domingo, 12 de abril de 2020

1º BACH ADULTOS 16/4/20


EL ALMA PARA LOS FILÓSOFOS GRIEGOS

A) Expliquemos seguidamente de un modo más detallado, en primer lugar, ¿Qué es el alma para los griegos?

1º Para algunos filósofos griegos el alma es una cosa, una sustancia (sustancia es un tecnicismo filosófico de aquello que en lenguaje ordinario denominamos cosa u objeto; la sustancia es el armazón que soporta y mantiene unidas las propiedades de una cosa).

¿Qué tipo de sustancia?

a)      Una sustancia material: la materia de la que están hechas las almas es una materia sutil y leve, ingrávida:

-          Aire: este elemento se vinculó con el aliento vital, con aquello que da vida y anima al cuerpo y que al escaparse por la boca al expirar hace que el cuerpo muera.

-          Fuego: en este caso, este elemento se vincula con el calor corporal que para el pensamiento primitivo es una fuente de vida.

-          Átomos sutiles: ésta es la concepción de Demócrito y del atomismo.

b)      Una sustancia inmaterial, espiritual: éste es el punto de vista defendido por los pitagóricos y por Platón. Según estos filósofos, existen dos tipos de sustancias: las sustancias corpóreas (la materia) y las sustancias incorpóreas (el espíritu). A juicio de estas escuelas, la causa del fenómeno de la vida, y del pensamiento, es el espíritu, no la materia. Por lo tanto, un cuerpo que esté vivo y piense tiene que alojar en su interior este tipo de sustancia espiritual inmaterial (esta concepción del alma la hará suya el judaísmo farisaico y el cristianismo, y de ahí que defiendan que el ser humano posee un alma espiritual, inmortal y capaz de decidir libremente).

2º Para otros filósofos premodernos, el alma no es una sustancia, no es una cosa. ¿Qué es entonces el alma?

a)      La forma, la estructura, de un cuerpo que está vivo. Ésta fue la concepción del alma más elaborada y exitosa del pensamiento griego y estuvo vigente y fue predominante hasta el siglo XVII. Su creador fue Aristóteles.

b)      Para otros filósofos, los filósofos vitalistas (fueron muy importantes también en el Renacimiento y en el Romanticismo), el alma es una fuerza (no una sustancia sino una fuerza), pero no una fuerza física, mecánica, sino una “fuerza vital”.

LA MENTE PARA LOS MODERNOS

B) Expliquemos seguidamente, en segundo lugar, ¿Qué concepción se mantuvo en el mundo moderno acerca del alma o del espíritu?

Recordemos que, desde Descartes, el alma ya es sólo la mente, lo psíquico. Pues bien, la mente puede ser explicada en términos sustancialistas o no sustancialistas.

1º La mente fue explicada en términos sustancialistas (la mente es una cosa, la cosa pensante) en primer lugar por Descartes y por la mayoría de los filósofos racionalistas del siglo XVII (a partir del siglo XVIII, el Siglo de la Ilustración, muchos filósofos ilustrados cuestionaron la validez del pensamiento cartesiano y mantuvieron que la mente no es una cosa, que no existe la sustancia mente).

La mente es una cosa, una sustancia: la cosa que piensa. Para Descartes, la sustancia mental puede pensar porque es inmaterial y no funciona mecánicamente. Además, por ello, es también inmortal (el punto de vista de Descartes sobre el alma, aunque novedosísimo, no entraba en contradicción con el dogma cristiano porque Descartes era un fervoroso católico).

Para Descartes, además, como sabemos, el alma no cumple ninguna función vital ya que el cuerpo humano, nuestro cuerpo, es material y funciona mecánicamente.

EN CONCLUSIÓN: para Descartes y el mecanicismo del siglo XVII, el hombre está compuesto por dos sustancias: un cuerpo material y una mente espiritual, un cuerpo físico y una mente psíquica, separados y desconectados entre sí (de ahí, que el principal problema/misterio filosófico de la época era explicar cómo se comunicaban dichas dos sustancias).

2º Concepción no sustancialista de la mente.

Es la concepción dominante hoy en día. Para esta concepción no existe la sustancia mente.

La primera corriente filosófica en defender este punto de vista fue el Empirismo británico del siglo XVIII (Locke, Hume, etc.). Los filósofos empiristas cuestionaron la existencia de la sustancia mente. Sus conclusiones:

-          Existe lo psíquico, lo mental, la corriente de la conciencia.

-          No existe la mente (el alma, el “yo” de Descartes)

¿Qué ocurrió después?

En el siglo XVIII, un médico francés llamado LaMettrie se dio cuenta de hasta que punto los procesos mentales están conectados con el funcionamiento del órgano cerebral (hasta ese momento se pensaba que la función del cerebro era enfriar la sangre del cuerpo, cumpliendo una función similar a la del radiador/refrigerador del motor de un coche). Por ello, defendió un nuevo concepto de lo mental anticartesiano: la mente ya no es una sustancia separada del cuerpo sino una función del cuerpo, más en concreto del cerebro. Nuestro cuerpo, nuestro cerebro (y no nuestro espíritu) es quien piensa. El ser humano es por ello una máquina pensante (y fue así como tituló su principal obra, obra que provocó un escándalo mayúsculo en la Europa de su época: “El hombre máquina”).

¿Qué es la mente hoy en día?

La mente no es sino la palabra que utilizamos para referirnos a la totalidad de procesos mentales que se producen en el cerebro. Mi cerebro es por ello la única sustancia verdaderamente existente, y los procesos mentales (la mente) no son sino una función cerebral (un producto del cerebro, una propiedad o estado del cerebro).

EN CONCLUSIÓN: desde el siglo XX, definitivamente, ya prácticamente ningún filósofo defiende la existencia de una sustancia mental. No existe otra sustancia que el cerebro y por lo tanto los procesos mentales deben ser explicados en términos de procesos cerebrales (de esto trata una de las ramas más novedosas del pensamiento científico: la neurociencia).


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