sábado, 18 de abril de 2020

1º BACH DIURNO 22 y 23/4/20

APUNTES DE CLASE


EL SABER (conocimiento proposicional)

No debemos confundir la percepción con el saber. Los animales, los bebes (y los adultos cuando no prestamos atención) son pura percepción. Pero las personas, después de percibir, necesitamos comprender lo que estamos percibiendo.

Ejemplo: los hombres de la prehistoria al contemplar las estrellas podían decir sobre ellas, “¿Qué serán esos puntos luminosos que percibimos en el firmamento?”, respondiendo, “Son hogueras lejanas” (los hombres de la actualidad, por el contrario, percibiendo lo mismo, afirmamos “Son soles lejanos”).

EN CONCLUSIÓN: conocer comienza por percibir algo, pero sólo termino de conocer algo cuando interpreto lo que percibo, cuando logro explicar en qué consiste ese algo que estoy percibiendo. A dicha explicación o interpretación se la denomina conocimiento proposicional. Ahora veremos por qué se la denomina de esta manera.
            
¿Dónde se lleva a cabo la interpretación de lo que percibo?

En el juicio o proposición (una proposición es el significado de una oración enunciativa, una oración donde se enuncia o describe lo que una cosa es; por ejemplo, “la nieve es blanca”). A las proposiciones las simbolizamos como “p”.
            
EN CONCLUSIÓN: la interpretación de lo que percibo me conduce a la formulación de una proposición “p” donde enuncio lo que estoy viendo. Haciendo uso del ejemplo anterior, tras ver puntitos luminosos en el firmamento, afirmo “las estrellas son hogueras lejanas”.
           
Y así, en virtud de lo que estoy viendo: “Yo pienso que “p”” (p=las estrellas son hogueras lejanas).

NOTA: de ahora en adelante, “p” va representar la proposición “la nieve es blanca”

Analicemos ese “Yo pienso que “p””:

1º Por un lado tenemos a “p” (es el problema de la verdad del conocimiento).

2º Por otro lado tenemos el “Yo pienso que …”, el pensar, el pensar “p” (es el problema de la certeza del conocimiento).

Problema de la verdad del conocimiento

Pues bien, respecto a “p”, la pregunta que nos debemos hacer es:

“¿“p” es verdadera o es falsa?”

Es el problema de la verdad del conocimiento.

Problema de la certeza del conocimiento

Con respecto al pensar, al “Yo pienso que…”, la cuestión es con que actitud mental me posiciono ante la verdad o falsedad de “p”.

Es el problema de la certeza del conocimiento.

Hay tres posibilidades:

1º CERTEZA: estoy seguro de que “p” es verdadero. que “p” es verdadero (por ej., “sé que Juan no está en clase”; estoy seguro de ello pues no lo veo en clase). En conclusión: cuando digo “Yo pienso p”, estoy diciendo “Yo sé p”.

2º CREENCIA: creo que “p” es verdadero (“creo que Juan está enfermo, y que por ello no ha venido a clase”; es una buena razón para explicar porque su ausencia, pero no estoy completamente seguro de ello). En conclusión: cuando digo “Yo pienso p”, estoy diciendo “Yo creo p”

3º DUDA: dudo acerca de la verdad o falsedad de “p” (“¿Juan tiene gripe? Pues no lo sé. Podría tener gripe como cualquier otra dolencia, por ejemplo, gastroenteritis”; dudo sobre la afirmación de que Juan está enfermo de gripe). En conclusión: cuando digo “Yo pienso p”, estoy diciendo “No sé si p (ni si no p)”.

EL PROBLEMA DE LA VERDAD DEL CONOCIMIENTO

Comencemos en primer lugar por la cuestión de la pregunta por la verdad o falsedad de p. ¿Qué necesitamos para poder plantearnos la cuestión de la verdad de p?

1º saber qué es la verdad de una proposición, es decir, tener una concepción acerca de la verdad. Ahora veremos que a lo largo de la historia del pensamiento occidental (desde los griegos), la verdad ha sido entendida principalmente como correspondencia (por ejemplo, la verdad de la proposición “La puerta de clase está en este momento cerrada” consiste en la correspondencia entre lo que enuncia dicha proposición y lo que veo que sucede de hecho en el mundo”). Es el problema de LA DEFINICIÓN DE LA VERDAD.

2º saber cómo justificar la verdad de una proposición, es decir, exponer las razones (las pruebas) que nos convencen de que realmente entre p y la realidad se da una correspondencia. En el ejemplo anterior, la razón que aportaríamos sería simplemente “Mira ahí, a la puerta, y comprueba tú mismo que está cerrada”. En muchas ocasiones, sin embargo, las proposiciones no se pueden verificar directamente por lo que nos vemos obligados a dar una explicación de por qué creemos que lo que decimos es verdad: tenemos que aportar otras “razones”, diferentes al testimonio de los sentidos, que avalen la verdad de lo que decimos. Es el problema de LOS CRITERIOS DE VERDAD

¿QUÉ ES LA VERDAD?
V
erdad del ser/verdad del conocer

Hay dos tipos de verdad:

1º la verdad del ser (veritas essendi) o verdad ontológica (verdad de las cosas).

2º Verdad del conocer (veritas cognoscendi) o verdad lógica (verdad de la proposición).

El problema de la verdad ontológica lo trataremos en otra unidad, cuando hablemos de la metafísica. Para ir haciendo boca, podemos preguntarnos acerca de qué significa el término “verdad” cuando por ejemplo me pregunto de alguien si es un “verdadero amigo”.


A nosotros sólo nos interesa en esta unidad comprender lo que sea la verdad del conocer. ¿Qué es la verdad del conocer?

            La verdad es una propiedad (como el color, la dureza o la temperatura de una sartén; la cosa “sartén” tiene las propiedades de tener tal color, tal dureza, tal temperatura).
           
¿De qué cosa es una propiedad la verdad? Es decir, ¿cuáles son los portadores primarios de la propiedad verdad o de la propiedad falsedad?
           
Hay dos posibilidades:

1º Hasta el siglo XX, se defendía que la verdad es una propiedad de las representaciones mentales (una propiedad de mis pensamientos, de mis ideas).

2º En el siglo XX, se defiende que la verdad es una propiedad de las proposiciones: la verdad es una propiedad lógica, más específicamente, una propiedad semántica de las proposiciones.

La más famosa de las concepciones contemporáneas de la verdad es la del lógico polaco Tarski (1935) conocida con el nombre de “Teoría semántica de la verdad”. La fórmula de la verdad es: /”p es verdadera si y sólo si p/ (siendo “p” una proposición y p el hecho correspondiente).

EN CONCLUSIÓN: Cuando “Yo pienso p”, la verdad no es una propiedad de mi pensamiento sino una propiedad de “p”. Cuando pienso “La nieve es blanca”, lo que es verdadero es la proposición “la nieve es blanca”, no mi pensamiento de que la nieve es blanca.

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