EL SABER
(conocimiento proposicional)
No debemos
confundir la percepción con el saber. Los animales, los bebes (y los adultos
cuando no prestamos atención) son pura percepción. Pero las personas, después de
percibir, necesitamos comprender lo que estamos percibiendo.
Ejemplo: los
hombres de la prehistoria al contemplar las estrellas podían decir sobre ellas,
“¿Qué serán esos puntos luminosos que percibimos en el firmamento?”,
respondiendo, “Son hogueras lejanas” (los hombres de la actualidad, por
el contrario, percibiendo lo mismo, afirmamos “Son soles lejanos”).
EN
CONCLUSIÓN: conocer comienza por percibir algo, pero sólo termino de conocer
algo cuando interpreto lo que percibo, cuando logro explicar en qué consiste
ese algo que estoy percibiendo. A dicha explicación o interpretación se la
denomina conocimiento proposicional. Ahora veremos por qué se la
denomina de esta manera.
¿Dónde
se lleva a cabo la interpretación de lo que percibo?
En el juicio
o proposición (una proposición es el significado de una oración enunciativa,
una oración donde se enuncia o describe lo que una cosa es; por ejemplo, “la
nieve es blanca”). A las proposiciones las simbolizamos como “p”.
EN
CONCLUSIÓN: la interpretación de lo que percibo me conduce a la formulación de
una proposición “p” donde enuncio lo que estoy viendo. Haciendo uso del
ejemplo anterior, tras ver puntitos luminosos en el firmamento, afirmo “las
estrellas son hogueras lejanas”.
Y
así, en virtud de lo que estoy viendo: “Yo pienso que “p”” (p=las
estrellas son hogueras lejanas).
NOTA: de ahora en adelante, “p”
va representar la proposición “la nieve es blanca”
Analicemos ese “Yo pienso que “p””:
1º Por un
lado tenemos a “p” (es el problema de la verdad del conocimiento).
2º Por otro
lado tenemos el “Yo pienso que …”, el pensar, el pensar “p” (es el
problema de la certeza del conocimiento).
1º Problema de la verdad del
conocimiento
Pues bien, respecto a “p”, la
pregunta que nos debemos hacer es:
“¿“p” es verdadera o es
falsa?”
Es el problema de la verdad del
conocimiento.
2º Problema de la certeza del conocimiento
Con respecto al pensar, al “Yo
pienso que…”, la cuestión es con que actitud mental me posiciono ante la verdad
o falsedad de “p”.
Es el problema de la certeza del
conocimiento.
Hay tres posibilidades:
1º CERTEZA:
estoy seguro de que “p” es verdadero. Sé que “p” es verdadero
(por ej., “sé que Juan no está en clase”; estoy seguro de ello pues no lo veo
en clase). En conclusión: cuando digo “Yo pienso p”, estoy diciendo “Yo
sé p”.
2º CREENCIA:
creo que “p” es verdadero (“creo que Juan está enfermo, y que por ello
no ha venido a clase”; es una buena razón para explicar porque su ausencia,
pero no estoy completamente seguro de ello). En conclusión: cuando digo “Yo
pienso p”, estoy diciendo “Yo creo p”
3º DUDA:
dudo acerca de la verdad o falsedad de “p” (“¿Juan tiene gripe? Pues no
lo sé. Podría tener gripe como cualquier otra dolencia, por ejemplo,
gastroenteritis”; dudo sobre la afirmación de que Juan está enfermo de gripe). En
conclusión: cuando digo “Yo pienso p”, estoy diciendo “No sé si p (ni si no
p)”.
EL PROBLEMA DE LA VERDAD DEL
CONOCIMIENTO
Comencemos en primer lugar por la cuestión de la
pregunta por la verdad o falsedad de p.
¿Qué necesitamos para poder plantearnos la cuestión de la verdad de p?
1º saber qué es la verdad de una proposición,
es decir, tener una concepción acerca de la verdad. Ahora veremos que a lo largo de la
historia del pensamiento occidental (desde los griegos), la verdad ha sido entendida
principalmente como correspondencia (por ejemplo, la verdad de la
proposición “La puerta de clase está en este momento cerrada” consiste en la correspondencia
entre lo que enuncia dicha proposición y lo que veo que sucede de hecho en el
mundo”). Es el
problema de LA DEFINICIÓN DE LA VERDAD.
2º saber cómo
justificar la verdad de una proposición, es decir, exponer las razones (las
pruebas) que nos convencen de que realmente entre p y la realidad se da una correspondencia. En el
ejemplo anterior, la razón que aportaríamos sería simplemente “Mira ahí, a la
puerta, y comprueba tú mismo que está cerrada”. En muchas ocasiones, sin
embargo, las proposiciones no se pueden verificar directamente por lo que nos
vemos obligados a dar una explicación de por qué creemos que lo que decimos es
verdad: tenemos que aportar otras “razones”, diferentes al testimonio de los
sentidos, que avalen la verdad de lo que decimos. Es el problema de LOS CRITERIOS DE
VERDAD
¿QUÉ ES LA VERDAD?
V
erdad del
ser/verdad del conocer
Hay dos
tipos de verdad:
1º la verdad
del ser (veritas essendi) o verdad
ontológica (verdad de las cosas).
2º Verdad
del conocer (veritas cognoscendi) o
verdad lógica (verdad de la proposición).
El problema
de la verdad ontológica lo trataremos en otra unidad, cuando hablemos de la
metafísica. Para ir haciendo boca, podemos preguntarnos acerca de qué significa
el término “verdad” cuando por ejemplo me pregunto de alguien si es un “verdadero
amigo”.
A nosotros
sólo nos interesa en esta unidad comprender lo que sea la verdad del conocer.
¿Qué es la verdad del conocer?
La
verdad es una propiedad (como el color, la dureza o la temperatura de una
sartén; la cosa “sartén” tiene las propiedades de tener tal color, tal dureza,
tal temperatura).
¿De
qué cosa es una propiedad la verdad? Es decir, ¿cuáles son los portadores
primarios de la propiedad verdad o de la propiedad falsedad?
Hay
dos posibilidades:
1º Hasta el
siglo XX, se defendía que la verdad es una propiedad de las representaciones
mentales (una propiedad de mis pensamientos, de mis ideas).
2º En el
siglo XX, se defiende que la verdad es una propiedad de las proposiciones: la
verdad es una propiedad lógica, más específicamente, una propiedad semántica de
las proposiciones.
La más
famosa de las concepciones contemporáneas de la verdad es la del lógico polaco
Tarski (1935) conocida con el nombre de “Teoría semántica de la verdad”. La fórmula
de la verdad es: /”p” es verdadera si y sólo si p/ (siendo “p” una proposición y p el hecho
correspondiente).
EN CONCLUSIÓN: Cuando “Yo pienso p”,
la verdad no es una propiedad de mi pensamiento sino una propiedad de “p”.
Cuando pienso “La nieve es blanca”, lo que es verdadero es la proposición “la
nieve es blanca”, no mi pensamiento de que la nieve es blanca.
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