Por ello, lo más importante es estar máximamente cualificados para poder adaptarnos a los tiempos de cambio que vamos a vivir.
¿Y de qué nos sirve la asignatura de filosofía?
En la asignatura de filosofía potenciamos nuestra competencia en comprensión lectora y en la capacidad para expresarnos por escrito con corrección y profundidad. Por eso nos hartamos a hacer, siempre a mano, trabajos y a pasar apuntes a nuestra libreta de clase.
Salud!
TRABAJO DE LA SEMANA: Berkeley (encontráis la entrada en este mismo mes de abril de 2020)
APUNTES DE CLASE
LOS GRADOS DEL CONOCIMIENTO TEÓRICO
LOS GRADOS DEL CONOCIMIENTO TEÓRICO
Existen dos tipos fundamentales de
conocimiento teórico:
1º EL CONOCIMIENTO DIRECTO: la percepción, el conocimiento
por experiencia directa de cosas o hechos. Ejemplo: es una forma de conocimiento
directo el que sepamos que tal compañero no está en clase.
2º CONOCIMIENTO PROPOSICIONAL: es el conocimiento de
verdades, de proposiciones verdaderas (el saber). Ejemplo: “No sabía que Lara
es hermana de María”.
Vamos, en primer lugar, a explicar el
conocimiento directo.
LA PERCEPCIÓN (el conocimiento directo o empírico:
la experiencia)
Para percibir o conocer directamente
algo se requieren estas tres condiciones:
1º Tener órganos sensoriales (ojos,
oídos…) que hacen posible que lleguen a la mente todo tipo de sensaciones
(visuales, táctiles, acústicas…).
Estas sensaciones son los datos de los sentidos, los datos
sensoriales o impresiones sensibles.
2º Que dichas sensaciones no sólo
sean experimentadas por mi mente, sino que mi mente ordene dichas sensaciones
conforme a las leyes de la percepción (las leyes de la percepción fueron
descubiertas y estudiadas a principios del siglo XX por los psicólogos alemanes
de la “Gestalt”). Las dos principales leyes de la percepción son las
siguientes:
-
1º
ley (ley de la totalidad): captamos los datos sensibles de tal modo que
percibimos en ellos formas y figuras completas, formas que luego identificamos
con objetos (Ej., percibo no varias líneas sueltas sino un rectángulo que luego
identifico con el tablero de una mesa).
-
2º
ley (ley de la figura/fondo): las formas y figuras que percibimos las captamos
sobresaliendo sobre un fondo que queda más difuso.
3º Finalmente, aquello que percibimos
sólo adquiere un significado y un sentido (que hace posible que lo percibamos)
si es interpretado. Para que tal cosa suceda es necesario que lo percibido sea
subsumido bajo un concepto. Ej., abro los ojos. ¿Qué veo? Una mesa encima de la
cual hay un papel en el que estoy escribiendo. Veo en primer lugar una mesa, y
un papel, y mi mano escribiendo y no un montón de datos sensoriales, porque
todos esos datos sensoriales son inmediatamente organizados por mi cerebro (por
mi mente) con las formas características de las mesas, de los papeles, de los
bolígrafos, de las manos y los brazos. Finalmente, asigno a dichas formas los
conceptos de “mesa”, “papel”, “bolígrafo” y “mano”.
Expliquemos seguidamente el PROBLEMA
DEL VALOR COGNOSCITIVO DE LA PERCEPCIÓN.
¿Son las cosas tal y como las
percibimos?
Hay tres posibilidades:
1º Las cosas son como nos aparecen
(tal como las vemos). Esta es la “actitud natural”.
2º Las cosas no son como se nos
aparecen
3ºLas cosas no son nada en absoluto
ya que sólo existen las apariencias (las percepciones)
Debemos saber que para tratar esta
cuestión entra en juego otro problema: el de la realidad o existencia del mundo
extramental (suponemos que más allá de mi mente, de mis percepciones, están las
cosas mismas que me represento)
Expliquemos seguidamente la ACTITUD
NATURAL.
Todos adoptamos respecto a la
relación entre la percepción y el mundo extramental la actitud natural:
1º Creemos
que el mundo existe
2º Creemos
que conocemos las cosas directamente.
3º Creemos
que las conocemos tal y como son.
Aunque a veces los sentidos nos
engañan (veo al Sol girar sobre mi cabeza, o partirse el lápiz que sumerjo
dentro de un vaso con agua), nada conmueve esta creencia radical. La actitud
natural es la actitud psíquicamente sana ante el fenómeno de la percepción del
mundo externo: dudar de la existencia del mundo o desconfiar de lo que
percibimos nos enloquecería, nos volvería locos.
El problema de esta actitud es que es
una actitud prerreflexiva, es “la metafísica del paleolítico”. Por ello, los
filósofos han reflexionado sobre esta cuestión con más detenimiento:
1º PROBLEMA
¿Existe realmente el mundo que
percibimos?
Hay dos posibles respuestas: el realismo y el antirrealismo.
A) REALISMO: el realismo acepta como
válida la creencia natural en la existencia del mundo que percibimos (la
mayoría de los filósofos son realistas; los científicos son también todos
realistas).
B) ANTIRREALISMO: el antirrealista
considera que no podemos saber (es imposible llegar a saberlo con certeza) si
hay una realidad física más allá de nuestras percepciones.
¿Por qué?
Porque no podemos saber si nuestras
percepciones tienen un referente real en un supuesto mundo extramental.
¿Por qué no podemos saberlo?
Porque no tenemos experiencia de
dicho referente sino sólo de nuestras percepciones.
El filósofo antirrealista más famoso
de la historia es Berkeley, un filósofo británico del siglo XVIII. Para este
extravagante filósofo irlandés, obispo anglicano para más inri, no existen los
cuerpos ni la materia y sólo existen las mentes y sus percepciones; las
percepciones de nuestra mente no corresponden a ningún mundo corpóreo
extramental. ¿Quién produce esas percepciones y cómo es posible que distintas
personas coincidan en sus percepciones? Las percepciones de mi mente (y de las otras
mentes, por ejemplo, la percepción de la pizarra de clase que todos vemos) las
produce Dios (para Berkeley, su concepción antirrealista de la percepción era
una demostración de la existencia de Dios, algo muy importante para este
fervoroso y piadoso obispo anglicano).
2º PROBLEMA
¿Percibimos las cosas directamente o indirectamente a través de
representaciones?
A) REALISMO DIRECTO: afirma que
percibimos inmediatamente las cosas mismas. Este es el realismo propio de los
antiguos (sobre todo de Aristóteles).
B) REALISMO INDIRECTO: ha sido la
doctrina dominante en la era moderna desde Descartes y Locke. Defiende que lo
único que conocemos directamente son nuestras representaciones (nuestras
percepciones; algo así como si lo que viésemos son las imágenes de las cosas en
una pantalla de televisión, no las cosas mismas). Pero defiende también que a
través de dichas representaciones conocemos indirectamente las cosas del
mundo que tales percepciones representan.
Pero aparece un nuevo problema (que
dará lugar al antirrealismo de Berkeley).
¿Cómo puedo estar seguro de que
existen las cosas representadas si sólo conozco mis representaciones?
Para John Locke, el gran filósofo
empirista inglés del siglo XVII, mis representaciones de las cosas no son
producidas por mi (no son un producto de mi fantasía).
¿Cómo lo sé?
Porque las percepciones se me imponen
(abro los ojos y veo lo que veo) y no puedo alterarlas según mi deseo. Esto
demuestra que las representaciones perceptivas son causadas por objetos
externos a mi mente (objetos que, tras entrar en contacto con las superficies
de mis órganos sensoriales, dejan en ellos una huella, una impresión… sensible).
3º PROBLEMA
¿Percibimos las cosas tal y como son?
O lo que es lo mismo, ¿cómo puedo estar seguro de que mis representaciones
reflejan fielmente las cosas que representan (y así, que la pizarra que yo veo
de color verde es realmente verde)?
Percibo una pizarra verde. Pero, ¿es
la pizarra real, la pizarra extramental, realmente de color verde? ¿Son los
colores cualidades reales y objetivas de las cosas? ¿O son cualidades
subjetivas, cualidades que tienen las cosas, pero sólo en cuanto me las
represento, cualidades que sólo existen en mi mente, en mi representación?
Hay dos puntos de vista respecto a esta cuestión: el realismo
ingenuo y el realismo crítico.
A) REALISMO INGENUO: las cosas son tal
como las percibimos. Éste fue el punto de vista defendido por los antiguos y
coincide con la actitud natural
B) REALISMO CRÍTICO: en el siglo XVII,
bajo el nombre de “Teoría Corpuscular”, renació la filosofía atomista de
Demócrito.
¿Qué afirma la Teoría Corpuscular?
Los cuerpos se componen de partículas
que no poseen más propiedades que aquellas llamadas cualidades primarias, manteniendo que sólo ellas eran objetivas,
reales (que realmente dichas cualidades estaban en las cosas mismas; por
ejemplo, su tamaño, su forma, su posición, su movimiento…). Al resto de
propiedades se las denominó cualidades
secundarias y se consideró que eran cualidades subjetivas, cualidades que
las cosas tienen para nosotros cuando las experimentamos pero que no tienen en
sí mismas (por ejemplo, el color, o su estar calientes o frías…).
Pues bien, el Realismo Crítico
mantiene este punto de vista, el punto de vista de la Teoría Corpuscular,
negando por lo tanto la realidad objetiva de las cualidades secundarias.
EN CONCLUSIÓN: para el Realismo
Crítico, las cosas no son exactamente como las percibimos porque la mayoría de
las sensaciones son cualidades secundarias y por lo tanto no corresponden a
ninguna propiedad objetiva de las cosas (a ninguna cualidad primaria).
¿Es chocante que según el Realismo Crítico no conozcamos el
mundo tal y cómo es?
No, porque tal cosa tiene una
explicación desde la perspectiva de la evolución de las especies: nuestras
facultades mentales son el resultado de la selección natural y su función no es
comprender la realidad sino posibilitar la supervivencia y la reproducción de
la especie.
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