas son, sino a cómo las cosas deberían ser.
En conclusión, la realidad tiene dos planos (dualismo kantiano): el ámbito del ser (del conocer, de la ciencia) y el ámbito del debe ser de (de la ética). Ejemplo: pertenece al campo del ser, el hecho de que en el mundo haya guerras; pertenece al campo del deber ser, la obligación del ser humano de contribuir a la extinción de dicha lacra.
2. LA ÉTICA: La ética (y no la ciencia que trata del ser) trata el campo del deber
ser. El deber ser no puede expresarse en juicios, sino que lo hace mediante
imperativos. ¿Qué es un imperativo? Un mandato, una orden, que establece que
hay que ejecutar una acción “S es P” (S, agente moral. P, acción). Ejemplo:
Carlos debe cumplir la promesa que ha hecho.
Para Kant, en la ética no conocemos nada, pues todo conocimiento es fenoménico de lo dado en la experiencia, un conocimiento determinado por las condiciones trascendentales de la razón humana (las categorías) en el que es imposible la existencia de la acción moral, de la acción libre.
Para Kant, en la ética no conocemos nada, pues todo conocimiento es fenoménico de lo dado en la experiencia, un conocimiento determinado por las condiciones trascendentales de la razón humana (las categorías) en el que es imposible la existencia de la acción moral, de la acción libre.
3. EL IMPERATIVO MORAL: No todo imperativo, todo mandado, es moral. ¿Por qué? Existen dos
tipos de imperativos: categóricos e hipotéticos. El imperativo hipotético no es
moral, el categórico sí lo es. ¿Qué es un imperativo hipotético? Aquellos que
ordenan algo como medio para conseguir un fin. Por ejemplo:
1. Si quieres la felicidad, compórtate con prudencia, valentía moderación y sé justo.
2. Si quieres la salvación, ama a tus semejantes tal como te mandó Jesucristo.
¿Por qué el imperativo hipotético no es un imperativo moral?
1. Porque es condicionado: el imperativo moral tiene que tener una validez absoluta y por ello se le exige ser incondicionado; la validez del imperativo hipotético, por el contrario, no es absoluto sino condicionado. ¿Condicionada a qué? A la consecución de un fin, al hecho de que la acción que manda sirva de medio adecuada para la obtención de un buen (de un fin) y así por ejemplo: “si quieres vivir una larga vida, entonces vive con moderación y no cometas excesos”. Aquí la orden que se nos da es vivir morigeradamente. Ese es el imperativo, la orden, ¿pero qué es hipotético? Porque vivir con moderación solo tiene sentido si quiero vivir una larga vida. Pero, ¿qué ocurriría si no quiero una vida de este tipo, una vida larga pero aburrida? Que la orden que me exige templanza que emanan los imperativos hipotéticos solo son válidos si acepto como válido previamente aquello que es su condición, el fin al que se encaminan.
2. Porque es contingente (ni universal, ni necesario): lo que manda el imperativo hipotético hacer no es una regla con validez universal y necesario. ¿Por qué? Porque se fundamenta en la experiencia. ¿Cómo sé que para vivir una larga vida debo vivir con moderación? Porque la experiencia nos lo enseña así. Pero la experiencia sólo fundamente verdades contingentes, tácticas como bien probó Hume).
3. Porque un imperativo hipotético no es una norma moral sino una norma técnica aplicada a la vida humana, es decir, una regla de habilidad, una simple instrucción que nos indica cómo debemos actuar para conseguir determinadas metas.
Ejemplos:
Si quieres que tu coche dure muchos años, no fuerces el motor.
Si quieres vivir muchos años, vive con moderación.
Si quieres que el motor funcione bien, utiliza aceite de calidad.
Si quieres ser feliz, mantén relaciones gratificantes con personas merecedoras de tu confianza (personas de buena calidad).
1. Si quieres la felicidad, compórtate con prudencia, valentía moderación y sé justo.
2. Si quieres la salvación, ama a tus semejantes tal como te mandó Jesucristo.
¿Por qué el imperativo hipotético no es un imperativo moral?
1. Porque es condicionado: el imperativo moral tiene que tener una validez absoluta y por ello se le exige ser incondicionado; la validez del imperativo hipotético, por el contrario, no es absoluto sino condicionado. ¿Condicionada a qué? A la consecución de un fin, al hecho de que la acción que manda sirva de medio adecuada para la obtención de un buen (de un fin) y así por ejemplo: “si quieres vivir una larga vida, entonces vive con moderación y no cometas excesos”. Aquí la orden que se nos da es vivir morigeradamente. Ese es el imperativo, la orden, ¿pero qué es hipotético? Porque vivir con moderación solo tiene sentido si quiero vivir una larga vida. Pero, ¿qué ocurriría si no quiero una vida de este tipo, una vida larga pero aburrida? Que la orden que me exige templanza que emanan los imperativos hipotéticos solo son válidos si acepto como válido previamente aquello que es su condición, el fin al que se encaminan.
2. Porque es contingente (ni universal, ni necesario): lo que manda el imperativo hipotético hacer no es una regla con validez universal y necesario. ¿Por qué? Porque se fundamenta en la experiencia. ¿Cómo sé que para vivir una larga vida debo vivir con moderación? Porque la experiencia nos lo enseña así. Pero la experiencia sólo fundamente verdades contingentes, tácticas como bien probó Hume).
3. Porque un imperativo hipotético no es una norma moral sino una norma técnica aplicada a la vida humana, es decir, una regla de habilidad, una simple instrucción que nos indica cómo debemos actuar para conseguir determinadas metas.
Ejemplos:
Si quieres que tu coche dure muchos años, no fuerces el motor.
Si quieres vivir muchos años, vive con moderación.
Si quieres que el motor funcione bien, utiliza aceite de calidad.
Si quieres ser feliz, mantén relaciones gratificantes con personas merecedoras de tu confianza (personas de buena calidad).
4. IMPERATIVO CATEGÓRICO “Haz Y”, “Debes hacer Y”
¿Qué es? Aquel que ordenada algo como un fin absoluto, es decir, sin condiciones. Ejemplo: “no debes robar” (no “si no quieres ir a la cárcel no debes robar”. Aquí la orden de no robar no es categórico sino hipotética.).
¿Por qué el imperativo categórico puede ser el imperativo moral?
1. Porque su validez es absoluta no está condicionada a su utilidad para conseguir sus fines. Por ello, lo que afirma el imperativo categórico es “no se debe robar, bajo ninguna condición”.
2. Es un tipo de imperativo cuya validez es universal y necesaria ¿Por qué?
a. Como vimos antes, su validez no depende de un fin (es incondicionada).
b. No se fundamente en nada a posteriori, en ninguna experiencia contingente, sino en algo a priori, en la misma razón práctica: los imperativos categóricos son una orden de la razón práctica.
¿Cuál es el problema de los imperativos categóricos?
Imperativo moral (el categórico) es condiciones necesario pero no suficiente de la acción moral, es decir, obrar con forma de imperativo moral no basta para que la acción sea moral, y así el que alguien no robe, cumpliendo el imperativo categórico “no robar”, no implica que su conducta sea moral, porque quizá su conducta está influenciada por el cálculo (por el miedo a que lo cojan y terminan por ello en la cárcel o perdiendo la buena fama que tiene entre sus amigos).
No basta para que el individuo se comporte moralmente que actúe al directamente de un imperativo categórico (no robar). ¿Por qué? Porque hay que tomar en consideración el factor subjetivo de la acción moral (el factor objetivo es el imperativo categórico, la orden que cumplo). ¿En qué consiste ese factor subjetivo? En la motivación subjetiva o intención que hay detrás de la acción. Según Kant, la acción sólo es moral cuando está motivada por el cumplimiento del deber. ¿Por qué no robo? Porque es mi deber (mi debe de ser racional) no hacerlo (no por las consecuencias que me podría acarrear robar).
Según Kant, las acciones que se ajustan al imperativo categórico pueden ser:
1. Acciones conforme al deber (legales pero no morales). Ejemplo: el carnicero que no cobra precios abusivos por miedo a perder su clientela.
2. Acciones por deber (morales). Ejemplo: el carnicero que no cobra precios abusivos porque es su deber no hacerlo.
Las acciones conforme al deber se ajustan a la norma, imperativo categórico, pero sólo por las consecuencias, no por la norma misma, es decir, por los efectos que puede acarrear su incumplimiento. Ejemplo: no robo porque me pueden pillar, no porque robar esté prohibido. Las acciones de este tipo pueden ser legales pero no morales.
Las acciones por deber. Ejemplo: no robo porque está prohibido, porque mi conciencia me dicta que no robe. Son las únicas que son morales. ¿Qué es el deber? Aquella acción que el individuo ejecuta impulsado, motivado, exclusivamente por el respeto a la ley moral. Sólo el individuo que actúa por deber tiene una buena voluntad y ésta es lo único absolutamente, incondicionalmente bueno en el universo (esto es lo que convierte al ser humano en una persona, en un ser dotado de dignidad).
¿Qué es? Aquel que ordenada algo como un fin absoluto, es decir, sin condiciones. Ejemplo: “no debes robar” (no “si no quieres ir a la cárcel no debes robar”. Aquí la orden de no robar no es categórico sino hipotética.).
¿Por qué el imperativo categórico puede ser el imperativo moral?
1. Porque su validez es absoluta no está condicionada a su utilidad para conseguir sus fines. Por ello, lo que afirma el imperativo categórico es “no se debe robar, bajo ninguna condición”.
2. Es un tipo de imperativo cuya validez es universal y necesaria ¿Por qué?
a. Como vimos antes, su validez no depende de un fin (es incondicionada).
b. No se fundamente en nada a posteriori, en ninguna experiencia contingente, sino en algo a priori, en la misma razón práctica: los imperativos categóricos son una orden de la razón práctica.
¿Cuál es el problema de los imperativos categóricos?
Imperativo moral (el categórico) es condiciones necesario pero no suficiente de la acción moral, es decir, obrar con forma de imperativo moral no basta para que la acción sea moral, y así el que alguien no robe, cumpliendo el imperativo categórico “no robar”, no implica que su conducta sea moral, porque quizá su conducta está influenciada por el cálculo (por el miedo a que lo cojan y terminan por ello en la cárcel o perdiendo la buena fama que tiene entre sus amigos).
No basta para que el individuo se comporte moralmente que actúe al directamente de un imperativo categórico (no robar). ¿Por qué? Porque hay que tomar en consideración el factor subjetivo de la acción moral (el factor objetivo es el imperativo categórico, la orden que cumplo). ¿En qué consiste ese factor subjetivo? En la motivación subjetiva o intención que hay detrás de la acción. Según Kant, la acción sólo es moral cuando está motivada por el cumplimiento del deber. ¿Por qué no robo? Porque es mi deber (mi debe de ser racional) no hacerlo (no por las consecuencias que me podría acarrear robar).
Según Kant, las acciones que se ajustan al imperativo categórico pueden ser:
1. Acciones conforme al deber (legales pero no morales). Ejemplo: el carnicero que no cobra precios abusivos por miedo a perder su clientela.
2. Acciones por deber (morales). Ejemplo: el carnicero que no cobra precios abusivos porque es su deber no hacerlo.
Las acciones conforme al deber se ajustan a la norma, imperativo categórico, pero sólo por las consecuencias, no por la norma misma, es decir, por los efectos que puede acarrear su incumplimiento. Ejemplo: no robo porque me pueden pillar, no porque robar esté prohibido. Las acciones de este tipo pueden ser legales pero no morales.
Las acciones por deber. Ejemplo: no robo porque está prohibido, porque mi conciencia me dicta que no robe. Son las únicas que son morales. ¿Qué es el deber? Aquella acción que el individuo ejecuta impulsado, motivado, exclusivamente por el respeto a la ley moral. Sólo el individuo que actúa por deber tiene una buena voluntad y ésta es lo único absolutamente, incondicionalmente bueno en el universo (esto es lo que convierte al ser humano en una persona, en un ser dotado de dignidad).
5. ¿Hemos llegado ya a la conclusión de la reflexión moral kantiana? No,
aún nos queda lo más difícil de explicar, razón de por qué se tachó y se
tacha a la ética kantiana de abstracta.
Antes de desenvolver estos aspectos, tenemos que explicar qué es una máxima:
las máximas son las reglas de comportamiento que cada individuo utiliza en su
vida ordinaria para orientarse y saber cómo tiene que actuar. Son reglas de
comportamiento subjetivas, no objetivas, ya que cada individuo particular, no
su razón, se la da a sí mismo. Son reglas con contenido que indican cómo hay
que obrar. Ejemplo: no debo copiar en los exámenes nunca y aunque tuviese la
oportunidad de hacerlo; no debo copiar, a no ser que no me puedan pillar. Pues
bien, Kant afirmaba que su ética era formal y no material (como por el
contrario habrían sido todos los sistemas éticos anteriores al suyo). ¿Qué es
una ética material? ¿Qué es una ética formal? Según Kant, en toda ley moral hay
que distinguir entre su materia y su forma. ¿Qué es la materia de la ley? Su
contenido, la acción concreta que prescribe (no robar) ¿Qué es su forma? Su
carácter de ley, el que establezca una obligación (universal y necesaria) y que
dicha obligación ha de ser respetada por deber (no por cálculo o utilidad o
miedo). Pues bien, según Kant, el IMPERATIVO CATEGÓRICO MORAL, el imperativo
categórico de la moralidad, tiene que ser puramente formal porque los
imperativos categóricos materiales (no robar, no mentir) tienen contenido y
están ligados de un modo u otro a la experiencia (y por lo tanto a sus
contingencias) y a la facultad de apetecer (al mundo subjetivo de los deseos y
las emociones del individuo).
Por ello, el imperativo categórico kantiana no nos va a indicar qué tenemos que hacer (no mentir, no robar) sino que va a establecer las dos condiciones (las condiciones trascendentales de la moral, el a priori de la moralidad) que se tienen que dar siempre para que mis máximas de acción (las reglas ya sí con contenido que de hecho orientan al individuo en su vida) puedan considerarse como adaptables desde una perspectiva moral (es decir, que sea moralmente legítimas). Estas dos condiciones son:
a. La exigencia del deber: significa que sólo el deber puede motivar mi acción (si mi acción está motivada por mi compasión, mi generosidad, mi agradecimiento, o por cálculo, o por miedo, no es moral; sólo lo es si lo único que me mueve a actuar es el cumplimiento de mi deber como ser racional).
b. La exigencia de universalidad: significa que mis máximas (que son de mi uso particular, es decir, individuales) tienen que poder ser universalizables (es decir, que cualquier sujeto racional tiene que poder suya la máxima que dirige mi acción).
¿Por qué habla Kant de máximas? Porque las máximas sí tienen contenido. La máxima es una norma de acción subjetiva, ciertamente, no objetiva, como el imperativo moral, pero con contenido. El problema de la ética kantiana es que el imperativo moral es puramente formal, es decir, no tiene ni puede tener contenido. Ejemplo: “bajo ninguna circunstancia debo copiar”, no es un imperativo moral, sino una máxima de acción que yo me doy a mí mismo, pero que se ajusta a las condiciones trascendentales, a priori, del imperativo categórico puramente formal (universalidad y deber) y por ello mi máxima es legítima, correcta, válida éticamente. Es por todo ello por lo que se dice que el imperativo categórico es un criterio que nos sirve para comprobar, para testar, la moralidad de mis máximas procedimental porque no nos da ningún tipo de institución acerca de cómo debemos vivir (algo que por otro lado sería contrario a nuestra dignidad de seres autónomos) sino que establece sólo un procedimiento para que podamos evadir la moralidad de nuestras máximas.
Veamos las distintas formulaciones dadas por Kant del imperativo categórico formal, el único imperativo moral, universal y necesario (porque si tuviese contenido, ya no podría serlo; ya no podría ser ni universal ni necesario).
1) “Obra de tal modo que puedas querer que la máxima que dirige tu conducta se convierta en una ley universal (de la naturaleza)”.
¿Qué afirma dicha formulación? Dos cosas:
1. Que si puedo pensar en la universalización de mi máxima sin contradicción, entonces ésta es moral.
2. Que si por el contrario no puedo hacer (esto es, si me contradigo cuando intento universalizar mi máxima) entonces son lo es (mi máxima no es moralmente válida, legítima). Ejemplo: ¿puedo sin contradicción afirmar que “no debo copiar a no ser que tenga oportunidad de ello”? En el primer caso la universalización de la máxima es posible, pues puedo afirmar sin contradicción que nadie debe copiar. Tal cosa nos sucede con su máxima contraria. Si intento universalizar la máxima que me permite copiar, si puedo salir impune de tal hecho, en caso de ser universalizada, hará posible que todo el mundo copiase y por lo tanto (he aquí la contradicción) que el propio valor de las notas (y la utilidad de los exámenes) desapareciese. Kant nos invita a pensar, cuando nos exigen universalizar nuestras máximas, lo siguiente “¿Qué ocurriría si todo el mundo hiciese lo mismo?”, si el resultado fuese el caos (el desorden de la vida humana) nos encontraríamos ante una máxima inmoral.
Kant formuló el imperativo categórico de otros dos modos ya no tan abstractos:
2) “Obra de tal modo que trates a tu semejante siempre con un fin en sí mismo, y no sólo como un medio”.
En esta formulación del imperativo categórico, se establece a la persona humana, irreductible a cualquier instrumentalización (ningún ser humano puede ser sólo un medio), como valor moral supremo (como un fin, un fin absoluto), como un ser “con dignidad y no precio”.
3) “Obra como si fueses un legislador en el reino de los fines”.
¿Qué es el reino de los fines? Una sociedad de personas, una sociedad en la que todos los seres humanos son retratados y considerados como personas. Aquí se establece que las normas morales son aquellas que permitirían la instauración de una comunidad humana, donde los hombres son considerados fines en sí mismos (reino de los fines = sociedad de las personas).
Finalmente, Kant afirmó que solo su ética puede ser considerada una ética autónoma y no heterónoma. ¿Qué es una ética autónoma? Aquella que es independiente de la experiencia (del mundo de la naturaleza, de sus leyes y sus mecanismos; a este mundo es al que pertenecen los deseos y emociones humanas). Una ética autónoma es aquella en el que la razón es independiente para hacer sus propias leyes (ajena a las que rigen en el mundo) y por ello la razón se dará a sí misma sus propios fines (unos fines que ya no vendrán del orden de la naturaleza o de Dios, como defendían las éticas heterónomas). El que exclusivamente por la razón para así lograr emanciparse de todas las instancias que la tutelan y lo oprimen. Es el ideal máxima del pensamiento ilustrado: lograr la definitiva emancipación de la humanidad a través de la razón.
Una vez hecho esto, Kant se pregunta cómo es posible que haya en el mundo un ser que se comporte moralmente. Para que exista un ser que actúe moralmente en el seno de una naturaleza amoral tienen que darse unas condiciones. ¿Qué condiciones son éstas? Aquí vamos a dar comienzo a la explicación de dos “postulados” de la razón práctica, el apéndice de la moral kantiana.
1ª condición: Para que la acción moral sea posible, tiene que existir un sujeto moral, dotado de una voluntad:
a) Libre: La voluntad del ser humano ha de ser libre. El problema es que la libertad no existe en el mundo de la naturaleza, tal como demostró en la Crítica de la razón pura. ¿Cómo puede entonces el ser humano tener una voluntad libre? El hombre es libre, pero lo es en el ámbito nouménico, no en el fenoménico. ¿Cómo sabemos que somos libres? No podemos conocernos como seres libres, pero sí experimentarnos como seres libres. Esa experiencia la tenemos a través de la experiencia mora, la experiencia del debe. En conclusión: la libertad es el primer postulado de la razón práctica.
b) Esta voluntad libre es la voluntad de un alma. En el mundo fenoménico no existen este tipo de substancias (las almas, las substancias incorpóreas), pero en el nouménico sí. Por lo tanto, si soy un sujeto moral (un sujeto libre) y soy una substancia espiritual, un alma (y no sólo un cuerpo, que como todos los cuerpos, está sometido a las inexorables leyes de la naturaleza, y no puede tener dignidad).
Ese alma, además, ha de ser inmortal. ¿Por qué? Si la razón nos manda la virtud, entonces, como no es posible en nuestra corta vida obrar sólo por deber (la virtud), entonces, para que la razón no nos exija un imposible, es necesario que la razón nos conceda toda la eternidad para alcanzar la virtud. Conclusión: segundo postulado de la razón práctica, la inmortalidad del alma.
c) Finalmente, la naturaleza humana es contradictoria, pues por un lado el hombre pertenece al mundo nouménico del deber ser y por otro lado es un cuerpo con deseos y pasiones. Como ser fenoménico (como ser con deseos y pasiones), el hombre busca la felicidad; pro como ser nouménico, busca la virtud. Felicidad y virtud no son incompatibles, pero tampoco se coímplican (se puede ser feliz sin ser virtuoso, y la virtud no nos hace felices; para Kant, la virtud no nos hace felices, sólo dignos de la felicidad). Esa especie de contradicción que se produce en la naturaleza humana, sólo se podría superar si se armonizasen ambos planos, el de la naturaleza y el de la moral, el del ser y el del deber ser, para que estuviesen orientados al mismo fin. ¿Quién puede garantizar esto? Responde Kant, sólo un Dios todopoderoso. Por eso, si queremos que el supremo bien (el supremo bien es la armonía de la moral y la felicidad) sea posible, tenemos que postural que Dios existe y él se encargará de hacer posible la conciliación final de los dos planos de la vida humana, el plano sensible (natural) y el plano inteligible (la moral).
En conclusión: libertad, inmortalidad del alma y existencia de Dios son los postulados de la razón práctica. Kant los denominó postulados porque, tal como explicó en la “Crítica de la razón pura” (en la dialéctica trascendental, en su crítica del pensamiento metafísico), no son demostrables desde un punto de vista teórico, pero son condiciones de posibilidad de la moral. Gracias a ello, los objetos de la metafísica (el mundo, el alma y Dios) que no podían ser conocidos por la razón teórica, pueden ser investigador a través de la experiencia moral.
Estos postulados, además, abren el camino para:
1. La justificación racional de la fe religiosa (cuestión tratada en su obra “La religión dentro de los límites de la razón”).
2. La contestación a la tercera pregunta filosófica fundamental “¿Qué me cabe esperar?”.
Por ello, el imperativo categórico kantiana no nos va a indicar qué tenemos que hacer (no mentir, no robar) sino que va a establecer las dos condiciones (las condiciones trascendentales de la moral, el a priori de la moralidad) que se tienen que dar siempre para que mis máximas de acción (las reglas ya sí con contenido que de hecho orientan al individuo en su vida) puedan considerarse como adaptables desde una perspectiva moral (es decir, que sea moralmente legítimas). Estas dos condiciones son:
a. La exigencia del deber: significa que sólo el deber puede motivar mi acción (si mi acción está motivada por mi compasión, mi generosidad, mi agradecimiento, o por cálculo, o por miedo, no es moral; sólo lo es si lo único que me mueve a actuar es el cumplimiento de mi deber como ser racional).
b. La exigencia de universalidad: significa que mis máximas (que son de mi uso particular, es decir, individuales) tienen que poder ser universalizables (es decir, que cualquier sujeto racional tiene que poder suya la máxima que dirige mi acción).
¿Por qué habla Kant de máximas? Porque las máximas sí tienen contenido. La máxima es una norma de acción subjetiva, ciertamente, no objetiva, como el imperativo moral, pero con contenido. El problema de la ética kantiana es que el imperativo moral es puramente formal, es decir, no tiene ni puede tener contenido. Ejemplo: “bajo ninguna circunstancia debo copiar”, no es un imperativo moral, sino una máxima de acción que yo me doy a mí mismo, pero que se ajusta a las condiciones trascendentales, a priori, del imperativo categórico puramente formal (universalidad y deber) y por ello mi máxima es legítima, correcta, válida éticamente. Es por todo ello por lo que se dice que el imperativo categórico es un criterio que nos sirve para comprobar, para testar, la moralidad de mis máximas procedimental porque no nos da ningún tipo de institución acerca de cómo debemos vivir (algo que por otro lado sería contrario a nuestra dignidad de seres autónomos) sino que establece sólo un procedimiento para que podamos evadir la moralidad de nuestras máximas.
Veamos las distintas formulaciones dadas por Kant del imperativo categórico formal, el único imperativo moral, universal y necesario (porque si tuviese contenido, ya no podría serlo; ya no podría ser ni universal ni necesario).
1) “Obra de tal modo que puedas querer que la máxima que dirige tu conducta se convierta en una ley universal (de la naturaleza)”.
¿Qué afirma dicha formulación? Dos cosas:
1. Que si puedo pensar en la universalización de mi máxima sin contradicción, entonces ésta es moral.
2. Que si por el contrario no puedo hacer (esto es, si me contradigo cuando intento universalizar mi máxima) entonces son lo es (mi máxima no es moralmente válida, legítima). Ejemplo: ¿puedo sin contradicción afirmar que “no debo copiar a no ser que tenga oportunidad de ello”? En el primer caso la universalización de la máxima es posible, pues puedo afirmar sin contradicción que nadie debe copiar. Tal cosa nos sucede con su máxima contraria. Si intento universalizar la máxima que me permite copiar, si puedo salir impune de tal hecho, en caso de ser universalizada, hará posible que todo el mundo copiase y por lo tanto (he aquí la contradicción) que el propio valor de las notas (y la utilidad de los exámenes) desapareciese. Kant nos invita a pensar, cuando nos exigen universalizar nuestras máximas, lo siguiente “¿Qué ocurriría si todo el mundo hiciese lo mismo?”, si el resultado fuese el caos (el desorden de la vida humana) nos encontraríamos ante una máxima inmoral.
Kant formuló el imperativo categórico de otros dos modos ya no tan abstractos:
2) “Obra de tal modo que trates a tu semejante siempre con un fin en sí mismo, y no sólo como un medio”.
En esta formulación del imperativo categórico, se establece a la persona humana, irreductible a cualquier instrumentalización (ningún ser humano puede ser sólo un medio), como valor moral supremo (como un fin, un fin absoluto), como un ser “con dignidad y no precio”.
3) “Obra como si fueses un legislador en el reino de los fines”.
¿Qué es el reino de los fines? Una sociedad de personas, una sociedad en la que todos los seres humanos son retratados y considerados como personas. Aquí se establece que las normas morales son aquellas que permitirían la instauración de una comunidad humana, donde los hombres son considerados fines en sí mismos (reino de los fines = sociedad de las personas).
Finalmente, Kant afirmó que solo su ética puede ser considerada una ética autónoma y no heterónoma. ¿Qué es una ética autónoma? Aquella que es independiente de la experiencia (del mundo de la naturaleza, de sus leyes y sus mecanismos; a este mundo es al que pertenecen los deseos y emociones humanas). Una ética autónoma es aquella en el que la razón es independiente para hacer sus propias leyes (ajena a las que rigen en el mundo) y por ello la razón se dará a sí misma sus propios fines (unos fines que ya no vendrán del orden de la naturaleza o de Dios, como defendían las éticas heterónomas). El que exclusivamente por la razón para así lograr emanciparse de todas las instancias que la tutelan y lo oprimen. Es el ideal máxima del pensamiento ilustrado: lograr la definitiva emancipación de la humanidad a través de la razón.
Una vez hecho esto, Kant se pregunta cómo es posible que haya en el mundo un ser que se comporte moralmente. Para que exista un ser que actúe moralmente en el seno de una naturaleza amoral tienen que darse unas condiciones. ¿Qué condiciones son éstas? Aquí vamos a dar comienzo a la explicación de dos “postulados” de la razón práctica, el apéndice de la moral kantiana.
1ª condición: Para que la acción moral sea posible, tiene que existir un sujeto moral, dotado de una voluntad:
a) Libre: La voluntad del ser humano ha de ser libre. El problema es que la libertad no existe en el mundo de la naturaleza, tal como demostró en la Crítica de la razón pura. ¿Cómo puede entonces el ser humano tener una voluntad libre? El hombre es libre, pero lo es en el ámbito nouménico, no en el fenoménico. ¿Cómo sabemos que somos libres? No podemos conocernos como seres libres, pero sí experimentarnos como seres libres. Esa experiencia la tenemos a través de la experiencia mora, la experiencia del debe. En conclusión: la libertad es el primer postulado de la razón práctica.
b) Esta voluntad libre es la voluntad de un alma. En el mundo fenoménico no existen este tipo de substancias (las almas, las substancias incorpóreas), pero en el nouménico sí. Por lo tanto, si soy un sujeto moral (un sujeto libre) y soy una substancia espiritual, un alma (y no sólo un cuerpo, que como todos los cuerpos, está sometido a las inexorables leyes de la naturaleza, y no puede tener dignidad).
Ese alma, además, ha de ser inmortal. ¿Por qué? Si la razón nos manda la virtud, entonces, como no es posible en nuestra corta vida obrar sólo por deber (la virtud), entonces, para que la razón no nos exija un imposible, es necesario que la razón nos conceda toda la eternidad para alcanzar la virtud. Conclusión: segundo postulado de la razón práctica, la inmortalidad del alma.
c) Finalmente, la naturaleza humana es contradictoria, pues por un lado el hombre pertenece al mundo nouménico del deber ser y por otro lado es un cuerpo con deseos y pasiones. Como ser fenoménico (como ser con deseos y pasiones), el hombre busca la felicidad; pro como ser nouménico, busca la virtud. Felicidad y virtud no son incompatibles, pero tampoco se coímplican (se puede ser feliz sin ser virtuoso, y la virtud no nos hace felices; para Kant, la virtud no nos hace felices, sólo dignos de la felicidad). Esa especie de contradicción que se produce en la naturaleza humana, sólo se podría superar si se armonizasen ambos planos, el de la naturaleza y el de la moral, el del ser y el del deber ser, para que estuviesen orientados al mismo fin. ¿Quién puede garantizar esto? Responde Kant, sólo un Dios todopoderoso. Por eso, si queremos que el supremo bien (el supremo bien es la armonía de la moral y la felicidad) sea posible, tenemos que postural que Dios existe y él se encargará de hacer posible la conciliación final de los dos planos de la vida humana, el plano sensible (natural) y el plano inteligible (la moral).
En conclusión: libertad, inmortalidad del alma y existencia de Dios son los postulados de la razón práctica. Kant los denominó postulados porque, tal como explicó en la “Crítica de la razón pura” (en la dialéctica trascendental, en su crítica del pensamiento metafísico), no son demostrables desde un punto de vista teórico, pero son condiciones de posibilidad de la moral. Gracias a ello, los objetos de la metafísica (el mundo, el alma y Dios) que no podían ser conocidos por la razón teórica, pueden ser investigador a través de la experiencia moral.
Estos postulados, además, abren el camino para:
1. La justificación racional de la fe religiosa (cuestión tratada en su obra “La religión dentro de los límites de la razón”).
2. La contestación a la tercera pregunta filosófica fundamental “¿Qué me cabe esperar?”.
EL PENSAMIENTO DE KARL MARX
“Marx fue un pensador alemán”. En esta frase se resume la particularidad
de la filosofía socio-política que va a dejar una profunda huella en el devenir
de la sociedad de su época.
El
pensamiento de Karl Marx recibe las siguientes influencias:
-
Del
Romanticismo alemán y de la filosofía del Idealismo alemán (esta influencia le
llega a través de los autores de la “Izquierda hegeliana”)
-
De
las teorías económicas de los economistas clásicos ingleses (Adam Smith, David
Ricardo, Thomas Malthus)
-
Del
Positivismo y cientificismo dominante en la segunda mitad del siglo XIX.
-
Y
finalmente, del socialismo del movimiento obrero.
El
Romanticismo alemán
Expliquemos
en primer lugar que fue el Romanticismo y el Idealismo filosófico alemán. El
Romanticismo es el gran movimiento cultural y espiritual de la primera mitad
del siglo XIX (el de la segunda mitad lo será el Positivismo cientificista).
¿Qué
es el Romanticismo? Un movimiento contrario al espíritu de la Ilustración (la
corriente cultural inmediatamente posterior a la Ilustración y antiilustrada).
¿Qué
rechaza de la Ilustración? Su racionalismo, su mentalidad práctica y
utilitarista, su menosprecio de las dimensiones no racionales (irracionales) de
la vida humana (el sentimiento, la emoción, la intuición, la fe), su
materialismo, al fin y al cabo, su ateísmo.
El
término “romántico” significa “novelesco” y las fuentes del Romanticismo
fueron: Rousseau y el movimiento “Sturm und Drang” (“Tormenta e impulso”), el
Prerromanticismo alemán del joven Goethe, Schiller … El Romanticismo se
expandió por toda Europa, pero su centro fue Alemania (el círculo literario de
los hermanos Schlegel). En aquella misma época (principios del siglo XIX) surge
también en Alemania una corriente filosófica integrada por discípulos de Kant:
el Idealismo alemán. Esa será la filosofía de la era romántica.
¿Cuál
es la característica definitoria del Romanticismo, de la actitud romántica
frente al mundo? El romanticismo es la hipertrofia de la subjetividad, del yo.
Pues bien, el desmesurado yo romántico se siente extrañado del mundo, un mundo
que experimenta como hostil y en el que no encuentra nada en lo que pueda
reconocerse. En contraste con ello, siente en su interior un anhelo infinito:
una sed o deseo que nada de lo que encuentra en el mundo puede satisfacer (la Sehnsucht).
¿Qué desea el romántico? El
Absoluto. Por ello, la vida para el romántico consistirá en un permanente
tender (Streben=esforzarse; aquello
que salvará a Fausto de su condenación) hacia el Absoluto.
¿Qué
es el Absoluto? El principio o fuente originaria del que emana toda la
realidad. Para algunos románticos (Jacobi o Schleiermacher por ejemplo) el
Absoluto es Dios (el viejo Dios del cristianismo) pero para otros, la mayoría,
el Absoluto es la Naturaleza, una Naturaleza descrita en términos panteístas
(una naturaleza divinizada), cuasi spinozistas, y concebida como la fuerza
originaria de la que procede, a la par que anima, la totalidad de lo existente.
El romántico tiene, además, un sentimiento pánico respecto a la Naturaleza y el
Todo, es decir, se siente inextricablemente unido a ese Uno-Todo que es la
Naturaleza.
¿Qué
es la filosofía, qué es el arte para el Romanticismo? El romántico considera
que la función de la filosofía es expresar el nexo de unión entre el individuo
finito y la totalidad infinita, y que el arte es la manifestación finita del
Absoluto. Para el romántico, el arte (la fantasía) es el órgano de conocimiento
metafísico del mundo.
Finalmente,
el romántico experimenta también ese anhelo del Absoluto como un deseo de
libertad y creatividad individual. El genio romántico, el héroe y el artista
romántico (cuya figura más representativa fue Lord Byron) es la máxima expresión
de ese anhelo de libertad individual característico del Romanticismo.
El
Idealismo alemán
Los
tres filósofos idealistas alemanes
fueron Fichte, Schelling y Hegel. El tema de su filosofía es el Absoluto (por
eso el Idealismo alemán es la filosofía del Romanticismo: el Romanticismo
dijimos más arriba es ese anhelo infinito del Absoluto, ese permanente tender
hacia el Absoluto).
El
Idealismo alemán se elabora en confrontación a Kant abogando por la superación
de todos los dualismos de su filosofía (sujeto/objeto, fenómeno/noúmeno,
entendimiento/razón,r azón teórica/razón práctica, ser/deber ser,
virtud/felicidad, etc). Todo el Idealismo es una superación de Kant y consiste
en llegar a conocer aquello que Kant negaba que pudiese ser conocido por la finita
razón humana: el Absoluto. ¿Qué es el Absoluto? La identidad del Sujeto y el
Objeto, la identidad del Espíritu y la Naturaleza.
FICHTE
Fue
discípulo directo de Kant. Expulsado acusado de ateísmo de la universidad de
Jena, llegó a ser el primer rector de la Universidad de Berlín. Es el padre del
nacionalismo alemán (y de la ideología nacionalista en general). Formuló su
nacionalismo en sus “Discursos a la nación alemana”. También es el padre del
socialismo alemán (lo formuló en sus “Lecciones acerca del destino del sabio”)
¿Qué
es el Absoluto? ¿Quién es el Absoluto para Fichte?
El
Absoluto es el “Yo”, un Yo que es concebido no sólo como pensamiento sino como
acción libre y espontánea. Su tarea, una tarea infinita, es lograr la
coincidencia del ser y el deber ser. De ahí que el idealismo de Fichte sea el
Idealismo subjetivo o el Idealismo ético.
SCHELLING
Compañero
de estudios en el seminario de Tubinga de Hegel y Hölderlin, el idealismo de
Schelling es el más acorde con el sentimiento panteísta de la naturaleza
característico del romanticismo y con su consideración de que el arte es el
privilegiado instrumento de conocimiento metafísico del mundo.
¿Qué
es el Absoluto? El Absoluto es la identidad indiferenciada del Espíritu y la
Naturaleza (la Naturaleza es vida dormida, inteligencia petrificada y el
Absoluto un abismo de obscuridad del que emana luz).
El
Absoluto se capta por intuición intelectual, una especie de intuición mística:
la intuición estética, la intuición artística (el arte para el romántico es la
aprehensión del Absoluto).
HEGEL
Nacido
en Stuttgart en 1770 (el mismo año que Beethoven), llegó como Fichte a ocupar
al final de su vida la cátedra de filosofía de la Universidad de Berlín y a ser
réctor de ésta. Está entre los cuatro o cinco filósofos más grandes de todos
los tiempos (los otros serían Platón, Aristóteles, Descartes y Kant) y es sin
lugar a dudas el mayor genio especulativo de la historia.Su primera y principal
gran obra (la escribio a los 37 años de un tirón en Jena cuando en las afueras
de esta ciudad atronaban los cañones del ejército napoleónico),“La
fenomenología del Espíritu”, es considerada el Everest del pensamiento
occidental.
¿Qué
es el Absoluto para Hegel? El Absoluto es el Todo, la totalidad de lo real. El
idealismo de Hegel es el Idealismo absoluto o idealismo dialéctico. Para Hegel,
la realidad no es otra cosa que el desenvolvimiento dialéctico del Absoluto.
La
filosofía de Hegel es el último gran sistema metafísico de la realidad que
además hace suyo, resume y sintetiza todas las grandes corrientes del
pensamiento occidental: Parménides y Heráclito, Platón, Aristóteles, el
estoicismo, el neoplatonismo, la teología cristiana medieval, la mística
alemana, el protestantismo y todo el idealismo (de Descartes a Kant). Después de
Hegel, el pensamiento occidental se precipitará en el cientificismo, el
materialismo, el ateísmo.
1º El
tema de la filosofía de Hegel es el Absoluto (el Logos de Heráclito, la Idea
platónica, la Razón cósmica universal de los estoicos, el Uno neoplatónico pero
también el Dios uno y trino del cristianismo).
2º El
Absoluto es “el todo de lo real”, la realidad en su completitud porque todo lo
que existe y hay no es sino un momento, un episodio, del desenvolvimiento del
Absoluto, de la Razón (“Todo lo real es racional, y todo lo racional es real”).
3º La
clave para entender que es el Absoluto (Hegel lo denomina también: la Idea, el
Concepto, la Razón, el Espíritu, Dios) es la siguiente frase de Hegel: “La
realidad no debe ser concebida como sustancia sino como sujeto”. Para Hegel, la
realidad no es algo que está ahí ya dado, ya hecho (una sustancia, una cosa, un
objeto) sino algo activo que se está haciendo, que se está autoproduciendo a sí
mismo: un sujeto (si para los idealistas, desde Descartes hasta Kant, el sujeto
construía epistemológicamente el objeto de conocimiento,, para Hegel, el sujeto
se objetiva en un mundo que es su creación a la par que se autoconstruye a sí mismo).
Ésta
es la aportación más importante de Hegel al pensamiento occidental: la razón no
es algo dado sino algo que debe ser producido. ¿Quién crea o produce la razón?
La razón se produce o autocrea a sí misma. ¿Dónde se produce esta
autoproducción de la razón? En la Historia, en el desenvolvimiento en el tiempo
del Absoluto. Hegel es por ello el padre de una de las corrientes culturales
más importantes del siglo XIX, profundamente romántica: el Historicismo. Para
el Historicismo, todas las realidades particulares y la realidad en general
tienen historia, su ser consiste en su desarrollarse, en su desenvolverse.
4º El
despliegue de lo Absoluto (de la Razón) es un despliegue dialéctico. La
dialéctica es el método filosófico de Fichte. Según Fichte, para alcanzar la
verdad es necesario dar tres pasos:
1.
Tesis o afirmación
2.
Antítesis o negación
3.
Síntesis o negación de la negación.
Para
Hegel, la dialéctica no es simplemente un método de pensamiento para alcanzar
la verdad sino el modo como se produce el despliegue del Absoluto (el
despliegue de la Razón, de Dios). Dicho despliegue se produce en tres momentos:
1º
MOMENTO ABSTRACTO: es el momento en el que el Absoluto se presenta de un modo
abstracto (es decir, sin desplegar; el es Absoluto en sí), en su máxima
simplicidad y unidad indiferenciada (es el Uno neoplatónico, Dios antes de la
creación, etc.). Este momento es estudiado en la “Lógica”.
2º
MOMENTO DIALÉCTICO: es el momento de la negación, de la contradicción de la
alienación del Absoluto. ¿Cómo se despliega el Absoluto? Objetivizándose,
saliendo fuera de sí, enajenándose, alienándose de sí mismo. En este momento,
el Absoluto que es un sujeto, se convierte en un objeto: Dios se escinde y se
desdobla en la Naturaleza (Dios no crea, sino que se objetiviza en la
Naturaleza). En este momento, lo infinito (el Absoluto indiferenciado) se
vuelve finito (la Naturaleza) y así lo que en el momento anterior era una mera
posibilidad, se convierte en una realidad.
3º
MOMENTO ESPECULATIVO: es el momento de la síntesis en que el sujeto (el sujeto
del primer momento, el Absoluto indiferenciado o Absoluto malo) y el objeto (el
objeto del segundo momento, la Naturaleza) se unen y reconcilian dando lugar a
un nuevo sujeto, a un nuevo Absoluto: el Espíritu (el Absoluto diferenciado, el
Absoluto bueno, el Absoluto que ha alcanzado su pleno despliegue y el
desenvolvimiento de todas sus posibilidades.
El
despliegue dialéctico del Absoluto es un movimiento en espiral, cíclico y
lineal al mismo tiempo: cada uno de los episodios por los que pasa el Absoluto
en su despliegue también obedece al esquema triádico de la dialéctica:
afirmación – negación o contradicción – superación de la contradicción o
negación de la negación y nueva afirmación (es decir,
tesis-antítesis-síntesis).
LOS HEREDEROS
DE HEGEL
El pensamiento de Hegel fue interpretado por sus discípulos
de dos formas opuestas:
1º Los Viejos hegelianos interpretaron la filosofía de
Hegel desde una perspectiva conservadora:
a)
La filosofía de Hegel es
compatible con la ortodoxia cristiana.
b)
La filosofía de Hegel es
conservadora en lo político, legitimando el Estado de derecho (autoritario)
prusiano.
2º Los Jóvenes hegelianos (se les denomina también
“Izquierda hegeliana”; los Viejos hegelianos serían la “Derecha hegeliana”), el
principal de los cuales es Ludwig Feuerbach, interpretaron la filosofía de Marx
del modo opuesto:
a)
Por lo que hace referencia a la
religión, reconocían que la filosofía de Hegel rompía con la ortodoxia
cristiana (desde una perspectiva ortodoxa, la filosofía de Hegel, al igual que
la de Spinoza, es el puro ateísmo) atreviéndose a ir más allá de Hegel y
proclamar la verdad del ateísmo.
b)
En lo político, defendían la
definitiva democratización (implantación del liberalismo) del Estado
autoritario prusiano y la abolición de los restos de feudalismo que aún
perduraban en la sociedad alemana de la Restauración (por eso fueron impulsores
del movimiento revolucionario de 1848).
LUDWIG FEURBACH Y LA ALIENACIÓN RELIGIOSA
1º Crítica de la filosofía de Hegel: la filosofía de Hegel
no es más que una teología racionalizada. ¿Por qué? Para Hegel, lo primero es
el Espíritu (el sujeto) y la Naturaleza (el objeto) es secundario porque es un
predicado del Espíritu. Para F., en necesaria una inversión: que lo primero sea
la Naturaleza (y el Espíritu, un predicado de ésta). Con esta inversión de
sujeto y predicado, el Idealismo se convierte en Materialismo (en un
“naturalismo ateo”).
2º Antropología materialista: frente a la antropología
idealista de Hegel (el ser humano es la autoconciencia de la realidad), para F.
el ser humano es cuerpo, sensibilidad, pasión, deseo, emoción.
3º La alienación religiosa:
-
Para Hegel, la alienación es el
momento en que el Espíritu se objetiviza en la Naturaleza, sale fuera de sí y
se convierte en lo otro que sí mismo. F. utiliza el término “alienación”
exclusivamente en su crítica de la religión. Para F., no es Dios quien ha
creado al hombre a su imagen y semejanza, sino que es el ser humano el que ha
creado (se ha objetivizado) a su imagen y semejanza a Dios.
-
Según F., el secreto de la
teología está en la antropología: Dios (la religión) no es sino la expresión
mistificada de la esencia humana (el ser humana proyecta en el más allá su
esencia, sus mejores cualidades elevadas a un grado infinito, y los hipostasia
en un ser personal llamado Dios; de ahí que los atributos de Dios no sean sino
los atributos del ser humano).
-
La alienación es ese fenómeno de
desdoblamiento y proyección de la esencia humana en un ser extraño, Dios, al
que luego el ser humano se somete (a pesar de ser su creación). Por lo tanto,
en la alienación religiosa, el ser humano se vuelve esclavo de aquello que en
realidad es su obra.
-
Es necesario, a juicio de F.,
superar la alienación. ¿Cómo? Recuperando de nuevo su esencia perdida (comprendiendo
finalmente que las cualidades y atributos de Dios que adoramos son en realidad
cualidades humanas). La filosofía de F. es un humanismo ateo. “Homo homini Deus
est”: el hombre es un Dios para el hombre.
A MANERA DE CONCLUSIÓN: en Hegel tiene su fuente filosófica
una de las principales corrientes culturales del siglo XIX (y del mundo moderno
en general, de la época contemporánea): el Historicismo. Para el Historicismo,
el ser de las cosas no está hecho, sino que se está haciendo, está en proceso de
realización. ¿Dónde se hace el ser de las cosas? En la historia, en el lento
desenvolvimiento y desarrollo de los seres. De ahí que el Historicismo rompa
con la comprensión científico-mecánica de las cosas e intente comprenderlas
desde una perspectiva organicista-teleológica (como si de un ser vivo se
tratase). Para la filosofía, el objeto principal de reflexión es el siguiente:
frente a Descartes, frente a Kant, el sujeto, la razón, no es algo hecho sino
algo que se hace a sí mismo en la historia, a través de las sucesivas
objetivizaciones que ese sujeto lleva a cabo.
KARL MARX Y EL
MARXISMO
¿Qué es el marxismo?
1º Uno de los grandes “paradigmas” del pensamiento
contemporáneo (es decir, uno de los grandes marcos teórico a partir del cual es
comprendida la realidad, la realidad socio-histórica; el otro es la sociología, la ciencia sociológica estricta con sus
diferentes escuelas).
2º Una de las grandes “corrientes emancipadoras” del mundo
moderno (hasta la era moderna, la
salvación/liberación del mal era cosa de la religión; tras la secularización
llevada a cabo por la Ilustración, la salvación se convierte en la búsqueda de
la emancipación por el género humano).
El elemento que distingue a la
“filosofía” marxista de otras grandes corrientes filosóficas del mundo moderno
(como el cartesianismo, empirismo, kantismo, hegelianismo, etc.) es que en ella
se articulan de un modo peculiar dos planos, al fin y al cabo, las dos
dimensiones principales de la vida humana: la comprensión teórica de mundo (la teoría) y la acción transformadora de
la realidad (la praxis). Tal como el
mismo Marx proclamo en su famosa Tesis XI sobre Feuerbach: “Los filósofos hasta
hoy sólo se han dedicado a comprender el mundo. De lo que se trata es de
transformarlo”. Es decir, la tarea de la nueva filosofía debe ser primero
alcanzar una comprensión científica de la realidad socio-histórica (teoría)
para después (gracias a dicha comprensión) elaborar un adecuado programa
político revolucionario de transformación de la sociedad conducente a lograr la
definitiva emancipación de la humanidad (Engels ante la tumba de Marx afirmó
que éste fue ante todo un revolucionario, más que un filósofo, y que la misión
de su vida fue la lucha por la emancipación del proletariado).
El marxismo (que como acabamos de
explicar es simultáneamente teoría y praxis) produjo en el siglo XIX y XX un
gigantesco impacto ideológico y político. Gran parte de su atractivo se debe a
que logró unir los dos grandes mitos decimonónicos: la Ciencia y la Revolución,
convirtiendo la primera en el fundamento de la segunda (el marxismo no es ni
una pura teoría científica ni un puro programa político sino las dos cosas
coimplicadas). Marx creía que con ello el socialismo pasaba de ser sólo un
deseo utópico (socialismo utópico) a una necesidad histórica (socialismo
científico).
Marx murió en 1883 pero su obra tuvo su
continuación en el siglo XX en Lenin. Para Lenin, la teoría marxista es “una guía para la acción” (la teoría de
la revolución que necesita un movimiento revolucionario como es el
bolchevique). Lenin realizó la teoría marxista y el leninismo fue por ello el
marxismo del siglo XX. Pero la ideología marxista-leninista desembocó en el
stalinismo. Marx no es Stalin pero ambos son eslabones de una misma cadena: el
marxismo. El problema no es sólo preguntarse hasta que punto “degeneró” el
marxismo bajo Stalin sino llegar a entender que ambigüedades y que tensiones
conflictivas había en las premisas teóricas del pensamiento de Marx para que de
ellas se pudiese extraer como conclusión la necesidad de instaurar el Estado
totalitario, es decir, llegar a entender “el
extraño destino de una idea que empezó siendo un humanismo prometeico
(liberador) y que culminó en la monstruosa tiranía stalinista” (Kolakowski).
Contexto histórico-filosófico
Las fuentes teóricas del marxismo son tres:
1º La filosofía de Hegel y Feuerbach: Marx somete sus filosofías a una dura crítica
2º La economía-política inglesa (Adam Smith, David Ricardo,
Robert Malthus): para Marx estas doctrinas económicas no son ciencia sino la ideología
del capitalismo.
3º El socialismo francés e inglés (Owen, Saint-Simon,
Fourier, Proudhon): para Marx, este socialismo es “utópico” porque es 1º
reformista y no revolucionario y 2º se basa en consideraciones morales y no en
la comprensión científica de la historia y la sociedad.
En el momento en el que vivió Marx (entre 1830 y 1870), a
la par que se extendía y avanzaba la revolución industrial, se establecía una
nueva forma de organización económica: el capitalismo industrial de libre
competencia (o “capitalismo salvaje”, el capitalismo no regulado más que por el
mercado).
¿Qué consecuencias tiene el ascenso del capitalismo?
1º Cambia la estructura social:
a)
la antigua nobleza latifundista
(más la burocracia estatal) va a compartir el poder económico (y el político)
con la burguesía industrial, la clase
dominante y dirigente de la nueva sociedad capitalista.
b)
Fruto del desenvolvimiento
industrial, surge una nueva clase social: la clase trabajadora (una masa de
asalariados que se concentran en los suburbios de las grandes ciudades)
2º La nueva clase social, la clase de trabajadores fabriles
o proletariado, soporta una situación de explotación y proletarización. Los
obreros:
a)
Sufren condiciones laborales
inhumanas (de las que no se libran ni las mujeres ni los niños): extenuantes
jornadas de trabajo, accidentes laborales, insalubridad de las fábricas, etc.
b)
Contemplan impotentes como el
nuevo sistema produce grandes riquezas y beneficios para los dueños de las
fábricas (los dueños de los medios de producción o capitalistas) y miseria material
y espiritual para los trabajadores.
3º La nueva clase proletaria explotada se irá organizando
poco a poco en defensa de sus intereses. Hace así su aparición el movimiento
obrero que tendrá un gran protagonismo a lo largo del siglo.
4º Al movimiento obrero se unirán (para apoyarlo e incluso
dirigirlo) intelectuales radicales. Desafiando a los “ideólogos” del
nuevo mundo burgués (que hacen del capitalismo el sistema económico definitivo
por más racional, eficiente y acorde con la naturaleza egoísta humana), este
grupo de intelectuales radicales inician una crítica del sistema capitalista y
elaboran un cuerpo doctrinal coherente que recoge las demandas del movimiento
obrero. Estos intelectuales, a los que se denominará “socialistas” (la palabra
“socialismo” fue empleada por primera vez en 1832 por un discípulo de
Saint-Simon llamado Pierre Leroux), tratan de demostrar que el capitalismo
puede y debe ser substituido por un nuevo modo de producción más justo y
humano.
¿Y Marx y Engels? Marx y Engels fueron dos intelectuales
burgueses comprometidos en la defensa de la clase obrera. Elaboraron una nueva
forma de socialismo (teórico y práctico a la vez), el “socialismo científico”,
que creía ser la respuesta definitiva al gran problema social desencadenado por
la revolución industrial. Su vida y su obra está unida a las luchas y fracasos
del movimiento obrero: a la revolución de 1848 que fue una derrota de la clase
obrera, a la Comuna de París de 1871 que supuso la creación del primer gobierno
obrero insurreccional, a la creación de la 1º Internacional, a la creación de
los primeros partidos socialistas alemanes, etc.
Vida y obra de Karl Marx
Karl Marx nació en Trier (Tréveris, en español) en 1818.
Era hijo de un abogado judío que se había convertido al protestantismo. Estudió
derecho en Berlín donde entró en contacto con el Círculo de los Jóvenes
hegelianos. Tras terminar sus estudios universitarios, comenzó a trabajar como
periodista en Colonia. Por el contenido político radical de sus artículos se
vio obligado a exiliarse a París en 1843 (a la edad de 25 años) donde entro en
contacto con otros exiliados alemanes. Allí conoce a Friedrich Engels, quien
será su compañero, amigo y colaborador el resto de su vida. En París escribe
sus dos principales obras de juventud (no fueron publicadas hasta el siglo XX):
los “Manuscritos de economía y política” (o “Manuscritos de París”; en ella
reflexiona sobre la alienación delos obreros fabriles) y “La ideología alemana”
(en colaboración con Engels; donde somete a crítica a la izquierda hegeliana y
pone las bases de su principal doctrina filosófica: el materialismo-histórico,
a la par que introduce la noción de “ideología”). Por presión de la policía
prusiana, Marx tuvo que marcharse a Bruselas. Es allí donde, tras integrarse en
la Liga de los Justos o Liga comunista escribió con Engels el “Manifiesto
comunista”, una obra maestra de la propaganda política. En 1848, con el
comienzo dela revolución, vuelve a París e inmediatamente después se traslada
de nuevo a Colonia donde, desde las páginas de un periódico, alienta a los
trabajadores y a la burguesía alemana a hacer la revolución democrática y
liberal. Fracasada la revolución del 48, huye a Londres donde vivirá el resto
de sus días hasta su muerte acaecida 34 años después en 1883. Los años que pasó
allí, viviendo prácticamente en la miseria, los dedicó a la investigación, el
estudio y la reflexión, fruto de todo lo cual es su más importante obra: “El
Capital” (publicada su primera parte en 1867 y su segunda y tercera por Engels tras
su fallecimiento). Su actividad política en ese periodo consistió en ayudar en
la fundación y la a organización de la 1º Internacional (la Organización
Internacional de los Trabajadores).
La filosofía del joven Marx: antropología y humanismo
El joven Marx (el Marx prelondinense, anterior a 1850; al
Marx londinense se le denomina Marx maduro o Marx II) comenzó su crítica de la
nueva sociedad capitalista industrial desde la perspectiva de la filosofía:
desde una antropología (una concepción del ser humano) originalísima que bebe
en las fuentes de la dialéctica hegeliana y del humanismo materialista ateo
feuerbachiano.
Su concepción del ser humano se desenvuelve, siguiendo el
esquema triádico de la dialéctica de Hegel, en tres momentos:
1º Teoría de la esencia del ser humano (Tesis: unidad o
afirmación)
2º Teoría de la alienación del ser humano (Antítesis:
escisión o negación)
3º Teoría del hombre nuevo (Síntesis: reconciliación o
negación de la negación)
1º MOMENTO: LA ESENCIA HUMANA
¿Qué es el ser humano? En sí mismo no es nada (es una pura
abstracción) ya que sólo podemos entender qué es el hombre si lo ponemos en
relación con Dios, con la naturaleza, con la sociedad, con la historia.
A)
CON DIOS: el hombre no es una
creación de Dios (cristianismo), o un predicado del Espíritu (Hegel), sino el
único y verdadero ser supremo para sí mismo. ¿Por qué? Porque es consciente de
que él es el único sujeto activo que hay en la realidad.
En
conclusión: el ser humano es raíz y fundamento de sí mismo.
B)
CON LA NATURALEZA: siguiendo la
antropología materialista de Feuerbach, Marx considera al ser humano un ser
natural (una especie animal más de la naturaleza) y no un ser espiritual como
mantenía Hegel.
Para
Marx, entre el hombre y la naturaleza existe una peculiar unidad íntima: el
hombre forma parte de la naturaleza y necesita de la naturaleza para satisfacer
sus necesidades vitales (de ahí que la naturaleza pueda ser concebida como el
“cuerpo inorgánico” del hombre). En conclusión: para el hombre (el sujeto), la
naturaleza (el objeto) es una extensión de su ser, aquel lugar donde encontrará
los medios con los cuales podrá satisfacer sus necesidades.
Ahora
bien, el hombre mantiene con el entorno natural una relación activa (no
pasiva como el resto de animales). ¿Por qué? Porque el hombre trabaja,
produciendo sus propios medios de vida y no tomándolos simplemente del entorno
como hacen las otras especies (ésta es la naturaleza que le interesa a Marx, la
naturaleza transformada por el hombre y, por lo tanto, humanizada).
El trabajo
es la actividad esencial del ser humano:
1º El ser
humano se distingue de los animales no por la conciencia, ni por la religión
(actividades contemplativas), sino por el trabajo (por la actividad productiva:
la “praxis material”).
2º Por
medio del trabajo el hombre exterioriza y objetiva (desenvuelve y
realiza) sus capacidades humanas específicas, manifestando de este modo su “ser
genérico”. ¿Y cuáles son las diferencias específicas de la producción humana
respecto a la producción animal (ya que también los animales producen:
construyen nidos, panales, etc.)?
-
Los animales producen de un modo
unilateral, limitado a lo que necesitan para sobrevivir, de forma inconsciente
y bajo la presión de la necesidad física.
-
Los seres humanos producen de
forma universal, ilimitada, consciente, creativa y libre (libre de la necesidad
física)
Al
considerar el trabajo, la producción material de bienes, como la actividad
esencial del hombre, Marx rompió con la antropología occidental que desde los
griegos mantenía que la actividad más propia del hombre es la intelectual y
espiritual, y no la material.
En
conclusión: el ser humano es un ser natural y activo
C)
CON LA SOCIEDAD: por medio del
trabajo, el hombre no sólo entra en relación con la naturaleza sino con otros
hombres con los que constituye una sociedad (concebir al individuo aislado, al
margen de la sociedad como hacían los contractualistas es una abstracción). El
hombre produce siempre con otros hombres y para otros hombres. La producción
material implica necesariamente el establecimiento de relaciones sociales. Marx
llegará a afirmar que la esencia humana no es otra cosa que “el conjunto de sus
relaciones sociales”.
En
conclusión: el ser humano es un ser social y comunitario
D)
CON LA HISTORIA: el ser humano
al producir por medio del trabajo los objetos que necesita para vivir se
autoproduce a sí mismo (una producción que se lleva a cabo en la historia: la
historia es el proceso en virtud del cual la especie humana se ha ido
autocreando a sí misma). Marx siempre
admiró de Hegel que éste fuese el primero en concebir que el hombre (el sujeto)
es el resultado de su propia actividad (autogeneración). ¿Cómo es esto posible?
El principio motor (o generador) de esa autogénesis es la dialéctica de la
negatividad (el Espíritu se va objetivando y cancelando todas las
objetivaciones parciales hasta lograr su plena realización como sujeto cuando
logra 1º lograr la autoconciencia y 2º por medio del derecho y el Estado, crear
una comunidad universal de hombres libres). Para Marx, el error de Hegel es que
el único trabajo que reconoce es la actividad espiritual (que producen: el
derecho y el Estado, y las formas del saber absoluto: el arte, la religión y la
filosofía)
En
conclusión: el ser humano es un ser histórico, un ser que se hace a sí mismo en
la historia (para Marx, la noción de una esencia humana inmutable ahistórica es
una abstracción ya que la esencia humana se realiza y objetiva en las
relaciones de intercambio con la naturaleza y con la sociedad que el individuo
desenvuelve; dichas relaciones están continuamente cambiando y conjuntamente va
cambiando también el hombre).
2º MOMENTO: LA ALIENACIÓN DEL SER HUMANO
Marx hereda el concepto de alienación de Hegel y Feuerbach
(“alienación” viene del latín “alienus”
que significa ajeno; y de ahí que también pueda utilizarse como sinónimo el
término “enajenación”).
¿En qué consiste el fenómeno de la alienación?
1º En que los productos de la actividad humana (sean
materiales o espirituales) se conviertan en fuerzas superiores e independientes
que dominan a su creador. Así, el sujeto, el individuo humano libre y creador,
pasa a ser dominado por los objetos creados por él. Alienación implica
esclavización: perdida de libertad y autonomía (el ser humano crea sus propias
cadenas).
2º En que el individuo se separe y escinda de su propia
naturaleza o esencia humana. Su actividad y existencia no se ajustan a su
“forma de ser” y a sus capacidades naturales esenciales. Alienación implica
deshumanización: perdida de humanidad e imposibilidad de autorrealización (el
ser humano experimenta el extrañamiento de vivir una vida que le es ajena y en
la que no se reconoce).
3º Marx, utilizando un instrumento metodológico de
Feuerbach, describirá y explicará la alienación como un proceso de inversión
del sujeto y el predicado (Feuerbach
decía que Hegel había hecho una inversión de sujeto y predicado, y que a dicha
inversión había que darle la vuelta lográndose que el Idealismo de Hegel se
convierta en materialismo: para Hegel el
Espíritu era lo primario en cuanto Sujeto siendo la Naturaleza secundaria por
ser un mero predicado del Espíritu; para Feuerbach, lo primario y sujeto es la
Naturaleza, siendo el Espíritu un predicado secundario).
Para el joven Marx, el individuo se aliena en tres ámbitos:
-
La alienación religiosa (en
discusión con la concepción de Feuerbach)
-
La alienación socio-política (en
discusión con la filosofía del Estado de Hegel)
-
La alienación económica (supone la
primera crítica de la economía y de la sociedad capitalista)
La alienación fundamental es la económica porque es la
causa y fuente de todas las demás.
A)
La alienación económica: el obrero
en la sociedad capitalista se aliena cuando trabaja. El trabajo del obrero hace
que éste esté alienado:
-
Respecto del producto de su
trabajo: los bienes que produce se convierten en algo “ajeno” que no le
pertenecen. ¿Por qué? Porque de ellos se apropia el capitalista, el dueño de la
fábrica a quien ha vendido a cambio de un salario su fuerza de trabajo.
-
Respecto de su propio trabajo (de
su propia acción productiva): el trabajo no le sirve para autoafirmar su
humanidad, sino que le niega como persona ya que es un trabajo no libre sino
forzado (el trabajador es compelido a
trabajar por la necesidad económica, por las estrecheces económicas que sufre,
no porque para él trabajar sea una necesidad vital). Por eso, el trabajo
que lleva a cabo le resulta algo “ajeno”.
-
Respecto a su “ser genérico”: el
trabajo del obrero ya no es un trabajo humano, una actividad productiva
universal, libre y consciente (su ser genérico) sino que por su carácter
embrutecedor y penoso se asemeja más a la actividad productiva de un animal.
-
Respecto a los otros hombres: como
efecto de la alienación del trabajo, en la sociedad burguesa también quedan
alienadas las relaciones humanas: cada hombre se convierte en alguien “ajeno”,
un extraño y enemigo para los demás. Su manifestación más directa se produce en
las relaciones de antagonismo dentro y entre las clases de capitalistas y
obreros:
. los
miembros de cada clase se perciben los unos a los otros como competidores y
enemigos.
. los
capitalistas consideran a los trabajadores como meras mercancías.
B)
La alienación socio-política: en
la sociedad burguesa, el individuo está alienado porque se escinde en una doble
vida:
-
por un lado, es una persona
privada dominada por sus intereses egoístas que desenvuelve su vida en el
ámbito del mundo económico (es miembro de la “sociedad civil”).
-
por otro lado, es un ciudadano,
una persona pública miembro de un Estado.
Pues
bien, el Estado se convierte en una comunidad en la que parecería que se logran
conciliar los intereses antagónicos de los individuos privados. Pero tal cosa
es una ilusión. El Estado burgués es una comunidad ilusoria “ajena” a los
trabajadores (como Dios en la religión, el Estado se termina convirtiendo en
una potencia autónoma y enemiga de los trabajadores).
C)
La alienación religiosa: Marx
sigue a Feuerbach y defiende que Dios es una creación del ser humano. Pero Marx
va más allá de Feuerbach afirmando que la alienación religiosa es un fenómeno
derivado de la alienación económica. Las creencias religiosas son una secuela
de la miseria real que padece la clase trabajadora. Para Marx, “la religión es
el opio del pueblo”, un narcótico que permite mantener adormecidos a los
trabajadores para que no tomen conciencia de la causa real de la miseria que
sufren (no el castigo de Dios que será compensado en el cielo a aquellos que no
se subleven contra la verdadera causa de la situación que padecen): la
explotación de los trabajadores.
La categoría de alienación es una categoría filosófica y es
central en el joven Marx para analizar todos los fenómenos. El Marx maduro sustituirá
esta categoría por la de “fetichismo” y “reificación” que no son categorías
filosóficas sino socio-económicas:
-
El fetichismo denota el dominio de
las cosas sobre el hombre (las mercancías, el dinero, el capital son fetiches
que esclavizan al hombre).
-
La reificación denota que en la
sociedad burguesa la relación entre los hombres reviste la falsa apariencia de
relaciones entre cosas.
3º MOMENTO: EL HOMBRE NUEVO
Como tercer momento dialéctico, la teoría del hombre nuevo
supone:
-
La superación de todas las
alienaciones.
-
La recuperación de la verdadera
esencia humana.
-
La reconciliación del hombre
consigo mismo, con la naturaleza y con los demás hombres.
¿Cómo se logrará esto? Cuando se cree, tras la abolición de
la propiedad privada de los medios de producción (es decir, tras la abolición
del capitalismo) una nueva sociedad, la sociedad comunista.
El humanismo prometeico de Marx tiene como meta
escatológica (como fin y destino último de la historia de la humanidad) esta
sociedad del futuro, la sociedad comunista, donde el hombre podrá realizar
finalmente todas las posibilidades latentes en su propia esencia.
El materialismo histórico
Marx abandonó la antropología (una teoría filosófica sobre
el hombre) por el materialismo histórico (una teoría científica de la
historia). Hay una categoría común a ambas teorías que sirve para enlazarlas:
la de actividad material o producción.
Marx tenía una concepción materialista de la historia (aquí
el término “materialismo” no hace referencia a la doctrina del “materialismo
metafísico” que reduce el espíritu a la materia, sino que tiene el sentido
económico de producción material; materialismo histórico=explicación
economicista de la historia). Marx quería elaborar una teoría científica de la
historia (pretendía convertirse en el Galileo de la historia) que demostrase,
contra Hegel, que no son las “ideas” (la política y la cultura) sino la
producción material (la economía) la que dirigen la historia. El primer esbozo
del materialismo histórico lo hizo en “La ideología alemana” donde afirmó: “No es la conciencia la que determina la
vida sino la vida la que determina la conciencia”.
1º TESIS DEL MATERIALISMO HISTÓRICO: “La historia de las sociedades clasistas es la sucesión de los
distintos modos de producción”. Veamos como:
A)
La historia de la humanidad se
divide en tres grandes etapas (siguiendo el esquema triádico de la dialéctica):
Sociedad comunista pre-clasista – Sociedades de clase –
Sociedad comunista postclasista
(unidad primitiva) (alienación) (unidad con diferenciación)
La sociedad primitiva comienza como una comunidad
indiferenciada:
-
Las personas son similares pues
todos hacen más o menos lo mismo no existiendo diferencias productivas
diferentes.
-
La comunidad domina al individuo
(el individuo se disuelve en la comunidad no pudiendo diferenciarse como un
sujeto autónomo).
En una 2º fase, se produce la negación de la sociedad
anterior:
-
La sociedad deja de ser una
comunidad para convertirse en una sociedad dividida, una sociedad de clases.
-
Se produce un desarrollo extremo
del individualismo (fruto y resultado de la división del trabajo y la
especialización) que separa al individuo de la comunidad.
En una 3º fase, se produce una síntesis de las dos fases
anteriores:
-
Se reinstaura la comunidad
-
pero sin destruir la individualidad.
B)
En la sociedad de clases se ha
dado la siguiente secuencia de modos de producción:
MODO DE PRODUCCIÓN ASIÁTICO – M.P. ESCLAVISTA – M.P. FEUDAL
– M.P. CAPITALISTA
(propiedad estatal de la tierra) (Grecia-Roma) (Edad Media)
(Edad Moderna)
C)
¿Qué es un modo de producción?
Marx concibe las sociedades clasistas como una totalidad, una totalidad
orgánica dividida entre una base económica y una superestructura que se levanta
sobre dicha base.
-
La infraestructura económica está
formada por dos elementos:
1º las
fuerzas productivas: integradas por
a)
Los medios de producción: materias
primas + herramientas + tecnologías
b)
Los productores (los seres humanos
que manejando los medios de producción producen bienes trabajando)
2º las
relaciones de producción:
a)
Relaciones de explotación: en los
modos de producción clasistas, las relaciones sociales que se establecen entre
los dueños de los medios de producción y los productores son siempre de este
tipo
b)
Relaciones de cooperación: las
relaciones sociales propias de las sociedades no clasistas (del comunismo
primitivo y del comunismo futuro). Para que se den este tipo de relaciones de
producción es necesario que los trabajadores sean los únicos propietarios de
los medios de producción. Las relaciones de cooperación no son propias de los
modos de producción clasistas sino de las sociedades comunistas
-
La superestructura está formada
por dos niveles:
a)
La estructura jurídico-política:
el derecho y el Estado
b)
La estructura ideológica
(religión, filosofía, arte, moral, etc.)
2º TESIS: “En cada
modo de producción, es la infraestructura económica la que determina la
superestructura político-ideológica (el ser social determina la conciencia, la
producción material condiciona la producción espiritual)”.
3º TESIS: “El factor
determinante de la evolución histórica es la contradicción entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción”. El marxismo es un determinismo
tecnológico: las relaciones de producción cambian cuando ya no son óptimas para
el desarrollo de las fuerzas productivas. Cuando se produce dicha
contradicción, se abre una época de revolución social que se cerrará cuando se
creen nuevas relaciones de producción (nuevas formas de propiedad y
explotación-organización del trabajo) que promuevan y no traben el desarrollo
de las nuevas técnicas productivas.
4º TESIS: “El motor
de la historia es la lucha de clases”. La contradicción entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción se manifiesta en la historia en
forma de conflicto y antagonismo entre clases: la lucha entre opresores y
oprimidos (en todos los modos de producción existen dos clases antagónicas de
explotadores y explotados: hombres libres y esclavos en el m.p. antiguo,
señores y siervos en el m.p. feudal, burguesía y proletariado en el m.p.
capitalista).
5º TESIS O TEORÍA DEL ESTADO: “El Estado tiene una naturaleza clasista ya que es un instrumento al
servicio de la clase dominante”.
El primer nivel de la superestructura está formado por el
conjunto de aparatos, instituciones y normas que reglamentan el funcionamiento
de una sociedad. La institución más importante es el Estado (y el derecho).
¿Por qué el Estado tiene una naturaleza clasista? Porque es
el instrumento a través del cual la clase económica dominante ejerce la
coerción sobre la dominada para así mantener sus intereses de clase (y no el
ámbito donde se resuelven los antagonismos de la sociedad civil como defendía
Hegel). La principal función del Estado es, a través del derecho, garantizar la
propiedad privada.
6º TESIS O TEORÍA DE LA IDEOLOGÍA: “En todas las sociedades clasistas, la ideología hegemónica es la de la
clase dominante y la función de las ideologías es justificar (y así legitimar)
las relaciones de explotación”.
El segundo nivel de la superestructura es el nivel
ideológico y está formado por el conjunto de ideas-representaciones y
comportamientos que son dominantes en la sociedad.
El término “ideología” tiene un sentido peyorativo y
negativo en Marx. ¿Por qué? Porque las ideologías son las representaciones
deformadas y falseadas que de la realidad social tienen los hombres de las
sociedades clasistas. Por ello, Marx a esa conciencia ideologizada de los
hombres que viven en las sociedades clasistas la denomina “falsa conciencia”.
Esta falsa conciencia afecta no solo a la clase dominada sino también a la
dominante y se debe no a factores subjetivos sino objetivos (a la opacidad de
la estructura económica).
Las ideologías forman sistemas doctrinales y su función
principal es justificar el orden socioeconómico para así preservar los
intereses de la clase dominante. Un ejemplo de ideología es la economía clásica
inglesa de Adam Smith, David Ricardo, etc. ¿Por qué? Porque es una
justificación del capitalismo al hacer pasar este sistema como un modelo
económico de valor universal cuando en realidad responde sólo al interés de la
burguesía.
El modo de producción capitalista y su superación
Marx formuló por medio del “Materialismo Histórico” (la
ciencia de la historia) una teoría “científica” (de una cientificidad “sui generis”) sobre la evolución de los
distintos modos de producción. En su obra “El
Capital” (su 1º tomo se publicó en 1869; su 2º y 3º parte fueron publicados
por Engels a partir de los manuscritos dejados por Marx) llevó a cabo un
estudio económico del modo de producción capitalista. En El Capital:
1º criticó las teorías económicas de los economistas
clásicos (Smith, Ricardo, etc.) y de ahí que el subtítulo de la obra fuese
“Crítica de la economía-política”.
2º denunció al capitalismo como sistema de explotación.
Ambas críticas están orientadas al fin último de la
revolución proletaria y el comunismo.
El método de investigación de Marx consiste en descubrir
por debajo de las meras apariencias las leyes objetivas que rigen el sistema.
Es decir, se trata de desvelar y hacer patente aquello que la opacidad del
sistema económico de la economía de mercado oculta a los hombres: el fetichismo
de la mercancía, el enigma del plusvalor, la falsa libertad e igualdad del
contrato de trabajo, etc.
A) ANÁLISIS DE LA MERCANCÍA
-
¿Qué es una mercancía? Todo producto intercambiable por otro en el
mercado.
-
Para Marx, por debajo de esta apariencia
superficial, las mercancías son 1º el enigma que contiene todos los secretos de
la economía capitalista y 2º un fetiche al que se le atribuye un falso poder
(en el capitalismo, se presenta como si se tratase de un objeto mágico, similar
a los fetiches de las religiones animistas) y que debe ser desenmascarado.
B) TEORÍA DEL VALOR-TRABAJO
-
Toda mercancía tiene valor. Ese
valor tiene una doble faz:
1º Valor de uso: toda mercancía (por ejemplo, un par de
zapatos) sirve para satisfacer una necesidad a través del consumo (tiene un
valor utilitario). El valor de uso es condición necesaria pero no suficiente
para ser una mercancía (si algo no tiene utilidad, no es una mercancía; pero
puede tenerla y sin embargo tampoco serla: por ejemplo, el aire).
2º Valor de cambio: lo característico de una mercancía es
que es intercambiable por otra. Para que ese intercambio sea posible, las
mercancías tienen que tener un “valor de cambio”. El valor de cambio (valor
económico) de una mercancía es la proporción concreta en la que puede cambiarse
por otra mercancía (por ej., un par de zapatos por cincuenta hogazas de pan).
El valor de cambio establece una relación cuantitativa de equivalencia (1
par=50) gracias a la cual se pueden intercambiar productos cualitativamente
diferentes (zapatos por hogazas de pan; este problema no se produciría si las
mercancías que intercambiamos fuesen cualitativamente iguales, aunque dicho
intercambio carecería de sentido).
-
Pero, ¿por qué la proporción del
intercambio debe ser 1/50 y no 1/25 o 1/1? La proporción fija en la que
consiste el valor de cambio es efecto a que ambas mercancías (heterogéneas) son
iguales a una tercera (que sirve de unidad de medida homogeneizadora), aunque
esa tercera cosa es invisible a aquellos que llevan a cabo el intercambio: el
Valor.
Por todo ello, el valor de cambio no es más que la “forma
fenoménica” del Valor: la manera en que el Valor se manifiesta en el mercado
(ese Valor es meramente potencial y sólo se manifiesta a través del cambio,
como si el Valor durmiese en el interior de la mercancía y no despertase hasta
llegar al mercado).
En conclusión: el valor de cambio es sólo la manifestación
fenoménica del Valor; el Valor es la auténtica “esencia” (económica) de la
mercancía (valor de cambio y Valor se relacionan como fenómeno y esencia y no
deben confundirse).
-
Pero, ¿Cuál es la causa o fuente
del Valor? Según Marx, el trabajo humano (la actividad material realizada por
el trabajador para producir la mercancía) es la única fuente del Valor.
Por ello, el Valor de una mercancía se puede medir en términos de la cantidad
de trabajo incorporada a ella, de la cantidad de horas que es necesario
trabajar para producirla.
Pero ese Valor que se incorpora en la mercancía no es la
cantidad de horas de trabajo concreto e individual que de hecho trabaja el
trabajador. El Valor no mide el trabajo concreto sino el trabajo abstracto.
¿Qué es el trabajo abstracto? El tiempo de “trabajo socialmente necesario”
requerido para producir una mercancía (materializado o condensado en la mercancía). ¿Qué es el “trabajo socialmente necesario”? El tiempo promedio de
horas de trabajo que (en virtud del desenvolvimiento técnico alcanzado por una
sociedad) es “necesario” para producir una mercancía (y así por ejemplo, si yo
para producir una mesa necesito 10 horas cuando, en virtud de las tecnologías
disponibles en mi sociedad, me bastarían 3, las 7 restantes corren de mi
cuenta).
C) TRABAJO Y “FUERZA DE TRABAJO”
-
Para Marx, es muy importante no
confundir el trabajo de la fuerza de trabajo.
a) ¿Qué es la fuerza de trabajo? La capacidad que tiene el obrero para
trabajar (el conjunto de facultades físicas y mentales que hacen posible que
llegue a producir bienes).
b) ¿Qué es el trabajo? La ejecución y realización efectiva de dicha
capacidad (la actividad que de hecho el obrero despliega en la fábrica).
-
En el sistema capitalista, el
obrero asalariado y el capitalista se necesitan mutuamente y van a establecer
entre sí una relación económica en la que van a intercambiar mercancías. ¿Qué
mercancías intercambian?
a) El obrero se ve obligado a vender su fuerza de trabajo (aparentemente
vende su “trabajo” pero lo que de hecho vende, como ahora veremos, es su
“fuerza de trabajo”).
b) El capitalista, dueño de la fábrica y de sus máquinas (propietario de
los medios de producción, en terminología marxista), intercambia con el obrero
(le compra) a cambio de su fuerza de trabajo un salario.
-
El salario que le paga el
empresario al obrero es un salario de hambre, de mera subsistencia. ¿Por qué le
paga esa cantidad el capitalista? Porque la fuerza de trabajo es también una
mercancía y el costo del salario (el precio de esa mercancía) lo establece el
mercado. ¿Cómo? No a través de la ley de la oferta y la demanda (como por
ejemplo pensaba David Ricardo) sino del mismo modo que se establece el valor de
cambio de todas las mercancías: por el tiempo de trabajo socialmente necesario
requerido para producir (en este caso, reproducir) dicha mercancía. Como
esa mercancía es la fuerza de trabajo, su valor de cambio será equivalente al
valor de cambio de todos los productos indispensables para reproducir la
fuerza de trabajo del trabajador, es decir, para mantenerlo con vida a él y
a su familia (comida, habitación, vestido).
-
Pero la fuerza de trabajo es una
mercancía muy especial. ¿Por qué? Es la única mercancía que cuando la consumes
(cuando cumple su valor de uso) no satisface una necesidad, sino que crea Valor
(porque el trabajo es la única fuente de Valor).
Y aquí está la solución del enigma de cómo se enriquece el
capitalista: el beneficio del capitalista no es efecto de la circulación de las
mercancías (como pensaban los teóricos de la economía clásica) o de su ingenio
empresarial y comercial sino de la sutil explotación que el capitalista lleva a
cabo sobre el trabajo del obrero.
Veamos cómo sucede esto. El capitalista le compra al obrero
su fuerza de trabajo a cambio de un salario (fijado impersonalmente por el
mercado; además,
el capitalista no podría pagarle más, aunque quisiese hacerlo porque tal cosa
conllevaría su ruina ya que no podría competir con las empresas rivales). El capitalista puede utilizar (valor de uso) esa fuerza de trabajo
durante un tiempo determinado: el horario laboral que ha sido pactado
(libremente) por el empresario y el obrero y queda recogido en un documento
jurídico, el contrato de trabajo. Usando la fuerza de trabajo del obrero, el
capitalista convierte ésta en “trabajo”. Pues bien, como el trabajo crea Valor,
se produce la paradoja de que el obrero (que pasa jornadas extenuantes e
interminables en la fábrica) termina creando un Valor mayor que el que se le
paga por su fuerza de trabajo. Pues bien, a este excedente de Valor que crea el
obrero cuando trabaja se llama plusvalor (plusvalor=Valor excedente).
Para entender mejor la teoría del plusvalor de Marx,
pongamos un ejemplo práctico. Imaginemos a un obrero de la construcción cuya
jornada laboral es de 12 horas. En las primeras 6 horas crea un Valor
equivalente a su salario (al Valor de su fuerza de trabajo). Pero en virtud de
su contrato laboral, tiene que seguir trabajando 6 hora más, un tiempo en el
que sigue creando Valor, pero por el cual no recibe retribución alguna: es un
tiempo de trabajo no pagado, y es este tiempo de trabajo el que crea el
plusvalor, la ganancia del capitalista. Si el trabajador trabajase sólo 6 horas
el intercambio con el empresario sería equivalente y no habría explotación.
Pero al trabajar 12 horas el intercambio no es equivalente y es, por lo tanto,
abusivo (la particularidad del capitalismo es que el mecanismo del mercado, el
contrato de trabajo, oculta esta explotación haciéndola aparecer como un
intercambio equitativo entre empresario y obrero cuando tal cosa es falsa; la
finalidad del marxismo es desenmascarar esas relaciones supuestamente libres y
equitativas y mostrar cómo son resultado de la coacción y de la explotación: el
contrato de trabajo capitalista es un fraude).
D) LA REVOLUCIÓN PROLETARIA Y EL COMUNISMO
-
La idea de revolución es una
constante en el pensamiento de Marx:
o
En su juventud, la revolución se
fundaba en postulados filosóficos y humanísticos.
o
En su periodo de madurez, la
revolución se deriva de presupuestos “científicos”: la ciencia de la historia
(el materialismo histórico) y el estudio económico del modo de producción
capitalista son el fundamento teórico de la necesidad de la revolución.
-
Pero, ¿quién va a protagonizar el
alzamiento revolucionario? En terminología marxista, ¿quién va a ser el “sujeto
revolucionario”?
o
En su juventud (“Manifiesto comunista”), la revolución
tiene un matiz voluntarista y subjetivo: es el producto de la acción consciente
del proletariado industrial, convertida en clase universal (pues los intereses
emancipatorios del proletariado lo son también de la humanidad entera).
o
En su fase de madurez (“El Capital”), su concepción de la
revolución quiere ser un corolario más de su estudio económico del capitalismo:
la revolución tendrá un cariz determinista y objetivista pues es el resultado
ineluctable de las contradicciones de la economía capitalista. Veamos como: la propia lógica del desarrollo del capitalismo
será la que produzca las condiciones para su superación:
1º el capitalista tiene
que vender sus mercancías en el mercado y para lograrlo se ve obligado a
competir.
2º para competir en
condiciones ventajosas necesita desarrollar la producción: con una mayor
inversión en tecnología y una mejor organización del trabajo.
3º El desarrollo de la
producción produce los siguientes efectos:
a)
por un
lado, la concentración del capital en cada vez menos manos (los pequeños
empresarios incapaces de competir terminarán arruinándose y pasando a ingresar
en las filas del proletariado)
b)
por
otro lado, una sociedad cada vez más organizada y centralizada.
4º Llegará un momento en
que esa sociedad ya perfectamente organizada podrá prescindir de la minoría
dueña del capital con una simple revolución (pasando esa organización impuesta
por las necesidades competitivas del capitalismo a convertirse en la “autoorganización”
que la sociedad hace de sí misma). Esta última revolución será la batalla
definitiva de la lucha de clases ya que al ser ahora la mayoría de la población
la que toma el poder en sus manos no habrá lugar para otra nueva división entre
poseedores y desposeídos.
-
La
revolución supone un cambio total en la estructura económica, política e
ideológica. El Comunismo es un nuevo modo de producción que conlleva:
o
La
abolición de la propiedad privada de los medios de producción
o
La
socialización o apropiación de los mismos por parte de los trabajadores
(colectivización de las fábricas, tierras, etc.)
o
Abolición
del trabajo asalariado
o
Supresión
de las clases, sus antagonismos y sus relaciones de dominación
o
Instauración
de nuevas relaciones de producción basadas en la cooperación mutua, la
solidaridad y el libre desenvolvimiento de todas las personas (y no en la
explotación, la competencia insolidaria y la alienación del trabajador).
La revolución se
producirá en primer lugar en los países capitalistas más avanzados y “maduros”
(Gran Bretaña, Francia, Alemania, USA) porque en ellos aflorarán con más
intensidad las contradicciones económicas. Pero al final no ocurrió lo que
predijo sino más bien lo contrario.
¿Cómo se producirá el
tránsito del capitalismo al comunismo? En dos fases:
1º FASE (FASE
SOCIALISTA): es una etapa de transición a la que Marx denominó “dictadura
revolucionaria del proletariado” (después de tomar el poder, el proletariado
lleva a cabo una lucha incesante para destruir las estructuras y los vestigios
de la vieja y obsoleta sociedad burguesa.
2º FASE (FASE COMUNISTA):
descrita en la “Crítica al programa de Gotha” en los siguientes términos.
- El trabajo dejará de ser un medio de vida y se convertirá en una necesidad vital.
- Los individuos podrán desenvolverse en todos sus aspectos
- Crecerán las fuerzas productivas y “correrán a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva”
- Se impondrá un nuevo modelo de justicia distributiva conforme al principio: “de cada uno según su capacidad; a cada uno según su necesidad” (y no, “a cada uno según su trabajo y mérito”).
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