EL CAPITALISMO
Marx dedicó su más voluminosa y elaborada obra “El
Capital” al estudio del funcionamiento de la economía capitalista. El
Capital comienza analizando qué es una mercancía: mercancía es todo aquello que
es producido con vistas a su intercambio.
Toda mercancía tiene un valor de uso y un valor de cambio:
-
el valor de uso es el que permite que satisfaga ciertas necesidades humanas
en virtud de sus cualidades intrínsecas
-
El valor de cambio es el valor común (monetario) de varias mercancías que
permite intercambiar unas por otras
¿Cómo se mide el valor de cambio? El valor de cambio es expresión del valor
social de un producto, es decir, de las horas de trabajo que ha costado
producirlo
Dado que en la sociedad capitalista todo tiende a
convertirse en mercancía, la fuerza de trabajo de cada trabajador también acaba
convertida en mercancía (si bien una mercancía muy especial ya que es la que
permite la producción de mercancías). El valor de cambio de la fuerza del
trabajador se termina midiendo al igual que cualquier otra mercancía: por el
valor de horas de trabajo necesarias para producirla
El valor de la fuerza de trabajo es el salario. Pero
como el valor que produce el trabajador para el capitalista es mayor que el que
éste, el capitalista, le paga (el salario que recibe a cambio), se produce una
“plusvalía”, una diferencia de valor en la que consiste la ganancia del
capitalista.
Hay dos tipos de plusvalía: la absoluta y la relativa.
1º Plusvalía absoluta: es la obtenida mediante la prolongación de la jornada de trabajo, uno de
los procedimientos de que se valen los capitalistas para intensificar la
explotación de los obreros (la producción de plusvalía relativa es el otro
medio de aumentar el grado de esta explotación). La creación de plusvalía
absoluta constituye la base general del sistema de explotación capitalista,
dado que es condición ineludible de dicho sistema el prolongar la jornada
laboral más allá del tiempo de trabajo necesario.
2º Plusvalía
relativa: plusvalía
que surge a consecuencia de disminuir el tiempo de trabajo necesario y de
aumentar correspondientemente el tiempo de trabajo excedente como resultado del
crecimiento de la productividad del trabajo. La plusvalía relativa se obtiene a
costa del crecimiento de la productividad del trabajo en las ramas que producen
medios de subsistencia para los obreros.
La propia lógica del
desarrollo del capitalismo (el desarrollo tecnológico y la concentración
monopolística) será la que produzca las condiciones para su superación:
1º el capitalista tiene que vender sus mercancías en el mercado y para
lograrlo se ve obligado a competir.
2º para competir en condiciones ventajosas necesita desarrollar la
producción: con una mayor inversión en tecnología y una mejor organización del
trabajo.
3º El desarrollo de la producción produce los siguientes efectos:
a)
por un lado, la concentración del capital en cada vez menos manos (los
pequeños empresarios incapaces de competir terminarán arruinándose y pasando a
ingresar en las filas del proletariado): la concentración monopolística
b)
por otro lado, una sociedad cada vez más organizada y centralizada.
4º Llegará un momento en que esa sociedad ya perfectamente organizada podrá
prescindir de la minoría dueña del capital con una simple revolución. Esta
última revolución será la batalla definitiva de la lucha de y no habrá
lugar para otra nueva división entre poseedores y desposeídos.
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